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Hispanorromano

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HIstorial de publicaciones de Hispanorromano

  1. Hispanorromano

    racismo Gobineau, padre de los identitarios

    Por casualidad he descubierto que Gobineau, en el prólogo que escribió para la segunda edición de su obra, reclamó la paternidad de las ideas de Darwin. Antes de que se me olvide, cito en este magnífico hilo de @elprotegido el párrafo en cuestión, tomado del Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas editado en la Barcelona roja durante la Guerra Civil (1937): No está claro que Darwin hubiese leído el Ensayo, y es probable que se trate de una fanfarronada de Gobineau. Habría que investigar el tema en detalle. Pero de lo que no cabe duda es de que Gobineau se sentía representado por las ideas de Darwin o al menos estaba orgulloso de ese "mundo nuevo" que había ayudado a alumbrar.
  2. Hispanorromano

    La heterodoxia está de moda

    Traslado al foro el primer capítulo de Herejes, una colección de ensayos breves de G. K. Chesterton. Este fragmento trata sobre la necesidad que tiene todo hombre y sociedad de tener una filosofía o una religión a la que supedite sus actuaciones. De cómo esta filosofía o cosmovisión tiene un profundo impacto en la evolución de la sociedad —en la deshumanización que observamos en los últimos tiempos— y por ello no es una cuestión en la que se deban respetar todos los puntos de vista. También nos habla del ridículo afán que tenemos en nuestra época por presentarnos como «heterodoxos», lo que vale tanto como «herejes», «disidentes» o «políticamente incorrectos». En otras épocas más recias, todo el mundo —incluso los herejes— se esforzaban por presentarse como «ortodoxos». La palabra «ortodoxia» no tenía la carga peyorativa que ha adquirido en nuestra época, en la que todo el mundo prefiere presentarse como «heterodoxo», porque lo «rebelde» vende y suena chic. Creo que esto dice mucho de nuestra época, de su desdén por la verdad, de su falta de sentido trascendente y de su impostada rebeldía, que en realidad es conformidad: todos estamos conformes en que somos «inconformistas» y nadie quiere ser «ortodoxo». Somos heterodoxos, pero en rebaño. El texto es algo largo para lo que se estila en internet, pero como merece mucho la pena, creo que lo acabaréis leyendo, o al menos echándole un vistazo a las partes que he señalado en negrita. —————————————————— Curiosamente, nada expresa mejor el enorme y silencioso mal de la sociedad moderna que el uso extraordinario que hoy día se hace de la palabra «ortodoxo». Antes, el hereje se enorgullecía de no serlo. Herejes eran los reinos del mundo, la policía y los jueces. Él era ortodoxo. Él no se enorgullecía por haberse rebelado contra ellos; eran ellos quienes se habían rebelado contra él. Los ejércitos con su cruel seguridad, los reyes con sus fríos rostros, los decorosos procesos del Estado, los razonables procesos de la ley; todos ellos, como corderos, se habían extraviado. El hombre se enorgullecía de ser ortodoxo, de estar en lo cierto. Si se plantaba solo en medio de un erial ululante era algo más que un hombre; era una iglesia. Él era el centro del universo; a su alrededor giraban los astros. Ni todas las torturas sacadas de olvidados infiernos lograban que admitiera que era un hereje. Pero unas pocas frases modernas le han llevado a jactarse de ello. Hoy, entre risas conscientes, afirma: «Supongo que soy muy hereje»; y se vuelve, esperando recibir el aplauso. La palabra «herejía» ya no sólo no significa estar equivocado: prácticamente ha pasado a significar tener la mente despejada y ser valiente. Ello sólo puede indicar una cosa: que a la gente le importa muy poco tener razón filosófica. Pues sin duda un hombre debería preferir confesarse loco antes que hereje. El bohemio, con su corbata roja, debería defender a capa y espada su ortodoxia. El dinamitero, al poner una bomba, debería sentir que, sea o no otra cosa, al menos es ortodoxo. Por lo general, resulta una necedad que un filósofo prenda fuego a otro en el mercado de Smithfield por estar en desacuerdo con sus teorías sobre el universo. Eso se hacía con frecuencia en el último periodo de decadencia de la Edad Media, y se erraba por completo en el objetivo. Pero hay algo infinitamente más absurdo y poco práctico que quemar a un hombre por su filosofía, y es el hábito de asegurar que su filosofía no importa, algo que se practica universalmente en el siglo XX, en la decadencia del gran periodo revolucionario. Las teorías generales se condenan en todas partes: la doctrina de los derechos del hombre se contrapone a la doctrina de la caída del hombre. El propio ateísmo nos resulta demasiado teológico hoy día. La revolución misma es demasiado sistemática; la libertad misma, demasiado restrictiva. No deseamos generalizaciones. Bernard Shaw lo ha expresado en un epigrama perfecto: «La regla de oro es que no hay regla de oro». Cada vez más nos ocupamos de los detalles en el arte, la política, la literatura. Importa la opinión de un hombre sobre los tranvías, sobre Botticelli. Pero su opinión sobre el todo no importa. Puede mirar a su alrededor y explorar un millón de objetos, pero no debe, bajo ningún concepto, dar con ese objeto extraño, el universo, pues si lo hace tendrá una religión, y se perderá. Todo importa, excepto el todo. Apenas hacen falta ejemplos de esta total levedad en relación con el tema de la filosofía cósmica. Apenas hacen falta ejemplos para constatar que, sea lo que sea lo que creemos que afecta los asuntos de índole práctica, no creemos que importe que un hombre sea pesimista u optimista, cartesiano o hegeliano, materialista o espiritualista. Permítanme, no obstante, escoger un caso al azar. En torno a cualquier mesa inocente, tomando un té, es fácil oír a un hombre decir: «La vida no merece la pena». Lo aceptamos como quien acepta la afirmación de que el día es soleado. Nadie piensa que eso pueda repercutir gravemente en el hombre o en el mundo. Y, sin embargo, si esas palabras fueran ciertas, el mundo se pondría patas arriba. A los asesinos les concederían medallas por librar a los hombres de la vida, a los bomberos se los denunciaría por impedir la muerte; los venenos se usarían como medicinas; se llamaría a los médicos cuando la gente se sintiera bien, las sociedades filantrópicas serían erradicadas como hordas de asesinos. Y, sin embargo, nunca especulamos sobre si ese pesimista fortalece o desorganiza la sociedad, pues estamos convencidos de que las teorías no importan. Esa no era precisamente la idea de quienes nos introdujeron a la libertad. Cuando