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sociedad El fenómeno de las redes sociales y la devaluación humana

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Básicamente, la inflación económica es el fenómeno que describe el aumento desordenado de precios, de los bienes y servicios que se comercian en los mercados, por un periodo de tiempo prolongado. Cuando esto ocurre, el presupuesto de las familias y empresas deja de cubrir las mismas necesidades que antes, especialmente entre quienes disponen de menor capacidad económica.

Aunque existen diferentes causas que pueden ocasionar inflación, las más comunes son dos. Por un lado, el exceso de demanda de bienes y servicios, por lo general motivado a su vez por un exceso de dinero circulante, que hace que la gente gaste más de lo necesario. Y, por otro lado, la escasez de determinadas materias primas necesarias para la producción o distribución. En cualquiera de los casos, esto ocasiona una falta de capacidad productiva o distributiva suficiente para cubrir la demanda, cosa que lleva a un aumento de los precios. Cuantas más personas requieran de un producto, más aumenta su valor, y cuanto más difícil sea de producir o distribuir, igualmente más aumenta su valor, lo que significa que el valor que tiene el dinero del que se dispone, disminuye conforme aumenta la inflación.

La forma en cómo los estados controlan estos acontecimientos, suele ser a través de los índices nacionales de precios y los bancos centrales, midiendo, por una parte, el precio y la demanda de los bienes y servicios, y regulando por otra la cantidad de dinero del que dispone la sociedad, a fin de encontrar el equilibrio. Cuando el estado detecta un fenómeno inflacionario, generalmente opta por emprender una política monetaria restrictiva, que suele darse en forma de subida de los tipos de interés, aumento de los coeficientes de caja de los bancos, y venta de deuda pública, de manera que con todo ello se reduzca la cantidad de dinero circulante y de esta forma se frene el consumo y disminuyan los precios.

Hasta aquí estamos hablando de los conceptos más o menos básicos del funcionamiento de las economías actuales, pero ¿qué ocurre cuando en lugar de hablar de dinero, hablamos de personas? ¿Qué ocurre cuando la propia persona humana es tomada como dinero con el que comerciar?

En el nuevo paradigma social en el que vivimos, en este siglo XXI, dominado por la omnipresencia de las comunicaciones digitales y las redes sociales, las personas nos hemos convertido poco a poco en mercancía para las corporaciones detrás de dichas redes, como también para los usuarios de las propias redes. Cada cuenta de usuario es un valor, y a su vez, una mercancía.

Hoy pueden encontrarse miles de páginas web donde se venden seguidores, likes, etc, con objeto de alimentar las cuentas de usuario de las empresas y particulares que se promocionan en redes. Si uno tiene, por ejemplo, una pequeña empresa de viajes, por unos pocos euros puede comprarse mil, dos mil o diez mil seguidores orgánicos en Twitter, Instagram o Facebook, por citar las más conocidas, que le asegurarán miles de likes o comentarios, lo que a su vez atraerá la atención de una mayor cantidad de público, potencialmente interesado este sí, en adquirir los viajes que ofrezca dicha empresa.

Otro ejemplo frecuente es el de los comunicadores sociales. Para una institución pública, un agente social, un político, un periodista o un medio informativo, cuanto mayor sea el número de seguidores que tenga, mayor es la importancia y alcance de sus comunicaciones, y por tanto, más repercusión social alcanza. De ahí que incluso en estos casos, sea frecuente el uso de bots o cuentas falsas, programadas para interactuar con las publicaciones del emisor, pues a mayor número de seguidores, mayor es también el interés que despierta el comunicador y el efecto marea que genera en la sociedad.

En el ámbito de las redes sociales en sí mismas, ocurre algo similar. Cuanto mayor sea el número de usuarios e interacciones que se producen en una red, mayor es la cantidad de información que puede extraerse de dicha actividad, por parte de los gestores y propietarios de la red, que luego es utilizada para realizar estudios sociales, de mercado, etc. Una información que luego es vendida a empresas e instituciones interesadas en disponer de esa información, o es usada por la propia red para implementar estrategias de mercado y en definitiva lograr un mayor dominio sobre la voluntad de sus usuarios. De igual manera, cuanto mayor es la presencia y actividad de una red en una determinada región geográfica, mayor es también el valor en bolsa de la empresa titular de la red.

En definitiva, no resulta difícil entender que siendo así las cosas, las personas nos hayamos convertido, en el nuevo mundo digital, en vulgar moneda y mercancía con la que comerciar. "He comprado diez mil seguidores" ó "esta red vale mil millones de seguidores frente a la otra que solo vale quinientos". Y aquí es donde el tema enlaza con lo que comentábamos antes acerca de la inflación, pues si a mayor cantidad de dinero en los mercados, mayor es el riesgo de inflación, igualmente, a mayor cantidad de personas en las redes, menor será el valor de su dignidad y relaciones.  

