El antimasonismo irracionalista

[Hispanorromano 71.070]

Después de los debates que tuvimos por aquí sobre gnosticismo y masonería, me decidí a leer un libro que desde hace años tenía en mi lista de pendientes: El secreto masónico desvelado, de José Antonio Ullate Fabo. El libro es una condena rotunda de la masonería y su tesis principal es que la pertenencia a la Iglesia católica es incompatible con dicha sociedad secreta. El libro es pura doctrina católica y por ello reproduce en sus apéndices los documentos pontificios en los que se condena la masonería.

Sin embargo, el libro también se muestra crítico con el antimasonismo irracional, en unos términos que puede que sorprendan a algunos lectores pero que considero plenamente acertados. A continuación escaneo algunos pasajes del libro, en la creencia de que pueden ser útiles en todo lo que venimos debatiendo:

Cita

La principal e insuperable incompatibilidad entre Iglesia y logia reside en la contradicción doctrinal que existe entre la masonería especulativa y el dogma católico. Muchos ataques contra la masonería, que se centran en aspectos secundarios, meramente hipotéticos o, en muchos casos, fantasiosos, resultan por eso mismo endebles: es el error de una antimasonería irracionalista que veremos también en este capítulo.

José Antonio Ullate Fabo, El secreto masónico desvelado, Libros Libres, 2007, p. 190.

Más adelante explica en detalle qué entiende por antimasonismo irracionalista (las negritas son mías):

Cita

EL ANTIMASONISMO EXAGERADO

El oscurantismo típico de las actividades de la masonería moderna ha suscitado siempre el recelo en las sociedades donde se ha establecido. Existen ejemplos de literatura antimasónica ya desde 1698:

«Habiendo creído que era necesario advertiros de las fechorías y de las malas acciones practicadas bajo la mirada de Dios por los llamados francmasones, os digo: tened cuidado de que sus ceremonias y sus juramentos secretos no se apoderen de vosotros, y estad alerta para que nada os aparte de la devoción...» (de un libelo anónimo dirigido a todas las personas piadosas de Londres).

El investigador masón Lionel Vibert identificó quince publicaciones que exponían secretos e infamias de la masonería, sólo entre 1717 y 1721. En 1730 apareció la más famosa de las exposiciones de la masonería del siglo XVIII, la Masonry dissected (La masonería diseccionada), de Samuel Prichard, donde hizo públicos algunos de los rituales de la Orden.

En aquella primera época de la masonería moderna se conocía muy poco de sus actividades y de sus doctrinas, con lo que las obras dirigidas contra la sociedad secreta en muchas ocasiones mezclaban la imaginación con la realidad, aunque otras muchas aportan fuentes preciosas para conocer la realidad de la masonería inicial. Era de todo punto lógico que el sentir común rechazara la existencia dentro del seno de la sociedad de organizaciones secretas, cuya mera existencia supone una cierta amenaza. Las reacciones de aquella época —más o menos acertadas— no pueden catalogarse como de un antimasonismo exagerado, sino de comprensibles reacciones ante la presencia de un cuerpo social extraño.

El verdadero punto de partida de la tendencia del antimasonismo irracional o exagerado se puede situar en la publicación en 1797 de las Memorias para servir a la Historia del jacobinismo, del abate Barruel. En esta obra, Barruel atribuye a la masonería una desproporcionada importancia material en la génesis de la Revolución francesa. Barruel, aparte de otras oscuridades, no logra dar una explicación convincente de su paso por la masonería, en la que alcanzó el grado de maestro. Al año siguiente, el escocés John Robison publicó sus Pruebas de la conspiración contra todas las religiones y todos los gobiernos de Europa urdida en las asambleas secretas de los Iluminados, de los francmasones y de las sociedades literarias. El tema que ambos libros ponen en circulación es el de la conspiración masónica universal, responsable de los males que afligen a la religión y a los Estados, tema que hará fortuna y que progresivamente pasará a incorporarse a muchas obras que tratan sobre la institución. En la segunda mitad del siglo XIX empieza a forjarse otro de los temas recurrentes en el antimasonismo exagerado, el de la existencia en la masonería de un mando único y coordinado, formado por superiores que los mismos masones desconocen y a los que obedecen ciegamente. El extravagante Leo Taxil dará forma a una tercera veta: el luciferismo de los altos grados, en cuyas reuniones, Satán se hace visible y se comunica con ellos dándoles órdenes expresas. Taxil y su socio Bataille afirman que el Soberano Comendador del grado 33 (jurisdicción sur de Estados Unidos), el general Albert Pike, tenía reuniones con Satanás todos los viernes por la tarde.

