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  1. Español

    política La izquierda y la cuestión nacional española

    Ambos videos se centran en explicar y justificar por tanto, la creación de ese partido, en la pérdida de derechos sociales que según denuncian ha ocurrido en Cataluña a causa del nacionalismo independentista, a quién denominan "Nacional Socialismo" y lo acusan de ser una especie de "conspiración" de la burguesía catalana para ocultar sus propias corruptelas y las consecuencias de su pésima gestión. Apuestan por una izquierda clásica basada en la lucha de clases en lugar de la nueva izquierda de Pablo Iglesias, Colau, etc, que estaría orientada según ellos, hacia una lucha de identidades o naciones, incapaz de resolver los problemas sociales que verdaderamente interesan a los trabajadores. Este último aspecto me ha llamado mucho la atención porque resulta semejante a lo que está ocurriendo en los movimientos identitarios.
  2. La esclavitud constituyó la base económica de la antigüedad. Prácticamente todos los pueblos sufrieron o hicieron esclavos a otros seres humanos mediante guerra y rapiña, que eran el método más común para conseguir esclavos. La esclavitud comenzó como una gracia del vencedor hacia el vencido, quien de esta forma podía conmutar la pena de muerte que el derecho de guerra estipulaba sobre todo enemigo prisionero, por una vida de servicio exclavo. Pero esto pronto se convirtió en parte fundamental de la economía dado el papel de mano de obra barata que suponía la esclavitud, de modo que muchas "razias" ya no tenían su origen en una guerra convencional sino que se hacían con el único afán de capturar esclavos. Los primeros tratantes de esclavos que se conocen proceden del mundo árabe, y estos distinguían el genero de su comercio en base a características corporales asociadas a la procedencia geográfica de los esclavos, a quienes etiquetaban con el término “ras”, que significa “cabeza u origen”, y es a su vez el origen etimológico más aceptado para la palabra raza. Actualmente, la lengua árabe sigue recogiendo el término "filarasa" para describir la capacidad de identificar el lugar de nacimiento de una persona según su fisionomía. El "ras" de un esclavo podía suponer que éste tuviese su mayor valor en aquellos mercados que valorasen determinadas características físicas del esclavo, tal como hoy ocurre con el origen de muchas mercaderías, y por eso era importante aquel etiquetado ya que permitía aumentar el valor del producto. El término “raza” acabó así por convertirse en el mundo antiguo, en una expresión corriente referida a la procedencia de los esclavos, mientras que el término “linaje” se aplicaría en cambio para indicar la nobleza de un origen. De esta forma, durante la Edad Media el linaje europeo se distinguía por su fe católica y su sentido de pertenencia y defensa de la Cristiandad pero, en los comienzos de la Edad Moderna, con el cisma protestante, empiezan a surgir nuevos términos polisémicos como “raza”, “herencia”, “linaje”, “origen” o “sangre”, en cuyos significados comenzaron a solaparse lo biológico, lo político, lo económico y lo cultural. A partir de Lutero y de Calvino se difundió una teología segregacionista en el campo de la salvación, sostenida con habilidad por los defensores de la trata de esclavos y que se encuentra unida al nacimiento del capitalismo moderno. Esta corriente teológica calvinista ayudó a la elaboración de una teoría racista sobre la superioridad de los blancos, bendecidos por Dios, y sobre la inferioridad de los negros, maldecidos por Dios y por la naturaleza. Determinismo biológico La ideología racista se fundamenta en una concepción filosófica, denominada determinismo, que considera que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y las acciones humanas, están perfectamente determinados por relaciones de causa-efecto. El determinismo había sido planteado ya previamente por los estoicos como un determinismo cosmológico (fatalismo). Según esta corriente filosófica cada una de las acciones humanas responde a un plan predeterminado, conocido como Destino o Hado por los clásicos. La ética estoica se basa en la existencia de una fuerza irresistible e inamovible que está en todas partes aunque no la veamos y actuemos ignorantes, creyéndonos libres. El destino es pues quien maneja los hilos de la historia y del ser humano. Zenón de Citio, Séneca y Epicteto fueron los principales representantes de esta corriente filosófica. El fatalismo estoico fue retomado por los pensadores Ilustrados del materialismo francés. La Mettrie, d´Holbach y Diderot fueron los máximos representantes inspirados en el pensamiento determinista de Espinoza. Para estos filósofos del iluminismo, el hombre no es dueño de su voluntad ni de su juicio, sino que está determinado fatalmente por las características de su nacimiento y de su educación. Julien Offray de la Mettrie (1709-1751) tomará la materia como principio único y rector del universo (El hombre máquina, 1747). Una materia que no ha sido creada sino que que es eterna y que a través de su movimiento va dando forma a distintos objetos, como seres humanos, animales y plantas. Según La Mettrie la materia se regiría a sí misma como una máquina que tiene resortes y mecanismos que la impulsan y mantienen: “El cuerpo humano es una máquina que se monta ella misma sus resortes: viva imagen del movimiento perpetuo”. Para La Mettrie la actividad humana es hedonista ya que se reduce a una continua búsqueda del placer. De esta manera negaba cualquier componente psicológico en el ser humano, reducido únicamente a simple fisiología. La Mettrie se apoyaba en su pensamiento del sensualismo postulado por el francés Étienne Bonnot de Condillac (1714-1780) para quien la fórmula del hombre se reducía a estatua + sentidos. Para Condillac no existen ideas innatas sino que todo conocimiento humano procede de los sentidos. Llegaría incluso a afirmar que el lenguaje no es expresión del pensamiento sino que sería una mera herramienta más. El materialismo tiene como dogma fundamental la circularidad de la historia humana. Un sucederse de ciclos de apogeo y decadencia. Giambattista Vico (1668-1744), animado por el espíritu mecanicista de la época, postulará una visión circular y fatalista, estableciendo ciertas leyes que rigen el proceso del hombre hacia el estado de perfección al que aspira. Este camino seguiría una línea espiral, con ciclos (“curso” y “recurso”), donde determinadas situaciones se reproducen en momentos distintos. Diderot afirmará en Los Elementos de fisología (1774-1780): «la voluntad no es menos mecánica que el entendimiento; la volición precede a la acción de las fibras musculares; pero la volición sigue a la sensación; son dos funciones del cerebro; son corporales». Ya en la Carta a Landois, escribía en 1756: “Obsérvelo de cerca, y verá que la palabra libertad es una palabra vacía de significado; que no puede haber seres libres; que no somos otra cosa que aquello que conviene al orden general, a la organización, a la educación y a la cadena de acontecimientos. He ahí lo que dispone de nosotros invenciblemente. No se concibe un ser que actúe sin la atadura o bien de una naturaleza o de una causa cualquiera que no está en nosotros”.[1] El Iluminismo ilustrado encontraba así en la doctrina del fatalismo la mejor excusa para liberar al hombre de la responsabilidad de sus actos, al ser estos, fruto del destino. Ahora bien, para hacer frente al crimen sólo hay una salida: el castigo. El gobierno ha de tener el poder de castigar a los criminales para que su ejemplo disuada a los demás. “Si la sociedad tiene derecho a conservarse a sí misma, tiene el derecho de emplear los medios para hacerlo; tales medios son las leyes, que presentan a los hombres los motivos para disuadirles de las acciones dañinas. ¿Que estos motivos no son suficientes? La sociedad, por su propio bien, está obligada a quitarles el poder de dañar”.[2] El universo determinista ideado por Pierre Simón Laplace se ha demostrado falso con los descubrimientos de la física moderna, especialmente la mecánica cuántica y el principio de incertidumbre. Estas prueban que la existencia de un intelecto que conozca con exactitud es imposible. La ciencia prefiere hablar en la actualidad de predictibilidad. El fatalismo materialista fue sustituido por el determinismo radical en las ciencias a partir de las reflexiones filosóficas del positivismo de Auguste Comte. El principal representante en las ciencias físicas que aplicó esta metodología fue el francés Pierre Simon Laplace (1749-1827). Laplace aseguraba que una vez conocidas todas las ecuaciones de las leyes naturales, y las condiciones iniciales de partida, se podía predecir con absoluta fidelidad las condiciones finales de cualquier proceso físico. El conocimiento científico permitía de esta manera conseguir el dominio del universo. Este fue el principal sueño de la razón del hombre ilustrado: lograr, mediante la ciencia y el progreso, el control y dominio de la propia naturaleza. En su obra Méchanique Laplace concibe el sistema solar como una enorme máquina que no necesita intervenciones divinas ni principios metafísicos: “Podemos mirar el estado presente del universo como el efecto del pasado y la causa de su futuro. Se podría condensar un intelecto que en cualquier momento dado sabría todas las fuerzas que animan la naturaleza y las posiciones de los seres que la componen, si este intelecto fuera lo suficientemente vasto para someter los datos al análisis, podría condensar en una simple fórmula de movimiento de los grandes cuerpos del universo y del átomo más ligero; para tal intelecto nada podría ser incierto y el futuro así como el pasado estarían frente a sus ojos”.[3] Palabras con intenciones parecidas a las de Laplace tienen precedentes, o expresiones similares, entre diversos autores que consideraron el sometimiento de todos los fenómenos existentes a la necesidad: “Aunque podamos imaginarnos que nos sentimos en libertad, un espectador puede comúnmente deducir nuestros actos de nuestros motivos y de nuestro carácter; aún si no lo puede, deduce de manera general que él podría llegar a conocer perfectamente todas las circunstancias de nuestra situación y de nuestro carácter, y los más secretos resortes de nuestra constitución y de nuestras disposiciones. Ahora bien, ésta es la esencia de la necesidad.” (Hume 1748, ed. 1975: p. 103) “Se puede, pues, admitir que si para nosotros fuere posible tener en el modo de pensar de un hombre, tal y como se muestra por actos interiores y exteriores, una visión tan profunda que todo motor, aun el más insignificante, nos fuera conocido, y del mismo modo todas las circunstancias exteriores que operen sobre él, se podría calcular con seguridad la conducta de un hombre en lo porvenir, como los eclipses de sol o de la luna, y, sin embargo, sostener que el hombre es libre.” (Kant 1788, ed. española 1994: p. 125)4 “…en planes y empresas propios tenemos en cuenta el efecto de los motivos sobre los hombres con una seguridad que vendría a ser del todo igual a aquella con la que se calculan los efectos mecánicos de los dispositivos mecánicos, siempre y cuando conociésemos los caracteres individuales de los hombres a tratar aquí con la misma exactitud con que allí se conoce el largo y grosor de la viga, los diámetros de las ruedas, el peso de las cargas, etc.” (Schopenhauer 1841, ed. española 1993: p. 72) Para Descartes el mundo es como una enorme máquina de relojería. El papel de Dios se reduce a ser el relojero que le da cuerda… el resto es movimiento dirigido por ese impulso inicial. El planteamiento determinista es heredero del materialismo mecanicista planteado en el s. XVII por René Descartes. Con él se inicia en el pensamiento occidental una corriente en la que el ser vivo es asimilado a una máquina mecánica. En la parte V de su Discurso del método (1637), Descartes compara el mundo, animado e inanimado, con una máquina (la bête machine). Para Descartes los animales no son sino mecanismos, sin sensibilidad ni alma. Los humanos tendrían participarían de una parte animal-material-mecánica y otra inmaterial formada por el alma. Esta metáfora cartesiana de la máquina ha llegado a dominar la ciencia y a funcionar como base legitimizadora de la visión burguesa del mundo. La máquina es el símbolo de las relaciones productivas burguesas. “Para Descartes el mundo era como una máquina, y los organismos vivos son simplemente tipos particulares de mecanismos de relojería o máquinas hidráulicas. Es esta imagen cartesiana de la máquina la que ha venido a dominar la ciencia y actúa como metáfora legitimadora de una particular visión del mundo, en la que se tomaba la máquina como modelo para los organismos vivos y no al revés. Los cuerpos son unidades indisolubles que pierden sus características esenciales si los dividimos en piezas. Las máquinas por el contrario se pueden desmontar y volver a montar. Cada parte sirve para una función separada y analizable, y el todo funciona de una manera regular que se puede describir por la operación de sus partes componentes incidiendo las unas en las otras”.[4] Pero hay una esencial diferencia entre una máquina y un ser vivo. Mientras la máquina puede ser desmontada para ser estudiada y luego volver a ser reconstruida, un ser vivo en el momento en que se “desmonta”, deja de estar vivo. Parecía que hubiera algo en el ser vivo que es el ánima de su vitalidad y que no puede ser diseccionado en partes para comprobar su funcionamiento. Además en el ser humano existe algo más que su propia vitalidad y es la conciencia de saberse vivo. Para solventar todos estos problemas Descartes habló de dos sustancias diferentes: la materia, sujeta a las leyes mecánicas de la física y el alma, una sustancia inmaterial donde se hallaría la conciencia del individuo y que era inmortal. La interacción entre estas dos sustancias se llevaba a cabo a través de la glandula pineal mediante la cual el alma/mente accionaba los distintos mecanismos que articulaban el cuerpo material. Este es el comienzo del dualismo que llevó inevitablemente al reduccionismo materialista. Un dualismo que favorecía al capitalismo naciente y que sirvió para legitimizar que la religión ocupara el espacio privado de las personas, mientras que la “civitas” ocupaba el espacio público. Durante la semana los hombres eran tratados como máquinas susceptibles de una explotación productiva regulada por el Estado, mientras que los domingos podían ser tratados en su iglesia como almas inmortales con un espíritu libre incorpóreo ajena a los traumas del mundo físico. Para el determinismo cada pieza es empujada por la anterior y a su vez empuja a la siguiente. El materialismo además afirma que no existe primera ni última pieza, sino que la cadena de efectos es infinita… Continuador de este mecanicismo cartesiano será el empirista ingles Thomas Hobbes (1588-1679), quien aplicará estos postulados materialistas a la política. Para él el universo es concebido como una gran máquina corpórea, donde todo se rige por estrictas leyes mecánicas de la materia y sus relaciones dinámicas por el espacio: “El universo es corpóreo. Todo lo que es real es material y lo que no es material no es real”[5] Este fragmento resume la filosofía materialista de Hobbes para quien todos los fenómenos del universo están determinados por una cadena causal de acontecimientos. Nada surge del azar, sino que sigue una serie de causas, y por ello todo puede ser anticipado y previsto. Por ello el propósito de la organización social es básicamente regular las características inevitables de la condición humana. En su obra el Leviatán (1651), Hobbes expone la máxima social “homo homini lupus”, (el hombre es un lobo para el hombre). De esta manera, anteponiendo los intereses individuales a los colectivos, ayudó a sentar las bases de la sociedad burguesa, sustentadas en la competitividad, el egocentrismo, la desconfianza y la depredación humana; hechos naturales e inevitables para Hobbes, puesto que según él la estructura biológica del hombre así lo determina. Este determinismo materialista también lo asumirá uno de los ideólogos más importantes del racismo: Hyppolite Taine, para quien no hay ningún acontecimiento que ocurra sin una causa; incluso nuestras formas de pensar y de sentir, así como nuestros actos, nos son dictados por causas perfectamente identificables y extraordinariamente estables. “Aquí, como en todas partes, no hay más que un problema de mecánica: el efecto total es un compuesto determinado en su totalidad por la magnitud y la dirección de las fuerzas que lo producen”.[6] “Es también así para cada especie de producción humana, para la literatura, la música, el arte del dibujo, la filosofía, las ciencias, el Estado, la industria y todo lo demás. Cada uno de estos aspectos tiene como causa una disposición moral, o un concurso de disposiciones morales: dada esta causa, el aspecto aparece; si se retira esta causa, desaparece”.[7] Auguste Comte lleva estas conclusiones del ámbito científico al campo de la sociología en toda su radicalidad. En su opinión, cuando se conozcan con exactitud las leyes que regulan la conducta social, se podrá conseguir un orden social perfecto y científico. El determinismo científico no es más que la consecuencia secular del protestantismo calvinista, para el cual el ser humano carece de libre albedrío, pues su destino está perfectamente predestinado por Dios. Para Juan Calvino la omnipotencia de Dios es tan absoluta que no puede dejar nada al azar. Esta negación de la acción providente de Dios concluye que tanto las normas de conducta compartidas, como las diferencias sociales y económicas que existen entre los diferentes grupos humanos, ya sean razas, clases o sexos, son consecuencia de ciertas diferencias innatas heredadas. La sociedad, como defenderá H. Spencer, se comportará como un gran superorganismo que se rige por las leyes de la biología: supervivencia del más fuerte y eliminación del más débil. Muchos biólogos materialistas como Moleschott y Vogt, tuvieron una gran influencia en el desarrollo de los presupuestos ideológicos del racismo. Para ellos, una persona es lo que come. La inteligencia es cuestión de fósforo, y el cerebro segrega pensamiento de igual manera que el riñón secreta la orina. El fisiólogo holandés Jacob Moleschott (1823-1893) convertirá el estudio y la curación de las diversas “partes” humanas, en la forma de “curar” a los individuos y sociedades. Así una molécula alterada produciría una mente enferma, o la extirpación de ciertas zonas del cerebro permitirían reducir la violencia en las ciudades. Su lema fue: “No hay materia sin fuerza, no hay fuerza sin materia”. Para estos científicos su compromiso con el mecanicismo formaba parte de su lucha contra la religión. Muchas de estas tesis las adoptará el materialismo de Feuerbach, quien a su vez será punto de partida del materialismo de Karl Marx y F. Engels. “Hay muchos, dice, que creen la actividad mental íntimamente unida a la cantidad de fósforo asimilada por el cerebro. […] La cerebrina, que es el producto verdaderamente característico del tejido cerebral, no presenta huellas de fósforo. Así, los fisiólogos y los químicos verdaderamente autorizados se han negado siempre a admitir que el fósforo sea más indispensable a la actividad cerebral que el carbono o el azoe, u otro cualquier elemento de los tejidos animales y vegetales. Esto no impide que todo el mundo repita la famosa frase alemana: Ohne Phosphor keine Gedanke (sin fósforo no hay pensamiento), y que a cada paso se encuentre más o menos definida la creencia de que el pensamiento procede del fósforo. La idea más extendida a este propósito es que la actividad del cerebro debe ir acompañada de cierta fosforescencia del órgano”.[8] Thomas Huxley pretendía convertir la conciencia en un producto colateral del funcionamiento del cuerpo, que no tiene poder alguno para modificar dicho funcionamiento, de la misma manera que el silbato de vapor que acompaña los movimientos de una locomotora no tiene ninguna influencia en su maquinaria. Con toda esta argumentación Huxley negaba la libertad humana convirtiendo al hombre en un autómata consciente. T.H. Huxley asimiló la mente humana al silbato de una máquina de vapor, afirmando de esta manera que el pensamiento era un producto irrelevante de la función fisiológica. Pavlov y su teoría de los reflejos condicionados pretendía reducir la psicología a mera fisiología, de esta manera la actividad celular produciría el comportamiento, y como los genes son los que elaboran las moléculas, la relación entre la química humana y la violencia criminal sería una relación de causa y efecto. Para el criminólogo italiano Cesareo Lombroso se podía identificar a los criminales a través de ciertos rasgos fisiológicos básicos, como la forma del cráneo, el aspecto de su cara, o la presencia de tatuajes o manchas en su cuerpo. “El criminal tiene por naturaleza una débil capacidad craneal, una mandíbula pesada y pronunciada, los arcos ciliares salientes, un cráneo anormal y asimétrico… orejas prominentes y, con frecuencia, una nariz torcida o chata. Los criminales padecen daltonismo; es común que sean zurdos; su fuerza muscular es débil… Su degeneración moral corresponde con su físico, sus tendencias criminales se manifiestan en la infancia en (la masturbación) la crueldad, la inclinación al robo, la vanidad excesiva, el carácter impulsivo. El criminal es por naturaleza perezoso, vicioso, cobarde, inasequible al remordimiento, escaso de frente… su caligrafía es peculiar… su jerga es sumamente difusa… Es la persistencia… generalizada de un tipo de raza inferior”.[9] Lombroso se planteó conseguir un método criminológico que predeciera los comportamientos antisociales a partir de los rasgos físicos de una persona. De sus estudios realizados en prisiones dedujo entre otras cosas que los criminales tienen… “ojos” fríos, vidriosos, inyectados en sangre, cabello rizado y abundante, mandíbulas fuertes, orejas grandes y labios finos”; que los falsificadores son “pálidos y amables, tienen ojos pequeños y nariz grande; y pronto se vuelven canosos y calvos”; y que los criminales sexuales tienen “ojos centelleantes, mandíbulas fuertes, labios gruesos, cabello abundante y orejas prominentes”.[10] Existe otra forma de determinismo en algunos aspectos teológicos del islamismo. Para los filósofos del islám (yaharíes y asaríes) todas las cosas están sujetas a un determinismo marcado por la libérrima voluntad divina. Los actos del hombre no dependen de él, sino de la voluntad de Dios, el cual, y no el hombre, es el responsable de las acciones humanas. En la actualidad, el determinismo biológico se plantea en términos de determinismo genético. Sus principales defensores son Edgard O. Wilson y Richard Dawkins promotores de la sociobiología y para quienes la estructura genética de animales y seres humanos, determina la conducta y el comportamiento de estos. Para ellos el gen es ontológicamente previo al individuo y el individuo a la sociedad. Dawkins afirma, por ejemplo, que si existen personas religiosas es porque existe un gen en sus organismos que hace que estas sean religiosas. Así, las manifestaciones sociales de los individuos serían el reflejo de leyes evolutivas orientadas a la supervivencia y selección de los genes mejores, y la eliminación de aquellos que por defectuosos no aportan nada a la supervivencia, no ya del individuo, sino de su especie. Para justificar sus teorías acuden a términos extraidos del capitalismo económico, como coste-beneficio, oportunidad de inversión, teoría del juego, ingeniería de sistemas, etc. justificando de esta manera el orden social y las relaciones de explotación de unos hombres sobre otros. No son pocos los científicos de renombre que se han manifestado críticos con estos planteamientos tan simplistas y reduccionistas. Entre ellos destacamos a Richard Lewotin (genetista), Steven Rose (neurobiólogo), Marshall Sahtius (antropólogo), Leon Kamin (psicólogo), Alfie Kohn (pedagogo), o Stephen Jay Golud (biólogo). El determinismo genético elimina el concepto de responsabilidad de los actos y por ello plantea problemas muy serios a nivel judicial, ya que puede provocar que la gente culpe a sus genes para justificar sus conductas violentas o antisociales. Estos mismos autores critican al determinismo sociobiológico de pretender justificar el status quo de las élites, justificando los programas políticos de gobiernos autoritarios. Así sucede con el Frente Nacional británico, que apoyado en estas doctrinas sociobiológicas, sostiene en la actualidad posturas neoracistas. Ahora bien, si los seres humanos estamos regidos por leyes físicas tan inmutables como las que gobiernan el movimiento de los planetas, ¿qué sentido tendrían nuestros esfuerzos? Karl Popper llama a este callejón sin salida “la pesadilla del determinismo físico”: un mundo en el que parece que todo lo que hace libremente el ser humano es pura ilusión. En el prefacio de “El Universo abierto” (1982) reconoce la imposibilidad científica del determinismo: “…mantengo que el determinismo laplaciano es insostenible y, además, que no lo requieren ni la física clásica ni la contemporánea. Este es un cometido serio, que no tiene nada que ver con subterfugios verbales. Mi argumentación, pues, será más en un plano cosmológico: hablaré del carácter de nuestro mundo en vez de hablar del significado de las palabras.” (Popper 1956, “Prefacio de 1982”) “Entre las razones de mi convicción destaca el argumento intuitivo de que la creación de una obra nueva, tal como Sinfonía en sol menor de Mozart, no puede predecirse en todos los detalles por un físico o un fisiólogo.” (Popper 1956, cap. 3) Autor: José Alfredo Elía Marcos [1] DENIS DIDEROT. Lettre à Landois. 29 juin 1756. [2] D´Holbach. Sistema de la naturaleza (1770). [3] S. DE LAPLACE, Le traité de mécanique celeste (París 1799-1825; 1829-1839). [4] A. Woods y T. Grant, Razón y Revolución. Citado en CUADERNOS DEL CAUM. Qúe es el determinismo biológico. [5] Hobbes, Leviatán. [6] Hyppolite Taine, Histoire de la littérature anglaise, p. XXIX. Citado por Tzvetan Todorov. Nosotros y los otros. Ed. Siglo veintiuno, 2007. P. 122 [7] Idem [8] Jacobo Moleschott. «El fósforo y el pensamiento», La Ilustración hispano-americana, Barcelona, 17 de mayo de 1891, año XII, nº 550, pág. 314. [9] Cesareo Lombroso, citado en S. Chorover, From Genesis to Genocide, MIT Press, Cambridge, Mass., 1979, pp. 179-180. (Hay traducción castellana: Del génesis al genocidio, Ediciones Orbis, Barcelona, 1987.) [10] Idem. pág. 180 Tomado de: "Las mentiras del racismo"
  3. Español

