Saltar al contenido

Ranking de popularidad


Contenido popular

Mostrando el contenido mejor valorado el 06/06/19 en todas las áreas

  1. 20 puntos
    Viendo a los conferenciantes y autores casi que podría animarme a hacer un intento de proyección de lo que van a decir , además de lo que me gustaría que dijeran. Por si nos leen. Que a lo mejor sirve para todos aquellos que no podamos asistir al curso, el cual tampoco sé si se va a grabar. En general entiendo que del curso, sobre todo por la participación de exministros, y de Durántez Prados, que tiene una inserción diplomática de altura, seguirá cierta línea "oficialista", matizada por la garra y fuerza de Elvira Roca y Marcelo Gullo, a los que veo un poco más "guerreros", pero animando a España a tomar cierta posición de liderazgo. Ricardo García Cárcel se puede decir que pertenece a una generación de autores de la "transición ideológica", entre el europeísmo hispanófobo previo y la Ola Hispanista que tenemos desde que Gustavo Bueno publicó su España contra Europa del 1999, y el Imperiofobia de Roca del 2015, además de toda la interesante bibliografía que está produciendo la Escuela de Oviedo y muchos autores independientes. Supongo que su conferencia, «Leyenda negra, antes y después de hegemonía española» se enfocará sobre todo en los aspectos históricos y empezará centrando el problema para los que acaben de aterrizar desde las coordenadas de la cultura "mainstream". De Martín Ríos Saloma, hispanista e hispanófilo mexicano, lo único que sé es que ya hemos visto un poquito de material suyo, por ejemplo este vídeo: Link . Entiendo que su conferencia, «México y la hispanofobia: el ajuste de cuentas con la Madre Patria» también tendrá tintes históricos y descriptivos de lo que viene a ser un "disidente" de la realidad hispanófoba mexicana. Dará a los asistentes esa necesaria visión transoceánica del problema. Estaría bien que nos diera ánimos sobre la posibilidad de un "vuelco" en la historiografía oficial mexicana a futuros. De Marcelo Gullo, argentino para quien no lo conozca, por aquí tenéis un poco de material (Link) ya he comentado un poco, Entiendo que su ponencia, «Efectos de la leyenda negra en el contexto geopolítico actual. El concepto de subordinación cultural», se planteará sobre todo una perspectiva descriptiva y queda ver si lanzará su "Hoja de Ruta" interesantísima en tres fases, para salir de esa situación: subordinación pasiva (estar sometidos y sin iniciativa, ni siquiera en nuestro territorio), subordinación activa (estar sometidos pero empezar a desarrollar una iniciativa), e insubordinación fundante (independencia geopolítica y constitución de un polo de poder). De Durántez Prados ya he comentado y divulgado mil veces en este hilo su concepto de "Iberofonía", curiosamente en esta ponencia nos habla de «El mundo panhispánico y su potencial en un mundo globalizado», encuentro interesante que utilice la raíz "hispan-" y no "iber-" como es habitual en todas sus otras ponencias. Quizás el desafío catalán le ha obligado a defender un poco la idea central de las Iberias, que no es otra que España. O quizás no. Supongo que aún así, hablará de la Iberofonía como "espacio mundial de comprensión del español", y relanzará sus interesantes tesis. Seguramente comente el tema de la intercomprensión. De Alfonso Guerra con su «El uso de la leyenda negra en los nacionalismos fragmentario» espero simplemente cierta "caña" contra los separatismos y su historiografía contaminada de odio hacia la propia España. Está bien, aunque tampoco espero muchas novedades, pero conviene que lo sepan quienes no lo saben. De las mesas redondas, me encantaría saber si se animan a plantear opciones