Leer a Vázquez de Mella, a Donoso Cortés, siempre lo recomendaría. Y si no me los tiran, los dejaré en heredad. Vázquez de Mella para mí es uno de los mejores políticos y oradores que ha tenido este país.
Pero, para leerlos primero hay que o bien saber comprender el catolicismo con respeto o estar convencido de que Dios existe y que se Encarnó. No se puede entender sino, la jerarquía que el tradicionalismo mantiene que es la forma de gobernarse y vivir socialmente. También se puede aprender mucho de tan grandes hombres, desde luego, aún sin fe católica.
Tal utopía, es imposible hoy día porque no hay sana ni la cabeza ni el cuerpo ni el espíritu. Sería otro lodazal para mantener los mismos ricos de siempre y los mismos entretenimientos de burros para el pueblo. Yo creo que desde abajo vendría la salud. Nuestro Señor se abajo aquí y se dejó matar. Primero hay que bajar para ir subiendo poco a poco fuertes en virtud. Arriba dinero llama a dinero. El poder lo corrompe todo. Es una frase popular creo. Por algo será.
Volviendo al tradicionalismo, recuerdo a Vázquez de Mella, en su alegato que por qué iban a querer prohibirles el voto a las mujeres, si los hombres votaban. Como les puso en evidencia, por su picardía, que quedaron retratados. Cómo enlazaba haciendo mismo telar la religión con la forma correcta de gobernarse. Le tengo mucho cariño a Mella, si señor. Y por cierto, ya que estamos, recomiendo mucho leer:
La Casa de Troya. Pérez Lugín.
Que es una delicia, sobre esa universidad sita donde el mismo Mella estudio, y se formó; en la ciudad de la cultura de antaño, mucho antes que Madrid, que ya hubiese querido:
Santiago de Compostela. Cultura y Fe. Disposiciones de Dios, que por mucho que estropeemos, están llenas de parabienes sólo visibles a ojos agraciados.