    Origen del racismo liberal identitario

    Excelente artículo. Cabría si acaso añadir, en lo que se refiere al capítulo del pecado y la penitencia nazis, que no solo la ceguera del racismo contribuyó a la derrota del III Reich, sino que posiblemente, también habría que observar en qué medida contribuyó a ello la componente gnóstica y esotérica de la teoría racial, y la influencia que dichas características tendrían en el devenir de los planes nazis. Recojo otro artículo del mismo blog de Elía Marcos, donde se ponen de manifiesto esas oscuras realidades del nazismo alemán. Que puede incluso ser fuente de reflexión actual, dada la pervivencias de muchas de aquellas teorías, también hoy en nuestro mundo. Himmler fue un convencido ocultista. Durante la guerra viajaba con una copia del Bhagavad-Gita, un libro sagrado del hinduismo. La creencia hindú en la reencarnación y su rígido sistema de castas serían el modelo que Himmler aplicaría para formar la organización guerrera nazi que gobernaría al mundo. Su creencia en la reencarnación le llevó a creerse la reencarnación del rey Henri, un líder germánico de la edad media que impidió a los eslavos invadir Alemania. En la noche del 1 de julio de 1937, organizó un gran funeral conmemorativo de los mil años de la muerte del rey Henri. Los restos del monarca fueron depositados en un sepulcro nuevo y mientras Himmler depositaba una corona de hojas juró completar la misión del rey conquistando las tierras al este de Alemania. Junto con Hermann Wirth y Walter Darré, Himmler fundó en 1935, la Ahnenerbe (La herencia de los ancestros), una organización especialmente diseñaba para estudiar, desde un punto de vista “racialista-cientifista” la “herencia del espíritu alemán” y así poder justificar la doctrina oficial del partido. El nazismo asumió en su ideología un gran componente esotérico. Antisemita, anticomunista y anticristiano, respetó no obstante al budismo. El gobierno nazi permitió la realización del primer congreso budista europeo en 1933, así como la presencia de una colonia de monjes budistas en Alemania. Esta simpatía por el budismo llevó a Himmler a organizar dos expediciones al Tibet independiente en 1931-1932 y en 1934-1936, bajo la dirección del biólogo Ernst Schäfer. El Ahnenerbe patrocinó una tercera expedición en 1938-1939, esta vez por invitación oficial del gobierno tibetiano. Cuando Himmler asumió la dirección de las SS, constituyé su cuerpo de Guardias Negros según las ideas y métodos de la casta guerrera Kchatriya de la India Védica y las órdenes germánicas. A los miembros de las SS se les adiestraba en el conocimiento psíquico, control de la “fuerza de Vril”, abnegación e intrepidez frente a la muerte. El propio Himmler concedía a ciertos elegidos un anillo (Totenkopfring), que indicaba un rango de iniciación en las doctrinas esotéricas. Estas iniciaciones iban acompañadas de unos rituales mágico-paganos que se practicaban los solsticios o equinoccios y en los que se exaltaba la raza aria. Alfred Rosenberg y Himmler, proponían un Neopaganismo como contraposición al judeocristianismo. De hecho Himmler se creía la reencarnación de Heinrich “el Cazador”, fundador de la estirpe real de Sajonia, en el siglo X, y entregado al paganismo, se proclamó adorador del dios Wotan. Las SS rechazaban el ateísmo y proponían un dios o primer principio responsable del orden cósmico de la Tierra entera, el mundo vegetal y el animal. Ahora bien este dios no era el Dios cristiano, sino el de la teosofía. Himmler deletreaba Dios usando el término alemán arcaico “Got” con una sola “t”, para distinguirlo del “Gott” judeo-cristiano. Al igual que muchos dirigentes del partido nazi, consideraba al cristianismo como una religión foránea que debía ser sustituida por los cultos neopaganos para así formar “una verdadera religión peculiar de nuestra raza”. El conocido esoterista italiano Julius Evola describía de esta manera a las SS: “Las SS son doscientos mil hombres unidos por el inquebrantable juramento de honor y fidelidad, organizados – según las palabras de su mismo jefe, Reichfüher Himmler – como “una orden guerrera nacional socialista”. Sus aspiraciones se remontan a los orígenes: quieren ser una comunidad en la cual se recupera el contacto con las fuerzas originarias de la estirpe y con los mitos de la gran civilización nórdico primordial, que se traducen en forma de una nueva, indomable vida; y en la cual el nuevo sentido de la sangre debe establecer misteriosos contacos con los antepasados y con los muertos y hacer superar al sujeto su aislamiento individualista, para integrarlo en la continuidad de una corriente de vida que abra nuevas vías hacia el futuro”. “La idea-base es la creación de una nueva élite, de una nueva nobleza. Preguntándose quien, en los antiguos Estados, estaba dispuesto a darlo todo por su príncipe para defenderlo, sostenerlo y protegerlo, Himmler termina reconociendo fácilmente que tal función fue siempre propia de la nobleza, de una élite…”.[2] En 1934 Himmler dio una conferencia en Munich dirigida a personalidades influyentes de la sociedad muniquesa con la finalidad de que estas se afiliaran a las SS. Allí Himmler les motivó con las siguientes palabras: “Todo Estado necesita una élite. En la Alemania nacionalsocialista, esa élite está representada por los Escalones de Protección, pero éstos solo podrán desempeñar su función cuando las tradiciones auténticamente castrenses, los nobles sentimientos, actitudes y distinción de la aristocracia alemana, así como la fuerza creadora de los industriales, se conjuguen en el plano de la selectividad racial con las exigencias de nuestro tiempo”. [3] Para la formación de las SS Himmler también se inspiró en órdenes guerreras de la Edad Media. En concreto de la Orden de los Caballeros Teutónicos, defensores de las marcas del Este y conquistadores de Prusia y del Báltico, pero sobre todo de la Orden de los Caballeros Templarios. Sorprende esta decisión ya que los templarios apenas tuvieron influencia en Alemania, pero de esta manera se recogía la tradición ocultista iniciada por los cultos de la masonería a la Orden del Temple, y la posterior reactualización llevada a cabo por los teósofos y sectas ocultistas de principios de siglo XX. Adolf Joseph Lanz había identificado en 1907 a los caballeros templarios con los “caballeros del Grial”. Entre 1910 y 1913 Lanz introduce en la temática templaria un elemento alógeno: la gnosis racista. Para Lanz, el Grial no sería un estado de conciencia diferenciado equivalente a la gracia cristiana, sino un elemento material (acaso una copa) fuente de los poderes “panpsíquicos” al servicio de la raza ario-germánica. La búsqueda del Grial pasa de ser un concepto metafísico-existencial a ser “una metáfora con la que se designaban las prácticas eugenésicas de los caballeros templarios destinadas a engendrar hombres-dioses”… En consecuencia, la destrucción de la orden templaria suponía el triunfo de las razas telúricas y ginecocráticas, es decir, inferiores. La élite SS tendía a ser una élite biológica. Todos sus miembros debían de estar dotados de una serie de rasgos físicos que delatasen su origen ario. Esta selección biológico-racial no se limitaba solamente al sujeto SS, sino que se extendía a su familia y descendientes. “Un hombre de las SS no es libre de esposar a quien quiera. Según una ley promulgada por Himmler en 1931, es preciso que un instituto creado al efecto certifique que la mujer por él seleccionada ofrecerá suficientes garantías para una descendencia conforme al tipo y a la raza. Sobre esta base las SS se consideran como una “Sippenorden”, es decir, una “orden de la estirpe”.[4] Himmler defendía la ley sagrada de la tierra, los muertos y la estirpe, por ello propuso la conveniencia de copular en aquellos cementerios donde hubiera héroes enterrados. En su opinión, la simiente espiritual de esos antiguos superhombres lograba colarse délficamente por el vientre de esas mujeres. En consecuencia, se alentará al personal de las SS a concebir a sus hijos sobre lápidas – lápidas de Arios nobles”, por supuesto. En las revistas de las SS se publicaban listas de aquellos cementerios o lugares que reunían dichas características. El SS debía contraer matrimonio y se le permitía, “para beneficio de la raza”, mantener relaciones extraconyugales cuyo fruto era reconocido por la organización. Parece ser que solamente se computaron 135 hijos naturales de entre los casi 15.000 emparejamientos de SS. Las ceremonias de vida y bautismo eran revestidas de especial solemnidad y riqueza simbólica. La sala en la que se celebraba la ceremonia estaba presidida por una gigantesca banderola negra con la S rúnica en plata. Previamente los cónyuges habían realizado su matrimonio civil y en el curso del acto, un oficial de rango superior les entregaba el pan y la sal. Durante el bautismo del hijo de un afiliado a la orden, el oficial superior entregaba una medalla con signos rúnicos para el recién nacido y pronunciaba la fórmula de ingreso del recién nacido en la comunidad SS. Himmler pretendía que para 1980 Alemania estuviera poblada por 120 millones de arios. Para Himmler era muy importante sustraer progresivamente a los SS de las influencias y los ritos de la Iglesia Católica. Por ello se preocupaba especialmente de que ni en el nacimiento, ni en la muerte estuviera presente un sacerdote católico. Crearon asi mismo un calendario festivo en el que muchas fiestas religiosas eran sustituidas por fiestas ario-paganas. La Navidad se sustituyó por la Julfeste, día de carácter solar en el que se celebraba el “día del nacimiento del sol invencible”, y la Pascua se transformó en la fiesta de Ostara. Un rito muy importante nazi fue la festividad Indo-alemana del joven dios sol. En las academias de cadetes de las SS, se celebraba la natividad, no de Cristo, sino del dios Sol, que surge de sus propias cenizas en el solsticio de invierno. Los rituales que se practicaban abundaban en las prácticas paganas, una versión actualizada de los antiguos cultos al Sol Invictus. Cuando se celebraron las olimpiadas en Berlín (1936), Carl Diem creó la ceremonia del relevo de la antorcha olímpica desde Grecia hasta Berlín, en la creencia de que los antiguos griegos eran antecesores arios de la Alemania nazi. El fuego se producía en el templo de Hera en la ciudad de Olimpia por la concentración de los rayos del “dios Sol” sobre un espejo cóncavo. Una vez prendida la antorcha era portada por atletas varones en clara referencia a la leyenda de Prometeo y su desafío a los dioses. Hacía 1936 se estableció la Iglesia Nacional del Reich en la que Hitler era el Gran Sacerdote de Occidente y cuya doctrina se basaba en un profundo y visceral rechazo de todo lo judeo-cristiano, y en una vuelta al paganismo ancestral germánico. Sus puntos principales eran. “La Iglesia Nacional del Reich demanda el cese inmediato de la publicación y la venta de la Biblia en Alemania La Iglesia Nacional del Reich removerá de los altares de todas las iglesias la Biblia, la cruz y los objetos religiosos. En los altares no debe haber nada excepto el Mein Kampf, y a la izquierda de este una espada.” La influencia de las pseudo ciencias ocultas fue más relevante durante la guerra. Algunos miembros del ejército creían que los aliados usaban fuerzas místicas para vencer a Alemania, por ello debían de combatirlo usando el ocultismo como arma. Para ello, Himmler estableció un instituto dedicado a la antigua práctica de la adivinación por el péndulo (radiestesia). Sobre mapas del Atlántico norte, los videntes hacían oscilar un objeto suspendido de una cuerda tratando de prever las maniobras del ejército aliado. El ministro de propaganda Joseph Goebbels utilizó las ciencias ocultas con fines propagandísticos: manipular a la gente y minar la moral de los aliados. Una de sus principales armas propagandísticas fueron las profecías de Nostradamus, quien en 1555 escribió un libro con sus famosas cuartetas visionarias. El libro hace una sutil referencia a una crisis que surgiría en Gran Bretaña y Polonia en 1939, justo el año en que los nazis invadieron Polonia. Goebbels creó un instituto especial para reinterpretar los textos de Nostradamus en el que recluto a astrólogos y filósofos. Un miembro de su equipo de nombre Berndt, dirigió el proyecto para que fuera empleado como propaganda ocultista: “Estamos haciendo progresos. Los americanos y los ingleses son fáciles de engañar con este tipo de propaganda, por lo tanto echaremos mano de los testimonios más destacados de todas las profecías. Una vez más Nostradamus debe estar conformado con ser citado”. [5] Autor: José Alfredo Elía Marcos [1] Cit. Manuel P. Villatoro. Certificar que la Tierra era hueca y otros objetivos de la misteriosa expedición nazi al Tíbet. ABC, 16-4-2013. [2] Julios Evola, “La vida italiana”, 1938. [3] H. Himmler. Cit. José Antonio Solís Miranda. Los enigmas de Hitler. Cien editores, 2008. P. 31 [4] Julios Evola, “La vida italiana”, 1938. [5] Cit. José Lesta Mosquera. Claves esotéricas del III Reich. EDAF, 2005. p. 56
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    Los locales comerciales abandonados por el auge de las compras online.

