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Mostrando el contenido mejor valorado desde 18/01/20 en Contenidos

  1. 200 puntos
    La denominada “revolución americana”, para ellos, no es más que un perfeccionamiento de la francesa. León XIII, en su carta Testem benevolentiae, advirtió contra aquellos que “quieren una Iglesia distinta en América de la que existe en todas las demás regiones”. Apreciaba el Papa con gran clarividencia cómo el espíritu de la “nueva sociedad” de los Estados Unidos de América, fundada en principios totalmente contrarios al orden social católico propuesto por la Iglesia desde sus inicios, amenazaba con contaminar las mentes de los propios católicos estadounidenses. Lo que León XIII quiso combatir fue precisamente lo que hoy, comúnmente, y en sentido más amplio, conocemos por “americanismo”, que, trasladado a nuestro mundo actual, no es más que la influencia global del poder y principios sociales que sustentan a los Estados Unidos de América. Ensoberbecidos por los principios que inspiraron la construcción de la Estatua de la Libertad, en la firme creencia de que se estaba fundando un nuevo mundo sobre los principios de la verdadera libertad, no se estaba haciendo otra cosa que otorgar carta de naturaleza a la filosofía racionalista liberal aplicada a la política, con el inestimable apoyo del protestantismo y la masonería, núcleo duro de la filosofía de sus adorados “padres fundadores”. La consecuencia inmediata de esta ideología fue la llamada “doctrina Monroe”, que pretendía establecer una tabla rasa de diferenciación y de definitiva emancipación de los valores de la “new society” respecto de cualquier condicionamiento procedente del exterior del continente. Muchos pueden entender este planteamiento como meramente geopolítico, pero efectivamente no es así, sino que tiene un alcance más amplio. No olvidemos que esta “doctrina” fue fundada en la fase final de la mal llamada “emancipación” de las provincias españolas de Ultramar, y por tanto, no puede entenderse sino en el contexto de la “des-hispanización” de Hispanoamérica, a la vez promovida por criollos burgueses y masones, como bien demuestra Ramiro de Maeztu en su “Defensa de la Hispanidad”. Se trataba pues, del primer plan de ingeniería social ejecutado por la entonces recién alumbrada nación, y que sirvió de paso para dar el toque de gracia al ya más que decadente imperio hispano, que no había representado sino el baluarte contra Lutero y el martillo de los antepasados de quienes siglos después desembarcaron para construir su “sueño americano”. Casi doscientos años después, la “doctrina Monroe” ha cruzado sus propias fronteras, y parece haberse reformulado tácitamente en algo así como “el mundo para los americanos”. La influencia social y cultural de los Estados Unidos, especialmente tras su confirmación como primera potencia tras la Primera Guerra Mundial, es indiscutible. Pero, ¿en qué consiste esa influencia? ¿en qué principios se asienta? Comenzando por la segunda cuestión, hay que decir que la denominada “revolución americana”, para ellos, no es más que un perfeccionamiento de la francesa: el traslado a sus últimas consecuencias, de los principios ilustrados. Para el americanista, el gran error de la revolución francesa fue su deriva totalitaria, el Leviathan administrativo que engendró, anulando despóticamente la viva organización social que le precedió para instaurar el germen de lo que más recientemente ha venido a llamarse por algunos el “neodirigismo tecnocrático”, es decir, la política como pura administración de un ingente aparato mecanicista, que es el Estado. La revolución americana, por el contrario, habría conseguido mejor que nadie plasmar socialmente esos ideales ilustrados de libertad e igualdad. Así, los americanistas consideran el gobierno de la voluntad general como otra forma tiránica, heredera de la monarquía absoluta, pero sin renunciar a los principios ilustrados e iluministas que inspiraron a 1789, y se inclinan por la división de poderes, en el marco de una sociedad estrictamente individualista y de laissez faire. En cuanto a la primera cuestión, esa influencia consiste en la exportación, a escala global, de esa filosofía profundamente individualista, economicista, pragmática, pelagiana y auto-suficiente. Sin vínculos de sangre, sin más méritos que la iniciativa individual y el afán constante de progreso material. Además, muchos liberales conservadores, entre ellos católicos, que ven sin disgusto ese espíritu materialista, se maravillan contemplando la idea de que Estados Unidos es, a la vez, la “nación religiosa”, tierra donde se armonizan perfectamente la libertad (liberal) con la moral. Pero para superar esta falacia, es necesario comprender la significación que tiene esa mención a lo religioso en relación al enfoque de las logias americanas respecto de las europeas. La masonería americana es deísta, mientras que la europea, comandada por la francesa, es generalmente atea y anticlerical. Luego la significación que tiene el término “dios” o “religión” en uno y otro contexto, en el fondo vienen a significar lo mismo, porque en realidad son la misma esencia traspuesta sobre dos estructuras diferentes. Y esa esencia es la negación sistemática de los principios católicos tradicionales en relación al orden social y político que tan brillantemente se plasmaron en la Cristiandad, así como la persecución de todo aquél que luche por implantarlos en el ámbito público. En el mejor de los casos, para el americano, la religión es una cuestión interna, de conciencia, en la que el Estado no debe inmiscuirse, pero nunca un asunto de Estado, donde sigue rigiendo el racionalismo político ultramoderno. Ante estas dos cuestiones, muchos católicos piensan también que, puesto que el sistema político estadounidense, por su configuración minimalista del Estado, respeta la conciencia individual a priori más que los sistemas políticos europeos, más inspirados en el totalitarismo revolucionario francés, coronado por una influencia neo-marxista gramsciana mucho más escasa al otro lado del charco, este modelo es el más adecuado para la convivencia de la Iglesia con la sociedad. O, lo que es lo mismo, la doctrina de la “Iglesia libre en el Estado libre”. Reformulado en términos más llanos: la irrelevancia social es el precio que la Iglesia debe pagar a cambio de que el Estado mantenga en su “burbuja” a los católicos, y no les incomode en el ejercicio de sus derechos y deberes ciudadanos, fundamentalmente desde el despliegue de amplios mecanismos jurídicos de objeción de conciencia, frente a las ya de por sí escasas intromisiones estatales en asuntos morales. Pues bien, esta tesis, además de contraria al Magisterio de la Iglesia, que constantemente a lo largo de los siglos ha enseñado la grave obligación de los gobernantes para con Dios y la Iglesia, es un síntoma de contagio de la mentalidad liberal americanista. Desde esta perspectiva tenemos el terreno sembrado para el comunitarismo clerical, que no es sino una especie dentro del individualismo, a saber, una auto-limitación de los efectos de la vida cristiana al ámbito de los iguales en la fe, solo que en este caso, el ente “individuo” se ensancha analógicamente a la “comunidad cristiana”. Para acabar, dos reflexiones que nos han de servir para ubicar este tema en las coordenadas de la más rabiosa actualidad: la primera, la situación venezolana, que no es (y sin que esto sirva para justificar un ápice el sangriento narco-régimen de Maduro) sino otro reflejo del afán de dominio estadounidense sobre los puntos geoestratégicos, otro experimento como el de las “primaveras árabes”, con el agravante de la situación geográfica en el continente americano, pero al que se puede vaticinar idéntico resultado a que a otras revueltas propiciadas por ellos, y después vendidas al mundo como “acciones de liberación”: caos, anarquía y más sufrimiento para la población civil; la segunda reflexión trata acerca del estupor generado por la aprobación, en el estado de Nueva York, de la ley que permite el aborto hasta el momento inmediatamente anterior al nacimiento (último paso antes de la legalización del infanticidio). “En el país de la libertad”, “en la ciudad de la estatua”, esto no puede ocurrir, se dicen muchos. Como si esta ley fuese una traición al espíritu americano de libertad, y no lo que realmente es: otra muestra del camino al que conduce la sociedad regida por la libertad entendida como el ejercicio de las pulsiones interiores del individuo. Que no es otro el leit motiv del liberalismo, y de su derivado, del americanismo. Ciertamente, no es que Europa esté mejor, pero lo que está claro es que plantear en términos americanistas la resolución del conflicto religión-sociedad moderna (conflicto que lleva más de un siglo pululando por los despachos vaticanos, sínodos y Concilio incluido), no hace sino agravar el problema, es decir, continuar alejando al mundo moderno de Dios. La Iglesia, custodia del Derecho natural (en otro tiempo denominado “derecho de gentes”), sencillamente no puede abdicar, tampoco en el orden social, de la lucha por “Instaurare Omnia in Christo”. La Iglesia no tiene que comprar su libertad, sino liberar al mundo de la esclavitud del pecado, hodiernamente, del pecado liberal y sus múltiples adyacentes. Y eso no se consigue construyéndole un safe harbour para su supervivencia, ni una open society para el “desenvolvimiento de su personalidad”. Se consigue restaurando las cosas en la Verdad, la única que nos hace libres. Pues no hay imagen que represente más la libertad que la cruz de Cristo. —————————————————————— Canal de Javier de Miguel en Youtube
  2. 101 puntos
    Cuenta una piadosa tradición que había un cuarto Rey Mago, llamado Artabán, que también vio brillar la estrella sobre Belén y decidió seguirla. Como regalo quiso ofrecerle al Niño un cofre lleno de perlas y piedras preciosas. Sin embargo, en su camino se fue encontrando con diversas personas que le iban solicitando su ayuda. Artabán las atendía con alegría y diligencia, y como no podía hacer otra cosa, iba dejándoles una perla o una gema a cada uno. Pero eso fue retrasando su viaje y vaciando su cofre. Encontró muchos pobres, enfermos, encarcelados y miserables en el camino, y sentía que aunque su misión era importante, no podía dejar a aquellas gentes desatendidas. Así es que, se quedaba con ellos el tiempo necesario para aliviarles sus penas, para luego continuar su marcha, que nuevamente era interrumpida por otro desvalido. Sucedió que con tantos retrasos, cuando por fin llegó a Belén, ya no estaban los otros Magos y la familia del Niño había huido hacia Egipto, pues el Rey Herodes quería matarlo. El Rey Mago no se dio por vencido y siguió buscándolo, aunque ya sin la estrella que antes lo guiara. Buscó y buscó y buscó… y dicen que estuvo más de treinta años recorriendo la tierra, buscando al Niño aunque sin dejar de ayudar a los necesitados. Hasta que un día llegó a Jerusalén, justo en el momento que una turba enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre. Mirándolo, reconoció en sus ojos algo familiar. Entre el dolor, la sangre y el sufrimiento, pudo ver en aquellos ojos el brillo inmaculado de la estrella con la que años atrás inició su camino, y entonces comprendió que aquel miserable que estaba siendo ajusticiado, era el Niño que durante tanto tiempo había buscado. La tristeza y la desesperanza llenaron su corazón, ya viejo y cansado por el tiempo y las fatigas. Aunque aún guardaba una perla en su bolsa, era demasiado tarde para ofrecérsela al Niño que ahora, convertido en hombre, colgaba de una Cruz. Sentía que había fallado en su misión. Y sin tener ahora otro lugar donde ir, se quedó en Jerusalén a esperar que llegara su hora. Apenas habían pasado tres días de aquel suceso cuando de repente, una luz aún más brillante que mil estrellas llenó su habitación. ¡Era el Resucitado que venía a su encuentro! El Rey Mago, cayendo de rodillas ante Él, tomó la perla que le quedaba en la bolsa y extendió su vieja mano mientras hacía una temerosa reverencia. Jesús la tomó tiernamente y dicen que le dijo: “Alégrate Artabán, pues tu misión no fracasó. Al contrario, me acompañaste durante toda tu vida. Estaba desnudo, y me vestiste. Tuve hambre, y me diste de comer. Tuve sed y me diste de beber. Estuve preso, y me visitaste. Pues yo estaba en todos los pobres que tú atendiste en tu camino. ¡Te doy las gracias por tu presente, pero sobre todo, por tantos regalos de amor como me hiciste! Alégrate pues a partir de ahora, estarás para siempre conmigo, pues el Cielo eterno es tu recompensa.” Feliz noche de Reyes a todos, especialmente a aquellos que hacen su viaje en solitario, en busca de la verdad que ilumina y da sentido a la vida.
