elprotegido
-
Publicaciones
743 -
Registrado
-
Última visita
-
Días Top
51
Publicaciones en foros publicados por elprotegido
-
-
Relanzo este tema, pues me encuentro últimamente leyendo informaciones sobre el peronismo. A cada momento el fenómeno peronista me parece más fascinante. Incluso diría que considero a Perón como uno de los gobernantes hispánicos más sobresaliente del siglo XX pues, en muchos sentidos, afirmo que Perón consiguió realizar en la práctica aquello que la Falange soñó y no pudo aplicar.
Intentaré ir actualizando el hilo si encuentro informaciones interesantes. También sería de enorme interés si algún hipotético lector argentino conocedor del tema quisiera dar su visión del asunto (fuera personista o antiperonista).
-
Conozco el blog que ha publicado el artículo.
Estoy de acuerdo con la mayoría de las críticas que se formulan allí a los libertarios.
Estoy también de acuerdo con los puntos negativos que has señalado e incluso añadiría otros. Para empezar, a pesar de tener razón en algunas afirmaciones, el conservadurismo no consigue nunca arreglar gran cosa, precisamente por no tener una visión de conjunto y a largo plazo de la situación. Los episodios de conservadurismo suelen ser momentos de paréntesis en la historia, en los que no se producen alteraciones destructoras/revolucionarias en la sociedad pero tampoco se intentan acometer grandes metas ni atacar los problemas profundos. De hecho, es indudable que el último gran sistema conservador que existió en España no fue otro que el franquismo, que cumple precisamente todo lo anterior.
Por otro lado, observo que el conservadurismo del autor de ese blog tiene un regusto anglosajón que me resulta bastante repelente. Creo que la anglofilia acabo siendo incompatible con el patriotismo español, por ser el mundo anglosajón opuesto y enemigo al hispánico.
Pero sí, estoy de acuerdo en que estos conservadores son, a pesar de todo, bastante más válidos que la mayoría de la derecha que ha quedado en España. El problema del conservadurismo clásico español es más bien su implementación concreta y su errada concepción de la realidad, no tanto los principios doctrinales, que muchas veces son correctos.
-
Los identitarios deben estar de luto.
-
Los mensajes de Inés, bastante interesantes, creo que se prestan a una reflexión de carácter general (que no creo que se aplique al caso de nuestra conforera Inés) sobre matrimonio y demás:
Hoy vemos que, en muchos casos, lo que ocurre es que muchas personas no llegan a casarse ni a comprometerse del todo porque de manera consciente o inconsciente esperan a alguien mejor que está, supuestamente, por aparecer. De manera idealista esperan que se den una serie de pasos y circunstancias, por lo general muy complicadas, para contraer matrimonio. Este fenómeno parece darse con mayor incidencia entre mujeres que hombres, pues éstos últimos también suelen rechazar el matrimonio por otros motivos.
Este problema existía en menor medida antes de la demolición del matrimonio cristiano, pues la opción de probar a convivir y demás sin estar casados era imposible. La visión menos romántica (en el sentido filosófico), por más apego al realismo, de las épocas pasadas protegía sin duda a las personas de tirar su vida (y su alma) por la borda en base a perseguir entelequias y espejismos. Algo que, desgraciadamente, me temo que ocurre hoy en muchos casos.
Generalmente no se dice (aunque me suena que @Hispanorromano tiene algún mensaje al respecto) pero lo que ha traído la libertad sexual y demás es una mayor soledad y frustración, aunque pueda parecer paradójico según los canónes actuales. Sin duda, la idea cristiana del matrimonio encierra un propósito claro y un profundo conocimiento de la naturaleza humana (como no podría ser de otra manera), que es en lo esencial invariable en función del tiempo.
Naturalmente, esta reflexión no significa que no haya habido en la historia matrimonios muy desdichados. Pero, más allá de ejemplos particulares, el panorama general da un diagnóstico claro.
-
hace 19 horas, Hispanorromano dijo:El tema que planteas es muy interesante. En las guerras civiles siempre afloran rencillas personales, injusticias y abusos de poder como el que describes y que pueden lastrar a varias generaciones. Por eso conviene evitar las guerras civiles. De guerrear, mejor con algún país extranjero.