    No creo que se catastrofismo. Yo pienso igual que tu y me parece una visión realista de las cosas. Por eso decía anteriormente que se debería acotar el comercio online y dimensionarlo a la realidad humana y geográfica. Un tipo con millones en el bolsillo puede tener la idea de crear un gigante que se lo trague todo como pueda ser Amazon, pero ahí debería entrar la legislación que interviniese la práctica de Amazon de forma que su presencia estuviese verdaderamente ordenada al bien común y no a costa de la quiebra de otras personas. Los asiáticos por ejemplo, creo que han sabido torear mejor ese toro y tienen gigantes como aliexpress u otros que en realidad son grandes plataformas donde los pequeños productores y comerciantes pueden ofrecer sus productos. No es una solución pero se acerca más al ideal de poner la tecnología al servicio de las personas que al revés. De otro lado, una legislación que acotara el comercio electrónico, según la geografía de forma que, para vender en un país se tuviera que tributar en este, sería ideal.
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    Origen del racismo liberal identitario

    He abierto el tema, también un poco en respuesta a ese famoso hilo de Hº que habéis estado comentando en otros hilos. En realidad tampoco existiría ese racismo primario que mencionas sino como xenofobia, es decir como el miedo natural al extraño, presente en todas las culturas. Pero el racismo como tal, del tipo que sea, vendría a ser el producto de la construcción teológica protestante del predeterminismo, para justificar una teoría racial que legitimase la producción y comercio de esclavos. A menudo se habla de la esclavitud en términos como la "trata de esclavos" o el "comercio de esclavos", pero se nos olvida que ese comercio era posible gracias a la producción continuada y a menudo injusta de esclavos, que es donde estaba, y seguiría estando según ciertas interpretaciones económicas de la deuda como esclavitud, el verdadero negocio motor del mundo protestante. Esa producción, por ser injusta bajo la concepción católica de la humanidad, busca legitimación en las teorías raciales que surgen a raíz de la Reforma. Y es a partir de ahí también que, el concepto "raza", entendido como estirpe, pase a formar parte del entendimiento común, pero su fundamento no es ese sino el etiquetado de procedencia de un sujeto para ser valorado en un mercado, lo que no otra cosa que el verdadero motor de las teorías raciales que inspiran el liberalismo identitario. En definitiva, justificar el racismo en términos católicos, lejos de ser tradicional es en cambio reformista y por tanto cismático.
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    Los locales comerciales abandonados por el auge de las compras online.

    Hombre yo supongo que el comercio online afectará a algunas tiendas locales pero en general no creo que se pueda hablar de un exceso de locales vacios por falta de demanda a causa de la competencia online, como sí por un exceso de precio al menos en España. Seguimos en la misma trampa que antes de la crisis y no parece que hayamos aprendido. Si lo pensamos un poco, el auge del comercio online viene dado por la reducción de costes que tiene con respecto al comercio tradicional, y si esto es así es porque previamente, el comercio tradicional ha llevado la carestía de vida a unos niveles, en algunos casos insoportables. Quizás la forma correcta de ordenar el comercio online, no sea tanto encarecerlo mediante impuestos como acotarlo a las dimensiones humanas y geográficas reales donde opera, y posibilitar el abaratamento de sobrecostes del comercio tradicional, que mayormente se hayan en la concentración de intereses bancarios y presupuestarios en el precio de las cosas, más hallá del valor real del producto. Quiero decir, en 1913, 1 kg de carne roja de 1ª costaba en el mercado alrededor de 1,5 pesetas, pero hoy te puede costar unos 5 €, algo así a multiplicar por casi quinientos el valor de la carne en 100 años aunque, básicamente se siga produciendo de forma muy semejante a como se producía en 1913. El comercio online en este caso, resulta evidente que no es el principal factor de encarecimiento, pero este es el mismo patrón que orienta toda la economía con lo que entiendo que, el comercio online, surge como respuesta a esa realidad, y ahora tocaría acotarlo y dimensionarlo de manera que sea verdadera fuente de riqueza.
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    Origen del racismo liberal identitario