La paternidad conspirativa de la masonería en todas las revoluciones; la concertación de todos los masones bajo un mando único, formado por «superiores desconocidos»; y la adoración del Diablo, constituyen los ejes principales de una tentación que podemos denominar el antimasonismo irracional o exagerado. Muchos de los autores afectados por esta debilidad son investigadores por lo demás muy competentes, y adoptan una prevención fundada hacia la masonería, pero lamentablemente, al ceder a esta tentación, en gran medida desacreditan la causa que defienden.

Algunos han podido pensar que, dado el antagonismo existente entre la religión católica y la masonería, como enseñan los Papas, cuantos más argumentos se esgrimieran contra la logia, mejor. Lo cierto es que una excesiva credulidad a la hora de aceptar cualquier acusación contra la masonería, lejos de favorecer la causa católica, la expone a una crítica fácil.

Jesucristo nos enseña que la verdad nos hará libres, y sólo en la verdad encontramos un aliado cierto. El fin no justifica los medios. Esa disponibilidad a dar por buena cualquier maldad atribuida a la masonería es, de entrada, peligrosamente injuriosa, algo que un cristiano debe tener siempre en cuenta a la hora de hablar de terceros. Después, como se ha indicado, debilita la propia posición intelectual al poner en evidencia una incuria y una precipitación metodológicas inaceptables. Pero, como un error abre la puerta a otros nuevos, la aceptación de estas hipótesis infundadas debilita el sentido crítico de quienes las sostienen, predispone a creer «cualquier cosa».

Veamos un ejemplo de esa excesiva credulidad antimasónica. La Ordo Templi Orientis (Orden del Templo de Oriente) era una organización luciferina liderada por el mago Aleister Crowley. Se la conocía más por sus iniciales: la O.T.O. En 1929, dos revistas antimasónicas refirieron un hecho acaecido diez años antes: la publicación en 1919, en el órgano oficial de la O.T.O., la revista The equinox, de una lista de supuestos miembros de la secta satánica ya fallecidos entre los que se encontraba el cardenal Mariano Rampolla del Tindaro, el que fuera Secretario de Estado de León XIII.

Algunos católicos creyeron a pies juntillas aquella sensacional revelación, sobre todo porque un periodista católico, Félix Lacointa, había dado a la imprenta un artículo impresionante en el que revelaba una confidencia del arzobispo de Montauban, monseñor Marty, que iba en la misma dirección. Según Lacointa, el arzobispo le había confesado que algo más de diez años atrás, en una visita ad limina a Roma, había tenido la oportunidad de oír de un cardenal que, a la muerte del cardenal Rampolla, entre sus papeles personales se habían encontrado pruebas que le incriminaban en actividades contra la Iglesia. Los papeles fueron llevados al Papa san Pío X quien, conmocionado, mandó que fueran quemados para no dañar la memoria del prelado. Sobre estos dos únicos indicios, millares de católicos desde entonces han creído y repetido que el cardenal Rampolla fue francmasón, y que el veto interpuesto en el cónclave de 1903 por el cardenal polaco Puzyna contra Rampolla se debía a que el emperador de Austria conocía la afiliación del purpurado. Con posterioridad, otros autores han añadido algunos detalles a la historia (la asistencia del cardenal todos los sábados a una logia suiza durante sus vacaciones estivales), que le han dado mayor difusión.

