elprotegido
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Bienvenido al foro, Felix. Esperamos que te interese participar.
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Yo siempre había despreciado a VOX hasta que vi unas (a mi juicio formidables) intervenciones de Javier Ortega en un programa de TV3, donde atacaba el separatismo de manera contundente. Fue a finales de 2017 o quizá principios de 2018 cuando vi los vídeos.
Me di cuenta que el modelo territorial que propugna VOX es el mismo que el mío, lo cual en los tiempos que corren me parecía motivo suficiente para votarles.
Sobre otras cuestiones, siempre he tenido reservas. Sin embargo, pienso que si VOX mantiene la defensa de la cohesión y el honor nacional por un lado y la defensa de un mínimo de buenas costumbres (especialmente en lo que se refiere a la actual ofensiva feminista) por otro como puntos prioritarios, en mi opinión pueden ser muy dignamente la casa común de los patriotas españoles. Si, en lugar de eso, deciden sumarse a la retórica demagógica del identitarismo europeo, aderezado con melodías del este, que siempre les han tentado, en mi opinión no van a cumplir el noble propósito que pretendía atribuírles anteriormente.
En cualquier caso, las críticas a VOX que se han hecho en este foro me parecen bastante fundamentadas, especialmente en comparación con lo que se ve por ahí. Se han visto unas piruetas y unos virajes -especialmente después que VOX no sacara el resultado arrollador que muchos pronosticaron temerariamente- que dan vergüenza ajena. Seguir puerilmente el ideal yanki del "triunfador" y el "macho alfa" es lo que tiene.
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Recuerdo que hace unos meses Monedero entrevistó a Verstrynge y este último afirmó que VOX era "carcundia", en contraposición con la extrema derecha de otros países, muy liberal en las costumbres y, por lo tanto, preferida por Verstrynge. Que dijera esto Verstrynge no me sorprende en absoluto (aunque él afirma que fue fascista, yo afirmo que nunca lo ha sido; nazi en todo caso), pero me dio la sensación que Monedero le daba la razón en esa alabanza encubierta al identitarismo, lo cual me pareció más chocante. Algunos otros comentarios de este estilo, de menosprecio a la derecha española en contraposición con la derecha de otros países, los he oído decir a otra gente de extrema izquierda.
Quizá no reproduzco los hechos exactamente, cuando tenga el tiempo repaso el vídeo de nuevo.
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Hola IsPain, bienvenido al foro.
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Seguir al Papa, pese a todas las cosas que no podamos comprender, es lo contrario al protestantismo: Es precisamente la fe en que la Iglesia Católica es la verdadera y que Dios jamás la abandonará. Poco más puedo decir.
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Naturalmente, añadir, como ya he dicho algunas veces, que en la izquierda hay muy buenas personas que han sido engañadas y manipuladas por los trileros que describo arriba, ya que en caso contrario se les hundiría la tienda. Nos corresponde separar el grano de la paja y rescatar a los buenos.
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Pues yo no sabría ni por donde empezar...
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Es muy sibilino: Al decir "terrorismo machista", lo que se está queriendo implantar, mediante la manipulación emocional y sabiendo que mucha gente no distingue los matices, es que el "machismo" es terrorismo. Y a los terroristas, naturalmente, se los elimina.
¿Y que es el "machismo"? Naturalmente, el "machismo" será siempre un categoría imprecisa, como lo eran los "enemigos de clase", los "burgueses", los "reaccionarios", etc, para todo revolucionario comunista de principios del XX digno del nombre. La cuestión es que el revolucionario necesita un cajón de sastre en el que poder sacar y meter gente a conveniencia, y dicho cajón de sastre contiene a personas enemigas del ideal redentor y de emancipación, etc, que es un bien supremo en el nombre del cual todo está permitido.
Es curioso como la mentalidad de la izquierda es siempre la misma aunque su discurso parezca haber cambiado a lo largo del tiempo. Por eso cuando veo a tipos más fachas que Franco diciendo añorar a la "verdadera izquierda" de antes del Mayo del 68 me quedo a cuadros.