    El sustrato protestante del racismo La xenofobia se ha manifestado históricamente en todos los pueblos y culturas. En cambio el racismo es un fenómeno que se origina en unos determinados países, tanto en su formulación ideológica, como en su aplicación práctica en la política de Estado. Estas naciones se encontrarían en el ángulo noroccidental europeo, con su prolongación transatlántica en EE.UU y todas ellas con una común característica: la influencia que en todos ellos tuvo la Reforma protestante. En efecto, Alemania, el Reino Unido, Francia, Escandinavia, Holanda y los Estados Unidos son posiblemente los países donde el racismo ha tenido las raíces intelectuales más profundas. Algunos tienden a justificar el racismo como consecuencia de la expansión colonialista que todos estos países tuvieron durante el s. XIX y principios del XX encontrando en el racismo una ideología legitimadora. Tampoco hay que cargar toda la culpa en este hecho, porque esto equivaldría a afirmar que en todo país o civilización que haya tenido una fase de apogeo debería de haberse dado la aparición de una teoría racista, y esto es falso. Son muchos los historiadores que como Strombreg, coinciden en atribuir el racismo como un fenómeno que se origina, desarrolla y propaga exclusivamente en los países protestantes, y no en los católicos ya que estos últimos conservaban la concepción universalista y ecuménica de la tradición cristiana. Siguiendo el análisis que realiza el historiador español Carlos Caballero Jurado (“El racismo. Génesis y desarrollo de una ideología de la Modernidad”) existe una evidente correlación en tres factores que refuerzan esta idea: País de cultura protestante y en los que se practica la lectura “libre” de la Biblia. La noción biológica de pueblo elegido que se incorpora a la cultura nacional (“Dios está de nuestra parte”). La formulación de teorías racistas explícitas, que llegado el caso se transforman en derecho positivo. “A mi entender, el factor decisivo que se da en todos estos países para explicar la aparición de una teoría racista es el hecho de que fueran culturas vinculadas al Protestantismo. Como es sabido, mientras que en los países de cultura católica la libre lectura directa de la Biblia y en concreto del Antiguo Testamento estuvo prácticamente prohibida salvo autorización, en los países que se unieron a la Reforma, la lectura se convirtió en una práctica cotidiana de todos y cada uno de los creyentes”.[1] Esta lectura “libre” de la Biblia explica la proliferación de tantas sectas protestantes que fueron surgiendo y que aún perduran en la actualidad: baptistas, cuáqueros, mormones, episcopalianos, metodistas, puritanos, adventistas, pentecostales, evangelistas, etc. Ramas que por otra parte, no mantienen una unidad doctrinal común. En el mundo católico, aunque puedan existir multitud de carismas, la unidad (comunión) se mantiene gracias al Magisterio de la Iglesia. Esta unidad doctrinal evita los problemas que una lectura superficial o parcial del Antiguo Testamento, en donde la idea de raza se repite muchas veces, se aplique en un sentido de exclusivismo biológico, como así sucedió, en no pocos casos, en el mundo protestante. Muchas veces esta lectura textual de la Sagrada Escritura se realiza de una manera más dogmática y fundamentalista pues impide su contrastación con la tradición apostólica. Para el catolicismo el término raza se aplica a todo el género humano que Dios elige para salvarse, y así debe de entenderse cuando se lee la Biblia. Cuando en el texto aparece el término “Pueblo elegido”, se refiere a todo el “Pueblo de Dios”, en el que se incluyen a todos los pueblos de la Tierra y no solamente a los de una nación o raza determinada. En cambio en el protestantismo la raza se asimila a un pueblo específico elegido por Dios para salvarse. Por ello será habitual ver como en el mundo protestante, términos como, raza, pueblo y nación se emplean en muchos casos para expresar lo mismo. Calvino la doctrina de la predestinación Pero el principal argumento para la génesis del racismo aparece en el propio núcleo del protestantismo: la doctrina de la predestinación, postulada por Juan Calvino y defendida por Martín Lutero, Zwinglio y el resto de reformadores. Según Juan Calvino (1483-1564) el ser humano está predestinado a condenarse o salvarse. Esta idea de que Dios determina de antemano el destino de los hombres excluye la libertad de la persona para hacer obras buenas o malas en el mundo y ante Dios. En su libro Institución de la religión Cristiana (1536), Calvino define este concepto: “Llamamos predestinación el decreto eterno de Dios con el cual estableció lo que ha de hacer cada uno de los hombres, puesto que no todos fueron creados con las mismas condiciones, sino que algunos fueron destinados a la vida eterna y otros a la eterna condenación”.[2] Cuando se le hizo ver que su doctrina contradecía al Nuevo Testamento, el cual habla de la voluntad salvífíca de Dios – «Dios quiere que todos se salven» (II Tim 2, 4)–, Calvino respondió que citas como ésa eran un piadoso engaño divino. Otros protagonistas del cisma protestante, como Lutero y Melanchton, apoyaron sus doctrinas en la predestinación. Cuando Lutero comenta el libro de Romanos, escribe: “Todas las cosas, sean lo que fueren, proceden y dependen de la determinación divina; mediante la cual fue preordinado quién habría de recibir la palabra de vida, y quién habría de rechazarla; quién habría de ser libertado de sus pecados, y quién habría de ser endurecido en ellos; quién habría de ser justificado y quién habría de ser condenado”.[3] “Todas las cosas acontecen conforme a la predestinación divina; no sólo nuestras obras externas, sino aun nuestros pensamientos… No existe tal cosa como la suerte, ni la fortuna; y no hay manera más fácil de adquirir el temor de Dios, y llegar a depositar toda nuestra confianza en El, que llegando a conocer a fondo la doctrina de la predestinación”.[4] Ahora bien, si uno está predestinado a salvarse o condenarse, ¿cómo saber con seguridad cual es el destino final de cada persona? Calvino en este punto es claro: Si a uno le “va bien” en la vida, si sus negocios son prósperos, es virtuoso, su cuerpo es saludable y vive con austeridad, es seguro que se salva. En cambio si uno sólo sufre desgracias en su existencia terrenal: le visita la enfermedad, no tiene hijos y no prospera, seguro que es uno de los “predestinados” a condenarse. Esta visión de Dios como un juez terrenal que premia o castiga se denominará el Principio de concesión de bienes. El filósofo y economista alemán Max Weber (1864-1920) reconoce en su obra, “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” (1903), la influencia que tuvo el protestantismo en la formación del capitalismo y las economías neoesclavista y colonialista. “Salvo por los bienes recibidos no había modo de saber si se era elegido o condenado. Por consiguiente los individuos intentarían demostrarse así mismos y a los demás que formaban parte de los primeros, desarrollando la inteligencia, mostrando afán de trabajo, un comportamiento voluntarioso, haciendo gala de una vida sobria, y sin lujos ni ostentaciones”.[5] La doctrina de la predestinación tiene cuatro graves consecuencias: Sólo la prosperidad en los negocios es garante de una vida plena de sentido. El dinero y el poder se convierten en los indicadores de la “calidad y el progreso humano”. Aquellos que sufren penurias, como enfermedades, pobreza, etc. están de antemano condenados y no son “humanos plenamente dignos”. Estos pasan a ser ciudadanos de “segunda clase”. Se crea una clase superior, una élite que es la única capaz de gobernar y dirigir los destinos de la humanidad por el “buen camino” (el camino del poder y del dinero). La otra clase, por contraposición es la de los pobres cuya única riqueza se deriva del trabajo de sus manos y de la cuantía de su prole. Las obras buenas no sirven para nada. Lo verdaderamente importante es aparentar a los demás que se pertenece al grupo de los “elegidos”, es por ello que en los países protestantes la filantropía sustituirá a la caridad cristiana. La Iglesia Católica se reunió en Concilio en la ciudad de Trento (1545-1563) para aclarar precisamente la cuestión de la justificación. Frente a la tesis de la justificación por la fe sola, el Concilio define y ratifica la doctrina secular de la Iglesia de Roma. La gracia lo inicia todo y es necesaria siempre; pero el hombre es libre de aceptar o rechazar dicha gracia, libre de obrar el bien o el mal. En consecuencia, la gracia ofrecida por Dios es “suficiente”, pero para ser eficaz tiene que estar acompañada por las obras. Otro aspecto fundamental del pensamiento protestante, que permite entender su aceptación del racismo es su concepción profundamente pesimista del hombre y lo humano. Para la antropología luterana y calvinista el pecado original corrompe esencialmente al hombre en su naturaleza. No hay lugar para la gracia pues sólo Dios salva. Ante este panorama, sólo el Estado puede con sus leyes devolver la paz a la sociedad. El calvinismo creará teocracias que serán el inicio del absolutismo del estado. Mientras Calvino vivió en la ciudad de Ginebra (ciudad de unos veinte mil habitantes), imperó en ella una verdadera teocracia (gobierno ejercido por los representantes de Dios), lo que se tradujo en un extremado puritanismo. Entre 1542 y 1561 fueron desterrados setenta y seis individuos y ejecutadas cincuenta y ocho personas, entre ellas el médico español Miguel Servet. La ciudad se regía por un severo código teocratico: La vida religiosa y moral de los ciudadanos era controlada y cada hogar inspeccionado lo menos una vez al año. La asistencia a los servicios religiosos era obligatoria, so pena de multa. La ley prescribía el color y número de trajes que se podía tener, así como lo que se podía comer y beber. Estaban prohibidas las representaciones teatrales, los juegos de azar, los bailes y las canciones indecentes. Los nombres de los niños debían aparecer en el Antiguo Testamento. La fornicación era penada con el destierro; el adulterio, la blasfemia y la idolatría, con la muerte. Hablar irrespetuosamente de Calvino y el clero era un crimen, como también lo era apartarse del credo oficial. Los casos de EE.UU. y de la Sudáfrica de los boers son lo suficientemente representativos para compararlos pues en ambos países el racismo estuvo presente en el derecho positivo, si bien se partía de realidades muy diferentes. EE.UU. estaba sumergido en un rápido desarrollo económico con una implicación hegemónica a nivel mundial, era – y es – un país altamente industrializado y urbano en el que los negros eran minoría. Por el contrario los boers de Sudáfrica vivían en el campo, en granjas aisladas, eran una minoría y nunca llegaron a ser una potencia mundial. Países tan dispares, en los que sin embargo se promulgaron leyes segregacionistas que limitaban el derecho al voto, el acceso a cargos públicos, e incluso impedían que un negro viajara junto a un blanco en un autobús. ¿Qué es lo que tenían en común estas realidades? Ambas compartían una misma herencia ideológico-religiosa: el calvinismo. Sería muy simplista por nuestra parte deducir la ecuación protestantismo = racismo, de hecho muchos fueron los hombres de religión protestante que lucharon por los derechos y libertades de los esclavos, así como por mejorar, educar y evangelizar a estos pueblos: John Newton (1725-1807), Wilberforce (1759-1853), William Knibb (1803-1845), Luther King (1929-1968) entre otros. Pero existe una relación entre una religiosidad nacional basada en la lectura “libre” de la Biblia y en la doctrina de la predestinación, con aquellos países que realizaron una formulación explícita de teorías racistas, que además de evidente es históricamente contrastable. “En Sudáfrica, los predicadores calvinistas blancos justificaban el racismo institucionalizado conforme a la idea de predestinación. Según este criterio, sólo los blancos podrían librarse de la condenación, ya que su nivel de riqueza, su grado de civilización y la prosperidad alcanzada por esta comunidad serían signos de la voluntad divina para salvarles. Por el contrario el “atraso” social, económico y cultural de la mayoría “de color” mostraría a un Dios disconforme con ellos, quienes no se ajustarían a su Ley. Tal situación validaría – según dicha doctrina – la existencia del apartheid, que era visto por los pastores como el método más adecuado para evitar que los blancos, predestinados a salvarse, adoptasen los “vicios” de los negros y se condenaran por ello. La segregación racial predicada desde los púlpitos no solo evitaría a los blancos caer en pecado, sino que ayudaría a los negros a conocer la Ley Divina y así acceder “algún día” al nivel de desarrollo de los blancos, pudiendo así conseguir su salvación. Frente a estas doctrinas racistas y colonialistas algunos pastores propugnaron una actitud más intransigente. Los fundamentalistas cristiano-racistas pretendían justificar el apartheid arguyendo que éste sería la consecuencia de un mandato divino y de un orden de cosas preestablecido. Para ello, hicieron una interpretación arbitraria y mal intencionada del cristianismo; religión que no contempla entre sus dogmas la discriminación racial – a la que no se hace mención en ninguno de sus textos – debido a su carácter universalista. Los teóricos del racismo religioso acudieron al “Antiguo Testamento” para “demostrar” sus hipótesis. Así, según esta interpretación, Dios, tras establecer una Alianza con Noé a raíz de su fidelidad durante el diluvio universal, le dio tres hijos: Sem (antepasado de los pueblos semitas, y por extensión de los de todo Oriente Medio), Cam (antecesor de los pueblos africanos) y Jafét (progenitor de los pueblos europeos). Posteriormente, condenó a Cam – quién habría pecado reiteradamente – y a sus descendientes a servir a Sem y a su prole hasta el final de los tiempos. De ahí que los padres calvinistas, quienes se autoconsideraban portadores de las antiguas alianzas de Israel, quisieran ver una continuación real de un relato de origen místico. El calvinismo sudafricano, al igual que otras variantes de esta confesión, contempla la libre interpretación de la Biblia a la hora de impartirse la liturgia, lo que explica la aparición de este tipo de doctrinas en el entorno afrikaner”.[6] Cuando la “London Missionary Society” llegó a Sudáfrica con el fin de rehabilitar a los negros, liberarlos, darles educación y permitirles comprar tierras, los boers calvinistas se indignaron ya que consideraban que los negros no eran seres humanos como ellos. Los boers abandonaron la zona con sus carretas en lo que se llamó el gran trek (viaje). La hermana de uno de los líderes de la expedición comentaba los motivos de su marcha: “Los vergonzosos e injustos procedimientos para liberar a nuestros esclavos y los extremos que llevan a ponerlos en pie de igualdad con los cristianos, lo que es contrario a la ley de Dios y a la natural distinción de las razas y religiones, ha hecho intolerable a los cristianos decentes tener que inclinarse ante tal servidumbre, de modo que preferimos retirarnos en orden para preservar la pureza de nuestras doctrinas”.