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Gerión

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HIstorial de publicaciones de Gerión

  1. Gerión

    ¿Surgirá un movimimento hispanista en el seno de los USA?

    https://www.hispaniccouncil.org/espana-resulto-clave-en-la-creacion-y-desarrollo-de-eeuu/ “España resultó clave en la creación y desarrollo de EEUU” Pablo Pardo (Oviedo, 1969) es corresponsal de El Mundo en Washington D.C. desde 2003. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra y cruzó el océano Atlántico para cursar un Máster en Política y Economía Internacional por la Universidad Johns Hopkins. También realizó estudios en la London School of Economics, la Universidad de Columbia (Nueva York) y en IESE, además de llevar a cabo sus estudios de doctorado en la Universidad de Navarra. Además, ha colaborado de forma ocasional con The Weekly Standard, BBC y The Miami Herald, así como con los think tanks New America, establecido en la capital de EEUU, y Social Market Foundation, con sede central en Westminster (Londres). También es miembro del Consejo Asesor de The Hispanic Council y del Consejo Asesor del think tank Civismo. Le entrevistamos con motivo de la celebración del Mes de la Herencia Hispana. Estamos en pleno Mes de la Herencia Hispana, ¿durante estos años de corresponsal ha notado un mayor reconocimiento y celebración del legado hispano en EEUU? En EEUU hay una creciente conciencia, desde luego, del legado hispano, aunque todavía es un reconocimiento muy pequeño. Creo que una pequeña parte de responsabilidad es de los estadounidenses, pero una gran parte lo es de los españoles. Los propios españoles no sabemos la presencia y la importancia que España ha tenido en la creación, formación y desarrollo de EEUU. No solamente en Florida, Texas, Nuevo México o California, sino en otros muchos sitios de EEUU, España ha tenido una presencia en la propia independencia de EEUU y posteriormente. Creo que muchas veces los españoles culpamos a los estadounidenses y, en realidad, lo primero que deberíamos hacer es un examen de conciencia y asumir nuestra responsabilidad. Comunidades españolas o descendientes de españoles que viven en EEUU han mantenido su identidad española y estadounidense, así como su herencia española, contra viento y marea pese a la indiferencia, en muchos casos, de España. Sí que existe, desde luego, un mayor reconocimiento, eso es indudable. Pero, en primer lugar, es todavía muy bajo y en segundo lugar, se deben a iniciativas individuales de gente que quiere dedicar una cantidad de tiempo y esfuerzos a estas cosas, o de comunidades que tienen ahora una mayor proyección. Con las elecciones legislativas del 6 de noviembre en el horizonte, ¿cree que “el gigante dormido” despertará el 6 de noviembre o seguirá dormido? Creo que la comunidad hispana está despertando muy lentamente y ahora mismo lo hace en parte como reacción. La comunidad hispana ha sufrido un ataque, francamente, inmerecido por un segmento del sistema de EEUU que lo ha convertido en culpable de todo. No es una comunidad que tenga problemas ni que sea problemática. Cuando se miran las estadísticas, los hispanos son como cualquiera otra comunidad inmigrante y como cualquier otra comunidad de EEUU, la única diferencia es que son más y eso no es culpa de ellos. Creo que la comunidad hispana ahora mismo, claro, ha visto que frente a esta reacción no puede seguir jugando el papel extremadamente pasivo que llevaba jugando desde hace mucho tiempo y está empezando a moverse. Por ejemplo, en Texas, en estas elecciones al Congreso, el senador Ted Cruz, que no es particularmente afín a la comunidad hispana, a pesar de que es descendiente de cubanos y de que su nombre es Eduardo, tiene un rival muy fuerte, Beto O’Rourke, que habla español perfectamente, mejor que Cruz (que habla un buen español), y está consiguiendo mucho apoyo de la comunidad hispana, hasta el punto de que, sorprendentemente, la campaña en Texas por el Senado está siendo reñida y Donald Trump va a tener que acudir a apoyar a Cruz, a pesar de que las relaciones personales y políticas entre ellos son pésimas. Por eso, creo que sí está despertando lentamente. Pero hay otro problema. La comunidad hispana no es homogénea. Un cubano y un salvadoreño tienen cosas en común, pero también tienen diferencias. Y tienen diferencias de actitud muy grandes. Una cosa que es muy hispana: “me opongo” (risas). Este es uno de los grandes problemas de esta comunidad. Cubanos, salvadoreños, mejicanos, colombianos, ahora también venezolanos, puertorriqueños… Cada uno va a su aire y no hay una verdadera unión estratégica, que creo que sería lo verdaderamente importante. ¿Qué horizonte se dibuja para la comunidad hispana tras estas elecciones? Creo que ahora mismo hay que tener en cuenta que cualquier predicción electoral en el mundo es muy arriesgada. Después del Brexit y de Donald Trump cualquier predicción que se haga es arriesgada. Predecir una marea azul o una victoria masiva de los demócratas, en principio, es lo que nos dicen las encuestas, pero… Siempre cuento la anécdota de una persona que estaba en la campaña de Hillary de 2016, en una posición relativamente alta: una o dos semanas antes de las elecciones me dijo, literalmente, que estas elecciones estaban ganadas. Recuerdo también a una persona de la campaña de Donald Trump que el día de las elecciones, el mismo martes en el que se votaba, me dijo que estas elecciones estaban perdidas pero que el movimiento continuaría. Es complicado. En todo caso creo que, por un lado, el primer factor clave de estas elecciones es ver la participación de los hispanos. Ver si ha subido. El segundo elemento clave es la participación de los jóvenes hispanos. Los jóvenes en EEUU tienen una participación electoral muy baja. Los jóvenes hispanos también y la población hispana es abrumadoramente joven. Estas dos métricas son muy importantes: si los jóvenes hispanos se están movilizando y si están votando. Creo que estas elecciones también van a suponer, pase lo que pase, enterrar definitivamente el famoso proyecto del muro gigante con la frontera de México. Pero después habrá que ver cuál va a ser la reacción de las fuerzas antiinmigración. Fuerzas que, en muchos casos, dependen de generar enfrentamiento, confrontación y crispación. Si hay más representantes de origen hispano, que presumiblemente debería haberlos, y si el español en el Congreso crece en número de representantes hispanohablantes, que igualmente debería crecer, habría que ver qué reacción puede provocar esto. Estamos ya en una tensión muy grande. Habría que ver qué sucede porque en EEUU ahora mismo la dinámica política es una dinámica de crispación. Hay que reconocer, por ejemplo, que la comunidad hispana, como otras comunidades inmigrantes pero la hispana de forma particularmente notable, no ha reaccionado a la crispación con más crispación. Han mantenido el tono previo. Otra cosa es que a lo mejor el tono previo fuera estridente o innecesariamente estridente. En ese sentido soy crítico con ellos, como cuando salen a hacer manifestaciones con la bandera de México. Si estas en EEUU, no salgas para pedir reconocimiento a inmigrantes indocumentados con la bandera de México. No salgas en ningún país, en el que eres inmigrante, con la bandera de tu país de origen. Punto. Me da igual que sea EEUU, España o Malasia. Pero ahora mismo, con toda la crispación de los últimos años, no ha habido un juego de acción-reacción y creo que esto ha sido muy positivo. ¿Cree que España está aprovechando el crecimiento hispano para potenciar sus relaciones diplomáticas y culturales con EEUU? Creo que España tiene un potencial enorme en EEUU que está aprovechando, pero que todavía debería de aprovechar muchísimo más. No sólo por medio de los hispanos, sino incluso con la relación directa e histórica entre España y EEUU. Creo que es absolutamente enorme y abrumadora y los propios españoles lo dejamos pasar. En materia de hispanos, creo que no te puedes acercar a la comunidad hispana de EEUU como la antigua potencia colonial y en ocasiones esta actitud se ha dado, es decir, la idea de que esto es la “nueva Reconquista”. A nadie le gusta que alguien viniera a España y nos dijeran que esta es la “nueva Reconquista” de los italianos por la antigua Roma. Creo que hay que utilizar más los valores del presente y del futuro, es decir, la presencia de España como país consolidado de Europa, la comunidad lingüística, la tradición religiosa, etc. Creo que se pueden hacer muchas más cosas en ese sentido: España como puerta de la Unión Europea. Es un factor absolutamente crítico que se ha utilizado, pero que se puede emplear mucho más y, sobre todo, tratar de evitar la referencia a la época colonial por motivos obvios. A nadie le gusta que le recuerden que su país fue una colonia.
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    ¿Surgirá un movimimento hispanista en el seno de los USA?

    https://www.hispaniccouncil.org/la-herencia-espanola-presente-en-ocho-simbolos-de-estados-unidos/ La huella de España, en los símbolos de Estados Unidos La huella de España, en los símbolos de Estados Unidos A pesar de que el devenir de España y Estados Unidos está estrechamente ligada desde la llegada de Cristobal Colón a América en 1492, esta parte de la Historia no es siempre conocida y, en especial, es el origen de muchos de los símbolos que en Estados Unidos se utilizan en su día a día. Estos son algunos de ellos: El símbolo del dólar: Aunque hay múltiples teorías sobre el origen del símbolo del dólar de una “S” mayúscula atravesada por dos barras, la teoría más estudiada es que es de origen español. La dos barras simbolizan los Pilares de Hércules, provenientes del escudo de armas del rey Fernando el Católico, a los que atravesaba una cinta con el lema “non plus ultra” (no más allá). Tras el descubrimiento de América, Carlos V modifico este lema y estableció “plus ultra” (más allá). En tiempos de las colonias el dólar español fue acuñado como moneda oficial desde 1785 a 1857, año en el que se ilegalizó su uso. Sin embargo, el símbolo creado a partir de el escudo español continua en vigor. El escudo y la bandera de Montana: Aprobado en 1985, el escudo del estado de Montana incluye un estandarte en el que se lee en español “oro y plata” en referencia a la actividad minera que introdujeron los españoles. La bandera contiene el mismo escudo sobre un fondo azul. El escudo de Los Ángeles: la ciudad de Los Ángeles contiene en la parte central de su sello un escudo dividido en cuatro partes, correspondientes a los países y reinos a los que ha pertenecido a lo largo de la historia: el sello de Estados Unidos, la bandera de California (estado al que pertenece), el escudo nacional de México y el escudo de Castilla y León. Escudo de Puerto Rico: según muchos historiadores es el escudo más antiguo del denominado “Nuevo Mundo”, otorgado por Fernando el Católico en 1511 y adoptado de nuevo como sello oficial en 1976. En el escudo se aprecia una cinta que rodea a la figura principal del sello en la que se suceden cuatro imágenes de forma consecutiva: el castillo en honor a Castilla, el león del reino de León, la bandera de Aragón y la Cruz de Jerusalén cómo signo del reino de Jerusalén. La bandera de Florida y Alabama: ambos estados incluyen en sus bandeas la Cruz de Borgoña presente hoy en día en el Escudo de armas del Rey de España, la bandera de ciudades como Logroño o Fuenterrabia y en símbolos de las Fuerzas Armadas Españolas. La cruz en color burdeos es el símbolo de la casa de Borgoña a la que pertenecía María de Borgoña, madre de Felipe I el Hermoso quién contrajo matrimonio con Juana I de Castilla. Florida estableció esta bandera en 1900 y Alabama en 1895. La bandera de Arizona: en la parte superior de la bandera aparecen 13 rayos en rojo y amarillo en honor a las 13 colonias originarias del estado con los colores del Imperio Español. Fue diseñada en 1911. Bandera de Nuevo México: el rojo de la cruz central y el amarillo del fondo honran a Isabel I de Castilla y a los conquistadores de las tierras de este estado. Se adoptó como bandera oficial en 1925.
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    ¿Surgirá un movimimento hispanista en el seno de los USA?

    Una curiosidad: en la Exposición Ibero-americana del 1929 en Sevilla (de las primeras veces que se usan esos términos en un evento de importancia), aparece el pabellón norteamericano rodeado de todas las demás naciones de América y de la Península. ¿Para cuándo una "vuelta" de EEUU al Continente Hispánico, la América?
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    ¿Surgirá un movimimento hispanista en el seno de los USA?

    La olvidada conquista de Bahamas en la que España y EE.UU. combatieron juntos a los británicos Augusto Ferrer-Dalmau rescata en su nuevo cuadro, «Pabellones hermanos», la única ocasión de la Guerra de la Independencia en la que españoles y norteamericanos lucharon mano a mano y que reafirmó el apoyo hispano a los rebeldes https://www.abc.es/cultura/abci-olvidada-conquista-bahamas-espana-y-eeuu-combatieron-juntos-britanicos-201703270103_noticia.html «Pabellones hermanos», de Augusto Ferrer-Dalmau
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    ¿Surgirá un movimimento hispanista en el seno de los USA?

    Una muestra explica el rol de España en el origen de EEUU https://www.hispaniccouncil.org/una-muestra-explica-el-rol-de-espana-en-el-origen-de-eeuu/ Desde el 26 de septiembre al 18 de noviembre en la Antigua Residencia de los Embajadores de España en EEUU (Washington D.C.), los interesados y curiosos de la huella española en tierras norteamericanos tendrán la oportunidad de conocer con todo lujo de detalles la importancia de España en el nacimiento de los Estados Unidos de América. “Recovered Memories: Spain and the Support for the American Revolution” es el título de una exhibición que explora el apoyo que brindó España a las colonias norteamericanas antes y durante la Guerra de la Independencia de EEUU. Antigua residencia del Embajador de España en EEUU, donde tendrá lugar la exposición. Se trata de una muestra en la que también se destaca a figuras españolas notables cuyas vidas impactaron de forma relevante en el nuevo país. La exposición lleva al visitante a un viaje cronológico de las relaciones hispanoamericanas. Este recorrido histórico comienza con la Era de la Ilustración española durante el reinado de Carlos III, poniendo el foco en la revolución norteamericana, y finaliza con los avances tecnológicos de finales del siglo XX. Presentado por Iberdrola y Avangrid en colaboración con SPAIN arts & culture, la Embajada de España en Washington D.C. y el Ministerio de Defensa, la exposición cuenta con decenas de documentos históricos, obras de arte, vestimentas de la época, instrumentos musicales, mapas de la América previa a la revolución y otras tantas piezas históricas que ayudarán al visitante a trasladarse a aquellos tiempos. Detalle de “Pabellones hermanos”, de Augusto Ferrer-Dalmau.
