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El clan español de Nueva Zelanda

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A ver qué os parece esta historia de la que TVE ha hecho un documental (enlace para verlo al final):

Cita
'El clan español de Nueva Zelanda'

Los Paniora: España en el corazón

06.01.2021 | 15:50 horas

Por SAMUEL A. PILAR / JUAN MANUEL CUÉLLAR
Otros documentales - El clan español de Nueva Zelanda
4 min.

La Costa Este, situada en la Isla Norte, es una de las zonas más remotas de Nueva Zelanda. Si a eso añadimos que el país también se caracteriza por su aislamiento geográfico, nos encontramos con una región muy virgen, apartada de casi todo, cuya belleza salvaje sobrecoge, aunque apenas reciba una ínfima parte de los millones de turistas que llegan cada año a esta pequeña nación oceánica.

[Pincha aquí para ver el documental completo El clan español de Nueva Zelanda].

En este rincón de Nueva Zelanda, lo maorí lo impregna todo. El porcentaje de habitantes de esta etnia triplica a la media del resto del país (un 50% frente a un 15%). Es el territorio en el que se asienta la tribu Ngati Porou (la población maorí se divide en iwis o tribus, y esta es la segunda mayor del país).

La tierra es el fundamento sagrado de la vida de los maoríes. Por eso se integran con ella, en una simbiosis cargada de un profundo simbolismo. Este elemento es, junto con los antepasados, la piedra angular de su identidad. Sobre ella sienten que están vivos, que pertenecen al mundo y tienen sentido dentro de él. Un equilibrio al que solo llegan dejándose guiar por la voz de sus ancestros.

Rodaje del documental 'El clan español de Nueva Zelanda'

Más de 20.000 maoríes neozelandeses descienden de un segoviano. Se llaman a sí mismos los Paniora, que significa 'españoles' en lengua maorí.

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  • Jóvenes y adultos del clan Paniora posan en el marae de Tairawhiti, con miembros del equipo de RTVE, en la localidad de Tikitiki, junto al Cabo Este.

    Reunión en Tikitiki

    08.06.2018

    Jóvenes y adultos del clan Paniora posan en el marae de Tairawhiti, con miembros del equipo de RTVE, en la localidad de Tikitiki, junto al Cabo Este.

    RTVE
  • El equipo del documental, en pleno rodaje, durante una entrevista a Edda McCabe junto al olivo de Port Awanui.

    Rodaje junto al olivo

    08.06.2018

    El equipo del documental, en pleno rodaje, durante una entrevista a Edda McCabe junto al olivo de Port Awanui.

    RTVE

El clan de los españoles

La Costa Este es también el hogar del que está considerado como el mayor grupo familiar del país (las tribus, a su vez, se estructuran en grupos familiares o hapus). Se trata del clan de los Paniora. El clan de los españoles, en lengua maorí.

Los Paniora descienden de un segoviano, Manuel José de Frutos, que llegó en la década de 1830 a las costas de Aotearoa, el poético nombre que los maoríes han dado a Nueva Zelanda y que significa "La tierra de la larga nube blanca".

¿Quién fue Manuel José de Frutos?

Nacido en 1811 en la localidad de Valverde del Majano, fue un comerciante de lana que un día lo dejó todo para hacerse a la mar en busca de fortuna. Llegó a Perú, donde se embarcó en el ballenero inglés "Elizabeth", con el que atravesó el océano Pacífico. Arribó a Port Awanui y entabló amistad con las poblaciones Ngati Porou de la zona. Su relación con ellas llegó a ser tan estrecha que desposó a cinco mujeres: Tapita, Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea.

Instalado junto al Cabo Este, Manuel José prosperó y se convirtió en un comerciante reconocido. La familia creció con nueve hijos, 41 nietos y 299 bisnietos. Hoy, casi dos siglos después, sus descendientes son más de 20.000. Ninguno de ellos ha olvidado sus raíces españolas, apegados a esa tradición maorí de culto a la tierra en la que la identidad se construye sobre el recuerdo de los ancestros.

La conexión con Valverde del Majano

Los Paniora siempre conocieron su herencia española, pero de una manera muy vaga. Sabían que su antepasado procedía de una región llamada Castilla dentro de España, pero ignoraban el punto exactoNo fue hasta el año 2006 cuando descubrieron la conexión con Valverde del Majano, una pequeña localidad situada a escasos kilómetros de la ciudad de Segovia. Fue gracias al trabajo de investigación realizado por una periodista neozelandesa llamada Diana Burns y la historiadora local María Teresa Llorente.

Telediario 2 - Los Paniora, neozelandeses de sangre española

En los años 2007 y 2012 llegaron a Valverde del Majano dos expediciones procedentes de Nueva Zelanda. Cuentan los habitantes de este pueblo (muchos de ellos descendientes de la hermana de Manuel José y, por tanto, parientes suyos) que lo primero que hicieron los Paniora fue arrodillarse y besar la tierra, llorando desconsoladamente de emoción.