o proyecciones de futuro, de "muerte de la Leyenda Negra", en este país y en otros, ya que no hay nada que mil años dure, ni siquiera la maldición que llevamos encima con el leyendanegrismo. Y qué cambios creen que serían necesarios para erradicarla, y si esos cambios conllevan la desaparición de estructuras sociales, políticas, económicas o culturales de hoy. Y finalmente llegamos a Eduardo Serra y su «España en el mundo hoy: visión de futuro», que es la conferencia que más me intriga, por desconocimiento mío del pensamiento de esta persona, y por la influencia que puede llegar a tener. Hoy mismo ha salido esta noticia de Eduardo básicamente delineando sus líneas básicas, así que aquí la dejo: https://www.europapress.es/aragon/noticia-exministro-eduardo-serra-dice-espana-pais-europeo-mejor-preparado-interlocucion-otros-pueblos-20190605195002.html De esta nota transcribo tres ideas: 1. España plenamente integrada en Europa (europeísmo fuerte): "España, país europeo" 2. España como "Vanguardia" y no como "Retaguardia" del conglomerado imperial de turno, que ahora se asume como Europa, más que el Occidente liderado por EEUU contra la URSS. Lo cual trae cierta idea de "división" entre Europa y el mundo anglosajón, que parece muy delineada por ciertas élites. Esta división vuelve a delinearse con lo que dice de la "dilución del paraguas transatlántico". 3. Esa Vanguardia obliga a España a ser el interlocutor con otros pueblos. ¿Iberoamérica? (no la nombra), ¿África?, ¿Mediterráneo?. El "país europeo mejor preparado para ello". Pues apuesto a que al final, así seguirán las cosas y así se trazará en esta conferencia; al final seguimos con europeísmo y con la idea de España como "herramienta proyectiva de Europa". Lo que creo es que hay que seguir trabajando para que al menos, esa idea proyectiva se acabe entendiendo no como auxiliar, sino como constituyente del conglomerado/ethos/estructura/esqueleto europeo. E igualmente, para que el seminario no acabe tratando simplemente temas estéticos, pueden también incidir en el convertir la Leyenda Negra en un problema para Europa. Así, la Leyenda debería ser atacada y derrotada. Quizás la figura de Carlos V pueda ser útil en esta "europeización del conflicto (de identidad)". Éstas serían fórmulas unamunianas, para "españolizar Europa". Quizás los participantes hispanoamericanos se animen a plantear un polo geopolítico hispánico o iberoamericano y cómo resolvería sus posibles conflictos con Europa. O valorar si realmente Europa es capaz de independizarse del imperio yanki de una "pieza", como esperan las élites. Por supuesto, puedo equivocarme en todas estas apuestas e ideas. Animo a algún asistente al seminario que nos lo resuma.
  2. 15 puntos
    Atención a este extracto, donde Serra deja todo "clarinete":
  3. 11 puntos
    Bueno, bueno, este julio en Málaga tenemos nada más y nada menos que un curso de Geopolítica y Leyenda Negra, con Elvira Roca como directora y Durántez Prados como participante. También está Marcelo Gullo, un autor interesante del que me han llegado buenas referencias, con su concepto de insubordinación fundante como hoja de ruta para constituir un polo geopolítico. Un elenco de estrellas. Ahí lo dejo: https://fguma.es/curso-verano/geopolitica-leyenda-negra/?fbclid=IwAR0LWC0BoSyVgbsKzPwphMk8q80BG87RJesrH4sZk5nILaNNE8USwKCFE40 Cartel: https://fguma.es/wp-content/uploads/FORMACION/2019/cursos-verano/cursos/carteles/geopolitica-y-leyenda-negra.pdf MÁLAGA, DEL 17 AL 19 DE JULIO Geopolítica y leyenda negra Lugar: por confirmar Duración: 15 horas Créditos: reconocimiento de créditos equivalente al número de horas lectivas (25 horas equivalen a 1 crédito ECTS) Directora María Elvira