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Contenido popular

Mostrando el contenido mejor valorado el 14/08/20 en Publicaciones en foros

  1. 20 puntos
    Hay una película brutal al hilo de todo esto: La Fuga de Logan. Es la historia distópica de una humanidad del futuro que se carga a la gente al cumplir los 30 años. Cuando era pequeña la peli me hacía gracia, porque he sido muy aficionada a la ciencia ficción (aún lo soy), pero a la luz de los últimos 30 años ya no me hace gracia. Me parece profética y me da miedo.
  2. 10 puntos
    es lo que dije en un mensaje anterior e igual pasó desapercibido--> cuestión terminológica. aquí nos referimos al capitalismo en el sentido del "dominio del capital", los alemanes tienen una palabra "autóctona" en su historiografía que es "Geldherrschaft", el dominio del dinero o plutocracia. lo hemos comentado en otros hilso, la cuestión terminológica está en el origen de muchos malentendidos a la hora de discutir algo--> la palabra "liberal" y "liberalismo" es otro de los ejemplos, aún más confuso que el de "capital" y "capitalismo" yo, por ejemplo, cuando hablo de "liberalismo" suelo tomar el significado que tenía en el siglo XIX espannol o el que le da la DSI.
  3. 10 puntos
    Creo que De Prada en parte tiene razón, pero no seré quién se la otorgue toda. Una de las cosas que más me disgusta de este hombre, es su costumbre de señalar ampulosamente con el dedo a los demás desde su púlpito, costumbre por cierto muy aplaudida entre sus seguidores. Conozco personas que son muy "fans" de este escritor, y debo añadir que se trata de gente que a menudo tiene en su boca las típicas expresiones: "Que ascazo de sociedad", "País de pandereta" o "Lo que pasa es que la gente es gilipollas" sic. No sé pero, a la larga me aburren bastante este tipo de personas que solo ven el mal de los demás, y se engordan señalándolo todo con un lenguaje refinado que mitigue su conducta y concluya dictaminado la excrecencia ajena a la par que la excelencia propia. D. José Manuel me parece uno de esos tipos que alimenta esa conducta, aunque a veces denuncie cosas muy acertadas. Sobre el contenido de su artículo, me parece caricaturesco que apele a las obligaciones naturales, refiriéndose al abandono de los mayores en residencias de ancianos, para acabar desnudando y devorando a las familias que se han visto en esa situación, mientras cubre de paja la irresponsabilidad pública de las administraciones que, primero han incentivado esa desafección familiar, y posteriormente han dejado en el abandono a esas personas, sean del color que sean. Porque, si bien es cierto que existe una desafección, cada vez mayor, hacia nuestros mayores, también lo es que TODOS los programas políticos con recursos para gobernar, promueven un estilo de vida que obliga a las familias a deshacerse de sus mayores, cuando no a olvidarse directamente de toda responsabilidad moral. ¿Acaso la responsabilidad pública concluye en la mera gestión de los recursos públicos? ¿Acaso liberalismo y socialismo no abundan en un modelo de sociedad, donde el anciano que ya no es productivo, económica o políticamente, sobra? Y si a eso le añadimos la dejación en la obligación que tienen de velar por las condiciones de vida dignas de estas personas en las residencias, lo que nos encontramos es un mal mayor, mucho más grave que la supuesta desafeccción familiar de quién se ha visto obligado, por los motivos que sean, a dejar a sus ancianos en uno de esos "moritorios" que señala el autor. En mi familia nunca hemos internado a ninguno de nuestros mayores en una residencia. Todos han muerto en sus casas rodeados de los suyos, o a lo sumo en un hospital, con la familia esperando en la sala de espera. He tenido la dicha de acompañar hasta el final a algunos de ellos, en casa, cogidos de la mano. Y digo dicha porque es la forma en que a mi me gustaría morir, en casa, respetado y acompañado de la gente que me quiere. Así que, poder haberlo hecho por ellos para mi es una gran dicha porque, soy de los que creo que la muerte es un tránsito hacia la eternidad y no el final. Pero muchísimas personas, millones, han pérdido esa fe y esa posibilidad. Se les ha hecho creer, desde la escuela, que todo en la vida es satisfacer el deseo de tener y disfrutar. Que la vida acaba tras la muerte, y que la vejez que ya no produce satisfacción es un estorbo a desechar. Y les han dicho que eso se llama Estado del Bienestar, y que para mantenerlo deben hipotecar sus vidas y vivir encerrados en "pequeñas jaulas donde poner sus huevos a diario", hasta el final. Jaulas donde no caben los abuelos, ni hay tampoco oportunidad para reflexionar o cuestionarse el modo de vida al que se obliga a vivir. Y así se han visto obligados en su mayoría a meter a sus mayores en residencias, siguiendo de buena fe, en la mayoría de casos, los dictados de una sociedad enferma, porque está dirigida por psicópatas y embusteros que la gobiernan a través de ideologías creadas al efecto. La obtención de riqueza y poder. Sociedad enferma, sociedad víctima. Lo de la muerte de los ancianos en las residencias durante la pandemia, abandonados, sedados y sin posibilidad de ver a sus familiares, no es más que otra metáfora de cómo han organizado la sociedad aquellos en quienes hemos depositado nuestras esperanzas de vida. Políticos e ideólogos. Así es que, yo no comparto que se deba señalar con el dedo a las familias, pues las familia es la principal víctima de este modelo de sociedad que nos obligan a vivir ya que, fuera de ese modelo del bienestar moderno, no se permite la alternativa. Creo que el Sr. De Prada acierta en la parte del diagnóstico, pero se equivoca profundamente señalando a la cabra como culpable, cuando aquí el que acorrala y mata siempre fue el lobo.
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