Hace décadas, para un pequeño comerciante de provincias, disponer de una pequeña cartera de clientes podía asegurarle mantener su actividad, empresa y puestos de trabajo. Una hoja parroquial podía mantenerse con unas pocas decenas de suscriptores; un diario local, sobrevivir con unos pocos cientos o miles de lectores, y una publicación oficial, no necesitaba apenas publicidad, pues sus usuarios estaban restringidos a los pocos profesionales o funcionarios locales interesados en su contenido. Hoy, todo eso no vale casi nada. Frente a la marea global de las comunicaciones y el comercio, todas esas actividades han pasado a ser despreciables, casi por la mayoría de sus antiguos usuarios. Muchas de esas empresas han tenido que cerrar y despedir a sus trabajadores, o en el mejor de los casos hipotecarse o vender su labor e identidad a grandes franquicias, con la consecuente pérdida de empleo, emprendimiento y riqueza humana que eso supone. Y lo que se mantiene, lo hace mayormente gracias a ayudas y subvenciones, que a la postre castigan al contribuyente y obligan al interesado a sumarse a los dictados del fenómeno globalizador. Por otra parte, el valor de los bienes y servicios que estos profesionales y empresas producían y ofrecían, ha disminuido considerablemente, disminuyendo así su propio valor profesional.  

En mi caso por ejemplo, en los años noventa, en casa podíamos pasar el mes holgadamente con lo que recibía de realizar un reportaje gráfico para alguna publicación. Actualmente, hay veces que tienes que regalar las imágenes, solo para evitar que prescindan de ti en el futuro, pues no falta material gratuito y abundante en las redes, aunque sea de peor calidad. Y cuando lo pagan, no tienes ni para pasar la semana,  a pesar de que la calidad y el esfuerzo se hayan multiplicado exponencialmente con respecto al de aquellos años, por la aparición de las nuevas tecnologías.

Pero esa devaluación ocurre de manera similar en el ámbito de las redes. Cuando Internet comenzó a ser popular, una pequeña web o foro con algunos cientos de seguidores, tenía un valor determinado capaz de trasladar a la sociedad una serie de inquietudes, valores o ideas, y aunque en algunos casos fuesen cuestionables, también eran rebatibles. Se competía en calidad más que en cantidad. Sin embargo, hoy todo eso resulta despreciable frente a la mil millonaria multitud que abunda en las grandes redes sociales y se mueve por ellas como cardúmenes. Un pequeño foro como este, por ejemplo, hoy apenas tiene repercusión ni importancia social y si la tuviera, en términos cuantitativos resulta despreciable, resultando de esta manera despreciable también, el trabajo o el empeño en el quehacer que sus promotores hayan puesto para llevarlo adelante, por más nobles que sean los fines.

Lo que cuenta ahora, en definitiva, es la cantidad, pero como esta es inflacionaria, a medida que pasa el tiempo y las redes se hacen cada vez más grandes e influyentes, el valor de las personas en las redes, y de las pequeñas cosas valiosas que hace la gente, dentro o fuera de las redes, disminuye o se hace más y más efímero e insignificante.

Esta dinámica tiene a su vez su repercusión en la vida real, pues no obstante, la realidad virtual no deja de ser un espejo donde nos miramos o reflejamos lo que llevamos en nuestro interior. Esto puede observarse muy bien en la política, por ejemplo, donde cada vez parece importar menos el desprecio por la dignidad de las personas y la mentira generalizada de la que hacen gala los políticos. ¿Para qué ser honesto si a fin de cuentas todo es efímero y desechable? ¿Para qué mirar por el bien común si revaluar lo mío va primero?

Pero, qué decir de las empresas, ahí tenemos a muchas especulando con el valor de las cosas, sin importarles siquiera si las gentes van a poder acceder a ellas, aunque sean esenciales. O qué mencionar igualmente del trato que reciben muchos trabajadores, donde a pesar de las innumerables leyes laborales existentes, su valor como personas está cada vez más devaluado, asemejándose así a piezas o máquinas sustituibles. Por no hablar del que reciben los consumidores, sobre los que se opera como el pescador de altura opera con las redes de arrastre en el fondo del océano, sin importar mucho su condición y situación humana, pues lo importante es arrastrarlos a la cubierta del beneficio inversor.

La globalización tiene estas cosas, que no solo afecta a la economía y las relaciones entre naciones, sino que también diluye en ese inmenso mercado el propio valor de las personas. Ante todo esto, el liberalismo propone esa suerte de individualismo, donde el que más tiene es el que más vale y, por tanto, la persona nunca deja de ser un valor de cambio subordinado al mercado, pero el socialismo intenta resolver el problema sancionando leyes e imponiendo obligaciones, que acaban devaluando aún más a las personas como individuos.

Por eso, la pregunta que finalmente me hago es la siguiente: Al igual que ocurre en economía, además de elevar la calidad de nuestros actos ¿no sería también una solución eficiente, el empezar a tomar políticas restrictivas, en lo que respecta a nuestras relaciones políticas, sociales y por supuesto virtuales, de manera que comenzase a revaluarse y apreciarse nuestro valor como personas? ¿Qué otra solución le veis a este fenómeno?

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Totalmente de acuerdo. Y lo has explicado muy bien. Se devalúa la dignidad de la persona, se devalúa el valor de nuestro trabajo, se devalúa la verdad, se devalúan cosas muy importantes con internet y las redes sociales. Las pequeñas cosas bellas han dejado de tener sentido. El poder y la riqueza se centralizan aunque la apariencia sea la contraria. Y todo se vuelve cada vez más efímero. Esa es la realidad de internet en los últimos veinte años, aunque apenas unos pocos han empezado a abrir los ojos.

¿Solución? Por el momento no veo ninguna en el horizonte. Por supuesto, a nivel individual, podemos boicotear las redes sociales, restringir nuestro uso, difundir textos como el que has escrito, salirnos del sistema en algún punto y hacer campaña para que la gente también se salga, etc. Pero nunca se unirán las suficientes personas como para que las redes sociales se replanteen su modelo. Esta marea que arrasa con todo sólo la pueden parar los Estados, pero no con parches y multas ridículas, como vienen intentando hasta ahora, sino tomando el control de la Red para devolvérsela a los ciudadanos o al menos para velar por sus intereses.