Roca Barea | Historiadora y escritora Secretario Hugo Cañete | Economista e historiador Introducción Las relaciones internacionales se basan, como explicó Raymond Aron, en que las unidades políticas se esfuerzan por imponer su voluntad las unas a las otras, en equilibrios y desequilibrios de fuerzas que determinan la condición de Estados subordinantes o Estados subordinados. Durante la Edad Moderna se produce un cambio radical en el centro de gravedad del poder hegemónico en Occidente, que pasa de estar en el eje Sur al eje Norte. El giro al Norte tiene una relación directa con la Leyenda Negra. Nuestro curso intentará explicar cómo se produce este cambio más allá del relato histórico oficial creado por los nuevos poderes (no católicos, no hispanos) hegemónicos de Occidente. Al mismo tiempo indagaremos en la relación entre la Leyenda Negra y el fenómeno de la subordinación cultural, tal y como lo definió Hans Morgenthau, esto es, la interiorización de la propia inferioridad. En definitiva, nuestro propósito es mejorar la comprensión del alumno sobre el actual panorama geopolítico desde una perspectiva española e hispana y su influencia en una comunidad cultural de más de 500 millones de personas, con una perspectiva, no hacia el pasado, sino hacia el futuro. Programa MIÉRCOLES, 17 DE JULIO 9.30 – 9.45 Inauguración del curso 9.45 – 11.00 «Leyenda negra, antes y después de hegemonía española» 11.00- 11.15 Descanso 11.15 – 13.00 «México y la hispanofobia: el ajuste de cuentas con la Madre Patria» 13.00 – 14.00 Mesa redonda: «¿Por qué la leyenda negra es inmortal?» JUEVES, 18 DE JULIO 9.30 -11.00 «Efectos de la leyenda negra en el contexto geopolítico actual. El concepto de subordinación cultural» 11.00 – 11.15 Descanso 11.15 – 13.00 «El mundo panhispánico y su potencial en un mundo globalizado» 13.00 – 14.00 Mesa redonda: «La Leyenda negra como herramienta de guerra en la dialéctica de Estados» VIERNES, 19 DE JULIO 9.30 – 11.00 «El uso de la leyenda negra en los nacionalismos fragmentario» 11.00 – 11.15 Descanso 11.15 – 13.00 «España en el mundo hoy: visión de futuro» 13.00 – 14.00 Mesa redonda: «¿Tiene la Hispanidad futuro sin superar la Leyenda negra? 14.00 Clausura de los Cursos de Verano con sede en Málaga
  4. 10 puntos
    Finalmente dejo aquí el volumen 199 de los Cuadernos de Estrategia, en el que participa Eduardo Serra y en el que delinean algunos aspectos de la geopolítica oficial de nuestro país. Se puede descargar libremente en PDF. El título ya nos da claves del contenido. Gobernanza futura: hiperglobalización, mundo multipolar y Estados menguantes https://publicaciones.defensa.gob.es/media/downloadable/files/links/c/e/ce_199_gobernanza_futura_hiperglobalizaci_n_mundo_multipolar.pdf Leyendo el índice por encima, parece que apuestan decididamente por la fractura entre Europa y EEUU. Y se lee Europa, Europa, Europa y más Europa. Y yo desde aquí lanzo otra vez la pregunta, ¿qué pasa con nuestra conexión Iberoamericana?
  5. 10 puntos
    Ser la sal del mundo implica eso. Nadie echa kilos de sal a la comida sino pequeñas dosis que le dan sustancia y sentido. Y así somo nosotros, pequeños grupos aquí y allá que van dando sentido a cuantos luego ven y se contagian de ese espíritu que nos mueve
  6. 5 puntos
  7. 5 puntos
    Y por dar mi punto de vista, el único defecto de los españoles es no ser suficientemente españoles. Es decir, hay que completar el reloj con las piezas que se han quedado por el camino, o arreglar aquellas que han sido deformadas de tal manera que ya no transmiten el movimiento a las otras. Muchos valores tradicionales actuaban como un sistema de contrapesos, al perder algunos, los otros se desequilibran.
