Esquema de una política de aldea (Rafael Sánchez Mazas)

el mar, 19 jun 2018, 21:45

Escaneo un artículo de Rafael Sánchez Mazas en el que hace un esbozo de la política rural que defendía la Falange por aquel entonces. Contiene algunos elementos que pueden sonar raros pero que se explican por el particular contexto europeo. El artículo muestra que toda regeneración de España pasa necesariamente por el campo, que es víctima de las grandes capitales y de los grandes capitales.

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ESQUEMA DE UNA POLÍTICA DE ALDEA*

La Falange ha recorrido estos días pueblos grandes, pueblos pequeños y aldeas del campo castellano, víctimas ayer de criminal incuria y víctimas hoy —por parte de izquierdas y derechas— de una política agraria mala, por obtusa y por incompleta. Mitad el temor y mitad la ambición han inspirado este agrarismo. Se quiere con esas reformas, en parte, contener a un posible enemigo —como con el proletariado de las ciudades—, y en parte explotar una especie de inmensa colonia. El criterio de izquierdas y derechas no ha pasado aún, en esencia, de ver al campo como una colonia de negros dependientes de la ciudad.

Las "grandes capitales" y "los grandes capitales" —superurbanismo y gran capitalismo— siguen siendo los enemigos de la humanidad labradora. El labrador se juega con esfuerzo heroico su cosecha, a las vueltas del tiempo en la rueda del año. Pero en esta ruleta de las cuatro estaciones, en este tablero al cual pone su vida el labrador, la Ciudad y la Banca tienen los ceros. El campo es una víctima de los tahúres de la Ciudad y de la Banca. La mayor parte de la riqueza española y de las fuentes de resistencia contra las crisis vienen del trabajo campesino. Luego la riqueza española se reparte con una prodigalidad suicida en las ciudades y con una usura suicida en el campo. Se han gastado miles de millones durante los últimos cincuenta años en cuatro o cinco grandes ciudades, para cosas superfluas, de ornato, inflación o capricho. En paseos y cosas parecidas. La distribución de la riqueza ha sido entre el campo y la ciudad despiadada, estúpida e injusta. A su vez los grandes capitales han sido despiadados en cuanto a la organización financiera que podría ayudar con su crédito al campo español. Cuando en un pueblo labrador próspero se ven las sucursales de los Bancos hay para echarse a temblar.

Podría haber una política agraria buena y completa, que abarcase los problemas técnicos del campo (sistemas del cultivo, utillaje, enseñanza agraria, etc.), los problemas administrativos (legislación, justicia distributiva, sindicatos, etc.), los problemas financieros, o sea, principalmente, el crédito agrario y los problemas estatales de ingeniería como las Obras Públicas.

Pero, ni siquiera en esta política agraria, buena y completa, que realizaremos, se agotará nuestro desvelo por la humanidad labradora, en su humana totalidad hacia la unidad de destino, porque ésta no se agota en problemas técnicos, administrativos y financieros.

No queremos en el labrador contener al posible enemigo —como izquierdas y derechas hacen— sino reencontrar a un hermano que parecía muerto, cuando lo que está muerto en realidad para todo profundo amor de España es la política de las ciudades.

Tampoco queremos explotar el campo como una colonia a beneficio de las grandes ciudades, pues la fuerza no radica en el espíritu de las grandes ciudades, como la de las izquierdas (proletariado socialista), ni como la de las derechas (gran capitalismo conservador); "ni capitalismo, ni comunismo", dicen nuestras banderas. Eso nos acerca a los campos y en ellos pone el nervio de nuestra política. Sobre una política agraria y sobre los estatutos municipales venimos con una política de la humanidad labradora, con una política de la aldea. En el Estado nuestro habrá una Carta de las aldeas y pueblos campesinos, una "Carta Puebla de las gentes labradoras de España".