los viejos liberales suprimieron las mordazas de todas las herejías, su idea era que, de ese modo, pudieran producirse descubrimientos religiosos y filosóficos. Para ellos, la verdad cósmica era tan importante que todos debíamos poder aportar nuestro testimonio independiente. La idea moderna, por el contrario, es que la verdad cósmica importa tan poco que nada de lo que nadie diga sobre ella es relevante. Aquéllos liberaron la investigación como quien libera a un perro noble; éstos la liberan como quien devuelve al mar un pez incomestible. Jamás ha habido tan poco debate sobre la naturaleza del hombre como ahora, cuando precisamente, por primera vez, todos pueden debatir sobre ella. Las viejas restricciones implicaban que sólo a los ortodoxos se les permitía abordar el tema de la religión. La libertad moderna implica que no se permite a nadie abordarlo. El buen gusto, la última y más vil de las supersticiones humanas, ha logrado silenciarnos allí donde el resto había fracasado. Hace sesenta años era de mal gusto ser ateo reconocido. Luego llegaron los seguidores de Bradlaugh, los últimos hombres religiosos, los últimos para quienes Dios era importante. Pero no pudieron hacer nada; hoy sigue siendo de mal gusto ser un ateo declarado. Pero su agonía sólo ha conseguido que hoy sea también de mal gusto ser un cristiano declarado. La emancipación sólo ha logrado encerrar al santo en la misma torre de silencio que ocupaba el heresiarca. Y entonces hablamos de lord Anglesey y del tiempo, y decimos que esa es la absoluta libertad de los credos. Con todo, hay personas –entre las que me cuento– que creen que lo más práctico e importante de los hombres sigue siendo su concepción del universo. Creemos que para la propietaria de una casa de huéspedes que esté pensando en aceptar a un nuevo inquilino es importante conocer sus ingresos, pero más importante aún es conocer su filosofía. Creemos que para un general a punto de luchar contra el enemigo es importante conocer la filosofía de dicho enemigo. Creemos que la cuestión no es si la teoría del cosmos influye sobre las cosas, sino si, a largo plazo, hay alguna otra cosa que influya sobre ellas. En el siglo XV, los hombres interrogaban y torturaban a otros por predicar actitudes inmorales; en el siglo XIX, jaleamos y elogiamos a Oscar Wilde por predicar esa misma actitud, y después le rompimos el corazón al condenarlo por llevarla a la práctica. Tal vez pueda cuestionarse cuál de los dos métodos resulta más cruel, pero no cuál resulta más descabellado. La época de la Inquisición, por lo menos, no vivió la vergüenza de crear una sociedad que convirtió en ídolo a un hombre por predicar las mismas cosas por cuya práctica le condenaron. Hoy, en nuestro tiempo, la filosofía o la religión, es decir, nuestra teoría sobre las cosas más elevadas, ha sido expulsada, más o menos simultáneamente, de dos de los campos que ocupaba. Los ideales generales dominaban la literatura. Y han sido expulsadas de ella al grito de «el arte por el arte». Las ideas generales también dominaban la política. Y han sido expulsados de ella en aras de la «eficiencia», al grito de lo que podría traducirse libremente por «la política por la política». Con gran persistencia, a lo largo de los últimos veinte años, los ideales de orden y libertad han menguado en nuestros libros; la ambición de ser ingeniosos y elocuentes ha disminuido en nuestros parlamentos. La literatura se ha vuelto deliberadamente menos política; la política se ha vuelto deliberadamente menos literaria. Y así, las teorías generales sobre la relación que existe entre las cosas han desaparecido de ambas. Y estamos en posición de preguntar: «¿Qué hemos ganado o perdido con esta desaparición? ¿Es mejor la literatura, es mejor la política, tras haber descartado al moralista y al filósofo?». Cuando todo lo que respecta a un pueblo se vuelve débil e ineficaz, se empieza a hablar de eficacia. Lo mismo sucede cuando el cuerpo de un hombre zozobra; entonces ese hombre, por primera vez, empieza a hablar de salud. Los organismos vigorosos no hablan de sus procesos sino de sus metas. No puede haber mejor prueba de la eficacia física de un hombre que cuando habla alegremente de un viaje al fin del mundo. Y no puede haber mejor prueba de la eficacia práctica de una nación que cuando habla constantemente de un viaje al fin del mundo, un viaje al Día del Juicio y a la Nueva Jerusalén. No hay mayor señal de absoluta salud material que la tendencia a perseguir alocados ideales; es durante la primera exuberancia de la niñez cuando pedimos la luna. Ninguno de los hombres fuertes de las eras fuertes habría comprendido el significado de «trabajar para la eficacia». Hildebrand no habría dicho que trabajaba para la eficacia, sino para la Iglesia católica. Danton no habría dicho que trabajaba para la eficacia, sino para la libertad, la igualdad y la fraternidad. Incluso si el ideal de esos hombres era, simplemente, echar escaleras abajo a otros hombres de un puntapié, pensaban en las metas, como hombres, y no en los procesos, como paralíticos. No decían: «Elevando con eficacia mi pierna derecha, usando, como constatará, los músculos del muslo y la pantorrilla, que se hallan en perfecto estado, yo...». Ellos sentían las cosas de otro modo. Se hallaban tan impregnados de la hermosa visión del hombre a los pies de una escalera, que en ese éxtasis el resto seguía como un destello. En la práctica, el hábito de generalizar e idealizar no significaba en absoluto sucumbir a una debilidad mundana. La época de las grandes teorías era época de grandes resultados. En la era del sentimiento y las buenas palabras, a finales del siglo XVIII, los hombres eran en realidad robustos y eficaces. Quienes vencieron a Napoleón eran unos sentimentales. Los cínicos no atraparían ni a De Wet. Hace cien años eran los retóricos quienes dirimían, triunfantes, nuestros asuntos, para bien o para mal. Ahora, nuestros asuntos los confunden, irremediablemente, hombres fuertes y silenciosos. Y del mismo modo en que ese repudio a las grandes palabras y las grandes visiones ha generado una raza de hombres de escasa talla en política, también ha alumbrado una raza de hombres de escasa talla en las artes. Nuestros políticos modernos se abrogan la licencia colosal de un césar y un superhombre, defienden que son demasiado prácticos para ser puros, y demasiado patrióticos para ser morales; pero el resultado de todo ello es que un mediocre llega a ministro de Economía. Nuestros nuevos filósofos artísticos exigen la misma licencia moral, una libertad para destrozar cielo y tierra con su energía; pero el resultado de todo ello es que un mediocre