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Muchas gracias por tus comentarios Vecka. No dudes en participar si te apetece, leemos los comentarios de los foreros no habituales (esperando que pasen a ser habituales...) con gran interés.
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Están engañando a las mujeres como hace 100 años engañaban a los obreros: conociendo sus puntos débiles y explotándolos. No tiene más misterio, desde los tiempos de los sofistas griegos, "la izquierda", en el plano intelectual, es un entramado de farsantes que no creen en nada. Después de que el marxismo se haya demostrado como una paparrucha ridícula que no describió nada y predijo todavía menos, toca cambiar el discurso sin despeinarse. Así, ahora hablan de feminismo y cambio climático hasta que se carguen la sociedad como pretenden o hasta que deje de servirles el engaño y encuentren algo nuevo.
El propósito es simplemente el de "cuanto peor, mejor". En el caso del feminismo, dinamitar las relaciones entre hombres y mujeres hasta que la vida en sociedad sea insoportable y salte todo por los aires.
Así es como, a mi juicio, hay que entender el asunto.
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El quid de la cuestión, es que si lo que tiene que ser la reacción a la hegemonía progresista/izquierdista/comunista resulta ser ponerse al servicio de una potencia extranjera (y no cualquiera, sino precisamente una la que más hizo y hace para divulgar el progresismo en occidente como maniobra de subversión) salimos de la sartén para caer directamente en el cazo.
Es importante que esa reacción necesaria al actual estado de cosas nazca de la verdad y la pureza de ideales, no del nihilismo destructivo, de la disidencia por la disidencia y del simple odio. Por eso, aún sabiendo que nada puede ser perfecto, hay que intentar contribuír al buen encauzamiento de esa reacción, y que ésta transcurra como un río caudaloso pero dentro de sus márgenes y no como una riada que arrase hasta los cimientos. En cambio, desde la perspectiva de quien es adversario de España o de Europa, la riada es lo que interesa.
Los que, aún con buenas intenciones, pretenden apoyarse en ciertas potencias extranjeras para derribar el orden actual, esperando tomar el poder entre el caos consiguiente, están en realidad jugando con fuego y no pasarán de tontos útiles, como hemos visto tantas veces en la historia.
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Sobre la supuesta concordia entre cismáticos orientales y católicos con la que tanto se insiste en ciertos sectores, es de interés el hilo abierto por Hispanorromano en el foro donde se muestra una realidad que, como viene siendo habitual, suele ser demoledora frente a constructos varios:
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A bote pronto, me parece una aberración aunque me abstengo de opinar porque no conozco el tema.
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Coincido con lo que dices. Estamos viendo que los casos de personas inspiradas por la ideología blanquista que deciden pasar a la acción y cometer viles masacres terroristas, ya no son, ni mucho menos, aislados. Hasta aquí, son los hechos.
Por lo tanto, siendo cierto que estos actos tienen como principal culpable al que los comete, no podemos quedarnos allí. Ya hemos aludido en el foro a los desajustes causados por las redes sociales, que inspiran actos terroristas de este tipo. Pero, sin embargo, hay además una tendencia al libelo y a la difamación contra los inmigrantes que también explican los hechos. Es completamente demencial e inmoral agitar al odio contra personas que son objetivamente inocentes (por mucho que aún así puedas considerar, legítimamente, que no deberían estar en tu país) sea cual sea el objetivo.
Sinceramente, si fuera verdad que la raza blanca sólo puede garantizar su existencia mediante masacres indiscriminadas de mujeres y niños inocentes de otras razas y creencias, bien merecería, a mi juicio, la desaparición. Afortunadamente, no creo en esta premisa.
Y de lo anterior tienen cierta responsabilidad los líderes identitarios. Y no sólo ellos, sino gran parte de la derecha, que está influenciada por esta corriente. Creo muchos son buenas personas que tienen un sesgo de realidad debido a los grandes flujos de propaganda que buscan el caos y la guerra de razas. Sin embargo, existen personas más o menos en la sombra moviendo hilos y promoviendo el odio y la discordia -seguramente por intereses de política exterior muy concretos- a unos límites que habrían sido inimaginables para cualquier occidental de antaño.