  8. 5 puntos
    En mi opinión el pecado de VOX ha venido por parte del grupo de Espinosa de los Monteros. Un niño bien, criado en Chicago y en colegios británicos, luego en ICADE (que será muy católico, pero no veo que sus egresados trabajen por traer justicia social e instalar el reino de Dios en la tierra, sino más bien todo lo contrario) que se tira la mitad de la campaña gritando "callad progres", que busca hacerle la pelota al mundo anglosajón/protestante y reproducirlo en España cuando es un cuerpo de ideas totalmente ajeno a nuestra ideosincrasia y nuestros intereses apostando por un darwinismo social que como estamos comprobando está matando desde dentro a EEUU. Palabras como "competitividad" "libertad" "libre mercado" que sabemos perfectamente que son canelos, ideas felices, pues el mercado nunca es libre, y por lo tanto nunca habrá una competencia perfecta. Además del agotamiento que le supone a las sociedades está depredación a sí misma llamada competitividad y aumento de la productividad ad infinitum. Estamos llegando a un punto en el que la sociedad se canibaliza a sí misma y de ahí salen muchos de los monstruos que tenemos encima, por pura necesidad vital de los más desprotegidos. Que desprestigia a la izquierda por el mero hecho de serlo. Nunca podremos reconstruir una relación con Hispanoamérica hasta que no consigamos convencer a las izquierdas de esos países a la idea de hispanidad, y que se den cuenta de que por ejemplo, los Indios tenían un trato infinitamente mejor en el imperio español que en otros imperios y que por lo tanto desde una idea de justicia social, el imperio español es un ejemplo a seguir y a reproducir hoy en día para acabar con los múltiples problemas que tiene Hispanoamérica. Podrás estar más o menos de acuerdo con ciertas ideas de la izquierda, pero no demonizarla como tal. En eso han caído en la trampa diría yo y tanto el PSOE como Podemos han agitado el fantasma de la extrema derecha con un gran éxito. Eso sólo hace que la Hispanidad se relacione como una idea de derechas con olor a naftalina y que gran parte de los votantes de izquierdas tengan alergia al término. Así que en ese sentido, si alguien de VOX me escucha, por favor, que eliminen ese ramalazo neocon del grupo de Chicago Boys de Espinosa & Cía (aunque él se define como liberal clásico), e intenten convencer a todo el espectro político de la idea de hispanidad. Añado que Espinosa forma parte de esa élite que denuncia Elvira Roca Barea que no siente ningún deber con España, o al menos dice querer mejorarla pero al final la jode (como los afrancesados y la administración Borbónica). Espinosa me recuerda mucho a estos últimos. Todos sabemos que la solicion a nuestros problemas debe venir desde dentro, de nosotros mismos, no desde La City, Chicago, Paris o Frankfurt. Ya hemos hecho caso demasiado tiempo a sus ideas con el resultado actual. Comparto con vosotros una carta que le envié a Elvira Roca, sobre mi opinión de las élites españolas por experiencia propia ( a Espinosa, a Roberto Centeno y a Abascal los veo a veces por mi localidad) y como ellos gran parte de la élite española, viendo como se relacionan, como se educan, como se comportan.
  9. 5 puntos
    Ella ha tratado de centrar la idea de cambiar el paisaje del relato, salirse del terreno ajeno (ya marcado) y en qué estaríamos en desventaja, casi perdiendo el tiempo. Puso como ejemplo, en vez de hacer la enésima película de Cortés tratando de limpiar su nombre, hacer por poner un caso una sobre los empresarios astilleros hermanos Alvarado. O cualquiera de impresionantes historias de los tres siglos de paz hispánica. En lo de dar más peso al futuro, estoy cien por cien contigo. Gastar tanta energía en intentar una leyenda que quiere ser creída por tantos es menos eficiente que desmontarla por la misma acción en el presente y sobre todo en el porvenir.
