Todos los pueblos quieren demostrar la nobleza de su origen y generalmente lo hacen exponiendo su genealogía, muchas veces inventada. Quizá hay algo de vanidoso en esto, pero creo que es muy común y no deja de ser un anhelo legítimo. Pero las distintas naciones han probado la nobleza de sus antepasados de formas muy diversas. Dante, en su libro sobre la Monarquía, considera que el padre del pueblo romano (y podemos entender, italiano) es Eneas, pero afirma que la nobleza de su linaje reside en que tenía antepasados de los tres continentes (Europa, Asia y África):
Los pueblos germánicos, en los que incluyo a los anglosajones, siempre han intentado probar su nobleza argumentando la pureza de su linaje. Algunas vetas de este pensamiento hay en Francia, y por ello durante siglos ha habido una disputa entre los que consideraban a Francia heredera de los galos y los que despreciaban a éstos últimos, por mezclados e impuros, y señalaban que el origen de Francia estaba en los francos, con su sangre germánica incontaminada.
Pero vemos que Dante dice que la nobleza de Eneas residía en que agrupaba linajes de los tres continentes: Europa, Asia y África. ¿No es esto una prueba de la vocación universal que animó al Imperio Romano y a los pueblos latinos y católicos que fuimos sus herederos? En abierto contraste con la obsesión por la pureza del linaje que, por el contrario, ha caracterizado a los pueblos germánicos.