¿Qué se puede ir haciendo?

1) Reflexionar sobre el tema, como acabas de hacer, para ir tomando conciencia del problema. Compartir ideas y lecturas.

2) Intentar concienciar al resto de internautas de estos problemas derivados del actual internet. Crear masa crítica. Lo que implica una parte de propaganda, en el buen sentido de la palabra.

3) Pedir que los Estados tomen las riendas, nacionalicen o al menos limiten el poder de estas redes.

4) Boicotear las redes sociales y estos leviatanes tecnológicos en la medida de nuestras posibilidades.

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De acuerdo con lo que habéis dicho. Otro problema, y este es de Internet en general, es que el anonimato saca lo peor de las personas. Mucha gente suelta auténticas barbaridades, que nunca se atreverían a decir cara a cara, pero en Internet se creen anónimos y sacan su verdadera naturaleza.

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hace 3 horas, Gmartos dijo:

De acuerdo con lo que habéis dicho. Otro problema, y este es de Internet en general, es que el anonimato saca lo peor de las personas. Mucha gente suelta auténticas barbaridades, que nunca se atreverían a decir cara a cara, pero en Internet se creen anónimos y sacan su verdadera naturaleza.

Cierto, aunque las redes sociales y Youtube han propiciado un curioso fenómeno: algunas personas con nombre, apellidos y foto se están animando a decir el mismo tipo de barbaridades que antes estaban reservadas a los anónimos. Digamos que se ha abierto la compuerta y no hay quien pare la riada.

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¡Excelentes observaciones que comparto plenamente! Todo este fenómeno también se relaciona a mi modo de ver con la progresiva animalización-deshumanización que se viene dando desde hace décadas. Los cacharritos tecnológicos aumentan de manera exponencial este fenómeno, por todas las razones que habéis expuesto.

El continuo ajetreo de la vida moderna se ve acentuado por el uso de móbiles, tablets y demás, que provocan un ajetreo interior aún más pernicioso que el trajín exterior de la ciudad moderna. Nos falta silencio, introspección, ahondar en nuestro ser; nos está matando el hecho de estar reaccionando continuamente a estímulos externos y, en consecuencia, vivir siempre en la superficie de la realidad.

Yo le veo a esto muy mal arreglo, sobre todo si tenemos en cuenta que a los grandes de este mundo (gobiernos incluidos) les interesa que estemos esclavizados de esta manera.

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Aunque no sea un tema sobre el que la gente, por norma general, suela hablar, en el fondo creo que sí existe una percepción del fenómeno, aunque sea en el fuero interno de cada uno.

En eso supongo que se basa en gran medida, la dinámica de adicción a la presencia constante en redes y sobre todo los likes. La persona percibe que su ser es banal y efímero en el entorno de las redes, y seguramente cada vez más, por influencia de estas, en la vida real. Por eso busca ansiosamente estar permanentemente presente y hacerse notar, aunque sea participando de ese parloteo chirriante y banal que se da en la mayoría de redes,  pero sobre todo busca el like.

Es decir, busca el reconocimiento de su persona, aunque sea por unos segundos, porque así se siente importante, querido, tenido en cuenta... revaluado. Algo que paradójicamente va perdiendo a medida que se suma a esas mismas redes y estas pasan a ser constituyentes de una parte importante de su vida.

Y conforme siente que se devalúa, su instinto de supervivencia crece y toma el dominio de su vida, a menudo, desgraciadamente, dejando de lado la lógica y la razón, al verse amparado por el anonimato. Un instinto que como tal, es primitivo y por tanto bestializa, cuando se pierde el dominio sobre él.

Es un ciclo que se retroalimenta porque cuanto más se devalúa la sociedad, más se devalúa el individuo y mayores son entonces los estímulos que se ve obligado a buscar, para seguir sintiendo que es valioso.

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De cualquier modo y por abundar un poco más en el tema, creo que la mayor devaluación que produce este fenómeno, es la espiritual.

Como comentabais, el constante ajetreo de cacharros, unido a la propia devaluación social que producen las redes, ocasiona que nuestro intelecto esté más ahí, en las redes, que en la vida real, exterior e interior. Pendiente siempre de sobrevivir, de estar presente, de ser tenido en cuenta, de no quedarse atrás, del like,... de primar. Y eso poco a poco va destruyendo la virtud de la humildad.

El ego se hace fuerte acallando la voz interior de la conciencia, y el propio espíritu trata entonces de primar sobre todo y sobre todos, lo cual, ya sabemos donde ancla su origen.

El deseo de conocer la verdad, de meditar la palabra de Dios o hacer oración para quienes son creyentes, de las lecturas reflexivas, de la contemplación, o todo lo que pueda ayudarnos a ser mejores personas, va apagándose como una pequeña llama sacudida por el viento.

Se sustituyen los adagios clásicos y las enseñanzas tradicionales, por textos y frases huecas, emocional y aparentemente llenas de espiritualidad, aunque en el fondo vacías de contenido, que nos obligan a profundizar más y más en el pozo oscuro de nosotros mismos:

"El éxito llega para todos aquellos que están ocupados buscándolo"; "No te detengas hasta que te sientas orgulloso"; "Que nadie te impida alcanzar tus deseos"; "Tú sabes lo que vales, consigue lo que mereces"..., y mil cosas por el estilo. Llenas están las redes de frases de autoayuda de este tipo, acompañadas de emotivas imágenes que a la sazón, no son sino alimento del ego.