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    ciencia Grandes científicos de España

    42) Juan José Delhuyar Juan José Delhuyar y Lubice (Logroño, 15 de junio de 1754 - Bogotá, 20 de septiembre de 1796), fue un afamado químico español que junto a su hermano Fausto logró aislar el wolframio por primera vez, hecho que aconteció en las instalaciones que la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País tenía en la localidad guipuzcoana de Vergara. Juan José Elhuyar nace en Logroño, La Rioja, en el seno de una familia de origen vasco-francés. Estudió matemáticas. física e historia natural en París entre 1773 y 1777 junto a su hermano Fausto. Ambos hermanos se vieron favorecidos por el espíritu de la Ilustración y fueron pensionados por el gobierno español en distintas universidades europeas con el fin de traer los conocimientos utilitarios de investigación científica. Juan José fue enviado a Suecia en 1781, dado que este país estaba a la vanguardia de la ciencia química, además de que el gobierno español se interesó por los métodos suecos para fabricar cañones. Estuvo primero en Upsala en cuya universidad investigaba e impartía clases Torbern Olof Bergman. Más tarde, hará lo propio en Köping con Carl Wilhelm Scheele. Junto a Bergman, estudió los métodos modernos de laboratorio para la obtención de elementos químicos, y sería el propio Bergman quien trasladó a Elhúyar la sospecha de que existía otro elemento metálico en la scheelita. A su vuelta a España, Juan José se prepara para aislar ese elemento y, ayudado por su hermano Fausto, en otoño de 1783, obtiene el wolframio, el primer elemento químico descubierto sin ser extraído directamente de la naturaleza, ya que no existe en forma libre, sin combinar químicamente. Sin embargo, al gobierno español no le agradó que Elhúyar dedicase más tiempo a sus estudios e investigaciones científicas que a la misión encomendada y fue enviado en 1784 a Santa Fe de Bogotá para trabajar en las minas de plata de Mariquita en el departamento de Tolima. Allí, colaboró en su condición de mineralista junto al botánico José Celestino Mutis Se casa en 1788 con María Josefa Bastida y Lee. Su muerte se produce el 1796 en la ciudad de Bogotá, en el entonces Virreinato de Nueva Granada y actualmente Colombia. Biografia de Juan José de Elhuyar
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    41) Gramática castellana por Antonio de Nebrija Elio Antonio Martínez de Cala y Xarava (Lebrija, Sevilla, 1441 - Alcalá de Henares, 5 de julio de 1522), más conocido como Elio Antonio de Nebrija, de Nebrixa o de Lebrija, fue un humanista español que gozó de fama como colegial en el Real Colegio de España de Bolonia. Ocupa un lugar destacado en la historia de la lengua española por ser el autor de la primera gramática castellana (la Gramática castellana), en 1492, de un diccionario latín-español ese mismo año y de otro español-latín hacia 1494, con relativa anticipación dentro del ámbito de las llamadas lenguas vulgares. De esta forma convirtió al castellano en la primera lengua culta de Europa tras el griego y el latín, sentando precedente a las demás. Fue, además, historiador, pedagogo, gramático y poeta. Antonio Martínez Calá y Xarava había nacido en Lebrija, Sevilla, en 1441. Fue más conocido como Elio Antonio de Nebrixa, llegó a ser un gran referente en el Renacimiento español: humanista, gramático, filósofo, historiador poeta, pedagogo y astrónomo. Había estudiado humanidades en la Universidad de Salamanca, así como filología en latín, en griego y en hebreo. Sus conocimientos abarcaron también teología, medicina, derecho, cosmografía, matemáticas, geografía, historia y, por supuesto, gramática, materia en la que tuvo como maestro a Martino Galeotto, en el Real Colegio San Clemente de España en Bolonia. Más tarde, en 1473, impartió clases de gramática y retórica en la Universidad de Salamanca. Fue protegido primero por el cardenal Juna de Zúñiga y después por el cardenal Cisneros. Nebrija escribió obras sobre varias materias: cosmografía, botánica, teología, pedagogía, numeración, pesas y medidas. Intentó reformar la enseñanza del latín en España y, en 1481, publicó una gramática latina, Introductiones latinae, que sirvió como texto de enseñanza para estudiantes hasta el siglo XIX. Esta gramática latina se dividía en dos partes: la analogía, que trataba sobre morfología, y otra parte que versaba sobre problemas de sintaxis, ortografía, prosodia, figuras de dicción y un léxico que no era muy extenso. Durante el Renacimiento, empezaron a editarse en Europa numerosas gramáticas latinas debido al entusiasmo por la literatura grecorromana. Es destacable, por ejemplo, la gramática latina publicada en 1471 por el italiano Valla, y que fue reeditada varias veces durante medio siglo. Para los hombres de la Edad Media, sólo el latín y el griego eran consideradas como lenguas cultas, porque estaban dotadas de una grandeza que hacía esas lenguas merecedoras de estudio y análisis, mientras que las lenguas vulgares se regían apenas por el gusto de los hablantes, sin necesidad de que estas fueran estudiadas ni de que se establecieran reglas. En ese ambiente, el docto latinista Nebrija, tuvo la idea de aplicar el modelo de estudio de una lengua culta a una lengua romance y, en 1492, escribió la primera Gramática de la Lengua castellana. El mismo año del descubrimiento de América y del final de la Reconquista, Isabel I de Castilla visitaba Salamanca, y allí Nebrija dedicó su obra a su reina. Fue un acontecimiento cultural de primer orden, pues nunca antes en Europa se había publicado una gramática de una lengua vulgar. El italiano tuvo su primera gramática en 1529; el portugués en 1536; el francés en 1550. España fue la pionera en fijar un conjunto de reglas y normas lingüísticas a una lengua vulgar, como era el castellano, para dar una homogeneidad y convertirla en una lengua culta. Lo que el gramático sevillano estaba ofreciendo era una revolución cultural: por primera vez, un lengua vulgar, el romance castellano, se convertía en lengua culta al disponer de una gramática propia, la primera vez en su género, que esa lengua romance, así ennoblecida, se convertía en el factor de cohesión y expansión de un imperio que comenzaba a nacer sobre las carabelas que cruzaban el Atlántico. Nebrija le dio una dimensión política a su obra, en adelante, el castellano "siempre fue la lengua compañera del imperio". Nebrija consideraba que la gramática era la base de toda ciencia y dividió la misma en: ortografía, prosodia, etimología y sintaxis. Esta división ha perdurado hasta la Edad Moderna. E igualmente otra distinción nebrijana perdura hasta recientemente: aquella que considera que las partes de la oración son ocho: nombre, pronombre, artículo, verbo, participio, preposición, adverbio y conjunción, y en sus notas añade gerundio y nombre participial infinito. También consideraba al latín como lengua superior a las otras y, por ello, cuanto más se acerca una lengua al latín, más perfecta es. Esto hace que su gramática castellana sea una gramática a la manera latina. Sin embargo, la originalidad de Nebrija es patente, trayendo auténticas innovaciones en su género, mucho antes que el resto de lenguas vulgares. Intuyó además el origen de la lengua castellana a partir de un latín corrompido, traído por los godos e influido por otras lenguas. La Gramática de Nebrija inspiró el surgimiento de una serie de obras similares que fue surgiendo en toda Europa, a medida que los idiomas de Europa cobraban conciencia de que eran tan nobles como el viejo latín. Su obra tuvo gran influencia en el mundo universitario español y europeo, siendo una de las cumbres del Humanismo en España. Recogía el legado clásico para revitalizar el estudio de las lenguas vivas. ESPAÑA ILUSTRADA: GRAMÁTICA CASTELLANA POR ANTONIO DE NEBRIJA
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    40) Antonio de Montserrat, el primero en cartografiar el Himalaya Antonio de Montserrat (Vich, Barcelona, 1536 – Salsete, India, 1600) fue un jesuita español formado en Portugal que en 1574 fue destinado a la misión de la colonia portuguesa de Goa, en la India, desde donde viajaría por buena parte del Asia Central y la península arábiga. Este viajero y erudito dejó constancia de sus viajes en cuatro manuscritos, de los que solo se conservan dos: el «Mongolicae Legationis Commentarius», en latín, y «Relaçam de Akbar, rey de los mongoles», en portugués, referentes a su estancia en la corte del gran Kan Akbar. Hijo de una familia noble de Osona, estudió en Barcelona, donde entró en contacto con San Ignacio de Loyola. Fascinado por la vida de los misioneros, entró en la Compañía de Jesús el 1558 siendo destinado a Portugal, donde fue ordenado sacerdote el 1561. Estudió en la Universidad de Coimbra y en Lisboa, donde fue prefecto de San Roque, vicerrector del colegio de San Antonio y preceptor del rey Sebastián I de Portugal. Embajador en la corte del Gran Mogol En 1574, a la edad de 38 años, vio cumplido su sueño de convertirse en misionero cuando fue enviado, con 39 jesuitas más, a la misión de la colonia portuguesa de Goa, en la India. Cinco años más tarde le fue encomendada la misión de integrarse en la embajada que debía presentarse a la corte del rey Mogol Akbar, con el encargo específico de registrar todo lo que sucediera durante el viaje. La presencia de los sacerdotes había sido pedida expresamente por el mismo rey. Los jesuitas portugueses interpretaron esto como la voluntad de Akbar de abrazar la fe cristiana, lo que, en ningún caso, fue así. De este modo, el 13 de diciembre de 1579, Antonio de Montserrat, junto con los jesuitas Rodolfo Acquaviva y Francisco Henríquez —un converso persa que hacía de intérprete— así como de un embajador de Akbar, partieron de la colonia portuguesa de Damán hacia la capital del Imperio mogol. La llegada del grupo a Fatehpur Sikri, la nueva capital fundada por Akbar, tuvo lugar el 4 de marzo de 1580 y allí permanecieron durante un año dedicados a diálogos y debates interreligiosos fomentados por el mismo rey Akbar con representantes de otras religiones como el budismo tántrico tibetano, el Islam, el hinduismo, el jainismo y el cristianismo. Montserrat aprovechó su estancia para instruirse en la lengua persa y acabó ganándose la confianza de Akbar como lo demuestra el hecho de que lo nombrara tutor de su hijo Murad. Al cabo de un año, en el norte, estalló una revuelta encabezada por un hermanastro del rey que tenía el apoyo de algunos caudillos afganos. A petición de Akbar, Montserrat se incorporó a la expedición militar y lo acompañó durante toda la campaña que duró hasta 1581. Este viaje le permitió al jesuita tomar contacto con buena parte de los territorios del Imperio, pudiendo visitar Delhi, el Himalaya, Himachal Pradesh, Cachemira, el Punjab y las estribaciones del Tíbet hasta el Afganistán. El fin del conflicto coincidió con el regreso a la embajada de Goa, una vez que los jesuitas constataron la nula voluntad del monarca de convertirse al cristianismo. En septiembre de 1582 llegaron a la colonia portuguesa donde, durante seis años, Montserrat trabajó sobre sus notas con la intención de lograr una obra más compleja y detallada. El cautiverio en Yemen En 1588 Antonio de Montserrat recibió la orden directa del rey español, Felipe II, de dirigirse a Etiopía para dar apoyo a los misioneros allí emplazados y sondear la posibilidad de lograr un acercamiento del cristianismo copto a la Iglesia de Roma. El 2 de febrero de 1589, Montserrat y su compañero Pedro Páez Jaramillo zarparon de Goa camuflados como mercaderes armenios. El viaje se interrumpe cuando en Dhufar (Yemen) fueron traicionados por el comandante que los debía llevar a Etiopía, el cual los entregó al jefe de la ciudad, quien, a su vez, los envió a Haymes, ciudad del interior donde estaba la residencia del sultán de Hadramaut.[3] Tras cuatro meses encerrados en la cárcel de esta ciudad, fueron enviados a Sanaa, sede del gobernador turco de Yemen, donde permanecieron hasta 1595, año en que fueron trasladados al puerto de Mokka, en el Mar Rojo, donde tuvieron que servir como remeros en galeras turcas durante unos meses hasta que Montserrat enfermó gravemente y fue recluido en la cárcel de la ciudad. Finalmente, un año más tarde, estos dos jesuitas fueron devueltos a Goa, tras el pago de un rescate. La salud de ambos era muy precaria tras casi siete años de cautiverio y, si bien Páez se pudo recuperar, Antonio de Montserrat murió en Salsete, cerca de Goa, donde había un famoso convento jesuita, en marzo de 1600. Su obra En el mismo año de su muerte culminó la versión definitiva de su obra «Mongolicae Legationis Commentarius» y junto a ella, el diseño de su mapa del Himalaya, una auténtica joya cartográfica abarcando gran parte de la India y grandes extensiones de Afganistán y Pakistán. En ella aparecen más de doscientos topónimos, accidentes geográficos resaltados en distintas tonalidades y coordenadas geográficas, reflejadas con sorprendente precisión, que tienen como referencia el ecuador, dibujando la línea del trópico de Cáncer con toda exactitud. Además de la cordillera del Himalaya, en la parte norte se distinguen otras cadenas montañosas cuya disposición parece coincidir con el Karakorum, el Hindú Kush y el Pamir. Click para ampliar La exactitud del mapa y lo acertado de sus descripciones, es tal que mantendría su vigencia hasta hace relativamente poco tiempo. En la crónica escrita, sus textos reflejan de manera fidedigna todos aquellos detalles trascendentes a ojos de un occidental como la geografía, la historia, la cultura y la religión de las diferentes comunidades que llegó a conocer, pero también una de las grandes obsesiones que movieron a los religiosos cristianos a adentrarse en las vasta extensiones asiáticas: la búsqueda de antiguas cristiandades perdidas, el rastro de la expansión del cristianismo hacia Mesopotamia, Asia Menor y Extremo Oriente. Alentados por las crónicas de algunos viajeros medievales al descubrir diferentes comunidades, así como por la existencia de las iglesias copta, abisinia, armenia y maronita. Roma buscaba desesperadamente pruebas de la existencia de un imperio a caballo entre la historia y la leyenda, un imperio dirigido por un rey-sacerdote poderosísimo, defensor de la fe cristiana ante el avance musulmán, el reino del Preste Juan en Etiopía. Un año después de la muerte de Antonio Montserrat, en enero de 1601, el jesuita Antonio de Andrade llegó a Goa con el objetivo de emplazar una misión y buscar la herencia cristiana en aquel misterioso reino aislado llamado Bottan o Tebat (Tíbet), lo que hace pensar que la crónica de Montserrat fue tenida en cuenta por los responsables de la Compañía de Jesús. Produce vértigo pensar que el Gran Mogol Akbar no llegara siquiera a sospechar que el viaje del jesuita y sus escritos, tuvieran un significado tan trascendental para Occidente. De alguna manera la invitación del emperador a los religiosos abriría la puerta al descubrimiento de uno de los últimos espacios a conquistar por los adalides de la fe cristiana, pero también cambiaría la cosmovisión de los viajeros de aquella incipiente Europa renacentista que indudablemente influenció en su modo de comprender el mundo y al hombre. Sin embargo, tras aquel primer impacto, la obra de Montserrat permaneció en el anonimato durante varios siglos. En 1906 Henry Hosten, un jesuita del Raj Británico especializado en la historia del cristianismo en la India, redescubrió el «Mongolicæ legationis Commentarius» y lo publicó en 1914. La obra despertó un gran interés en los indólogos de la época. En la actualidad, en pleno siglo XXI, la obra del jesuita está alcanzando el lugar que le corresponde por derecho propio gracias a la edición popular de sus obras traducidas del latín al castellano y al catalán por el orientalista Josep Lluis Alay. No obstante, aún quedan otros manuscritos redactados por Montserrat que hacen referencia a las costumbres y la geografía de India y Asia Central sobre los que se desconoce su paradero. El misterio de su ingente obra perdura hasta nuestros días. momentosespañoles.es - El primer mapa conocido del Himalaya Antoni de Montserrat: En la última frontera | Sociedad Geográfica Española
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    39) Pedro de Medina y el Arte de navegar Pedro de Medina, (1493 - Sevilla, 1567), matemático, geógrafo, cartógrafo, astrónomo, historiador y polígrafo español del Renacimiento. Su famoso Arte de navegar (1545) fue el primero sobre esta materia en Europa e influyó en Pedro Nunes y Michel Coignet. Click para ampliar Se cree que nació en Sevilla, aunque por su nombre y la gran protección que le dispensaron los duques de Medina Sidonia, parece haber nacido en la propia Medina-Sidonia. Desde 1520 fue tutor del conde de Niebla, heredero del VI duque de Medina Sidonia. Tras abandonar la casa de Medina Sidonia de manera amistosa, solicitó ser nombrado cosmógrafo y entregó un texto titulado Libro de Cosmografía (1538), apareciendo en los documentos como clérigo. Obtuvo en efecto una orden judicial para dibujar cartas de navegación, escribir libros de pilotaje y fabricar los dispositivos necesarios para la navegación a las Indias. En febrero de 1539, en relación con lo anterior, fue admitido como examinador en Sevilla de los pilotos y maestres que debían hacer la derrota de Indias y trabajó en el entorno de su Casa de Contratación, agencia gubernamental española que controlaba la exploración y colonización del Nuevo Mundo, aunque nunca estuvo empleado en ella; pronto se apercibió de los defectos en la formación de los pilotos y en el instrumental, libros y cartas náuticas que manejaban, por lo cual escribió al rey Carlos I una Representación sobre el desorden que había en las cartas e instrumentos de navegación, y en los exámenes de pilotos y maestres. La carta hizo un efecto fulminante, pues por real orden del 22 de febrero de 1545 se prohibió al cartógrafo Diego Gutiérrez que siguiese fabricando las cartas e instrumentos de navegación que, según Medina, tanto mal hacían a los estudiantes. Y ese mismo año salió su famosísimo Arte de navegar en ocho libros, seguramente una reelaboración y ampliación consultada de su Libro de Cosmografía inspeccionada previamente por el Consejo de Indias. En 1549 fue designado cosmógrafo real honorario. Como cartógrafo realizó uno de los primeros mapamundis, sumamente exacto, en su Cosmographia (1550). El Arte es el primer tratado europeo sobre navegación (aunque el de Martín Cortés, publicado en Cádiz en 1551 fue también muy relevante): Arte de navegar en que se contienen todas las reglas, declaraciones, secretos y auisos a que la buena navegación son necessarios, y se deuen saber. Ahí define las líneas del rumbo o loxodrómicas. Alonso de Chaves, cosmógrafo mayor, manifestó que el Arte había sido una recopilación de Medina y otros autores habían colaborado. Diego Gutiérrez y otros autores declararon que habían ayudado en partes del libro y el propio Medina reconoció la ayuda de Francisco Faleiro y de Alonso de Santa Cruz en otras ocasiones, aunque no en la redacción de este libro. Fue traducido quince veces al francés entre 1554 y 1663, seis veces al alemán entre 1576 y 1633, cinco veces al holandés (de 1580 a 1598), tres veces al italiano (1554-1609) y dos veces al inglés. Es difícil no apercibir la importancia que tuvo esta obra en el desarrollo de la navegación de altura. En 1552 se publicó una edición castellana abreviada con el título de Regimiento de navegación donde suprimió la mayor parte del material teórico relativo a la esfera e incluyó sólo los aspectos realmente necesarios para los pilotos. Otro Regimiento, que apareció en 1563, actualizó este compendio popular con veinte "Avisos" adicionales para el piloto práctico. Click para ampliar Carta del Mundo, en Suma de Cosmographia. En 1548 había publicado también, dedicado al por entonces príncipe Felipe II, su Libro de grandezas y cosas memorables de España. Agora nuevo fecho y recopilado por el Maestro Pedro de Medina vezino de Sevilla, más tarde ampliado y reeditado en 1595 por Diego Pérez de Mesa, catedrático de Matemáticas en la universidad de Alcalá. Se trata de una descripción de los hechos históricos y de las ciudades más importantes de España, con grabados que las representan y transcripción de documentos importantes. De Medina fue asesor real durante las dos juntas convocadas por el Consejo de Indias en 1554 y 1556 para determinar la posición correcta de Filipinas y las islas Molucas, y trazar la partición definitiva entre España y Portugal de esta región del planeta. Si bien Pedro de Medina consiguió corregir las cartas de marear de la familia Gutiérrez, protegida por el piloto Juan Caboto, mantuvo una postura poco flexible en cuanto a la «variación de la aguja de marear» o declinación magnética y no modificó su opinión contraria a la existencia de este fenómeno, incluso cuando ya había sido aceptado por los demás cosmógrafos españoles, alegando no haber suficientes pruebas y carecer de experiencia propia sobre el mismo. En su honor, hay una montaña en la Antártida que lleva su nombre. Pedro de Medina - EcuRed