[7] La maldición de Noé Los primeros brotes del pensamiento racista se sitúan en el apogeo del comercio marítimo de esclavos durante el s. XVI. El poder político y económico de la época buscó y encontró una justificación religiosa a la trata y explotación de esclavos, principalmente del continente africano. De todas las justificaciones la más empleada fue la de la “Maldición de Noé”. En el Génesis se narra el episodio del arca de Noé, y de sus tres hijos: Sem, Cam y Jafet, de los cuales se engendrarían todas las razas humanas. Jafet tendría siete hijos: (Gomer; Magg, Madai, Jarán, Túbal, Meses y Tiras) los cuales darían origen a todos los pueblos que van desde el norte de Europa hasta Persia. Cam tendría cuatro hijos (Cus, Mizraim, Tut y Cannan) de los cuales descenderían todos los pueblos del continente africano, Etiopía, Egipto y Libia. El tercer hijo, Sem engendraría cinco hijos (Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram) de los cuales surgirían los persas, asirios, caldeos, lidios y sirios. Todos estos pueblos recibirían el nombre de semitas en honor a Sem. Ahora bien, un día que Noé bebió vino de una viña que había plantado, quedó borracho y desnudo en su tienda. Cam descubrió a su padre en tan compremetedora situación y burlándose de él fue corriendo a contárselo a sus hermanos. Estos, a diferencia de Cam, respetaron la desnudez de su padre y con un manto lo cubrieron. Cuando Noé despertó de su borrachera y se enteró de lo que había hecho su hijo menor, lo maldijo con las siguientes palabras: “¡Maldito sea Canaán! Sea el último de los esclavos de sus hermanos”. Y añadió: “Bendito sea el Señor, Dios de Sem! ¡Que Cannán sea su esclavo! ¡Haga Dios que se propague Jafet, que habite en la tienda de Sem y que Canaán sea su esclavo!”[8] Como puede verse, según el texto la maldición consistía en que Cam y sus descendientes permanecerían como esclavos de sus hermanos a quienes Noé bendice con una gran descendencia. No se le escapa al lector las peligrosas ideas que este fragmento podía sugerir a aquel protestante que, dedicado al negocio de la esclavitud, leyera “libremente” estas líneas de la Biblia. La “maldición de Noé” fue más tarde asimilada a la negrura de la piel (Haynes, 2002). Pero este razonamiento es contradictorio pues en muchos otros pasajes de la Sagrada Escritura se alaba la negritud de algunos de sus personajes, como es el caso del libro del Cantar de los Cantares. “Una negra soy, pero grata a la vista, oh hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar [y, no obstante] como las telas de tienda de Salomón”.[9] Pero algunos autores fueron más lejos y empezaron a inventarse historias apócrifas como el de Kush. Según esta fabulación, que no aparece en ningún pasaje de la Biblia, Noé habría prohibido mantener relaciones sexuales en el Arca, pero Cam desobedeció esta orden y concibió a su hijo Kush durante el diluvio. Dios los maldijo e hizo que naciera negro. De él nacerían los etiopes y todos los demás negros africanos. Robert Graves y Rafael Patai publican en su obra Los mitos hebreos (1986), un texto apócrifo del génesis, que aparece en el Talmud hebreo de Babilonia y que fue compilado hacia el s. VI dC. En este texto, no aceptado en el canon católico, la maldición de Noé se llevaba a términos extremos. “Noé exclamó: “¡Ahora no puedo engendrar al cuarto hijo a cuyos hijos habría ordenado que os sirvieran a ti y a tus hermanos! Por consiguiente, tendrá que ser Canaán, tu primogénito a quien esclavizarán. Y como me has incapacitado para hacer cosas feas en la oscuridad de la noche, los hijos de Canáan nacerán feos y negros. Además, porque volviste la cabeza para ver mi desnudez, el cabello de tus nietos estará ensortijado y sus ojos enrojecidos; y porque tus labios se burlaron de mi desgracia, los de ellos se hincharán; y porque tu descuidaste mi desnudez, ellos andarán desnudos y sus miembros viriles se alargarán vergonzosamente”. A los hombres de esta raza se los llama negros; su antepasado Canaán les ordenó que amaran el robo y la fornicación, que se unieran en el odio a sus amos y que nunca dijeran la verdad”.[10] El explorador ingles y comerciante de esclavos en la costa africana Richard Jobson, retoma este tema apócrifo de la maldición de Noé. “El tamaño enorme del miembro viril de los negros prueba infalible de que eran del linaje de Canaan, quien, por haber puesto al descubierto la desnudez de su padre, había recibido una maldición en esa parte del cuerpo”.[11] En otros autores la negritud es símbolo del pecado, de tal manera que si el negro no se desprendía de esta marca era por su apego a las pasiones y al error. Es el caso del misionero anglicano Peter Heylyn, quien afirmaba hacia 1660 que: “…los negros “carecían del uso de razón que es peculiar al hombre”; que tenían “escaso ingenio y estaban desposeídos de todas las artes y las ciencias”; que eran “proclives a la lujuria y en su mayor parte son idólatras”. Despedían mal olor y estaban tan enamorados del color de su piel ¡que pintaban al demonio blanco!”. [12] Muchos esclavistas sostenían que quienes estaban en contra de la esclavitud estaban en contra de la Biblia y por tanto en contra de Dios. Así por ejemplo el reverendo Thomas Thompson escribió en 1778 el texto titulado “Demostración de cómo el mercado africano de esclavos negros es congruente con los principios de la Humanidad y las leyes de la religión revelada”. Pero también es cierto que fueron los propios cristianos abolicionistas, quienes apoyándose en textos bíblicos encontraron no sólo que la abolición de la esclavitud no contradecía en modo alguno a la Escritura, sino que esta era contraria a dicha práctica tan inhumana. De todos modos la maldición y la reducción a la esclavitud no implicaba su deshumanización, por ello aunque el negro estaba “maldito” era considerado un ser humano, y por tanto tenía derecho a la instrucción religiosa. Así lo expresaba Goodwyn Morgan, un clérigo filántropo quien en torno a 1680, escribió una encendida defensa de la humanidad de los negros Proposals for the Carrying on the Negro’s Christianity (Propuestas para el ejercicio del cristianismo en los negros). En ella habla a favor de la capacidad intelectual de los negros y la posibilidad de darles una instrucción y mejoramiento religioso. “Aun cuando una piel negra fuera la marca de la maldición de Cam, ello no determina que los negros no fueran humanos. Los plantadores difícilmente emplearían animales para vigilar el trabajo de otros animales”.[13] Sus propuestas influyeron en la sociedad inglesa y veinte años más tarde se crea la Society for the Propagation of the Gospel in Foreign Parts o SPG (Sociedad para la propagación del Evangelio en las Relaciones exteriores) que comenzó a enviar misioneros a las colonias y para fomentar la reconversión o formación religiosa de los esclavos. Autor: José Alfredo Elía Marcos [1] Carlos Caballero Jurado. El racismo: Génesis y desarrollo de una ideología de la modernidad. [2] Calvino (Institución de la religión cristiana, capítulo XIV, nº5) [3] LUTERO. Citado por Loraine Boettner. Doctrina de la predestinación [4] MELANCHTON. Idem [5] Max Weber. La ética protestante y el espíritu del capitalismo, 1903 [6] José Mª del Olmo Gutiérrez. “Las caras del racismo”. p. 79 [7] Historia Universal Planeta. Vol 10. pag.303 [8] Génesis, 9 26-27. [9] Cantar de los Cantares,1 5. [10] Texto apócrifo escrito en el s. XX por Robert Craves y Rafael Patai. . Citado por Alfonso García Martínez. La construcción sociocultural del racismo. Ed. Dykinson. 2004. Pág. 37. [11] Davis, 1968. Citado por Luis César Bou. África y la historia. P. 8 [12] Idem. [13] Idem. p. 9 Fuente: "Las mentiras del racismo"
  8. Apenas a 500 metros del lugar, milagrosamente ilesos, los jesuitas bajo su mando salvaron cientos de vidas El Padre General de los jesuitas, Arturo Sosa SJ, ha confirmado a la Compañía de Jesús, cuando se cumplen 111 años de su nacimiento, el inicio del proceso de beatificación de Pedro Arrupe, jesuita bilbaíno que fue Superior General de la Compañía de Jesús entre 1965 y 1983. El Padre General lo hacía en una carta donde manifestaba: “Tengo la alegría de comunicar a todo el cuerpo religioso y apostólico de la Compañía de Jesús que ha comenzado oficialmente el proceso hacia una posible beatificación del P. Pedro Arrupe, 28º Superior General de la Compañía de Jesús. Desde ahora, por tanto, ya es considerado ‘Siervo de Dios’. El P Arrupe fue el artífice de la renovación conciliar de la Compañía de Jesús. Es una figura relevante en la historia de la Iglesia del siglo XX. Oficialmente, su causa arrancará en la basílica de San Juan de Letrán de Roma el 5 de febrero de 2019, vigésimo octavo aniversario de su fallecimiento. El P. Arrupe es un mítico jesuita, admirado por generaciones, el “Papa Negro” más carismático de cuantos han pasado por la sede de Roma. Arrupe se fue de misionero a Japón como San Francisco Javier, uno de los fundadores de la Compañía de Jesús. Llegó al país asiático en 1938 y de inmediato se puso a aprender la lengua y costumbres japonesas. El 8 de diciembre de 1941, unas horas después de la entrada de Japón en la contienda, fue arrestado y encarcelado por las autoridades locales bajo la acusación de ser espía. Fue liberado al cabo de unas semanas y al poco tiempo, nombrado maestro de novicios en Nagatsuka, una pequeña localidad situada a siete kilómetros de lo que luego sería el epicentro de la explosión nuclear en el centro de Hiroshima. El P. Arrupe estaba en el noviciado jesuita de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 cuando, a las 8:10 en punto, una explosión se produce apenas a 500 metros del lugar donde se encontraban. Se encontraba en una casa con 35 jóvenes y varios padres jesuitas, cuando a esa hora vio “una luz potentísima, como un fogonazo de magnesio, disparado ante nuestros ojos”. Al abrir la puerta del aposento, que daba hacia Hiroshima, “oímos una explosión formidable, parecido al mugido de un terrible huracán, que se llevó por delante puertas, ventanas, cristales, paredes endebles…, que hechos añicos iban cayendo sobre nuestras cabezas”. Fueron tres o cuatro segundos “que parecieron mortales”, aunque todos los allí presentes salvaron sus vidas. Sin embargo, no había rastro de que hubiera caído una bomba por allí. “Estábamos recorriendo los campos de arroz que circundaban nuestra casa para encontrar el sitio de la bomba, cuando, pasado un cuarto de hora, vimos que por la parte de la ciudad se levantaba una densa humareda, entre la que se distinguían, claramente, grandes llamas. Subimos a una colina para ver mejor, y desde allí pudimos distinguir en donde había estado la ciudad, porque lo que teníamos delante era una Hiroshima completamente arrasada”, relata Arrupe. Ante ellos se extendía “un enorme lago de fuego” que con el paso de los minutos dejó a Hiroshima “reducida a escombros”. Los que huían de la ciudad lo hacían “a duras penas, sin correr, como hubieran querido, para escapar de aquel infierno cuanto antes, porque no podían hacerlo a causa de las espantosas heridas que sufrían”. Él describió “una luz muy fuerte” y un ruido que pareció durar siglos. De inmediato, como relatan los mismos jesuitas, “el sacerdote dio paso al médico” – Arrupe había estudiado Medicina- y rápidamente convierte el noviciado en un hospital de campaña para atender a los heridos. Las personas llegaban con quemaduras que él comparaba a las producidas por el sol o por rayos infrarrojos. El improvisado equipo, sabiamente dirigido por el sacerdote, logró salvar centenares de vidas al atender las urgencias con inmediatez y pericia. Ochenta mil cadáveres y cien mil heridos era el panorama que enfrentaba. Arrupe y el resto de los jesuitas, en el improvisado hospital en la casa del noviciado, lograron acomodar a más de 150 heridos, de los cuales lograron salvar a casi todos, aunque la gran mayoría de ellos sufrieron los devastadores efectos de la radiación atómica en el ser humano. Por momentos, pensaban que la situación los superaría, que se quebrarían, confesó, pero trabajaban sin descanso y con fe en que Dios los guiaría a pesar de sus mermadas posibilidades ante semejante tragedia. Más de 70.000 personas murieron el día de la bomba en Hiroshima y otras 200.000 quedaron heridas. A finales de 1945, la cifra de muertos había ascendido a 166.000 personas. Por 50 años no se pudo vivir en Hiroshima, tan contaminado estaba todo por la radiación. El sacerdote jesuita plasmó en un libro –‘Yo viví la bomba atómica’– sus vivencias del día de la tragedia y los meses posteriores. Nagatsuka, a seis kilómetros de Hiroshima, era la segunda casa que la misión jesuita tenía en Japón, heredera de aquella que fundara San Francisco Javier otro 15 de agosto, pero de 1549, cuando llegó a Kagoshima, entonces capital del floreciente Reino del Sur. Desde allí, el P Arrupe escuchó aquel día cómo el emperador, tras los efectos aniquiladores de las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagashaki , además del ataque con armamento incendiario sobre Kumagaya el día 14, aceptaba la rendición incondicional. La derrota no pudo ser más evidente -observó Arrupe- cuando 1 de enero de 1946, el emperador reconoció que era una “idea imaginaria” que él fuese un dios en la tierra. El historiador francés Jean Lacouture testimonia que el dolor humano que presenció el P Arrupe era profundamente sobrecogedor. “Él estaba formado en la caridad, pero lo que vio en Hiroshima lo transformó”. Arrupe emprendió la marcha hasta Hiroshima en busca de otros miembros de la orden y cuenta lo que vio: “la ciudad arrasada, mutilados moribundos, el río lleno de desesperados que habían quedado atrapados en el fango mientras subía la marea, los gritos de los niños, el silencio de los cadáveres incinerados, la gente abrasada pero sin fuego”… y una impresión que no se le olvidaría nunca: un grupo de jóvenes de unos 20 años, una de las cuales “tenía una ampolla que le ocupaba todo el pecho. Tenía, además, la mitad del rostro quemado y un corte producido por la caída de una teja, que, desgarrándole el cuero cabelludo, dejaba ver el hueso, mientras gran cantidad de sangre le resbalaba por la cara”. Un holocuasto, lo rodeaba un verdadero infierno. El libro autobiográfico de Arrupe vio la luz mucho tiempo después de que en 1955 concediera una entrevista a Gabriel García Márquez, quien tenía entonces 22 años y que 27 años después quedaría consagrado con el Nobel de Literatura. “La explosión de la primera bomba atómica –le dijo entonces- puede considerarse un suceso por encima de la Historia. No es un recuerdo, es una experiencia perpetua que no cesa con el tictac del reloj (…) Hiroshima no tiene relación con el tiempo: pertenece a la eternidad”. El P Arrupe se quedó veinte años más en Japón, primero como maestro de novicios y luego como primer provincial del país. Durante ese tiempo viajó por todo el mundo recolectando ayuda para Hiroshima y Nagasaki. Se sumergió en la cultura del país, que hizo suya. Categoría: Noticias de otras fuentes Fecha: hoy a las 14:13:36 Publicada por: El Español Enlace: El médico español de Hiroshima, camino de la santidad
  9. Español

