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Publicaciones en foros publicados por Latino II


  1. Respondiendo a su pregunta, imagino que toda aquélla en la que reconozcamos nuestra posición en relación con Él, que no es otra que la de hijos adoptivos. Esto significa aceptar nuestra subordinación y nuestra conformidad a Él, que nacen del hecho de ser su criatura (creada por Él a su imagen  y semejanza). 

    En cuanto a la modalidad, están en primer lugar las oraciones de la Iglesia, las cuales, a mi modo de ver, nos ayudan a salir de nuestro "yo" y nuestras propias obsesiones para sumergirnos en el "nosotros" de la gran comunidad de los creyentes, superando toda constricción personal, geográfica o temporal. Estas oraciones recogen la sabiduría universal de la Iglesia, por lo que son eficaces siempre que se mediten desde el corazón, siempre que las palabras no se queden en una mera fórmula para ser repetida y que en cambio se conviertan en pálpito de vida. 

    También son importantes las oraciones personales que expresan de una manera sincera y genuina nuestros anhelos, preocupaciones, alabanzas, peticiones... 

    El cardenal Ravasi, en unos ejercicios espirituales a la curia romana, dedicó una de estas sesiones a "los verbos de la oración", en la cual Ravasi definió e identificó la oración (él se centraba en los Salmos) con estos cuatro verbos:

    - respirar (la oración es tan necesaria como el aire para nuestra vida, sin ella el alma perece)

    - pensar (se trata de profundizar en el conocimiento de Dios, lo que supone el desarrollo de nuestras facultades intelectivas)

    - luchar (cuando atravesamos momentos oscuros, también existe esta "lucha" con Dios, como cuando le lanzamos súplicas desesperadas)

    - amar (la capacidad que la oración nos da de entregarnos a Dios)

    Creo que la inclusión de estos 4 verbos en la vida de oración son un buen termómetro para medir la calidad de la misma.

     

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