Cantabria pierde más de 2500 ganaderos de leche. Otra vuelta de tuerca desde 2001.

[Vanu Gómez 64.181]

Siempre con la máxima hispánica de hacer de lo local una extracción global y de mi visión personal de que hay mucho de fractal en el tratamiento de estos temas tratados en prensa regional pues... ahí va, problema muy gordo que tenemos desde la entrada en la UE, en la que se prometía el oro y el moro a una gente que, a la larga, se la acabó expulsando del sector. Ah, por cierto, una vez más vuelvo a darle mis vítores al sindicato UGAM (Unión de Ganaderos Montañeses), se nota que es un verdadero sindicato gremial. Creo que la mayoría por aquí suscribiría sus tesis.

 

PD: todo esto dejando de lado que la industria láctea es un auténtico aquellarre que da vergüenza ajena, la perversión de su funcionamiento lleva al absurdo de que las regiones verdes incluso cambien sus formas de explotación desligándose de lo que el mismo sentido común nos dicta--> que el pasto directo de hierba, lo que en la Montaña llamamos "el verde",  debería ser el principal alimento. Auténticamente demencial pero a lo que esta industria ha arrastrado a la mayor parte de ganaderos, los cuales han entrado por el aro del capitalismo más radical: modernización, es decir, maquinización extrema--> grandes inversiones--> créditos--> gastos en insumos imprescindibles para la producción en masa, etc, etc. El resultado, lo dicho, desligazón del binomio vacas en los prados paciendo= fuente de producción láctea. Y eso es lo que está sucediendo, cada vez se ven menos vacas en los prados de las zonas de produción láctea en la España verde. Ridículo pero real.

 

Cantabria ha perdido más de 2.500 ganaderos de leche desde 2001

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El número de ganaderos lácteos sigue cayendo en la región y preocupa que siga esta dinámica. / Luis Palomeque

Cantabria

Según los últimos datos del Icane, sigue bajando el colectivo de productores que entrega a la industria y en junio es de 1.218

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MARÍA ÁNGELES SAMPERIO MARTÍNSantander Jueves, 16 agosto 2018, 18:02

 

Será el bajo precio de la leche que no compensa el coste de producción o los cambios en el ámbito europeo, pero lo cierto es que el número de ganaderos de Cantabria que entregan leche a la industria sigue bajando de forma alarmante. Según los últimos datos del Instituto Cántabro de Estadística (Icane) relativos al mes de junio, el número de productores lácteos es de 1.218, cantidad que se aleja de los 1.417 con los que se inició 2016 y, por su puesto, de los tiempos en los que el colectivo de ganaderos lácteos era de 3.984, concretamente al inicio de 2001, primer año con datos estadísticos. En junio de ese año ya bajó a 3.802. 17 años después ha descendido en 2.524 productores, 657 en los últimos 10 años.

 

 

 

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La leche recogida también ha bajado. Así, en junio de 2001 se recogieron 4.395.900 litros destinados a la industria; en junio de 2008, es decir hace diez años, con 1.875 productores fueron de 3.610.000 litros y en junio de este año asciende a 3.503.000 litros.

Preocupación del sector

«Caminamos directamente hace el abismo. Cantabria era la cuarta autonomía en producción láctea y ahora nos han superado Cataluña y Andalucía y, además, se está perdiendo el sistema tradicional de pastos», valora Gaspar Anabitarte, secretario general de UGAM-COAG. En su opinión, el fin de las cuotas ha favorecido la deslocalización y muchos productores de leche se están pasando a la carne «porque es menos esclavo y las ganancias son similares».

Anabitarte recuerda que en torno a 1.990 había en Cantabria 9.000 ganaderos con tanques de frío y la leche se vendía a 32 céntimos. «La región llegó a producir 550.000 toneladas y ahora está en torno a las 450.000 y bajando», apunta el dirigente agrario que recuerda que en esos años hubo muchas protestas para defender al sector y que en la actualidad hay que seguir insistiendo en buscar soluciones.

«No se está haciendo nada por cambiar la situación. Creo que es necesario que nos sentemos productores, industria y distribución y que participe el Gobierno regional para buscar una salida», apunta Pedro Gómez, presidente de Asaja. «Los precios de la leche no acompañan y hay muchas diferencias entre las zonas de costa y las de montaña. A estas segundas, con mayor dificultad para la producción, no se las ayuda lo suficiente», añade Gómez que recuerda «la esclavitud» que suponen las tareas de los ganaderos lácteos.

 

«Caminamos directamente al abismo. La región sigue perdiendo puestos como productora de leche» Gaspar Anabitarte | Secretario general UGAM-COAG

 

 

«Todavía hay remedio, pero no se está haciendo nada. El sector tiene que buscar soluciones» Pedro Gómez | Presidente Asaja

 

Para el dirigente agrario la pasividad actual va a permitir que el número de ganaderos siga cayendo y, además, la deslocalización de la producción puede hacer que industrias instaladas en Cantabria puedan plantear irse en el futuro.

En cuanto al consumo, Gómez estima que si hay consumidores dispuestas a pagar más por una leche de calidad producida en la región, pero para ello habrá que recuperar el poder adquisitivo perdidos.