Por lo demás, en este caso este ataque particular iba dirigido contra hispanos, lo cual hace el asunto mucho más grave y doloroso.
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Había olvidado el último párrafo, ya está añadido.
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Pego aquí una traducción del catalán, hecha por mí, de un texto que me dio a conocer el amigo Hispanorromano. El artículo original en catalán puede encontrarse en el siguiente enlace del blog llamado "el jardí de Klingsor": https://jardideklingsor.wordpress.com/2019/06/29/russia-la-roma-bolxevic/.
El texto trata ciertos aspectos del carácter ruso, y de la relación entre el mismo y el carácter que podríamos llamar occidental o europeo. Me parece un artículo bastante meritorio y razonado, alejado de la mayoría de simplismos y lugares comunes que abundan en el debate político actual. Como tesis principal del mismo, si se me permite el resumen, se sostiene que existe una suerte de trasfondo esencial en el carácter ruso, que marca una diferencia esencial con el mundo occidental, que trasciende el intervalo bolchevique, esto es, ya estaba presente durante el zarismo y sigue estándolo actualmente. Así, por ejemplo, la Revolución Rusa no podría entenderse solamente como una calamidad aislada en la historia de Rusia, sino que ésta toma ciertos elementos del carácter nacional ruso que ya existían durante el zarismo. Sin ser la tesis novedosa en su totalidad, pues ya la hemos discutido algunos aspectos de la misma anteriormente en este foro*, sí lo son, hasta donde mi conocimiento alcanza, varios de los argumentos en los que se sostiene.
*véase, por ejemplo:
Las tesis son avaladas con una envidiable erudición de la que muchos carecemos, lo que, junto con la señalada indudable originalidad que inspira el texto, hacen que se trate de una lectura, a mi juicio, de enorme interés. Habiendo dicho esto, debo añadir también que no comparto necesariamente todos los puntos de vista que ahí se exponen. En particular, el autor parece sostener una especie de europeísmo en el que yo desde luego no creo y que, por tanto, sólo aceptaría muy a regañadientes como mal menor y no con convencimiento ideológico. Tampoco me sumo a las alabanzas deslizadas al Imperio austrohúngaro y al mundo germánico en general. En cualquier caso, estos aspectos no afectarían el núcleo de la tesis del autor.
Tras este preámbulo, he aquí el texto:
CitaLa Rusia de Vladimir Putin es una de las sorpresas geopolíticas del siglo XXI. Tan sorprendente como la eficaz política del Kremlin en Oriente Medio resulta el hecho de que el régimen del antiguo agente soviético se haya convertido en el faro de la derecha populista euroescéptica. Le Pen, Salvini, Orbán y otros nacionalistas revolucionarios vagamente conservadores se encuentran a gusto con la falta de claridad y la promiscuidad ideológica que emanan de la Rusia post-soviética y el tardocomunismo (pensemos en el idilio entre Honecker y Federico el Grande de Prusia). La influencia de personajes como Aleksandr Dugin en el desorden populista de la alt-right es innegable. Incluso conservadores de verdad, como Juan Manuel de Prada, se han referido al carácter del alma rusa, a raíz de la emisión de la serie Chernóbil, como una suerte de bastión de las esencias tradicionales contra fenómenos tan lamentables como la burocracia impersonal, la sociología experimental y el cientificismo. No obstante, la Rusia actual ni es conservadora ni puede servir de referente para Europa.