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    38) Conde de Cotoca y la vacuna contra la viruela Santiago María del Granado y Navarro Calderón, primer conde de Cotoca, también conocido como Santiago Granado (Cádiz, España, 1757 – Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 1823), fue un médico y noble español que, ya entrado el siglo XIX, recorrió algunos de los más remotos dominios de la América Meridional, los que comprendían vastas zonas indígenas, inoculando la vacuna contra la viruela, recientemente descubierta. Biografia Nació en el seno de un noble linaje, hijo de don Juan Manuel del Granado Rodríguez de las Varillas, y de doña Juana Navarro y Calderón de la Barca, de la honorífica y antiquísima estirpe de la casa Calderón. Cursó en el Colegio de San Bartolomé de Cádiz, y estudió medicina con aplicación de aprovechamiento en el Real Colegio de Cirugía de la Armada de San Fernando de Cádiz, obteniendo los comprobantes respectivos de sus superiores para regentar la cátedra de prima de medicina. Luego con aprobación del intendente general de marina ejerció un cargo en el navío corsario Nuestra Señora del Rosario, y San Francisco de Asís, el año de 1779, hasta que en el siguiente de 1780 arribó a Montevideo. Fue aprobado y revalidado en las facultades de médico y cirujano por el Real Tribunal del Protomedicato. Las ejerció en las ciudades de Mendoza y la Villa Imperial de Potosí, admitido al uso de ellas por sus cabildos. Contrajo matrimonio en la Villa de San Lorenzo de la Frontera (actual ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) con doña Rosa Flores de Vergara y Durán, nieta del primer marqués de Miraflores, y única hija del pacificador del Perú don Ignacio Flores, quien fue gobernador intendente de Moxos en 1772-1781 y presidente de la Real Audiencia de Charcas en 1781-1785. El año de 1785 entró al servicio de Carlos III como médico y cirujano en la Tercera Partida Demarcadora de Límites con la colonia del Portugal, con nombramiento del virrey Loreto, en cuyo servicio permaneció sin interrupción hasta su disolución el año de 1801. El año de 1800 fue de médico y cirujano en la expedición militar que mandó el gobernador intendente Francisco de Viedma contra los insurgentes indios de la Cordillera de Chiriguanos. Acción humanitaria La acción humanitaria que desplegó, paralela a la expedición de Francisco Javier Balmis y Josep Salvany i Lleopart contra la viruela en las colonias de ultramar, no podía haber sido más encomiable y es un episodio trascendental de la medicina española. Representa un intento de saldar la deuda histórica que los conquistadores del siglo XVI habían contraído con la población americana. A raíz del descubrimiento, conquista y colonización del Nuevo Mundo, una variedad de enfermedades desconocidas para los indígenas comenzaron a causar miles de víctimas entre los mismos, siendo la viruela la más fulminante y catastrófica de ellas. Su acción humanitaria y de sanidad pública sin precedentes dio lugar a que el Ministerio de Gracia y Justicia de la Junta Suprema en Cádiz, en plena invasión napoleónica, le concediera una distinción nobiliaria y lo nombre Médico de Cámara de Su Majestad y de la Real Familia. Según el virrey Santiago Liniers: vacunó a 45.311 individuos, a su costa sin gravamen alguno del real erario ni de los pueblos beneficiados, caminando para ello más de 2.000 leguas por tránsitos ásperos, desiertos, habitados de fieras y enfermizos y sufriendo también las violencias de los malévolos o preocupados que llegaron a poner asechanzas a su vida" (carta del 4 julio de 1809). Y según el protomédico Miguel Gorman: arrostró los infinitos riesgos que debió prever no sólo por el dilatado viaje de más de 2.000 leguas, que tuvo que andar por caminos los más ásperos, y casi intransitables, sino aún más por la intemperie del clima, las ningunas comodidades que ofrecen países desiertos, habitados solamente de bestias feroces, indios salvajes, pequeñas poblaciones de hombres nuevamente reducidos a sociedad, y sobre todo, por las violencias de los malévolos o preocupados que llegaron a poner asechanza a su vida. El resultado de tan peligrosa Comisión, hecha a sus expensas y sin auxilio del real erario ni gravamen de los pueblos beneficiados, es haber vacunado 45.311 sujetos, es decir, haber salvado la vida cuando menos a la quinta parte de estos individuos que necesariamente habrían sucumbido a la hidra devoradora de la viruela" (informe del 26 de octubre de 1808). Juan Francisco del Granado - Wikipedia, la enciclopedia libre
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    37) Francisco Vallés, "el Divino" Francisco Vallés también conocido como Divino Vallés (Covarrubias; 4 de octubre de 1524-Burgos; 20 de septiembre de 1592) fue un médico castellano, el mayor exponente español de la medicina renacentista. Considerado el creador de la anatomía patológica moderna. Médico de Cámara de Felipe II, y protomédico General de los Reinos y Señoríos de Castilla. Francisco Vallés nació en Covarrubias, una villa de la provincia de Burgos, siendo bautizado el 4 de octubre de 1524; sus padres fueron Francisco Vallés (también médico) y Brianda de Lemus. Tuvo tres hermanos: Pedro, que fue arcediano de Covarrubias; Fray Luis, religioso agustino; y Petronila, que fue esposa de Manuel Hurtado de Vera. En 1544 inició sus estudios en la Universidad de Alcalá en el Colegio de Trilingüe alcanzando en 1547 la licenciatura en artes y filosofía, convirtiéndose en 1553 en maestro en artes y filosofía. En 1553 se licencia en medicina, y se doctora en 1554; consta como profesor, al menos desde 1556, impartiendo clases de anatomía práctica mediante disecciones de cadáveres. En 1557 sucedió a Cristóbal de Vega en la cátedra de Prima de medicina en Alcalá hasta 1572. Estuvo casado durante 42 años con Juana de Vera, con la que tuvo seis hijos: Lucía, Francisco, Juana, Catalina, Gabriel y Diego. En 1587 fundó un mayorazgo con su esposa, sobre la casa que tenía en la calle de Santiago y su hacienda en Alcalá de Henares. Estudió en diversas ciudades europeas, lo que le hizo entrar en contacto con Andrea Vesalio, al cual sucederá en 1572 como médico personal de Felipe II, nombrándole «Médico de Cámara y Protomédico General de los Reinos y Señoríos de Castilla» el cargo médico más elevado de España, alcanzado gran prestigio profesional y reconocimiento como intelectual. Estableció el examen del "Protomedicato", que debían realizar en Madrid todos los licenciados en medicina para poder ejercer, como control de la formación recibida en las diferentes universidades de España. Fue este rey el que le calificó de "Divino", al curarle de una crisis gotosa. Ejerció la mayor parte de su vida en Alcalá de Henares, donde enseñó medicina, siendo el primero que en Alcalá impartió clases prácticas con cadáveres por lo que se le considera el creador de la anatomía patológica. Además de médico fue un gran humanista y escritor, dominando con maestría el griego y el latín clásicos. Sus últimos años los pasó en la botica del Monasterio de El Escorial preparando la destilación de plantas naturales y organizando la biblioteca. Falleció el 20 de septiembre de 1592 en el Convento de los Agustinos de Burgos, al acompañar al rey Felipe II en un viaje. Sus restos, por su expreso deseo, fueron trasladados y enterrados en la Capilla del Colegio Mayor de San Ildefonso, en Alcalá de Henares. El 14 de abril de 2011, durante las obras de restauración de la capilla, se halló una urna de plomo con los restos de Vallés. FRANCISCO VALLES -El Divino Valles- -Protomédico de los reinos de Castilla- | Burgospedia, la enciclopedia del conocimiento burgalés
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    36) Marcos Jiménez de la Espada y la Comisión científica del Pacífico Marcos Jiménez de la Espada (Cartagena, 1831 - Madrid, 1898) fue un zoólogo, explorador y escritor español. Es conocido por participar en la llamada Comisión científica del Pacífico, la mayor realizada por España en América después de perder la mayor parte de sus territorios de ultramar en este continente, el cual recorrieron Jiménez de la Espada y sus compañeros entre 1862 y 1865. También publicó trabajos sobre Geografía e Historia del continente americano. Fue padre del niponólogo, orientalista y traductor Gonzalo Jiménez de la Espada. Formación Como hijo de funcionario que era, Jiménez de la Espada tuvo que cambiar de residencia varias veces durante su infancia y adolescencia, llegando a cursar el bachillerato en ciudades tan alejadas entre sí como Valladolid, Barcelona y Sevilla. En 1850 inició la carrera de Ciencias Naturales en la Universidad Central de Madrid, que terminaría cinco años después con el trabajo Los anfibios de Blainville y los batracios de Cuvier forman una clase aparte. El estudio y taxonomía de los anfibios sería un tema recurrente en su quehacer científico posterior. Dos años antes de terminar la carrera, consiguió su primer empleo como ayudante en la sección de Historia Natural de la universidad. Sin abandonar ésta consiguió otro puesto en 1857, también como ayudante, en el Museo de Ciencias Naturales de la Corte, hoy Museo Nacional de Ciencias Naturales. En ambos casos su labor de investigación (que duró 7 años en estos dos puestos, y 43 en otros similares en el mismo museo) se centró en la zoología y la anatomía comparada. Sin embargo, se debe admitir que los puestos que consiguió dentro del Museo no fueron nunca muy importantes (salvo al final de su vida), debido en buena medida a la caída en desgracia de su maestro y director del Museo, Mariano de la Paz Graells, en 1867. La Comisión Científica del Pacífico La futura Comisión comenzó a gestarse inicialmente en la corte de Isabel II como una simple operación militar para reforzar la perdida presencia española en las costas americanas del Océano Pacífico, no demasiado diferente de otras intervenciones militares españolas de la misma época en La Española, Marruecos o Indochina. No obstante, influidos por el auge de las expediciones científicas europeas en el resto del mundo (especialmente las del alemán Alexander von Humboldt), los responsables de la operación decidieron darle un nuevo enfoque científico, aunque las actividades de éste estarían supeditadas al mando militar. Se esperaba que la llamada Comisión Científica del Pacífico hiciese un completo análisis de la biodiversidad, geografía y antropología del continente americano, como nunca se había hecho hasta entonces. También sería la mayor expedición científica realizada por España hasta la fecha, en la cual no sólo se documentaría gráficamente sino que también se recogerían multitud de especímenes, tanto vivos como muertos, que serían destinados al Museo de Ciencias Naturales y al Jardín Botánico de Madrid. Para ello, se eligieron ocho naturalistas, de los que cuatro eran zoólogos. Jiménez de la Espada logró ser uno de ellos gracias a las gestiones de Graells, que lo consideraba su discípulo predilecto. La expedición partió el 10 de agosto de 1862[2] del puerto de Cádiz en una escuadra formada por las fragatas Nuestra Señora del Triunfo y Resolución y la goleta Covadonga, hizo un par de escalas en las islas Canarias y Cabo Verde, bordeó las costas de Brasil y arribó a Uruguay. Allí la expedición se dividió en dos, una de las cuales se adentró tierra adentro hacia el oeste, mientras que la otra (en la que figuraba Jiménez de la Espada) siguió la ruta marítima rodeando la costa sudamericana y atravesando el peligroso Estrecho de Magallanes, para reunirse de nuevo con sus compañeros en Chile. Desde allí la expedición hizo un completo reconocimiento de las costas de Perú, Centroamérica, México y California (con escala incluida en San Francisco), para luego volver de nuevo hacia Perú, donde debía continuar el estudio tierra adentro. Recién llegados allí en marzo de 1864, se encontraron con que estallaba un conflicto entre España y el país andino, que desembocaría en una guerra abierta contra este país y Chile. Incapacitada para desembarcar en la mayor parte de la costa pacífica sudamericana, los mandos militares ordenaron la supresión de la expedición. No obstante, Jiménez de la Espada y otros tres científicos de la Comisión (el joven zoólogo Francisco de Paula Martínez y Sáez, el antropólogo cubano Manuel Almagro y el botánico Juan Isern Battló) se negaron a ello y optaron por seguir la expedición en tierra firme por su cuenta, a pesar de las constantes órdenes en sentido contrario que les llegaban desde España. Comenzaba así el llamado Gran Viaje, durante el cual cruzarían todo el continente sudamericano por su parte más ancha, desde Ecuador a la desembocadura del río Amazonas. El regreso a España del fotógrafo de la expedición al estallar la guerra, Rafael Castro y Ordóñez (primero que se sumaba a una expedición científica), hizo que el testimonio gráfico del Gran Viaje corriese a cargo del propio Jiménez de la Espada, que incluyó numerosos dibujos de los paisajes que visitó durante la travesía en su diario. Muchos de estos dibujos son de volcanes, por los que parecía sentir una especial atracción que le llevó a escalar cuantos se encontró en el camino. Entre ellos se cuentan el volcán Izalco de El Salvador, visitado durante la primera fase del viaje, y los ecuatorianos Cotopaxi, Sumaco y Pichincha. En este último se perdió durante tres días, pero pudo ser rescatado en el último momento por sus compañeros. Tras cruzar la cordillera andina, llegó con sus compañeros al río Napo, siguió el curso del mismo hasta el Amazonas y desde allí alcanzó el Océano Atlántico. Los cuatro agotados expedicionarios regresaron a España en diciembre de 1865, tras lo cual Jiménez de la Espada se reincorporó rápidamente a sus puestos en el Museo de Ciencias Naturales y la Universidad de Madrid. Labor científica y obras Zoología Durante toda la aventura americana, Jiménez de la Espada recolectó todo tipo de animales que no sólo estudió, sino que también envió, vivos, a Madrid. Ya antes de embarcarse en la expedición había trabajado varios años en la aclimatación de animales foráneos en el Jardín Botánico de Madrid, todo ello bajo las directrices de Graells. Con la experiencia adquirida entonces, no le fue difícil hacer lo mismo con distintos ejemplares de mamíferos, aves y reptiles que hasta entonces no se habían llevado nunca a Europa, entre ellos algunos tan característicos como la mara o liebre de la Patagonia, el guanaco, el cisne de cuello negro y el cóndor de los Andes. Muchos de los descendientes de estos animales serían cedidos más tarde a diversos jardines zoológicos europeos, lo que le valió a Marcos Jiménez de la Espada la concesión de la medalla de primera clase de la división de mamíferos por parte de la Société impériale zoologique d’acclimatation de Francia, otorgada el 23 de marzo de 1866. Pasó seis años dedicándose exclusivamente a reordenar y estudiar a fondo los materiales recogidos durante la expedición, que plasmaría en sus obras posteriores. En 1870 publicó el artículo Algunos datos nuevos o curiosos acerca de la fauna del Alto Amazonas. Mamíferos. en el Boletín-Revista de la Universidad de Madrid. Dentro de éste describía (entre otros) el aspecto y comportamiento del murciélago Thyroptera albiventer y daba a conocer por primera vez en Occidente los monos Leontocebus graellsi (bautizado así en honor de su maestro) y Leontocebus lagonotus. En 1871 publicó el informe Faunae neotropicales species quaedam nondum cognitae ("Especies de la fauna neotropical desconocidas") en el Jornal de la Academia de Ciencias de Lisboa, y ese mismo año fundó junto con otros colegas la Sociedad Española de Historia Natural, en cuyos anales publicaría buena parte de sus trabajos posteriores. Ya era un autor de referencia en toda Europa cuando, en uno de estos anales, publicó su mayor obra en el campo de la zoología, Vertebrados del viaje al Pacífico. Batracios. confeccionada tras estudiar de forma exhaustiva los 786 anfibios recolectados durante el viaje. En la obra, publicada en 1875 y reeditada en 1978, describe un total de 18 géneros y especies ya conocidas, así como 2 géneros, 12 especies y 3 subespecies totalmente ignoradas en aquel entonces. En la misma, no sólo describe las especies desde el punto de vista anatómico, sino que también habla de su biología y costumbres. Destaca lo referido a la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii), de la que rebatió la concepción errónea (tenida entonces por cierta) de que daba a luz crías vivas a través de su boca, en lugar de (como él demostró) poner huevos que luego el macho incubaba en su saco bucal. Este complejo estudio se considera, aún hoy, un clásico dentro de la literatura zoológica. Pero no todo iban a ser éxitos. La disolución gubernamental de la comisión encargada del estudio de los materiales recogidos durante la expedición del Pacífico le privó de muchos de sus especímenes, entre ellos los correspondientes a su colección de mamíferos del Alto Amazonas, que estaba compuesta por animales de 100 especies diferentes, 35 de las cuales aún no descritas y nominadas. Veinte de estos mamíferos fueron descritos posteriormente por naturalistas extranjeros, a partir de ejemplares recolectados en expediciones que tuvieron lugar más tarde. Las trece restantes pudieron ser estudiadas por Ángel Cabrera, discípulo de Jiménez de la Espada, en 8 volúmenes que publicó entre 1900 y 1917. El diario que escribió durante el viaje fue publicado por Agustín J. Barreiro en 1928. Geografía, Historia y Antropología A pesar de encontrarse en el clímax de su prestigio como zoólogo, Jiménez de la Espada aparcó momentáneamente su labor científica y se entregó al estudio de la geografía e historia americana. En 1876 fundó la Sociedad Geográfica de Madrid, y en 1883 entró en la Academia de la Historia. Desde allí dirigió la reedición de las obras de grandes viajeros medievales y modernos como Pero Tafur y el jesuita Bernabé Cobo, y los estudios sobre el Perú prehispánico de Pedro Cieza de León y Bartolomé de las Casas. Entre 1881 y 1897 publicó los 4 volúmenes de su obra Relaciones geográficas de Indias, sobre el antiguo Virreinato del Perú, que le valieron la concesión del premio Loubat de la Academia de la Historia. Participó en los congresos americanistas de Bruselas (1879), Madrid (1881), Turín (1886), Berlín (1888) y París (1890). Su labor en pro de la divulgación de la antigua cultura incaica le valió la concesión de una medalla de oro por parte del Gobierno Peruano. También se le nombró miembro de la Sociedad Berlinesa de Antropología, Etnografía y Prehistoria, de la Real Sociedad Geográfica de Londres y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid. En 1895 accedió a la presidencia de la Sociedad Española de Historia Natural que él mismo había contribuido a fundar. Curiosamente, no presentó su tesis doctoral hasta abril de 1898, tres meses antes de ser nombrado catedrático de anatomía comparada y seis antes de su muerte. Su fallecimiento truncó el amplio estudio que preparaba sobre la expedición marítima de Alessandro Malaspina en el siglo XVIII. Francisco Giner de los Ríos y otros amigos que había hecho en la Institución Libre de Enseñanza le presentaron como símbolo del regeneracionismo científico español durante una ceremonia de homenaje oficiada tras su muerte. Marcos Jiménez de la Espada y Evangelista - Real Academia de la Historia
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    35) El matemático Rodríguez Pedro Xosè Rodríguez y González (Bermés, Lalín, 25 de octubre de 1770 - Santiago de Compostela, 30 de septiembre de 1824), también conocido como Matemático Rodríguez, fue un matemático y astrónomo español de la etapa de la Ilustración, tío del lexicógrafo Francisco Javier Rodríguez Gil. Nacido en el seno de una familia humilde de labradores que pudo estudiar gracias a la protección de un tío eclesiástico, completando los estudios de Gramática, Aritmética y Latín. En 1790, obtuvo el título de Bachiller en Filosofía a los que seguirían los grados de Bachiller en Teología y en Matemáticas. En el curso 1798-1799 ejerció como catedrático suplente de Matemáticas Sublimes de la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, cátedra que ganaría en 1800, donde el tribunal que lo examinó elevó un informe al rey Carlos IV alabando las capacidades y conocimientos de Rodríguez en las materias juzgadas (Aritmética, Álgebra, Trigonometría, Cálculo, principios de Mecánica hidroestática y Astronomía). En 1803 solicitó una excedencia para desplazarse a París y así ampliar sus conocimientos de astronomía y matemáticas y donde tuvo contacto con científicos y eruditos de renombre internacional como Jean-Baptiste Biot. En 1806 fue nombrado Comisario español junto a José Chaix en una expedición francesa liderada por François Aragó y Jean Baptiste Biot, con la misión de prolongar la medida del arco del meridiano de París entre Dunkerque y Barcelona hasta la isla de Formentera, continuando y mejorando el trabajo iniciado por Pierre Méchain y Jean-Baptiste-Joseph Delambre. Medición fundamental para el establecimiento de la unidad de medida de longitud, el metro, a partir de la cual se establecerían las unidades del resto de magnitudes que conformarían el futuro sistema métrico decimal. Los trabajos de medición tuvieron serias dificultades en las que Aragó fue detenido en Mallorca bajo sospecha de ser un espía francés en plena Guerra de la Independencia y al que Rodríguez ayudó a escapar de la cárcel. En 1809 se trasladó a Inglaterra donde realiza estudios y cálculos del meridiano de Greenwich a partir de las observaciones y mediciones del Teniente Coronel británico William Mudge, un célebre geodesta que, con sus cálculos, llegaba a la conclusión que la Tierra era achatada por el ecuador y no por los polos por el efecto gravitatorio según las teorías de Isaac Newton y Christiaan Huygens. Sin embargo, José Rodríguez con las observaciones de Mudge y utilizando las fórmulas y el método de Delambre recalculó todas las observaciones y descubrió un error de observación de la latitud de la estación intermedia de Arbury Hill demostrando lo equivocado que estaba Mudge con sus conclusiones sobre la forma del arco del meridiano y por tanto la forma de la Tierra. Es, quizás, la aportación más importante del Matemático Rodríguez a la ciencia: demostrar empíricamente que la teoría de Newton era cierta y además hacerlo con una mayor exactitud que cualquier otro matemático. Sus conclusiones bajo la forma de comunicación fueron leídas por su amigo José Mendoza en calidad de miembro ante la prestigiosa Royal Society, el 4 de junio de 1812. Comunicación titulada Observations on the measurement of threes degrees of the meridian, conductery in England by Lieutemant Colonel William Mudge. En 1814, con permiso real, se desplazó a Alemania donde tomó contacto con la Cristalografía en la Universidad de Gotinga bajo la supervisión del mineralogista Werner. Sus conocimientos sobre Mineralogía se completaron al conocer a René J. Haüy, padre de la Cristalografía moderna, quién le regaló una colección de 1.024 modelos cristalográficos tallados en madera perfectamente catalogados y ordenados. En 1817, por encargo de la Universidad de Santiago de Compostela, regresó a París para adquirir instrumentos para el nuevo gabinete de Física de la universidad. En 1819 aceptó el puesto de director del Observatorio astronómico de Madrid dependiente del Museo de Ciencias Naturales para la reorganización del observatorio así como el de profesor de astronomía del mismo museo. En 1822 ayudó a organizar la recién creada Universidad Central de Madrid, hoy Universidad Complutense, defendiéndola como centro aglutinador de la ciencia y punto de reunión de las eminencias del país. Dejó su cátedra de Santiago de Compostela para ocupar en Madrid la cátedra de Astronomía. Política En el plano político y social, sus constantes viajes por Europa y la toma en contacto con el pensamiento ilustrado de los académicos y científicos con los que se rodeó le llevaron a abrazar desde un primer momento las ideas ilustradas y liberales procedentes de Francia frente al inmovilismo imperante en España. El propio Rodríguez en una de sus cartas en 1820 escribía: "... digo que ningún pueblo de la tierra hizo el paso repentino de un estado de embrutecimiento, de esclavitud y de barbarie al de libertad, de independencia y de la razón con más moderación y mayor dignidad que el pueblo español..." Asimismo, fueron sus relaciones tanto políticas como académicas y científicas las que le llevaron también a ser diputado a Cortes por Galicia durante el trienio liberal 1821-1823 hasta que el rey Fernando VII restauró el absolutismo anulando la Constitución de Cádiz. Caído en desgracia por sus ideas, fue desposeído de su cátedra en Madrid y, enfermo y casi sin recursos, viajó a Portugal en 1824 donde tuvo contacto con la Universidad de Coimbra y Lisboa. Ese mismo año regresó a Santiago de Compostela donde murió siendo enterrado en la iglesia de San Agustín de Santiago de Compostela, en una tumba sin inscripción. Legado Fue un científico que, a pesar de tener el total aprecio y distinción de los geómetras y astrónomos más famosos de entonces, en especial de Pierre Simon Laplace, ser presentado en la Academia de las Ciencias Francesa y ser leída su importante comunicación en la Royal Society, en España apenas tuvo repercusión y reconocimiento. Dejó algunos manuscritos muy interesantes y su colección de mineralogía, regalo de Haüy, fue donada a la Universidad de Santiago de Compostela, donde se puede admirar en su Museo de Historia Natural, además parte de sus instrumentos están en una de las salas del actual Museo de Ciencias Naturales. El doctor Luis Gigirey en una conferencia en Barcelona en 1917 dijo de Rodríguez: "El ejemplo de nuestro sabio, el doctor don José Rodríguez y González debe alentarnos a todos. El luchó desinteresadamente por la Ciencia y sea esta la que inspire nuestros actos, porque, sólo la Ciencia amparada en la idea de Dios, es lo único que puede conducirnos a la verdadera felicidad en todos los órdenes". Esta inmortalizado en el Paraninfo Universidad de Zaragoza junto a José Chaix. El héroe de Greenwich