Y allí se empezará por algo que no nos compete del todo a nosotros, al Estado, pero también por algo que el Estado debe regular en su libertad y ayudar en su dignidad y esplendor. En realidad se empezará por la ayuda de Dios, por la organización del mundo moral, por la elevación del orden religioso. Es necesario que el centro espiritual de la aldea sea la parroquia, como órgano supremo de su moralidad. Defenderemos las parroquias de aldea con más tesón que las Universidades. No nos gusta hablar de estas cosas por dos razones: 1.º Porque exceden en su totalidad a la tarea del Estado. 2.º Porque jamás queremos hacer de ellas un banderín de enganche electoral. Pero alguna vez es necesario. Nuestro Estado había de colaborar con la Iglesia ofreciéndole cuantos medios temporales y legales estén a su alcance para el robustecimiento de las parroquias campesinas (y de las no campesinas también), para la recta formación del clero, para el vigor de la jerarquía episcopal. Nada como la libertad y fortaleza de la Iglesia, en la esfera que le es propia, evita su deplorable intromisión en la política. En la aldea, en torno a la parroquia robustecida, podían funcionar con regularidad y sin mezclarse jamás con la política, todas aquellas obras sociales católicas, que tanto pueden hacer por elevar al mundo campesino y devolverle sus mejores tradiciones.

Tras el robustecimiento de la parroquia viene la reforma de la escuela y de la escuela con Cristo, que debe ser el enlace cordial e intelectual de la moral y la cultura civiles con la moral y la cultura de la Iglesia.

Esta escuela de la aldea reformada, elevada a un alto sentido moderno y devuelta a un alto sentido tradicional se prolonga en organizaciones de tipo premilitar y deportivo con un complemento de cultura de la juventud. La radio y el cine y las misiones ambulantes de cultura completarán y facilitarán estos objetivos.

La educación premilitar acaba en una restauración de las milicias campesinas, que formó en su día Cisneros y que en nuestras aldeas se compondrán de la juventud premilitar (antes del paso por los cuarteles) y de los veteranos (después del paso por los cuarteles). No sólo se hará esto por incremento de la potencia de la patria, sino por su alta función educativa. Cuando los jesuitas fueron los mejores educadores de Europa dieron a la juventud una educación militar y romana. Nosotros recogemos esta gran lección pedagógica del genio español, que Federico el Grande —volteriano— consideró en su reino como insustituible.

Organizada de modo permanente la alta función eticorreligiosa en la parroquia, la eticopolítica y cultural en la escuela, el servicio de la patria en las milicias, el trabajo campesino se organizará en los sindicatos nacionales, y hacia ellos confluirá específicamente la "política agraria", buena y completa en su triple aspecto técnico, administrativo y financiero.

Ni en eso acabará la política de la aldea. Hará falta además, entre otras cosas, una fuerte ofensiva de sanidad, y particularmente una política del niño, una política de infancia. Ciertos alimentos y medicamentos para la primera infancia han de considerarse monopolio y servicio benéfico del Estado. Se les ocurren más cosas a los políticos de izquierda y de derecha para proteger al ganado de la aldea, que para proteger al niño, y el niño es la flor de la potencia de la patria. España necesita ser repoblada de hombres más que de árboles, porque el hombre es el que planta el árbol, construye la casa, siembra el campo. La protección a las familias numerosas, el combate contra las epidemias, etc., completarán esta política,

Entonces tendremos la aldea de Falange. Pero para eso a la aldea no le bastará con el diputado, ni con dar los votos. Tiene que ayudarnos a tener el estado crudo y entero, porque la aldea necesita el Estado a su servicio —como debiera estar— para lograr todo eso, que es ni más ni menos lo necesario para que viva en el mundo y en la patria una humanidad labradora.

ALDEA = Salud-Trabajo-Milicia-Cultura-Religión = IMPERIO

No hay reforma agraria que funcione sin esta reconstrucción del mundo religioso, moral, intelectual, patriótico, laborioso e higiénico del campesino. Todos estos órdenes necesitan formar una perfecta armonía entre sí para lograr el resultado total. Basta que una de esas cosas falte para que las demás no rijan. Existirán sólo en el papel y no vivirán, porque la vida es siempre totalidad compleja y unitaria.

Y para eso, sépalo la aldea, ni izquierdas ni derechas. Las izquierdas abominan del sentido religioso y patrio, que encabeza una tal política.

