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Mostrando el contenido mejor valorado el 17/03/19 en Contenidos

  1. 10 puntos
    El pasado octubre se produjo una cadena de sucesos que me hizo pensar que estamos ante una nueva era de terrorismo inducido a través de internet. El día 23 de octubre, George Soros y otros adversarios de Trump empezaron a recibir cartas bomba que no llegaron a causar ninguna víctima. El 27 de octubre un sujeto abrió fuego contra una sinagoga de Pittsburgh y dejó 11 muertos y 7 heridos. El anterior día 26 se produjo otra noticia de la que no se informó en España: Gregory Bush asesinó a dos transeúntes negros; minutos antes había intentado entrar en una iglesia negra para perpetrar una matanza. En cuestión de una semana se produjeron tres acciones terroristas de inspiración identitaria y se dio la casualidad de que los tres terroristas tenían una intensa actividad en internet, donde difundían teorías de la conspiración típicas de la nueva ultraderecha: el Gran Reemplazo, el Plan Kalergi, el Genocidio Blanco, Soros llena EEUU de inmigrantes hispanos, etcétera. El pasado viernes, Brenton Tarrant asesinó a 49 personas en una mezquita de Nueva Zelanda. El terrorista grabó la acción en vídeo y la difundió junto con un manifiesto identitario en el que incidía en las mismas teorías de la conspiración que hace tiempo son moneda común en internet, entre otras razones, por la febril actividad de los medios rusos y de sitios ligados a la cultura de internet, como 4chan. Muchos internautas han aplaudido, justificado o banalizado la acción terrorista en foros y redes sociales. En cierto foro que todos conocéis el que ha condenado el atentado ha sido la excepción. Meme con el que celebraban el atentado de Nueva Zelanda en 4chan Atentados de este tipo no son nuevos en Estados Unidos y en el podrido mundo anglosajón, donde abundan los chalados con inclinaciones racistas. Pero parece que se están acelerando los ciclos y hay tres novedades importantes: 1) hay un importante sector de occidentales que aplaude o justifica estas acciones; 2) los terroristas se radicalizan a través de internet y están abonados a determinadas teorías de la conspiración que causan furor en los ambientes derechistas; 3) las acciones se orientan sobre todo contra los musulmanes y se pretende que sean parte de una guerra a sin cuartel de los cristianos contra el islam en la estela del manifiesto de Breivik, y esto a pesar de que los terroristas profesan creencias paganas en su mayoría. En mi opinión, también hay un factor geopolítico importante. El manifiesto de Tarrant contiene alusiones positivas a Rusia mientras que acusa a la OTAN y a la UE de apoyar a los islamistas. El que mandó las cartas bomba a Soros y demás personas también publicaba mensajes rusófilos en las redes sociales. Por otra parte, las teorías de la conspiración que tienen absorbida la mente de los terroristas son difundidas día y noche por los medios rusos, los oficiales y los extraoficiales. Pero si queréis nos olvidamos de ese factor geopolítico —que entra en el terreno de la conjetura— y nos centramos en lo más tangible: cada vez con más frecuencia, están cometiendo atentados terroristas personas que creen en determinadas teorías de la conspiración y que frecuentan ciertos lugares de la Red. ¿Hasta qué punto los atentados no son provocados por los que crean y difunden estas teorías? Si alguien cree de verdad que se está produciendo una invasión musulmana para acabar con la Cristiandad y con la raza blanca, lo normal sería que tome las armas. Y es un hecho que han tenido que prever los que crearon esas teorías de la conspiración, de la misma manera que quien creó los Protocolos de los Sabios de Sión previó que produciría matanzas de judíos. Hace tiempo alguien habló de terrorismo estocástico para referirse a este nuevo fenómeno en que las comunicaciones masivas, especialmente las redes sociales, inspiran actos de violencia al azar que son estadísticamente predecibles pero individualmente impredecibles. Es decir, cada acto y cada actor es diferente, y nadie sabe quién lo cometerá ni dónde ocurrirá el próximo acto, pero es probable que algo termine ocurriendo. No puedo programar a nadie para que cometa un atentado en tal fecha y lugar, como a veces se decía fantasiosamente en algunas películas de espías, pero sí puedo inundar esa mente colmena que es internet con la suficiente intoxicación como para que alguien termine cometiendo una acción terrorista contra los enemigos que voy designando. No sé cuándo ocurrirá el acto terrorista ni dónde se llevará a cabo, pero es probable que termine ocurriendo un acto terrorista que a su vez facilite los siguientes actos, pues el terrorismo es ante todo propaganda. En 4chan resumían así su propia trayectoria:
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