El antagonismo entre Rusia y Europa empezó cinco siglos antes de la Reforma protestante, al producirse el cisma de Oriente. Moscú no deja de ser la tercera Roma, la legítima sucesora, en términos religiosos y dinásticos, del Imperio bizantino, heredero, a la vez, de la Roma pagana y anticristiana. La aristocracia romano-oriental supuso un retorno a las formas y nociones del paganismo: el dominus et deus de Diocleciano, el primer “califa”, en palabras de Oswald Spengler. Las carnicerías del reformador de Roma recuerdan a la política religiosa del zar Nicolás I, que trató de borrar del Imperio ruso las minorías religiosas, y contrastan con la tolerancia de los emperadores occidentales, que, en tanto que simples fieles de la Iglesia, no impusieron nunca una teocracia a sus súbditos, a quienes tenían que proteger y respetar con indiferencia de la fe que profesaban. La tolerancia religiosa del Imperio austrohúngaro contrasta con el antisemitismo y los pogromos que promovía activamente el aparato estatal zarista.
El surgimiento del bolchevismo, uno de los totalitarismos más violentos de la historia, lejos de una ruptura radical con los dos siglos previos de la historia de Rusia, fue su consecuencia directa. Pedro el Grande, y no Lenin, es el gran revolucionario ruso. Un país que sólo tenía salida al mar durante seis meses a través del puerto ártico de Arcángel, donde las ciudades eran desbarajustes de madera y los nobles, analfabetos consagrados a la caza y a la bebida, devino, en cuestión de décadas, en una de las grandes potencias militares y navales europeas. La aristocracia se civilizó y se afrancesó; no de forma drástica sino progresivamente, como evidencia el diario de viaje de Jacobo Francisco Fitz-James Stuart y Burgh, duque de Liria y Jérica y embajador español en Rusia de 1726 a 1730, en el cual encontramos perlas sobre Pedro II, nieto del Grande, como: “El Czar no puede ver la mar ni los navíos, y ama con pasión la caza; aquí [San Petersburgo] no hay, y en Moscou hay en abundancia; con que nadie duda que una vez ahí, difícilmente volverá acá”. La camarilla de los alemanes bálticos, descendientes de los caballeros teutones, garantizó, sin embargo, la permanencia de Rusia en Europa. Catalina la Grande, no lo olvidemos, era antes de nada princesa de Anhalt-Zerbst.
El idilio de un siglo entre Rusia y Occidente se rompió en 1812. Tolstói lo explica bien en el segundo epílogo de Guerra y Paz: “En 1789 se produce en París un movimiento insurreccional que crece y se extiende hasta plasmarse en la marcha de los pueblos de occidente hacia oriente. [...] En 1812, el movimiento llegó a su límite máximo, Moscú”. La reacción rusa se desató después de la revuelta decembrista, las revoluciones de 1848 y, sobre todo, la derrota en la Guerra de Crimea. El Imperio, que hasta entonces era un miembro activo de la comunidad europea, se desvió hacia Asia. El objetivo no era tan sólo configurar un nuevo espacio imperial, sino también proteger a la sociedad rusa de la influencia occidental; mejor dicho, de la Revolución Francesa. De todos modos, uno de los ideólogos del proyecto, Konstantín Leóntiev, era consciente de que el Imperio ruso llevaba dentro de sí el mal que lo abocaría al Anticristo: “La sociedad rusa, que ya es igualadora en sus costumbres, recorrerá con mayor rapidez que todas las otras sociedades el camino fatal de la confusión. Quién sabe si nosotros, igual que los judíos que dieron a luz inesperadamente al creador de una nueva doctrina, entregaremos súbitamente al mundo el «anticristo», que nacerá de las entrañas de nuestro sistema político, que en primer lugar rechazará toda diferencia de clases y en segundo lugar romperá con todos los principios religiosos”.