  3. 100 puntos
    Jarauta: El fraile carlista que luchó contra los Estados Unidos. Aunque las ansias apuntaban hacia el Palacio Nacional, la cita se estrellaría justo en la confluencia de las calles Tacuba y Santo Domingo, la frontera norte de la Plaza Mayor, el Zócalo. Por el empedrado de la primera golpeaban las botas, las bayonetas caladas y las banderas ebrias de victoria. Por la segunda marchaba el tumulto en himno de garrotes, piedras, pistolones, fusiles y escupitajos. Era el general Winfield Scott. Era el padre Celedonio Domeco de Jarauta. El caballo más albo del batallón. La mula más cerril de la ciudad. Las barras y las estrellas. El pendón de las 3 garantías. Orgullo. Dignidad. Heridas. Sudores. Coraje. Lágrimas: 14 de septiembre de 1847, 08:30 horas. - ¡Viva México, mueran los yankees! Remangado el hábito franciscano, desnudas las piernas y sandalias, el ardor remeda galope sobre el cuadrante de Santa Catarina, hoy calle Nicaragua, para seguir hasta La Perpetua, hoy calle de Venezuela. Tenso el ambiente tras las inesperadas descargas desde el callejón de López, desbocada la fiebre, desnuda la sed de muerte, desatado el instinto, la tropa avanza por dos vías: las calles de San Francisco, hoy Francisco I. Madero, y la de San Andrés, luego Tacuba. “Una descarga de fusilería ordenada por el fraile -narra, puntual, testigo de los hechos, Antonio García Cubas en su libro Mis Recuerdos, fue contestada por los yanquis-, a la vez que por otros puntos lejanos se escuchaban las detonaciones de las armas de fuego, pues eran los momentos de la conflagración general en la ciudad.” (Alberto Barranco Chavarría; Septiembre Negro, Yankees en el Zócalo.) ¿Pero quién era el fraile franciscano Celedonio Domeco de Jarauta? Nuestro protagonista nació el 3 de marzo de 1813 en el poblado de Malón, Zaragoza, España. Fue hijo de Ramón Domeco de Jarauta e Ignacia Micaela Ortiz. Celedonio realizó sus primeros estudios en Malón tomando muy joven el hábito de la orden de San Francisco. Al suprimirse las comunidades monásticas en la primera mitad de la década de 1830 se unió a la lucha que sostuvo Don Carlos María Isidro de Borbón por la causa tradicional, iniciando su primera participación en las guerrillas y estando bajo el mando de Ramón Cabrera. De esta forma entró en esa interesante tradición que se ha llamado “curas de trabuco” y que se ha presentado en España y en toda Iberoamérica. En 1840 Celedonio Domeco Jarauta sale de España ante el Abrazo de Vergara y las campañas de Espartero que pondrían fin a la primera guerra carlista. Primero sale a Francia y de ahí a Cuba, isla en la que permanecería durante cuatro años. (González Esparza Mauricio. Español de nacimiento, Mexicano de corazón. Celedonio Domeco de Jarauta: Un sacerdote guerrillero en el mundo de la guerra México-Estados Unidos. UAA. Ags. 2018). Lamentablemente lo turbulento del periodo ha hecho difícil encontrar bibliografía acerca de la participación de Domeco Jarauta durante los años dentro de la lucha carlista. En 1844 Jarauta sale de Cuba para llegar a México. En Puebla es donde Celedonio obtiene una parroquia que obtuvo del Obispo Francisco Pablo Vázquez. El período de 1844 a 1847 se convierte en una etapa que le permite a Jarauta conocer a los mexicanos y a los extranjeros que pasan por la antigua ruta de Cortés. Sin embargo, esa tranquilidad se rompe al estallar la guerra entre México y Estados Unidos. Rápidamente el padre Jarauta se une como capellán en el ejército mexicano, pero no satisfecho con sólo brindar el indispensable apoyo religioso, decide tomar las armas para actuar de forma directa ante la invasión estadounidense. Pasa de ser capellán a líder de una guerrilla que con el tiempo sumaría más de cien hombres y que se convertiría en una de las más temidas por las tropas norteamericanas. El antiguo soldado carlista pide ser dado de alta como guerrillero, junto con Domingo Tovar, para luchar contra las tropas estadounidenses el 13 de marzo de 1847. Con una montura, dos pistolas y algunos caballos, que recibe del ayuntamiento de Veracruz, inicia una lucha desigual que lo inmortalizaría. Una de sus acciones más destacadas ocurrió el 3 de junio de 1847, cuando el padre Jarauta atacó en la comunidad de San Vicente, población cercana al puerto de la Antigua, a una fuerza de Estados Unidos que conducía un convoy de barriles de aguardiente, la lucha fue reñida, pero luego de haber perdido 100 hombres los estadounidenses se retiraron dejando el cargamento en manos del fraile. (Zamacois, Historia de México, Desde sus tiempos más remotos, hasta nuestros días. Tomo XII, 1880, pag.701). Rápidamente la fama del padre español Celedonio crece a tal grado que los estadounidenses envían a uno de sus hombres más hábiles y crueles, el capitán “texano” Samuel H. Walker, para encabezar la contraguerrilla en la región de Puebla y Veracruz. La tropa de Walker estaba compuesta en su mayoría de voluntarios “texanos” que habiendo luchado durante la llamada guerra de independencia de Texas tenían un especial rencor contra los mexicanos. En el poblado de Huamantla, Tlaxcala, se enfrentarían los dos hombres en una de las últimas batallas de la guerra. El fraile carlista contra el aventurero estadounidense, el guerrillero de fe contra el soldado de fortuna. Walker tenía como objetivo capturar una batería de cañones, pero no contaba que el padre Celedonio y sus hombres le harían frente. Una lanza y un disparo acabarían con la vida del capitán estadounidense y la retirada desordenada de los llamados “diablos texanos”. Es de esta forma que se convierte en “el dirigente guerrillero más famoso de la guerra […] Su fama se propagó y generó la escritura de poemas sobre sus proezas y la acusación de los estadounidenses en el sentido de que, en realidad, ni siquiera era un sacerdote: para los estadounidenses, Jarauta se convirtió en el odiado símbolo tanto de los guerrilleros como de los curas que alentaban la resistencia”. (Guardiano Peter. La marcha fúnebre). “Muy pronto, la fuerza invasora comprendió que todo hombre, dinero o provisiones que necesitara hacer llegar desde Veracruz hasta el altiplano sólo podía desplazarlos en caravanas escoltadas por cientos o incluso miles de soldados; no obstante, incluso esas caravanas a menudo perdieron muchos hombres y carromatos de provisiones […] Jacob Oswandel escribió que los guerrilleros ‘combatieron como otros tantos tigres’: más tarde, dijo que él y sus camaradas voluntarios preferían enfrentar a diez soldados mexicanos regulares que a un guerrillero. No obstante, no todos los mexicanos apoyaban la guerra de guerrillas y algunos se mostraban de acuerdo con los estadounidenses respecto de que la línea que separaba a los guerrilleros de los bandidos era realmente muy delgada. […] Los daños que la guerrilla causó entre la población civil fueron superados por la respuesta de los estadounidenses, quienes cada vez con mayor frecuencia hacían responsable a la población civil de las actividades de los guerrilleros. […] Winfield Scott decretó que multaría a las autoridades que no capturaran y entregaran a los guerrilleros, a los que el general describió como ‘asesinos y ladrones’ […] Levinson afirma que la guerra de guerrillas desgastó a los estadounidenses[…] La posibilidad de que esa guerra hubiera podido continuar de manera indefinida provocó que los soldados y los civiles estadounidenses se mostraran ansiosos por salir de México […] y también hizo que algunos estadounidenses comprendieran que la anexión de todo el país llevaría a una guerra interminable. Además, es probable que la guerrilla haya provocado que las exigencias territoriales del gobierno de James K. Polk se redujeran. Sin embargo, la acción de los guerrilleros fue extremadamente costosa para la población civil mexicana (por las represalias de los norteamericanos) y por sí misma no habría sido suficiente para derrotar al ejército estadounidense mientras éste pudiera aprovisionarse comprando sus alimentos en México”. (Guardiano Peter. La marcha fúnebre). Lamentablemente la victoria de los ejércitos estadounidenses y la traición del gobierno liberal de México frustraron los planes del padre Celedonio, siendo capturado y fusilado en Guanajuato el 18 de julio de 1848, sin respetar su condición eclesiástica ni tener un juicio, tal era el miedo que provocaba el padre Jarauta entre estadounidenses y liberales mexicanos. Dejo para la posteridad su patriotismo y su fe, tal y como lo recogieron contemporáneos: “Soy español de nacimiento, mexicano de corazón y amante de Aguascalientes con el alma y con la vida. El pueblo le aplaudía, le rodeaba, le amaba.” (González, 1992, 157).
  4. 100 puntos
    Hola gente de Corazón Español. Esta vez les traigo un trabajo visual que hemos ido desarrollando en Mundo Republiqueto. Un par de mapas listando todas las guerras civiles, rebeliones, conflictos y demás que han ocurrido en Hispano América desde las independencias. La versión más actualizada se podrá encontrar aquí: https://www.mundorepubliqueto.com/conflictos-y-guerras-internas-en-america/
  5. 100 puntos
    Aunque el tema que a continuación paso a exponer, bien podría haberlo integrado en otros abiertos al efecto del seguimiento de conocidos grupos políticos, he preferido dedicarle un tema aparte por la relación que tiene con el estado actual de cosas en nuestra sociedad, cada vez más dividida, polarizada y en suma destruida de sus principios y valores fundamentales. También podría haberlo titulado haciendo alguna referencia a las técnicas del populismo para extender su mensaje en la sociedad, pero pienso que es más adecuado generalizarlo en el orden de la propaganda política ya que creo que la dinámica que a continuación se retrata, no es exclusiva del populismo, sino que ya es ampliamente utilizada por todas las formaciones políticas que aspiran a alguna forma de gobierno o presencia en la sociedad. Para exponerlo voy a utilizar un artículo que publica hoy el digital "El Confidencial.es", acerca de los métodos que utiliza Vox para propagarse en la redes, aunque me gustaría que lo tratásemos de manera general, referida a todos los partidos y movimientos que aspiran a mejorar la sociedad -resalto en negritas lo que me parece interesante para apoyar el tema-: De todos es conocida la extendida costumbre que tienen los partidos de izquierdas, de dividir y polarizar la sociedad para alcanzar el poder. No basan su existencia en ningún esfuerzo conjunto por un alcanzar un ideal superior sino en la ruptura de los ideales que dan sentido y unidad a las cosas del bien común existente. De hecho, el propio movimiento de los indignados del 15M, que supuso el renacer del comunismo renovado en España, aparte de encontrar su justificación material en las corruptelas políticas de PP y PSOE, la crisis económica o los recortes de prestaciones sociales, debe también sin duda su existencia ideológica a dicha polarización, astutamente utilizada por lo que después pasó a denominarse "Podemos", cuya denominación refleja como ninguna la verdadera aspiración de ese movimiento, que no es otra que la del poder pretendido para destruir lo creado y organizar desde sus ruinas una nueva sociedad a imagen y semejanza de sus líderes, como bien ha demostrado ya la historia en cada ocasión donde han alcanzado el poder absoluto, y con ello la propia ruina o destrucción del ser humano integrado en esa unidad que es la comunidad social donde vive y se identifica. No vamos a descubrir nada si decimos que la generación de tensiones y divisiones es lo que tradicionalmente ha alimentado y mantenido viva a la izquierda, desde la más antigua revolucionaria lucha de clases, pasando por la división entre bandos, hasta llegar a la más moderna guerra de sexos donde, el hombre y la mujer han dejado de ser potencialmente la unidad humana para dividirse y convertirse así en dos potencias enfrentadas. Se trata en suma del lema "Divide et impera", tan antiguo como el mundo y aplicado en su más perversa expresión para dominar al propio ser humano que pretende liberar. Desde la persona humana, pasando por la familia, el clan, el gremio, el municipio, la nación o la patria y así hasta llegar a la metafísica de la Comunión, todas las estructuras que mantienen vivas y unidas nuestras sociedades se sustentan sobre unidades fundamentales formadas por elementos complementarios, que se multiplican generando nuevas unidades: cuerpo y alma, hombre y mujer, amigos, vecinos, paisanos, fieles, etc. El propio ser nacional y en nuestro caso, la democracia, se sustenta sobre