Es evidente que se ha vivido una concentración de producción y que muchos ganaderos se han quedado por el camino sin que se produzca relevo generacional. Sólo 5% de los agricultores-ganaderos españoles tienen menos de 35 años y el 55% son mayores de 55. Se calcula que en la próxima década se jubilarán 6 de cada 10. En el sector lechero, contrastan los numerosos abandonos con el escaso de jóvenes que se incorporan. En la Cornisa Cantábrica, solo una de cada cuatro explotaciones con titular mayor de 55 años o con previsión de abandonar la producción tenía asegurada la sucesión.

España superó por primera vez los 7 millones de toneladas sobre entregas a primeros compradores en 2017, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). Es un aumento de casi un 2% respecto a 2016, aunque sigue disminuyendo el número de ganaderos. En 2017 se registraron 850 menos. Desde 2015 han desaparecido unas 2.600 explotaciones.

Se paga en torno a los 30 céntimos por litro

El precio de la leche en origen, el que la industria paga al ganadero, se mantiene en torno a los 30 céntimos de euro. Los datos del Icane del mes de junio lo sitúan concretamente en los 0,302 euros muy similar a los 0,337 de 2017 y superior a los 0,28 de 2016. En junio de 2001 el precio del litro de leche era de 0,309 euros,

En cuanto al precio de la leche en origen en los últimos años, en 2017 fue de 0,334 euros el litro de media, un leve descenso respecto a los 0,335 del ejercicio anterior.

El precio que paga la industria a los ganaderos ha sido uno de los caballos de batalla del sector, sobre todo por la polémica en torno a la denominada venta a pérdidas que se refiere a la práctica de algunas cadenas de alimentación que venden a los consumidores el litro de leche más barato, en torno a los 50 céntimos, como reclamo para acudan a los establecimientos.

El actual ministro de Agricultura, Luis Planas, consideraba el mes pasado que no es «normal» que en algunos supermercados el litro de leche esté más barato que el de agua mineral y se mostró dispuesto a luchar contra la venta a pérdidas.

https://www.eldiariomontanes.es/economia/cantabria-perdido-2500-20180816212505-ntvo.html#ns_campaign=eldiariomontanes&ns_mchannel=m-responsive&ns_source=noticias-relacionadas&ns_linkname=noticia.&ns_fee=0

[Español 71.112]

Desde mi punto de vista este es otro de los escenarios consecuencia de la Europa de los mercados y los intereses de los mercaderes que la dirigen. Es decir, la supremacía de la ética protestante frente a la moral católica con respecto al bien común, que hoy nos empuja a todos hacia el enriquecimiento como fuente y destino de salvación. La providencia de los mercados contra la divina.

La armonía natural de la Creación, donde todo tiene sentido, está imbricado y se orienta hacia el bien común y personal, ha dado paso a esa otra lógica donde impera la tecnología, el artificio y la producción. La meta es obtener riqueza y si para ello hay que abandonar los pastos y convertir las vacas en artefactos mitad animal, mitad máquina, qué más da, aunque con ello se pierda el sentido de la vida y la memoria de innumerables familias que lo son y han sido gracias a esa armonía natural que antes regía sus actos. El abandono de la ley natural, con su sentido espiritual, solo puede conducir al desconocimiento de la verdadera riqueza natural y espiritual que el Creador ha guardado bajo esa ley para darle un sentido a la vida del hombre en su Creación. Pero hoy las leyes del mercado son prioritarias y por tanto nos encaminan a buscar la riqueza material que atesoran, convirtiéndolo todo por tanto en simple materia manipulable, incluida la vida de los hombres en las estanterías de los mercados.

Bajando ya al terreno específico de las cosas, y a la proyección política que tiene lo que antes mencionaba, te encuentras con el escenario que citas en el artículo debido a que se han fomentado políticas donde todo está orientado hacia la mayor obtención de riqueza económica posible, sin embargo y a despecho de aquella otra que se ve despreciada por las administraciones públicas: personas, familias, tradiciones, cultura, modos de vida, medio ambiente, equilibrio natural... Todo aquello que somos y en donde nos movemos, el bien común, puesto al servicio del balance de cuentas de los lobys financieros que gobiernan el mercado y de los socios capitalistas de las grandes empresas que ven a estas, no como un camino hacia la preservación y mejora de ese bien común sino como un medio de obtener simple riqueza personal al mejor coste.

Un ejemplo directo respecto al tema de la leche: cuántas veces habremos escuchado bendiciones públicas y políticas favorables a las grandes empresas de distribución, como pueden ser Mercadona, Carrefour, etc. ¡Traen trabajo y riqueza, hay que facilitarles el camino! nos dicen. Bien, os invito a que vayáis un día a cualquiera de estos centros y miréis en el estante de los lácteos, a ver cuántas marcas de leche encontráis. En el primer caso principalmente la marca propia, que ha concentrado la producción en un solo productor y la vende a precio de saldo, imposibilitando así la distribución y desarrollo de otras marcas de leche que antes tenían en los supermercados y tiendas de barrio su principal fuente de ingresos. Y en el segundo caso otro tanto de lo mismo, tres o cuatro grandes marcas a igual método de venta y con idénticos resultados. La consecuencia es que, como decía ese artículo, los pequeños productores tradicionales, se ven imposibilitados de sacar adelante sus empresas y familias sino pasan por el aro y al final tienen que abandonar, con el consiguiente abandono de la tierra, la cultura, la familia y los modos de vida. ¿Por qué? Por lo que decía más arriba, y luego hablan de ecología...

La ecología o los mercados que no tienen en cuenta la dignidad de la persona humana y su función en la naturaleza, no son nada y nos abocan directamente a la destrucción de lo que somos.