Los demonios de Dostoyevski, célebre anti-occidental, son un testimonio excepcional de cómo se iba incubando, en las entrañas de la autocracia religiosa moscovita, el demonio del bolchevismo. Los radicales y los nihilistas rusos de 1860 y 1870, claves en la articulación del Partido Social-Revolucionario —verdadero responsable de la Revolución de 1917—, manifestaban un trasfondo ortodoxo evidente. Isaiah Berlin lo expresó con claridad: “Sus raíces se hunden profundamente en la imaginación religiosa de la humanidad y, por lo tanto, no hay nada de sorprendente en que esta visión secular muestre grandes afinidades con la fe de los Viejos Creyentes rusos, para los cuales el Estado ruso y sus gobernantes, en particular Pedro el Grande, representaban el Imperio de Satanás sobre la tierra”. La Unión Soviética, al menos en sus inicios, sólo fue una evolución lógica del zarismo: se mantuvieron las políticas de rusificación, la Ojrana dio paso al KGB y la pirámide social no cambió de forma: el orden férreo de la clase autocrática bizantina y las llamativas cúpulas del Kremlin, que evocan las de Santa Sofía.
La Rusia de Putin es heredera de la Bizancio cismática y de las palabras de Lucas Notaras: “prefiero ver el turbante musulmán en la ciudad antes que la mitra latina”. Si bien los intereses del Kremlin han derivado lógicamente hacia Oriente Medio y Asia Central, Putin promueve activamente una Europa de taifas incapaz de hacerle frente. El camino de la Europa carolingia, cristiana y romano-germánica pasa necesariamente por el restablecimiento de nuestro orden imperial. Sólo así podremos desenmascarar a los Viduquindo y Bulcsú modernos y arrancarles las bolsas llenas de sólidos refulgentes que los agentes de Putin les han entregado. En caso contrario, quién sabe si los cosacos volverán a abrevar sus caballos en el Sena como en 1814.
https://jardideklingsor.wordpress.com/2019/06/29/russia-la-roma-bolxevic/
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En el mallorquín "de toda la vida" se utiliza solamente el "ser" y jamás el "estar" (por ejemplo: "som aquí" es correcto, mientras que el "estic aquí" catalán, no). De hecho, así se indica en el mapa que ha puesto Vanu, lo que desde luego indica que sus autores han hilado fino.
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Quizá ahora sí que haya pacto con Ciudadanos, porque el PSOE ya ha escenificado un estancamiento de las negociaciones con Podemos y, por lo tanto, ha quedado justificado frente a su electorado más cercano a la extrema izquierda, que no es poco.
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En 24/7/2019 a las 10:05, javier dijo:Elprotegido,
Los catalanes no son más "raros" que los andaluces, los gallegos o los vascos.
La realidad, es que históricamente el "castellano" y especialmente los de "villa y corte", han gozado de hegemonía en todo el territorio a través del sistema funcionarial y de la élite política y económica. Su preponderancia cultural ha sido tal (quiero suponer desde que España es un estado moderno a la francesa) que a día de hoy se ha homogeneizado lo que significa ser español, relegando a localismos y regionalismos "paleto de pueblo" a otras maneras de serlo. Esto es un empobrecimiento y sobre todo es visto como una amenaza por los más recalcitrantes. Y esto se aplica de la misma manera en Vic que en Vitigudino.
En mi modesta opinión, el "procés" es la reacción del pueblo catalán a la siguiente vuelta de tuerca del proceso de globalización, en un momento en que advierte que España está sumida en esa misma crisis de identidad y que está perdiendo su influencia cultural en favor de la cultura anglosajona.
Yo no considero que en España haya habido nunca un Estado a la francesa, para bien y para mal. De ser así, no padeceríamos todavía a estas alturas los privilegios económicos vasco-navarros ni tendríamos una oligarquía separatista catalana con tanto poder. Eso no significa que yo pida el modelo francés, pues éste acarrea otros problemas que en España no padecemos de manera tan acentuada.
Tampoco veo ninguna hegemonía injusta de lo castellano: Lo que hay desde el siglo XV es una identidad nacional española (que es en lengua española) que se superpone a la identidad regional que pueda tener cada uno. La correspondiente españolidad "local" y la españolidad "universal" deberían convivir en cada uno de los españoles, variando mucho la intensidad de cada vertiente en función del temperamento del individuo en cuestión.