De la supuesta relación de Rampolla con la O.T.O., fundada en 1904, pero que sólo adquiere notoriedad a partir de 1910, con el ingreso del pérfido Crowley, no existe más indicio que la famosa lista publicada por la O.T.O. con fines propagandísticos; lista, por lo demás, inflada de nombres famosos, muchos de ellos muertos ¡antes de la fundación de la secta! Respecto de la confidencia referida por Lacointa, no consta que el arzobispo comunicara a nadie más semejante noticia, ni consta por otras fuentes, ni sabemos a qué misterioso cardenal se refería como origen de la información. En definitiva, no se aporta ni una sola prueba digna de consideración. A pesar de ello, aún hoy numerosos autores de libros sobre la masonería dan por buena o probable la afiliación de Rampolla a la Orden, violando las reglas más elementales de prudencia.

Algún día, alguien escribió en internet que cuando a San Pío X le mostraron las pruebas de la pertenencia a la masonería de Rampolla no pudo evitar una frase llena de indignación. Esa anécdota, sin referencia alguna, circula por la web y, por supuesto, aparece reflejada en abundantes libros sobre el tema.

El antimasonismo obsesivo es una tendencia irracional a simplificar en exceso unos problemas que tienen una pluralidad de causas y que merecen un estudio intelectual más detallado. Por otra parte, esa tendencia simplificadora favorece las concepciones conspiratorias de la historia y suele explicarlo todo por la extraordinaria y cuasi mágica influencia de las sectas secretas, con el correlativo sentimiento de impotencia de quien cree que no hay nada que hacer, puesto que estamos en manos de un poder oculto que rige nuestros destinos. La realidad es algo diferente.

La «conspiración», de suyo, es algo connatural a la naturaleza racional del ser humano. Es la «conspiración» en el sentido de concertarse con otros para difundir o poner en marcha proyectos. La conspiración puede adquirir un sentido negativo debido a la persecución de un fin malo o a que se persiga de un modo ilícito. Respecto de si la masonería es conspirativa por urdir intervenciones subversivas —algo de lo que de ninguna manera ha estado exenta del todo a lo largo de su historia—, habrá que probarlo en cada caso, sin poder escudamos en una cómoda «teoría de la conspiración» mediante la que nos absolvemos del deber de dar a cada uno lo suyo.

Sin embargo, como ha quedado indicado, el secreto y la ocultación con la que se conciertan los masones sí que es censurable moralmente en sí mismo. Son modos ilícitos de perseguir un fin.

Hay que evitar precipitarse en las conclusiones cediendo a la tentación de una explicación simple en exceso que tiene la ventaja de confirmar nuestros juicios previos.

Es de lamentar que muchas de las obras dedicadas a la masonería desde el campo católico no se hayan centrado principalmente en los elementos doctrinales de aquélla, suficientes para concluir la total incompatibilidad con la fe católica y la razón natural, y hayan pretendido zanjar la cuestión mediante el recurso a una abultada lista de agravios, insuficientemente probados muchas veces.

José Antonio Ullate Fabo, El secreto masónico desvelado, Libros Libres, 2007, pp. 206-210.

En un capítulo previo, desmitifica un poco la exagerada importancia que se atribuye a la masonería en la Revolución Francesa:

Cita

Cien años después del comienzo de la Revolución, en 1889, tuvo lugar un congreso masónico. El hermano Amiable intervino para leer su informe:

«Los francmasones tomaron una parte activa dentro del gran y saludable movimiento que se produjo en el país. Su influencia fue preponderante dentro de las asambleas primarias y secundarias del Tercer Estado para la redacción de los cuadernos y para la elección de los delegados».

La masonería, en líneas generales, no escondió su participación activa y hasta «preponderante», pero no hay indicio de que aquel «gran y saludable movimiento» fuera planeado tras las columnas del pórtico masónico y, aunque fueron excepciones, no dejó de haber masones que se opusieron al avance de la Revolución. Aquel movimiento tuvo muchos ingredientes. De hecho, por asombroso que parezca, las tendencias galicanas de la corona francesa, que hundían sus raíces más de tres siglos antes, una corona cada vez más centralizadora y con una concepción laicista del poder político, habían hecho más por preparar el advenimiento de la Revolución que los recientes conventículos masónicos. Los juristas revolucionarios se sentían plenamente herederos de sus antecesores, los juristas galicanos, que habían sustentado las teorías absolutistas del poder en perjuicio de la filosofía social de la Iglesia: la Revolución fue la consecuencia natural del desarrollo de los principios absolutistas. Otro principio que también nació al calor de la corona gala fue el del nacionalismo, a partir sobre todo de la política del Cardenal Richelieu y su obra póstuma, los Pactos de Westfalia.