  10. 5 puntos
    Doña Elvira es Atea y esa particularidad, se quiera o no, es fundamental en su pensamiento. Ella no puede ver a la Iglesia como lo que es sino como un estamento humano más, por tanto perfeccionable, modificable y re-sustanciable. Aunque parezca una tonteria no lo es pues determina todo el entendimiento de la memoria común y su proyección futura. A pesar de su aportación a la idea de España o al concepto de Imperio, no es lo mismo pensar en esto como una simple construcción humana con todas sus derivadas, que como un proyecto divino acometido por los hombres con todas sus particularidades, que es exactamente en lo que se fundamenta la Hispanidad. Sin intención de menosreciar en absoluto su obra o su persona, pues ambas me parecen muy dignas, creo sin embargo que a la autora le falta comprender el fundamento de lo que estudia y sobre lo que habla, por haberlo rechazado a priori. Y a fin de cuentas eso no deja de ser un prejuicio, como aquellos que puedan fundamentar el antihispanismo o el anticristianismo que han dejado el legado de España hecho unos zorros, y sobre lo que ella misma se lamenta. A España no se la puede entender sin Dios.
  11. 1 punto
    Siguiendo la idea formulada por Gerión de que es necesario abordar el "problema alemán", publico un texto, inédito en internet, de Ernesto Giménez Caballero, en el que aborda el problema de la germanofilia en España y de su máximo represente en aquel entonces, Ortega y Gasset. Y posiblemente publique más textos en esta línea, con varios objetivos: 1) dar a conocer el problema germanófilo que siempre ha existido en España; 2) mostrar que esta germanofilia, como orientación cultural, era propia del sector progresista y que, por el contrario, era condenada por las derechas y especialmente por la Falange; 3) mostrar que Ortega y Gasset fue un intelectual muy cuestionable y que uno de los ámbitos donde más se le cuestionaba era precisamente el falangismo, pese a la leyenda en sentido contrario. A pesar de esta crítica de Giménez Caballero al germanismo, veréis que al final rescata algunos aspectos en clave monárquica, un poco en el sentido que apuntaba Vanu Gómez. Suprimo las notas a pie de página y respeto las cursivas originales. Me gustaría destacar algunas cosas en negrita, pero al final he optado por no hacerlo y así no orientar el pensamiento del lector. Ya comentaréis qué os parece. _________________________________________________ 2) El tema de lo «franco» Sabido es que el «quid» original de la España invertebrada reside en ese hallazgo orteguiano que pudiéramos llamar de «lo franco». Es decir, en ese remedio que distingue a la terapéutica orteguiana de toda la farmacología anterior. Para Ortega la raíz de la enfermedad de España no está en lo económico, lo libertario, lo indigenista y lo cultural, sino en algo de puro laboratorio eugenésico, en una espe­cie de clínica vacunatoria de Europa, en el vitalismo de lo franco. Para la formación de las cuatro naciones europeas (Francia, Inglaterra, Italia y España) entraron, según Or­tega, tres ingredientes: la raza autóctona, el sedimento romano y la inmigración germánica (p. 146). Para Ortega, la desgracia española consistió en que de esos tres ingredientes, el decisivo (p. 147), fuera el últi­mo, la vitalidad germánica. Porque la vacuna visigoda, re­cibida en el brazo de España, no era lo suficientemente eruptiva, venía ya en malas condiciones, debilitada por su contacto romano (p. 148). En cambio Francia tuvo la suerte de recibir una vacu­nación perfecta y saludable. «El franco irrumpe intacto en la gentil tierra de Galia ver­tiendo sobre ella el torrente indómito de su vitalidad» (p. 149). «Vitalidad es el poder que la célula sana tiene de engen­drar otra célula» (p. 150). Sentadas tales bases eugénicas e histológicas, lo conse­cuente