Por otro lado, yo no considero que el procés sea ninguna reacción de los catalanes para preservar sus costumbres, sino el resultado de unas pasiones irracionales e innobles que, desgraciadamente, han anidado en el corazón de muchos catalanes. Durante siglos, la oligarquía separatista catalana se ha dedicado a envilecer a la población de Cataluña, agitando sus peores sentimientos de insolidaridad, mezquindad y egoísmo. De ahí nace, a mi juicio, la situación actual.
Los constantes lloros, el victimismo mezclado con el complejo de superioridad y el recurrir obsesivamente al monotema de la secesión como la supuesta panacea redentora, no ayudan, desgraciadamente, a que en el resto de España se le tenga afecto y compresión a Cataluña.
El problema es que nos quieren hacer creer que las particularidades locales sólo se pueden mantener si hay oligarquías regionales mangoneando, lo que en mi opinión es falso, y así hemos llegado donde estamos.
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Yo debo decir que la intervención de Abascal en el Parlamento me pareció bastante aceptable en líneas generales.
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hace 6 horas, javier dijo:Vanu,
Siempre ha sido así.
Cuando tenía 6 años, en 1991, en primero de primaria los compañeros me preguntaban:
"Tu que ets, català o castellà?" Yo contestaba: "català", ellos replicaban, "Però a casa parles castellà", "parles català, pero ets castellà. ". Esta era tu casilla de salida, la que marcaba tu futuro.
La realidad es que gracias a que mi abuelo siempre me habló catalán, yo hablaba catalán de manera nativa, pero mis compañeros no podían comprender que un "castellano" les hablara en su mismo idioma. Para los niños era como una injerencia, rompía sus esquemas.
En las escuelas de primaria catalanas había dos grupos, el grupo A, todos tenían apellidos catalanes, eran ordenados, estudiosos, buenos, etc. Y el grupo B, el resto, eran rebeldes, violentos, no estudiaban y sobre todo tenían apellidos castellanos.
Tras unos años de simple coexistencia de "catalanes y castellanos", coincidiendo con la LOGSE a partir de 1994, se hizo un sincero intento de integración en las escuelas. Te catalanizaban el nombre y ocultaban España, todos éramos igual de catalanes, todos cantábamos el "sol solet" i hacíamos "cagar el tió".
Este esquema se rompió con la crisis económica a partir de 2010.
Sí, la verdad es que el separatismo no surge de la nada: Hay "algo raro" que subyace en el carácter catalán y que no encontramos en otras regiones españolas más históricamente vinculadas a Castilla. Interesante sería desmenuzar esto.
A pesar de que no somos lo mismo, me veo obligado a reconocer que, en este aspecto concreto, Baleares es más similar a Cataluña de lo que uno desearía. Ahora hay fuga, a niveles preocupantes, de médicos y otro personal cualificado porque les ha dado por exigir un nivel C de catalán. Lo curioso es que mucha gente, a priori no sólo separatistas, aplaude con las orejas una medida que sólo les perjudica por todos los costados. Sin embargo, está ese reflejo casi ancestral de ponerse nervioso y desconfiar de los "forasters", poniendo siempre un grado de separación... que nos da la explicación de semejante comportamiento irracional.
Dios sabe la razón, pero jamás he podido comprender esta marca distintiva inscrita en el carácter de mis paisanos.
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Bienvenido
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hace 20 horas, Hispanorromano dijo:En el área identitaria tienen la receta mágica para que Vox remonte el vuelo: más identitarismo y menos españolismo. Hay que ponerse la barretina y ondear la ikurriña. España es algo "casposo", de fachas, no de nazis, que son los que molan. El españolismo perturba nuestra defensa de la raza blanca. Hay que resignificar Vox en clave catalanista e identitaria, vamos, como la antigua PxC. Pongo la serie de tuits para os resulte más fácil leerlo:
Más tuits de este figura. Los nacionalistas flamencos, que apoyan a los separatistas catalanes, son los que molan:
¿Qué nos importa a nosotros que persigan a la gente por mostrar sus vínculos con el resto de España? Sólo nos deben importar los blancos.
