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Contenido popular

Mostrando el contenido mejor valorado el 07/02/18 en todas las áreas

  1. 2 puntos
    Discutía hace tiempo con elprotegido sobre el universalismo y el particularismo. Por casualidad he encontrado una entrevista del periódico El Español a Camillo Pellizzi, presidente del Instituto de Cultura Fascista en 1943, que ilustra muy bien el tema: La entrevista es del 17 de abril de 1943; por tanto, en plena alianza de Italia con Alemania. Pese a todo, los italianos tenían claras las diferencias y las prioridades. En otro pasaje de la entrevista critica la servidumbre espiritual de Italia con respecto a los países del norte: Queda claro que ni en los tiempos más duros de la alianza se les ocurría a los italianos idolatrar todo lo que venía de Alemania. Italia aspiraba a tomar la iniciativa en el pensamiento, no a seguir el pensamiento que le dictaban otros. Y a eso debemos aspirar los españoles. Hay demasiados patriotas pendientes de lo que dicen otros países o de lo que dicta la internet anglosajona. Ellos sí que parecen globalistas.
  2. 2 puntos
    24 de enero de 1930 «Eurasia» contra Europa La escuela eurasiana moderna, da­ta de 1921; su ideal es la creación de un gran imperio constituido por los Estados Unidos de Rusia y de Asia, (Europasia). Un eslavo católico, discípulo del director del Instituto Oriental, Monse­ñor D'Herbigny, escribía no ha mu­cho: «Se advierte hoy día en Rusia un extraño fenómeno: el despertar de un sentimiento asiático nacional. Los rusos se van dando cuenta de que no son de pura raza eslávica, sino más bien una mezcla de razas mon­gólicas. Se llega en esta nueva orien­tación étnica hasta negar todo paren­tesco con Europa o a renegar de él». El genio de Napoleón advirtió ya algo de esa condición étnica del anti­guo país de los Zares en sus andan­zas por el Oriente de Europa, pues solía decir: «Grattez le Russe, et vous découvrirez le Tartare»; rascad un poquito en el Ruso y hallareis el Tár­taro». El escritor Boris Pilniak parece que se complace en decir y repetir en sus artículos que «Rusia es Asia» y por otra parte sabemos que «los Estados Unidos de Asia, capital Moscou» es la fórmula adoptada y proclamada por Tchitcherine, en esta materia. Actualmente en el cuerpo diplomá­tico de Moscou, figuran embajadores o representantes de todos los países asiáticos, aun de aquellos Estados que no son reconocidos por tales en otras naciones, como la Arabia y la Transjordania. Es un indicio que no deja de tener también su fuerza sig­nificativa. El movimiento eurasiano es tal vez para un futuro no remoto, el más grave peligro para Europa: es el «pe­ligro amarillo» de otros tiempos, que ha tomado una forma más real y viable; es el imperialismo ruso disfra­zado de proletario, que se aprovecha de todos los adelantos europeos para atraer y en parte subyugar al mundo asiático, y dar luego la batalla al mundo occidental arruinan­do su riqueza, su civilización y aun, si pudiera, su religión misma. Recuerdo haber oído al Obispo Ruteno de Leinberg, poco antes de la guerra europea, una opinión que no dejó de causar extrañeza en cuan­tos lo oímos: «El Oriente en su lucha con el Occidente, podrá ser vencido y lo ha sido muchas veces; pero el hecho es que e1 Oriente, aun vencido, se adelanta poco a poco sobre el Occidente». El Católico esloveno antes aludido dice que a su parecer «existe hoy día una ofensiva del pensamiento asiático contra el pensamiento europeo», y añade que «la lucha misma que la Rusia soviética proclama contra el capitalismo, no es más que una lucha contra Europa». Cierto es también que Lenine mis­mo en sus últimos escritos ponía toda su confianza, para dar el golpe defini­tivo, contra lo que él llamaba el capi­talismo europeo, en las grandes fuer­zas de reserva que en los pueblos de Asia estaban latentes; su orden del día adoptado en 1920 por el «Congre­so de los pueblos orientales» celebra­do