En la última guerra civil, las directrices del entonces máximo responsable de Falange, el cántabro Manuel Hedilla, fueron claras. En el discurso radiofónico de la Nochebuena de 1936 decía lo siguiente:
Está claro que no le hicieron mucho caso. Pero la Falange estaba descabezada (sus máximos dirigentes habían muerto) y anegada por elementos ajenos, y el propio Hedilla sería encarcelado poco después. Las directrices de Hedilla están ahí y no pueden ser más claras.
Mis familias paterna y materna fueron represaliadas por los rojos y simpatizaban claramente con el bando nacional. Sin embargo, también fueron testigos de actuaciones poco limpias. Por ejemplo, a cierto cónsul mexicano que salvó a mi abuelo paterno -y a muchos otros nacionales- jugándose el tipo, en la posguerra se le quiso procesar por masón. Si el hombre fue masón o no, no lo sé, pero en el momento que arriesgó su vida para salvar a muchos católicos resulta estúpido que le quisieran represaliar.
Mi abuelo materno fue fusilado en Paracuellos al poco de empezar la guerra; su esposa, embarazada, y el resto de hijos quedaron en territorio controlado por los rojos hasta el final de la guerra. Al quedar en territorio rojo, la ciudad fue bombardeada por la aviación nacional. ¿Qué habría pasado si una de esas bombas hubiese matado o herido a alguno de estos familiares? Pues aunque simpatizasen con el bando nacional, quizá habrían desarrollado algún tipo de animadversión hacia el naciente régimen, y creo yo que sería comprensible.
No fue el caso. Pero sí que tuvieron algún problema. Rojos incrustados en el nuevo régimen (de ese tipo de rojos que se las arreglan para estar bien en todos los regímenes) acusaron falsamente mi abuela, viuda de guerra, de estraperlo. Su hijo mayor, falangista convencido, llegó a pedir a ayuda a P. Canales, que aunque tenía algunos cargos en el régimen también era el jefe de la Falange clandestina. Se solucionó el tema porque la acusación era falsa. Pero ya ves que hasta las rencillas y las injusticias podían alcanzar a los propios nacionales. Por cierto, no sé sabe cómo, pero a mi pobre abuela, viuda al cargo de cinco niños, gente incrustada en los "vencedores" se las arregló para ir poniendo a su nombre numerosos terrenos que ella había heredado de su familia. Un expolio en toda la regla contra el que mi pobre abuela, tan atareada como estaba sacando adelante a cinco niños, no tuvo tiempo ni ganas de protestar o impugnar, de lo buena que era.
Una guerra civil siempre trae aparejadas este tipo de rencillas. Mucha gente con mal fondo aprovecha para saciar viejos odios y pescar en río revuelto, tanto en el bando perdedor como en el ganador. Creo sinceramente que Franco no hizo lo suficiente para evitar o mitigar estos problemas. Aun así, estos problemas se van a dar inevitablemente en toda guerra civil, por lo que conviene evitar una guerra de ese tipo a toda costa. España no se puede permitir otra guerra civil: si de las anteriores nos las hemos arreglado para salir adelante cada vez más debilitados, la próxima guerra civil probablemente sería la defunción definitiva de España.
¿Qué hacer si esas rencillas no se han extinguido o vuelven a aflorar ahora, entre familias diferentes o dentro de una misma familia? Pues creo que la pauta la marca Hedilla. Si en diciembre de 1936, cuando España ardía y eran habituales los asesinatos y los saqueos más terribles, Hedilla llamaba a sembrar el amor y a ser generosos con los oponentes, ¿no habría mayor razón para hacer lo propio pasados ochenta años de aquello?
Además, yo tendría en cuenta una cosa: todo el que trabaja para producir un conflicto civil o para perpetuarlo, sea de izquierdas o de derechas, está conspirando contra España. De modo que el patriotismo exige no alimentar conflictos estériles ni perpetuar conflictos pasados. Un patriota no busca el conflicto con el resto de sus compatriotas; antes bien, trata de amortiguarlo y procurar que se cierren las heridas. Si ama a España.
