Este tema está dedicado a la recopilación de enlaces, y apuntes sobre geopolítica española e iberoamericana. Hoy quería transmitiros un pequeño compendio de esquema geopolítico con ideas tanto propias como de otra gente, recocinadas de alguna manera para integrarlas todas en un solo "proyecto geopolítico hispano-católico". A ver que os parece, ya me decís. Tampoco creo que diga muchas cosas nuevas. Propongo resumir mentalmente el proyecto con los números "3-4" (Tres-Cuatro)*, si se quiere inspirado en cierta mística de la Trinidad y en los Cuatro Evangelios. Y lo explico para que se entienda. Voy directo para no aburrir.  *También 1-2-3-4, Una geopolítica, Dos niveles, Tres polos en el primero, Cuatro ejes en el segundo. Se establecen dos niveles:  1. Nivel basal (Triángulo Hispánico o Iberoamericano) El primer nivel es el basal o nuclear, heredero de la Cristiandad Menor según el esquema de Elías de Tejada. Este nivel es el "nacional" si se quiere, pero veamos que no me refiero a la nación peninsular sino a la comunidad iberoamericana al completo, la "nación fragmentada" que no pudo ser. El nivel nacional en tiempos correspondía con el esquema triangular hispánico (de ahí el Tres) de Península-Virreinato de Nueva España-Virreinato del Perú (incluimos el Plata). A día de hoy, como intenté explicar en el otro hilo de las Tres Montañas, la Península está contenida por Francia (y en general Europa), el Perú/Plata por Brasil y la Nueva España por Estados Unidos, por lo que hay un "triángulo de contención" que impide actualmente la coagulación del Triángulo Hispánico. Hay otros polos de contención no hispánicos como Rusia o China, aunque no son de proximidad (no comparten frontera con naciones hispanas, con la posible salvedad Filipinas/China). Sin desactivar alguno o todos esos polos de contención no hay geopolítica hispana posible. La desactivación puede sobrevenir por decadencia de la nación que nos contiene, abandono/delegación de sus proyectos geopolíticos o su integración en otros. Propongo hablar de integración. De esos tres polos de contención, el que tiene más posibilidades de integración dentro de este nivel basal sin que lo desbalanceara o diluyera en otros esquemas es el brasileño. La integración de Brasil es una constante en la mayor parte de tratados de geopolítica y diplomacia que leo, tanto de hispanoamericanos como de peninsulares (su participación en las Cumbres iberoamericanas, la CELAC, la UNASUR, el Mercosur y otros lo demuestra). También los extranjeros suelen sistemáticamente conceptualizar a Brasil en el marco de la "América Latina". Es cierto que hay una variante geopolítica antihispana en Brasil que prefiere ser la "cola del león" del imperio norteamericano en vez de ser una de las "cabezas de ratón" hispanas; esta sería la escuela opuesta a lo que propongo. Supongo que el relativo desgaste del proyecto imperial de EEUU o su equilibrado con el de otras naciones permitiría tomar el camino propuesto aquí. Quizá incluso EEUU se pueda permitir o quiera "delegar" parte de la administración de partes de su imperio (cuando hablo del imperio de EEUU me refiero al continuo que hay de Crimea hasta Corea pasando por las Américas) en otras naciones pertenecientes al mismo como es la nuestra, igual que el Imperio romano tardío con las Tetrarquías o con los "federados". Este tipo de iniciativas de delegación de poder imperial deberían ser recogidas y potenciadas, es muy posible que le interesen en un futuro a un EEUU desgastado en su ejercicio de hegemonía. Hasta entonces se entiende que los planes queden de alguna forma aparcados o alternos según las presidencias. En definitiva, el Triángulo iberoamericano correspondería con el siguiente trío:  -Polo suramericano: conformado por el Plata y el Brasil. -Polo norteamericano: conformado por México.  -Polo europeo: conformado por España.   El primero sería el polo más independiente puesto que con la integración de Brasil no tiene ningún polo de contención cercano fronterizo. Su relativo aislamiento en el mundo permitiría una geopolítica que buscaría la independencia del resto de proyectos imperiales o bien la administración calmada del territorio en un relativo aislacionismo, en el marco de "delegación imperial" de EEUU que comentaba. Sería además el polo principal porque es el que tendría mayor población e industria propia. Los otros polos serían polos "fronterizos", y de alguna manera tendrían que negociar diplomática, económica y culturalmente con las potencias de contención (EEUU y Francia/Europa). 