hubiera sido que Ortega demostrase cómo el desa­rrollo ulterior de España fue una especie de viruelas locas, mientras los desenvolvimientos de los otros tres pacientes fueron una inmunización contra toda virulencia letal. Y es lo curioso que lo intenta demostrar con España. Demostrar que en España la debilidad del feudalismo (p. 158) (gran síntoma de haber prendido la vacuna vital germánica) fue la causa de que el imperio español durase sólo desde 1480 a 1600 (p. 163). Y que España no se verte­brase definitivamente. Pero lo sorprendente es que Ortega no demuestre cómo Francia —con su magnífico virus— no logra un imperio... hasta Napoleón. E Inglaterra hasta la reina Victoria. E Ita­lia... hasta que Mussolini se salga con la suya, si se sale algún día. Y mucho más sorprendente que la ternera de ese virus maravilloso, la misma Alemania, no alcance unidad nacio­nal hasta anteayer. Y que cuando quiso ensayar durante la Edad Media un Imperio, fracasase. Y cuando lo quiere reiterar en 1914... termine en el Tratado de Versalles. Desde ese punto de vista causaría asombro Portugal, lleno de sangre negra, y con el tercer imperio del mundo. Y no menor asombro: el que pueblos tan rubios, puros e indómitos como los escandinavos, crisol de vikingos, de reyes bárbaros, de dinastías egregias... hayan terminado en unas modestas naciones de socialistas, demócratas y pacifiqueros. Indudablemente, España está a punto de deshacerse. Eso es cierto. Pero ¡cuatro siglos de perduración imperial! son muchos siglos para que pueda sentirse envidiosa de no haber sido lo bastante «franca» en aceptar el ingre­diente mágico. La vertebración indómita. Lo que sucedió es que ese mágico ingrediente del «vita­lismo franco», que constituye el único quid original de la España invertebrada de Ortega, no era un descubrimiento original más que... «en el Mediterráneo». No fue descubrimiento eso del «vitalismo rubio» más que en esta España mediterránea, latina, decadente, donde Ortega —dócil a sus padres del 98— recoge fielmente sus imperativos de «europeizarnos» de «germanizamos», de aceptar la tesis pangermanista de lo ario, de lo rubio, de lo vital que la gran propaganda alemana de la anteguerra —y las complacencias larvadas del anticatolicismo y de la masonería— habían hecho llegar hasta las páginas de la aldea de un Baroja, hasta los puritanismos de un Unamu­no, hasta la delicuescencia exquisita de un Azorín por la dulce Francia. Es ese momento ya histórico del pangerma­nismo en España: cuando Hinojosa busca lo germánico en nuestro Derecho. Menéndez Pidal en nuestra Épica. Mel­quiades Álvarez en el «reformismo» de origen protestante. Baroja en el color del pelo. Y los médicos acuden a Alemania por el fermento milagroso. Y los militares. Y los ingenieros. Y los pedagogos para poner muchos cristales en las escuelas. ¡Luz! Mehr Licht! ¡Ah!, «lo franco», nuevo Lourdes del aldeanismo hispano, así fuese entonces «inte­lectual» tal aldeanismo. Se generaliza la cerveza como bebida de «minorías selectas». En las cervecerías alema­nas de Madrid se espuma El Sol (1917), cuyos titulares góticos encerraron todo el secreto de esa generación que creyó en el «virus germánico» corno salvador de todas las gripes nacionales. ¿Qué de extrañar si Ortega —el coetáneo terapeuta de la gripe nacional— formulase su remedio de «lo germáni­co, de lo franco», como el decisivo de lo español? Ortega, ya en 1914 (año justo de empezar la guerra), y en sus Meditaciones del Quijote, no se resignaba a ser moreno y latino. Más bronceado que Pío Baroja, hace constar sin embargo su disgusto por ello. «Yo no soy sólo mediterráneo.» «Quién ha puesto en mi pecho estas remi­niscencias sonoras, donde —como en un caracol— pervi­ven las voces íntimas que da el viento en los senos de las selvas germánicas?» «el blondo