Como diría Richard M. Weaver, «las ideas tienen consecuencias».

José Antonio Ullate Fabo, El secreto masónico desvelado, Libros Libres, 2007, pp. 135-136.

Algunos detalles importantes. El libro es una condena rotunda de la masonería en función de sus principios doctrinales. José Antonio Ullate Fabo es un católico fervoroso y un hispanista. Es redactor jefe del semanario católico Alfa y Omega y coordinador del suplemento Fe y Razón. Hasta donde yo sé es o fue miembro de la Comunión Tradicionalista. Evidentemente, a pesar de estas credenciales, se puede estar en desacuerdo con su tesis. Únicamente cito estas credenciales como prueba de que en su ánimo no está de ningún modo favorecer a la masonería.

Aunque discrepéis en algún punto, espero que sea de vuestro interés.

[Vanu Gómez 64.181]

Muy interesante y certero. Dar pábulo a cualquier inexactitud o exageración solo porque perjudique al "enemigo" es exponerse a quedar en evidencia.

Por cierto, no sé de dónde me quedó en la memoria que el Sr. Ullate conoce la existencia de este foro.

Sería un puntazo que se nos pasará por aquí.

[Gerión 10.039]

La cosa es que el "manual de estilo" del hispanismo debería pasar por defender la Verdad y por ser capaces de argumentar incluso frente al masón más recalcitrante de que su modelo tiene lagunas muy importantes; la principal es extralimitar la "maldad" de la Creación lo cual termina por cortar miembros sanos en vez de enfermos, que es el pensamiento gnóstico originario. 

Yo creo que el mejor modelo para la masonería sería la idea del "retorno del Hijo Pródigo" que he visto por aquí comentado, quizás es un problema este pensamiento hacia quien quiere destruirte. Creo que filosofías como la gustavobuenista (que defiende un ortograma católico desde el materialismo) puede guiarles (perdonad porque siempre vengo a hablar de mis cosas), tanto a los que son inteligentes como a los que no, ya que muchos masones son simplemente socialdemócratas o liberalconservadores moderados que se han zampado la teoría anticatólica sin pensarlo mucho, porque lo interpretan como un ateísmo elevado o similar. 

También está la idea mística de que el gremio vuelva a hacer su labor gremial, algo así como albañiles que vuelven a la catedral y por fin dejan de emparedar hombres. Todo hombre suele admirar la idea de un modelo superior que pueda aglutinar e incorporar al tuyo (el modelo imperial), si se consiguió con los aztecas sanguinarios, qué no se puede conseguir,

Editado el vie, 15 jun 2018, 23:10 por Gerión. Motivo:

[Hispanorromano 71.070]

hace 44 minutos, Gerión dijo:

La cosa es que el "manual de estilo" del hispanismo debería pasar por defender la Verdad y por ser capaces de argumentar incluso frente al masón más recalcitrante de que su modelo tiene lagunas muy importantes; la principal es extralimitar la "maldad" de la Creación lo cual termina por cortar miembros sanos en vez de enfermos, que es el pensamiento gnóstico originario. 

Yo creo que el mejor modelo para la masonería sería la idea del "retorno del Hijo Pródigo" que he visto por aquí comentado, quizás es un problema este pensamiento hacia quien quiere destruirte. Creo que filosofías como la gustavobuenista (que defiende un ortograma católico desde el materialismo) puede guiarles (perdonad porque siempre vengo a hablar de mis cosas), tanto a los que son inteligentes como a los que no, ya que muchos masones son simplemente socialdemócratas o liberalconservadores moderados que se han zampado la teoría anticatólica sin pensarlo mucho, porque lo interpretan como un ateísmo elevado o similar. 