Por no hablar de la cantidad de modas y corrientes de pensamiento provenientes de la new age, las religiones y filosofías orientales, y demás modernismos pseudo espirituales, que azotan las redes y permean el pensamiento popular, como huracanes que azotan las costas. Corrientes que nos arrastran y obligan a profundizar más y más en su propio vacío, vaciándose así el contenido de nuestra propia espiritualidad tradicional cristiana.

En definitiva, se devalúa la persona y con ello todo lo que nos hace personas, convirtiéndonos así en animales, tal como habéis comentado. 

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hace 11 horas, Latino I dijo:

Yo le veo a esto muy mal arreglo, sobre todo si tenemos en cuenta que a los grandes de este mundo (gobiernos incluidos) les interesa que estemos esclavizados de esta manera.

En este punto no estaría del todo de acuerdo. No creo que los gobernantes estén muy contentos con las redes sociales, por varias razones:

  • Las redes sociales cuestionan su legitimidad de una forma brutal. Hacen circular teorías de la conspiración y bulos que ponen a los gobernantes en la picota, quiebran la paz social y dan el paso a partidos populistas.
  • Estas redes permiten a gobiernos extranjeros poderosos (como los de EEUU y Rusia) influir de forma decisiva en el propio país.
  • No les hace gracia que empresas privadas tengan muchos más datos de los ciudadanos que la propia administración.
  • No les gusta que detraigan dinero que antes se quedaba en la economía nacional (p. ej., con Uber o Amazon, y ya verás cuando llegue la banca Google).
  • No les gusta que pongan patas arriba las ciudades, con AirBnB, alquiler de patinetes, avisos de radares, organización del tráfico, etcétera, puenteando a los gobernantes.
  • No les gusta que infrinjan reiteradamente los derechos de autor en la música, la literatura, el cine y la fotografía.
  • Son conscientes del papel que han jugado las redes sociales en el ascenso del ISIS y del terrorismo de extrema derecha.
  • No les gusta el acoso organizado que permiten estas redes sociales, ni el incivismo y la confrontación que promueven.
  • Están muy enfadados con las redes sociales porque les ponen toda clase de trabas cuando la policía nacional o los juzgados les solicitan datos por delitos graves (asesinatos, violaciones, pederastia, pornografía infantil, tráfico de armas y de drogas, etc.)
  • No les gusta que los dueños de estas redes tengan más poder que muchos gobiernos y puedan hacer caer gobiernos si se lo proponen.

En suma, creo que en este tema concreto de las redes sociales, los gobernantes europeos podrían ser más aliados de los ciudadanos que enemigos. Aunque la cobardía, la falta de miras y los melindres democráticos de estos gobernantes de momento les impiden tomar medidas del suficiente calado.

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Interesantes los puntos que mencionas, Hispanorromano. Lo que a mí me parece es que, en muchas ocasiones, la línea divisoria que separa a los dirigentes políticos y a las grandes multinacionales es cada vez más difusa, y que gran parte de nuestros gobernantes son lacayos de dichas empresas y no actúan como un escudo protector ante los zarpazos deshumanizadores de las mismas. A mí no me da la sensación de que las redes sociales estén poniendo en peligro, por ejemplo, los fundamentos ideológicos de las sociedades actuales; como mucho, se trata de elementos que facilitan un cambio superficial.

Ejemplo de lo anterior, en mi opinión, son los cambios acontecidos en EEUU en los últimos 20 años. La elección de Obama, propiciada en gran medida por el auge de las redes y una masiva campaña publicitaria, se veía como un cambio casi mesiánico en el 2008; sin embargo, sus 8 años sirvieron para derribar esta visión irreal del personaje. Con respecto a Trump, podemos decir más o menos lo mismo: las redes sociales jugaron un papel determinante en su elección, hasta el punto de convertirse en su mejor aliado, y se convirtieron también en un elemento indispensable de propaganda durante su mandato. Sin embargo, ¿han cambiado las bases ideológicas de la sociedad estadounidense durante estos mandatos de una manera sustancial?, ¿no es cierto que existe una simbiosis entre el lenguaje de las redes sociales y la praxis política de dichos gobernantes? 

 Por otro lado, en las cuestiones antropológicas fundamentales, como el aborto o la eutanasia, ¿hay grandes diferencias de pensamiento entre los magnates de las empresas tecnológicas y los dirigentes de la Unión Europea, o de presidentes como Macron, Sánchez o Biden? Creo que, más bien, el pensamiento débil que se propaga en redes sociales  coincide con la devastación antropológica que los gobernantes llevan a cabo a través de las leyes de los estados. 

Puede que no coincidamos en este punto, pero yo no estoy muy convencido de que las administraciones o los gobernantes estén muy inquietos con el fenómeno de las redes sociales ni con la devaluación humana que éstas propician, y prueba de ello es que las leyes implementadas por dichas administraciones y gobernantes coinciden de manera sorprendente con las posiciones ideológicas de los Gates, Zuckerberb y compañía.

Como idea final, me gustaría también detenerme en el concepto de "políticos populistas". Entiendo perfectamente a qué dirigentes se está haciendo referencia con este término (Orban, Trump, Salvini...) Sin embargo, si entendemos el populismo como la "tendencia política que pretende atraer a las clases populares" (RAE), y que utiliza la demagogia y el emotivismo para llegar al poder, podemos preguntarnos: ¿están muy lejos de esta definición políticos como Sánchez, Ayuso, Obama, Macron o Rivera, por poner ejemplos variados? Todos ellos se mueven en el plano de las emociones y la superficialidad, intendando camelar a las clases populares con promesas vanas y argumentos falaces.