en Bakou, y en el que se reunieron 1.800 delegados de 37 nacionalidades distintas, fue el significado por estas palabras: «Acabaréis con el Occidente por medio del Oriente». Y Zinowiev llegó a decir en esta ocasión, con un cinismo verdaderamente brutal, que «Rusia tiende la mano al Asia, no porque adopte su ideal, ni comparta sus conceptos sociales, sino porque los 800 millones de asiáticos le son necesarios de todo punto para la des­trucción del capitalismo y del impe­rialismo europeos». La realidad es que mientras el Sovietismo está tratando de atraerse o dominar los pueblos asiáticos, corno con una mano, está con la otra minando las bases de los Estados europeos en el interior, bolchevizando a las clases proletarias e intelectuales para lanzarlas en su día contra la cla­se patronal, propietaria y rentista, y debilitando en lo exterior su influencia política en el mundo, y su poderío comercial en las colonias y demás países, sin cuyas riquezas naturales acaso no podría subsistir mucho tiem­po la prosperidad económica europea. Para terminar: ¿Cuál es la causa del grave peligro eurasiático que co­mienza hoy a cernerse sobre la vida misma de Europa? Respondamos con René Grousset en su libro «El des­ertar del Asia:» «De la europeización del Asia, ha nacido la revuelta del Asia contra Europa.» Las poten­cias occidentales que han europeizado al Asia, han dominado a sus naturales con la fuerza de las armas, y han ex­plotado sus riquezas con la industria y el comercio, pero les han dejado en sus errores religiosos y en sus inmoralidades paganas. Si hubieren hecho con Asia lo que España hizo con América, dándole ante todo su fe y su moral cristianas, bases insustituibles de la civilización verdadera, bien pudiera ser que se hubiera sen­tido algún día fuerte y poderosa para sacudir el proteccionismo europeo, pero ¿hubiera surgido de entre los desprestigios de una europeización materialista la Eurasia proclamando como ideal la destrucción de Europa? ¡Cuán cierto es que todo pecado lleva naturalmente en sus entrañas su propio castigo! S. de P. La Cruz, Diario católico, 24 de enero de 1930, p. 1. -o-O-o- NOTA DE HISPANORROMANO: He tomado el artículo de La Cruz, pero también se insertó en otros diarios católicos, como La Verdad o La Victoria. Me da la impresión de que el artículo tiene un origen eclesiástico, entre otras razones por la mención a Monse­ñor D'Herbigny. Se repite de nuevo la idea de que los soviets son el imperialismo ruso de siempre con disfraz proletario. Es una constante en los artículos de aquel entonces. Ya se hablaba de Eurasia casi como sinónimo de Rusia y su expansión imperial. No comparto algunos extremos del artículo, pero viene bien para ilustrar el pensamiento de la época. Si alguien lo quiere en formato JPG que me avise. ¿Qué me mueve a compartir estos artículos antiguos sobre Rusia? Dar a conocer escritos del pasado que pueden iluminar asuntos del presente. Mostrar que en aquella época ya se observaba cierta continuidad entre el imperialismo zarista y el soviético (esto se verá más ampliamente en otros artículos que pondré más adelante, uno de los cuales os sorprenderá por su procedencia). Ignoro por qué esta verdad, que entonces parecía tan evidente, se fue oscureciendo a partir de los años 60. Quizá ayudaron a ello las teorías de la conspiración y la Guerra Fría. Explicar que en el mundo católico el rechazo hacia Rusia no viene sólo de la URSS; que, salvo excepciones, no se veía bien a los zares y se les consideraba más bien bárbaros; que tampoco se veía con buenos ojos a la mal llamada iglesia ortodoxa. Probar que el anticomunismo o la defensa de la propiedad no era el único argumento que se esgrimía contra Rusia en las derechas; de hecho, era un argumento más bien secundario. Mostrar que las realidades nacionales y religiosas pasan por encima de ideologías. Intentar entender los procesos internacionales de la actualidad al margen de charlatanes geopolíticos.