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    34) José Celestino Mutis, "príncipe e ilustre patriarca de los botánicos". José Celestino Mutis fue un botánico, matemático, sacerdote y expedicionario español que ha pasado a la historia de la Humanidad por descubrir una riqueza natural americana nunca antes investigada, desde cargamentos de quina a una extraordinaria representación iconográfica de la flora y la fauna del Virreinato de Nueva Granada. Su expedición botánica ilustrada también se encargó de radiar las nuevas teorías científicas de Linné y Newton sobre la América española. Etapa en la Península José Celestino Mutis y Bosio nació en Cádiz, el 6 de abril de 1732. Esta era una ciudad en pleno auge comercial con América, que estaba desarrollando el estudio de las ciencias y el movimiento de la Ilustración. En la década de 1750, Mutis iniciaba estudios de medicina y cirugía en el vanguardista Colegio de Cirugía de Cádiz, fundado por Pedro Virgili, carrera que continuó en la Universidad de Sevilla. Tras concluir su etapa de formación, trabajó durante cuatro años en el Hospital de Cádiz. Sus primeras etapas profesionales se desarrollaron bajo la tutoría de algunos de los más eminentes científicos del momento. Durante tres años se interesó por la física, la química, la fisiología, la patología y la historia natural, trabajando como suplente de la cátedra de anatomía del Hospital General de Madrid. En esta ciudad recibió la influencia de la botánica linneana impartida por Miguel Barnades y participó en algunas tertulias ilustradas, entre ellas la de la Sociedad Médica de la Real Hermandad de Madrid. Perfeccionó sus conocimientos botánicos en el Jardín del Soto de Migas Calientes y en el Hospital Real de la Marina de Cádiz. Etapa americana y Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada En septiembre de 1760, Mutis zarpó desde Cádiz con destino a Cartagena de Indias en la comitiva que acompañaba al recién nombrado virrey de Nueva Granada, Pedro Messía de la Zerda, alcanzando Santa Fe de Bogotá, al año siguiente. El territorio virreinal englobaba las actuales Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela, norte del Perú y Brasil, y oeste de Guyana. A pesar de la dureza del clima tropical, las continuas lluvias, la agresividad de los mosquitos y su limitada salud, se dedicó a la actividad médica. Durante sus primeros meses, quedó cautivado por la agreste y exuberante naturaleza tropical, lo que estimularía su estudio por la botánica americana. Desde entonces, Mutis se dedicó a observar y describir el medio natural: desde la medicina popular a los venenos animales, desde las propiedades medicinales de las plantas a la utilización de las aguas, desde la explotación minera a las lenguas vernáculas. Mientras tanto, ejercía la profesión médica en la sede virreinal y una labor educacional como catedrático de matemáticas en el Colegio del Rosario. En 1763 y 1764, Mutis propuso a la Corte de España el apoyo y la subvención para la realización de una expedición botánica por el Virreinato de Nueva Granada con el objetivo de estudiar la flora y fauna americanas al más estilo de las expediciones patrióticas e ilustradas de su época. Su proyecto consistía en elaborar una completa historia natural, explorar la población indígena y la naturaleza, y mejorar la economía del virreinato. Ante la negativa burocrática, continuó sus investigaciones científicas y su cátedra, iniciándose a la explotación de las minas de plata de La Montuosa, en la provincia de Nueva Pamplona. Durante este período tuvo notable importancia el descubrimiento de quinos en varios lugares. Después de veinte años, a petición del virrey y arzobispo Antonio Caballero y Góngora, envió un actualizado tercer proyecto científico a la Corte de Carlos III. Este rey ilustrado, que había estudiado botánica además de otras ciencias, técnicas y artes, aceptó la propuesta en 1783. La Real Expedición Botánica al Nuevo Reino de Granada se inició bajo su mando ese mismo año y prolongó unos treinta años más y en las que se catalogaron 20.000 especies vegetales y 7.000 animales. Fue englobada en el marco científico e ilustrado en el que se fomentaron las expediciones de su época y que se denominó como el "redescubrimiento de América". Aunque durante veinte años de vida en el territorio americano había reunido una valiosísima información científica, hasta el momento Mutis se había ocupado de la investigación botánica como actividad secundaria. En adelante, la observación y el estudio del medio natural constituyó su ocupación principal, siendo nombrado primer astrónomo y botánico de la Real Expedición. Click para ampliar Láminas de la flora de la expedición. Cubrió unos 8.000 kilómetros cuadrados, utilizando como eje el río Magdalena: Santafé y sus alrededores, la laguna de Pedro Palo, la Mesa de Juan Díaz, Guaduas, Honda y los alrededores de Mariquita, donde se establecería la base científica hasta 1790. El proyecto expedicionario permitía el adiestramiento de un grupo de naturalistas, formados por Mutis, para colaborar en sus trabajos de campo. Por esta razón, en Bogotá se abrió una Casa Botánica donde se formaron numerosos licenciados de pluma y herbolarios que estudiaron la historia natural y que realizaron láminas de excepcional calidad. Entre los dibujantes destacaban Salvador Rizo y Francisco Javier Mutis, que fue calificado por Humboldt como el mejor ilustrador botánico del mundo. Años más tarde, el médico y botánico bogotano José Jerónimo Triana contribuyó decisivamente a la determinación de las especies. También fue relevante su herbario y su biblioteca. Su obsesión por pintar plantas desde su entorno natural, el respeto por el sistema linneano y la reproducción con colores naturales le permitió realizar extraordinarias colecciones de dibujos de la flora colombiana y encontrar algunos pies de quinos. Entre sus colaboradores más notables, que extendieron la cobertura geográfica a estudiar, estaban sus sobrinos José y Sinforoso Mutis, este último exploró el norte del virreinato y la isla de Cuba, recogiendo materiales y participando en el negocio de la quina; el científico naturalistaFrancisco José Caldas, que fue responsable de la observación astronómica, consiguiendo además un extensísimo herbario de las tierras de Ecuador; fray Diego García, que reunió un amplio muestrario de fauna y geología desde el Alto Valle del Magdalena, entre La Palma y Timaná, hasta la zona de los Andaquíes; Eloy Valenzuela, subdirector de la expedición, que efectuó colecciones en Santander y, más tarde, en Bucaramanga; el botánico Francisco Antonio Zea, quien llegó a ser director del Real Jardín Botánico de Madrid; y Jorge Tadeo Lozano,que fue responsable de los trabajos zoológicos. Sus trabajos botánicos fueron la fuente de la Historia natural del Nuevo Reino de Granada. Preocupado por la utilidad y el provecho que podía beneficiar a la humanidad de estos estudios, se centró en ciertas especies vegetales como el "té de Bogotá", la canela americana y, muy especialmente, en la quina. La quina era extraída de la corteza de los quinos, árboles de la familia de las rubiáceas, cuyas propiedades febrífugas eran utilizadas por los indígenas. En Europa, ya se conocía sus propiedades curativas de este llamado "polvo de los jesuitas" desde que precisamente un jesuita, Bernabé Cobo, descubriese su uso como medicamento en 1638. La quina se había convertido en un remedio eficaz contra las fiebres, como el paludismo o la malaria. Durante su tiempo, otros naturalistas se dedicaron al estudio de esta planta: el naturalista francés La Condamine realizó investigaciones sobre la curativa corteza en la región de Loja (Quito); el médico español Pedro Virgili, maestro y protector de Mutis, fue el primer promotor de la creación de un monopolio de la quina peruana a instancias de Antonio Ulloa. En 1772, descubrió una especie de quino en los bosques de Cundinamarca, resultando un hallazgo relevante ya que hasta la fecha se creía que el quino sólo crecía en las cercanías del Ecuador. Más tarde, descubrió otras especies de cinchona, el tipo de quina más habitual, teniendo propiedades medicinales algunas de ellas. Sobre esta planta medicinal, sus especies, su forma de cultivo, recolección y protección, sus propiedades, y utilización en las enfermedades se volcaron algunos de sus más importantes trabajos. A principios del siglo XIX, Mutis consiguió implantar en el virreinato su plan de desarrollo científico desde la base fundacional de instituciones a imagen y semejanza a las europeos: fundó la Sociedad Patriótica del Nuevo Reino de Granada, también conocida como Sociedad Económica de Amigos del País de Bogotá, inauguró el Observatorio astronómico de Santa Fe, y elaboró un plan de estudios de medicina, vinculados al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. La Sociedad Económica de Bogotá promovió novedades en los sistemas educativos, económicos y sociales que mejoraron la vida en el virreinato. Mutisia clematis. Esta expedición resultó decisiva para el desarrollo de la cultura y la investigación en Colombia, ya que no sólo estudió la flora, la fauna y la minería, sino además las lenguas indígenas de su entorno. Es destacable la elaboración de una serie de vocabularios elementales constituidos por 100 palabras de cada idioma indígena por encargo del rey Carlos III. El Borbón respondía a la demanda de la zarina Catalina la Grande que le había solicitado vocabularios de las lenguas habladas en todos sus reinos, para hacer un monumental Diccionario de todas las lenguas del mundo. La defensa de los derechos de los indígenas y de sus culturas por parte de la Monarquía española fue un hecho verificable tanto Mutis como otros hombres y mujeres de su tiempo. Impulsó el desarrollo de otras ciencias especialmente las relacionadas con procesos industriales, como la minería de la plata y la destilación del ron. Contribuyó a mejorar el rendimiento de la Universidad de Bogotá en la que introdujo la ciencia moderna, siendo muy notable su influencia sobre las matemáticas, la física, la medicina y la historia natural. Se preocupó por el progreso de la sanidad en campos como la enseñanza de la medicina, la mejora de la profesión, las instituciones y los tratamientos adecuados. Las líneas de reforma eran novedosas: la medicina debía basarse en las ciencias experimentales y ser enseñada por medio de modernos libros. Era necesario cultivar la observación en las prácticas médicas, así como las autopsias, los estudios de enfermos y la atención a estos junto a sus lechos. La medicina se abría a los idiomas modernos, a las ciencias y a las prácticas recientes. Entre sus colaboradores y discípulos destacó Miguel Isla. La apertura hacia la ciencia astronómica permitió la fijación de los puntos geográficos y el estudio de los cielos. Francisco José de Caldas, su principal figura, fue quien estableció las coordenadas de Bogotá y comenzó una importante labor cartográfica necesaria para la geografía, la economía, la política y la defensa de las costas frente a los ingleses. Con el tiempo, Mutis fue adquiriendo un gran renombre en los círculos científicos europeos. Mantuvo constante correspondencia con los principales científicos europeos y españoles, entre los que destacaba Carlos Linneo, "padre de la taxonomía". La relación entre Linneo y Mutis se inició a través de los discípulos del gran naturalista sueco, Clas Alströmer y Frederic Logié, a quienes Mutis conoció en el puerto de Cádiz, cuando se disponía a partir a Nueva Granada. Linneo mostró interés en el estudio de la quina, por lo que Mutis le remitió ejemplares de una especie diferente a la Conchona oficiales. Linneo hijo introdujo en su honor el género Mutisia, ampliando el significado que le dieron los alumnos de Mutis. También compartió sus observaciones con Aimé Bonpland y con el prestigioso geógrafo y naturalista alemán Alexander von Humboldt, que le visitó durante su viaje expedicionario por América en 1801. Tal fue la admiración despertada por el alemán que le llamó "príncipe e ilustre patriarca de los botánicos". También consiguió que Juan José Elhuyar fuese a Nueva Granada para mejorar la producción de la plata en el virreinato y, al igual que había hecho su hermano Fausto Elhuyar en Nueva España, planteó con Mutis posibles mejoras en la extracción y administración de este metal. Eran dos magníficos científicos con muy buena formación en química, minería y metalurgia. La Corona quería mejorar la extracción de la plata en los virreinatos, aumentando así las remesas a una Europa necesitada de metales nobles para la acuñación de monedas debido a los importantes cambios políticos, bélicos, sociales y económicos de la época. José Celestino Mutis murió en Bogotá, el 11 de septiembre de 1808. Sus restos reposan en la Universidad del Rosario en Bogotá como docente que fue de esta institución. Su sobrino, Sinforoso Mutis Consuegra, hijo de su hermano Manuel, se hizo cargo de la Expedición Botánica con la colaboración de los oficiales de la Casa Botánica. Sinforoso completó el trabajo de su tío sobre la quina publicando, en 1809, un importante libro médico-botánico llamado Historia de los árboles de la Quina. Describió siete especies del género cinchona: lancifolia, cordifolia, oblongifolia, ovalifolia, longiflora, parviflora y flora; y comentaba asimismo sus propiedades medicinales. El arcano de la quina. Obra póstuma del doctor don José Celestino Mutis, que contiene la parte médica de las cuatro especies de quinas oficiales, sus virtudes eminentes y su legítima preparación fue publicada en Madrid, en 1818, por el doctor Manuel Hernández de Gregorio. Se trataba del trabajo que Celestino Mutis entregó para su publicación en 1807, poco antes de morir. Click para ampliar Billete dedicado a Celestino Mutis. Tras el estallido de los movimientos de emancipación de 1818, los materiales de la expedición (herbario, manuscritos y dibujos) se llevaron a España y actualmente se conservan en el Real Jardín Botánico de Madrid. Los más destacado son sus más de 6.000 dibujos botánicos de flora colombiana que forman parte del patrimonio nacional. Mutis está considerado un padre fundador de la formación nacional de Colombia, por eso es significativo que el Jardín Botánico José Celestino Mutis de Bogotá fuese nombrado en su honor, al igual que el Parque Botánico José Celestino Mutis de Palos de la Frontera. ESPAÑA ILUSTRADA: EXPEDICIÓN BOTÁNICA A NUEVA GRANADA POR JOSÉ CELESTINO MUTIS El tesoro botánico que llegó hace dos siglos del Nuevo Mundo | Cultura | EL PAÍS José Celestino Mutis - Wikipedia, la enciclopedia libre
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    33) Ángeles Ruíz Robles, precursora del libro electrónico Ángela Ruiz Robles (Villamanín, 28 de marzo de 1895 - Ferrol, 27 de octubre de 1975) fue una maestra, escritora e inventora española, precursora del libro electrónico. Click para ampliar Biografia Nacida en Villamanín (León) el 28 de marzo de 1895, hija de Elena Robles y Feliciano Ruiz. Realizó sus estudios superiores en la Escuela de Magisterio de León, donde impartió sus primeras clases de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil entre 1915 y 1916. En 1917 fue docente y directora en la Escuela de Gordón, en León. En 1918 obtuvo la plaza de maestra en Santa Eugenia de Mandia, una aldea próxima a Ferrol. Estuvo allí hasta 1928. El 18 de diciembre de 1925, recibe «una distinción especial por sus indiscutibles méritos en agradecimiento a su dedicación y la atención desinteresada» promovida por sus convecinos. En 1934 realiza una importante labor como gerente de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio. En 1945 es profesora de la Escuela Obrera gratuita. En 1948 enseña taquigrafía, ortografía, gramática y mecanografía en el Colegio Ibáñez Martín. En 1959 accede al cargo de directora, que mantuvo hasta su jubilación. Entre 1938 y 1946 escribe, da conferencias, edita y reedita la mayor parte de su obra científica, un total de dieciséis libros. Sus tres primeros son: Compendio de ortografía castellana, Ortografía castellana y Taquigrafía martiniana abreviada moderna. Imparte clases a opositores de aduanas, correos, telégrafos y para el ingreso en altos estudios mercantiles en la academia para adultos de su propiedad, Elmaca. Inventos Las iniciativas pedagógicas de Ángela Ruiz Robles, con sus aparejados inventos, nos dan perfecta cuenta de la trascendencia de los mismos en la época que los presenta y también, lo más relevante, en un futuro que ella, por razones de edad, no pudo ver. Atlas científico-gramatical, en 1944, que muestra España a los alumnos con el concurso simultáneo de la gramática, la sintaxis, la morfología, la ortografía y la fonética. A continuación, la máquina taquimecanográfica. Libro mecánico y Enciclopedia mecánica, en 1949. Consistente en una serie de abecedarios automáticos en diferentes idiomas, funciona por pulsaciones por medio de las cuales se forman palabras y frases, hasta lecciones enteras y, en suma, cualquier escrito que se pretenda. Sobre los abecedarios se sitúa a la derecha una bobina con dibujos lineales y a la izquierda una bobina con dibujos de adorno y figuras (a modo de símbolos); en la parte inferior de los abecedarios aparece un plástico para escribir, operar o dibujar; la parte interior da cabida a un estuche para guardar asignaturas, que se sitúan a la derecha, pasando por debajo de una lámina transparente e irrompible, susceptible de iluminación y aumentos para poder leer sin dificultad. A izquierda y derecha del recorrido de las materias dos bobinas permiten colocar los libros para leer, en cualquier idioma, dotadas de movimiento para facilitar la secuencia de estudio o lectura; estas bobinas automáticas pueden ser desplazadas a lo largo y ancho del estuche, lo que posibilita la visualización de la asignatura al completo. La enciclopedia mecánica puede colocarse en horizontal, sobre una superficie adecuada, como un libro, o en perpendicular a esa misma u otra superficie, según las necesidades o comodidad requerida por el lector; lo cual evita un esfuerzo físico e intelectual que va en detrimento del estudiante. Características de valor añadido son que el tamaño de la enciclopedia mecánica cuando está cerrada es convencional, de fácil manejo; que las piezas son recambiables; y que su coste es inferior al de la impresión tradicional puesto que la enciclopedia mecánica no requiere de pasta ni encuadernado y queda impresa, en conjunto o por partes, de una sola tirada. Ángela Ruiz Robles explica la necesidad de su enciclopedia mecánica para los alumnos y profesores: "Aligera el peso de sus carteras puesto que en un solo libro cabe todo el temario de la asignatura en cuestión, y los de las demás, hace más atractivo el aprendizaje y adapta la enseñanza al nivel de cada estudiante". La versatilidad del invento influye en la aplicación pedagógica: "Es portátil, pesa poco y se utiliza tanto en el colegio como en casa". Sobre el sistema tecnológico que se fundamenta la enciclopedia mecánica, con botones, luces, lentes, bobinas y sonidos, cita: "Se adapta a los alumnos de todos los niveles, también a los que padecen deficiencias visuales. Apoya el aprendizaje con sonidos. Enseña varios idiomas a un tiempo. Facilita el aprendizaje en condiciones de escasa o nula iluminación porque lleva incorporada la luz. Y, con relación al maestro, le da soporte para que añada sus propios materiales y aminorar costes". Añade, convencida de la utilidad de su invento: "Los libros mecánicos proporcionan muchísimas ventajas. El mío ha sido ideado para todos los idiomas y facilita grandemente el trabajo a profesores y alumnos". Define su libro como ideovisual, didáctico e interactivo, con textos que relacionan ideas: "Responde al progreso de la sociedad y cumple las leyes de enseñanza. Por su facilidad de manejo y su atractivo permite enseñar a los profesores y a los pedagogos tanto como a los alumnos. Se trata, en definitiva, de una pedagogía ultramoderna que actúa de acuerdo a la realidad pedagógica de la que es auxiliar". La relación de textos con ideas es lo que actualmente se denomina hipervínculo, de uso en Internet; prestación original de Ángela Ruiz Robles que la convierte en precursora del libro electrónico (e-book, iPad y tabletas digitales), hoy en día implantado en la sociedad, para su uso generalizado, y la escuela, para aplicaciones específicas. Reiteramos, pues es de justicia y motivo de orgullo patrio, que Ángela Ruiz Robles rechazó siempre las proposiciones de explotación de sus patentes fuera de España, por ejemplo en los Estados Unidos de Norteamérica, cuyo gobierno se ofreció formalmente para llevarlas a cabo; ella quiso que el desarrollo de sus invenciones tuviera lugar en España. Galardones y reconocimientos Persona emprendedora abocada a la innovación en los ámbitos didácticos y pedagógicos, apasionada de la enseñanza y pendiente del bienestar en alumnos y profesores, la maestra Ángela Ruiz Robles sintió el afecto de su gremio y el de los estamentos de Educación, prolongados ambos con toda justicia más allá de su fallecimiento en 1975. En 1947 recibe la Cruz de Alfonso X el Sabio por su labor social y sus innovaciones pedagógicas y en merecido y pronto reconocimiento