Es muy posible que a este chaval acaben cerrándole la cuenta por denunciar lo que está denunciando, o que incluso le pase algo peor, pero eso no le está impidiendo exponerse y seguir con su campaña de denuncia pública. El video que ha publicado hoy es si cabe más fuerte que los anteriores y demuestra que no se trata en absoluto de casos aislados sino de una práctica generalizada, que en manos de un fiscal competente presumo daría para cerrar esas plataformas indefinidamente y multas millonarias.
Yo mismo he dado un vistazo hoy en la plataforma Twitch, dependiente de Amazon y dedicada a emitir streaming de videojuegos a un público mayormente infantil, y la segunda recomendación que me aparecía en pantalla, nada más entrar y sin tener yo una cuenta previa allí, era la de una chica en lencería provocativa, emitiendo un directo en el que invitaba a que le donaran dinero a través de la plataforma, a cambio de escribirse en diferentes partes de su cuerpo, más íntimos cuanto mayor fuese la suma, el nombre de sus donantes. Prostitución pura y dura sin censura en ámbito y horario mayormente infantil. Y como esa he podido encontrar unas cuantas más, de las que omito poner capturas de pantalla por lo censurable de sus actos y por no hacerles publicidad, aunque el asunto me ha parecido tremendo. Sabía que estábamos mal, pero no me imaginaba hasta qué punto.
Ya no es que plataformas como Amazon estén reventando buena parte de la economía y el tejido laboral dadas sus prácticas comerciales, sino que también están reventando la cabecita de nuestros pequeños. Literalmente.