  3. 2 puntos
    Es cierto que a nivel personal somos un poco individualistas. La verdad es que no lo había pensando, pero sí, somos bastante individualistas en lo que respecta a nuestra propia sociedad. Lo que no impide que a nivel colectivo y cultural tendamos al universalismo, lo mismo que otros países latinos, que en esto beben de Roma. La excepción parcial quizá sería Francia, donde siempre ha habido un sentimiento nacionalista muy fuerte, no sé si desde la Revolución Francesa o desde antes. Curiosamente, los grandes teóricos del racismo, como Gobineau y Vacher de Lapouge, eran franceses, pero idolatraban el elemento racial germánico. Me parece que en el fondo hay dos Francias, una que tira más hacia el norte germánico y otra que tira más al sur español. Es posible que en Italia y en la propia España ocurra algo parecido. El caso es que este particularismo a nivel colectivo parece apuntar al norte casi siempre. Quizá viene de las teorías decimonónicas sobre los arios y su superioridad racial. No lo sé, es un asunto que me gustaría estudiar a fondo, pero no hay muchos libros en español sobre el tema.
  4. 1 punto
    Es un tema interesante que ciertamente discutimos Hispanorromano y yo hace algunos meses. De hecho escribí unas líneas en relación al mismo, pero estaban muy orientadas a explicar el fascismo y no tengo muy claro que de momento interesen para el foro. También entiendo las objeciones de don Fernandito, pero si observamos el fenómeno de la Hispanidad vemos un ideal completamente universalista, de creer en una moral y un credo asumible por cualquier ser humano. No confundir con una ideología progresista que niega las diferencias entre seres humanos (razas, sexos y demás), no es lo mismo. Maeztu lo explicó muy bien: Ello no importaría grandemente si los pueblos hispánicos nos aprendiéramos la debida lección, y es que todo o casi todo lo que padecemos es resultado de haber abandonado nuestro sistema tradicional de legislación, fundado en el saber especializado y en la inspiración cristiana, por otro en que la ley no es ya sino la voluntad de un soberano, individual o colectivo. Dejamos al padre Vitoria por el barón de Montesquieu, que separó, con su célebre división de poderes, la legislación de la jurisprudencia, y desde entonces nos condenamos a no vivir sino bajo el albedrío caprichoso de un tirano o de una mayoría parlamentaria, no menos irresponsable e ignorante. Los pueblos hispánicos se hicieron en torno de una creencia religiosa: la de que la Providencia ha dispensado a todos los hombres una gracia suficiente para la salud. Sobre esta idea hemos fundado nuestras instituciones políticas. Si todos los hombres pueden salvarse, todos deben poder mejorar de condición, entiéndase bien que se dice "poder mejorar", no mejorar a secas. Que mejoren o no de condición deberá depender de sus merecimientos. Las instituciones no han de estorbar, sino que han de favorecer, el ascenso social de los que lo merezcan. En ese espíritu se inspiraban las leyes de Indias. Y hubo un tiempo en que el negro, el indio, el zambo, el cholo y el mulato estaban persuadidos de que había un rey de Castilla que defendería su justicia si fuera necesario. El catolicismo español llevaba implícito el ideal de cristianizar al mundo entero y de elevar, en lo posible, a todos los caídos. Ahora nos hemos olvidado de todo eso. De cada veinte hombres cultos no habrá apenas uno que se dé cuenta de que América no fue descubierta por el progreso de las artes de la navegación, ni por codicia, sino por el convencimiento de que los habitantes de sus tierras ignotas podían salvarse lo mismo que nosotros, ni de que lo maravilloso de esta gloria, con la que de un solo golpe creamos la unidad física del globo, la unidad moral del género humano y la posibilidad de la Historia Universal, no está en el pasado, sino en el porvenir, en cuanto marca, lo