Las derechas son las eternas farsantes y las eternas traidoras a los ideales que encubren su defensa de la comodidad, el egoísmo y el privilegio. Vamos a cuentas. Se pasan la vida hablando de religión. Ni con Monarquía ni con República, desde hace medio siglo, sabemos que se hayan preocupado jamás de las parroquias de la aldea. Se pasan la vida hablando de tradición y jamás se han preocupado de que las escuelas de la aldea edifiquen en el corazón de los niños la conciencia de nuestra unidad de destino. Se pasan la vida en apologías del ejército. Jamás se han preocupado de la educación militar de las aldeas, que en tiempos de Cisneros anticipaban buena parte de la Italia o la Alemania de hoy.

Se pasan la vida hablando de reformas sociales campesinas, y todo lo que han hecho, recientemente, es poner en el Ministerio de Agricultura un canonista sevillano, que ha concebido la reforma agraria de una manera frígida, obtusa e incompleta, a pesar de cierta buena voluntad, que ha irritado a las derechas de los grandes terratenientes.

Por último, las derechas se pasan la vida hablando de la raza y se les ponen lágrimas en los ojos con la retórica deplorable de la Fiesta de la Raza, lo cual les servirá sin duda para preocuparse de la raza de toros de lidia o de caballos de carreras, pero jamás de la raza humana en los hogares campesinos. Jamás han levantado su voz, que debió ser clamor, por el niño de las aldeas. En ninguna parte como en la aldea se palpa con horror la que nosotros llamamos ya siempre "traición de las derechas" a esa bandera que le sirve con grandes palabras para cubrir muy otra mercancía. No dejéis que la burla y el despojo acaben con las gentes y el futuro de las aldeas españolas. Ni izquierdas ni derechas. Aquí está la Falange, con su pobreza, su heroísmo y su popularidad, tan a la intemperie como vosotros, pero a cuerpo limpio, sin cacique ni electoreros, dispuesta a ganar entera la partida. Aquí está la Falange.

¡Arriba España!

(Arriba, núm. 6, 25 abril de 1935.)

*Nota del editor.—Volvía Rafael Sánchez Mazas de Zamora, Toro y la Puebla de Sanabria —durante los días de Pascua—, donde había pronunciado discursos de propaganda falangista entre interrupciones a mano armada de la policía gubernativa en Zamora y disparos y violencias de los rojos en Toro. "Una política de aldea" es el resumen de su discurso en Puebla de Sanabria.

Este artículo también se puede encontrar en el libro Fundación, hermandad y destino, del citado Rafael Sánchez Mazas.

el dom, 24 jun 2018, 00:38

Cómo nuestros pueblos van muriendo poco a poco ante la indiferencia de las autoridades:

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80 MUNICIPIOS EN RIESGO DE QUEDAR AISLADOS

Pueblos sin transporte público: llega el siguiente paso de la despoblación

Tras perder consultas médicas, escuelas y comercios, el mundo rural se expone a quedarse también sin transporte urbano. En Castilla-La Mancha ninguna empresa quiere ofrecerlo

Cientos de pueblos se exponen a la pérdida del transporte urbano. (David Brunat)

David Brunat
Tiempo de lectura: 8 min

23/06/2018 05:00

En el proceso de extinción del mundo rural en España, los primeros servicios que desaparecieron fueron los centros de salud y las escuelas. Luego cerraron las tiendas y los bares y ahora llega la puntilla, la desaparición del transporte urbano. Unos 80 municipios de Castilla-La Mancha ya muy castigados por la despoblación ven como su conexión con el mundo peligra porque ninguna empresa de transporte de pasajeros quiera prestar el servicio. El Ministerio de Fomento sacó a concurso en abril la concesión de dos líneas de autobuses entre Castilla-La Mancha y Valencia, con sus respectivos ramales en pueblos y aldeas, y nadie se ha presentado. Las empresas piden subvenciones de más del 60% del gasto para que el negocio sea sostenible, pero el ministerio no parece dispuesto a darlas. Entremedias, una buena porción de la España rural se expone a perder quizá el último derecho: la movilidad.

"Hay muchísimas regiones en la península donde poner a circular un autobús es perder dinero. Hace 30 años se pasaba por todos los pueblos y los coches iban llenos. Ahora se recortan frecuencias porque hay muchos trayectos en los que el autobús va vacío", explica una fuente del sector, que prefiere ocultar su identidad por no entrar en conflicto con las Administraciones, a fin de cuentas su gran cliente.