Editado por Latino I. Motivo:

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hace 6 horas, Latino I dijo:

 Por otro lado, en las cuestiones antropológicas fundamentales, como el aborto o la eutanasia, ¿hay grandes diferencias de pensamiento entre los magnates de las empresas tecnológicas y los dirigentes de la Unión Europea, o de presidentes como Macron, Sánchez o Biden? Creo que, más bien, el pensamiento débil que se propaga en redes sociales  coincide con la devastación antropológica que los gobernantes llevan a cabo a través de las leyes de los estados. 

Puede que no coincidamos en este punto, pero yo no estoy muy convencido de que las administraciones o los gobernantes estén muy inquietos con el fenómeno de las redes sociales ni con la devaluación humana que éstas propician, y prueba de ello es que las leyes implementadas por dichas administraciones y gobernantes coinciden de manera sorprendente con las posiciones ideológicas de los Gates, Zuckerberb y compañía.

Los gobernantes y los dueños de las redes sociales están de acuerdo en la mayoría de cuestiones antropológicas fundamentales, pero eso no quiere decir que se lleven bien o que los primeros no vean las redes sociales como una amenaza. Y realmente son una amenaza. Porque a pesar de esa coincidencia en aspectos fundamentales, el cambio antropológico que promueven estas redes sociales es a peor, muy a peor, y además cuestiona de raíz a esos gobernantes.

Los dueños de las redes sociales puentean de mil formas a los gobernantes. En última instancia su proyecto es que los ciudadanos se administren a través de internet prescindiendo de los gobernantes nacionales, a los que consideran unos molestos "intermediarios". Una de las consignas favoritas de este mundillo tecnológico es "prescindir de los intermediarios", aunque en el fondo lo que quieren es ser ellos los intermediarios universales, y los ciudadanos aplauden con entusiasmo este discurso. En definitiva, los dueños de las redes sociales quieren sustituir a los gobernantes, y te puedes imaginar que esto no les hará mucha gracia a estos últimos aunque coincidan en aspectos antropológicos fundamentales.

La UE ha desarrollado toda una legislación para poner coto a estos gigantes tecnológicos, pero es insuficiente a todas luces. Tampoco se atreven a ir muy lejos, porque saben que la mayoría de ciudadanos protestarían. De hecho, cuando aprueban estas tímidas leyes de contención, los ciudadanos en su inmensa mayoría protestan agriamente y se ponen de parte de los dueños de las redes sociales. De alguna manera, los ciudadanos europeos están más con los popes de Silicon Valley -y con el soma que les brindan en forma de pornografía y entretenimiento barato- que con sus propios gobernantes.

Aunque nuestra diferencias con los gobernantes actuales son importantes, estimo conveniente apoyarles en las iniciativas que intenten encauzar las redes sociales, y en todo caso sería bueno aprovechar a nuestro favor estas diferencias entre la clase gobernante actual y la clase gobernante emergente del mundo digital.

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A lo mejor puede valorarse lo que sigue: ¿podemos decir que la sociedad (o las sociedades) es mejor gracias a las rrss? No que haya algunas cosas adecuadas o no en las rrss, sino una valoración completa desde que se extendieron hará quince años. Por ejemplo, podemos decir que el desarrollo de vacunas mejora las condiciones de las personas, objetivamente. O lo mismo para la implementación de medidas higiénicas y su extensión al abastecimiento. Igual, para el desarrollo de la agricultura intensiva, que permite producir alimentos en zonas naturalmente poco o nada productivas, o que permite producirlos durante todo el año o reducir el impacto de las plagas y las hambrunas consiguientes.

Pero ¿se puede decir lo mismo de las rrss? Y extiendo: ¿de la tv? ¿de los periódicos? Los incluyo porque tienen mucho en común. ¿La gente es más feliz? ¿Tiende más al bien? ¿Discierne mejor? ¿Vive con más amor? ¿Tiene más conocimiento y éste es más profundo?

Por otro lado, si los gobernantes -si es que lo que hacen es gobernar, que no lo parece, si nos atenemos a la definición estricta del término- estuvieran en contra de las rrss,  ¿lo usarían permanentemente para sus fines ideológicos? ¿para sembrar sus simientes de malas hierbas en las mentes de sus compatriotas? ¿para lanzar mentira tras mentira aderezada con media verdad? El buen gobernante sí estaría en contra por todo lo expuesto, porque su intención es buena, busca el bien. Pero que los que están en los gobiernos busquen el bien de sus ciudadanos, debe ser demostrado con pruebas definitivas que yo no veo por ningún lado, ni en esta época ni en las anteriores -salvo alguna mínima excepción-. 

Finalmente, ellos usan las rrss igual que las televisiones, radios y periódicos, porque, como apuntaba Latino, su tendencia innata es fusionarse con quienes puedan favorecer a sus fines, cuando no, directamente, a quienes rinden pleitesía -sean multinacionales, partidos, ideologías, etc.-. En las democracias, los gobernantes dirigen naciones porque hay una masa que los apoya, y esa masa está compuesta de votantes y de empresas especialistas en influencia que, con su actividad nos siembran lo que quieren que pensemos. Esencialmente, no parece haber -o yo no la veo- mucha diferencia entre el lavado de cerebro que busca la multinacional y el que realiza un partido y su líder temporal junto a sus seguidores. La diferencia, quizá, sea más de grado que de cualidad.