mismo en lo social que en lo internacional, el derrotero que hemos de seguir en lo futuro para hacer de la Humanidad una sola familia. Es probable que a la pérdida de nuestra tradición ecuménica haya contribuido no poco la misma índole universal de nuestro espíritu. Por ella estábamos más dispuestos que cualquier otro pueblo a creer en la bondad de las ideas extranjeras. Un fuerte patriotismo territorial nos hubiera impulsado a defender con más tenacidad nuestros propios valores. Pero tal vez era preciso, para que este patriotismo se vigorizase entre nosotros, que se fragmentara nuestro imperio, porque mientras se sostenía eran tan grandes nuestras tierras que no podíamos quererlas, ya que ojos que no ven, corazón que no siente. No sé si ahora mismo habrá brotado, en alguna de las patrias formadas en lo que fue el Imperio nuestro, uno de esos nacionalismos exagerados, que se olvidan de que la vida de los pueblos debe también ajustarse a los principios generales del derecho y de la moral. Lo que sé es que un nacionalismo que se funde en la tradición -y apenas es concebible un nacionalismo que no busque sus raíces en la Historia-, tiene que ser en España universalista, porque ese es el sentido de toda nuestra Historia . Entre nosotros no podría tener otro sentido hacer distingos entre patriotismo y nacionalismo, que no sea el de considerar el nacionalismo como un patriotismo militante frente a un peligro de disolución. Para España no hay más nacionalismo que "el nacionalismo justo", que definía recientemente el Comité archiepiscopal de la Acción Católica Francesa como: "aquel que quiere para su país la prosperidad, el respeto de sus derechos y su verdadero lugar en el concierto mundial". Los grandes hombres que el espíritu territorial produce en nuestra patria, como Jovellanos y Pignatelli, no son "jingoes", ni "chauvinistas", sino espíritus ponderados que no renuncian a su universalismo y en que se armonizan sin violencia el espíritu de las águilas austriacas con la economía de las lises borbónicas, al revés de lo que ocurre con fanáticos del tipo de Aranda y Floridablanca, que no creían en la posibilidad de construir carreteras sin combatir la religión y que, en último término, antes renunciarían a las carreteras que a la persecución de los creyentes. http://www.visitaturistica.com/historiamoderna046_defensadelahispanidad.htm Ya sabemos, no obstante, los disparatados equívocos a los que suele llevar este asunto: la confusión entre globalismo y universalismo. P. D. Recuerdo haber llevado otras citas todavía más acertadas de Maeztu a esta discusión de burbuja: https://www.burbuja.info/inmobiliaria/temas-calientes/865816-a-ultra-catolicos-de-hispanismo-org-no-les-gusta-trump-ni-alt-right.html pero parece que se han cepillado el hilo. P. D. 2. Es curioso también como a Maeztu tampoco le interesan mucho las hipotéticas distinciones entre nacionalismo y patriotismo (en lo que coincido con él) contrariamente a la tendencia actual en el campo tradicionalista.
  5. 1 punto
    Sí, he de aclarar que no suscribo necesariamente todo lo que se dice en los artículos que comparto. En este caso hay algunas cosas del artículo que me chirrían un poco. Nada más trato de ilustrar una serie de posturas que se daban en la época y que pueden ayudarnos a entender el presente. Cuando hemos planteado alguna crítica a la Rusia actual y a la influencia negativa que ejerce sobre algunos patriotas, muchas veces se nos ha respondido que somos unos anticomunistas pavlovianos, que estamos anclados en la Guerra Fría, que le hacemos el juego a los anglosionistas, que lo que decimos no tiene precedentes, etc. De repente parece que lo único criticable de los rusos fuese el periodo de la URSS y que todo lo demás es ideal. De repente parece que la iglesia ortodoxa rusa fuese mejor que la católica. Estos artículos demuestran que esa visión no es correcta.