Terrible historia la de tus familiares. En mi caso, en mi familia eran o bien simpatizantes del bando nacional o bien indiferentes/apolíticos. En cualquier caso, estuvieron en zona nacional durante todo el conflicto y no sufrieron represalias. Una suerte, sin duda.
Una guerra civil es sin duda algo trágico y que en ningún caso fortalece a la Nación, sino que la debilita. Desear un conflicto civil para poder ganar influencia y poder es profundamente maquiavélico y hasta nihilista; todo lo contrario de lo que debería guiar al que quiere servir a España. Con esto no digo que cuando se llega a un punto de no retorno no sea lícito (y hasta una obligación) tomar las armas. Pero el quid de la cuestión es que hay que intentar evitar a toda costa llegar a ese punto en el que la guerra intestina y el conflicto civil son inevitables.
-
Bienvenido, Jesús David.
-
Bienvenido, Parvulo. Estoy seguro que podrás dejar mensajes muy interesantes en el foro.
-
Bienvenido Haymaq.
-
Bienvenida, Inés. Muy interesantes tus mensajes.
-
Añadiría también que ha sido @Gerión quien ha venido afirmando en repetidas ocasiones que este foro no sirve a los propósitos que a él le interesan.
La realidad es que, antes de eso, sus contenidos siempre fueron valorados positivamente por quien estuvo de acuerdo y nunca un mensaje suyo fue censurado. Fue de hecho invitado a participar aquí desde otro foro, y su condición de ateo era ya entonces conocida por todos y no supuso ningún problema entonces. La cosa podría haber continuado así de haberlo querido él.
En cualquier caso, lo que no se puede pretender es alterar la línea de un foro que han montado (y sufragado) otros, y luego cabrearse cuando no se ha conseguido. Es simplemente eso lo que ha pasado aquí.
-
hace 20 horas, elprotegido dijo:Estoy de acuerdo en que el apoyo de algunos izquierdistas hacia el islam es en clave puramente maquiavélica. Obviamente, no les gusta el islam -y de hecho son contrarios a él en los países de mayoría islámica-, más bien pretenden usarlo de ariete contra el cristianismo y, a la vez, crear tensiones y discordias dentro de la sociedad. Si dejamos que su treta distorsione el análisis, nos habrán ganado.
Se me olvido añadir: El apoyo que, por su parte, el sector pagano/identitario presta en ocasiones al Catolicismo obedece a una lógica muy similar.
-
hace 1 hora, Vanu Gómez dijo:Fijaos cómo en el fondo el pensamiento del carlista V. de Mella en realidad es bastante optimista, pues confía plenamente en la capacidad humana -eso sí, mientras haya apego a la Fe- de lograr el progreso, que según él no es otra cosa que tradición de lo alcanzado por los anteriores más lo que se va construyendo sobre ello.
El problema llega que en cuanto se alcanzan ciertos estándares materiales el reblandecimiento de costumbres -por lo que vamos viendo- va favoreciendo el ´desapego a la Fe. Ahí se sientan las bases para revertir el proceso. No creo que se necesitan más de cuatro generaciones en estas circunstancias para que una sociedad ateizada/hedonizada entre en descomposición.
Si nos vamos a la temática del foro, resulta que tras las exitosas -en números, al menos- reformas borbónicas se alcanzaron las mayores cotas de riqueza en los virreinatos y a su vez los mayores registros del quinto real al que tenía derecho la Corona. Unos cuantos lustros después ya teníamos a parte de las élites de ultramar totalmente entregadas a la ambición, de ahí al separatismo y de ahí a la ruína, pocas décadas después.
La derecha tradicional no se opone al progreso técnico y material, sino que advierte que ese no puede ser el motor de una sociedad ni el objetivo al que subordinar todo lo demás, pues de ahí a idolatrar el becerro va un paso.
Franco creyó que el desarrollismo sería la solución al desgarro civil tras la guerra, que lo mejor era no meterse en política--> erró, el agradecimiento de quienes lo experimentaron y descendientes es cero o tirando a negativo.
