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Mostrando el contenido mejor valorado el 04/05/20 en todas las áreas

  1. 50 puntos
    Antes que lo cierren, les comparto nuestro más reciente meme:
  2. 10 puntos
    Muy bueno este artículo publicado en @Mundo Republiqueto : explica perfectamente el tema y lo hace con las palabras precisas. Conforta que desde dos lugares distintos de la Hispanidad, y quizá con referentes políticos diversos, lleguemos a conclusiones tan similares. Quizá lo único que añadiría es que el nazismo, al ser una cosa mal vista y en cierto modo perseguida, ejerce una fascinación morbosa sobre la sociedad actual, en particular sobre los que entienden la rebeldía en el sentido luciferino de oponerse a todo sin razón alguna, de no servir a nadie más que a uno mismo, de hacer de la propia voluntad la única ley. Diversos fenómenos que son producto del sistema actual, como el rock, han utilizado con profusión símbolos y estéticas nazis para provocar a la sociedad y ejercer esa rebeldía luciferina, pero también fascinados por todo lo que tuvo de moderno y de anticristiano el nazismo. La mayoría de los que se hacen nazis hoy en día lo hacen movidos por una pulsión similar a la de estos rockeros que lo mismo se entregaban a la heroína que a la sodomía. Contra el buenismo imperante, algunos han decidido jugar al malismo, pero son igual de borregos que los otros y, de hecho, comparten cosmovisión. Sólo se diferencian en algunas cuestiones estéticas, como tribus urbanas que son, y últimamente esa estética converge bastante. Ya hemos comentado en este foro que muchas de las ideas que les resultan especialmente atractivas del nazismo a estos rebeldes sin causa (como la eugenesia, la eutanasia, el racismo, el determinismo o el naturalismo) tienen una indudable raigambre progresista. Y la pseudoespiritualidad nazi, ya sea en su forma pagana, teosófica o gnóstica, se adapta como un guante al espíritu de los tiempos, con su claro interés por el ocultismo. Al final el neonazismo es una forma de rebeldía muy propia del sistema actual, un producto más del supermercado de identidades y de religiones que pone a nuestra disposición el capitalismo sin Dios y sin patria. Aunque yo diría que es un producto privilegiado por la desmedida atención que le han prestado la cultura pop, el cine e internet. Estaba cantado que el neonazismo (en una forma ya muy degradada con respecto al nazismo original) iba a convertirse en el fetiche preferido en la anglocéntrica internet, junto al porno y la pedofilia. 4chan y la Alt-Right es fundamentalmente eso: neonazismo, porno y pedofilia para pajilleros fracasados —muchos de ellos relacionados con el submundo informático— que odian a la sociedad y al mundo porque creen que les ha tratado mal; transgresión luciferina, nihilismo y aventura virtual (por desgracia, cada vez con más influencia en la vida real) para hikikomoris y comedoritos a los que les gustaría quemar mendigos o apuñalar negros pero sin correr excesivos riesgos. Aunque también es verdad que de entre todos esos castrados algunos se animan a dar el paso a la vida real y han protagonizado ya varias acciones terroristas de cierto calado, que probablemente irán a más, porque la confusión es cada vez mayor. También es excelente tu explicación del problema, @Vanu Gómez. Quizá lo más preocupante de este fenómeno es que ha penetrado con fuerza en las sociedades hispanas, ya desde la muerte de Franco, y ha conseguido infiltrar con éxito a todas las familias de la derecha, apoyándose en elementos que parecen comunes, como el que comentas del antisemitismo, pero que en el fondo eran de diferente naturaleza. Con la llegada de internet, allá por 1995, se produce una gran metástasis que desde el ámbito anglosajón va penetrando en todas células de la derecha que quedaban por contaminar, sin apenas resistencia por parte de los afectados. Pero el espaldarazo definitivo es la corrosiva propaganda rusa en internet, que aprovecha a estos elementos nihilistas para desgarrar las sociedades occidentales, y el posterior ascenso de Trump gracias en parte a esa Alt-Right que ha crecido viendo porno, pedofilia y neonazismo en internet. A partir de ese momento, todos los sectores de la derecha, inclusive los que se declaran católicos, bailan al son que marcan estos neonazis, adoptan casi todos sus mitos, calcan su lenguaje y sus consignas. La confusión es babélica. Y los que resistimos somos cada vez menos, pero al menos podemos decir que ahora hemos tomado conciencia del problema y que, gracias a los amigos de Mundo Republiqueto, hemos descubierto que no estamos solos. Así que seguiremos combatiendo este subproducto degenerado de la modernidad que, además de un torpedo dirigido contra la línea de flotación de nuestra Hispanidad y de nuestra sagrada Religión católica, es la más repugnante caricatura de los honrados ideales que animaron a falangistas y requetés.
  3. 0 puntos
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