También está la idea mística de que el gremio vuelva a hacer su labor gremial, algo así como albañiles que vuelven a la catedral y por fin dejan de emparedar hombres. Todo hombre suele admirar la idea de un modelo superior que pueda aglutinar e incorporar al tuyo (el modelo imperial), si se consiguió con los aztecas sanguinarios, qué no se puede conseguir,

En el libro de José Antonio Ullate se comenta que muchos masones no conocen el verdadero trasfondo de sus doctrinas, con lo que su adhesión a la masonería no implica un odio contra la Iglesia a nivel individual.

Son conocidos los casos de un General masón que participó en el Alzamiento de 1936 y el de un cónsul mexicano que salvó a muchos nacionales de la feroz represión roja.

Estoy completamente de acuerdo en que el hispanismo debería pasar por defender la verdad y por argumentar incluso frente el masón más recalcitrante. En su libro  José Antonio Ullate trata a los masones con respeto e intenta convencerlos para que se pasen al lado bueno. No obstante, pienso que esa fórmula que propones del "retorno del Hijo Pródigo" no es la más adecuada. No tanto por el fondo de tu idea sino porque así formulada producirá importantes disensiones. Me gusta más lo que planteas de los gremios.

En otro libro que leí hace poco sobre las independencias de las naciones hispanomericanas, escrito por un católico hispanófilo de la Acción Francesa, se comenta que algunas logias fueron contrarias a la independencia de España. Lo que pasa es que no es un libro con vocación científica y tampoco da muchos detalles de qué logias serían estas. Con lo qué tampoco puedo saber qué hay de cierto en esa afirmación. ¿Tenéis alguna idea de esto?

[elprotegido 13.014]

Con los masones pasa como con los judíos: Existe una tendencia en la derecha antiliberal de atribuirles una excesiva importancia. Esta derecha tiene de siempre una tendencia psicológica al conspiracionismo, que le lleva a creer que todo lo que se ve en la esfera pública es necesariamente falso e impostado por poderes ocultos, y a una especie de visión monista de ese ente conspirador que gobierna el estado de cosas, es decir, de identificarlo de manera unívoca con un grupo muy determinado (véanse los clásicos masones y judíos) al que de manera natural pasa a identificarse con el mal absoluto. Llegados a este punto, uno se encuentra una amplia tendencia a rechazar obsesivamente cualquier explicación que no incluya las motivaciones del grupo conspirador correspondiente en el relato. Se ha creado esa necesidad autoimpuesta.

Obsérvese como esa tendencia a dibujar teorías de la conspiración suele llevar siempre al maniqueísmo extremo, a dibujar una nítida línea que separa a buenos y malos: A los que participan con la bien definida conspiración (malos), de los disidentes de la misma (los buenos). Toda una gama de matices y realidades se están perdiendo por el camino, la posibilidad de admitir varias causas para un mismo suceso no existen. Por cierto, esa visión conspiracionista es la que prima al hablarse hoy del "New World Order" o "mundialismo", reedición de las otras teorías antimasónicas más antiguas, entendiendo que éste es un gobierno explícito y sólido en la sombra y no una frágil y tácita comunidad de intereses entre varios agentes internacionales apañada tras la Segunda Guerra Mundial. Nótese como inmediatamente todo lo que es, supuestamente, opuesto a ese "Nuevo Orden Mundial" es automáticamente considerado bueno por este simple hecho, sin tomar otras consideraciones. Esta última sutileza conecta con otro punto de interés: El uso propagandístico que se les da a algunas teorías de la conspiración por parte de poderes, éstos sí, muy precisos y reales. El conspiracionismo es lo que puede poner a agentes muy diversos a trabajar, sin saberlo, por una misma causa, que nunca será buena (y mucho menos beneficiosa para los citados agentes) porque el sentido común muestra que el fin no justifica los medios. Las infinitas contradicciones que afloran por el camino son, a su vez, siempre justificables.

No sé si hasta aquí me ha quedado muy claro el texto, pero la síntesis que hace el Sr. Ullate Fabo en este párrafo es remarcable:

Cita

El antimasonismo obsesivo es una tendencia irracional a simplificar en exceso unos problemas que tienen una pluralidad de causas y que merecen un estudio intelectual más detallado. Por otra parte, esa tendencia simplificadora favorece las concepciones conspiratorias de la historia y suele explicarlo todo por la extraordinaria y cuasi mágica influencia de las sectas secretas, con el correlativo sentimiento de impotencia de quien cree que no hay nada que hacer, puesto que estamos en manos de un poder oculto que rige nuestros destinos. La realidad es algo diferente.