llega a poeta laureado. No digo que no existan hombres más fuertes que éstos, pero ¿diría alguien que existen hombres más fuertes que aquéllos de la antigüedad, dominados por su filosofía y comprometidos con su religión? Puede discutirse si el compromiso es mejor que la libertad. Pero a cualquiera le resultaría difícil negar que su compromiso dio más frutos que nuestra libertad. La teoría de la inmoralidad del arte se ha establecido con firmeza entre las clases estrictamente artísticas. Tienen libertad para producir lo que se les antoje. Tienen libertad para escribir un Paraíso Perdido en el que Satán venza sobre Dios. Tienen libertad para escribir una Divina Comedia en la que el cielo se halle bajo el suelo del infierno. ¿Y qué han hecho? ¿Han producido, en su universalidad, algo más grande y más hermoso que las palabras pronunciadas por el aguerrido católico gibelino, por el rígido maestro de escuela puritano? Sabemos que sólo han creado unas pocas redondillas. Milton no sólo los supera en devoción, los supera también en su propia irreverencia. En todos sus librillos de poemas no hallarán un mejor desafío a Dios que el que pronuncia Satán. Ni encontrarán un sentimiento de paganismo tan imponente como el que sintió aquel fiero cristiano que Farinata describió irguiendo mucho la cabeza en desdén del infierno. Y la razón es obvia. La blasfemia es un efecto artístico, porque depende de una convicción filosófica. La blasfemia depende de la creencia, y se desvanece con ella. Si alguien lo duda, que se siente y trate de provocarse ideas blasfemas sobre Thor. Creo que sus familiares lo hallarán, transcurridas unas horas, en un estado de fatiga extrema. Así pues, ni en el mundo de la política ni en el de la literatura, el rechazo a las teorías generales ha demostrado ser un éxito. Tal vez hayan existido muchos ideales descabellados y engañosos que, de vez en cuando, han desconcertado a la humanidad. Pero no ha existido, sin duda, un ideal en la práctica más descabellado y engañoso que el ideal de la practicidad. Con nada se han perdido más oportunidades que con el oportunismo de lord Rosebery. Él es, ciertamente, un símbolo viviente de esta época: el hombre que es, en teoría, un hombre práctico, y en la práctica, menos práctico que un teórico. Nada en el universo resulta menos sensato que esa veneración por la sabiduría mundana. Un hombre que no deja de pensar en si esta o aquella raza son fuertes, en si esa o aquella causa resultan prometedoras, es el hombre que jamás creerá en nada el tiempo suficiente como para que se imponga aquello en lo que cree. El político oportunista es como el hombre que deja de jugar al billar porque le han ganado al billar, que deja de jugar al golf porque le han ganado al golf. No hay nada que debilite más, en lo referido a las perspectivas de trabajo, que esa inmensa importancia que se da a la victoria inmediata. No hay nada que fracase tanto como el éxito. Una vez he descubierto que el oportunismo fracasa, me he sentido inclinado a estudiarlo con más detenimiento y, al hacerlo, he visto que no puede ser de otro modo. Percibo que es mucho más práctico empezar por el principio y discutir de teorías. Veo que los hombres que se mataron por la ortodoxia del homoousion eran mucho más sensatos que quienes discuten sobre la Ley de Educación. Pues los dogmáticos cristianos trataban de establecer un reino de santidad, y de definir, en primer lugar, lo que era realmente sagrado. Pero nuestros modernos pedagogos tratan de establecer una libertad religiosa sin determinar antes qué es religión y qué es libertad. Si los antiguos sacerdotes forzaban a la humanidad a comulgar con un juicio, al menos, previamente, se tomaban la molestia de acotarlo. Perseguir a causa de una doctrina sin siquiera estipularla es algo que ha quedado para las turbas modernas de anglicanos e inconformistas. Por estas razones, y muchas más, yo, concretamente, he llegado a creer en el regreso a lo fundamental. Esa es la idea general de esta obra. Deseo discutir con mis más distinguidos contemporáneos, no sólo personalmente o de un modo meramente literario, sino en relación con el cuerpo real de la doctrina que enseñan. A mí no me interesa Rudyard Kipling en tanto que prolífico artista o personalidad vigorosa; a mí me interesa en tanto que hereje, es decir, en tanto que hombre cuya visión de las cosas tiene la osadía de diferir de la mía. No me interesa Bernard Shaw en tanto que uno de los hombres vivos más brillantes y más sinceros; a mí me interesa en tanto que hereje, es decir, en tanto que hombre cuya filosofía es bastante sólida, bastante coherente, y bastante equivocada. Regreso a los métodos doctrinales del siglo XIII, inspirado en la confianza general de lograr algo. Supongamos que en la calle se produce una conmoción general por algo, digamos que por una farola de gas, con la que muchas personas influyentes pretenden acabar. Un monje de hábito gris, que es el espíritu de la Edad Media, es convocado para que dé su opinión, y empieza por decir, a la manera ardua de los escolásticos: «Consideremos en primer lugar, hermanos míos, el valor de la luz; si la luz, en sí misma, es buena...». Llegado a este punto, la gente, no sin excusarse, se aleja de él. Todos se acercan apresuradamente a la farola que, en cuestión de diez minutos, acaba en el suelo. Y se felicitan unos a otros por su practicidad nada medieval. Pero con el tiempo se ve que las cosas no resultan tan fáciles. Hay gente que ha derribado la farola porque quería instalar luz eléctrica; otros porque prefieren las viejas, de hierro; otros porque desean que reine la oscuridad y poder, de ese modo, obrar mal. Algunos creen que no basta con derribar una farola; otros, que ya es demasiado; algunos han actuado porque querían destruir el mobiliario municipal; otros, porque querían destruir algo. Y en medio de las tinieblas estalla la guerra, y nadie sabe contra quién lucha. De modo que, gradual e inevitablemente, hoy, mañana, pasado, regresa la convicción de que el monje tenía razón y de que todo depende de cuál sea la filosofía de la luz. La diferencia es que lo que podríamos haber discutido a la luz de la farola de gas, nos vemos obligados a abordarlo a oscuras. G. K. Chesterton, Herejes, cap. I, Comentarios introductorios sobre la importancia de la ortodoxia.
  3. Pongo el enlace directo al artículo de Tercio que mencionabas: La Identidad Mexicana y el siempre buscar el empequeñecimiento También me ha gustado esto que ha escrito Tercio hace unos días: Retrospectiva 2020: El año para odiar a La Ciencia - Mundo Republiqueto Me parecen particularmente acertadas estas afirmaciones:
  4. Hispanorromano