esa realidad. La propia ley natural tiene esa forma de estructura. La raíz cristiana de nuestras sociedades se fundamenta también en buena medida, en aquel milagro de la multiplicación de los panes y los peces donde, lo milagroso no fue hacer aparecer el alimento de la nada sino convertir el corazón egoísta de los que allí estaban invitándoles a compartir sus propios bienes para que de esta forma se multiplicase el bien de todos. Ese milagro de la multiplicación ha sido el que los españoles han sabido reproducir mejor por el mundo, dando origen a aquella comunión de pueblos y naciones que fuera nuestro imperio, y sentando las bases de la actual hegemonía occidental. De otro lado, la existencia de las derechas en nuestro marco político, desde su origen en la revolución francesa representando la defensa del orden tradicional frente al veto real de los revolucionarios, hasta llegar a la más moderna "ultraderecha" reclamando la supuesta vuelta a los valores tradicionales, no se entiende sino como una fuerza de contraposición necesaria para conservar la unidad social sobre la que constantemente atenta la división del progreso de la izquierda, y que configura el bien común. Así, izquierdas y derechas vendrían a ser la manifestación social de las expresiones matemáticas de la división y la multiplicación respectivamente pues, de alguna forma la izquierda representa siempre ese proyecto privativo de "lo nuestro" que trata de dividir y repartir el "bien de todos", y que pretendidamente trataría de conservar y multiplicar la derecha. Digo pretendidamente porque por supuesto, el factor humano es clave en ese análisis de izquierdas y derechas ya que, no se puede afirmar que todos los afectos a las izquierdas y derechas operen en sentido estricto al que orienta su ideología: ni todos los afines de la izquierda pretenden dividir la sociedad, ni todos los de la derecha pretenden conservar y multiplicar el bien común. Es más, por mi propia experiencia casi que me atrevería a afirmar que, por lo general, existe una gran masa invertida en ambos bandos, unos creyendo ingenuamente que mediante la división van a lograr la igualdad deseada y otros actuando astutamente a sabiendas que de la multiplicación van a obtener un beneficio que les sitúe por encima de los demás, pero así de torpe es la condición humana. Lo importante y curioso en ambos casos es que, tanto las izquierdas como las derechas, aunque operen a conciencia y honestamente, tratan en teoría de lograr una unidad que podríamos definir como bien común, sin embargo, el camino que hoy emprenden ambos extremos dominados por el populismo, es el de la generación de tensiones y la división constante que imposibilitan la construcción y conservación de un bien común y con ello la de la propia identidad nacional y dignidad humana. ¿Por qué partidos de izquierdas, como Podemos que, pretendidamente apuestan por la igualdad o la solidaridad, emplean para sus fines la división constante entre bandos, sexos o regionalismos, o buscando el favor de grupos separatistas que procuran en definitiva la ruptura del bien común, generando así mayor insolidaridad y desigualdad entre todos? ¿Por qué partidos de derechas como Vox, que pretendidamente claman por preservar la unidad y libertad nacional atacadas por la izquierda, emplean esa misma técnica incendiaria de la división social, generando de esta manera una mayor desunión y tiranía entre los sujetos que componen la nación, y en definitiva con ello procurando también la ruptura del actual bien común? Sé que no vivimos en la sociedad perfecta y que a día de hoy estamos muy lejos de alcanzar ese ideal pero ¿Se trata en ambos casos de proyectos y actuaciones legítimas, surgidas desde la sociedad y para el bien de todos, en función dicho esto de los deseos y promesas expresados por todas esas formaciones en sus respectivos mítines y programas, o en cambio responden a otros intereses superiores que, por encima de ellos mismos y valiéndose del populismo que mueve hoy toda la política, buscan dividir, tensionar y destruir el bien social para hacerse así con el dominio de nuestras vidas? ¿Todo lo que hay es en realidad lo que se ve, o lo que se ve en cambio está ahí para ocultar la realidad? Porque, tan contradictorio e hipócrita me parece clamar por la justicia social, empobreciendo y privando aún más al pobre de sus propios bienes humanos y materiales, como pretender la unidad y la concordia nacional al mismo tiempo que se paga a unos pirómanos para incendiar la sociedad. Por ejemplo, me he leído varias veces las cien propuestas de Vox para el gobierno y pese a estar conforme con la inmensa mayoría, no tolero de ninguna manera el uso que se hace del tema de la inmigración pues, de igual forma que la izquierda no puede abrir de par en par las puertas de las fronteras si se quiere mantener la paz y el orden en la sociedad, la derecha tampoco puede abrir la puerta de la xenofobia por el mismo motivo pues, en ambos casos de cosifica y deshumaniza a la persona hasta convertirla en simple materia de voto y presupuesto, sin tener en cuenta la dignidad humana y necesidades básicas de los que vienen y de quienes los reciben. Es decir, al igual que lo que comentaba anteriormente, la vía del orden no puede ser generar un mayor desorden. La tolerancia, solidaridad y acogida que caracterizan a los españoles, es una virtud conquistada durante siglos que no podemos permitirnos perder por seguirle el juego a un puñado de intereses políticos y económicos, sean de izquierda o de derecha. Seamos rebaño pero no borregos. Por todo esto y otras cosas me declaro a menudo objetor de conciencia en materia de voto, cada día más consciente, porque no entiendo como todos esos grupos que supuestamente pretenden mejorar esta sociedad, son incapaces de entender que, sus dinámicas de funcionamiento se orientan a empeorarla. El fin no puede justificar los medios y si se carece de un proyecto ilusionante, capaz de movilizar el voto y aunar voluntades en pos de un futuro mejor para todos, antes de unirse al bando de los incendiarios, es preferible seguir defendiéndo honradamente la casa y quedarse esperando a ver como pasa por delante el cadaver de tu enemigo pues, sin duda en esta vida, todo pasa. Yo de momento me seguiré absteniendo, y ojalá fueran millones los que lo hiciesen pues así entenderían nuestros políticos que, para construir una sociedad mejor, es más efectivo y humano sacrificarse uno mismo que andar promoviendo el sacrificio de los demás. El origen cristiano de nuestra civilización así nos lo demuestra.
  6. 75 puntos
    Trump y la orfandad de la derecha En 2016 Trump sacudió el tablero del mundo entero, no fue el primero, pero su victoria en la primera potencia del mundo dio un gran impulso a los políticos de lo que se ha llamado derecha populista o derecha alternativa. Estos políticos comparten el rechazo a una globalización que diluye los poderes nacionales, el temor, a veces justificado y en otros casos infundado, a la inmigración, una actitud distante a la cultura y la ciencia por considerarlas emparentadas con las élites tecnócratas y políticamente correctas. Desde la familia Le Pen, pasando por Orbán, Farage, Wilders, Abascal, Duterte y Bolsonaro, los líderes de hablar directo, de apelar al pueblo, de soluciones rápidas y firmes, han marcado la agenda política en el mundo con un impacto del que aún no sabemos su duración y alcance, pero del que podemos vislumbrar consecuencias funestas. Las victorias de estos personajes son efímeras, semejan reacciones de cuerpos moribundos que tratan de luchar contra los síntomas, pero no contra la enfermedad que los origina. Los movimientos políticos basados en la división, en la revancha en lugar de la justicia, en el reclamo de pasados mejores, no tienen un futuro prometedor a largo plazo por diversos motivos, desde el declive demográfico de sus votantes hasta la fragilidad ideológica que los sustenta, una fragilidad que los orilla a aceptar como campeones a personajes sin escrúpulos como Trump o Duterte, que si bien son capaces de proporcionar deslumbrantes victorias, serán un lastre que terminará hundiendo estas nuevas derechas, así como los esfuerzos de personas sinceras, por los escándalos y abusos de estos personajes. Este hundimiento ya ha comenzando de manera visible en Estados Unidos con la derrota de Trump ante Biden, un triunfo por demás simbólico pues incluso la televisora aliada de Trump, Fox, se sumó hace unos días a la censura del todavía presidente estadounidense cómo un ejemplo de lo que dijo Nicolás Gómez Dávila: Cualquier derecha en nuestro tiempo no es más que una izquierda de ayer deseosa de digerir en paz. Los escándalos de Trump seguirán dañando a aquellos que lo respaldaron o emularon. Una vez liquidado el hombre naranja, sea por la persecución de la justicia norteamericana a manos de la élite dominante, o capitulando al negociar con esos grupos de poder, los demás líderes de la derecha alternativa en el mundo comenzarán a perder fuelle. No hay un referente con el cual puedan sustituir la pérdida de la Casa Blanca ni un sustento ideológico en el que puedan replegarse. Lamentablemente prefirieron la coyuntura al destino, el del caudillismo al de la construcción de un movimiento vivo y que trascendiera personalismos, eligieron los temores y los odios en lugar de las ideas, únicamente les queda agitar la bandera del miedo ante el creciente horror del Islam en Europa, pero siguen sin tener una base más allá sobre la que puedan descansar un pensamiento a futuro, podrán con suerte instaurar regímenes autoritarios para responder al desafío musulmán, pero enfrentaran el mismo destino que sus predecesores del siglo XX porque carecen de un proyecto real más allá del pánico y la nostalgia. La derecha alternativa al final del día son los hombres insensatos que edificaron su casa sobre arena. No permitamos los católicos que nos devoren las arenas ni los cantos de sirena.
  7. 60 puntos
    El obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá, ha publicado una durísima carta pastoral este pasado viernes 19 de marzo, día de San José, a propósito de la aprobación el día anterior de la denominada Ley de Eutanasia, por parte del gobierno progresista de Pedro Sánchez, en la que califica a España de "campo de exterminio" de todo aquello que constituye lo “específicamente humano”, esto es, "la dignidad y el carácter sagrado de la vida". El obispo añade que le "Le tenían ganas. La España tradicionalmente católica y que expandió la fe allende los mares, era un enemigo a batir por sí misma y por su repercusión en los pueblos hermanos de Hispanoamérica, Filipinas, el mismo contexto europeo y la influencia en todo el mundo de nuestros misioneros, activos colaboradores con la transmisión de la fe". Al mismo tiempo alerta que, "con esta ley se consuma el proceso de transformación de la ley natural y de los llamados derechos humanos, en derechos subjetivos, según los propios deseos de cada uno. Ya no quedan los bienes indisponibles. Lo que viene después son las leyes que propicien el transhumanismo”. Copio a continuación la carta íntegra de monseñor para todos aquellos que puedan estar interesados en conocer su contenido.
  8. 50 puntos
    Hay tres concupiscencias que llevan a la perdición, representadas en las tres tentaciones de Jesús en el desierto. Y esas tres tentaciones son en las que ha caído la derecha española, como abanderada de la salvaguarda de nuestras raíces cristianas. La tentación de la carne, la de la soberbia y la de las riquezas. Aunque todas se relacionan con todas y todos comen del plato común, la derecha liberal encarna sobre todo la caída en la tentación de la carne, al amparar la libertad sexual, el consumismo, etc. La derecha tradicionalista encarna sobre todo la caída en el orgullo, al creerse mejores y más puros que los demás, a quienes a menudo niegan incluso su dignidad natural. Y finalmente, la derecha conservadora encarna la caída en la tentación de las riquezas, al amparar la usura y el economicismo como medio de vida. En definitiva, todo aquello que supuestamente debiera defender la derecha, en realidad lo pervierte generando una reacción que es aún peor, ya que se basa en la negación de todo aquello que dicen defender, y esa reacción es la izquierda. De algún modo todo eso está en el origen propio de derechas e izquierdas, y por más que se hayan confundido los términos con el tiempo, su fundamento persiste hasta hoy: perversión y revolución. Por eso es tan necesario trascender esa dicotomía.