Un cordial saludo.

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Si me permitís la opinión, creo que de algún modo, ambos lleváis parte de razón.

El compañero Latino I piensa que a los gobernantes les interesa que estemos dominados por el poder de las corporaciones en Internet, e Hispanorromano considera que eso pondría en jaque a su vez, el poder de dichos gobernantes. Pero entiendo que ambas cosas son ciertas, en la medida que todo el asunto se enmarca dentro de una misma disputa por el poder y la riqueza, sobre la que no son ajenos unos y otros, y a la postre, ambas partes se complementan.

Naturalmente, y más en el ámbito de la lucha por el dominio, es obvio que al gobernante le interese gobernar por encima de los gobernados, y el hecho de que una corporación trate de puentearle, de por sí le supone un problema que debería evitar. Sin embargo, también es consciente de que en un sistema como las democracias liberales, es imposible que su influencia llegue a la mayoría sin hacer uso de las herramientas sociales que disponen las corporaciones. Nunca antes en la historia, había existido una capacidad de influencia social como la que ahora permiten las redes sociales, y por eso el gobernante necesita, permite y hace uso de las redes que han extendido las corporaciones, y es tímido en las medidas que regulan su actividad. De hecho, muchas regulaciones, lo que hacen es primar unos u otros intereses.

De otro lado, también es un hecho incontestable, que el sistema democrático liberal, no permite caballeros blancos. Todos los aspirantes a gobierno que se presentan a cada elección, no son sino pretendientes que han sido puestos ahí previamente por grupos de interés, entre los que se encuentran también los de esas mismas corporaciones. Cuando votamos, no decidimos sobre candidatos libres con un programa de gobierno libre y subordinado al bien común de la nación, sino que simplemente damos nuestro aval a unos u otros grupos de interés, que a menudo solo pretenden el desarrollo de sus intereses, aunque sea dentro del marco de las leyes de cada país. Marco por cierto que va cambiando conforme cambia el grupo de interés gobernante. Por lo que de algún modo, cuando votamos a este u otro candidato, estamos dando nuestra bendición a que se desarrolle el interés de este u otro grupo, donde confluyen también las corporaciones. Por lo que difícil encaje veo yo ahí, como no sea que cambie el sistema de administración y gobierno de las naciones.

Lo que está claro, tal y como da a entender David, es que no parece que las sociedades hayan mejorado en mucho tras la aparición de estas redes, y que a la larga suponen un verdadero reto, en la medida que vayan devaluando más y más a la persona, en beneficio de esos mismos intereses que comentaba antes. Y está claro también que hacen falta, aunque no se ven, programas de gobierno y candidatos que comiencen a primar el bien común sobre el resto de intereses, aunque sea a costa de perder influencia, cosa difícil pues si la pierden, poco podrían lograr. El asunto es condenadamente endiablado.

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    • Por Latino I
      Fuente: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2022/03/11/iglesia-abusos-tiempos-guerra/00031647024072652295398.htm
      Leo con bastante frecuencia artículos como el que enlazo, ya que me parecen muy representativos del tipo de crítica a la Iglesia que se hace actualmente desde muchos ámbitos de la sociedad. En particular, lo que me parece más representativo en el artículo es el juicio que al autor merece el tema de la culpa en los cristianos, una emoción "negativa", según él. Junto con esta culpa, también tenemos que mencionar el "miedo" como elemento esencial de la fe cristiana, al menos de la fe que el autor atribuye a los dogmas promulgados por las jerarquías eclesiásticas. El autor parece dar por sentado que , en primer lugar, el sentimiento de culpa es esencialmente negativo para los humanos y, segundo, que este "sentimiento" se traduce en una "emoción negativa" que experimentamos los cristianos. Me pregunto si estas dos opiniones no serán más que prejuicios, ya que ni la culpa tiene por qué ser algo negativo (como se suele sostener hoy de forma, a mi juicio, acrítica), ni tampoco los cristianos que creemos en la gracia vivimos atemorizados y esclavizados por dichas culpas. 
      Creo que el artículo es lo suficientemente representativo de muchas críticas a las que hoy se ve sometida la Iglesia, por lo que me parece que puede ser un buen punto de partida para comentar este tipo de prejuicios que abundan hoy en nuestras sociedades occidentales, como el tema de la culpa y el miedo que acabo de mencionar. ¿Qué pensáis vosotros de lo expuesto en el artículo? Subrayo algunas partes que pueden ser jugosas para comentar:
       
       
      Fuente original: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2022/03/11/iglesia-abusos-tiempos-guerra/00031647024072652295398.htm
    • Por Gmartos
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      El canal lo dirige el conocido fotógrafo y realizador documental Eugenio Monesma Moliner, el cual le ha dado su nombre. Don Eugenio es director de la productora Pyrene PV, en el Alto Aragón, y es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, en Zaragoza. Durante más de cuarenta años, ha realizado diversos trabajos y producciones para la televisión, y en su canal de YouTube lleva recopilando desde hace poco menos de un año, muchos de sus documentales, que son una delicia y un verdadero tesoro nacional a mi juicio. Actualmente posee la que quizás sea una de las mejores colecciones documentales de España sobre cultura tradicional: costumbres, oficios, tradiciones, fiestas, gastronomía...
      Si os gusta el tema, os sugiero y recomiendo encarecidamente que le deis un vistazo a su canal, pues en él se encuentran auténticas perlas de nuestra cultura popular, que posiblemente en muchos caso ya, reflejen el último vestigio vivo de la vieja y tradicional España.
      Como comentario último, destacar lo mucho que me ha llamado la atención, los innumerables comentarios de agradecimiento procedentes de América, que reciben sus videos, de personas que ven reflejados en estos videos el origen a su vez de muchas de sus costumbres en aquel continente. La raíz de sus ancestros. Sin pretenderlo, puede que este hombre con su trabajo, esté haciendo más por unir puentes entre la península y el continente, que muchos de los supuestos nuevos hispanistas que suelen utilizar otras vías más políticas, divisivas y agresivas.
      Dejo como presentación un ejemplo de lo que se puede encontrar en su canal, junto al enlace al mismo.
      Canal: Eugenio Monesma
       