Naturalmente, que existan teorías de la conspiración no implica que no haya conspiraciones. Desde luego, las conspiraciones existen, pero no son ni únicas, ni todopoderosas, pueden oponerse entre sí y luego existen hechos que pueden entenderse a través de lo que vemos, que no obedecen a ninguna explicación oculta. Muy probablemente la explicación más atinada de los hechos se logra a siempre través de un equilibrio variable entre hablar de lo que se ve y lo que plausiblemente puede estar ocurriendo entre bambalinas.

Por otro lado, mi opinión personal es que nada de lo anterior debería llevar a una retórica demasiado indulgente en relación con los masones (y los judíos), simplemente a una ponderación real de su influencia. Que la influencia de la masonería haya sido, globalmente, negativa, es algo que no me cuestiono, pero sí discuto mucho la intensidad de esa influencia.

[Hispanorromano 71.070]

elprotegido, tenías dudas sobre si te había quedado claro el texto. A mí me ha parecido claro y cristalino. Creo que lo explicas todo perfectamente, sin dejarte ningún detalle y de manera amena. Suscribo todo lo que dices. Aportas, además, una idea muy interesante que yo no sabría expresar mejor: "El conspiracionismo es lo que puede poner a agentes muy diversos a trabajar, sin saberlo, por una misma causa".

[Hispanorromano 71.070]

Contrasta la visión serena y racional que expone José Antonio Ullate con visiones como ésta:

En la masonería sirven al demonio desde los primeros grados, revela nuevo libro - ACI Prensa

Yo comenté en otro hilo que quizá en los altos grados podría haber creencias luciferinas del tipo que sostienen los gnósticos. El Español me sacó de mi error y el libro de José Antonio Ullate me confirma que no hay nada probado sobre ese asunto particular.

Pero este autor antimasónico no se conforma con decir que "quizá en los altos grados hay creencias luciferinas...". No, él dice que "seguro que en los primeros grados hay un culto satánico". El salto que da es muy grande.

Por cierto, estuve revisando la web de la Gnosis Primordial que comentamos en el otro hilo y vi que tiene una biblioteca que pone la venta una serie de libros. Además de clásicos de la Teosofía y del ocultismo, llaman la atención libros de Julius Evola o Nietzsche, libros de temática nazi y libros antimasónicos en la línea de Leo Taxil (o sea, vinculando la masonería con el luciferismo gnóstico). Por algo será que este demente gnóstico considera estos libros dentro de su campo de afinidad.

[Español 71.112]

Me parece perfecta la conveniencia de tratar este tema por cuanto la atribución a la masonería y a los judíos de todos los males de este  mundo, es una constante en el discurso de muchos católicos y en personas con ideales tradicionales, obsesiva en muchos casos. A fin de cuentas siempre buscamos tirar balones fuera cuando noz enfrentamos a la responsabilidad de los males. Como dice el cura del pueblo donde vivo, refiriéndose al episodio de Adán, Eva y la serpiente: "Y porque el gato no pasaba por allí que si no acaba cargando con las culpas". Es decir, resulta  mucho más cómodo atribuir la responsabilidad de nuestros problemas a la confabulación de  terceros, que asumir nuestra parte y corregirla.

Sin embargo, no podemos olvidar lo esencial del asunto que, más allá de los secretismos o extrañas prácticas que puedan o no realizarse, lo que fundamentalmente opone a la masonería especulativa contra la Iglesia es su intención declarada desde sus orígenes fundacionales, de construir el tercer templo de Salomón sobre la tierra,  entendido esto como el templo del espíritu que mora en cada persona. Y es en esa intención donde se ve y entiende mejor el aspecto conspiracionista de las logias, y su vínculo con el judaísmo.