  9. 45 puntos
    Seguramente habéis leído en internet sobre una supuesta "Guía de la buena esposa" que se viene atribuyendo con persistencia a la Falange, con la intención de ridiculizarla y también de hacer avanzar la causa feminista. El bulo es de tales dimensiones que ha pasado a numerosos libros editados en España y en el extranjero. Desde que me conecté a internet he visto circular este bulo y, aunque me he esforzado en explicar que ese texto no es de España sino de los idolatrados Estados Unidos, no he conseguido que me hagan mucho caso. Pero dejo que lo explique MALDITO BULO y al final añadiré una breve reflexión: Vergüenza para los izquierdistas que inicialmente difundieron este bulo con la intención que es fácil adivinar. Con especial mención a los autores, incluso del ámbito académico, que lo recogieron en su libros. Más valdría tirar a la basura esos libros. Pero todavía mayor vergüenza para los fachas imbéciles que, no sólo se tragaron el bulo, sino que se sintieron identificados con el repugnante texto y se dedicaron a difundirlo incluso con mayor vigor que los izquierdistas antes mencionados. Con eso demuestran que no son más que una caricatura que han elaborado otros. Nada que ver con la Falange original ni con el fascismo: son caricaturas andantes, sectas y tribus urbanas que florecen en el mundo capitalista. Son de la Falange como podían ser de Apple o de Adidas. Honor a MALDITO BULO por tener la honradez y la gallardía de desmontar un bulo que beneficia a sus posiciones ideológicas, pero también por hacer una excelente labor desmontando otros muchos bulos en esta internet de la mentira. En alguna ocasión he visto alguna cosa de MB (por ejemplo, en relación con la homosexualidad) en la que me pareció que se dejaban arrastrar por sus posturas ideológicas. ¿Pero quién no se deja arrastrar por su ideología en algún momento? Nadie es perfecto. El caso es que ellos se esfuerzan en ser objetivos y en buscar la verdad, a diferencia de muchos derechistas que están entregados a la mentira con pasión demoníaca. No es la primera vez que MB desmonta bulos que afectan negativamente a la derecha; también ha rebatido bulos sobre Vox y sobre otros asuntos que perjudican a ese ámbito ideológico, así que me parece que han acreditado su independencia de juicio. Muchos fachas enloquecidos, de estos que son un subproducto del capitalismo, le tienen particular manía a MB porque también rebate sus asquerosos bulos, y hasta han montado varias cuentas específicas en Twtter desde las que se dedican a difamarlos. A ese tipo de derecha, que se enorgullece de la mentira y que prospera gracias la estupidez cibernética, hay que combatirla sin cuartel, lo mismo que a los izquierdistas que mientan, aunque yo diría que hay que ser más severos con los derechistas mentirosos, porque además de falsear la realidad hunden en el descrédito a unas ideas dignas. Como dijo Manuel Hedilla: "Todos sabemos que en muchos pueblos había (y hay) derechistas que eran peores que los rojos". En internet la cosa ha ido todavía a peor. Hay que aplaudir al honrado y al que procura ceñirse a la verdad, sea de derechas o de izquierdas. Otra cosa es pura modernidad disolvente, del tipo que le gusta al Padre de la Mentira.
  10. 31 puntos
    A mí también me harta ese afán de subversión y rebeldía que se ha extendido dentro de la derecha, cuyo origen, dicho sea de paso, hay que buscarlo netamente en doctrinas modernas e izquierdistas. Y más allá de lo cansinos que resultan, el peligro de este tipo de comportamientos es muy grave. Porque llevan al relativismo de aceptar todo lo que (supuestamente) se oponga al "discurso hegemónico" y de rechazar todo lo que pueda siquiera parecérsele (véase la confusión entre justicia social y comunismo, sin ir más lejos). Y porque, en el fondo, los que se conducen de esta manera lo hacen por una exaltación de la libertad mal entendida -a saber, como algo sin guía ni sujeción a ningún principio ni autoridad- que les lleva simplemente a "llevar la contraria" por el puro placer de hacerlo. Es decir, que cabría suponer que muchas de estas personas habrían sido comunistas de haber vivido en la España de los años 50, falangistas de haber vivido en el Madrid de 1936 y protestantes (¡o hasta musulmanes!) de haber vivido en la España del siglo XVI, ya que, en todos los casos, ésas eran las opciones disidentes, "políticamente incorrectas" de la época y el lugar. Es decir, algo completamente de locos que sólo puede servir para destruir, jamás para construir, en la línea de la peor izquierda más extrema y recalcitrante, y hasta tocante con una psicología anarquista (probablemente lo peor dentro de la izquierda, si es que tiene sentido hacer tal clasificación). Además de todo esto, se acentúan las tendencias antisociales, de aislamiento del resto de la sociedad por considerarla una masa de borregos estúpidos echados a perder por el discurso dominante. Es decir, los sectores políticos invadidos por esta plaga, en lugar de mostrarse el mundo y tratar, concienzudamente, de convencer a los corazones de sus compatriotas, acaban aislados en sí mismos, despreciando a todos e ignorados por todos. Una imagen que puede parecer muy romántica vista desde desde fuera, como lo es la figura del rebelde, pero que, insisto, es puramente destructiva (algo que quizá se deba, precisamente, al trasfondo romántico, y por tanto irracional, de esa imagen).
  11. 30 puntos
    Me parece que algunos confunden la patria con la ideología, y así entienden que lo patriota es ser de derechas o de izquierdas, despreciando a todos aquellos que por ser de otro bando, no los consideran como a paisanos. El problema es que la cosa es al revés. Patriota no es quien ama las ideas nacionales y políticas de un grupo de personas que piensan igual a él o votan a un mismo partido, sino el que ama a toda su nación, incluidos aquellos que no piensan como él. Porque la patria es el ser y el estar terrenal de todos y amarla, no es solo envolverse en la bandera o emocionarse con el himno, sino también razonar e intentar comprender el porqué de las miserias del otro, emocionarse y llorar con su desgracia, agradecer cuanto de bueno aporte al bien común y sobre todo, luchar hasta dar tu vida por la de todos. Porque ser patriota es ofrecer tu vida, tus dones, tu memoria, tu inteligencia, tu voluntad para el bien de todos aquellos que comparten contigo la patria que te vio nacer. Y tratar de que a través de tus palabras y tu ejemplo, se unan a esa misma noble causa que debería ser la de todos, en lugar de andar generando conflictos, odios y divisiones que al final acaban destruyendo aquello que más amas: Tu propia vida. Amar la patria no significar imponer tu ideología y despreciar al otro, no, sino precisamente procurar para todos cuanto de bueno y verdadero hay en ella. Valorar y agradecer lo que todos aportaron antes y ahora para el bien común, y sobre todo agradecer el sacrificio de aquellos que, de buena fe, dieron su vida o lucharon y se esforzaron por defender y engrandecer la patria que hoy disfrutamos, aunque en algunos casos fuese en un bando equivocado. Ser patriota es compartir una misma carne y un mismo espíritu, que se esfuerza unido por el bien de todos.
  12. 25 puntos
    Creo que en esta “sociedad líquida” (postmoderna) la consistencia ideológica de los llamados partidos de izquierda o los de la derecha es nula, por lo que ninguno está preparado para eso que ahora denominan “batalla cultural”, o “batalla de las ideas”. En un contexto cultural en el que el desprecio por la búsqueda de las realidades últimas está a la orden del día, pretender establecer un antagonismo ideológico entre izquierda y derecha resulta una tarea estéril, ya que ambas facciones se mueven sobre las mismas arenas movedizas de nuestro tiempo, esto es: voluntarismo, positivismo, emotivismo, etc. Así, partidos de todo espectro político viven aprisionados por la tiranía de lo inmediato, del inestable y arrítmico “pulso de la calle”, de los vaivenes informativos del día a día en un mundo globalizado. Considero que esta tiranía de lo presente y lo superficial no deja espacio para desarrollar raíces profundas, y sólo desde las raíces profundas podrían brotar líderes íntegros en su faceta moral e intelectual. Sólo desde una perspectiva que tome distancia de un entorno hiperreactivo se podría generar una reacción cultural potente. En este sentido, una derecha que es esclava de ideas neoliberales, una derecha que es hija del consumismo de masas, una derecha que mira con benevolencia e incluso admiración a políticos populistas norteamericanos, es absolutamente incapaz de dar la “batalla cultural”. Más que “batalla cultural” o “de las ideas”, estos partidos de la “derecha postmoderna” aportan su granito de arena a lo que algunos han llamado “demogresca” (término que conozco gracias a un programa excelente llamado “Lágrimas en la lluvia”, al cual se le dedicó un capítulo que recomiendo). Aunque mi juicio sobre los partidos políticos actuales es francamente negativo, creo que para los cristianos también tiene que prevalecer lo que Santo Tomás sintetizó de manera maravillosa con esta sentencia: “Toda verdad, diga quien la diga, viene del Espíritu Santo” (“Omne verum, a quoqumque dicatur, a Spiritu Sancto est”), frase que, por cierto, demuestra que los medievales eran mucho más abiertos de mente de lo que se pretende hacer creer hoy en día. Por eso, es tarea nuestra cribar y recoger todo lo positivo que hay en cualquier discurso, programa o ideología, hacerlo nuestro sin caer en esa “demogresca” imperante que mencionaba. Delante de estos partidos y movimientos “postmodernos”, considero que es nuestra tarea partir de esta otra sentencia de Chesterton: “el mundo moderno está poblado por las viejas virtudes cristianas que se han vuelto locas, de sentirse aisladas y de verse vagando solas" (Chesterton: "Ortodoxia"). Teniendo en cuenta este principio, creo que toca trabajar para que estas virtudes dejen de estar aisladas y para que dejen de vagar solas, y nos toca empezar desde lo pequeño, desde nuestra casa y en nuestras vicisitudes diarias para, a partir de ahí, ir generando una nueva cultura mediante la atracción.
  13. 25 puntos
    Propongo un pequeño juego: ¿Quién crees que escribió estas palabras? ¿Que orientación política crees que tiene? Más adelante soluciono la incógnita y añado alguna información más. En la URSS estas ideas eugenistas y socialdarwinistas se descartaron parcialmente con Stalin, por una cuestión de estrategia, pero antes de eso estuvieron en vigor. De hecho, en otros textos que traeré más adelante se verá que los eugenistas ponían como ejemplo de algunas de estas políticas a Rusia, sobre todo en lo relativo al aborto y la liberación sexual. Por lo que tiene razón elprotegido en que no se debería descartar a priori el origen comunista o socialista del texto. Por el espíritu exterminador que demuestra, el texto lo podría firmar perfectamente un ideólogo nazi o algún científico alemán. Lo que pasa es que en ese caso tendría que ser una traducción del alemán, porque a España nunca llegaron ese tipo de aberraciones. Formulo dos matizaciones al respecto: 1) Los nazis no sólo esterilizaban a los discapacitados. Eso fue en una primera fase. Cuando empezó la guerra, activaron de forma secreta el programa de eutanasia Aktion-T4, que básicamente hacía lo que dice ese texto. Es la única vez que se ha llevado a la práctica algo así (eutanasia involuntaria contra discapacitados y tarados). Finalmente, ante las reiteradas protestas del obispo de Münster, Clemens von Galen, parece que detuvieron el programa de eutanasia, pero sólo temporalmente y en tanto no cambiase el signo de la guerra. 2) Estas ideas eugenistas sólo estaban más o menos generalizadas en el mundo protestante (Alemania, Holanda, países escandinavos, Suiza, Reino Unido y EEUU). En los países católicos y latinos nunca se adoptaron estas políticas y sólo las defendía la extrema izquierda (anarquistas, comunistas, socialistas, liberales radicales), pues la Iglesia católica siempre se opuso con tenacidad a estas ideas criminales. Es un mérito que el mundo tendrá que reconocer a la Iglesia. Nos queda la opción de que fueran anarquistas, grandes defensores de la eugenesia, del darwinismo, del determinismo biológico, del neomalthusianismo, y de la revolución sexual; aunque hay que reconocer que en esto seguían a buena parte del estamento médico y científico de la época. En particular, señalaba elprotegido que el texto podría provenir del anarquismo catalán, siempre más abierto que el resto a las corrientes innovadoras de Europa. Y, efectivamente, es así. El texto procede de la revista feminista y anarquista Mujeres libres, editada en Barcelona, que habitualmente exhiben con orgullo los nostálgicos de la Segunda República. La referencia completa es: Nuevas conquistas para Asistencia Social, Mujeres libres, Barcelona, n.