    Hilo dedicado al "Periódico La Esperanza", de la Comunión Tradicionalista.

    No se puede porque las entradas las inserta todas el administrador en vez de la persona que firma el artículo. Lo ideal es que lo insertase la persona que firma cada artículo (aunque esta labor la puede hacer también el administrador) y así, pinchando sobre su nombre, aparecerían todos los artículos que ha firmado. Es un aspecto técnico o de diseño que podría mejorar La Esperanza.
  5. Hispanorromano

    Hilo dedicado al "Periódico La Esperanza", de la Comunión Tradicionalista.

    Por lo que veo, La Esperanza funciona como un "agregador" de los mejores contenidos que publican los círculos de forma dispersa, además de añadir algún contenido propio. Es una excelente idea. Este Roberto Moreno escribe bien y suele dar en la diana.
  6. Nietzsche parece ser el filósofo favorito del siglo XX y también del XXI. Le gusta por igual a anarquistas, comunistas, izquierdistas de toda laya, nazis, identitarios y libertarios, por el contenido subversivo de sus escritos contra el cristianismo. Pero también hay amplios sectores conservadores, y hasta católicos, que tienen en alta consideración a este «filósofo», agarrándose a tal cual aforismo que les suena bien a sus oídos. Sea cual sea tu ideología, Nietzsche tiene un aforismo para ti. El truco está en ignorar el resto de aforismos donde articula pensamientos criminales. Me propongo dar a conocer en este foro algunos aforismos de Nietzsche que no suelen citar sus admiradores. El aforismo 206 de Aurora es una joya, aunque recomiendo prestar especial atención a la segunda parte, donde se queja de que Europa está demasiado poblada y les recomienda a los obreros europeos que emigren para que dejen de contaminar el paisaje, que ya se encargarán ellos (los superhombres) de importar inmigrantes que trabajen como insectos y sepan resistir el dolor, ya que vosotros, obreros europeos, sólo sabéis quejaros: ¡Qué exquisita delicadeza hacia los obreros europeos! ¡Qué bellos sentimientos hacia la humanidad! Se entiende que la izquierda tenga en tan alta estima a Nietzsche y que para los identitarios sea su santo patrón.
  7. Desde hace una década se ha puesto de moda hablar del "Plan Kalergi" en las derechas. Con este eslogan se quiere dar a entender que hay un plan perfectamente orquestado (por los judíos, según algunos) para acabar con la raza blanca mezclándola a la fuerza con otras razas con más melanina, y que dicho plan fue delineado originalmente por el político e intelectual austriaco Richard Coudenhove-Kalergi. Resumiré brevemente lo que pienso de ese "Plan": 1) Es una absoluta patraña: no existe ni ha existido nunca ningún plan de esas características. La patraña tiene por objeto promover el racismo y poner las bases de una "guerra racial" que haga saltar a Europa por los aires. 2) El origen de la patraña está perfectamente localizado: procede del neonazi austriaco Gerd Honsik, que escribió un delirante libro en el que le adjudicaba la paternidad de dicho plan a Coudenhove-Kalergi. La obsesión racista de Honsik, junto con su escaso CI, le hizo malinterpretar alguna frase que había escrito Kalergi, y en función de eso se montó toda una teoría de la conspiración que ahora está por todas partes en internet. 3) Richard Coudenhove-Kalergi era un político bastante afín a la derecha, con cierta simpatía por el fascismo italiano (con cuyo líder se entrevistó y en cuya prensa tenía abierta una tribuna) y muy bien visto por la prensa española del Movimiento, durante el franquismo. 4) Podríamos hacer el experimento de traer un artículo de Kalergi sobre el tema de la raza blanca y publicarlo, sin decir que es de él, en algún foro, como BBJ, donde creen en ese "Plan". Estoy seguro de que lloverían los aplausos por parte de los racistas de BBJ, por lo que al final, cuando revelásemos quién es el autor del artículo, se producirían grandes carcajadas y el owned del siglo. 5) Es absolutamente lamentable, e indicativo de la confusión que reina en esta época de internet, que esta teoría pergeñada en los bajos fondos del neonazismo anticristiano y lunático haya pasado rápidamente a toda la derecha y especialmente a sectores católicos, con la inestimable ayuda de Infovaticana, Infocatólica y otros chiringuitos del fariseísmo conservador, que al parecer no entienden que esa absurda teoría de la conspiración, aunque fuese cierta, sería incompatible con la cosmovisión católica. Pero como muchos no me van a creer, voy a ceder la palabra a Ernesto Milá y Laureno Luna, dos ideólogos identitarios que, sin embargo, reconocen que todo esto del "Plan Kalergi" es una tremenda patraña urdida por un tramposo o, en el mejor de los casos, por una persona muy limitada. ERNESTO MILÁ militó en diversos grupos nacional-revolucionarios del tardofranquismo; de ahí pasó a Fuerza Nueva y finalmente al Frente de la Juventud. Más tarde estuvo en los inicios de Democracia Nacional y de ahí pasó a España 2000, para dedicarse finalmente a la escritura. Introductor en España de Julius Evola, de la Nueva Derecha y del identitarismo. Milá cree que lucha política debería orientarse a combatir la inmigración, excluyendo cualquier otro tema, y considera que el mestizaje degenera la raza blanca. Sin embargo, piensa lo siguiente del Plan Kalergi, en un alarde de honradez que no es frecuente en esos ámbitos: Ni que decir tiene que a Milá le llamaron de todo por decir eso, de "traidor a la raza blanca" para arriba. Se ha convertido en "políticamente incorrecto" decir que lo del Plan Kalergi es una patraña. Bonus sobre Soros: LAUREANO LUNA fue dirigente de la agrupación neonazi CEDADE. Más tarde participó en la fundación del partido identitario Democracia Nacional, de cuyo manifiesto fundacional fue autor. Dejó la militancia, aunque sigue escribiendo libros y se le ha visto apoyando el Hogar Social Madrid. Como resulta obvio de su currículum, es contrario a la inmigración y al mestizaje. Sin embargo, opina lo siguiente del "Plan Kalergi": Bonus sobre Rockefeller, "marxismo cultural" y Soros: Pues en esas estamos. Una delirante teoría, pergeñada por un neonazi de escasas luces y cuya intención racista se ve a las claras, se expande por internet como la pólvora y encuentra acomodo hasta en ambientes católicos, de la mano del infovaticano P. Manuel Guerra. Ningún intelectual católico o de la derecha tradicional se ha dignado rebatir tan estúpida y peligrosa teoría después consultar las fuentes. ¡Si lo he leído en internet será verdad! Han tenido que ser dos identitarios entrados en años los que denuncien discretamente el montaje a pesar de que les beneficia políticamente, alarmados por la dimensión que estaba cobrando el bulo entre sus seguidores. Aunque por desgracia no han tenido mucho éxito: el bulo sigue más vivo que nunca y así seguirá; porque la estructura de internet favorece su propagación, porque la verdad ya no le importa a casi nadie (sobre todo en la derecha) y porque la mayoría prefiere construirse una realidad virtual a la medida. Esta publicación ha sido promocionada como contenido independiente
  8. Hispanorromano