2. Nivel cortical (Cuadrilátero Universal o Global) Este nivel es el superhispánico, cristiano, o global, heredero de la Cristiandad Mayor de Elías de Tejada. Corresponde, realmente, con el resto del mundo, pero hay que dar alguna estructura o esqueleto geopolítico a ese Globo dadas las realidades de cada zona y de ahí lo de establecer Cuatro direcciones de penetración y proyección, y de ahí también la idea de los Cuatro Evangelios. Los asociamos a los cuatro puntos cardinales,  y a las Cuatro partes clásicas del Mundo (las tres partes conocidas antes de Colón, es decir Europa, Asia, África, más el orbe nuevo, América). Aquí un mapa de porcentaje de católicos. Es fácil ver los cuatro ejes de proyección propuestos en adelante: Vamos allá: -Eje de proyección del Norte, o norteamericano. Corresponde con la proyección cultural y negociación con las naciones de América del Norte, EEUU y Canadá. He hablado en muchos hilos sobre el tema.  El espacio de negociación sería la OEA, también el NAFTA, el reto: organizar un panamericanismo hispanófilo, en el mejor de los casos hispanocéntrico, o al menos conseguir una nueva Good Neighbor Policy. La clave: articular y difundir la dimensión hispánica de los EEUU. Los subejes: Californias, México-Texas, Cuba-Florida, Costa Este católica. Se integrarían aquí las ideas de proto-panamericanismo hispanoamericano-céntrico de Miranda y Bolívar (fabricando una figura de Bolívar amable a estos intereses...). -Eje de proyección del Sur, o africano. Aquí integro las proyecciones hacia el Atlántico Sur por parte de Brasil y el africanismo luso-hispano. También lo hemos comentado en algunos sitios: cómo se podría hablar y potenciar un eje de desarrollo desde Guinea hasta Angola, pasando por las presas de Inga, e integrando el área católica de los dos Congos. Se integrarían aquí todas las escuelas "tercermundistas", todo el mundillo de la cooperación Sur-Sur, y la escuela "meridionalista" de los geopolíticos brasileños. El componente histórico de esta dirección de proyección sería, sobre todo, el Imperio luso, extensivo de Brasil  hacia el Oriente uniendo el hemisferio Sur, quizás llegando a la India. Subejes: Nigeria-Guinea-Congos-Angola, Angola-Mozambique, Angola-Sudáfrica. Espacios: foro Brasil-África, iniciativa IBAS (India-Brasil-África del Sur), iniciativa del Atlántico Sur (ZOPACAS). Añadiríamos también en este apartado la negociación con los espacios islámicos, y un apoyo al mundo árabe-cristiano. -Eje de proyección del Oeste, o asiático. Asia está al Oeste de Iberoamérica. En el sentido clásico, el hemisferio castellano de Tordesillas, que era el occidental llegaba hasta el Asia, así que hay una cierta idea de "occidentalización de Asia" bajo historia hispana, vinculándola a América, que conviene replantearse; hay trabajos interesantes sobre esto. Aquí hay dos grandes cuestiones. La primera es la revinculación de Filipinas al Triángulo Hispánico (que, de conseguirse, formaría un Cuadrilátero Hispánico). La segunda es la cooperación y repenetración cultural en los espacios de Asia, que la hay y hubo, como los Kirishitan japoneses, el contacto con China, la penetración en la India por portugueses (levantando Goa como "la Roma de Oriente"). Los foros de negociación: China-CELAC, espacios de integración del Pacífico, cooperación en el seno de los BRICS... Subejes: México-Filipinas, México-Japón, Japón-Brasil-Perú, China-Filipinas, India-Timor-Filipinas, Filipinas-Timor-Australia, Chile-Australia. -Eje de proyección del Este, o europeo. Europa se desarrolla al Este de la península, de ahí la elección de este punto cardinal. Las dinámicas europeas son endiabladas y encontrar espacios de liderazgo es un encaje de bolillos, pero hay que intentarlo. La geopolítica hispánica en tiempos basculó entre la alianza con Francia, que representa el vínculo de la Latinidad, o con los espacios austríaco-germánicos, que representan el vínculo de la Catolicidad. Hay que aprovechar estas viejas ideas para establecer algún tipo de negociación con el eje francoalemán, a través de subejes latinos (España-Italia-Francia), o católicos (Irlanda-España-Italia-Austria-Polonia). Podría plantearse la formación de "grupos", como el de Visegrado: Grupo Latino,  Grupo Católico, Grupo Sur... Foros de negociación: todos los europeos, además del "espacio eurolatinoamericano" y las cumbres EULAC. La relación con Rusia se puede incluir aquí también como un apartado específico, y vincularse históricamente, si se quiere, a la expedición almogávar al imperio bizantino, o a los trabajos que conceptualizan Rusia y España como "alas" o extremos de la Cristiandad en una nueva búsqueda de un espacio propio. Por supuesto aquí hay que lidiar con las filias y fobias de unos imperios y otros.