º 10, julio de 1937, p. 10. [Ver documento en hemeroteca de Barcelona] https://postimg.cc/YhYxH1hd El artículo, con ese título tan siniestro de Nuevas conquistas para Asistencia Social, no va firmado por nadie, por lo que hay que interpretar que lo firma o respalda el comité editorial de la revista, formado por las anarcofeministas Amparo Poch y Lucía Sánchez. En concreto, parece que el texto sería obra de la citada Amparo Poch, médico de profesión que ya había manifestado antes ideas exterminadoras de este tipo en relación con el aborto. Aunque no he podido acceder a la revista original (Orto. Revista de Documentación Social. Año II. 1932; 20:58-9), en una tesis doctoral sobre Amparo Poch se citan fragmentos de otro artículo suyo, titulado La cuestión del derecho a la vida, en el que manifiesta ideas similares: He visto que, en algún libro anarquista que glorifica a esta feminista, la intentan disculpar por estas crueles palabras argumentando que era "lo normal en la época" tanto en la izquierda como en la derecha. ¡Mentira! ¡Nadie en la derecha española formuló ningún pensamiento remotamente similar a ése! ¡Nadie en la derecha defendió la eutanasia o la esterilización de los discapacitados! ¡Al contrario, criticaron esas ideas por criminales! La realidad es que este icono anarcofeminista proponía ni más ni menos que lo que llevó a cabo secretamente Adolf Hitler con el programa Aktion-T4. Lo que a hurtadillas llevaba a cabo Hitler con la oposición radical de la Iglesia católica, Amparo Poch lo proponía a la luz del día con el aplauso de sus compañeros anarquistas y republicanos. Y sin embargo, esta médico anarquista que quería asesinar discapacitados en nombre de la raza tiene dedicadas en España calles, placas y centros de salud: Si algún anarquista de buena fe nos lee, simplemente le pìdo que reflexione sobre estas cuestiones y vea que ni ellos eran tan buenos ni la Iglesia era tan mala como ellos decían. Una ideología, como la anarquista, que ha defendido una idea tan monstruosa y que a día de hoy no ha abjurado de ella, tiene un mal muy profundo en su interior. Ténganlo muy en cuenta cuando se saque a relucir en el parlamento la legalización de la eutanasia. ¡La eutanasia era esto, amigos! Editado hoy a las 00:21:13 por Hispanorromano. Motivo: (ver el historial de edición) Aviso: Solo el equipo de moderadores puede ver este mensaje
  14. 25 puntos
    Las fiestas populares ya hace tiempo que están muy paganizadas. Por ejemplo, las fiestas en honor a San Fermín han ido perdiendo su esencia religiosa y cada vez más son una verdadera orgía pagana, donde el sexo y el alcohol fluyen con una naturalidad que asustaría a los antiguos paganos. No entiendo cómo las autoridades religiosas no han tomado cartas en el asunto. De otro lado, ese carácter de desenfreno sexual y alcohólico, unido a la presencia masiva de la juventud, hace que estas fiestas resulten proclives a la violencia. Donde hay sexo —o simplemente competición sexual— hay violencia. Donde hay alcohol hay una desinhibición que en algunos individuos hace que afloren la agresividad y los peores instintos tribales. Si todo ello lo aderezamos con la presencia masiva de la juventud —de por sí proclive a la violencia, por simple condición física y por la necesidad de afirmar su personalidad— en espacios muy reducidos, donde abundan los involuntarios pisotones, empujones y codazos para abrirse paso entre la multitud, tenemos un cóctel explosivo. En ese ambiente de competición sexual y desinhibición alcohólica, cualquier pisotón involuntario es susceptible de interpretarse como una agresión y dar lugar a una pelea. La música tampoco acompaña. La música moderna, desde el rock hasta el tecno, se basa en ritmos sincopados que despiertan instintos tribales y generan agresividad en el oyente. Esa agresividad musical puede ser positiva si, en un momento dado, estoy deprimido en casa y necesito algo que me anime. Me pongo una canción de hard rock o de tecno industrial y por momentos me siento mejor. Pero a la larga ese tipo de música no despierta instintos sanos en el individuo y mucho menos en la masa. Las tribus urbanas y la ultraviolencia tipo La naranja mecánica están muy unidas a toda esa música moderna. En suma, con esos precedentes, es lógico que en las fiestas populares se produzcan de forma regular episodios de violencia graves. Desde que empecé a salir por la noche, a principios de los noventa, recuerdo siempre peleas de las que resultaba difícil escapar por muy buena voluntad que le echases. En la zona de los bares copas y discotecas, todos los fines de semana se libraba una guerra que a algunos les dejó simples magulladuras pero que a otros les supuso una estancia en el hospital o la muerte. Esta violencia era especialmente notoria en las fiestas populares, donde las aglomeraciones, el alcohol y la competición sexual alcanzaban su punto más alto. De siempre, recuerdo que en las fiestas de mi ciudad se producían todo tipo de peleas y reyertas que a veces acababan en muertes. No sé desde cuando es así, pero he leído algunas crónicas locales de los años 60 en las que se retrataba una violencia parecida, aunque no tan nihilista. En los últimos tiempos la novedad es que a los episodios de violencia pura se unen los de abusos y violencias sexuales, con frecuencia sodomíticas, que al menos en mi época eran una cosa rara en las fiestas populares. Supongo que algo tendrá que ver que desde la infancia se tenga un acceso ilimitado a la pornografía más escabrosa que se pueda imaginar desde el PC o desde el teléfono móvil. O el hecho de que, gracias al feminismo, se considere a la mujer igual al hombre, con lo que no debería ser objeto de especial respeto o protección, y se considere que es un derecho de la mujer hacer uso de los reclamos sexuales que estime oportunos. En los últimos tiempos los medios publican muchas noticias sobre agresiones en fiestas. Pero, sinceramente, no creo que haya un aumento significativo de la violencia. Incluso diría que, desde hace una década, las zonas de copas son mucho más tranquilas que antaño. La diferencia es que ahora abren los telediarios y copan las redes sociales informaciones que antes no pasaban de la crónica de sucesos en la prensa local. Y me parece que esa sobreexposición mediática no aporta nada positivo. Por el contrario, puede hacer que surjan imitadores, de lo que conozco más de un caso. Ahora bien, el problema de la violencia de la juventud existe y lo venimos arrastrando desde hace tiempo. ¿Cómo solucionarlo? Una parte de la violencia es inherente a la juventud y al ligoteo. Ayudaría frecuentar otro tipo de músicas, moderar el consumo de alcohol, evitar las aglomeraciones y proponer a la juventud otros cauces para encontrar "pareja". Pero veo difícil que se solucione si no vamos a la raíz, que es la paganización de unas fiestas que en origen eran cristianas. Si la sociedad no vuelve a ser católica, seguirán estas violencias o, en el caso de que se reduzcan por la falta de juventud o por la creciente reclusión de ésta en lo "virtual", como de hecho podría estar sucediendo, se trasladarán al ámbito privado, sobre todo al terreno sexual.
  15. 25 puntos
    A veces me sorprendo cuando descubro de qué forma Dios va enderazando los reglones torcidos de los hombres. En referencia a todo este tema del arte moderno y el fraude ético y estético que supone en gran medida pues, en realidad la mayoría de esas obras se hacen relevantes, no tanto por su contenido artístico sino cuánto más por los intereses económicos que hay detrás (y esto daría para un tema propio dada la conexión entre izquierda política y arte moderno), hay que recordar también que el arte siempre ha estado conectado con el mundo religioso, pues trata de una de las más altas expresiones creativas del hombre y por tanto expresión de su cernacía al verbo Creador. Desde la pinturas rupestres del arte conceptual prehistórico, hasta la aún incabada catedral de la Sagrada Familia de Gaudí, el arte ha manifestado siempre la relación del hombre con el Creador, creando él mismo en esa relación una estructura de comunicación divina. Quizás por este motivo, la degeneración del arte moderno viene dada desde entornos ideológicos mayoritiariamente progresistas y ateos, pues si el arte es la forma intelectualmente más elevada que tiene el hombre de manifestar su cernacía a Dios, también es la forma más elevada que tiene para oponerse al Creador y a las tradiciones que han venido salvaguardando su orden a través de los siglos. Y ahora recordemos en este punto que la palabra "satán" significa literalmente "el que se opone", porque exactamente eso es lo que expresa todo ese arte moderno separado de la concepción religiosa que fundamenta al arte, y por tanto creador de una nueva visión conceptual del mundo donde el hombre ya no refleja a su creador -deja de ser imagen y semejanza- y pasa a querer reflejarse a sí mismo, es decir a ocupar su lugar, a imagen de aquel que llaman "Satán". Cuando Miguel Ángel esculpe la Piedad, amén de transmitir una serie de canónes estéticos de su época, también transmite una esencia superior que sirve para mover a reflexión a cualquier observador. Hace arte con mayúsculas, tanto por la perfecta ejecución de la obra como por su capacidad para transmitir significados elevados que mueven al propio perfeccionamiento del ser humano. Decimos que es arte porque es capaz en definitiva de elevar el pensamiento y el corazón del hombre, trascender su animalidad y acercarlo a su Creador. El sufrimiento más profundo del ser humano, la fe inquebrantable de una madre, el sacrificio perfecto de un hijo, la esperanza de una vida nueva, y sobre todo el Amor en su más alta expresión. Todo cabe y emana de esa obra, ejecutada además con la más perfecta fidelidad a la realidad que cabe elaborar sobre una piedra muerta, como si la propia piedra fuera la expresión de la esperanza en la resurrección del propio artista. Sin embargo, el arte moderno, a menudo se muestra como transgresor y destructor de ese orden natural, y sirve así de plataforma de comunicación de todo concepto opuesto a dicho orden. Por tanto, es una herramienta muy útil para todos aquellos que quieren establecer su propia estructura de poder en el mundo o en cualquier forma alejar al ser su humano de su divinidad o fuente de poder, como siempre pretenden las distintas ideologías ateas. Esta obra de Dalí titulada "El rostro de la guerra" representa, al contrario de la Piedad de Miguel Angel, el terror más profundo y ancestral de la soledad humana, la pérdida de la fe puesta en los monstruos de la razón, la destrucción y muerte de la creación, y sobre todo la consecuencia del odio y la indiferencia, como antítesis del amor, en su más alta expresión que es la guerra. La Iglesia se ha valido del arte para "poder reflejar la fe y transmitirla por generaciones" por tanto, el arte es una "herramienta de poder y control social" muy antigua, incluso prohibida durante el tiempo del Antiguo Testamento dada su capacidad de conducir al hombre por caminos equivocados. Con los siglos, muchas obras artísticas sacras, han llegado a producir emociones y condicionantes humanas que ni el mismo autor pensó que podrían ocasionar en los demás, siglos después incluso de haber muerto el artista. Podría decirse que, Dios se vale de nuestras creaciones (o visiones de él) para llegar hasta los lugares y tiempos que escapan de nuestra sencilla imaginación, como muestra por ejemplo una de las más importantes obras de arte sacro realizada por Velazquez: La Coronación de la Virgen, que refleja la más alta aspiración humana de entronización celestial, nada menos que en la figura de la mujer, siglos antes de la aparición del feminismo. Ni el más furibundo feminista podría concebir pretensión semejante, dicho sea de paso. No obstante todo, el arte sigue siendo lo que es, a pesar de que haya artistas que se empeñen hoy en llevar a su público por auténticos despeñaderos conceptuales. Sigue habiendo artístas hoy que, a pesar de que los cánones artísticos de nuestro tiempo no sean los del Renacimiento que expresaba Miguel Ángel, por estar más condicionados por la realidad destructiva del S.XX y la incertidumbre siempre abundante de un mundo liberal sin otro relato común que el darwinismo, sin embargo también como entonces tratan de ejecutar, según los cánones actuales, ese mismo acto creativo que acerca al hombre a Dios y le mueve a la reflexión sobre su cercanía con el creador. A continuación rescato un artículo del pasado año donde se habla de tres artistas contemporáneas que hacen arte religioso, según los cánones actuales: La pregunta entonces sería, ¿Sigue siendo el arte sacro, creación y expresión de lo sagrado? ¿Es precisamente esa la función del arte, conectar al hombre con Dios, es decir, con la perfección del ser? De ser así, cada obra capaz de conectar un alma con el Creador, podría ser considerada arte en su más alta definición. E igualmente, todo aquello que por el contrario busca privar al hombre de su filiación divina, podría considerarse anti-arte o arte destructor, independientemente de la época o situación en la que se produzca.