Rajoy pensaba que lo importante era la gestión económica y que las cuestiones ideológicas mejor que se ocupe la izquierda--> erró, nadie se preocupó en las siguientes elecciones de mirar sus indicadores a la hora de votar.
Como hoy día podemos comprobar, el trauma de la guerra civil no pudo ser borrado con prosperidad material. Muy por el contrario, una vez solucionado lo urgente y material comenzaron a aflorar los resentimientos del alma y hoy día los cabecillas de la izquierda solo tienen en mente conseguir la victoria moral reescribiendo la historia y por imposición legal. Todos hemos visto cómo de repente, cosas en las que nadie pensaba o había caído, volvían a ser revividas por conocidos, amigos o incluso familia que se convirtieron en reproductores de un resentimiento generacional transmitido en la intimidad de los hogares.
Prosperidad material? Tecnología?Progreso técnico? Sí, pero ojo, sin ponderarlos fuera del auténtico orden jerárquico de valores. Hay cosas del alma y del espíritu que permanecen inmutables desde Caín y Abel hasta nuestros días, estemos o no más avanzados técnicamente. Quizás la necesidad no es que nos haga mejores moralmente y, en realidad, solo mantenga alejado a un tipo de vicios, porque vileza también ha habido y mucha en épocas de miseria.
Muy de acuerdo.
-
hace 14 horas, Vanu Gómez dijo:como decía, mi vieja sospecha sobre la sospechosa amistad izquierdil con los musulmanes puede tener como maquiavélico objetivo el rechazo a la ensennanza del catolicismo en las escuelas, lo cual sería su auténtico objtivo.
este donjulianismo estaría siendo implícitamente seguido por la derecha ateizada, a la que en el fondo también le molestaría una Espanna católica.
la confluencia de ambos parece inevitable en este aspecto, a lo cual ayuda la condición de las nuevas generaciones, de uno y otro bando.
los identitarios utilizan mayoritariamente la Cruz como instrumento identitario, lo que quieren es recuperar es la Espanna ateizada pre inmigración, como si en ella no estuviera la siembra de lo que luego vino.
modernos donjulianes.
Estoy de acuerdo en que el apoyo de algunos izquierdistas hacia el islam es en clave puramente maquiavélica. Obviamente, no les gusta el islam -y de hecho son contrarios a él en los países de mayoría islámica-, más bien pretenden usarlo de ariete contra el cristianismo y, a la vez, crear tensiones y discordias dentro de la sociedad. Si dejamos que su treta distorsione el análisis, nos habrán ganado.
-
Aunque pueda sonar a anatema, la verdad es que contra el laicismo se podría hacer causa común con algunos musulmanes. El falso derecho a la blasfemia, la propaganda de sexualidad degenerada en el colegio y el laicismo en general, conciernen tanto a cristianos, musulmanes, judíos e incluso personas de otras creencias, por lo que en esta cuestión -y no necesariamente en otras- deberían, por pura lógica, poder colaborar entre sí.
[Eso no significa dejar de criticar al islam ni dejar de reconocer que España debe ser un país católico. Creo que ya quedaba sobreentendida esta matización. ]
Sin embargo, la mayoría de veces no suele verse así, al considerarse dentro de la derecha que la confrontación contra el islam debe ser sin concesión alguna. Algo que podría tener su pase si se estableciera una confrontación de intensidad similar contra ateos, judíos, paganos, protestantes... Pero, al no ser ni por asomo así, cabe deducir que estamos ante la instrumentalización de la Religión para otros fines distintos.
-
Sí, quizá fui algo injusto en mis apreciaciones, pues quizá lo que critico quizá no es algo consustancial al carlismo sino más bien exageraciones de algunos carlistas que no representan necesariamente al conjunto.
En cualquier caso, ya digo que mi opinión sobre el carlismo y el tradicionalismo español es más bien favorable.
-
Yo no soy un tradicionalista/carlista, sino más bien falangista. Coincido contigo en algunas de tus críticas hacia los tradicionalistas, como por ejemplo su desprecio y rechazo a toda intervención del Estado. No queda claro como pretenden suplantar el papel del Estado, pues a él contraponen una difusa ideología basada en la idealización y la mixtificación del papel de los fueros históricos. Como bien dices, esta postura les lleva a terrenos peligrosos, lindantes con los alucinados libertarians USanos.