No hay ningún problema con la independencia de Cataluña y hasta hay que desearla para librarnos de la peste "jacobina":
Ah, es de los que cree que Vox perdió su magia cuando Fernando Paz renunció a su candidatura al Congreso (que no a la militancia):
Bendita CEDADE que nos trajo estas doctrinas tan simpáticas que cristalizaron en el fenómeno Anglada, con el apoyo de muchos que se consideran patriotas y tradicionalistas. También decía Ernesto Milá el otro día que el problema de Vox es que habla demasiado de España y demasiado poco de los inmigrantes. Ellos tienen la receta del éxito.
hace 20 horas, Hispanorromano dijo:En el área identitaria tienen la receta mágica para que Vox remonte el vuelo: más identitarismo y menos españolismo. Hay que ponerse la barretina y ondear la ikurriña. España es algo "casposo", de fachas, no de nazis, que son los que molan. El españolismo perturba nuestra defensa de la raza blanca. Hay que resignificar Vox en clave catalanista e identitaria, vamos, como la antigua PxC. Pongo la serie de tuits para os resulte más fácil leerlo:
Más tuits de este figura. Los nacionalistas flamencos, que apoyan a los separatistas catalanes, son los que molan:
¿Qué nos importa a nosotros que persigan a la gente por mostrar sus vínculos con el resto de España? Sólo nos deben importar los blancos.
No hay ningún problema con la independencia de Cataluña y hasta hay que desearla para librarnos de la peste "jacobina":
Ah, es de los que cree que Vox perdió su magia cuando Fernando Paz renunció a su candidatura al Congreso (que no a la militancia):
Bendita CEDADE que nos trajo estas doctrinas tan simpáticas que cristalizaron en el fenómeno Anglada, con el apoyo de muchos que se consideran patriotas y tradicionalistas. También decía Ernesto Milá el otro día que el problema de Vox es que habla demasiado de España y demasiado poco de los inmigrantes. Ellos tienen la receta del éxito.
Efectivamente, tienes mucha razón un tu última frase. Está comprobado por la realidad que, en España, la "extrema derecha" pierde apoyo popular de manera directamente proporcional a la ausencia de ideas tradicionales y a la abundancia de ideas neonazis. Las ideas "fachas" y "casposas" han venido "funcionando" menos mal que cualquier idea neonazi. Sin embargo, para dar lecciones tácticas son los primeros.
¿Os molesta que este foro sea crítico con VOX?
en Café español
Publicado
Lo "mainstream" no es necesariamente malo. De momento, la condena a la pederastia es algo "mainstream", por suerte.
Muchas personas, por su carácter, necesitan diferenciarse de lo que perciben como opiniones mayoritarias para elevar su ego. Los propagandistas conocen este rasgo psicológico narcisista, predominante entre la gente de inteligencia por encima de la media, y lo utilizan para ganar para su causa a la gente que posee dicho rasgo psicológico. Para vender una idea, se cubre con una pátina "antisistema" que la hace seductora para estas personas con inclinaciones narcisistas, sin importar que sea una idea ridícula.
Todo esto tiene relación con las teorías de la conspiración. Una persona narcisista tiene una sensación gozosa al estar al corriente un supuesto engaño que tiene cautivado a toda la humanidad y que sólo él y otros elegidos conocen. Por este motivo, se ven a personas inteligentes defender con ahínco que la Tierra es plana. Porque la mayoría no son en absoluto estúpidos, a pesar de lo que pueda parecer.
Como otro ejemplo, mucha gente en la España de los años 60-70 se hizo comunista, sin saber que era el comunismo, porque hábilmente se lo vendieron como algo rebelde y desafiante hacia la autoridad.
Por mi parte, sin creerme, por supuesto, inmune a las tretas psicológicas propagandistícas, voy a tratar de defender lo correcto sin preocuparme de si es "mainstream" o lo contrario. Creo que es lo que intentamos hacer en este foro, si por el contrario criticáramos siempre lo mainstream para ser los más "rebeldes" podríamos llegar al absurdo de la pederastia con el que abrí el mensaje.