a su carrera profesional. En 1952 le fue otorgada la Medalla de Oro y el Diploma en la 1. ª Exposición Nacional de Inventores Españoles. En 1956, el Ministerio de Educación Nacional le concede el Lazo de la Orden de Alfonso X el Sabio. En 1957 se le premia con el Oscar a la invención en la Feria Oficial y Nacional de Zaragoza. En 1957 recibe Medalla de Bronce en la Exposición Internacional de Bruselas y en 1958 la Medalla de Bronce por las novedades pedagógicas en la misma ciudad. En 1959 es nombrada Gestora Delegada de los Inventores Españoles para la Región de Galicia. En 1963 se le otorga la Medalla de Plata en la Exposición Internacional de Invenciones de Bruselas. En 1964 recibe el Diploma y la Medalla en la Exposición de Sevilla. En 1968 se le premia con la Medalla de Ginebra a los inventores españoles. En 1970 participa en la Exposición en el Salón de la Inventiva en el Palacio de Cristal de Madrid. En 1973 es nombrada Jefa provincial de la Federación Politécnica Científica de la Inventiva Internacional. Y hasta su fallecimiento formó parte de la Federación Politécnica Científica de la Inventiva Internacional en calidad de Ingeniero en Inventiva e Investigación Científica. En 1970, el vicepresidente para España, delegado oficial para América Latina y director de la revista Técnica e Invención, declara en la presentación de la investigación realizada por un equipo de científicos durante siete años en busca de inventos españoles lo siguiente: "En 20 siglos, tanto en España como en otras naciones, le aseguro que en ninguno de los numerosos centros de investigación que hemos consultado existía referencia alguna sobre ingenios de origen femenino. Creo que la situación no es solo española, porque tanto aquí como en el resto de los países la mujer significó bastante poco. La única inventora española es Doña Ángela Ruiz Robles, miembro de la Orden de Alfonso X el Sabio y poseedora de numerosos premios nacionales e internacionales a la invención. Doña Ángela se encuentra representada en esta Exposición por tres ingenios verdaderamente importantes en lo que a la enseñanza se refiere: la máquina taquimecanográfica, un atlas lingüístico gramatical y la enciclopedia mecánica que ha sido aprobada por el Ministerio Educación y Ciencia para texto de enseñanza." En octubre de 2011 la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Informática y de Telecomunicación de la Universidad de Granada le hace un homenaje como la precursora del libro electrónico (e-book). En 2013 ha sido editada por los ministerios de Economía y Competitividad y el de Educación, Cultura y Deporte la monografía: Ángela Ruiz Robles y la invención del libro mecánico, publicación consistente en una serie de artículos y estudios sobre la maestra inventora que además incluye las patentes de 1949 y 1962 -fechas donde se enmarca el proceso creativo que la condujo de la idea del libro mecánico al prototipo de la enciclopedia mecánica- que Ángela Ruíz Robles presentó de su Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para la lectura de libros y de la Enciclopedia mecánica. También en el año 2013 la comunidad científica informática, agrupada en la Sociedad Científica Informática de España (SCIE) y en el Congreso Nacional de Informática (CEDI) en su convocatoria de una nueva edición de los Premios Nacionales de Informática en su octava edición ha creado entre otros, el Premio Ángela Ruiz Robles a las actividades institucionales, corporativas o individuales que potencien el emprendimiento en el área de las tecnologías de la información y que estimulen la innovación, la transferencia de conocimiento, la creación de empleo, la apertura de nuevos mercados, la relevancia e impacto internacional e iniciativas análogas. https://www.google.es/url?sa=t&sourc...AvAO1OPvh4DhyU
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    32) El tren TALGO por Alejandro Goicoechea El TALGO es un tren de diseño español, proyectado internacionalmente con éxito, está considerado como el primer tren moderno de la historia. Su nombre proviene de las siglas de Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, en atención a su ingeniero Alejandro Goicoechea y su promotor José Luis Oriol Uriqüen. Alejandro Goicoechea Omar nació en Elorrio (Vizcaya) en 1895. Ingresó en la Escuela de Ingenieros del Ejército y después fue destinado en el regimiento ferroviario. Tras servir en Marruecos como capitán, en 1921 pasó a la Compañía del Ferrocarril Bilbao-La Robla, dedicada al transporte de mineral y donde ocupó la jefatura de materiales de tracción hasta 1936. Durante ese tiempo aplicó nuevas técnicas de soldadura empleadas en Bélgica y Alemania para puentes y acorazados, con el fin de proveer a los trenes de su empresa de unos vagones más ligeros, rápidos y resistentes. En 1926, se hizo un primer vagón, completamente soldado, sin remaches ni tornillos, que al año siguiente fue presentado al público en Bilbao, patentado en el Registro de la Propiedad Industrial y fabricado en serie por la empresa. A principios de la década de 1930, Goicoechea se interesó por los trenes de viajeros para reducir el alto número de heridos en los accidentes a causa de las astillas de los vagones. Aplicando su procedimiento podría conseguirse un vehículo rápido, seguro y barato. Así, a partir de 1931, se embarcó en el proyecto de un tren de rodadura elevada, muy ligero, totalmente articulado y sin posibilidad de descarrilar gracias a que su bajo centro de gravedad permitía grandes velocidades sin apenas riesgo. La Guerra Civil interrumpió su proyecto ya que febrero de 1937 Goicochea era incorporado al ejército de la República como capitán de ingenieros y encargado de las fortificaciones de Bilbao. En marzo de ese año se pasaba al bando franquista, al que proporcionó valiosa información, decisiva en la posterior caída de la ciudad. En 1938, asistió al Congreso de ciencias de Santander, en donde dio a conocer algunas de sus ideas. A partir de 1939, con el apoyo del empresario bilbaíno José Luis Oriol Urigüen y del alto mando militar, recuperó su proyecto de ingeniería ferroviaria que estuvo desarrollando antes de la guerra. El Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol apareció por primera vez en 1941, el año en que se crea en España el Instituto Nacional de Ingeniería y la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles. Está basado en coches o vagones cortos y más bajos que los tradicionales, que forman un sistema articulado de chasis colgados sobre bastidores triangulares isósceles que se utilizaban como soporte a ruedas independientes, que podían girar cada una con independencia de las otras. Su cobertura de aluminio ligero le confería menor peso, lo que sumado a su bajo centro de gravedad supuso la posibilidad de alcanzar mayores velocidades con gran confort interior, debido a la amplitud y su buen sistema de amortiguación. Sus diseños eran realmente atractivos y modernos, buscando siempre la aerodinámica y el estilo. Este sistema revolucionó el transporte ferroviario. El primer modelo fue el orgánico e innovador TALGO I, también llamado "Tren Oruga", Se trataba de un prototipo de convoy con estructura de aluminio y compuesto por locomotora y sólo un chasis, fue puesto en práctica en la línea Madrid-Leganes en 1941. Este modelo alcanzó en 1942 los 115 km/h entre Madrid y Guadalajara. Pese a lo satisfactorio de las pruebas, las autoridades españolas no pudieron prestar el apoyo necesario debido a la difícil coyuntura nacional e internacional. Sin embargo, ese mismo año creaba, con la ayuda del José Luis Oriol, la empresa Patentes TALGO, S.A. Un segundo modelo, el TALGO II, era producido en Nueva York en 1949. Al año siguiente ya funcionaba para RENFE en la línea Madrid-Valladolid, según la prensa este acontecimiento significaba "el más alto exponente de la tecnología española". En 1964 los Talgo II unieron por primera vez Madrid con Barcelona. Desde la década de los 1960 estos trenes iniciaron su exitosa carrera por las vías españolas e internacionales, recibiendo continuos perfeccionamientos. Sus trenes podían alcanzar velocidades superiores a los 200 km/h, disponían de marcha atrás o marcha en dos sentidos, y hasta se fabricó un modelo con ancho variable de vía para poder conectar las vías de España con las de Francia, de menor amplitud, común en toda Europa. Este modelo introducía importantes novedades de confort en relación con los trenes convencionales europeos, como el asiento reclinable, el aire acondicionado o cafeterías tipo avión. Durante bastantes años fueron los dominadores del mercado mundial. Desde primeros de esta década, nuevos Talgos enlazaron capitales de España y Europa. Pero fue Estados Unidos el primer país en adquirir la tecnología TALGO, que se convirtió en el primer tren europeo establecido en Norteamérica, llegando a copar dicho mercado desde mediados de los 60 hasta los 80, de hecho gran parte de los trenes de los EEUU son TALGO todavía. A principios de la década de 1970, Goicochea proyectó un vanguardista tren vertebrado que no tuvo repercusión comercial. En 1972 batía el record español de velocidad al alcanzar los 222 km/h. En los años 80 se lanza el famoso TALGO Pendular, adoptando nuevas innovaciones de gran comodidad, ligereza y rapidez, eran más confortables capaces de incrementar la velocidad en las curvas. Varios de estos avances han sido incorporados a los actuales trenes de alta velocidad. Tanto es su éxito que la empresa TALGO dio comienzo a una nueva etapa de expansión internacional, equipando trayectos en Alemania, Estados Unidos, países escandinavos y del este europeo. Retirado como teniente coronel, Alejandro Goicoechea falleció en Madrid en 1984. Entonces, uno de los sucesores de la compañía, Lucas Oriol, expresó con un ánimo de agradecimiento la aportación de sus innovaciones en del transporte ferrovial: "Su novedoso sistema estaba basado en tres aportaciones: bajo peso, bajo centro de gravedad y sistema de guiado sobre la vía. De estas tres características, el sistema de guiado ha sido la que más evoluciones ha experimentado, hasta llegar al Talgo Pendular que hemos desarrollado y ha entrado en servicio en 1980." La empresa Patentes Talgo se fundó con el objetivo de innovación constante y del perfeccionamiento de sus trenes, una investigación y desarrollo en transportes ferroviarios que se ha ido perfeccionando con el paso del tiempo y con Goicoechea a la cabeza hasta su muerte en 1984. TALGO también fue la elegida por RENFE para fabricar el Talgo 350, también denominado modelo Pato por la forma de pico de su cabecera, destinado a cubrir la línea del Tren de Alta Velocidad Española, con un récord de velocidad de 363 km/h. Toda esta brillante trayectoria fue compensada con el Premio Nacional de Diseño en el 2003. ESPAÑA ILUSTRADA: TREN TALGO POR ALEJANDRO GOICOECHEA
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    31) Escuela de Salamanca: La fundación de la Ciencia económica Los escolásticos españoles del siglo XVI, pertenecientes a la Escuela de Salamanca, desarrollaron las bases de la Ciencia Económica Moderna. Entre sus principales aportes se encuentran la aceptación de la ley de la oferta y de la demanda como agentes en la determinación de precios de un mercado libre, la exposición de una teoría subjetiva del valor de los bienes, y el establecimiento del valor del dinero en función, no sólo de su abundancia o escasez, sino de su capacidad de compra, la doctrina general del interés y el análisis del sistema tributario. Su gran hallazgo para la macroeconomía moderna fue la formulación de la teoría cuantitativa del dinero, tratándose de una relación entre la abundancia de moneda y el aumento del nivel de precios y, por influencia de esa teoría, la del intercambio de divisas. Los principales escolásticos fundadores de la economía moderna fueron Martín de Azpilcueta, Francisco de Vitoria, Diego de Covarrubias y Leiva, Domingo de Soto, Luis de Molina y Juan de Mariana. Click para ampliar Los primeros autores que analizaron los hechos económicos lo hicieron desde una perspectiva ética o moral. Hay una base común a todos los comentarios de Aristóteles, de los tratadistas romanos, y de los escolásticos. Trataron de juzgar moralmente cuestiones tales como el tipo de interés, el justo precio de un bien o las relaciones laborales entre amo y esclavo. Ese enfoque se mantuvo durante toda la Edad Media. El Descubrimiento del Nuevo Mundo y el desarrollo del mercantilismo introdujeron nuevos cambios en la economía europea de los siglos XVI y XVII. España colonizaba América en estado de primitiva economía agrícola, generando para ella cierto auge económico y estímulo al desarrollo, pues junto a la emigración humana se produjo un gran envío de semillas, víveres, útiles agrícolas, animales domésticos y toda clase de mercaderías. Esto exigió la explotación de los recursos españoles, que se vio recompensada por la contrapartida que suponía la masiva afluencia de metales preciosos, principalmente oro y plata, y otros productos originarios del Nuevo Mundo. El Reino de España se convirtió en el centro comercial y financiero de Occidente, desequilibrando el orden económico internacional que había imperado durante la Edad Media. Lisboa, las ferias castellanas y Sevilla desplazaron el epicentro mercantil y financiero situado hasta entonces en los Países Bajos y en las ciudades italianas. La Casa de Contratación sevillana fue el centro de intercambio de todos los mercados y ferias, llegando a ella gran cantidad de banqueros y comerciantes extranjeros, sobre todo flamencos, genoveses y alemanes, incluso exportadores turcos que controlaron parte de la economía de la Monarquía hispánica, todos ellos obteniendo grandes beneficios, y llevándose parte del oro y la plata que entraba por el puerto hispalense. Antes de la llegada de los metales preciosos americanos en el siglo XVI, el comercio europeo se nutría fundamentalmente del oro procedente del Sudán. El control comercial que efectuaron los otomanos en el este del Mediterráneo bloqueó la ruta del oro sudanés provocando una gran escasez de dicho metal en Europa. Esta situación se erradicó en parte con la plata procedente de las minas alemanas, que conocieron un período de prosperidad relativa entre 1470 y 1530, que coincidió con la escasez de metales preciosos. Taller artesanal de acuñación de moneda. A partir de 1530, el problema de la escasez quedó solucionado por la llegada en masa de metales americanos sustituyendo las fuentes antiguas de aprovisionamiento, haciendo afluir hacia Europa inmensas cantidades de dinero, que originaron graves alteraciones de los precios, especialmente en España, país convertido en el punto de distribución. Las remesas procedentes de América eran casi exclusivamente de plata. Es cierto que hasta 1550 también se enviaba oro, pero nunca fue suficiente, ni siquiera en los mejores años, para producir un efecto apreciable sobre los precios y desde 1550 fue relativamente insignificante. En cambio, las remesas de plata aumentaron lentamente desde 1530 hasta 1550, año en el cual los galeones comenzaron a importar plata en grandes cantidades, con un auge mayor desde 1580 hasta 1630, la época dorada del imperialismo español. El nuevo método de amalgama que consistía en el tratamiento de la plata con mercurio, fue introducido en las minas de Nueva España por Bartolomé de Medina en 1551 y desde 1571 se aplicó también a los yacimientos de Potosí en el Alto Perú. Este proceso permitió que se multiplicaran por diez las exportaciones de metales preciosos, fenómeno que provocó una profunda revolución de precios. Aquel monopolio y los intentos de conservar aquellas remesas de metal no fueron perfectos, ya que por diferentes motivos los metales preciosos salieron de España y circularon por el extranjero. En ese sentido, las Cortes se quejaron con frecuencia de que la salida constante de metales preciosos "como si fuéramos indios" estaba empobreciendo el país y solía decirse que España era "las Indias de otros países". Por si fuera poco, España tenía una balanza comercial negativa fundamentalmente porque exportaba materias primas a un precio barato e importaba productos elaborados a un precio mucho más alto. Esta situación propiciaba la salida hacia los grandes centros productores europeos de grandes cantidades de moneda por parte de comerciantes españoles o extranjeros afincados en España. Pero el gran error de los Austrias fue malgastar el dinero de los metales preciosos en la defensa del Imperio español y sus territorios en Europa, en lugar de invertir en empresas nacionales productivas. Todas las rutas a través de la cuales salía el dinero de España convergían en el norte de Europa, ya directamente desde los puertos del Cantábrico o a través de Francia e Italia, desde Amberes era enviado a Alemania e Inglaterra, a este último país era llevado por los barcos españoles en los que transportaban la lana. El tesoro americano tuvo importantes consecuencias no sólo para España sino también para sus vecinos europeos. El ritmo y volumen de metales preciosos que llegaban a Sevilla, especialmente a partir de 1750, condicionó las tendencias económicas de Europa y las pautas que siguieron esos envíos se convirtieron en indicadores de realización económica. La plata americana alimentaba los mercados financieros de Italia, el sur de Alemania y los Países Bajos, alivió la escasez crónica de dinero circulante que había obstaculizado la actividad económica de la Europa occidental, estimuló la producción y los flujos comerciales y se convirtió en un agente de crecimiento hasta que la suspensión de las importaciones de plata entre 1619 y 1622 provocó un desajuste financiero y comercial. Otros indicadores confirman estas tendencias: las tasas de interés descendieron en el período 1570-1620 al aumentar la masa monetaria, lo que impulsó el comercio y la industria; los precios tendieron al alza desde mediados del siglo XVI hasta los primeros años del XVII, siendo el aumento del triple en España y de más del doble en Francia e Inglaterra. Aunque no se tratase de una "revolución de precios" según los parámetros modernos, el alza de precios fue lo bastante importante como para afectar a las economías de la Europa de comienzos de la Edad Moderna. Mientras tanto, los salarios se rezagaron con respecto a los precios, lo que permitió beneficios que luego eran invertidos en nuevas empresas productivas. En cuanto a España, dos fueron los motivos principales del alza de precios de los bienes: por un lado, la demanda de productos desde el Nuevo Mundo; por el otro, la llegada masiva de las remesas de metales preciosos al puerto comercial de Sevilla, desde donde se propagó por toda España, especialmente por Andalucía, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, León y Valencia. El gobierno español, al igual que sus vecinos en el resto de Europa, no entendieron la conexión causal entre la afluencia de metales y el alza de precios, lo cual impidió la resolución de una política económica y financiera adecuada. De la necesidad de analizar e interpretar estos nuevos fenómenos económicos de la Modernidad y sus efectos sobre la economía española y de la búsqueda por aportar soluciones a problemas básicos e inéditos surgió el análisis y la resolución de un grupo de teólogos y juristas de la Universidad de Salamanca, pertenecientes a la denominada Escuela de Salamanca. Estos generaron novedosas leyes y teorías de carácter macroeconómico, y en definitiva, fundando las bases de la Ciencia Economía Moderna. Los escolásticos españoles del siglo XVI abordaron cuestiones referentes al dinero, valor y precio. Estudiaron el dinero, al que por primera vez consideraron como una mercancía más cuyo valor viene dado por su escasez o abundancia relativa. Los máximos exponentes que elaboraron las teorías del valor fueron Martín de Azpilcueta y Luis de Molina. Martín de Azpilcueta fue el pionero en el análisis de los efectos que producía en la economía española la masiva llegada de metales preciosos americanos; su conclusión fue que generaba inflación, por lo tanto un incrementos de bienes y carestía. Era una gran paradoja: la posesión de abundante oro y plata generaba pobreza. Torre del Oro, almacén de metales de la Flota de Indias. El Doctor Navarrus pasaría a la historia por ser el primer economista en relacionar la cantidad de Dinero en una economía con su nivel de Precios, y concluiría con que cuanto mayor sea la cantidad de Dinero en circulación de una economía, mayor sería el incremento de los precios de los bienes, generando un nuevo concepto: la inflación. Azpilcueta se convirtió en el precursor de la Teoría Cuantitativa del Dinero, según la cual el incremento de la masa monetaria en circulación ocasiona un incremento proporcional en el nivel de los precios. Su ecuación fue desarrollada en el siglo XX por Irving Fisher mediante la fórmula M x \/=P x Y, es decir, que la masa monetaria por la velocidad de circulación es igual al producto nacional por el nivel de Precios. Esta ecuación se convirtió en uno de las bases de la economía moderna. Constató el hecho de que en los países en los que los metales preciosos oro y plata eran escasos los precios de los bienes eran inferiores a los países con abundancia de los mismos. El metal precioso, como una mercancía más, tiene menos valor adquisitivo cuanto más abundante sea. Desarrolló así una Teoría del Valor-Escasez precursora de la teoría cuantitativa del dinero, adelantándose en más de una década a Jean Bodin. Otros españoles de la Escuela de Salamanca de economistas fueron también conscientes de este fenómeno. El dominico fray Tomás de Mercadopublicó su obra Tratos y contratos de mercaderes y tratantes en 1569 (que terminó el año anterior y que no debía nada a Bodin) y, aunque contiene numerosos análisis de tipo ético en la forma tradicional, el autor hace también algunas agudas observaciones de carácter económico, incluyendo la teoría cuantitativa del dinero y la relación entre el tesoro americano y la inflación. Sin embargo, la teoría cuantitativa del dinero es demasiado simplista para explicar todos los factores implicados en la evolución inflacionista. ¿Cómo se puede explicar que aunque los precios alcanzasen su punto más alto en la segunda mitad de siglo, el alza fue proporcionalmente mayor en la primera mitad de la centuria, cuando las remesas fueron mucho menores? En efecto, entre 1501 y 1550 el incremento fue del 107, 61%, mientras que entre 1501 y 1600 el incremento fue del 97,74%. Los hechos fueron analizados por la Escuela de Salamanca, afirmando que los precios se vieron afectados también por las condiciones de la oferta y la demanda. Hasta el siglo XVI, según el pensamiento europeo medieval el precio justo de un bien estaba determinado por su coste de producción. Diego de Covarrubias y Luis de Molina desarrollaron una teoría subjetiva del valor y del precio que consiste en que, puesto que la utilidad de un bien varía de persona a persona, su precio justo será el que se alcance de mutuo acuerdo en un comercio libre sin monopolio, engaños o intervención del gobierno, es decir, en un mercado de competencia perfecta. Expresándolo en términos actuales, los integrantes de la escuela defendieron el libre mercado, donde el precio justo venía dado por la oferta y la demanda, constituyendo un precedente de la Ley de la Oferta y la Demanda. Partiendo de esta ley, la Escuela analizó sus causas tanto para la demanda de bienes como para la oferta de dinero, y estas fueron sus consecuencias: 1. Un incremento de la cantidad de dinero en circulación sin un aumento paralelo de la producción de bienes significaba que la misma cantidad de bienes absorbe cada vez más dinero, lo que produce un incremento de los precios. El error estuvo motivado porque mientras la Monarquía española acuñaba en moneda el metal americano, en lugar de invertirlo en empresas nacionales productivas, lo empleaban en la compra a países extranjeros de pertrechos de guerra y arsenales navales y en la contratación de tropas para el mantenimiento de sus territorios. Este desajuste hubiese sido corregido si a una mayor oferta de dinero en circulación hubiese estado compensada por una mayor producción nacional. Por ello, los escolásticos tuvieron en consideración también por la producción industrial y agrícola. 