También es conocida su peculiar postura en el asunto del separatismo catalán, según la cual éste es la consecuencia de un supuesto centralismo liberal separador y cuya solución pasaría por federalizar todavía más el Estado.
Ya que conoces el foro hispanismo.org, si te interesa el tema de los fueros te recomiendo leer este hilo, y particularmente las intervenciones (críticas hacia el foralismo carlista) del forero ALACRAN, quien, según puede deducirse, es bastante especialista en este tipo de cuestiones:
http://hispanismo.org/politica-y-sociedad/11616-los-fueros-en-la-espana-del-siglo-xxi.html
Todo esto es lo que suelo criticarle al tradicionalismo/carlismo. Con todo ello, sigue tratándose de un cuerpo de ideas esencialmente reaccionario y contrarrevolucionario y, como tal, es positivo aprovechable en gran parte.
Por supuesto, no considero tradicionalistas a personajes como Julius Evola, René Guénon o a movimientos como la Nouvelle Droite. Éstos son más bien infiltrados del campo progresista. En efecto, no debe llevar a engaño el uso torticero de las etiquetas: La tradición de estas gentes consiste en pasar por encima de 2000 años de Cristianismo (esto es, de la verdadera Tradición) para reencontrar las supuestas esencias del mundo (pagano) europeo, que es lo que sería verdaderamente sustantivo, lo que verdaderamente tendría valor y, por tanto, lo único que merecería conservarse. Postura ésta completamente suicida que lleva sin demasiado recorrido al anticristianismo, al identitarismo, al tribalismo, al racismo y en definitiva al ateísmo (no conozco el caso de un solo neopagano que realmente crea en la falsa religión que dice profesar).
Las palabras tradición y tradicionalismo no significan nada si no llevan un apellido detrás. El tradicionalismo que merece la pena es el tradicionalismo (católico) hispánico, cuyo cuerpo lo constituye, no exclusivamente, el carlismo. Pueden ser a menudo interesantes los movimientos tradicionalistas/reaccionarios (católicos) de otros países católicos, siempre con el discernimiento necesario. Más allá de todo eso, hay que tener mucho cuidado con todo lo que se pretenda tradicionalista, pues al final esta palabra significa casi nada por sí sola.
-
Bienvenido.
-
Menos mal que el muro lo iba a pagar Méjico.
-
Bienvenido, Santoser.
-
Bienvenido jfpedrera.
-
Bienvenido, Roberto.
-
hace 1 hora, Isaac Peral dijo:Vale, creo que ya entiendo por dónde vas, te refieres con capitalismo a sistemas apátridas dónde el beneficio económico está por encima de la moral y la nación, en el fondo no pensamos tan diferente aunque usemos distinta terminología.
Sí, por ahí iba yo.