    Eugenesia y racismo: cosas de progres

    ¿Quién escribió este simpático libro publicado en 1957? Algún lector pensará que el autor era nazi, sobre todo teniendo en cuenta que el libro se publicó en 1957, cuando se supone que la eugenesia había quedado desacreditada por el uso que habían hecho los nazis de ella. Os presento al Doctor Georg Friedrich Nicolai: Ya veis que nuestros doctor era todo un progresista. En realidad, la eugenesia nunca quedó desacreditada y siguió siendo defendida por los progresistas después de la Segunda Guerra Mundial, con subterfugios o sin ellos. Unas breves pinceladas de su pensamiento, que ni mucho menos agotan el catálogo barbaridades contenidas en ese libro de 1957: De todas formas, el tema es más amplio que la simple recolección de evidencias que muestran que la eugenesia, el racismo y en general el determinismo biológico son de raigambre progresista. Fijaos en el título del libro: "La eugenesia como gloriosa culiminación de la medicina". ¿No da que pensar? ¿Es posible que la medicina moderna, al no sujertarse a la teología, derive necesariamente en eugenesia? Yo creo que sí. Lo estamos viendo ahora mismo con la legalización de la eutanasia: los médicos que han protestado se pueden contar con los dedos de la mano. Y casi todas las protestas se centran en que se les deje la posibilidad de objetar a la participación en tales procedimientos más que en evitar su legalización. En pocos casos cuestionan que se apruebe la ley. Y allá por los años treinta, cuando médicos como Amparo Poch o Isaac Puente defendían la eutanasia en términos descarnados, sin la hojarasca humanitaria con que hoy se pretende encubrirlos, ningún compañero pidió que se les expulsase del colegio de médicos. Porque al fin y al cabo son compañeros de profesión. Y es más importante ayudarse entre "compañeros" que el bien de la sociedad.
  9. Hispanorromano

    Nietzsche, amigo de los obreros y «filósofo» favorito de los identitarios

    Nietzsche nos regala estos bellos pasajes sobre el islam y el cristianismo en el epígrafe 60 de El Anticristo: ¡Qué barbaridad! ¡No puedo imaginar a un filósofo más idóneo para estos identitarios que se presentan como neocruzados que quieren salvar a Occidente de las garras del islam! Pero bueno, en realidad esto lo que demuestra es que su neocruzada es más falsa que los billetes del Monopoly. Que en realidad son paganos, como su filósofo de cabecera Nietzsche, y que solo quieren usar el cristianismo como antes intentaron usar al islam.
  10. Como los católicos que juegan en España a negar o a banalizar la pandemia coronavírica tienen como gran ídolo a Putin, y rezan por las intenciones de él antes que por las del Papa, me parece interesante hacerles llegar este vídeo, producido por la cadena estatal RT, en el que muestran cómo tratan a los clérigos que desafían la "verdad oficial" en este tema del coronavirus o se entregan a las teorías de la conspiración:
  11. Hispanorromano

    Ernesto Milá y Laureano Luna explican la verdad del "Plan Kalergi"

    Pues si tienes tiempo y ganas, sería interesante para mí que comentes qué clase de ideas y opiniones has escuchado en familiares y amigos. Ya sabes que estoy haciendo un estudio de campo :) Iker Jiménez es muy cuco y lo que hace es no mojarse en los temas más polémicos, para los cuales utiliza a Enrique de Vicente o a algún otro invitado. Lleva también a alguien que expone la postura razonable (por ejemplo, en el caso del "Plan Kalergi", creo que llevó a una periodista negaba la idea con débiles mimbres). Y luego él se mantiene en un aparente equidistancia. Pero es un truco ya muy visto. Expongo una barbaridad y, para evitar quedar en evidencia, traigo a alguien que la niega, aparentando así que me limito a dar voz a la gente para que cada cual se forme su opinión. Pero es un engaño poner en pie de igualdad a alguien que dice que la Tierra es plana y a alguien que lo niega. Con eso lo que está haciendo es promocionar la idea de la Tierra plana. Veámoslo con otro ejemplo más radical: no puedo llevar a alguien que sostiene que hay que matar a los negros y luego a otro que dice que no; no son dos posturas igualmente legítimas, y lo que se busca es promocionar únicamente la primera postura en horario de máxima audiencia. Iker está jugando con la ventana de Overton a sabiendas. Iker sabe que al final el efecto que produce es éste: Por cierto, me quedé impactado con esta noticia sobre Alemania: ¿Pasarán a la acción en España?
  12. Hispanorromano

    debate El mercado del agua

    Me parece un disparate que el agua cotice en bolsa. En mi ciudad, el agua llega de un consorcio público regional, y creo que ocurre lo mismo en el resto de España. No sé cómo funciona el tema en Hispanoamérica. Entiendo que el agua es un recurso tan vital y tan de primera necesidad que debe ser siempre un recurso público y no debe dejarse que su extracción o titularidad esté en manos privadas o, peor aún, en manos privadas y extranjeras.
  13. Hispanorromano

    Tema del Sahara Occidental.