2. Una creciente actividad de la agricultura, ganadería e industria en los territorios de la América española perjudicó la exportación de los productos procedentes de España. Una reducción en la demanda de productos nacionales por parte de los americanos llevó consigo un disminución de la cantidad de oferta y del nivel de precios. Otra cuestión económica a estudiar fue el concepto de interés bancario o usura, que era como se denominaba en aquella época, muy mal vista por la Iglesia. El II Concilio de Letrán de 1139 condenó que el pago de una deuda fuese mayor que el capital prestado; el Concilio de Viena de 1307 prohibió explícitamente la usura y se calificó de herética cualquier legislación que la tolerase; los primeros escolásticos reprobaban el cobro de interés. En la economía medieval los préstamos eran consecuencia de una mala cosecha, un incendio en el taller artesanal, el hundimiento de un barco pesquero o mercante, etc.; en dichas condiciones, no podía menos que ser moralmente reprobable el cobro de un interés. En el Renacimiento la mayor movilidad de las gentes propició un aumento del comercio y la aparición de condiciones apropiadas para que los emprendedores iniciasen negocios lucrativos. Puesto que el préstamo ya no era para el autoconsumo sino para la producción, no podía contemplarse bajo el mismo punto de vista. La Escuela de Salamanca encontraba diversas razones que justificaban el cobro de un interés. Así, la persona que recibía el préstamo obtenía un beneficio a costa del dinero obtenido. Por otro lado el interés se podía considerar como una prima por el riesgo del prestatario a perder su dinero. También estaba la cuestión del lucro cesante, ya que el prestatario perdía la posibilidad de utilizar el dinero en otra cosa. Por último, y una de las aportaciones más originales, estaba la consideración del dinero como una mercancía por la cual se puede recibir un beneficio que sería el interés. Martín de Azpilcueta consideró también la influencia del tiempo en el cobro de intereses. Consideró que a igualdad de condiciones los bienes presentes valen más que los bienes futuros, y por lo tanto, es preferible recibir una cantidad ahora a recibirla en el futuro. Para que una renta en la actualidad sea más atractiva que en el futuro es necesario que sea mayor. En este caso el interés supone el pago del tiempo. Esta idea está en la base del concepto de Interés de la Escuela Austriaca del siglo XX, y es por eso que los economistas austriacos lo consideran uno de sus precursores. El origen de la Ciencia Económica no sólo surge de la necesidad de analizar los nuevos fenómenos desde un punto de vista cuantitativo y matemático. Los escolásticos de la Escuela de Salamanca tuvieron en cuenta los problemas jurídicos y morales derivados de la colonización americana. La fundación de esta ciencia surgía entonces de la necesidad de legitimar desde un punto de vista moral la obtención de beneficios económicos en la actividad mercantil y financiera, y de la consecución de una constante inflación; surge de la necesidad de legitimar desde un punto de vista social la aparición de la valores como la avaricia, la usura, la competitividad y la ambición económica de los agentes económicos; y aparece para dar respuesta a la brecha moral abierta entre la nueva mentalidad de la naciente burguesía mercantilista y el tradicional pensamiento de la Iglesia. Por tanto, los temas de estudio se centraron principalmente en el hombre y su relación con la moral, la economía y la justicia, como no podía ser de otra manera en pleno Renacimiento y Humanismo. No se trataba ya de juzgar moralmente sino de recomendar a los gobernantes medidas políticas que enriquezcan al país. El primero en dar respuestas fue Francisco de Vitoria, un dominico asentando desde 1506 en la universidad de la Sorbona, donde estudió y enseñó hasta 1522. Durante su estancia parisina fue consultado por comerciantes españoles afincados en Amberes sobre la legitimidad moral de comerciar para incrementar la riqueza personal, una simple duda sobre su espíritu emprendedor y ambición empresarial. Hasta ese momento, la teología consideraba reprobable el negocio monetario. La mentalidad cristiana de la época insistía en la pobreza y la hermandad de los hombres, deplorando la acumulación de riquezas. Las órdenes mendicantes españolas fundadas en el Medievo consideraban la posesión de bienes y la propiedad privada como, al menos, moralmente objetables. Frente a ellas los dominicos en general, y Tomás de Aquino en particular, habían defendido que la propiedad privada es, en sí, una institución humana moralmente neutra. Vitoria y otros teólogos atendieron los nuevos planteamientos de la Modernidad, y prestaron atención a los asuntos económicos, conscientes de que la riqueza particular contribuye a la riqueza general. Se alejaron del pensamiento tradicional establecido y aportaron nuevos principios extraídos de la ley natural. Una de las primeras cuestiones fue la acumulación de riqueza y propiedad privada por parte de la nueva burguesía mercantil. Los escolásticos españoles llegaron a la conclusión de que el orden natural permite la libre circulación de personas, bienes e ideas y que, por ello, la propiedad privada tiene el efecto beneficioso de estimular la actividad económica y, con ello, el bienestar general de la sociedad. Click para ampliar Mercaderes en el puerto de Cádiz. Otro escolástico, Diego de Covarrubias y Leiva afirmaba que los propietarios tenían no sólo derecho de propiedad sobre el bien sino que también, lo que es ya un rasgo moderno, tenían derecho exclusivo a los beneficios que pudieran derivarse del bien, aunque éstos pudiesen beneficiar o no a la comunidad. De todas maneras precisó que en momentos de gran necesidad todas las cosas son comunes. Domingo de Soto consideraba que si no existía la división y reparto de bienes entonces tampoco existiría la paz social, aunque no lograba eliminar todos los males de la sociedad. Luis de Molina, apoyando la tesis de Domingo de Soto, afirmaba que la propiedad privada era una institución de efectos prácticos positivos ya que, por ejemplo, los bienes serían mejor administrados por un solo dueño que si fuesen de propiedad comunal. Por último, Juan de Mariana sostuvo los argumentos de sus compañeros escolásticos resumiéndolo en una sola frase: "Cuando un asno es de muchos, los lobos se lo comen". La Escuela de Salamanca no llegó a elaborar una doctrina económica completa, pero estableció las primeras teorías económicas modernas para afrontar los nuevos problemas que habían surgido. La influencia de los economistas escolásticos españoles se extendió a Portugal, Italia y los Países Bajos. Aun así, no consiguieron ponerlos en práctica ya que los escolásticos europeos todavía defendían el préstamo sin intereses según las teorías de Tomás de Aquino. Los escolásticos españoles consideraron totalmente moral y legítimo la utilización del crédito bancario como instrumento de fomento del comercio. A comienzos del siglo XVII el ataque a los escolásticos fue insostenible y sus principios perdieron interés y terminaron desapareciendo. Desgraciadamente, no hubo continuación desde finales del siglo XVII, y muchas de sus aportaciones acabaron olvidadas para ser redescubiertas décadas después. Moneda real de a seis. Aunque no se ha encontrado una influencia directa, la Escuela de Salamanca se ha comparado muchas veces con la Escuela Austriaca. El reconocimiento de la contribución de la Escuela de Salamanca no sólo a la fundación de la economía moderna, sino también al desarrollo teológico, político y jurídico ha sido defendido por numerosos especialistas: Wilhelm Endemann publicó un libro dedicado en 1874. Entre 1927 y 1928, André Sayous recogió las opiniones que sobre los cambios monetarios ya adelantaron varios escritores franceses, italianos y españoles del siglo XVI. Sayous cree que los más sugestivos son los españoles, ocupándose especialmente de Tomás de Mercado. Los demás autores españoles que menciona son de una importancia desigual: Juan Díez Freyle, Cristóbal de Villalón, Luis Saravia de la Calle, Luis de Alcalá y Francisco García. En opiniones expresadas por Venancio Carro o Beltrán de Heredia, y en el extranjero, por el norteamericano Scott Brown, el francés Ernest Nys, y el sabio alemán Martin Grabmann, la regeneración de la escolástica europea no se limita a Vitoria y los teólogos dominicos, sino también a otras órdenes religiosas, en especial los jesuitas. Entre 1941 y 1942, el profesor Ullastres publicó dos artículos que analizaban la teoría monetaria de Martín de Azpilcueta. Bajo la dirección del premio Nobel Friedrich von Hayek, la economista e hispanista británica Marjorie Grice-Hutchinson comenzó a estudiar el pensamiento de los escolásticos españoles de los siglos XVI y XVII, y fruto de ello es su obra sobre la Escuela de Salamanca titulada The School of Salamanca, Readings in Spanish Monetary Theory, 1544-1605, publicado en 1952. Este es un libro destinado a lectores de habla inglesa que explica el mercado monetario español en la segunda mitad del siglo XVI, los predecesores doctrinales de la escuela, sus miembros, y algunas de sus contribuciones a la teoría monetaria: sus doctrinas del origen y funciones del dinero, su teoría del valor, y su teoría de los cambios. Se intenta esbozar la trayectoria de estas teorías en el pensamiento posterior, y se ofrece una breve bibliografía. Está escrito en lengua inglesa y basado en las investigaciones que hicieron a mediados del siglo XX expertos en historia de la economía como Sayous, Ullastres, Carrera y Larraz. El libro no aborda de la enseñanza moral sino más bien del puro análisis monetario, explicando que aunque los miembros de la escuela fueron primariamente teólogos y juristas, emprendieron la difícil tarea de reconciliar la doctrina tomista con el nuevo orden económico. Con el tiempo, fue influyendo en el mundo de los historiadores y economistas extranjeros. El espaldarazo final a la denominación Escuela de Salamanca de economistas vino dado por Joseph Schumpeter en su Historia del análisis económico publicado en 1954, aunque muchos historiadores económicos ya emplearon el apelativo antes que él. Schumpeter estudió la doctrina escolástica en general y la española en particular, y elogió el alto nivel de la ciencia económica en la España del siglo XVI. Según él esta escuela fue el grupo que más se merece el título de fundador de la Ciencia Económica. ESPAÑA ILUSTRADA: ESCUELA DE SALAMANCA: LA FUNDACIÓN DE LA CIENCIA ECONÓMICA
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    30) Elementos químicos descubiertos por científicos españoles La ciencia española ha tenido destacados químicos durante el período de la Ilustración, y fruto de sus investigaciones han sido el descubrimiento de algunos elementos químicos de la tabla periódica: el Platino, por Antonio Ulloa; el Wolframio, por Fausto Elhuyar; y el Vanadio, por Andrés Manuel del Río. Antonio de Ulloa y Jorge Juan quedarán siempre unidos a la Historia de la Geodesia gracias a la labor fundamental que realizaron en la expedición franco-española para la medición de la Tierra. Ambos marinos españoles calcularon el arco meridiano en Ecuador para determinar la forma exacta de la Tierra. Pero sus investigaciones no se centraron únicamente en el análisis de la geodesia, la geografía y la orografía de la tierra, también abarcaron otros campos de la ciencia llegando a la mineralogía. Así pues, en 1735, tomando muestras de minerales extraídos en el Chocó (Colombia), Antonio Ulloa descubre la existencia del elemento químico Platina, debido a su parecido con la Plata y que con el tiempo ha sido llamado Platino. Fue el primero en realizar un riguroso análisis y descripción del elemento de número atómico 78. Fue un hallazgo científico singular. Platino. Durante aquel tiempo, el platino fue un metal considerado como basura, en la industria de la extracción del oro era considerado como un metal sin valor durante el proceso de beneficio, incluso los incas ya habían utilizado este metal para fabricar adornos. Pero desde las investigaciones de Ulloa empezó a tomarse como un valioso metal, de hecho en la actualidad sirve como material de fabricación para circuitos electrónicos, como catalizador en vehículos junto con elementos de su misma familia como el paladio y el rodio, e incluso para la industria química y joyería. Es destacable el gesto que las autoridades españolas hicieron con respecto a este metal, ya que en lugar de crear un monopolio o una industria exclusiva, repartieron muestras del mismo a toda academia científica que solicitase su conocimiento y experimentación. Fue un paso más para el objetivo de fundir y malear el metal de forma más cómoda y útil. A finales de este siglo de la Ilustración, algunos miembros de la Real Sociedad Económica Bascongada Amigos del País efectuaron avances en el tratamiento del platino. En 1778 esta institución fundó el Laboratorio Químico, incorporado al Seminario de Vergara, dedicado al estudio de la química y la metalurgia. En este laboratorio se elaboró la ley de las Proporciones Definidas, se consiguió hacer maleable el platino y forjar diversas piezas, y se descubrió el aislamiento del wolframio. Se trabajaron los aceros y la mejora de las técnicas de ferrerías. El descubrimiento del mineral Wolframio fue efectuado en 1783 por Fausto Elhuyar y de Suvisa. El wolframio es el elemento químico de número atómico 74 que se encuentra en el grupo 6 de la tabla periódica, y se simboliza con la W. Mina de Wolframio. Fausto Elhuyar era natural de Logroño y profesor de Mineralogía del Seminario de Vergara. Fundó la Escuela de Negocios del Real Seminario de Minería del virreinato de Nueva España, donde desempeñó el cargo de director general durante tres años. Allí encontró un ácido derivado de la wolframita, idéntico al ácido túngstico. A su regreso a España, en 1783, trabajando en el laboratorio de química de la Sociedad Vascongada, en Vergara, consiguió aislar el nuevo elemento mediante una reducción con carbón vegetal. El hallazgo de un nuevo método de amalgamación permitió el aumento de la producción de plata en México. Ese mismo año los hermanos Elhuyar publicaron Análisis químico del volfram y examen de un nuevo metal que entra en su composición, obra que detallaba sus avances científicos. En aquel Real Seminario de Minería de Nueva España, que dirigió Fausto Elhuyar, desarrolló una brillante carrera científica el madrileño Andrés Manuel del Río. Tras estudiar química, mineralogía y metalurgia en varios centros de Europa, llegó a México donde tuvo la fortuna de colaborar con uno de los más prestigiosos investigadores de la mineralogía, Alexander von Humboldt. En 1795, publicó Elementos de orictognosia, según el científico alemán es "el mejor trabajo mineralógico que posee la literatura española". En 1801, Andrés Manuel describió por primera vez el Vanadio o Eritronio, el elemento químico de número atómico 23, escaso y de compleja obtención, pero de gran utilidad para la preparación de diversas aleaciones. Vanadio. Había hallado un nuevo elemento metálico estudiando diversas muestras de minerales de México, en este caso analizando un plomo pardo de Zimapán. Tuvo desconfianza en su hallazgo, e incluso creyó que se trataba de un cromo. En Europa fue difícil su demostración como nuevo elemento químico. Aquel metal se mostraba en una variedad de colores, por lo que decidió denominarlo Pancromio ("muchos colores", en lengua griega). Cuando observó que sus sales tomaban principalmente el color rojo al ser calentado, cambió el nombre por el de Eritronio ("eritro", en griego). Finalmente, el elemento de número atómico 23 tomó el nombre de Vanadio por el químico sueco Nils Gabriel Sefströn, quien redescubrió este metal en 1831 al analizar un mineral de hierro de Taberg. Lo llamó así en honor de Vanadir, una diosa nórdica de la belleza, el amor y la fertilidad. 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    29) Antonio José Cavanilles, el botánico ilustrado Antonio José Cavanilles y Palop (Valencia, 16 de enero de 1745 - Madrid, 5 de mayo de 1804) fue un científico ilustrado, botánico y naturalista español. Es uno de los autores principales de la Escuela Universalista Española del siglo XVIII. Estudió en la Universidad de Valencia, donde obtuvo los títulos de maestro en Filosofía (1762) y de doctor en Teología (1766) y fue ordenado sacerdote en Oviedo en 1772. Entregado a la docencia, marchó a París en 1777 como preceptor de los hijos del Duque del Infantado, donde entraría en contacto con la botánica bajo la tutela de André Thouin y Antoine Laurent de Jussieu. Impregnado de enciclopedismo, fue de los primeros científicos españoles en utilizar los nuevos procedimientos taxonómicos de Carlos Linneo y una de las figuras más importantes de la ciencia ilustrada en España. Entre sus publicaciones iniciales destaca la serie dedicada a las Monadelfias. A su regreso de París en 1789 a causa de los desórdenes producidos por la Revolución Francesa, entabló una relación epistolar en 1790 con el librero parisino Jean-Baptiste Fournier a fin de llevar un negocio de introducción en España de libros prohibidos, hasta su muerte en 1804, gracias al cual llegaron alrededor de setecientas de estas obras, muchas de ellas revolucionarias, como ha descubierto el historiador valenciano Nicolás Bas, que halló ese epistolario inédito. También siguió con sus labores botánicas y describió plantas peruanas y chilenas procedentes de la Expedición Botánica al Virreinato del Perú (1777-1788) de Ruiz y Pavón y otras de la Real Expedición Botánica a Nueva España (1787-1803), entre las que destaca la Dahlia, cuya primera descripción fue hecha por Cavanilles sobre plantas cultivadas en el Jardín Botánico de Madrid enviadas por esta Expedición. Recorrió parte de la Península Ibérica clasificando e inventariando la flora autóctona, y en el curso de tales investigaciones descubrió nuevas especies y elaboró un tratado en seis volúmenes Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte in Hispaniae crescunt, aut in hortis hospitantur (1791-1804); también investigó la flora sudamericana y compuso un Glosario de botánica en cuatro lenguas (1795-1798). Fundó y redactó, junto a Cristiano Herrgen, Louis Proust y García Fernández, la revista científica Anales de Historia Natural, que salió a la calle por vez primera en octubre de 1799, y que cambió su nombre en enero de 1801 por el de Anales de Ciencias Naturales. Cavanilles fue el más fecundo redactor, con 48 artículos, seguido de Christiano Herrgen. Entre 1802 a 1803 fue socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, que custodia algunas de sus obras y papeles originales en su biblioteca y archivo. Cavanilles fue amigo, entre otros científicos de la época, del ilustrado canario José Viera y Clavijo, con el que mantuvo una activa correspondencia científica. Cavanilles es el principal precursor nacional de las teorías modernas sobre el ordenado aprovechamiento de los recursos naturales y el desarrollo sostenible. Se dio cuenta, por ejemplo, en su viaje por el reino de Valencia, de que la exención del cultivo del arroz detraía el agua que necesitaba el cultivo intensivo de otros productos más necesarios. El arroz "siempre sediento, admite y malgasta caudales preciosos, que distribuidos de otro modo multiplicarían los productos"; por otro lado, demostró con estadísticas de mortalidad que el cultivo del arroz perjudicaba gravemente a la salud. Por ejemplo, en el término de Almenara señaló que con el aumento de los arrozales casi todos los vecinos enfermaron y aumentó la mortalidad en el año que se cultivó, por lo que "a la vista de los tristes efectos que iban produciendo los arrozales, se decretó la proscripción y cesó la epidemia". Cavanilles se interesó por la agricultura y las costumbres de su natal Valencia, de lo que hay testimonio en sus Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia (1795-1797). En este trabajo Cavanilles abarca gran parte de las disciplinas técnicas y científicas de la época como la botánica, la agronomía, la geología, la hidrología, la medicina, la geografía, la cartografía, la arqueología y muchos de los principales campos de la industria. En 1801 es nombrado director del Real Jardín Botánico de Madrid, en que sustituyó a Casimiro Gómez Ortega, cargo que ejercería hasta su muerte en 1804. Cavanilles fue el primer director del RJB con formación científica y aunque su dirección sólo duró tres años reorganizó la institución por completo: Sistematizó y acrecentó los herbarios (en 1804 contaría con 12.000 especies), las colecciones de plantas vivas, semilleros y biblioteca, y gracias a sus numerosos e importantes contactos con científicos internacionales, de la talla de Alexander von Humboldt, Aimé Bonpland y Carl Ludwig Willdenow, el centro adquirió gran relevancia en la escena científica europea. A su muerte legaría su herbario, dibujos originales, biblioteca y manuscritos al Real Jardín Botánico de Madrid, donde actualmente se conservan. Cavanilles describió más de 2.200 especies distintas por primera vez para la ciencia. Entre sus discípulos destacan Mariano Lagasca y Segura, quien en 1815 sería nombrado director del Jardín Botánico de Madrid, y Simón de Rojas Clemente y Rubio. Se conserva un retrato al óleo del famoso botánico en el Museo Nacional de Bogotá. La biblioteca carpetana: Antonio José Cavanilles. Botánico ilustrado.