    • Por Español
      Supongo que a estas alturas todos conocéis ya lo que está ocurriendo en la isla de La palma, con el estallido de un nuevo volcán que está arrasando la parte oeste de la isla.
      Personalmente y por motivos que no vienen al caso, llevo siguiendo de cerca este evento desde hace varios días, cuando comenzaron a producirse los primeros terremotos que acabaron dando paso al volcán. Y hay una constante que he venido observando desde el comienzo, que me gustaría comentar con vosotros, para ver si es una mala apreciación mía o realmente está ocurriendo lo que percibo.
      Se trata de la percepción de una gran indiferencia hacia el aspecto humano de esta tragedia, que comenzó entre la comunidad científica, al comienzo alegremente emocionada por la posibilidad de ser testigos de una erupción, y que ahora se ha trasladado al conjunto de la sociedad, que viene siguiendo las noticias, retransmisiones e imágenes en directo de la erupción con gran jolgorio, como si la pérdida de tantos bienes y el sufrimiento de centenares de familias, no tuviera la menor importancia. La emoción del espectáculo y la asepsia científica, parece que priman sobre todo.
      !ALUCINANTE! ¡ESPECTACULAR! ¡MARAVILLOSO...! Son algunos de los calificativos que más abundan por las redes. Incluso alguna ministra se ha llegado a pronunciar de manera semejante. Comparativamente, pocos comentarios en cambio se ven, apiadándose por la gente que está sufriendo la tragedia. En los chats de los canales de Youtube que están retransmitiendo en directo la erupción, mediante la señal que ofrece la televisión canaria, parece que se reúna cualquier cosa menos un grupo de personas siendo testigos de una tragedia.
      De otro lado: !Wow!, ¡genial", "volcan de tipo tal", "erupción de clase cual", "metros por segundo", "bomba de lava", "piroclastos..." La comunidad científica se me antoja en muchos momentos, más un grupo de elefantes que acaba de descubrir un abrevadero, que una comunidad de hombres sabios ocupada en prevenir tragedias y salvar vidas.
      Cierto es que las imágenes y el evento en sí pueden resultar espectaculares e interesantes dada su dimensión natural, pero pienso que es mucho más importante cuidar la dimensión humana, ya que si esta llegase algún día a perderse, lo del volcán iba a ser un juego de niños comparado con la tragedia que nosotros mismos podríamos causar.
      Y luego está la soberbia de quién cree tener dominio sobre todo. En la reunión técnica que mantuvieron las autoridades y científicos el sábado por la tarde con los vecinos de la zona, se les decía que no se preocupasen, pues tendrían tiempo suficiente para evacuar, ya que ellos "lo tenían todo controlado". El mismo domingo, una hora antes de estallar, les aseguraban que estuvieran tranquilos pues de momento no iba a pasar nada, en un exceso de engreimiento científico que minutos después se derrumbó cuando el volcán estalló. A muy pocos he oído pedir disculpas o reconocer que se equivocaron en sus cálculos. Al contrario, por todas partes oigo decir que gracias a la ciencia no ha habido desgracias personales, cuando hasta ayer noche, bien entrada la madrugada, aún había bomberos, guardias civiles y vecinos poniendo en riesgo sus vidas para evacuar a gente que no había tenido tiempo de ponerse a salvo, y todavía hoy ha habido brigadas poniendo a salvo a los animales domésticos y ganado de las casas afectadas, que poco después han sido engullidas por la lava.
      Toda esa gente sí que ha evitado desgracias y no tanto la comunidad científica, demasiado ocupada en presumir de conocimientos ante las cámaras o imprimir su nombre al pie de algún artículo científico con el que pasar a la posteridad. Pero con todo se equivocaron en sus cálculos, en cuanto al lugar, dimensión y momento de la erupción, y al final acertaron lo mismo que cualquier lugareño sin formación, que la semana anterior ya advertían, sin tener formación científica, que iba a haber una erupción inminente dados los terremotos que sentían y lo que habían aprendido de sus ancestros por otras erupciones del pasado. Demasiada soberbia y relumbrón científico para tan poco resultado práctico. Un poco más de humildad no vendría mal y haría más digna la profesión científica.
      Todo esto por no mencionar los arribistas políticos que lo mismo les vale un volcán que un inmigrante o una violación, para cargar sus anzuelos envenenados y pescar votos. O aún peor, los chalados de turno que no pierden tiempo en utilizar cualquier evento catastrófico para sembrar sus teorías disparatadas, y que por desgracia encuentran todas las puertas abiertas y acaban así sembrando el miedo y la ignorancia entre la gente. Hay miles de americanos que viven en las costas atlánticas, aterrados pensando que este volcán puede producir un mega tsunami que les arrase, por una estúpida teoría que algunos medios se han prestado en reproducir, haciéndose eco de una patraña diseñada por un científico británico financiado por un grupo de aseguradoras y patrocinado por la BBC, que hace algunos años lanzó esa teoría, vaya usted a saber con qué propósito. En esos chats que antes mencionaba de YouTube, hay casi más brasileños que españoles, siguiendo los acontecimientos muy preocupados por la posibilidad de esa supuesta catástrofe.
      No sé, no pretendo con este hilo denunciar a nadie ni hacer tampoco ninguna crítica contra ningún colectivo en concreto. Sé que en todas partes hay gente para todo, y que cada cual hace lo que puede, quiere y sabe, unos bien y otros no tan bien. Además, resulta evidente que la magnitud de esta tragedia supera cualquier medida humana, pero me parece que el tratamiento que se le está dando a esta tragedia, tanto en los medios y redes sociales por parte de una inmensa mayoría, como por la propia comunidad científica (o quizás habría que hablar de sus divulgadores) tiene una excesiva componente cientifista e inhumana, que dice mucho de la sociedad infantil, nihilista, caprichosa, indiferente, descreída y egoísta en la que vivimos. El morbo siempre ha existido y estos sucesos suelen producirlo, pero en este caso pienso que ya no es tanto cosa del morbo, sino de pura indiferencia humana ante la tragedia y sufrimiento del prójimo, cosa que me parece muy preocupante y ha dado pie a compartiros esta reflexión.
    • Por Vanu Gómez
      A ver qué os parece, en relación con lo que ya ha salido en otros hilos, este anhelo de buscar crear un mundo perfecto desde cero. El texto que enlazo es de Abril-2020 pero parece que ya han puesto la primera piedra:
       https://asia.nikkei.com/Business/Technology/Toyota-builds-smart-city-in-Japan-with-eye-on-self-driving-R-D
       