  6. 1 punto
    1.- En mi opinión, un Estado católico sería aquel que reconoce la Religión católica como norma superior y procura hacer lo posible por amoldarse a esa norma. Esto implicaría necesariamente el reconocimiento de la Religión católica a nivel oficial, aunque no necesariamente la unidad católica (que es deseable pero no parece posible ni razonable en todos los casos y momentos). 2.- Creo que España debe ser un Estado católico, porque es la Religión verdadera y porque -además- es la que hemos profesado históricamente. Algo así decía uno de mis referentes políticos. Ahora bien, desconfío de los que creen que por incluir una declaración explícita en la Constitución del país ya va ser un Estado católico. Es deseable que exista esta declaración oficial, pero no basta. Quizá es condición necesaria pero no suficiente. Hay mucho fariseo que confiesa el catolicismo pero de puertas adentro se guía por otras normas. En las derechas han abundado siempre estos sujetos. Ahora, además, nos enfrentamos a dos fenómenos nuevos: los que se declaran católicos pero maldicen al Papa y los que usan la Religión católica como herramienta para lograr otros fines nada santos. No sé si me he desviado en exceso de tu planteamiento.
  7. 1 punto
    Él texto es bueno pero he de decir que lo que más me gusta es la nota de Hispanorromano. Para enmarcar. Creo de todos modos que necesitamos pulir un poco el discurso que manejamos y pudiera parecer rusófobo a primera vista. El trasfondo que hay en nuestras críticas respecto a los rusos de hoy en día es el preocupante hecho de que cada vez es mayor el sector de tipos que se dicen patriotas pero en la práctica parecen peones de los intereses geoestratégicos rusos.
  8. 1 punto
    ... sin olvidar la precarización del sistema logístico que están logrando en base a precarizar la distribución a base de autónomos a los que extrujan como a limones.
  9. 1 punto
    Sí que parecen ir por ahí las cosas. Observa el movimiento celtista que se dio sobre todo en el norte España en el que, desde mi punto de vista, existía como trasfondo la voluntad o aspiración de "parecerse a" los europeos. Con esa corriente es con la que conectaron los del injerto neonazi de CEDADE, el cual se encontró ya un poco de terreno abonado en el romanticismo regionalista que menciono.
  10. 1 punto
    Y lo peor es que a Amazon le abren las puertas los alcaldes de algunas poblaciones, que creen que con los 200 puestos de trabajo que crea a nivel local para el almacén se soluciona el problema del paro, cuando en realidad está destruyendo todo el tejido comercial de España y sus almacenes tienden a una automatización total.
  11. 1 punto
    Pues sí, y aunque no lo mencionas en el título, el ejemplo de Amazon y similäres es algo brutal. La verdad es que llega a asustar el poder que amenaza alcanzar una empresa como esa. Está barriendo ya literalmente comercios familiares en toda España, da igual barrios de ciudades, grandes, medias, pequeñas o cabeceras de comarca. Es algo verdaderamente "espectacular".
  12. 1 punto
    Sí, en realidad no aprueba la concentración del poder en manos del Estado. Lo que resalta es que, mientras la concentración estatal hace saltar todas nuestras alarmas (y bien está que así sea), la concentración de poder en manos privadas pasa un poco desapercibida y casi nadie protesta por ella. Y el peligro es que estas empresas yanquis ya acumulan más poder que algunos estados y en ocasiones toman decisiones que perjudican a los mismos estados, por ejemplo, en temas que afectan a la seguridad nacional y al modo de vida de sus ciudadanos. Si malo es que el Estado concentre demasiado poder en su manos, peor es que lo concentren empresas privadas que no se sabe muy bien a quién sirven. También es importante el matiz que introduces al final. Hay que ver qué principios manejan los que concentran en el poder; si estos principios son erróneos, la concentración del poder en sus manos será todavía peor. En el caso de estas empresas, y más allá del afán de lucro sin límites, parece que tienen una ideología cuasidemoníaca que pasa por los valores de Ayn Rand y el transhumanismo.
  13. 1 punto
    Interesante lo que dice de la concentración de poder en manos privadas vs. en manos del Estado. A mí realmente lo que me preocupa es la concentración de poder, a secas. Y claro, por descontado, qué clase de valores manejan los que lo detentan.
  14. 1 punto
  15. 1 punto
    Buenísimo, Hispanorromano. Creo que esta entrada merece ser enlazada por doquier. Gracias por proporcionarnos munición tan buena.
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