El ejemplo de estos 80 pueblos de Castilla-La Mancha es claro. El actual prestatario es el grupo gallego Monbus, uno de los grandes grupos nacionales. La empresa mantuvo el servicio desde 2012 hasta el reciente concurso público, al cual no se presentó. De hecho, en estos seis años ha prestado el servicio sin mediar concurso alguno, muestra del interés con que el ministerio se ha tomado el asunto de la movilidad rural.

Monbus no ha dado orden a sus empleados de quedarse en cocheras. Los vehículos siguen pasando por los pueblos a la espera de que Fomento convoque un nuevo concurso o encuentre una solución. Contactada por este diario, Monbus adelanta que seguirá prestando el servicio en el corto plazo para no dejar tirados a docenas de municipios, aunque bien podría decidir de un día para el otro que ya basta de perder dinero.

Parada de autobús en el municipio de La Gineta (Albacete). (D.B.)

"El Ministerio de Fomento tiene que mentalizarse de que esto es como el AVE. ¿Por qué se han gastado tantísimos millones de euros en el AVE y sin embargo no se da un solo euro al transporte en autobús, que es la única manera que tiene la gente de los pueblos de ir a la ciudad al médico, a comprar o a ver a la familia?”, se pregunta Conrado Rodrigo, conductor con 13 años de carrera en la empresa, cuya base regional se encuentra en Albacete. A sus espaldas, Rodrigo acumula cientos de miles de kilómetros entre pueblos de Cuenca, las comarcas de La Mancha y La Manchuela, Puertollano y Alcázar de San Juan en Ciudad Real, la sierra de Albacete y la Comunidad Valenciana, regiones que hoy se abocan a perder su conexión con las respectivas capitales y núcleos urbanos.

¿Por qué han gastado tantos millones en el AVE y no en el autobús, la única manera en los pueblos de ir al médico o a comprar?

El peligro no solo viene de la licitación de Fomento, las rutas llamadas VAC-114 y VAC-212, sino de las líneas interiores que gestiona la Junta de Castilla-La Mancha y que también han de salir a concurso público en próximas fechas. Esa es otra guerra y nadie es optimista. Hace dos años, el gobierno autonómico pidió a Fomento la segregación de las rutas con origen y destino dentro de la comunidad. Desde entonces, Fomento se escuda en que ya no es responsable de ellas y la Junta no termina de decidir qué hacer con ellas. Principalmente, hasta qué punto las piensa subvencionar.

No hay cifras concretas de a cuánto asciende la subvención que necesitan las empresas, pero el mínimo es de 0,7 euros el kilómetro recorrido, y se recorren millones. "Para tener beneficios hablamos de facturar 1,15 euros el kilómetro. En muchas rutas andamos por los 0,2 y 0,3 euros, casi nada. Si al menos pudiéramos llegar a 1,05 euros quizá cubriríamos gastos, y para eso necesitamos mucho apoyo público", explican desde el sector.

Varias pasajeras esperan a subir en un autobús en Albacete. (D.B.)

"Un coche de estos cuesta 260.000 euros. A los 15 años lo tienes que triturar ya. Súmale mantenimiento, gasoil, aceite, averías. Necesitas facturar 12.000 euros todos los meses para que sea rentable, del orden de 600 euros diarios. Nosotros muchos días no facturamos ni 100 euros. Esto solo lo puede aguantar un grupo fuerte, una empresa local habría quebrado hace tiempo", desgrana por su parte Vicente Martínez, el más veterano de la flota con 26 años de carretera en su haber. En Castilla-La Mancha, Monbus emplea a 30 conductores. El concurso de Fomento especifica 16 conductores para cubrir sus líneas. Es decir, que si ninguna empresa presenta una oferta, esos 16 empleados, la mayoría personas mayores de 50 años, irían al paro.

Jubilados y adolescentes componen el 80% de los pasajes. (D.B.)