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    28) Francisco Javier Balmis. La primera expedición sanitaria internacional en la historia La Expedición Balmis fue la primera campaña médica internacional que se ha efectuada en la historia de la humanidad. Dirigida por el médico alicantino Francisco Javier Balmis, fue una expedición de carácter filantrópico que dio la vuelta al mundo desde 1803 hasta 1810, con el objetivo de llevar la vacuna de la viruela a todas las provincias ultramarinas del Imperio español, desde los Virreinatos de la Nueva España y el Perú hasta Filipinas. Fue una hazaña científica jamás antes realizada y que salvó la vida a millones de personas de América y Asia. La viruela es una enfermedad eruptiva, infecciosa, contagiosa y epidémica. En la Edad Moderna era la causante de miles de víctimas en el mundo. Llegó a América, concretamente a la isla La Española (Haití y Santo Domingo), en 1518 a través de negros africanos en calidad de esclavos, traídos en un barco portugués. En 1520 la enfermedad causó estragos en Nueva España (México) y en 1558 en la Nueva Granada (Colombia) diezmó al 30% de la población. La vacuna antivariólica, la primera vacuna de la historia, fue descubierta en 1796 por el médico rural inglés Edward Jenner, basado en los estudios realizados en el campo, extrayendo de las ubres de las vacas una pústula o costra, útil para formar un virus que previene la viruela, de allí la denominación de vacuna. Tras las primeras pruebas en poco tiempo llegaron a vacunar a cien mil niños de Inglaterra. El rey Carlos IV había perdido a un hijo a causa de la viruela, por eso tuvo siempre en cuenta el contagio. En Navidades de 1802, la Corte conoció la noticia de que una epidemia de viruela afectaba a Nueva Granada. Preocupado por los niños de la América española y Filipinas, el monarca consultó a sus cirujanos de la Real Cámara. Conociendo que la vacuna había llegado a España en 1800, emitió un edicto el 1 de septiembre de 1803 por el cual ordenaba la organización de una Real Expedición con el objetivo de propagar y perpetuar la vacuna contra la enfermedad por todos los territorios de ultramar. Esta misión sanitaria internacional fue la primera campaña médica a gran escala geográfica de la historia de la humanidad. A tal fin ordenó a su médico de cabecera Francisco Javier Balmis y Berenguer liderar la aventura. Era un médico militar, natural de Alicante, donde nació en 1753. Había vivido diez años en América y conocía las técnicas de la inoculación y la vacunación. A sus amplios conocimientos científicos se unieron sus cualidades humanas, convirtiéndose en el candidato perfecto para encabezar el proyecto, completamente financiado por la Corona española. Además se aprobó un cuerpo de leyes que posibilitaba tal fin. Los objetivos de la expedición sanitaria fueron la vacunación de la mayor población infantil, la enseñanza a los médicos locales de la técnica antivariólica, la organización de juntas de vacunaciones y el mantenimiento del suero para continuar las inmunizaciones. Uno de los principales problemas que se presentaron a la hora de idear la expedición fue el método para conservar la vacuna en perfectas condiciones durante todo el trayecto, en una época donde no existía dispositivo para su refrigeración o congelación. La solución fue utilizar a un determinado número de niños como porteadores de la vacuna. No servía cualquiera, ya que para prender con eficacia la vacuna los niños no debían haber sufrido previamente la enfermedad. El método de transmisión consistía en realizar en sus brazos una pequeña incisión con un bisturí, colocándose en la herida el virus sanador; se iba transmitiendo la vacuna de brazo a brazo de un niño a otro, mediante el contacto de las heridas, operación que se hacía cada diez días para mantener en forma activa el virus. Click para ampliar Evolución de los granos de la vacuna. Balmis contrató los servicios de diez médicos entre los que se encontraban algunos cirujanos recién graduados por el Real Colegio de San Carlos de Madrid: Manuel Julián Grajales, Antonio Gutiérrez Robredo, Rafael Lozano Pérez, Pedro Ortega y Basilio Bolaños. También contó con la participación de sus sobrinos Francisco y Antonio Pastor Balmis, y de la rectora del Hospicio de Santiago de Compostela de La Coruña, Isabel López Gondalla, con la tarea de cuidar a los veintidós niños que conformaban el convoy sanitario, con edades comprendidas entre los 6 y 8 años. Llevaron cientos de ejemplares de la obra Tratado Histórico y Práctico de la Vacuna de Luís Jacobo Moreau de la Sarthe, que Balmis tradujo del francés al español, sobre las inmunizaciones y unos dos mil pares de vidrios. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna partió el 30 de noviembre de 1803, desde La Coruña a bordo de la corbeta militar María Pita. La primera escala se realizó en Tenerife (islas Canarias), donde vacunaron a cientos de niños; desembarcaron en Puerto Rico en febrero de 1804 con idéntica misión sanitaria. Al llegar a Puerto Cabello el 8 de mayo de 1804, en la Capitanía General de Venezuela, la expedición se dividió en dos grandes grupos: un grupo de médicos y niños dirigido por el doctor Balmis y el otro dirigido por el cirujano militar barcelonés José Salvany y Lleopart. El grupo de Balmis se dirigió a Cuba, continuó al Virreinato de Nueva España, teniendo que atravesar el territorio desde Veracruz hasta Acapulco, para embarcar hacia Filipinas, donde actuaron en Manila el 14 de septiembre de 1806, y ya en China en Macao. Desde allí el grupo expeditivo regresó a España, el 10 de agosto de 1808, en dirección oeste atravesando los océanos Índico y Atlántico. La sub-expedición dirigida por José Salvany se encargó de vacunar en el Virreinato de Nueva Granada, empezando por Caracas, luego Margarita, Cumaná, Maracaibo, Cartagena y Bogotá, continuó por el Virreinato del Perú hasta Cochabamba. En esta ciudad, el 21 de julio de 1810, Salvany perdía la vida a los treinta y tres años de edad, cumpliendo la noble misión. A la muerte del líder había que sumar la aparición de los primeros enfrentamientos bélicos surgidos en vísperas de los primeros procesos de emancipación americanos. Ante estos problemas, el grupo suspendió la labor que estaba realizando y, doblando el estrecho de Magallanes, puso rumbo a Cádiz. La labor efectuada por esta expedición contó con la colaboración de las autoridades sanitarias, políticas y eclesiásticas locales de cada región para fundar las Juntas de Vacuna. Fueron instituciones formadas para perpetuar la vacuna contra la viruela, para mantenerla fresca cuando la expedición continuase su itinerario y propagar su medicación. En Venezuela, por ejemplo, el doctor caraqueño Felipe Tamariz apoyó la labor del doctor Salvany organizando la comisión vacunadora; el sabio José María Vargas describió el procedimiento de inoculación en su trabajo Epítome sobre la vacuna, y Andrés Bello elogió esa grandiosa jornada dedicándole su Oda a la Vacuna. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna inoculó a más de medio millón de personas en los dos hemisferios, desde América hasta Asia, desde los 40º de latitud norte hasta los 48º de latitud sur. Como consecuencia de esta gesta sanitaria, se articuló una ley preventiva de la salud pública que tuvo una impresionante efectividad. El propio descubridor de la vacuna de la viruela, Edward Jenner, escribió sobre la expedición: "No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este." Click para ampliar Itinerarios de la Expedición. Estos héroes benefactores de la humanidad, incluyendo a los niños, tuvieron que soportar las inclemencias del tiempo, las agotadoras travesías por tierra, el extenuante clima tropical del mar Caribe, los fríos intensos de la cordillera de los Andes, las fuertes corrientes de aguas, atravesar llanuras y montañas para proporcionar la vacuna a cuantas personas pudiesen. La Organización Mundial de la Salud declaró el 8 de mayo de 1980 la erradicación de la viruela, un gran avance en la salud pública. La humanidad estará siempre agradecida de la iniciativa de los profesionales de la medicina y los niños que formaron parte de esta misión, verdaderos héroes anónimos salvadores de vida. ESPAÑA ILUSTRADA: EXPEDICIÓN FILANTRÓPICA DE LA VACUNA POR FRANCISCO JAVIER BALMIS La biblioteca carpetana: Francisco Javier Balmis. La primera expedición sanitaria internacional en la historia Los héroes de la viruela
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    27) Libélula española por Federico Cantero Villamil Federico Cantero Villamil fue un ingeniero que inventó el primer prototipo de helicóptero en los años 1920, patentando con el nombre de Libélula española, adelantándose en más de diez años al ingeniero ucraniano Igor Sikorsky, al que se atribuye la invención del helicóptero actual. También destacó por sus investigaciones en el campo de la tecnología de generación de electricidad. Federico Cantero Villamil nació en Madrid el 22 de junio de 1874. Tras acabar el bachillerato estudió Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos, logrando ser el primero de su promoción. La ingeniería industrial fue algo familiar, su padre, ingeniero industrial, investigó y desarrolló prototipos de trenes, que puso bajo la protección de las leyes de la propiedad industrial de su época. En el año 1900, consiguió una licencia estatal para poder trabajar en la Jefatura de Obras Públicas de Zamora, donde llegó a patentar algunos inventos. Ese mismo año, obtuvo licencia para trabajar en obras hidráulicas, justo cuando en esos momentos los gobiernos de España y Portugal planificaban como explotar el potencial hidroeléctrico del río Duero para generar electricidad. Pero un año antes, en 1899, había fundado la sociedad El porvenir de Zamora, con la intención de explotar la presa de San Román, cerca de Zamora, para la producción de electricidad. Este proyecto basado en el sistema de saltos de agua se prolongó hasta 1903, convirtiéndose en el primero de España. También diseñó lo que pasaría a llamarse la Solución Ugarte o Solución Española de los Saltos del Duero, un proyecto de construcción de presas a lo largo del Duero en territorio español, materializándose en el desarrollo de algunas presas, y también de otras de otras de Burgomillodo, y de los ríos Duratón, Esla y Eresma. En 1945, patentó un nuevo tipo de esclusas hidráulicas accionadas por el agua del canal o presa donde estuvieran instaladas. Aunque los principales trabajos de Cantero se centraban en la construcción de presas y saltos de agua, desde el año 1908 fue patentando otras invenciones relacionadas con la aeronáutica, donde su principal interés se centraba en el problema del vuelo. En 1910, patentó una "idea para mantener cuerpos en el aire, y si se necesita, propulsión", y hasta 1946 llegó a registrar 23 patentes relacionadas con la aeronáutica. En 1923, Cantero editó su libro Aviación y relatividad: problemas del vuelo sin motor (exposición elemental). Libélula española. Su gran invención fue una especie de autogiro, el primer prototipo de helicóptero denominado por el nombre de Libélula española o Libélula Viblandi, abreviatura de su apellido Villamil y el de sus ayudantes Blanco y Díaz, desarrollada en 1924. A finales de 1935, Cantero Villamil fundó la Sociedad de Vuelos Planeados y a Vela de La Granja de San Idelfonso (Segovia). Usando el conocimiento que adquirió durante treinta años de trabajo, Cantero comenzó a construir su prototipo de helicóptero en 1935, pero el estallido de la Guerra Civil paralizó el proyecto a punto de su puesta en marcha. Mientras que el proyecto estaba en la zona republicana de Madrid, Cantero permaneció en la ciudad de Zamora, que se sumó al alzamiento nacional. En 1941, el helicóptero estaba preparado para realizar pruebas de vuelo, pero finalmente quedó en el olvido después de las exitosas pruebas de vuelo realizadas en 1939 por el ingeniero ucraniano Igor Sikorsky, a quien se atribuye la invención del helicóptero moderno. Al igual que hizo su padre, también desarrolló proyectos de ingeniería en el transporte ferroviario. En 1913, realizó el proyecto de la nueva estación de ferrocarril para la ciudad de Zamora y propuso la construcción de una vía férrea que uniese Zamora con Orense pasando por Puebla de Sanabria. Fue uno de los proyectos de ingeniería más complicados de su tiempo, ya que implicaba la construcción de más de cien túneles, en particular el túnel de Pandornelo, de 6 kms. de longitud. Los trabajos se realizaron entre los años 1921 y 1957 con la construcción de una única vía, aunque el diseño estaba pensado para una vía doble. Falleció el 22 de diciembre de 1946. Durante años, los trabajos de Cantero permanecieron en el olvido, hasta que recientemente han vuelto a salir a la luz de la mano de Isabel Díaz de Aguilar y Federico Suárez Caballero. ESPAÑA ILUSTRADA: LIBÉLULA ESPAÑOLA POR FEDERICO CANTERO VILLAMIL Federico Cantero Villamil, el genial ingeniero de caminos que soñaba con helicópteros Federico Cantero Villamil, un gran inventor español rescatado del olvido. | Patentes y Marcas
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    26) Jerónimo de Ayanz, el ingenioso Hércules español Jerónimo de Ayanz y Beaumont (Guenduláin, Navarra; 1553-Madrid; 23 de marzo de 1613) fue un militar español. Hombre polifacético, destacó como militar, pintor, cosmógrafo y músico, pero, sobre todo, como inventor. Fue el precursor del uso y diseño de la máquina de vapor, mejoró la instrumentación científica, desarrolló molinos de viento y nuevos tipos de hornos para operaciones metalúrgicas, industriales, militares e incluso domésticas. Inventó una campana para bucear e incluso llegó a diseñar un submarino. Quizá su obra más destacada fue la máquina de vapor, ya que registró en 1606 la primera patente de una máquina de vapor moderna. Biografía Hijo de Carlos de Ayanz, capitán de la guarnición de Pamplona, y de Catalina de Beaumont, fue el segundo de los hermanos varones, siendo el primogénito don Francés de Ayanz, nacido un año antes. La crianza de Jerónimo y sus hermanos estuvo a cargo de su madre, doña Catalina de Beaumont y Navarra, que inculcó a sus hijos los principios de una educación propia de su rango. Pasó la infancia en el señorío de Guenduláin hasta que en 1567 fue a servir al rey Felipe II como paje. En la Corte se instruyó en las dotes miliciales, en las letras y las artes y también en el manejo de las matemáticas que, posteriormente, le servirían para sus estudios de cosmografía. Don Carlos de Ayanz intervino en las campañas de Francia, participando en la batalla de San Quintín en 1557. Combatió, además, en Túnez, Lombardía, Flandes, Portugal, las Azores, La Coruña. Jerónimo de Ayanz se hizo famoso en su época por su fuerza y por las hazañas que realizó en Flandes. Lope de Vega refleja la vida aventurera de Ayanz en la comedia titulada 'Lo que pasa en una tarde', refiriéndose a él como 'el nuevo Alcides' y 'el caballero de los dedos de bronce', por su habilidad de romper platos con tan solo dos dedos. El punto álgido de su carrera militar fue la evasión del atentado que un francés planeaba contra Felipe II. Gracias a su coraje y valentía, el rey lo premió con la Orden Militar de Calatrava. El 7 de mayo de 1582 había recibido la encomienda de Ballesteros de Calatrava y años después, el 30 de enero de 1595, recibiría la encomienda de Abanilla. En 1587, fue nombrado Administrador General de Minas del Reino, es decir, gerente de las 550 minas que había entonces en España y de las que se explotaban en América. Fue capaz de resolver algunos de los graves problemas de la minería de entonces. Es necesario señalar que consiguió realizar este conjunto de invenciones desde 1598 hasta principios de 1602. Inventos de Jerónimo de Ayanz Las minas de la época tenían dos problemas serios: la contaminación del aire en su interior y la acumulación de agua en las galerías. Inicialmente, Ayanz inventó un sistema de desagüe mediante un sifón con intercambiador, haciendo que el agua contaminada de la parte superior procedente del lavado del mineral, proporcionara suficiente energía para elevar el agua acumulada en las galerías. Este invento supone la primera aplicación práctica del principio de la presión atmosférica, principio que no iba a ser determinado científicamente hasta medio siglo después. Y si este hallazgo es realmente prodigioso, lo que eleva a Ayanz al rango de talento universal es el empleo de la fuerza del vapor. La fuerza del vapor de agua era conocida desde hacía muchísimo tiempo. El primero en utilizarla fue Herón de Alejandría, en el siglo I. Mucho después, en el siglo XII, consta que en la catedral de Reims había un órgano que funcionaba con vapor. Los trabajos sobre la materia prosiguieron tanto en España como en Francia e Inglaterra. Lo que se le ocurrió a Ayanz fue emplear la fuerza del vapor para propulsar un fluido (el agua acumulada en las minas) por una tubería, sacándola al exterior en flujo continuo. En términos científicos: aplicar el primer principio de la termodinámica —definido dos siglos después— a un sistema abierto. Además, aplicó ese mismo efecto para enfriar aire por intercambio con nieve y dirigirlo al interior de las minas, refrigerando el ambiente. Ayanz había inventado el «aire acondicionado». Y no fue sólo teoría: puso en práctica estos inventos en la mina de plata de Guadalcanal, en Sevilla, desahuciada precisamente por las inundaciones cuando él se hizo cargo de su explotación. Ayanz inventó muchas cosas: una bomba para desaguar barcos, una brújula que establecía la declinación magnética, un horno para destilar agua marina a bordo de los barcos, balanzas «que pesaban la pierna de una mosca», piedras de forma cónica para moler, molinos de rodillos metálicos (se generalizarían en el siglo XIX), bombas para el riego, la estructura de arco para las presas de los embalses, un mecanismo de transformación del movimiento que permite medir el denominado «par motor», es decir, la eficiencia técnica, algo que sólo siglo y pico después iba a volver a abordarse. Hasta 48 inventos le reconocía en 1606 el «privilegio de invención» (como se llamaba entonces a las patentes) firmado por Felipe III. Uno de los inventos más llamativos fue el de un traje de buceo. La primera inmersión de un buzo documentada ocurrió en el río Pisuerga frente al palacio de la Ribera (en Valladolid) y el propio Felipe III asistió al acontecimiento desde su galera, junto con miembros de la corte. Ayanza permaneció sumergido a tres metros de profundidad durante más de una hora hasta que el monarca le ordenó salir. El aire se suministraba desde el exterior por medio de tuberías flexibles. Los buzos también podían ser autónomos, para lo cual iban provistos de vejigas de aire y fuelles que accionaban con los brazos. Diseñó el primer precedente de submarino, al que denominó como "barca submarina", un verdadero sumergible que construyó con madera calafateada y que impermeabilizó recubriéndola de un lienzo pintado en aceite. Herméticamente cerrado, tenía un sistema de renovación de aire perfumado con agua de rosas, contrapesos para subir y bajar, ventanas de gruesos cristales, incluso remos para desplazarse. También contaba con una especie de pinzas o guantes extensibles para poder recoger objetos desde el interior de la nave, de forma parecida a los que se utilizan en los laboratorios para manipular sustancias radiactivas dentro de un recipiente hermético. Desde 1608 se había dedicado a la explotación privada de un yacimiento de oro cerca de El Escorial y a la recuperación de las minas de Guadalcanal, las mismas donde había aplicado por primera vez en el mundo una máquina de vapor. Pero enfermó gravemente. El 23 de marzo de 1613 moría en Madrid. Sus restos se trasladaron a Murcia, la ciudad que había gobernado, primero al convento de San Antonio de Padua, y luego a la Catedral. ESPAÑA ILUSTRADA: MÁQUINA DE VAPOR POR JERÓNIMO DE AYANZ Y BEAUMONT La biblioteca carpetana: Jerónimo de Ayanz y Beaumont. La primera máquina de vapor y otros inventos.... Cuarto Milenio| El ingenioso Hércules español: Conocemos la vida del inventor navarro Jerónimo de Ayanz