Hay que entender que los gremios pasan de construir templos materiales a templos metafísicos. Y que la organizacion y el secreto, junto a la acumulación de saberes y conocimientos, les ha permitido comprender el funcionamiento de la mente, los intereses y los grupos sociales, de forma más compleja y profunda a como lo entienden las gentes sencillas, por lo que pueden especular y operar sobre las sociedades con una cierta ventaja que no tienen los demás. Por ello y aunque la mayoría de ellos no tengan conciencia ni otra intencion que la de obrar en favor del bien común, en realidad no deja de ser una conspiración contra el proyecto cristiano de construir el Reino de Dios encarnado en su Iglesia. De alguna manera se trata del templo de la logia del gran arquitecto compitiendo frente al templo del Espíritu Santo, en el corazón del hombre.

Si el materialismo de Gustavo Bueno puede o no servir de ayuda para la conversión, al menos del proyecto de esta gente, no lo sé pues no alcanzó a conocer los pormenores de dicha filosofía salvo en líneas muy generales, sin embargo, dadas las características de unos y otros, veo más fácil que aquellos acaben convirtiendo a estos que al revés. A fin de cuentas la masonería, aún en sus vertientes más laicistas y anticristianas, posee un cierto sentido espiritual que me parece entender no está presente entre los materialistas, pudiendo llenar así de forma más perfecta el hueco de la necesidad -anhelo- de tracendencia espiritual que en mayor o menor medida tenemos todos los seres humanos, y que las filosofías no alcanzan a llenar salvo con ideas. Se me hace difícil entender como puede una idea ocupar el lugar de un espíritu vivo, salvo que se trate de errores o engaños, sin que la persona finalmente no se rebele contra la idea o los ideólogos.

Debe entenderse que como católico, yo sí creo y entiendo la presencia viva de un espíritu en mi vida que corrige y orienta mis actos y deseos, y que desde ésta misma creencia fundamental se ha construido originalmente la hispanidad o sigue caminando actualmente la Iglesia. No se cómo se puede explicar esto desde el materialismo pues, entender en profundidad una idea no implica conocer ni entender en profundidad a su autor o al sentido de su obra.

La solución del "hijo pródigo" no puede entenderse como aplicable a toda la masonería como tal, sino como una opción personal para cada masón. Y desde este punto sí que podrían reconvertirse en nuevos gremios de constructores al servicio del proyecto original que alguna vez acometieron como tal,  de igual forma que existen multitud de sociedades y grupos cristianos dentro de la Iglesia, sin otros secretos que los de confesión y buen hacer en el sentido católico del término. Mientras tanto será inevitable la rivalidad.

[Vanu Gómez 64.181]

A ver si encuentro tiempo para sacar el tema de las neurociencias y comentar algunas de las líneas que están siguiendo algunos de sus gurús. El caso es que en ese tipo de ajos siempre hay un porcentaje de judíos exagerado. Esto es incuestionable. Lo que puede variar es la interpretación y tono que se haga a ese hecho. Pero desde luego, mimbres hay de sobra para quien quiera dar rienda suelta al conspiracionismo.

 

[Hispanorromano 71.070]

Esto debería ir un hilo nuevo sobre conspiracionismo, pero no quiero ocupar demasiado espacio en el foro. Son unas declaraciones que hace el propietario de una importante web de conspiraciones en el transcurso de una entrevista:

Cita

Qu'est-ce qui vous a amené à vous lancer dans cette aventure en ligne ? J'imagine que toute cette culture du bizarre faisait partie de vos sujets de prédilection. Il paraîtrait même que vous intéressez plus particulièrement à l'occultisme et que vous vous considéreriez comme un magicien...

Oui, j'ai une vision plutôt magique du monde et je m'intéresse beaucoup à l'occultisme, en particulier au travail d'Aleister Crowley. Vous ne serez donc pas surpris que je considère Disinformation.com comme une sorte de sort jeté à grande échelle et ayant pour but de diffuser un maximum d'informations dans le cyberespace et la culture, en attendant de voir ce qui va se passer. Disinformation a plus de 500 000 lecteurs par mois, ce qui en fait une parfaite plate-forme de propagande avec laquelle nous nous amusons plutôt bien.