-
hace 9 horas, Isaac Peral dijo:Propiedad privada y un mínimo de libertad económica hay en todos los sistemas menos el comunista, yo hablaba más de estructuras, unas estructuras que surgen en la Baja Edad Media y acaban por superar a las preexistentes, tampoco he dicho que fuesen iguales en una época y en otra, ni que estuviese puro, evidentemente no es lo mismo en su fase primitiva que siglos después cuando ya se ha desarrollado, igual se puede ver mejor lo que quiero decir con los ejemplos de sociedades capitalistas industriales no liberales:
Mismamente el franquismo, es un sistema que se basó en la economía de mercado rrgulada en base a los principios del gobierno eso sí, no totalmente libre, pero bueno es que la actual también está regulada en base a lo que se quiere defender ahora, con servicios sociales públicos (que es un concepto moderno que el primero en aplicarlo fue Bismarck), jamás intentó recuperar ningún elemento del "Antiguo Régimen de los que fueron desapareciendo, salvo que consideremos a la monarquía como uno de ellos, pero por lo demás, no se planteó en ningún momento recuperar los fueros, la institución de la servidumbre (ni mucho menos la esclavitud), se regía completamente por el trabajo asalariado y la empresa privada y en parte la pública, pero con un gran peso la privada, tampoco se intentó recuperar sociedad estamental, los privilegios nobiliarios, se recuperaron los reconocimientos nobiliarios previos a la Segunda República, pero eso tenía privilegios protocolarios y poca cosa más, nada especialmente relevante, se inició un concordato con la Iglesia que, sí, es algo más favorable a la Iglesia que el de 1851 pero tampoco es que sea una diferencia exageradísima, y así con todo lo demás, vamos, que eso lo ve un señor del siglo XVIII y no lo reconoce, igual que uno del siglo VIII no reconocería lo que vino luego en la Baja Edad Media y la Moderna, y no lo digo por los cambios técnicos si no porque las estructuras son muy distintas, lo que veo entre la sociedad de hace 60 años y la actual son grandes diferencias sociales, religiosas, filosóficas, éticas y políticas, pero las estructuras son más o menos las mismas, y pasaría exactamente lo mismo si hablásemos de cualquiera de los otros ejemplos que puse, por eso al liberalismo lo veo más por ahí.
No sé si se entiende bien lo que quiero decir, pero bueno.
Si nos ceñimos a la segunda definición la sociedad actual tampoco sería liberal, pues hay todo tipo de regulaciones laborales, sociales, medioambientales, e incluso "economía de género" y demás cosas progres del estilo, y además en la mayoría de países occidentales tenemos todo el paquete de servicios públicos de pensiones, sanidad, educación, servicios sociales, etcétera. Ese liberalismo económico puro se dió en parte en el siglo XIX y aún se da en algunos países tercermundistas, pero en el resto ya hace tiempo que pasó a la historia.
Ahora en Occidente y parte del resto del mundo el liberalismo es más una cuestión ética, filosófica, política, social, que otra cosa, e incluso el socialismo ha mutado en lo mismo y poca diferencia hay entre los de izquierdas y los de derechas, pero porque ahora han abandonado sus ideas y adoptado las del progresismo, que son las que dominan.
Respondiendo a lo último, es cierto que el liberalismo es una cuestión filosófica. Pero eso tiene sus consecuencias en el plano económico. De hecho los liberales son los que continuamente llevan toda discusión al terreno económico y, en gran parte, basan su crítica a la izquierda en esta cuestión económica.
Es cierto que el modelo económico actual no es puramente capitalista, gracias a Dios. Precisamente por esto es criticado por los liberales más ortodoxos, porque consideran que toda limitación de la libertad económica es perniciosa. Y en toda la derecha hay una serie de mantras que llevan precisamente a abominar de cualquier regulación sobre la economía (y no tan solo la "hiperregulación" de ésta, que por supuesto yo también critico).
Al final, como dije, es cuestión de convenciones y de terminología. El dogma principal en el terreno económico debería ser el de las limitaciones de tipo moral -o por intereses nacionales- sobre el comercio y la propiedad, el cual colisiona con el liberalismo.
-
Al final lo que ocurre es que la palabra capitalismo está muy manida. En mi opinión, pueden darse dos definiciones:
- Para los comunistas es capitalista cualquier régimen en el que exista el derecho a la propiedad privada y una cierta libertad económica, independientemente de cualquier tipo de limitación que el Estado pueda estar imponiendo sobre esos derechos.
Obviamente, tomando esta definición tan amplia de capitalismo, la sociedad del Antiguo Régimen habría sido capitalista, como lo habría sido el fascismo y, en definitiva, todo lo que no sea comunismo.
- Otra cosa es si entendemos el capitalismo como sinónimo de liberalismo económico, esto es, la doctrina según la cual no deben ponerse trabas -o deben ponerse las menos posibles- a la acumulación de bienes y al intercambio entre particulares. En particular, el liberalismo propugna que el funcionamiento de la economía no puede estar restringido debido a principios religiosos, morales, sociales o incluso por intereses nacionales. Para el liberalismo, no puede haber ningún efecto regulador sobre el interés individual de cada individuo de la sociedad, pues la confluencia e interacción entre ellos llevará a la sociedad al mayor estado de bienestar y felicidad posibles.