germano, meditativo, y sen­timental, que alienta en la zona crepuscular de mi alma» (pp. 120, 1, 2). También en ese mismo ensayo hace la distinción de las dos culturas europeas: la latina es la confusa. La germá­nica, la clara. Es Germania quien hereda a Grecia. Ello sería posible. Pero a España lo que le interesó en su histo­ria no fue Grecia, ¡sino Roma! Y ya lo demuestra el mismo Ortega, como ahora veremos. No el pueblo con exceso de minorías selectas, como el griego, sino el pueblo de Roma, que —como el de Castilla— supo trabar en la historia un formidable imperio. A pesar de que Roma no se vacunó con lo franco. Y de que Castilla no dio excesiva impor­tancia a tan mágica varita de virtudes orteguiana. La tesis «rubia» de Ortega no es sólo un error tera­péutico respecto a la genialidad de España: es algo más grave: una herejía. La máxima de las herejías que puede escuchar España, genio antirracista, por excelencia: pue­blo que dio a los problemas de raza una solución de fe, pero nunca de sangre. España no asimiló al judío, al protestante o al morisco porque fueran morenos o blondos, sino porque aceptaron o no su credo. La tesis de Ortega es el viejo mito germánico que tuvo validez allá en el tras Rin, desde el dios Wotan hasta el Los-von-Rom. Y que hoy reverdece, con el hitlerianismo, esa nueva mítica de la sangre, del orgullo de raza que ya analizaremos en la tercera parte de este libro. Si España un día llegó a instituir la Fiesta de la Raza, fue precisa­mente en el sentido contrario al germánico: o sea, en aquel de negar la raza pura de España, admitiendo como base de nuestro genio la fusión de razas, el sentimiento cristiano y piadoso de la comunión del pan y del vino, del cuerpo y de la sangre, bajo el símbolo de una unidad supe­rior, de una divinidad más sublime, menos somática que esa corporal y sangrienta. Muchas veces he estado tentado de realizar el guión de un film burlesco, el pergeño de un sainete, llevando al absurdo y a la comicidad la angustia de estos descarria­dos españoles que sufren del corazón por no haber nacido áureos como valquirias. * * * Ahora bien: no está en mi ánimo llevar la censura del «germanismo en España» hasta el absoluto. ¡Lejos de mí la burla por lo germánico en España! Pues ya se verá más adelante que entre los «fundamentos geniales de España» está el sustrato germánico. De lo que me sonrío es de la manera falsa y herética de interpretar ese fermento rubio Ortega y su época. Ortega no se atreve a reconocer la forma en que ese fermento nos fue útil y mágico a España: la forma de las dinastías y de la mística occidental. Mística de sangre y mística de libertad. Pero de ello hablaremos a su debido tiempo. [Ernesto Giménez Caballero, Genio de España, Editorial Planeta, 1983, pp. 60-64] […] España sólo podía admitir —y admitió y volverá a ad­mitirlo— el germanismo, el fermento rubio, para ponerlo al servicio de una religión sin razas, basada en un credo y no en una casta. Utilizando al Ario, en su capacidad mágica de jerar­quías, de organización y de invenciones mecánicas en la vida. Y para utilizar así el fermento ario, rubio, ¡no necesitó fundirse con francos puros, con ostrogodos raceadores, en amplias ganaderías humanas! Le bastó —oh señor maes­tro Ortega y Gasset!— utilizar el ario feudal y egregio en esa mágica institución que se llama la dinastía. Y más tarde, en épocas de cruzamiento culturales: a través de la mística flamenca del norte. Yo censuro la adoptación integral y palurda de los sistemas ideológicos de Alemania para España. Eso es lo que hizo Sanz del Río y luego Ortega y Gasset. [Ernesto Giménez Caballero, Genio de España, Editorial Planeta, 1983, p. 191] Esta publicación ha sido promocionada como contenido independiente
  12. 1 punto
Esta tabla de participación está configurada para Madrid/GMT+02:00
×