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    25) Circulación de la sangre de Miguel de Servet Destacado representante del Erasmismo científico, Miguel de Servet está considerado un genio como teólogo y como científico, pero a su vez fue un enorme humanista que aplicó en sus trabajos la tolerancia con los demás por pensar diferente de él. Sus ideas y trabajos recibieron una destacada crítica en las controversias religiosas de la Europa de su tiempo, debido a la dura confrontación que ejerció contra las reformas calvinista y luterana y la ortodoxia católico-romana. En el ámbito científico de la biología destacó por el descubrimiento de la circulación pulmonar de la sangre, pasando a ser una de las personalidades más ilustres de la Humanidad. Miguel de Servet nació en Villanueva de Sigena (Huesca), en 1511, procedente de una familia ilustre. Estudió latín, griego y hebreo en Zaragoza y Barcelona, siendo discípulo protegido de fray Juan de Quintana, futuro confesor y consejero de Carlos V. En Toulouse continuó su formación en derecho, influenciándose del ambiente reformista francés que definió su pensamiento libre y rebelde. Por otra parte, la lectura de la Biblia le generó un interés hacia la teología que marcó con profundidad sus retos teológicos y científicos. Durante un viaje con Juan de Quintana por Italia, Alemania, Suiza y Francia, entabló debates con teólogos católicos y protestantes, e incluso conoció a Calvino, quien más tarde se convertiría en su enemigo mortal. Conoció a los principales líderes de la Reforma, entre ellos a Philipp Melanchthom y a Martin Brucer. En 1531 y 1532, publicó sus primeras obras De Trinitatis errobus libri septem (De los errores acerca de la Trinidad), Dialogorum de Trinitate libri duo (Diálogos sobre la Trinidad) y De iustitia regni Christi capitula quattour (De la Justicia del reino de Dios), en las que exponía sus ideas anti-trinitarias. Servet pudo esquivar su detención adoptando el seudónimo de Michel de Villeneuve, mientras trabajaba como corrector en una casa editorial de Lyon, propiedad de los hermanos Trechsel. Entre sus trabajos, destacó una revisión de la Geografía de Ptolomeo, que contenía cincuenta mapas, con un resumen estadístico y un comentario sobre los pueblos, el clima y los productos de cada zona. En este libro, Servet hizo observaciones sobre los diferentes pueblos de Europa y comentarios comparando a los españoles con los franceses. Siglos más tarde, el gran geógrafo Eliseo Reclús quedó tan impresionado por el resultado de esta Geografía que consideró a Servet como el verdadero fundador de la Etnografía y la Geografía Comparada. En esta ciudad francesa, Lyon, estudió Medicina bajo la supervisión del médico y humanista Symphorien Champier, pero tuvo que matricularse en la Facultad de Medicina de París, en 1537. Allí publicó su primer trabajo médico, un ensayo sobre el valor medicinal de los jarabes, basados en los escritos de Galeno, la auctoritas clásica. Al año siguiente, por la publicación de su obra Syruparum universa ratio, en la que atacaba con dureza a la medicina tradicional, las autoridades eclesiásticas de la facultad se querellaron contra él. En 1541 se instaló en la ciudad de Vienne, protegido por el obispo Paulmier. Allí vivió durante 12 años ejerciendo como médico y escribiendo su pensamiento teológico. Desde 1545, comenzó una correspondencia con el líder de la Reforma en Ginebra, Juan Calvino, con la intención de confrontar opiniones, evolucionando desde un respetuoso intercambio de puntos de vista hacia una actitud más agresiva. Cuando Calvino le envió un ejemplar de su famosa obra, Institutio (Instituciones), Servet se lo devolvió junto con algunas anotaciones críticas y comentarios sobre la doctrina de la Santísima Trinidad. Calvino se enfadó enormemente y, de hecho, le amenazó que de venir a Ginebra no saldría vivo. Finalmente, en 1553, Servet publicó en Vienne su obra principal Christianismi Restitutio (La restauración de la Cristiandad). Era un grueso volumen de más de setecientas páginas en octavo. En la actualidad, los eruditos recuerdan esta obra porque contiene, entre las páginas 169 y 171, en el libro V, el primer discurso publicado en Europa modificando las viejas opiniones sobre la circulación pulmonar en la sangre. Previamente los médicos habían mantenido las creencias del mítico médico Galeno, del siglo II, según el cual la oxigenación de la sangre tenía lugar en el corazón. Galeno sostenía que la sangre llegaba a la parte derecha del corazón y, a través de unos poros invisibles que había en el septum cardiaco, pasaba a la parte izquierda del corazón, donde se mezclaba con el aire para generar el espíritu que luego se distribuía por todo el cuerpo. Ibn Nafis, un médico árabe de Egipto, en el siglo XIII, fue el primero en sugerir que esta opinión era errónea, pero sus escritos no se conocían en Occidente. En el mismo sentido, nadie prestó atención a las opiniones de Servet sobre la circulación pulmonar de la sangre hasta cien años después. Servet defendía que la circulación de la sangre, realizada mediante la eliminación de gases nocivos y la infusión de aire, acontecía en los pulmones. Sugería que la sangre fluye desde una parte del corazón a la otra a través de los pulmones, y no a través de la pared que separaba los ventrículos. El espíritu vital se genera en los pulmones de una mezcla de aire inspirado y de sangre sutil elaborada que el ventrículo derecho del corazón transmite al izquierdo. Sin embargo, esa comunicación no se hace a través de la pared media del corazón, como se cree corrientemente, sino que por medio de un magno artificio la sangre sutil es impulsada hacia delante desde el ventrículo derecho por un largo circuito a través de los pulmones. Por ellos es elaborada, se convierte en roja y clara y es conducida desde la arteria pulmonar hasta la vena pulmonar. Después, en la vena pulmonar se mezcla con el aire inspirado y a través de la expiración se purifica de los vapores contaminados. Del mismo modo se envía desde los pulmones al corazón no solo aire, sino aire mezclado con sangre a través de la vena pulmonar. Por tanto, la mezcla tiene lugar en los pulmones. El color rojo le es dado a la sangre en los pulmones, y no en el corazón. Así es como explicó su teoría de la doble circulación de la sangre. Aunque no tuvo ninguna consecuencia práctica en su momento, ya que era una obra más teológica que científica, disfruta el honor de ser el primer europeo en descubrir este hallazgo. La fama se la llevó su contemporáneo Realdo Colombo, médico nacido en Cremona y profesor en la Universidad de Padua, cuyas investigaciones de anatomía allanaron el camino directamente para una demostración práctica realizada en el siglo XVII por el médico inglés William Harvey. Pero el mérito del descubrimiento de la circulación menor de la sangre fue reconocida por el inglés W. Wotton en su libro Reflexions upon ancien and modern learning (1694) y por Benito Feijóo medio siglo después en sus Cartas eruditas. Las tesis serventianas fueron denunciadas por teólogos católicos, calvinistas y protestantes, y Calvino ordenó su detención al inquisidor de Lyon. Fue apresado en Ginebra en agosto de 1553, juzgado por un Pequeño Consejo de la ciudad, y condenado por hereje a morir en la hoguera en octubre del mismo año. El aberrante crimen de Calvino convirtió al humanista español en un mártir por la libertad y levantó una ola de protestas en toda Europa. Para defenderse las acusaciones, Calvino publicó en 1554 su Defensio contra “los prodigiosos errores del español Servet”. Pero la ejecución de Servet sirvió para dar impulso a los partidarios de la libertad de pensamiento y de opinión. Aunque Miguel de Servet estuvo fascinado por la medicina, su objetivo principal fue religioso y teológico: realizar una nueva y radical Reforma del Cristianismo, llegando más allá de lo que pretendían Lutero y Calvino. Aunque tuvo un pensamiento original y particular, también estuvo influenciando por el panteísmo místico y neoplatónico, muy típicos del Renacimiento. ESPAÑA ILUSTRADA: CIRCULACIÓN DE LA SANGRE DE MIGUEL DE SERVET
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    24) Ramón Verea, el inventor de la calculadora moderna Con dignidad y espíritu patriótico, Ramón Verea manifestó públicamente que su único interés era demostrar al mundo que un español es capaz de una invención sobresaliente. Y a fe que lo consiguió al crear una máquina calculadora que multiplicaba cifras de forma directa sin necesidad de recurrir a sumas, como operaban los ingenios que precedieron al suyo. Click para ampliar Ramón Silvestre Verea Aguiar y García, pontevedrés de la parroquia de Curantes en el ayuntamiento de La Estrada, nacido en 1833, presentó su modelo de máquina calculadora mecánica en la ciudad de Nueva York, siendo bien recibida su contribución científica y aprobada por encima del resto de invenciones hasta entonces; galardonada con la medalla de oro en la Exposición Universal de Inventos celebrada en Cuba ese mismo año 1878. El invento de Ramón Verea ha quedado registrado para la historia en un documento de patente en la Oficina de Patentes de Estados Unidos de América con el número 207.918, fechado el 10 de septiembre de 1878; además, fueron publicadas reseñas en revistas de la época como Scientific American y el prototipo forma parte de la colección de ingenios de cálculo visible en la sede central de la empresa tecnológica IBM. La máquina calculadora Verea Direct Multiplier, que nunca llegó a fabricarse en serie pero sirvió de inspiración a otros inventores e ingenieros que fueron perfeccionando el mecanismo de cálculo a lo largo del siglo XIX a partir del prototipo de Verea, desarrollaba un complejo proceso de multiplicación a una considerable velocidad. Pesa aproximadamente 26 kilos y mide 35 centímetros de largo, 30 de ancho y 20 de alto, con funciones de suma, resta, multiplicación y división de números hasta nueve cifras, admitiendo seis números en el multiplicador y quince en el producto; fue la máquina de palanca más veloz y precisa de la época. Ramón Verea, hombre peculiar, reivindicativo, estudioso y de firmes convicciones, nunca quiso comerciar con su invento ni tampoco continuar en el camino de la invención. Seminarista en Santiago de Compostela hasta 1855, Ramón Verea emigra a Cuba donde ejerce como maestro y escribe dos novelas, aprende inglés y se inicia en el periodismo e inventa una máquina para plegar periódicos cuya patente vendería más tarde en Nueva York. Pero antes de instalarse en esta ciudad en 1865, cumple una breve estancia en Puerto Rico. Una vez en la capital del mundo trabaja como traductor, maestro, cambista de oro y billetes de banco y comercial de artes gráficas y en 1875 funda una imprenta, crea una agencia industrial y dirige un periódico hispano, y luego en 1884 una revista de tirada mensual. En 1895 se traslada a Guatemala, donde publica una serie de cartas contra la leyenda negra que se achaca a España por parte de sus acérrimos enemigos, y después, en 1897, se traslada a Buenos Aires, ciudad en la que en 1898 volvió a publicar la revista El Progreso y siguió ejerciendo de periodista hasta su muerte un año después. Docente, ingeniero, periodista, inventor, escritor, historiador, ensayista y crítico en el más afamado de los sentidos, Ramón Verea murió en el anonimato, como por voluntad, salvo en momentos contados, había vivido. Ramón Verea, el inventor de la calculadora mecánica | El blog de la ingeniería https://www.google.es/url?sa=t&sourc...tFXX7BpHt2kC2N
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    23) Ramón Margalef. Ecología y teoría de la información Ramón Margalef López (Barcelona, 16 de mayo de 1919-ibídem, 23 de mayo de 2004) fue un limnólogo, oceanógrafo y ecólogo español. Se casó con María Mir. Margalef fue el primer catedrático de Ecología de España y, junto con Bernáldez, el refundador de esta disciplina en el país. Entre sus trabajos, destacan la aplicación de la Teoría de la Información a los estudios ecológicos, y la creación de modelos matemáticos para el estudio de las poblaciones. Ocupación Trabajó en su juventud como ordenanza en el Instituto Botánico de Barcelona y, antes de que se le concediera una beca para estudiar ciencias naturales, era ya conocido en el extranjero por sus trabajos de investigación sobre algas de agua dulce y procesos de eutrofización. En 1949 alcanzó la licenciatura y en 1952 se doctoró en Ciencias Naturales. Trabajó en el Instituto de Biología Aplicada (1946-1951), y en el Instituto de Investigaciones Pesqueras, el cual dirigió durante 1966-1967. A continuación, en 1967, constituyó el Departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona, desde el cual formó un buen número de ecólogos, limnólogos y oceanógrafos. Importantes contribuciones a la ciencia Teoría de la información aplicada a la ecología Entre sus mayores contribuciones a la ciencia está la aplicación de la teoría de la información a la ecología y la posterior creación de modelos matemáticos para la población de estudio. La teoría de la información es la base de una rama de las matemáticas aplicadas que cuantifica la información contenida en un sistema. Margalef demostró que se puede aplicar la teoría de la información a una comunidad de plantas o animales. Pueden evaluarse los diferentes tipos de muestreo mediante el cálculo de la cantidad de información que ofrecen. Así, la información (calculada en bits por individuo) será cada vez mayor en: 1. Número de especies en la comunidad 2. Número de cada especie 3. Ubicación de cada especie 4. Identificación individual y ubicación de todos los individuos Así, según Margalef, el establecimiento de los límites de un estudio y el muestreo no se traduce en una pérdida de información, pero puede limitar el rendimiento. Además, concluyó que la cantidad de información de una comunidad es aproximadamente igual a su diversidad. La estructura de los ecosistemas En Algunos principios unificadores en ecología, publicado en 1963, Margalef reúne varias teorías que circulan de forma más o menos independiente en el campo de la ecología. Comienza por definir la estructura de un ecosistema como todos los componentes del ecosistema (materia) y las interacciones entre estos componentes del ecosistema (la energía). Posteriormente introdujo el concepto de madurez de un ecosistema. Con el tiempo, la madurez de un ecosistema crece en un ambiente sin interrupciones. Un ecosistema maduro tiene una estructura compleja (con gran diversidad y, por tanto, con mucha información) y una alta eficiencia desde un punto de vista energético (pérdidas de energía de baja). Un ecosistema maduro requiera bajos niveles de energía para mantenerse. Por lo tanto, de acuerdo con Ramón Margalef, la sucesión ecológica es una maduración del ecosistema (aumento de la complejidad de la estructura y disminución del flujo de energía). La sucesión es en realidad una transferencia de un excedente de energía disponible en el presente a una biomasa en el futuro. Finalmente, es importante señalar que, desde la perspectiva de Margalef, la sucesión está marcado por la incertidumbre y está sujeta a las perturbaciones. Desarrollo de la limnología moderna Ramón Margalef contribuyó de forma importante al desarrollo de la limnología moderna en España y en el mundo. Tras iniciar un inventario de los principales sistemas acuáticos de la Península Ibérica a comienzos de su carrera se centró en el estudio de las comunidades de plancton desde un punto de vista ecológico. En la Universidad de Barcelona se formó en torno a Margalef una importante escuela de limnología, que posteriormente llevó a crear otras escuelas en varias universidades de España. En 1983, Ramón Margalef publicó un resumen de su trabajo en Limnología. Los humanos y la biosfera Fue un científico cuyo trabajo estuvo siempre incluido en el contexto social y político de su tiempo. Prestó particular atención al papel del humano en la biosfera. Ya en Algunos principios unificadores en ecología concluye con la madurez y la secuencia de organización de los sistemas humanos, junto con la complejidad de su estructura y el flujo de energía. En 1987, en su discurso de aceptación del Doctorado Honoris Causa de la Universidad Laval (Quebec, Canadá), Margalef enfatiza en la disparidad en la distribución de energía entre los estados del Norte y los estados del Sur. "Es justo preocuparse por la lluvia ácida o los distintos tipos de contaminación, pero no voy a ocultar mi opinión: el reto de nuestro futuro concierne a otros aspectos de la ecología, incluida la movilización y el control mediante el aumento de las fracciones de la energía humana que influye en la organización del espacio y, lo más preocupante, la organización de las relaciones entre los seres humanos", dijo. La biblioteca carpetana: Ramón Margalef. Ecología y teoría de la información
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