       
      https://www.motor.com.co/actualidad/tecnologia/ciudad-tejida-toyota/33559
      LA CIUDAD TEJIDA DE TOYOTA EN JAPÓN
      Sistemas integrados y comunicados, transporte autónomo, casas robotizadas, energía solar. Así será la ciudad que Toyota construirá el próximo año.
      REDACCIÓN MOTOR
        02:43 P. M. 04 DE FEBRERO DEL 2020 Ciudad Toyota
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      CIUDAD TOYOTA
      Este vehículo de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL, Electric Take off and Landing) como cualquier helicóptero es el complemento de la ciudad del futuro que ya Toyota está construyendo. Pero para mañana.

      Este prototipo de urbe en pequeña escala física pero totalmente funcional se levantará en un terreno de 175 acres que posee Toyota en las laderas del monte Fuji, y su diseño fue contratado con el arquitecto danés Bjarke Ingels, cuyo equipo ha desarrollado la casa Lego en Dinamarca, el Mountain View de Google y dos World Trade Centers en Nueva York.

      El proyecto está concebido como la ciudad entrelazada o tejida, Woven City, que será un moderno laboratorio que tendrá residentes de tiempo completo, quienes podrán valorar y probar tecnologías en materia de autonomía, robótica, movilidad personal y casas con inteligencia artificial en el mundo real y la vida cotidiana.
      CIUDAD TOYOTA
      Todos los edificios, la gente, los servicios y los vehículos estarán interconectados y se comunicarán mediante datos y sensores a través de toda una infraestructura digital. La movilidad o el uso está planeado en tres niveles: para vehículos rápidos, para una mezcla de aparatos que se mueven a baja velocidad y para los peatones, que tendrán el uso exclusivo de un gran parque central. Esta plataforma será esencial para mejorar y probar la funcionalidad de los carros autónomos.

      La ciudad será autosostenible y sus edificios se harán mayoritariamente con madera para usar la tradicional artesanía combinada con ayudas robóticas. Todos los techos serán láminas fotovoltaicas que usarán la energía solar para el consumo de electricidad de la ciudad, que se apoyará con plantas de hidrógeno. Los exteriores estarán adornados con vegetación nativa y plantas hidropónicas.

      Las residencias estarán dotadas de robots que harán muchas de las labores domésticas y de paso serán unidades médicas que chequearán en tiempo real el estado de salud de los habitantes. La movilidad será únicamente en vehículos eléctricos en las zonas periféricas, y en el centro pasarán a usar células autónomas que dejarán a la gente en el corazón del tejido, donde solo se podrá caminar.
      CIUDAD TOYOTA
      Los parques y las zonas comunes serán esenciales para promover la integración de la comunidad y fortalecer la conexión humana, que es parte de las condiciones de ese nuevo hábitat, cuyas obras empiezan en el 2021.

      Visto esto, el taxi volador es esencial y deja de ser una utopía.

      Dato
      Toyota planea que la habiten unos 2.000 empleados de la corporación y sus familias, parejas jubiladas, vendedores, científicos visitantes y socios industriales, que desde este mismo año estarán preparándose para esta nueva experiencia y forma de vida.
      Fuente original: http://www.corazonespanol.es/index.php?app=core&module=system&controller=redirect&url=https://www.motor.com.co/actualidad/tecnologia/ciudad-tejida-toyota/33559&key=d1273528f14655ce4cad6f4770c94c929767c09e4de81b176d6acf39f834edc0&resource='%20target='_blan
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    • https://www.mundorepubliqueto.com/2020/05/01/no-todo-lo-que-brilla-es-oro/

      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





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    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
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    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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