El problema del encaje de Brasil en la Hispanidad es idéntico al encaje de Portugal en la idea ibérica o española peninsular. Naciones que, por cultura, historia, lengua, son completamente equiparables a sus vecinas, pero cuya deriva histórica ha hecho que eligieran "la vía anglosajona", mientras que España se puede decir que optó primero por un proyecto universal propio, y luego elige "la vía francesa".
Lo que dice el artículo es correcto. En Brasil la palabra "latinoamericano" se identifica con lo que aquí llamamos "hispanoamericanos". Se suele contraponer de la forma: "los brasileños son así, y los latinos, asá". Hay vídeos de ¿somos los brasileños latinos? Y la mayoría responde en negativo, aunque hay una minoría que asume que sí, son latinos. Sí hay consenso en que "son parte de Latinoamérica" (como región), pero no parece traducirse en una identidad mayoritaria. Los brasileños se sienten antes "americanos" (incluso, unos "segundos Estados Unidos", con los que comparten la raíz afroeuropea, más que mestiza eurindia), que "latinos". Digamos que, "consuetudinariamente", es así.
Añadimos que el término "latinoamericano", a pesar de su origen francés, es tomado hoy día, sobre todo, por las élites que nosotros llamamos hispanoamericanas, precisamente para proyectarse sobre Brasil y de paso, Haití y con suerte Canadá, haciendo una pinza sobre su "gran Satán", los Estados Unidos.
Pero si bien el pueblo brasileño es (actualmente) así, otra cosa muy diferente son las élites brasileñas. Las élites brasileñas están divididas entre "occidentalistas" y "meridionalistas". Los occidentalistas plantean que Brasil sea un subimperio proxy del Norte, es decir el "delegado de EEUU" en la zona. Los meridionalistas, sin embargo plantean que Brasil siga su propia agenda, y son los que apoyan el eje con los BRICS o la unidad latinoamericana a través de iniciativas como el "Foro de São Paulo". Lula da Silva era un admirador de Fidel Castro, y fue quien planteó la ley del español.
También comentar que en cuanto el brasileño viaja, se da cuenta de esta unidad. Brasil es enorme y el desconocimiento del vecino provoca cierto aislamiento (el "común brasileño" opina que el país más parecido a Brasil es Argentina, y para de contar), pero muchos brasileños en España (también quizás, por cuestiones personales, de gusto por el país, etc.) mencionan muchas veces la unidad cultural, "latina" o como se quiera llamar.
El problema en Latinoamérica es que la geopolítica va unida a la ideología. Las asociaciones de países se identifican con una ideología (por ejemplo, UNASUR=izquierda), y si hay un cambio de color en el gobierno, deshacen la asociación y hacen otra (Prosur=derecha). En general en Brasil el latinoamericanismo se identifica con posiciones de izquierda, y el occidentalismo o proyankismo, con posiciones de derecha. No existe una posición latinoamericana de derecha en el Brasil, habría que construirla. Habría que intentar encontrar una arquitectura de organizaciones "transversal", donde lo ideológico no sea constituyente. Aún así fijémonos, hay cierta hermandad latinoamericana en el derechismo, con el ejemplo del Prosur lo vemos: Brasil se ha unido rápidamente a la iniciativa de Colombia y Chile.
En descargo de este "problema brasileño", habría que ver también cuántos mexicanos o argentinos se identifican como hispanoamericanos o latinoamericanos, o cuántos españoles como hispanos (la cifra nos sorprendería). Normalmente el rótulo de "latino" se identifica con lo caribeño (de ahí el porcentaje disparado en Colombia: también porque fue la Gran Colombia de Bolívar la que intentó unir a todas las repúblicas), o incluso lo hispano-useño. Al final, ninguna nación hispana (incluido el Brasil y Portugal) se identifica como tal. Aquí vamos de "europeos", en México van de "norteamericanos" y en Argentina también de "europeos". Lo vemos con los separatistas en la misma península. El escenario es el síntoma de la enfermedad. Si la Hispanidad fuera como un cohete, veríamos un cambio radical de identidad, Brasil incluido.
Mi opinión es que por la geografía y la cultura, lengua e historia común, Brasil está condenado a entenderse con Hispanoamérica e Hispanoamérica está condenada a entenderse con Brasil. ¿Con quién si no? La propia Hispanoamérica es la zona de proyección más sencilla para el propio Brasil. Sobre el aspecto imperial, Brasil fue una monarquía, pero México también. Ambos polos forman el necesario eje latinoamericano con el que debe entenderse España, la tercera monarquía imperial hispana. Y entre las tres patas, organizar todas las demás repúblicas.
Abandonar Brasil al occidentalismo anglo convierte Suramérica en una enorme línea defensiva y hace que la Hispanidad se repliegue al "monte", a los Andes, de tal forma que pierde la necesaria extensión continental y y fracciona su principal llanura productiva industrial, que es la Cuenca del Plata, que sólo es capaz de ponerse en marcha a través de la Entente y Amistad argentino-brasileña, mecanismo básico que dio lugar al Mercosur (y que, si hubiera incorporado a México en sus inicios, como quería el diplomático Jorge Abelardo Ramos, ya habría constituido Latinoamérica como ente unificado en el 1990).
Al propio Brasil le interesa, porque si no, no dejará nunca de ser un "colgajo" de los EEUU. Antes o después, sus élites querrán ser algo más, y de la mano de la Hispanidad puede hacerlo, formando parte nuclear de la misma, no auxiliar.
Otra cosa es que el propio EEUU se hispanice hasta tal punto (¿de la mano de élites texanas, californianas, miameñas, nuyorriqueñas? que esa querencia brasileña por los EEUU acabe siendo una segunda vía de inoculación hispánica. En este caso ya hablaríamos de un "magno proyecto hispanohemisférico" con EEUU-México-Brasil como tres enormes patas hispánicas, la disolución de la diferencia "derecha norteña Vs. izquierda sureña" y el escenario ideal que uno puede soñar.