    El médico español de Hiroshima, camino de la santidad

    Sí, la verdad es que algunos tópicos y argumentos que se esgrimen por ahí, no se sostienen ni con clavos.
  10. Español

    sociedad Los chismes matan

    Bueno, quizás aquí no se poducen asesinatos cruentos e inmediatos como los de esas noticias pero desde luego que se producen asesinatos incruentos que, en forma de desprestigio y mala fama, pueden conducir lentamente a una persona hacia su ruina física y moral, y por qué no también a la propia muerte, lo que en definitiva no deja de ser otra forma de homicidio provocado. ¿Cuantos inductores de falsedades y mentiras vemos a diario en los medios de comunicación? ¿No son acaso culpables, en última estancia, de las desgracias que esto ocasiona? y ¿no es acaso, nuestra democracia liberal, una forma de hacernos a todos responsables de dichos actos?
  11. Español

    La paradoja internacionalista

    Yo iba más en la línea de constatar al cristianismo como un orden de vida predominante, que como la propia extensión geográfica y política de las naciones, de alguna forma cristianas. Cristianismo no es tanto el número de personas que se declaran cristianas como aquellas que verdaderamente entienden, viven su vida y toman sus decisiones diarias en base a la revelación de la fe Cristiana, sea por influencia o tradición como por propia convicción o conversión. Es decir, cristiano es todo aquello que verdaderamente tiene su origen ordenado en Cristo, desde el propio Vaticano con toda su jerarquía y estructura de poder, hasta el más pequeño acto de misericordia o sacrificio desinteresado para el bien de los demás, que pueda realizar un desconocido en Sudán, aunque no conozca ni haya oído hablar nunca de Cristo ya que, ambos valores tienen su principio en Cristo. El verdadero imperio universal es el propio reino de Dios actuando sobre la historia y los reinos de los hombres, y aunque estos a veces coinciden con Dios y se expanden, otras veces se le oponen hasta su propia destrucción, que es el final que tarde o temprano tienen todas las cosas que no se ajustan a la ley del reino que es la síntesis natural de la verdad y el amor. La ley del Creador es la que anima y da forma a la vida y el mundo de los hombres, frente a las leyes de los hombres que a menudo desaniman y deforman la creación de Dios, que es todo cuanto amamos y el propio ser humano. Desde esa ley, todo esta hecho con, para y por amor, y solo ahí el hombre vive plenamente la libertad de su Ley y participación en el Reino. El ecumenismo no es tanto el esfuerzo por acercar intereses y llevarse bien entre religiones , como la participación común en ese reino de la verdad y el amor de Dios. Para unos es más fácil porque están más cerca y conocen mejor la voluntad de Dios, pero otros están más alejados y por eso el único ecumenismo posible con ellos es hacerles partícipes de ese amor. No trato de dar una interpretación usable para el provecho de ningún interés, sino de describir lo que a mi modesto entender es ese imperio universal o reino de Dios, que en la práctica es real y lleva extendido siglos por el mundo, en gran medida gracias al sacrificio de innumerables españoles que dieron su vida por el en el empeño de la Hispanidad.
  12. A veces me sorprendo cuando descubro de qué forma Dios va enderazando los reglones torcidos de los hombres. En referencia a todo este tema del arte moderno y el fraude ético y estético que supone en gran medida pues, en realidad la mayoría de esas obras se hacen relevantes, no tanto por su contenido artístico sino cuánto más por los intereses económicos que hay detrás (y esto daría para un tema propio dada la conexión entre izquierda política y arte moderno), hay que recordar también que el arte siempre ha estado conectado con el mundo religioso, pues trata de una de las más altas expresiones creativas del hombre y por tanto expresión de su cernacía al verbo Creador. Desde la pinturas rupestres del arte conceptual prehistórico, hasta la aún incabada catedral de la Sagrada Familia de Gaudí, el arte ha manifestado siempre la relación del hombre con el Creador, creando él mismo en esa relación una estructura de comunicación divina. Quizás por este motivo, la degeneración del arte moderno viene dada desde entornos ideológicos mayoritiariamente progresistas y ateos, pues si el arte es la forma intelectualmente más elevada que tiene el hombre de manifestar su cernacía a Dios, también es la forma más elevada que tiene para oponerse al Creador y a las tradiciones que han venido salvaguardando su orden a través de los siglos. Y ahora recordemos en este punto que la palabra "satán" significa literalmente "el que se opone", porque exactamente eso es lo que expresa todo ese arte moderno separado de la concepción religiosa que fundamenta al arte, y por tanto creador de una nueva visión conceptual del mundo donde el hombre ya no refleja a su creador -deja de ser imagen y semejanza- y pasa a querer reflejarse a sí mismo, es decir a ocupar su lugar, a imagen de aquel que llaman "Satán". Cuando Miguel Ángel esculpe la Piedad, amén de transmitir una serie de canónes estéticos de su época, también transmite una esencia superior que sirve para mover a reflexión a cualquier observador. Hace arte con mayúsculas, tanto por la perfecta ejecución de la obra como por su capacidad para transmitir significados elevados que mueven al propio perfeccionamiento del ser humano. Decimos que es arte porque es capaz en definitiva de elevar el pensamiento y el corazón del hombre, trascender su animalidad y acercarlo a su Creador. El sufrimiento más profundo del ser humano, la fe inquebrantable de una madre, el sacrificio perfecto de un hijo, la esperanza de una vida nueva, y sobre todo el Amor en su más alta expresión. Todo cabe y emana de esa obra, ejecutada además con la más perfecta fidelidad a la realidad que cabe elaborar sobre una piedra muerta, como si la propia piedra fuera la expresión de la esperanza en la resurrección del propio artista. Sin embargo, el arte moderno, a menudo se muestra como transgresor y destructor de ese orden natural, y sirve así de plataforma de comunicación de todo concepto opuesto a dicho orden. Por tanto, es una herramienta muy útil para todos aquellos que quieren establecer su propia estructura de poder en el mundo o en cualquier forma alejar al ser su humano de su divinidad o fuente de poder, como siempre pretenden las distintas ideologías ateas. Esta obra de Dalí titulada "El rostro de la guerra" representa, al contrario de la Piedad de Miguel Angel, el terror más profundo y ancestral de la soledad humana, la pérdida de la fe puesta en los monstruos de la razón, la destrucción y muerte de la creación, y sobre todo la consecuencia del odio y la indiferencia, como antítesis del amor, en su más alta expresión que es la guerra. La Iglesia se ha valido del arte para "poder reflejar la fe y transmitirla por generaciones" por tanto, el arte es una "herramienta de poder y control social" muy antigua, incluso prohibida durante el tiempo del Antiguo Testamento dada su capacidad de conducir al hombre por caminos equivocados. Con los siglos, muchas obras artísticas sacras, han llegado a producir emociones y condicionantes humanas que ni el mismo autor pensó que podrían ocasionar en los demás, siglos después incluso de haber muerto el artista. Podría decirse que, Dios se vale de nuestras creaciones (o visiones de él) para llegar hasta los lugares y tiempos que escapan de nuestra sencilla imaginación, como muestra por ejemplo una de las más importantes obras de arte sacro realizada por Velazquez: La Coronación de la Virgen, que refleja la más alta aspiración humana de entronización celestial, nada menos que en la figura de la mujer, siglos antes de la aparición del feminismo. Ni el más furibundo feminista podría concebir pretensión semejante, dicho sea de paso. No obstante todo, el arte sigue siendo lo que es, a pesar de que haya artistas que se empeñen hoy en llevar a su público por auténticos despeñaderos conceptuales. Sigue habiendo artístas hoy que, a pesar de que los cánones artísticos de nuestro tiempo no sean los del Renacimiento que expresaba Miguel Ángel, por estar más condicionados por la realidad destructiva del S.XX y la incertidumbre siempre abundante de un mundo liberal sin otro relato común que el darwinismo, sin embargo también como entonces tratan de ejecutar, según los cánones actuales, ese mismo acto creativo que acerca al hombre a Dios y le mueve a la reflexión sobre su cercanía con el creador. A continuación rescato un artículo del pasado año donde se habla de tres artistas contemporáneas que hacen arte religioso, según los cánones actuales: La pregunta entonces sería, ¿Sigue siendo el arte sacro, creación y expresión de lo sagrado? ¿Es precisamente esa la función del arte, conectar al hombre con Dios, es decir, con la perfección del ser? De ser así, cada obra capaz de conectar un alma con el Creador, podría ser considerada arte en su más alta definición. E igualmente, todo aquello que por el contrario busca privar al hombre de su filiación divina, podría considerarse anti-arte o arte destructor, independientemente de la época o situación en la que se produzca.
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    La paradoja internacionalista