Bajo esta segunda definición de capitalismo, éste no habría regido en el Antiguo Régimen (el español por lo menos) ni el fascismo sería capitalista. En ambos casos se veía a la propiedad privada y a la libertad económica como algo potencialmente benigno y beneficioso para la sociedad siempre y cuando existiera una limitación y una guía moral sobre esos derechos. Bastante diferente, pues, al comunismo y el socialismo (que aborrecen hasta la idea más básica de propiedad), pese a la asociación bastante persistente entre que vemos hacer en los últimos tiempos por parte de los liberales, especialmente en lo tocante a una supuesta equivalencia -que, como vemos, no es tal- entre comunismo y fascismo* en el terreno económico.
Naturalmente, yo soy partidario de tomar la segunda definición de capitalismo. La definición más marxista es la típica división sectaria de la realidad que por pretender abarcarlo todo al final no explica nada. Va de suyo que, de acuerdo con esta convención terminológica, yo soy anticapitalista. Si, en cambio, se tomara la primera definición como la buena, yo sería capitalista.
*proponer una definición de fascismo también sería interesante aquí, pero mejor lo dejo para otra ocasión.
Preocupantes brotes de violencia incipiente.
en Debate de actualidad
Publicado
Bueno, es sin duda un tema complejo.
Con toda seguridad, en mayo del año que viene seguiremos en la crisis sanitaria del coronavirus de Wuhan y necesariamente con restricciones de algún tipo, aunque espero que hayamos podido salir del atolladero con dos encierros domiciliarios (el de primavera y el otro ligeramente más laxo de ahora, que casi seguramente se empezará a implementar España en algún momento de las próximas semanas) y que no deban recurrir a un tercero, aunque no pondría la mano en el fuego. Pero al final el Gobierno debe empezar a fijar objetivos a muy largo plazo en este asunto, por lo cual pienso que la decisión de poner un estado de alarma hasta mayo es la correcta, desgraciadamente. Obviamente hay que vigilar que no se pasen de la raya y nos cuelen asuntos turbios, no relacionados con el virus chino, de tapadillo.
Yo estoy, como todos, también bastante frustrado por este asunto. No me gusta, naturalmente, tener restricción de movimientos. Tener que estar encerrado en casa se me hace algo duro. Entendí, sin embargo, el primer confinamiento domiciliario por la ausencia de tests, equipo médico, preparación, etc. Pero sinceramente confié en que se lograría preparar exitosamente un plan a largo plazo para evitar tener que recurrir a una medida tan destructora de nuevo*. No ha sido así.
En cualquier caso, parece más bien que la sociedad en su conjunto hemos vivido en un estado de negación de la realidad y no hemos reconocido que evitar un segundo encierro domiciliario requería una vigilancia y esfuerzo mucho mayores a los que se han hecho (obviamente, la mayor parte de responsabilidad recae en gobiernos y partidos políticos). Vigilancia y esfuerzo que quizá no se puedan esperar de una sociedad atomizada en la que no existen vínculos comunitarios sólidos, gobierne la izquierda o gobierne la derecha. Hay en occidente gobiernos de cualquier signo para elegir y ver que no hay tanta diferencia entre lo que pasa en los países respectivos. Una sociedad más sana y cohesionada quizá podría haberse organizado para cuidar y aislar únicamente a las personas mayores y frágiles, sin tener encerrar al conjunto se la población. Ojalá hubieran existido el coraje y la energía para poder aplicar una medida así con visos de ser exitosa. Pero mucho me temo que en la sociedad tan individualista y cortoplacista en la que vivimos, una medida así estaría abocada al fracaso y originaría una catástrofe aún mayor.
Como dijo @Hispanorromano, al menos este suceso puede servirnos para reflexionar y poder distinguir lo que es verdaderamente importante de lo que no lo es.
*Intuyo que un encierro domciliario algo relajado, al estilo del que acaba de empezar en Francia, llegará muy pronto a España, al menos en la mayoría de comunidades autónomas. Me alegraría mucho equivocarme.