    No sé, es que son decisiones tan irregulares, que ha tomado Trump en tiempo de descuento una vez que había perdido las elecciones, que no sabemos si Biden las revocará. Aunque desde luego sólo caben interpretarse en clave de hostilidad hacia España por parte de EEUU/Trump. Pero no hay mal que por bien no venga y a enemigo que huye, puente de plata.
  14. Hispanorromano

    historia Aktion-T4 anarquista: Lo que en verdad la izquierda entendía por 'eutanasia'

    El prestigioso médico anarquista Isaac Puente sostenía que había que aplicar la eutanasia a los que padeciesen alguna enfermedad mental incurable (cuestión harto subjetiva en la que entraba hasta el alcoholismo): A esto se le llama cortar por lo sano: acabar con la enfermedad matando al enfermo. Pero para eso no hacía falta que estudiéis una carrera, médicos. Por cierro, Isaac Puente es otro de los ilustres médicos que tienen dedicadas calles en España y quizá también centros de salud. Las comisiones de memoria histórica le homenajearon hace unos años por haber sido fusilado por los nacionales y pedían recuperar su cuerpo de las cunetas. Pero yo creo que si don Isaac era partidario de mandar a sus pacientes a las cunetas, lo más honrado es que él mismo les haga compañía en esas cunetas. Esto era lo que entendía la profesión médica por 'eutanasia' hace ochenta años. Y también lo que entendía la izquierda. No hay ninguna razón para creer que, por arte de magia, hoy ese concepto designa otra cosa muy distinta. Además, en esta ley que aprueba ahora PSOE-Podemos-Cs se han incluido cláusulas específicas para que la eutanasia se les pueda aplicar a pacientes psiquiátricos. No digan que no estaban avisados.
  15. Contra el clero se han lanzado siempre bulos. En los prolegómenos de la Guerra Civil algún desalmado dijo que repartían caramelos envenenados a los niños de Madrid. Durante la revolución liberal a alguien le dio por decir que envenenaban las aguas. No son nuevos los bulos contra curas y clérigos. Pero internet ha hecho que estos bulos se transmitan con mayor rapidez y alcancen una mayor difusión. Desde que me conecté a internet, recuerdo que circulaba con profusión una foto de unos supuestos sacerdotes formando una especie de pelotón de fusilamiento en una plaza de toros. Con la foto se quería dar a entender que los sacerdotes no tenían problema en mancharse las manos de sangre, para "fusilar obreros" y ese tipo de sandeces que les gusta decir a los anticlericales. Yo sabía que era un bulo, ya que esa foto, por sí misma, no prueba nada. Y las posibilidades son inmensas: que sea una foto tomada de una película anticlerical; que los que salen en la foto sean rojos disfrazados, a los que les gustaba vestirse de curas en sus correrías de la Guerra Civil; que sea una especie de broma con fusiles de juguete o de verdad; que formase parte de algún tipo de instrucción militar obligatoria; que a unos pocos curas, sin conocimiento de sus superiores, se les fuese la olla, etcétera. Ya digo, esa foto se podría explicar de muchas maneras y por sí misma no es prueba de nada. La imagen es esencialmente mentirosa, a diferencia de lo que cree el hombre contemporáneo, que la toma por artículo de fe. Hace tiempo leí en un blog que la foto pertenecía a una plaza de toros que se demolió antes de la Guerra Civil, con lo que el bulo ya se quedaba algo cojo. Pero ahora llega de Maldito Bulo una refutación exhaustiva de ese bulo que, en forma de imagen, tanto ha hecho para que las nuevas generaciones de españoles odien a la Iglesia católica: De nuevo, agradezco a Maldito Bulo, colectivo periodístico de izquierdas, que haya rebatido este terrible bulo, que lo único que buscaba es promover el odio contra la Iglesia y poner a los sacerdotes en el disparadero. Este tipo de bulos se tradujeron en asesinatos de sacerdotes durante la Guerra Civil, así que los bulos no son una cosa inocua. Les honra que hayan desmontado este bulo a pesar de que seguramente no tienen una buena opinión de la Iglesia, como les honra que desmontasen en su día otro persistente bulo relacionado con la Falange. Demuestran con esto que, a pesar de que todos tenemos nuestras ideas políticas y religiosas que influyen en nuestros juicios, podemos esforzarnos por ser objetivos y juzgar las cosas con ecuanimidad. Lo lograremos o no, pero hay que intentarlo. Si hay una forma de salir del permanente conflicto civil al que parece abocada España, será con actitudes como ésa, que rompen el circulo vicioso del "nosotros contra ellos". Hay una siniestra derivada del asunto, que también se planteó en el bulo sobre la Falange, y que nos habla del inmenso potencial destructivo de los bulos, de su capacidad para dividir y corromper a la sociedad. Mucha gente falangista se creyó aquel bulo y asumió como propio el montaje de la Sección Femenina, que en realidad sólo buscaba caricaturizarlos. Confirmaron así esos sedicentes falangistas que en realidad siempre habían sido una caricatura de la verdadera Falange -una caricatura elaborada por la izquierda a la que decían oponerse-, pero el daño ya estaba hecho y pervivirá durante generaciones. Y es que ni siquiera tomaron nota de que era un bulo; de hecho, llegaron a asegurar desde una cuenta oficial que Maldito Bulo mentía al calificar de bulo aquel texto que tanto daño había hecho a la causa falangista. Por desgracia, con esta foto de los seminaristas haciendo la instrucción militar ha pasado una cosa parecida. Hace tiempo comprobé con gran tristeza que algunas personas de derechas, una católicas y otras no, reivindicaban esa foto en las redes sociales y la exhibían con orgullo en sus propagandas. Habían asumido como propio lo que era un descarado bulo anticlerical y en función de ese bulo moldeaban su comportamiento. Un simple ejemplo: De nuevo, tenemos el mismo caso: hay católicos y derechistas que, en vez de guiarse por lo que dice la Iglesia que es el catolicismo, se guían por lo que dicen los rojos que es, con lo que al final son un producto caricaturesco creado por la izquierda anticlerical. También podría pasar a la inversa: que algunos izquierdistas se crean el papel que les adjudica algún derechista trolero y lo integren en su visión del mundo. Es terrible la confusión y el cambio de roles que puede llegar a propiciar un único bulo. Por eso el Demonio es el padre de la mentira. Y de la "libertad de expresión", añadiría yo.
  16. Siguiendo la pista de una obra que mencionó @Francisco Rubio, descubro que Agustín de Foxá tenía un hermano, Jaime, que también cultivó la ciencia ficción y el género antiutópico (o distópico) de la literatura. La novela en cuestión se llama Marea Verde y parece que sería una crítica de algunos avances "biotecnólogicos", que entran de lleno en el transhumanismo, y al futuro totalitario que nos podrían traer, que calificaba de "comunismo verde". Con todo, Jaime de Foxá era cazador y apreciaba la naturaleza; de hecho, parece que fue protector de Félix Rodríguez de la Fuente en sus inicios. Dejo aquí esta reseña por si alguien tiene interés en el tema (Intentaré hacerme con la novela si puedo):
  17. Hispanorromano