    Yo no coincido con esa afirmación. Sí creo que hay un imperio universal, tanto en el ideal como en la práctica, y el nuestro lo era. De hecho creo que el actual imperio dominante, liderado por USA, es heredero directo del mismo imperio español, como el nuestro lo fuera de aquel viejo imperio de la antigüedad. Al final el imperio, como cualquier otra estructura política, responde siempre al ideal de una primera persona que lo funda y de segundas personas que lo desarrollan, y en este caso la cristiandad, con todas sus variantes más o menos cercanas al ideal de perfección cristiana, es y sigue siendo el imperio universal que da nombre a la era y domina sobre el devenir de todas las naciones del mundo. Sí, es cierto que no es lo mismo un imperio cristiano estructurado sobre la misericordia católica, que otro sobre el predeterminismo protestante pero ambos son sendas formas de imperio cristiano, que en definitiva se inspiran en una misma persona, Cristo, y por tanto pertenecen a una misma estructura, aunque gobernada sucesivamente por diversos protagonistas y tendencias. Y además se trata de un imperio que en la práctica, más allá de lo que podrían considerarse inercias culturales, efectivamente también se extiende físicamente por encima de casi todas las naciones a través de la comunión y el testimonio de vida de los creyentes que viven en ellas, y que condicionan en conjunto y cierta medida, la vida y deriva de los demás seres humanos. Desde esa perspectiva, la misma Iglesia Católica es un estado supranacional presente en casi todos los países del mundo, con un potencial de influencia sobre la política internacional e incluso local en algunos países, muy grande. Si sumamos todas las demás iglesias cristianas que contienen algo aún de la verdadera esencia de Cristo, y notamos su presencia e influencia conjunta en el mundo, que duda cabe que el imperio cristiano, aunque mucho menos puro, unido e idealista que áquel de las cruzadas, sigue siendo hoy el primer imperio universal del mundo.
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    política La izquierda y la cuestión nacional española

    Habra que buscar algún simbolito para valorar la impresión negativa que se recibe de algo sin que afecte al portador de la noticia. Pondría un pulgar hacia abajo si no te afectase personalmente a ti, Hispanorromano. Me parece de todo punto incomprensible desde la lógica de la razón, que un partido de vocación nacional y aspiración internacionalista haya podido caer tan bajo como para tener en sus cuadros a gente con este tipo de prejuicios antihispanos y nacionalistas. Cada día tengo más claro que el único sentido de esa formación política es el de confundir y dividir a los españoles por encima de cualquier otra cosa. No llegan ni a la categoría de socialistas, simplemente son un opción de orden caótico.
  15. Sin duda una buena noticia. No tanto como esta otra que recoge hoy Infovaticana donde informan de la reaparición del tal Viganó para seguir sembrando cizaña: https://infovaticana.com/2018/11/13/vigano-reaparece-para-animar-a-los-obispos-americanos-a-que-sean-pastores-valientes/
  16. Video: El Papa Francisco viajará a Marruecos en marzo de 2019 Descipcción: El papa Francisco visitará Marruecos el próximo mes de marzo, según ha informado hoy el Vaticano, aceptando así la invitación previa de Su Majestad el Rey Mohamed VI y de los obispos españoles que presiden las dos diócesis de Tanger y Rabat. La visita de Francisco será la segunda de un papa a Marruecos, además de la que hizo Juan Pablo II en 1985, e incluirá en esta ocasión la visita a las ciudades de Rabat y Casablanca. La Iglesia Católica en Marruecos está compuesta por las archidiócesis de Tánger y Rabat, donde sirven sirven 46 sacerdotes y 180 religiosas comandados por los arzobispos españoles Santiago Agrelo en Tanger, y Cristobal López que ocupa la sede de Rabat desde marzo de este mismo año. La comunidad cristiana en el país vecino cuenta con alrededor de 50.000 cristianos en su mayoría extranjeros residentes en territorio marroquí, procedentes de alrededor de 100 nacionalidades diferentes. La visita del Papa Francisco a Marruecos coincide con la celebración del octavo Centenario de la llegada de los Franciscanos a Marruecos en 1219 y con el Octavo Centenario del encuentro de San Francisco con el Sultán Malik al-Kamil en otoño de 1219 en Damieta, Egipto donde según la tradición franciscana, tras la predicación de san Francisco al Sultan, este le respondió en privado: “Hermano Francisco, yo me convertiría de buena gana a la fe de Cristo, pero temo hacerlo ahora, porque, si éstos llegaran a saberlo, me matarían a mí y te matarían a ti con todos tus compañeros”. Dado el punto estratégico de paso que supone Marruecos en las rutas de inmigración africana a Europa, la presencia de la propia iglesia española dirigiendo las diócesis marroquís, el continuo llamado a la acogida que el Papa ha venido realizando en su pontificado y que se supone expresará también en esta visita, y la cada vez más extensa corriente de opinión antimigratoria que se está extendiendo por España en la que se acusa a la Iglesia de "fomentar la invasión islámica de Europa", esta visita es posible que avive la crudeza de un debate que, lejos de resolverse se encamina hacia extremos complicados. En algunos medios y corrientes de opinión ya comienzan a pronunciarse contra el Papa por haber programado esta visita. Fecha de publicación: 2018-11-13 Categoría: Actualidad y mundo contemporáneo Publicado por: El Español
  17. El papa Francisco visitará Marruecos el próximo mes de marzo, según ha informado hoy el Vaticano, aceptando así la invitación previa de Su Majestad el Rey Mohamed VI y de los obispos españoles que presiden las dos diócesis de Tanger y Rabat. La visita de Francisco será la segunda de un papa a Marruecos, además de la que hizo Juan Pablo II en 1985, e incluirá en esta ocasión la visita a las ciudades de Rabat y Casablanca. La Iglesia Católica en Marruecos está compuesta por las archidiócesis de Tánger y Rabat, donde sirven sirven 46 sacerdotes y 180 religiosas comandados por los arzobispos españoles Santiago Agrelo en Tanger, y Cristobal López que ocupa la sede de Rabat desde marzo de este mismo año. La comunidad cristiana en el país vecino cuenta con alrededor de 50.000 cristianos en su mayoría extranjeros residentes en territorio marroquí, procedentes de alrededor de 100 nacionalidades diferentes. La visita del Papa Francisco a Marruecos coincide con la celebración del octavo Centenario de la llegada de los Franciscanos a Marruecos en 1219 y con el Octavo Centenario del encuentro de San Francisco con el Sultán Malik al-Kamil en otoño de 1219 en Damieta, Egipto donde según la tradición franciscana, tras la predicación de san Francisco al Sultan, este le respondió en privado: “Hermano Francisco, yo me convertiría de buena gana a la fe de Cristo, pero temo hacerlo ahora, porque, si éstos llegaran a saberlo, me matarían a mí y te matarían a ti con todos tus compañeros”. Dado el punto estratégico de paso que supone Marruecos en las rutas de inmigración africana a Europa, la presencia de la propia iglesia española dirigiendo las diócesis marroquís, el continuo llamado a la acogida que el Papa ha venido realizando en su pontificado y que se supone expresará también en esta visita, y la cada vez más extensa corriente de opinión antimigratoria que se está extendiendo por España en la que se acusa a la Iglesia de "fomentar la invasión islámica de Europa", esta visita es posible que avive la crudeza de un debate que, lejos de resolverse se encamina hacia extremos complicados. En algunos medios y corrientes de opinión ya comienzan a pronunciarse contra el Papa por haber programado esta visita.
  18. Español

    Identitarios al asalto y usurpación del tradicionalismo español

    El mundo no aguanta 80 años más con este nivel de polarización, Gerión. Antes ocurre algún evento que lo trastoca todo. Si el progresismo lleva 50 años principando Occidente es por ser heredero de uno de los bandos ganadores de la II Guerra mundial, pero los herederos del bando perdedor dificilmente van a poder recuperar ahora su pérdida pues la deuda de su pasado es demasiado pesada. El proceso es parecido al de la memoria histórica en España pero a la inversa, donde en este caso es la izquierda la que desea recuperar el orden que no logró conservar en el pasado y, a medida que lo intenta, justifica y hace fuerte a su contraparte. Estamos ante la voluntad de los mismos protagonistas de hace un siglo solo que con magnitudes, fuerzas y caras diferentes, y por eso es muy probable que nos dirijamos hacia algún tipo de confrontación de voluntades o evento de donde finalmente surja un orden nuevo a medio plazo, seguramente más justo que el actual en la medida que sepamos identificar a los sujetos y la verdad de las cosas. Supongo que el tiempo para que eso ocurra dependerá de la capacidad de aguantar el orden financiero actual y esto dependerá a su vez de la acumulación de deudas y capacidad de afrontarlas. El tema tiene también su lectura profético teológica si atendemos a la estructura del pensamiento occidental y la importancia que el libro del Apocalipsis ha tenido en la construción de esa estructura. En ese libro se describen tres figuras que al final de los tiempos competiran por el poder y la gloria de este mundo: La bestia, que puede identificarse con´las izquierdas y todas aquellas ideologías y filosofías enraizadas en el materialismo de las cosas. El Falso profeta, que también se puede identificar con aquellas otras ideologías supuestamente ordenadas a una tradición sagrada, aunque desconectada de otra fe que no sea la de los intereses de los hombres, como son los identitarismos raciales y nacionalismos de derechas. Y finalmente el Anticristo o Satanás, que es directamente el sujeto más común identificado con todas esas formas de libertad desconectada de la voluntad de Dios en la que el hombre pretende ocupar así su lugar. Todo eso que no es más que la manifestación del embrutecimiento, el embuste y la mentira en el corazón del hombre, tarde o temprano se enfrenta ante la verdad de su propio destino que es Dios, es decir: La verdad y el significado de la propia vida, y ahí es donde se produce el evento final que trastoca todos los planes.
  19. Español

    Repoblación de los pueblos de la España vacía.