  16. 20 puntos
    Con respecto a lo que discutíais sobre la deportación los inmigrantes que delinquen, para mí la conclusión es clara: El principio existe y es correcto, sin embargo se aplica de manera demasiado laxa. Lo mismo con la obligación que tienen los parados de asistir a cursos y a coger los trabajos que les den. De hecho, ése es muchas veces mi problema con el actual estado de cosas y con el sistema llamado "Estado del bienestar". Los principios son algunas veces correctos, pero se aplican con demasiada indulgencia y laxitud. Eso provoca problemas sociales varios como la proliferación de delincuentes y caraduras -inmigrantes o autóctonos- que no quieren trabajar y pretenden vivir del esfuerzo de los demás. También provoca un sesgo según el cual parece que se premia la holgazanería y se castiga el trabajo duro. Aparte de eso, el tema de la inmigración tiene sin duda una importante dimensión teológica. Es como si Dios hubiera permitido la inmigración caótica, desordenada y trágica que presenciamos hoy, precisamente para señalar de manera clara a la humanidad que no puede renunciar al deber sagrado de la procreación (y otros). La inmigración ha cambiado el rostro de muchas ciudades europeas y de ésta manera le indica claramente al europeo, occidental, que busque la raíz del problema, diciéndole que está enfermo a través de un síntoma evidentísimo. Según esta interpretación (no sé si válida a la luz de lo que nos enseña la Iglesia) la inmigración no sería un castigo divino, mas al contrario, pues revela un mal que de otro modo quedaría oculto. Es evidente, por tanto, que la respuesta identitaria al problema es completamente errada, pues pretende acabar con una enfermedad atajando un mero síntoma. La respuesta izquierdista es, por su parte, también errada, por inexistente. La mayoría de izquierdistas se hallan en una postura que consiste en una negación infantil de cualquier problema derivado de la inmigración en su forma actual, así como del origen de ésta. Por otro lado, debido a sus esquemas marxistas, asocian de manera simplista "inmigrante" con "oprimido" y, por lo tanto, con "bueno". Por lo que a mí me interesa, me parece que ni la izquierda ni la derecha van en el sentido constructivo y razonable en el que deberían ir: La búsqueda de la asimilación y la convivencia. La izquierda por azuzar los resentimientos (una especie de "lucha de clases" reeditada en "lucha de razas") y la derecha por ahondar severamente en esa propuesta de confrontación. Un lado y otro parecen tender, cada uno a su modo, a la sectorialización y a la confrontación. Sin embargo, reconozco que sí existen ciertas tendencias constructivas entre algunas personas "derechistas": Hace unos días veía una entrevista que hicieron a Marine Le Pen en la televisión francesa en la que afirmaba estar en contra de las clasificaciones étnicas al estilo USAno y defendió la idea de la unión de todos los franceses (independientemente de su origen) bajo los principios de su República, lo cual le aplaudo. El problema es que no me parece coherente con otras actuaciones de su partido ni con las ideas de sus bases y, por lo demás, se queda en un brindis al Sol viendo lo grave que es el problema de la "guetización" en Francia*. *recuerdo una ocasión en la que me encontraba en un tren, que circulaba por las afueras de una gran ciudad francesa, en el que yo era el único blanco (literalmente) dentro de un vagón lleno a rebosar. Y no es una situación en absoluto inusual allí.
  17. 15 puntos
    Me ha gustado la crítica de La conjura de los necios de Mundo Republiqueto, pues tengo una visión similar de la novela. Recomiendo su lectura encarecidamente, aunque sólo sea por su humor excepcional... John K. Toole, el autor del libro, no es un escritor católico (si habría evolucionado en este sentido de haber vivido más años, sólo Dios lo sabe), pues de hecho era probablemente no católico en lo personal. No creo que, en este sentido, sea comparable a Chesterton (aunque no he leído nada de este último, y por tanto, me abstengo de afirmarlo categóricamente). A este autor lo califico políticamente más bien de tendencia de izquierda moderada, pero con una indudable fascinación hacia el catolicismo -pues Ignatius J. Reilly, el personaje protagonista, a pesar de poseer muchos de los rasgos del antihéroe, es sin duda caracterizado como un genio "católico" incomprendido en su época y existe una intención clara de hacerlo simpático para el lector- probablemente debido a su tradición familiar. También desliza críticas a izquierda y derecha, algunas de ellas muy puntiagudas y afinadas. En particular, sorprende el retrato que hace, a través de un personaje femenino, de toda la fauna "progre" de extrema izquierda que empezaba a germinar (en los años 60) en las universidades de EEUU. Contrasta su finura e inteligencia con la brocha gorda que acostumbra a utilizarse hoy en día. Para entendernos, y dejando de lado matices, mi opinión sobre John K Toole no dista mucho de mi opinión sobre George Orwell: Ninguno de los dos es propiamente "de los míos", pero su enorme inteligencia y lucidez hace que aprenda y disfrute mucho leyéndoles.
  18. 11 puntos
    Antes de que se me olvide, traslado al foro un párrafo de Menéndez Pelayo que encontré hace unas semanas por casualidad. En este fragmento el insigne santanderino critica la excesiva influencia francesa —además, de autores no muy ortodoxos— sobre el tradicionalismo español que entonces emprendía la lucha contra las innovaciones liberales. El tema no es la primera vez que lo oigo. Hace poco leí un un libro de un carlista de raza, Jesús Evaristo Casariego, donde se venía a decir algo parecido. Esa influencia de Francia en el tradicionalismo español siempre me parecido palpable. Algunos de estos tradicionalistas franceses fueron masones —quizá sinceramente arrepentidos, pero ello no impide que quede algún poso— y algunas de sus doctrinas fueron condenadas por la Iglesia. Intentaré aportar más textos sobre este asunto en un futuro. El tema me parece de gran interés y creo que no se ha estudiado lo suficiente. No se trata de fustigar a los tradicionalistas ni a los carlistas, pues de hecho algunos de ellos consideran negativa esa excesiva influencia de Francia. Cualquier aportación es bienvenida. He aquí el texto de Menéndez Pelayo: _____________________________ Como lo prometido es deuda, transcribo un texto del carlista Jesús Evaristo Casariego que versa sobre el mismo asunto. En un capítulo dedicado a Donoso Cortés del libro La verdad del tradicionalismo, J. E. Casariego alaba a aquel escritor pero nos pone en guardia sobre algunas de sus doctrinas: La verdad es que el texto sigue y sigue sobre el mismo tema pero no quiero transcribirlo todo. Critica también la retórica algo afrancesada de Donoso. Abunda en la idea de que el verdadero tradicionalismo no pretende recuperar todo lo anterior ni rechazar todo lo nuevo. Y se apoya en cartas de reyes carlistas que admiten que no todo era de color rosa en el Antiguo Régimen y que no es malo todo lo nuevo: Una foto de Jesús Evaristo Casariego que figura el en el mismo libro: Dos libros he leído de este hombre y los dos me han parecido de gran provecho. Me parece un pensador digno, honrado y españolísimo. Intuyo la razón por la que no es muy citado por los carlistas en la actualidad. J. E. Casariego se muestra muy comprensivo con el falangismo y aboga por una colaboración. Se muestra también comprensivo con algunos fenómenos en Hispanoamérica, como el peronismo, que levantan ronchas en los sectores conservadores e integristas. Muy antiyanqui y claramente antirracista, a pesar de su abierta simpatía por el fascismo. Casa mal con el espíritu de los tiempos. No quiero imaginar lo que pensaría si viese el actual espectáculo de seudocarlistas y seudocatólicos que llaman “comunista” y “peronista” al Papa al tiempo que reverencian a un presidente yanqui chiflado que odia a los hispanos; que beben los vientos por un chekista ruso y te hablan de un plan maestro para acabar con la raza blanca mediante el mestizaje, generalmente con gran profusión de palabras en inglés. Por cierto, en su día transcribí en el foro otro inspirador texto de J. E. Casariego pero de otro libro: España y los visigodos. La interpretación de J. E. Casariego - Memoria de las Españas - Corazón Español
  19. 10 puntos
    ESPAÑA Y EL RACISMO Quizá sea España el único pueblo que tiene como fiesta nacional la Fiesta de la raza. Se celebra —como es sabido— el 12 de octubre, conjuntamente en España y en América española, en recuerdo del descubrimiento, ese día, del Nuevo Mundo. ¿Y queriéndose aludir con esa fiesta a qué? ¿A la expansión de la Raza española por un nuevo continente? ¿A una afirmación rotunda de la raza española como raza única y aparte de las otras razas? No. Si España es el único pueblo que tiene una Fiesta de la Raza —solemne y nacional— también es el único pueblo España que no tiene sobre «la raza» prejuicio alguno. Es el único pueblo «que no entiende ni quiere entender de razas». Esa Fiesta del 12 de octubre quiere significar lo contrario de su título. Quiere significar que «España se fundió con todas las razas de America». Como se había fundido y se fundiría con razas africanas, asiáticas y europeas. Para España —una paradoja más de España— la «Fiesta de la Raza» significa la «Fiesta de la no raza en el mundo». ¿Entonces por qué se utilizó la palabra «raza» para designar a esa fiesta? Pues por un simple motivo circunstancial. Esa fiesta se instituyó en España en aquellas épocas finiseculares en que las teorías racistas de los Chamberlain, y aquellas de la supremacía de los anglo-sajones estaban en su auge. En que era una moda hablar de las razas, su diferenciación y sus superioridades. Y a ello se debió que los institutores de esa fiesta utilizasen ese equívoco término de «raza». Equivoco especialmente para el genio español. ¿Cuál era y es el genio español? Justamente: el antirracista. El considerar la distinción de las razas como un pecado. Un genio esencialmente Cristiano. Un genio «fraternizante». El español genuino jamás tuvo reparos en unirse a mujeres de color y en procrear hijos mestizos. ¿Se expli­caría de otro modo el que hoy hablen español cerca de cien millones de almas? ¿Se explicaría si no el que la América española sea hoy un continente civilizado y autónomo? Para España el problema judío no fue ni es ni será nunca un problema de raza. Sino un problema de fe. Es cierto que en la Alta Edad Media española y en el Renacimiento, cuando ya la unidad política de la nación se acercaba a su triunfo (1492) se hizo una teórica clasificación de san­gres, de «limpieza de sangre». Y se distinguieron los cristia­nos viejos —o verdaderos cristianos— de los cristianos nue­vos, o conversos. Es cierto que la Inquisición se basó a veces para sus pesquisas en ciertos caracteres somáticos. Pero no pasó de la forma de las narices. Como lo testimonian escri­tores coetáneos. Así Lope en su comedia «Lealtad en el agravio» decía: « No hay en toda la Corte qué encubra cierto defecto. ¿Cuál es? Las narices grandes ». Y Quevedo en «el Buscón»: «Hay muy grande cosecha de esta gente y de la que tiene sobradas narices y solo les faltan para oler tocino». Y el mismo Quevedo atacando a Góngora le maliciaba de ser judío por esa razón de las narices: «En lo sucio que has cantado y en lo largo de narices demas de que tu lo dices que no eres limpio has mostrado ». Pero la Inquisición española no iba mucho más allá de las narices, de ese rasgo elemental, por lo demás muy común en la raza morena y algo semítica de los más rancios cristianos españoles. El español no tenía ni tiene esa sensibilidad racista de los nórdicos. Yo recuerdo el caso de un amigo mío holandés. Una vez, yendo conmigo, se nos acercó un estudiante negro conocido, y se acercó sin que el holandés lo advirtiera, poniéndole una mano en la espalda. Y con el mayor asombro mío observé que el holandés se estremecía involuntariamente como si una descarga misteriosa le corriera por las venas. Ese estremecimiento era señal de raza pura, me explicó luego un amigo etnólogo de gran prestigio. * * * Los españoles no nos estremecemos más que por lo contrario. Cuando vemos a un inglés, a un irlandés, o a un alemán rehuir el contacto del hombre de color. Yo, por ejemplo, tengo en mi familia, parientes nacidos en Cuba, en la India, en Filipinas, en Italia. ¿Cómo voy a hacer cuestiones de razas, en mi familia? Pues mi caso es el corriente de todos los más castizos españoles, que descienden de los emigrantes, aventureros, conquistadores de América, Asia y África. Mi caso es el típico del «cristiano español». Por eso tuvimos los españoles «capacidad universal de expansión». Y si el Fascismo en el porvenir será todavía más universal y católico que en la actualidad, será porque España lo tomará en sus manos, lo interpretará con su genialidad cristianamente humana, y zanjará con su corazón —como con una espada celeste— los nudos gordianos de «la raza aria» y de «la raza latina». * * * Nosotros comprendemos que un alemán sueñe y crea firmemente en eso de lo ario. Conocemos la profundidad y antigüedad de ese mito germánico. Remonta nada menos que a los orígenes indo-germanos de las primeras inmigraciones europeas. Sabemos que ya desde aquella remota época la palabra arya significaba «señor» (o sea la gente alta y rubia) y «dasya» (moreno) significaba «esclavo». Esa idea primigenia y fundamental persistiría a través de la historia: desde Lutero hasta Hitler. Nosotros lo sabernos y comprendemos. Pero no lo compartimos. Porque compartirlo seria dejar de ser «cristianos», «católicos», «universalistas». Por tanto: españoles. * * * No solo son los arios el único pueblo racista. Hay otro pueblo, tan importante como ese, que cree en la raza y hace de la raza una razón de ser, de existencia y perduración: el pueblo judío. Es otro pueblo, el judío, pagano, bárbaro, somaticista, con culto del «jus sanguinis». Por eso judíos y hitlerianos tienen tan feroces rencores unos de otros. Para un español el protestante alemán o el judío talmúdico se convierten en hermanos desde el momento que abju­ran sinceramente de sus herejías, de sus Credos heréticos. Solo así se explica que altos inquisidores, y dignatarios fa­mosos de la Iglesia española, y gran parte de la Nobleza his­pánica, procedan de conversos judíos. No hubo católicos más fervientes, por ejemplo, que aquellos Alonso de Espina o Gerónimo de Santa Fe, judíos conversos que persiguieron a sus hermanos de raza con más celo que Torquemada, de quien también se duda de su pureza de sangre. * * * Nosotros hace mucho tiempo que lanzamos la profecía de que el triunfo final del Fascismo solo llegará el día que lo recoja genialmente España. Nosotros previmos la lucha inevitable, ineluctable, de los derechos de la «raza latina» (Roma) con los de la «raza aria» (Berlín). Si no surge una cruzada contra el comunismo ruso —como otrora, contra los sarracenos, y todas las diferencias se diluyen frente al común y terrible enemigo— no habrá más salvación para el Fascismo en el futuro que el genio crismático de España, como en el Renacimiento salvó el Catolicismo bajo la espada del Cesar germánico Carlos V al servicio del Dios de Roma. España, puede ser otra vez en la Historia, la solución generosa al conflicto de razas que se avecina en el seno mismo de la doctrina fascista. E. Giménez Caballero Antieuropa. Rasegna dell'espansione fascista nel mondo, Numero dedicato al razzismo, pp. 367-370. ————————————————————————————————— Comentario de Hispanorromano He querido compartir con vosotros este artículo, inédito en España, que publicó Ernesto Giménez Caballero en la revista fascista italiana «Antieuropa», dirigida por el jerarca Asvero Gravelli. Quedaba sólo un ejemplar a la venta en las librerías de viejo italianas y a precio de oro, por la ley de la oferta y la demanda. Pero he pensado que merecía la pena hacerse con esta revista y con el artículo de Giménez Caballero, ya que describe a la perfección lo que pensaba la Falange fundacional sobre el racismo y sobre la misión histórica de España, que coincide en líneas generales con lo que pensaba el tradicionalismo carlista y la derecha católica, es decir, las fuerzas contrarrevolucionarias y profundamente españolas. Este testimonio tiene gran valor porque quien afirma esto es un falangista (al que algunos, en su miopía, le adjudicarían un pensamiento cercano al nazismo en esta cuestión), y además lo hace en una importante revista italiana de doctrina fascista, donde los participantes italianos van en una línea parecida a la del escritor español. Sobre el director de esta revista italiana, Asvero Gravelli, y sobre los planes que tenía, dejo una breve reseña, extraída de un artículo de E. Milá, que puede servir de introducción: Ahora que algunos cuestionan estas ideas universalistas incluso en ambientes católicos; ahora que muchos desprecian la Hispanidad por albergar diversas razas en su seno; ahora que se ha extendido la delirante idea de que el antirracismo es un pérfido invento de Soros, de la Escuela de Frankfurt, de Trotski, de los comunistas, de los judíos, de los masones o de vaya usted a saber quién, considero interesante traer este testimonio histórico, inédito en España. Que, por otra parte, no hace sino expresar la doctrina católica tradicional sobre este particular, que asumió España en sus empresas históricas.