    Repoblación de los pueblos de la España vacía.

    Artículo en la prensa regional de Aragón que reseña un libro sobre el tema que parece de lo más interesante:
  18. Hispanorromano

    La vida es un don, la eutanasia un fracaso.

    Vanu, en relación con las contradicciones de las que hablábamos, la verdad es que estas noticias dan que pensar: La última residencia en recibir EPI, la primera en vacunarse ¡Vaya, los últimos en ser atendidos cuando morían por decenas son los que ahora primero reciben las vacunas! ¡Qué súbito cambio en las prioridades! Da para mosquearse. Pero tiendo a pensar que es parte de la fenomenal confusión que estamos viviendo. Confusión que hizo que el Gobierno socialista publicase un documento en el que censuraba el triaje de ancianos que estaban practicando las comunidades autónomas, cuando el mismo Gobierno central tenía en la nevera una ley de eutanasia que se aprobará en pocos días y que eliminará de un plumazo todos esos "problemas de conciencia". Y ya tenemos armado el primer lío con las vacunas en las residencias: Primer caso de un familiar que se niega a vacunar a un anciano en una residencia de Sevilla Ahora habrá que analizar si este familiar tiene reticencias legítimas a la vacuna, si está absorbido por las teorías de internet o si el muy pícaro lo que quiere es que el viejo palme cuanto antes para cobrar la herencia. Con la ley de eutanasia será pan comido. Estoy pensando: ¿sería posible incluir cláusulas antieutanasia en los testamentos? Del tipo: "si se me aplica la eutanasia, todos mis bienes irán a Cáritas".
  19. Hispanorromano

    La aceleración de los procesos disolventes en los últimos veinte años

    No me gusta poner este tipo de noticias escabrosas, pero en este caso creo que merece la pena, ya que ilustra muy bien el tipo de comportamientos y de degradación moral que están favoreciendo las redes sociales. En algunos colegios van organizaciones LGTB a darles charlas a los alumnos. Aunque yo creo que la mayoría de alumnos se reirán de tapadillo de esos "maricones" que han venido a "comernos la cabeza", las organizaciones de padres católicos hacen muy bien en criticar ese adoctrinamiento sodomita en las escuelas. Hay que oponerse férreamente a eso. Pero yo creo que el tema se queda cojo si no abordamos también esta degeneración (cualitativa y cuantitativamente superior) que del smartphone va directa a la mente de nuestros jóvenes. ¿Cómo se puede educar a un hijo si tiene acceso a todo ese material repugnante con un simple click? ¿Qué tipo de sociedad nos espera si unos adolescentes consideran divertida la violación de un bebé y ni si quiera quedan impactados? ¿Qué clase contenidos habrán ya visto, a sus escasos años, para que ese tipo de vídeos no les deje traumatizados? Lo preocupante es que no hay nadie que se ocupe de este tema. Los padres de esos niños estaban muy cómodos con el uso que le daban sus hijos al teléfono móvil. Y no hay ninguna voz pública que reclame una intervención política tajante para que al menos nuestros jóvenes no tengan acceso a este tipo de contenidos. NI siquiera se plantea el debate. Tal vez porque los papás consumen otros contenidos menos escabrosos pero a los que tampoco les gustaría renunciar. Y así, poco a poco, nos vamos suicidando.
  20. Hispanorromano

    Una teoría sobre las conspiraciones

    Después de lo de Cristina Martín JIménez, no me resisto a comentar las respuestas que ha suscitado en Infocatólica una noticia del Cardenal Turkson en relación con las vacunas: Cardenal Turkson: la correcta distribución de las vacunas demostraría que somos todos una única familia humana No veo nada objetable en lo que dice el Cardenal Turkson. Sin embargo, estos son los comentarios que ha cosechado en Infocatólica la citada noticia, una verdadera antología del disparate: En fin, si ésta es la opinión generalizada en un página que se supone católica, estamos en caída libre. Más que la propia pandemia, el problema sería la locura inducida a la que están llegando amplias franjas de población. El Santo Padre hace tiempo hizo unas declaraciones en las que decía que había "fundamentalistas" en todas las religiones. Naturalmente, se le echaron encima todos estos infocatólicos, pues decían que el fundamentalismo se daba exclusivamente en los países musulmanes y que, por lo tanto, el Santo Padre estaba blanqueando al terrorismo islámico, etcétera. Debo reconocer que en aquel entonces me pareció que al Papa se le había ido la mano con esas declaraciones, pero ahora veo que tenía más razón que un santo. Posiblemente el fundamentalismo que reflejan las respuestas que he citado no sea de raíz católica sino más bien política o mundana, pero es que con el islamismo pasa algo parecido: se entremezclan factores políticos e ideológicos y se hace difícil distinguir qué es religión y qué es ideología. Al final se producen contrastes francamente hilarantes, por ejemplo: Infocatólicos razonables Fundamentalistas islámicos Digo "hilarantes", porque efectivamente produce hilaridad ver el contraste entre los que se supone que son el súmum del fundamentalismo y los que se proponen y autoperciben como modelo de racionalidad frente a la barbarie islámica. Pero la cosa en realidad es bastante trágica y podría tener consecuencias muy graves a medio y largo plazo. ¿Qué creéis que pasará a largo plazo si esta irracionalidad se impone en Occidente mientras que en los países musulmanes toman decisiones racionales? ¿Qué pasará si Occidente rechaza a partir de ahora las vacunas mientras que en el mundo islámico siguen haciendo uso de ellas? A ver si todo este rechazo de las vacunas que se ha puesto de moda no va ser más que otro impulso tanatófilo occidental, del mismo tipo que lleva a legalizar la eutanasia y el aborto, a controlar la natalidad al mismo tiempo que se alimenta un odio malsano hacia los inmigrantes.
  21. Hispanorromano

    Nuevo paso atrás: Argentina legaliza el aborto.