    Yo aún iría un poco más allá del autor cuando plantea esas preguntas al final del artículo, ya que pienso que habría que extenderlas conceptualmente también al ámbito de las regiones donde afortunadamente no hay ese nivel de vacio. Toda la costa mediterránea es un claro ejemplo de un mundo rural abandonado por el estado, pero que en esta caso ha sido reocupado por toda clase de nacionalismos que, aunque lo mantengan vivo, también lo desconectan de su par urbano. El problema es que el estado se da y expresa en términos de concepción y organización cosmopolita, mientras que el mundo rural siempre será de concepción local y orden tradicional. El equilibrio de puente entre esos dos mundos es lo que permite que ambos puedan seguir viviendo pues la pérdida de cualquiera de los dos llevaría al otro hacia su propia desaparición.
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    La paradoja internacionalista

    Esa es una realidad que el cristianismo ya ha observado y perfeccionado durante siglos. La demolición del catolicismo es la meta última de todas esas demoliciones, que se intensifican a partir de la Reforma. Pero el propio catolicismo hizo eso anteriormente con las estructuras de pensamiento y poder previas al cristianismo, solo que en lugar de demolerlas supo aprovecharlas. El problema es entender que el cristianismo sea una mera filosofía porque no es así, y entender esto es premisa para que el patriotismo católico que defendemos en este foro, llegue algún día a recuperar su hegemonía, ya sea en la forma tradicional de la Hispanidad o de un nuevo proyecto que Dios pueda utilizar para extender o defender su hegemonía, pues de eso hablamos cuando hablamos de imperios. Cuando hablamos de filosofías e imperios, hablamos de ideas y deseos de hombres compitiendo entre si por la vida y los recursos pero, cuando hablamos de la fe y voluntad católicas, estamos hablando del imperio de Dios. La filosofía es capaz de observar la esencia de las cosas y proponer significados donde proyectar sus deseos, pero siempre limitados al propio entendimiento. Sin embargo la fe supone dejarse llevar por un entendimiento y voluntad superior, que dota de identidad y significado propios al individuo y lo proyecta en una común-unión universal hacia un futuro sin límites materiales. Es creer realmente que por encima de la voluntad de uno o de todos, hay un entendimiento y voluntad independientes de orden superior y perfecto. Esto es lo que determina la base posterior de todas las relaciones y aspiraciones que se dan en el contexto del imperio. Los grandes emperadores españoles, no lo fueron por sus propios méritos y capacidad de gobernar, cultivadas si se quiere en unos principios católicos, sino porque permitían en mayor o menor medida el gobierno de Dios sobre el imperio. Todas las aspiraciones imperiales de los hombres conducen hacia esa sed de dominio, tan universal como universal es el alma de los hombres, pero todas confuyen en dos aspiraciones básicas, que son el gobierno de los hombres frente al gobierno de Dios. Es una buena idea observar hacia donde conducen esas filosofías actuales para conocer quién se beneficia mayormente de ellas, pues ahí está el enemigo último de la Hispanidad como proyección del imperio de Dios que algún día llegó a ser. Además también nos permite entender el motivo de toda esa deriva del internacionalismo hacia el nacionalismo, en la medida en que los imperios de los hombres se contruyen sabre la materia de las cosas, frente al gobierno de Dios que se extiende desde el significado de las cosas. Cuando el significado último es el individuo y su tiempo, la filosofía acaba colapsando en el propio individuo y sus cosas en la medida que se centra en sí mismo mientras que, cuando el significado último lo da Dios, el individuo y sus obras quedan integrados en él y el imperio se extiende.
  21. Entrevista a Avelina Lesper, crítica de arte mexicana conocida por su reprobación del arte contemporaneo, que a su juicio define como un gran fraude económico y social, que ocasiona en última instancia la pérdida de la inteligencia y la creatividad humana, y la esclavización por tanto de las sociedades a los intereses del mercado. Lleva años denunciado esta crítica aunque recientemente se ha hecho conocida más allá del mundillo del arte por su enfrentamiento con la gente del grafitti, que le ha costado incluso alguna agresión física al denunciar que en la mayoría de los casos, el grafitti no es arte sino complacencia intelectual en el mejor de los casos, y vandalismo en la gran mayoría de ellos. https://www.avelinalesper.com/2018/08/graffiti-complacencia-intelectual-y_11.html También tiene un libro escrito que se puede descargar gratuitamente de su blog. "El fraude del arte contemporáneo" Aunque aborda el tema del arte contemporáneo, creo que la misma crítica puede ser extrapolable a muchos otros ámbitos de la cultura, la política y la sociedad actuales. A fin de cuentas el arte es una de las disciplinas privilegiadas que se mueve en la cúspide de las sociedades y por tanto permite trascender muchos conceptos que luego permean la sociedad.
  22. Español

    El fraude del arte contemporáneo

    A veces me sorprendo cuando descubro de qué forma Dios va enderazando los reglones torcidos de los hombres. En referencia a todo este tema del arte moderno y el fraude ético y estético que supone en gran medida pues, en realidad la mayoría de esas obras se hacen relevantes, no tanto por su contenido artístico sino cuánto más por los intereses económicos que hay detrás (y esto daría para un tema propio dada la conexión entre izquierda política y arte moderno), hay que recordar también que el arte siempre ha estado conectado con el mundo religioso, pues trata de una de las más altas expresiones creativas del hombre y por tanto expresión de su cernacía al verbo Creador. Desde la pinturas rupestres del arte conceptual prehistórico, hasta la aún incabada catedral de la Sagrada Familia de Gaudí, el arte ha manifestado siempre la relación del hombre con el Creador, creando él mismo en esa relación una estructura de comunicación divina. Quizás por este motivo, la degeneración del arte moderno viene dada desde entornos ideológicos mayoritiariamente progresistas y ateos, pues si el arte es la forma intelectualmente más elevada que tiene el hombre de manifestar su cernacía a Dios, también es la forma más elevada que tiene para oponerse al Creador y a las tradiciones que han venido salvaguardando su orden a través de los siglos. Y ahora recordemos en este punto que la palabra "satán" significa literalmente "el que se opone", porque exactamente eso es lo que expresa todo ese arte moderno separado de la concepción religiosa que fundamenta al arte, y por tanto creador de una nueva visión conceptual del mundo donde el hombre ya no refleja a su creador -deja de ser imagen y semejanza- y pasa a querer reflejarse a sí mismo, es decir a ocupar su lugar, a imagen de aquel que llaman "Satán". Cuando Miguel Ángel esculpe la Piedad, amén de transmitir una serie de canónes estéticos de su época, también transmite una esencia superior que sirve para mover a reflexión a cualquier observador. Hace arte con mayúsculas, tanto por la perfecta ejecución de la obra como por su capacidad para transmitir significados elevados que mueven al propio perfeccionamiento del ser humano. Decimos que es arte porque es capaz en definitiva de elevar el pensamiento y el corazón del hombre, trascender su animalidad y acercarlo a su Creador. El sufrimiento más profundo del ser humano, la fe inquebrantable de una madre, el sacrificio perfecto de un hijo, la esperanza de una vida nueva, y sobre todo el Amor en su más alta expresión. Todo cabe y emana de esa obra, ejecutada además con la más perfecta fidelidad a la realidad que cabe elaborar sobre una piedra muerta, como si la propia piedra fuera la expresión de la esperanza en la resurrección del propio artista. Sin embargo, el arte moderno, a menudo se muestra como transgresor y destructor de ese orden natural, y sirve así de plataforma de comunicación de todo concepto opuesto a dicho orden. Por tanto, es una herramienta muy útil para todos aquellos que quieren establecer su propia estructura de poder en el mundo o en cualquier forma alejar al ser su humano de su divinidad o fuente de poder, como siempre pretenden las distintas ideologías ateas. Esta obra de Dalí titulada "El rostro de la guerra" representa, al contrario de la Piedad de Miguel Angel, el terror más profundo y ancestral de la soledad humana, la pérdida de la fe puesta en los monstruos de la razón, la destrucción y muerte de la creación, y sobre todo la consecuencia del odio y la indiferencia, como antítesis del amor, en su más alta expresión que es la guerra. La Iglesia se ha valido del arte para "poder reflejar la fe y transmitirla por generaciones" por tanto, el arte es una "herramienta de poder y control social" muy antigua, incluso prohibida durante el tiempo del Antiguo Testamento dada su capacidad de conducir al hombre por caminos equivocados. Con los siglos, muchas obras artísticas sacras, han llegado a producir emociones y condicionantes humanas que ni el mismo autor pensó que podrían ocasionar en los demás, siglos después incluso de haber muerto el artista. Podría decirse que, Dios se vale de nuestras creaciones (o visiones de él) para llegar hasta los lugares y tiempos que escapan de nuestra sencilla imaginación, como muestra por ejemplo una de las más importantes obras de arte sacro realizada por Velazquez: La Coronación de la Virgen, que refleja la más alta aspiración humana de entronización celestial, nada menos que en la figura de la mujer, siglos antes de la aparición del feminismo. Ni el más furibundo feminista podría concebir pretensión semejante, dicho sea de paso. No obstante todo, el arte sigue siendo lo que es, a pesar de que haya artistas que se empeñen hoy en llevar a su público por auténticos despeñaderos conceptuales. Sigue habiendo artístas hoy que, a pesar de que los cánones artísticos de nuestro tiempo no sean los del Renacimiento que expresaba Miguel Ángel, por estar más condicionados por la realidad destructiva del S.XX y la incertidumbre siempre abundante de un mundo liberal sin otro relato común que el darwinismo, sin embargo también como entonces tratan de ejecutar, según los cánones actuales, ese mismo acto creativo que acerca al hombre a Dios y le mueve a la reflexión sobre su cercanía con el creador. A continuación rescato un artículo del pasado año donde se habla de tres artistas contemporáneas que hacen arte religioso, según los cánones actuales: La pregunta entonces sería, ¿Sigue siendo el arte sacro, creación y expresión de lo sagrado? ¿Es precisamente esa la función del arte, conectar al hombre con Dios, es decir, con la perfección del ser? De ser así, cada obra capaz de conectar un alma con el Creador, podría ser considerada arte en su más alta definición. E igualmente, todo aquello que por el contrario busca privar al hombre de su filiación divina, podría considerarse anti-arte o arte destructor, independientemente de la época o situación en la que se produzca.
  23. Español

    El fraude del arte contemporáneo

    Esa es una realidad que en el fondo viene de lejos. En Alicante tenemos el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante), que es una de las más importantes y completas muestras de arte contemporáneo que se exhiben permanente en toda España, con centenares de obras de artistas de talla internacional como Dalí, Picasso, Miró, Tapies, Chillida, Juan Gris, Kandinsky, Chagall, Equipo Crónica o muchos otros de reconocido renombre. El museo se abrió en 1977, con la colección que legó la familia de un reconocido artista alicantino, Eusebio Sempere, y desde entonces se ha ido ampliando hasta situarla entre las más importantes de España. El edificio del museo, que data del S.XVII, está en pleno casco antiguo de la ciudad, un lugar de paso obligado para turistas y visitantes situado junto a la basílica de Santa María, que es el templo más antiguo de la ciudad edificado sobre las ruinas de la mezquita mayor de la antigua ciudad musulmana en el S. XIV. Quiero decir con todo esto que, tanto el museo como el enclave, gozan del mayor de los privilegios y mejor situación posibles en Alicante, y está considerado por muchos como la joya de la corona de la ciudad sin embargo, desde su fundación hasta la fecha, lo normal es que el museo esté vacio, salvo las visitas concertadas de colegios e institutos, y pese a la ingente cantidad de dinero invertida en promocionarlo durante todos estos años. Simplemente la gente ha venido pasando del MACA desde su origen. Ahora le han incluido una biblioteca y otras actividades pero ni con esas. No entraré en detalles pues no es lugar ni modo pero, tengo una relación estrecha de amistad con personas que trabajan allí o que han desempeñado funciones organizativas en el museo y siempre que nos vemos sale el tema de conversación con la misma queja y pregunta por su parte ¿por qué a nadie le interesa el arte que se expone en ese museo? Para mi está claro, el MACA siempre fue una imagen de marca turística pero a ellos les sigue pesando el relumbrón que he tratado de sintetizar líneas atràs, y la idea de estar a la vanguardia de la modernidad artística, como si eso por si mismo tuviese algún valor. Lo que no es capaz de levantar emociones, transmitir armonía o mover a la reflexión profunda (no la de las gónadas sino la otra), no es arte sino comercio. Si queréis echarle un vistazo al museo: MACA Basílica de Santa María con el MACA al fondo
  24. Se te olvidó citar mi reflexión en tu respuesta. Da la impresión de que tu respuesta ha quedado algo descontextualizada.
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