  20. 10 puntos
    Como ya he comentado en alguna ocasión anterior, aunque no me canso de insistir, para mí la verdadera "Gran Conspiración", se basa en difundir ideas, datos, teorías y conceptos que llevan a desconfiar de todo y de todos hasta dinamitar así la cohesión social. Es la estrategia revolucionaria que posiblemente más frutos esté cosechando pues no se limita solo a reafirmar y propagar las ideas del revolucionario, sino que permea todos los ámbitos sociales y niveles intelectuales, destruyendo así toda clase de vínculos sociales y humanos. Hasta qué punto afectan la difusión de estas teorías el entendimiento personal de las cosas y las relaciones sociales, podemos intuirlo fácilmente si cogemos un diccionario de sinónimos, y nos encontramos con que, para el término "Confianza", que es el más afectado por la actividad conspiranóica, aparecen como homólogas las palabras: seguridad, esperanza, fe, credulidad, decisión, determinación, certidumbre, tranquilidad, creencia, presunción, aliento, ánimo, vigor, empuje, amistad, familiaridad, intimidad, llaneza, franqueza, naturalidad, valimiento, cordialidad. En resumen, podría decirse que son los pilares de la vida misma los que se ven atacados por las teorías de la conspiración. Por eso insisto tanto en afirmar que, independientemente de la veracidad o no que pueda haber en cada teoría conspirativa, sí existe de fondo una "Gran Conspiración", sumamente peligrosa y destructiva, que sin embargo pasa desapercibida porque se da de una forma distinta a cómo nos las presenta habitualmente el mundillo de los conspiranóicos. Creo que es importante entender que, el conspiranóico es habitualmente parte, voluntaria o involuntaria, de la peor conspiración: aquella que permanece oculta. Es un poco como el efecto de la guerra nuclear pero aplicado a un nivel psicológico. Cuando se dispara una bomba atómica, la explosión puede tener un gran efecto destructivo, pero la verdadera y mayor destrucción se produce después por los efectos de la radiación invisible, que destruyen la continuidad de la vida. En este caso la bomba atómica vendría a ser semejante a la difusión de una tesis conspirativa, y la radiación igual a la desconfianza que genera dicha difusión, que se instala y permanece invisible en el ser personal y colectivo para ir minándolo y destruyéndolo poco a poco. Destruye la memoria de los acontecimientos al poner en cuestión lo que creemos saber; destruye el entendimiento de las cosas al no tener una base clara de los hechos ni de en quién confiar; y finalmente destruye la voluntad de las personas que acaban hastiadas de vivir en un mundo de mentiras. Es decir, la “Gran Conspiración" destruye las potencias del alma -memoria, entendimiento y voluntad- y con ello la vida de las personas y la sociedad. Y digo que se trata de una conspiración y no de un simple comportamiento humano porque en efecto soy creyente, y tal como creo que realmente existe Dios, verdad y vida, también creo que existe el diablo, a quién desde siempre hemos conocido como el padre de la mentira.
  21. 10 puntos
    Recomiendo aplicarle la óptica pragmática a la idea de "estudiar el secreto de las instituciones prósperas y desentrañar sus principios". Es perfectamente posible abandonar el derrotismo y aprender de los principios que otros emplearon con éxito. En realidad, la ruptura definitiva de España con América no se dio con las independencias sino con el corte del flujo de las últimas cadenas de comerciantes españoles en aquellas tierras. Si bien aquella constituyó el punto que marcó el que como nación política apartásemos nuestros ojos a otro lado, sobre el terreno esto no terminó por consumarse hasta más o menos los años sesenta del pasado siglo, en que aún todavía se mantenían algunos flujos. Recomiendo leer este artículo una y otra vez porque creo que uno de los grandes errores de España ha sido abandonar este frente, quizás porque nuestros dirigentes proceden del extracto aludido por el autor en el artículo, de esa clase española "más culta pero menos educada". Atención a esto, porque uno de los grandes problemas velados de la despoblación rural en nuestro país es que ha hecho desaparecer de un plumazo ese semillero de "gente inculta pero educada", que es probablemente la mayor carencia que tendremos al abordar la misión de recuperar España. Los cultos siguen careciendo de buena educación, y los hijos de los que eran solo educados ahora son más cultos pero fueron rebajándole grados a la educación de sus mayores, pasando a engrosar la masa de cultos, con cierta educación pero sin pedigrí. que es el perfil mayoritario de los modernos emigrantes españoles en Europa, los jóvenes a los que Felipe González entusiasmó con el ideal europeo mientras él hacía sus Américas particulares, muy dudosas ellas. Me atrevo a sentenciar que el único gran éxito empresarial español de nuestros tiempos, no surgido de la acumulación estatal del monopolio del régiment anterior y posterior privatización al gusto de la élite de pedigrí, -me refiero al éxito de Inditex- procede de un entorno de aquella mentalidad. Es falso que España carezca de tradición empresarial y comercial. Bueno, para no hacer muy duro el tostón paso a poner el texto... una vez más:
  22. 5 puntos
    Doy a conocer una serie de crónicas que el escritor falangista Eugenio Montes escribió desde Alemania para ABC. No sigo un orden cronológico, pues en verdad los artículos toman como pretexto alguna noticia de Alemania para reflexionar sobre cuestiones morales y políticas de gran calado. Por ejemplo, este artículo que traigo hoy trata de cuestiones religiosas y de filosofía política. ¿Quién fue Eugenio Montes? Muchos neofalangistas ni lo conocen, pero fue uno de los fundadores de la Falange y un íntimo colaborador de José Antonio, además de un escritor, periodista, intelectual y ensayista muy reconocido antes de la Guerra Civil. En la Wikipedia se puede leer una escueta biografía, aunque contiene alguna inexactitud. No tuvo ningún cargo político en la Falange pero sí contribuyó a elaborar su marco teórico, como nos recuerda esta columnista gallega que protesta por la retirada de un busto dedicado a Eugenio Montes en su localidad natal: Se desilusionó pronto del nuevo régimen, pero a diferencia de otros no abdicó de su ideal falangista y tradicionalista. No se unió a ningún grupo de falangistas disidentes y colaboró en lo que se le pidió desde arriba, pero fue progresivamente marginado y yo diría olvidado. En los años cincuenta escribió el guion de la película Surcos, la que algunos dicen que fue la única película falangista rodada durante el franquismo. En la película se plantea una crítica al éxodo rural hacia las grandes ciudades, con el desarraigo y la corrupción de costumbres que ello conlleva. Un tema muy falangista, como ya he comentado aquí alguna vez, aunque los neofalangistas ni han oído hablar del asunto. En sus memorias, Dionisio Ridruejo se refiere en estos términos a Eugenio Montes: En las crónicas que Eugenio Montes publicó desde Alemania se puede ver su franco recelo ante el régimen nazi y ante la doctrina racista, de cuyo carácter pagano advertía a los lectores. Se expresa siempre de forma muy correcta y en ocasiones dice cosas positivas de aquella Alemania, lo que también es de justicia, pero se adivina su preocupación ante lo que se estaba gestando en ese país. Y ¡ojo!, las críticas que realiza a las concepciones nazis las publica en un momento (años 30) y en un lugar (ABC) donde más bien lo políticamente correcto era hablar bien de Hitler por su lucha contra la amenaza bolchevique. Así que Eugenio Montes no decía lo que decía para quedar bien con la sociedad de su época. Eugenio Montes conoció el nacionalsocialismo en la propia Alemania y su visión no estaba contaminada por la propaganda posterior a la Segunda Guerra Mundial. Además, Eugenio Montes no era ningún rojo que tuviese un interés especial en dejar mal a los nazis. Eugenio Montes era asiduo de la revista Acción Española, participó en la fundación de la Falange y tenía una gran simpatía por el régimen fascista de Mussolini. Y, sin embargo, se muestra crítico con el nacionalsocialismo y avisa del peligro que se está gestando. Eugenio Montes era muy apreciado por los carlistas y algunas de estas crónicas para ABC fueron republicadas, acompañadas de grandes elogios, en la prensa tradicionalista. En este artículo toca varias cuestiones muy interesantes: 1) la patria no se puede someter a plebiscito; 2) el nacionalismo excluyente, que reniega de la universalidad, empequeñece a la patria; 3) el carácter herético y anticristiano del racismo; 4) la desesperación no es virtud cristiana y no es correcto ese «catolicismo desesperado» que se muestra indiferente ante la propia patria y ante su ruptura si no tiene como oficial la Religión católica. En este último punto se refiere al plebiscito de la región del Sarre, pero tiene todavía mayor aplicación a España, donde no es raro que algunos católicos tradicionalistas (o eso dicen ellos) muestren indiferencia ante la ruptura de España o ante su desgraciada suerte con el pretexto de que ha dejado de ser católica. Craso error que ya hemos comentado aquí en algún momento y que este artículo rebate a la perfección. Creo interesante y necesario rescatar estas crónicas de Eugenio Montes por varias razones: 1) por el valor literario de estas crónicas; 2) por reivindicar a un «gran olvidado» y a un escritor al que no se le ha hecho justicia en España; 3) por su especial interés histórico, al mostrarnos un retrato de la Alemania nacionalsocialista que no está sesgado por la ideología izquierdista o por las vicisitudes posteriores de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial; 4) porque ilustra muchas cuestiones del presente, entre ellas la del racismo que parece florecer hoy en algunos sectores patrióticos y católicos por influencias extranjeras, pero también otros muchos asuntos relacionados con la religión, la moral, la política o la cultura; 5) para estudiar el pensamiento de la derecha tradicional sobre un gran número de cuestiones que se han visto oscurecidas con el paso de los años y la degradación progresiva de Occidente; 6) por el carácter genuinamente católico e hispánico de Eugenio Montes, que pienso que cuadra muy bien con los principios que defiende este foro. Disculpad esta larga introducción, que he entendido que era necesaria para el primer artículo de la serie. Os dejo con la prosa de Eugenio Montes.
