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Mostrando el contenido mejor valorado el 05/01/18 en todas las áreas

  1. 3 puntos
    En la Epifanía Los Magos y el Racismo* ¿Qué fue de los Magos después del regreso a su tierra? La tradición suple en parte la escasez de pormenores del laconismo con que el Evangelio nos cuenta el misterio de la Epifanía, que desde esta tarde conmemoramos en todo el orbe. Según la tradición los Magos fueron evangelizados por el apóstol Santo Tomás; tal vez consagrados obispos y martirizados en el siglo I. Sus restos fueron trasladados de Palestina a Constantinopla en tiempos de Constantino; de Constantinopla a Milán, y de Milán a Colonia, a cuyo obispo los regaló Federico Barbarroja. Para guardar decorosamente el precioso tesoro de tales reliquias el obispo coloniense edificó un templo sencillo, que andando el tiempo vino a ser esa Catedral de Colonia en que el arte ojival tiene su primera maravilla arquitectónica. Posee, pues, según esta tradición, las reliquias de los Magos Alemania, hoy oficialmente racista, y en gran parte racista a lo pagano y a lo materialista. A la tradición hemos de acudir también para averiguar el número de los Magos. De dos, tres, cuatro, seis, ocho, nueve, doce, quince, veinte hablaban las tradiciones. El Papa San León, tomando la tradición más constante y probable, fijó el número tres: Melchor, Gaspar y Baltasar entre nosotros; Appellicon, Amerin y Damascon, en lengua griega; Magalat, Galgalat y Serakin, en lengua hebrea; Kagpha, Badadilma y Badadakharida, en lengua siria... Entre las interpretaciones que se dan a este número tres resalta aquella antiquísima, según la cual, los tres Magos representaban las tres grandes razas: semítica, jafética y camita. Aún hoy prevalece entre nosotros la tradición que atribuye a uno de los tres Magos raza de color... Lo cual quiere decir que en el espíritu de las generaciones cristianas estuvo siempre arraigada, como lo está ahora, la fe en un dogma que niega los delirios materialistas del racismo pagano: la firme creencia de que delante de la cuna del Niño Dios, a quien postradas y juntas adoran todas las razas, no hay diferencias racistas de ese tenor. Pero aunque llevara razón Vigouroux y fuera verdad que no hay pruebas suficientes para demostrar que entre los Magos había diversidad de razas, siempre será verdad que los Magos eran gentiles y que si de algo parecido a división y separación racial, de una raza superior y de otra inferior a la manera racista, pudiera hablarse, sería para referirlo al pueblo gentil, depositario de las promesas del Salvador que de él había de nacer. Pues bien: pastores y Magos, judíos y gentiles adoran juntos al Niño Dios y empieza a esbozarse una realidad que después revelará formalmente San Pablo a los Colosenses (III-11): «Donde no hay diferencia de gentil y judío, de bárbaro y escita, de siervo y libre; sino que Cristo es todo en todos.» Tienen, pues, muy a mano la negación de su racismo materialista los alemanes que siguen este racismo. Tienen admirable lección en las reliquias de los Magos. Y tenemos todos en la Epifanía una revelación de aquella unidad católica, sobrenatural, que a todos los hombres nos hace hermanos en Cristo, correspondiente a aquella otra unidad, también católica, pero natural, que en Adán nos hace hermanos a todos los hombres. Donde las diferencias de lenguas o climas o estirpes y aun de razas no justifican división sustancial, ni mucho menos separación en esta gran familia humana para quien compuso el mismo Dios el Padre nuestro con la petición de su reino para todos... Sin esta UNIDAD de la Epifanía no se concibe aquella PAZ de la Navidad. * Fabio, Los magos y el racismo, El Siglo Futuro, 5 de enero de 1935, p. 1. Datos para entender el contexto: Fabio es el seudónimo del sacerdote carlista Emilio Ruiz Muñoz, martirizado por los rojos en septiembre de 1936. El Siglo Futuro era el órgano nacional de la Comunión Tradicionalista durante la II República. Fue fundado por Cándido Nocedal e inicialmente estuvo adscrito al integrismo. El Siglo Futuro era un periódico con una larga tradición antimasónica y antisemita, quizá el más destacado en este aspecto durante la II República (véase artículo en PDF). El 5 de enero de 1935, fecha de este editorial, el régimen nacionalsocialista aún no había adoptado las Leyes raciales de Nuremberg (15 de septiembre de 1935).
  2. 2 puntos
    Si me dicen que el artículo se ha escrito recientemente me lo hubiera creído, tanto por el lenguaje empleado como por la realidad que refleja. Escalofriantes similitudes las existentes entre la realidad europea de aquel entonces y la que poco a poco, en la medida que avanza el identitarismo, se va gestando nuevamente en Europa. Dios quiera que no lleguemos a los extremos que entonces se llegaron, y que la derecha católica europea no termine contagiandose del paganismo y el racismo que invocan aquellos que hoy, en nombre del identitarismo europeo, levantan la voz en defensa de una falsa fe y unos valores que en absoluto tienen que ver con la fe y los valores tradicionales que han fundamentado Europa.
  3. 1 punto
    Cuando hablaba de rescatar artículos antiguos, extraídos de la prensa carlista, falangista o simplemente católica me refería e este tipo de artículos, sobre esta cuestión y sobre otras muchas. Algunos suenan muy actuales; otros son casi proféticos. Creo que pueden ayudar a comprender algunas cosas del presente.
  4. 1 punto
    No sólo eso, la hostilidad anticatólica y el tema separatista es casi clavado, como si no hubiera habido guerra civil, mundial y un siglo de por medio. Es alucinante y poco tranquilizador
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