    No olvidemos cómo se gestó esta ley, que partió inicialmente de la derecha argentina, que ahora ha votado en parte a favor. Copio un pasaje de la noticia de ABC: Glosaba así el tema en 2019 un comentarista de Infocatólica que firma como Catalán y que conoce bien el tema argentino: No es la primera vez que la derecha, lejos de cruzarse de brazos, impulsa esta clase de procesos. Véase el caso de Francia: Giscard, el «presidente de derechas» que aprobó el aborto y el divorcio en Francia Los que acusan al Papa de no hacer nada contra esta ley mienten como bellacos. De hecho, el Papa ha movido toda clase de hilos y ha escrito cartas a diputados argentinos para evitar que se aprobase esta ley, en un hecho que me parece que no tiene precedentes: La carta del Papa Francisco contra el aborto legal: “¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?” | TN
  22. Hispanorromano

    Una teoría sobre las conspiraciones

    La fabricante de bestsellers Cristina Martín JIménez hasta ahora había evitado atacar directamente al Papa o a la Iglesia, ya que tiene gran número de seguidores católicos. Pero el otro día se quitó la careta definitivamente, seguramente porque percibe que ya no le va a restar muchos apoyos: Anda, Cristinita, cuéntanos otra vez lo de los dioses extraterrestres:
  23. Hispanorromano

    historia Aktion-T4 anarquista: Lo que en verdad la izquierda entendía por 'eutanasia'

    Estoy de acuerdo en tu percepción del hinduismo como la fuente remota de estas ideas tan nocivas que golpean a Occidente en el último siglo. Es un tema en el que me gustaría profundizar, pero de momento no he encontrado ningún libro que aborde el tema de forma monográfica, por lo que voy picoteando de los escasísimos libros (la mayoría extranjeros) que tocan el tema de refilón y no tengo una visión completa del asunto. Sigo aportando documentos históricos que explican lo que siempre se entendió por 'eutanasia' y por qué razones la apoyaban la izquierda y una parte del estamento médico. Este pasaje tan simpático procede de un libro de Hildegart Rodríguez, icono del progresismo español que inicialmente milita en el socialismo para terminar en el republicanismo, antes de ser asesinada por su madre, que profesaba idénticas ideas: Observad que reconoce abiertamente que la eutanasia es ante todo un "acto útil". Es decir, lejos de las humanitarias intenciones que proclaman ahora sus partidarios, los defensores históricos de la eutanasia siempre tuvieron claro que era un acto de puro utilitarismo: había que matar a los viejos, a los enfermos, a los deformes y a los débiles para que el resto de la sociedad pudiera vivir más cómoda. Se prescinde de las personas como se prescinde de un juguete roto: se le arroja al cesto de la basura, para que no moleste. La izquierda pierde cualquier credibilidad que pudiera tener como defensora de los oprimidos cuando asume estas ideas.
  24. Hispanorromano

    Colgados del gringo

    La Comunión Tradicionalista inauguró recientemente la publicación digital LA ESPERANZA, subtitulada Periódico católico-monárquico. Aunque lleva poco tiempo en línea, el pasado 6 de noviembre publicó un lúcido y valiente artículo sobre el papel viene desempeñando la derecha española en la yanquización de España, en su sometimiento y desolación. El artículo parte del hecho observado en días pasados de que una parte de nuestros compatriotas estaba en un sinvivir por la suerte de Trump a miles de kilométros. Se atreve a cuestionar el mito de Trump dentro de la derecha y esboza una crítica integral de esta dependencia de Estados Unidos, en una línea que estimo parecida a la de Francisco Rubio en su artículo Trump y la orfandad de la derecha. Aquí va el artículo de Roberto Moreno, que espero que me perdone el que haya destacado en negrita algunos pasajes: A decir verdad, un número no desdeñable de carlistas (o sedicentes carlistas) están perfectamente inmersos en la realidad que describe el artículo. También falangistas, conservadores y otras familias políticas. Nadie esta libre de ese pecado. Precisamente por eso tiene gran mérito el artículo: es el primero en muchos años que, desde una organización política, se atreve a denunciar esta triste realidad. Y es un artículo sincero, que parte de la entraña española y católica, no una simple repetición de formulismos copiados de la izquierda. Desde aquí mi aplauso a este grito patriótico y contrarrevolucionario que muchos estábamos esperando.
  25. Hispanorromano

    La vida es un don, la eutanasia un fracaso.

    Comparto tu sospecha sobre este hecho. Guarda cierta lógica que se vacune primero a los ancianos de residencias, porque son los más expuestos a esa enfermedad. Pero esta lógica se da de bruces con el hecho de que los médicos (con instrucciones políticas o sin ellas) hayan descartado a los ancianos en el triaje. Cabe entonces sospechar que la razón por la que se vacuna primero a los ancianos es porque, en el fondo, nos sirven de conejillos de indias. Entiéndaseme bien: las vacunas son una cosa benéfica para la humanidad y no creo que detrás de los creadores de esta vacuna concreta haya una intención maligna. Sin embargo, como se han acortado los plazos, es posible que afloren efectos secundarios que no se habían contemplado en los estudios con muestras reducidas de pacientes. Así que la razón por la que se prefiere poner la vacuna primero a los ancianos podría ser la misma que lleva a negarles atención médica en el triaje: como son personas con poca esperanza de vida, descartadas por sus familias y por la sociedad, o con "vidas indignas de ser vividas" según los criterios actuales, mejor probar la vacuna con ellos y luego ya veremos si el resto nos la ponemos. Que, además, es un hecho que cerca del 50% de españoles son reticentes a ponerse la vacuna, contagiados por las teorías que circulan por internet, así que primero probemos con los viejos, con los "langostas", en el argot de los conspiranoicos de BBJ. O eso o que nuestra sociedad está inmersa en una terrible confusión donde las anteojeras ideológicas impiden distinguir el mal del bien.
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