  23. 1 punto
    Muy interesante lo que cuenta Javier sobre la medicalización de todo el proceso de embarazo con fines eugenésicos. Es lo que llaman la eugenesia liberal: no te obligan a nada por la fuerza, pero el estamento médico te orienta sutilmente hacia un cribado eugenésico, supuestamente por tu propio bien. Ahora bien, convendremos que tampoco es bueno que las madres den a luz en casa sin apoyo médico en caso de complicaciones y que, por otra parte, hay que celebrar la reducción de la mortalidad infantil. También es muy interesante el debate que lanza David sobre cuál sería la causa de que en tantos países, con sociedades tan dispares, se esté dando una disminución de la natalidad tan importante. Es una pregunta que nos hacemos periódicamente en este foro y que se vienen haciendo otras personas desde principios del siglo XX, sin que las respuestas resulten del todo satisfactorias. No creo que haya una causa única sino más bien un conjunto de causas que se entrelazan de forma compleja, aunque se atisba en el horizonte una causa primordial que podría estar en el origen de todos esos procesos. Señalo las causas que yo veo en este descenso de la natalidad, pero sin la pretensión de ser exhaustivo. A. CAUSA PRINCIPAL: EL ABANDONO DE LA RELIGIÓN La secularización y el abandono de la religión, en mi opinión, es la causa primordial que opera en este descenso de la natalidad. Si no tengo un afán de trascendencia, ¿qué más me da tener hijos o no? Si no creo en la Palabra de Dios, ¿por qué debería tener hijos? Si lo único que existe es la materia, el aquí y el ahora, ¿qué me importa a mi la suerte de las generaciones venideras? A vivir, que son dos días. Se dirá que esa secularización no explica el descenso de la natalidad que también se da en los países islámicos. Pero es que estamos en un error al juzgar esos países a golpe de telediario. En los países musulmanes también hay procesos fortísimos de secularización desde hace más de un siglo. El integrismo islámico, como todos los integrismos, es una respuesta desesperada y con frecuencia estéril a esa secularización. Una respuesta que en el fondo tiene bastante de secular, pues de alguna manera el integrista cosifica a Dios y lo utiliza con fines ideológicos por más que aparente una mentalidad religiosa. B. CAUSAS DECISIVAS B1. El feminismo La denominada emancipación de la mujer tiene un efecto determinante en la disminución de la natalidad: dificulta los matrimonios estables; pone a la mujer en contra de la maternidad y, al obligarla a integrarse en el mundo laboral, hace que sus años fértiles estén dedicados al estudio y al trabajo. Si la mujer se pasa estudiando hasta los 25 años y luego tiene que labrarse una carrera laboral, no tendrá hijos justamente en el único periodo que puede tenerlos. Los matrimonios se retrasan cada vez más y es rara la mujer que tiene hijos antes de los treinta años. Estos procesos también se dan en el mundo islámico y en los países del Tercer Mundo. B2. La causa técnica y médica — El aborto y otros métodos anticonceptivos, especialmente la píldora a partir de los años 60, posibilitan una completa separación del acto sexual y de su función procreadora, lo que tiene una repercusión directa y decisiva en la natalidad. Esta causa médica y técnica también está presente en los países del Tercer Mundo. Al mismo tiempo que se abren hospitales y dispensarios médicos, se les reparten píldoras y anticonceptivos. — Las técnicas de diagnóstico prenatal, que nos describe Javier, posibilitan un cribado eugenésico que hace que se descarte a muchos niños. — La generalización de las pruebas genéticas, incluso a través de internet, hace que muchas personas se autodescarten de la procreación. Es equivalente al certificado nupcial que querían imponer algunos médicos a las personas que querían contraer matrimonio en los años 20-40 del pasado siglo. Los médicos, los científicos y los técnicos comandan este proceso por delante de los legisladores. B3. La ideología malthusiana Por todas partes se halla extendida la idea de que traer hijos al mundo, más que una bendición, es una carga e incluso una desgracia. La gente está obsesionada con la sobrepoblación y cree que tener muchos hijos es propio de pobres, analfabetos y gentes atrasadas. Se mira con desprecio a las familias con muchos hijos y, dándole a la vuelta a la tortilla, se les hace creer que son una carga para el fisco cuando en realidad son un alivio. Los niños jugando en el parque molestan con su algarabía. Queremos la tranquilidad, pero es la tranquilidad de los cementerios. La literatura, la prensa, el cine y la televisión procedentes del mundo anglosajón contribuyeron en gran medida a generalizar este tipo de ideas, incluso en personas que las rechazan a nivel teórico. Es difícil escapar al espíritu de la época. B4. La inmoralidad sexual Influyen poderosamente en este proceso antinatalista y de separación de la sexualidad de la procreación: el divorcio, la poligamia de facto, la desaparición o desnaturalización del matrimonio, la tolerancia con la sodomía y todo tipo de prácticas contranatura, la extensión de la pornografía, que llega a todos los hogares a través de internet y a todas las mentes a través del smartphone, y que además ahora es bidireccional, pues el usuario de internet no sólo consume pornografía sino que la produce en cantidades industriales. C. CAUSAS PSICOLÓGICAS Y SOCIALES C1. La mentalidad cortoplacista De la misma forma que la gente compra en Amazon y Aliexpress por el ahorro inmediato que ello supone pero sin tener en cuenta que contribuye a precarizar sus propias condiciones laborales a medio y largo plazo, la mayoría de personas prefiere la comodidad inmediata de no tener hijos a su cargo a pesar de que eso les aboca a una vejez de lo más sombría. Sólo importa el ahora. C2. La infantilización de la sociedad Personas de treinta y cuarenta años que se pasan el día jugando al ordenador o, todavía peor, viendo cómo otros juegan al ordenador. Mujeres y hombres que tienen como máxima preocupación hacerse selfies para las redes sociales. Parejitas que rondan los cuarenta tacos, y que llevan más de diez años cohabitando sin planes de matrimonio, cuyo máximo horizonte vital es viajar mucho con vuelos baratos. Hombres hechos y derechos que hacen cola varios días para comprar el último modelo de iPhone mientras lloran por la obligación de llevar mascarilla durante la pandemia. Jugadores de rol, frikis cuya vida gira en torno a Star Wars o algún otro fetiche de la industria, aficionados a la realidad virtual y consumidores compulsivos de pornografía en internet. Con ese panorama de infantilización, ¿quién querría tener hijos? C3. El individualismo Si lo único que importa soy yo y mi interés individual; si no le debo nada a la sociedad ni a mi patria; si mi norma de actuación es servirme de los demás en lugar de servirlos, ¿para qué me voy a complicar teniendo hijos? C4. El cálculo racionalista Toda la ideología malthusiana surge de la obsesión racionalista, que no racional, por someter todos los procesos humanos a la razón, al frío cálculo racional, desdeñando los mandatos divinos. Es bueno guiarse por la razón, pero demasiada razón y demasiado cálculo pueden conducir a la inacción y últimamente a la muerte. Imaginaos que me propongo llegar a la tienda de comestibles del barrio para surtir mi nevera. El movimiento para llegar a la tienda me saldría natural en condiciones normales. Pero un día me da por pensar si el movimiento que hago habitualmente es el más idóneo, si en vez de la manera que tenemos los humanos de andar no habrá otras mejores, si habrá otras fórmulas más óptimas para aprovisionarme de comestibles, si no será mejor ir a la tienda de otra ciudad, si no debería cuestionarse el concepto mismo de tienda de comestibles. Así que al final concluyo que lo mejor es quedarse en casa y, aunque no haya concluido eso, con el tiempo que dediqué a todos esos procesos de cálculo racional, la tienda de comestibles habrá cerrado. Nos pensamos tanto lo de tener hijos que al final quedamos paralizados y no los tenemos, ayudados en esto por las técnicas anticonceptivas que permiten separar la sexualidad de la procreación. D. OTRAS CAUSAS D1. El desarrollo material Se sabe desde hace tiempo que el desarrollo material y la prosperidad económica, lejos de favorecer la procreación, hacen que el individuo se desinterese de ella. Ahora bien, no por ello vamos a promover la pobreza. Pero tampoco se puede confiar en que se reactive la natalidad mediante incentivos económicos. D2. El abandono rural y la concentración en ciudades cada vez más abigarradas También se sabe que este hecho aparece en casi todos los procesos de descenso de la natalidad y declive de las civilizaciones. De alguna forma, la concentración en grandes ciudades favorece la esterilidad, el hedonismo, el vicio y la falta de sentido trascendente. Por otra parte, la sobrepoblación de las grandes ciudades transmite la idea de que España está superpoblada cuando en realidad ocurre lo contrario. D3. La globalización Casi todas estas causas se daban originalmente en los países occidentales, que eran los que acusaban un descenso de la natalidad desde principios del siglo XX, pero con la globalización que permiten los viajes baratos, el turismo masivo, los medios de comunicación y, sobre todo, internet, se han extendido a todo el mundo y no hay aldea recóndita del Tercer Mundo que escape a ellas. Eso explicaría por qué el proceso se da actualmente en todo el mundo.
  24. 1 punto
    Inserto una entrevista a una profesora estadounidense que, por desgracia, probablemente haya pasado desapercibida en foros y redes sociales. Su libro se va a traducir próximamente al español. Trata de lo que ella llama "el capitalismo de la vigilancia", o sea, del modelo actual de internet, que salvo pequeños rincones como este foro, se basa en extraer datos de los ciudadanos para que se enriquezca un sector muy reducido de la población mientras que la mayoría se empobrece. Pero también tiene aplicaciones políticas: el mismo sistema de vigilancia, acompañado de estímulos y recompensas, puede usarse -y se está usando- para moldear el pensamiento de la sociedad y para producir cambios en su comportamiento. He subrayado las partes que me parecen más acertadas.
  25. 1 punto
    En relación con esta noticia: Degeneración absoluta: Palma organiza una «chocho charla» bajo el lema «Empoderándonos desde nuestros coños» - Noticias de prensa nacional - Corazón Español Yo, la verdad, no sé de dónde sacan a esta chusma. Y la del PP hablando de "empoderamiento" en sentido positivo, el otro hablando de "violencia de género" (sic), en fin, un circo nada menos que en la ciudad de Antonio Barceló. Aunque bien mirado, es bueno dar visibilidad a estos esperpentos para que la gente se vaya dando cuenta de lo que es realmente el feminismo. En este sentido, la tibia y economicista respuesta de Jorge Campos es una oportunidad perdida para arremeter contra los fundamentos del feminismo a partir de esta expresión desquiciada (mas legítima y genuina) del mismo. En general VOX no tiene un posicionamiento completamente bueno con respecto al feminismo, tratando de defender un feminismo "clásico" frente al feminismo llamado "de tercera ola". Ignoran, conscientemente o no, que ese feminismo de tercera ola es la única continuación coherente del feminismo anterior, dentro del afán siempre destructivo y nihilista del hombre de izquierdas. Aunque si uno tiene claro que el objetivo final es otro, siempre puede contentarse momentáneamente con una postura como la de VOX, si bien esta táctica puede aparecer como maquiavélica y peligrosa. Pero asi, siempre a mi juicio, las cosas: Cuando el feminismo clásico hubo destruído todo lo que debía destruír, la izquierda lo abandonó -en realidad nunca creyó en él, como nunca cree en nada- para abrazar teorías con un potencial destructivo renovado. Pretender que se va a poder llegar a un punto "estacionario" de consenso, entra en contradicción con la misma lógica interna y subterránea del izquierdismo Cuando se entienda de verdad que la mentalidad revolucionaria izquierdista no busca ni siquiera su beneficio particular ni la imposición de un determinado "orden", sino el caos porque sí (por resentimiento hacia lo funcional, ordenado y armonioso), la derecha habrá conseguido avanzar mucho. Pero en realidad este enfoque no ha sido muy trabajado: A parte de un usuario de otro foro que tiene una visión bastante sistemática del asunto, por lo demás el tema sólo suele salir tangencialmente.
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