Nous avons par exemple publié des informations sur les connexions entre John Mc Cain, un sénateur présidentiable, et l'éditeur d'un journal d'extrême-droite. Trois jours plus tard on lui posait des questions sur ce sujet à l'occasion d'une interview sur une chaîne de télévision. Comme vous pouvez l'imaginer, ça nous a beaucoup amusés. Bien sur, ce même sort est formulé pour transformer ces informations en or, dans le sens le plus classique de l'alchimisme. « Cash from Chaos » comme le disait Malcom Mc Laren. Où que j'aille, j'aime encourager la déviance et en tirer au passage quelques bénéfices â c'est ça l'American Way. Je me considère avant toutes choses comme un homme d'affaire, mais je joue selon mes propres règles.

https://laspirale.org/texte-30-richard-metzger-disinformation.html

Se me escapan algunas cosas del francés, pero creo que es muy interesante lo que dice, pues se sincera sobre sus verdaderas intenciones.

Lo de "Cash from Chaos" es un lema que utilizaban los Sex Pistols a través de su inspirador Malcolm McLaren. Quiere decir algo así como HACER CAJA CON EL CAOS. O dicho de otra forma, provocar el caos para sacar tajada. Viene de la magia del caos que practicaban Aleister Crowley y algunas escuelas gnósticas. La estrella del caos es el símbolo del Movimiento Euroasiático de Dugin.

[Español 71.112]

De todos modos, eso no deja de ser también otra forma de conspiración ¿no? Es igual si se conspira políticamente contra un gobierno para derrocarlo o trastocar sus intereses legítimos, como si se hace con otro objetivo. Al final lo que subyace es la intención de dividir o debilitar una estructura social para aprovecharse de los efectos que ello produzca, al margen de la legitimidad moral para hacerlo.

Es más, sembrar el caos solo por obtener beneficios, independientemente de que exista o no una conspiración directa para hacerlo, sin duda puede resultar beneficioso para el éxito de otras conspiraciones o anhelos que puedan existir al margen y por ello, éstas no hagan nada por evitar dicha siembra o incluso abundar en ella. Como reza el dicho: «A río revuelto, ganancia de pescadores».

[Hispanorromano 71.070]

hace 6 horas, El Español dijo:

De todos modos, eso no deja de ser también otra forma de conspiración ¿no?

Sí, por eso suelo decir que a veces la verdadera conspiración está en el conspiracionismo.

[Español 71.112]

!Aclarado! Te había entendido lo contrario. Yo también pienso que la mayoría de veces, la conspiración consiste precisamente en extender la falsa idea de una conspiración que oculte los verdaderos intereses de los conspiradores.

[Hispanorromano 71.070]

Pongo dos ejemplos.

Quiero demonizar a los judíos. ¿Qué puedo hacer para lograrlo? Me invento unos protocolos que atestiguan una conspiración de los judíos contra Humanidad desde el principio de los tiempos. La verdadera conspiración es la de quienes han inventado esos protocolos, lo que no excluye que algunos judíos también puedan conspirar por su lado.

Quiero demonizar a los católicos, en particular a los españoles y a los jesuitas, que me están dando la mucho la lata con esto de la Contrarreforma. ¿Qué puedo hacer? Me invento la Mónita Secreta y sitúo a los jesuitas detrás de una vasta conspiración contra la Humanidad. La verdadera conspiración es la de quienes han perpetrado el libelo, lo que no excluye que algún jesuita por ahí pueda ser un poco puñetero en un momento dado.

Muchas de las teorías de la conspiración que circulan por internet tienen un móvil muy evidente detrás. Son formas de propaganda que, basadas en la mentira, buscan influir en el estado de ánimo de los lectores para provocar un cambio en la sociedad. Por ejemplo, cuando acusan a Cáritas de negarle la ayuda a los españoles o cuando acusan al Papa de trabajar para Soros. Se pueden poner infinitos ejemplos y, aunque en la valoración de algunos ejemplos no coincidamos, sí estaremos de acuerdo en que difundir teorías de la conspiración puede ser una estupenda forma de propaganda, aunque no del tipo que nos es permitida a los católicos.

Reconozco que lo mío no deja ser una teoría de la conspiración