Autobuses vacíos

En el andén de la estación de autobuses de Albacete solo unas decenas de personas esperan a abordar uno de los autobuses que conecta la ciudad con el resto del país. Casi todos ellos harán trayectos cortos, de apenas dos o tres paradas. A partir de ahí el autobús rodará con no más de tres o cuatro personas hacia su destino. Jubilados y adolescentes copan el 80% de los pasajes. Martínez conduce hoy el servicio entre Albacete y Villarrobledo. Suben al autobús unas 15 personas, no es un mala cifra. Es probable que ninguna llegue hasta Villarrobledo.

"Hay dinero de la Unión Europea que se manda a los pueblos para poner cepas y arrancar cepas que ya no saben los alcaldes cómo prenderle fuego a ese dinero. ¡Pues que lo destinen al transporte! Si cada municipio aporta un poco esto va solo. Es un derecho de los ciudadanos estar conectados", se queja Rodrigo. Desde el sector opinan en el mismo sentido: "Nos hemos quejado muchas veces de agravio comparativo con el AVE, que al fin y al cabo presta el mismo servicio que nosotros y tiene trenes y estaciones vacías que han costado una millonada. Los billetes de AVE están fuertemente subvencionados, eso sin contar con los recursos que se invierten en publicidad. Pero parece que el transporte en autobús no interesa conservarlo”.

Solo tres maletas en uno de los autobuses interregionales de Albacete. (D.B.)

La oficina de Albacete del sindicato Comisiones Obreras lleva tiempo siguiendo de cerca este problema. Le preocupan los 30 empleos de Monbus en la cuerda floja, y por extensión los del resto de compañías que siguen prestando servicios en la provincia. "Queremos que tanto las rutas del ministerio como de la Junta se liciten al mismo tiempo para no poner en peligro los 30 empleos, y sobre todo que se subroguen conservando el mismo sueldo y condiciones laborales que tienen los conductores actualmente", resume Carmen Juste, secretaria provincial de CCOO en Albacete.

El gran temor del sindicato y los trabajadores es que la Junta entregue las rutas a una empresa que se desprende de los conductores veteranos y contrate a nuevos en condiciones mucho más precarias. "Los conductores vivimos el día a día porque si te pones a pensar sería insoportable. No tenemos ninguna información de Monbus, pero por ahora nadie nos ha dicho que no salgamos", indica Rodrigo.

Pasajeros subiendo al autobús en La Gineta (Albacete), uno de los municipios afectados. (D.B.)

Promesa de continuidad

La Junta de Castilla-La Mancha asegura a este diario que este asunto es una prioridad y está trabajando para que ningún pueblo pierda el transporte urbano. "Los servicios de transporte de viajeros en regiones con una alta tasa de despoblación son claramente deficitarios y desde el gobierno regional se están tomando medidas que nos permitan optimizar los recursos públicos. La intención del Gobierno regional es que ninguno de nuestro pueblos pierda la conexión con servicios de transporte por carretera", indica David Merino, director general de Carreteras y Transporte. En concreto, una concesión zonal integrada que permite usar autobuses tanto para transporte escolar como de uso general y la implantación de servicios a la demanda.

No obstante, Merino pasa la pelota al tejado del ministerio de Fomento: solo se hará cargo de las rutas interiores cuando Fomento haya resuelto su propio concurso de tráfico interregional que acaba de quedar desierto. Es decir, pueden pasar meses hasta que el ministerio vuelva a licitar sus rutas, y en ese tiempo la Junta no va a hacerse cargo de las rutas que pidió segregar. Fomento, a su vez, ha insistido en varias ocasiones en que la Junta debe hacerse cargo de las rutas que reclamó y que le fueron cedidas.

La fuente del sector consultada critica la convocatoria de concursos zonales de la Junta, ya que las empresas solo acudirán a los que puedan ser rentables dejando el resto de lotes desiertos. "¿Quién va a querer hacerse con un zonal en la sierra de Albacete, la Sierra Norte de Guadalajara o Molina de Aragón? La única solución es subvencionar, no disgregar las rutas", indica. Pasa el tiempo y las empresas de transporte advierten de que la situación es extrema. Un callejón sin salida aparente en la imparable escalada de pérdida de servicios en la España rural.

https://www.elconfidencial.com/espana/2018-06-23/espana-vacia-despoblacion-autobuses-la-mancha_1582713/