Aquel ansiado momento suponía el final de una larga búsqueda. Los Paniora por fin habían hallado el origen. El lugar donde, según la tradición maorí, poder "clavar la lanza" y cerrar el círculo donde la tribu construye su identidad.

España, en el corazón

Los Paniora se sienten muy unidos a España, como a una madre patria de la que desconocen casi todo. Simplemente, están conectados a ella, forman parte de ella desde que nacen hasta que mueren. Aunque literalmente se encuentre en el otro extremo del mundo y la mayoría nunca haya pisado su suelo.

Este vínculo es de una pureza y una sencillez abrumadoras. Por eso, no es exclusivista y deja espacio a otros sentimientos de pertenencia. Dentro de los Paniora, sin ningún tipo de conflicto, convive una identidad múltiple: maorí, neozelandesa, polinesia, española... Y seguramente muchas más, ya que durante las últimas décadas la familia se ha ido ampliando con miembros de otros países. Esta es quizá la mejor enseñanza de los Paniora. Su ejemplo de tolerancia y de saber estar en el mundo.

Los Paniora: España en el corazón - 'El clan español de Nueva Zelanda'

El documental lo podéis ver aquí:

https://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-documentales/clan-espanol-nueva-zelanda/5753185/

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hace 5 horas, Hispanorromano dijo:

A ver qué os parece esta historia de la que TVE ha hecho un documental (enlace para verlo al final):

El documental lo podéis ver aquí:

https://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-documentales/clan-espanol-nueva-zelanda/5753185/

 

recuerdo haber leído el tema en el foro hispanismo.org, cuando tenía un gran nivel.

gracias por los enlaces, hay que echarle un vistazo.

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Menudo festival se montó el amigo Frutos, jajaja.

Ahora en serio, no he visto el documental aún pero, por lo que he leído en ese artículo, en principio ya me parece muy bonito el ejemplo de fidelidad a las raíces que nos transmite la cultura de estas personas. Fidelidad ciega pues no conocen nada del origen, y aun así son conscientes de que deben guardarla por amor a lo que ellos mismos son. En el fondo no deja de ser, si se quiere una primigenia forma de fe, pero con todo bastante ejemplar para muchos que hoy desprecian todo vínculo con el pasado y las raíces, y de esta forma se hacen destructores del ser y la identidad, bajo el supuesto paraguas de la modernidad.

A ver si encuentro un ratito y veo el documental. Gracias por traerlo.

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hace 2 horas, Español dijo:

Menudo festival se montó el amigo Frutos, jajaja.

Jeje, yo también lo he pensado. Dice el artículo de presentación que "desposó a cinco mujeres". Inicialmente creí que estaba hablando de poligamia, con lo que dudé si sería conveniente ponerlo en el foro, pero luego he pensado que se podría referir a que desposó a cinco mujeres no de forma simultánea, sino consecutiva, según iba enviudando.

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Eso es lo que he pensado, que enviudaría varias veces. Supongo que las condiciones sanitarias, en aquella época y aquellas latitudes, no serían las mejores y muchas mujeres morirían al parir. Con tantos hijos es fácil suponerlo en el caso de aquel paisano.

He estado echando un ojo al tema por las hemerotecas y me he encontrado con este artículo de 2012, de un diario extremeño, donde también se apunta a eso.

Cita

Maoríes de Segovia

Miembros de la tribu maorí de los paniora llegan al pueblo segoviano de Valverde del Majano en busca del espíritu de su ancestro, Manuel José de Frutos, que recaló en Nueva Zelanda en un ballenero en 1835

ISABEL F. BARBADILLO
Rafael Casado, alcalde de Valverde del Majano (Segovia), a la derecha, saluda a un descendiente maorí de Manuel José, en el viaje que realizaron a Nueva Zelanda en 2010. ::
                             R. C./

Rafael Casado, alcalde de Valverde del Majano (Segovia), a la derecha, saluda a un descendiente maorí de Manuel José, en el viaje que realizaron a Nueva Zelanda en 2010. :: R. C.

 

En las antípodas de España, en Nueva Zelanda, a 20.000 kilómetros bajo tierra, corren como torrentes chorros de sangre española. Una gran familia, de unos 16.000 miembros, descendientes de un paisano de Segovia nacido en el municipio de Valverde del Majano, reivindica sus orígenes y los pasea con orgullo por el mundo. Pertenecen a la tribu maorí de los paniora (españoles, en su lengua aborigen) y han convertido al pueblo en símbolo de su pasado ancestral. Estos días, medio centenar de ellos van a cumplir el sueño que no pudieron alcanzar sus progenitores: pisar el lugar donde hace doscientos años nació Manuel José, quien les dio la vida y del que hasta hace un lustro ignoraban sus raíces.

«Ahora, los ancianos de los paniora ya pueden, por fin, morir tranquilos, saben de dónde vienen. Es muy importante para ellos, porque siempre que se reúnen en los maraes (especie de centro social) para hablar se presentan haciendo referencia a la montaña más cercana, al río y a la familia a la que pertenecen», comenta con renovada emoción el alcalde de Valverde, Rafael Casado, que les ha preparado excursiones por toda la comunidad y talleres de madera y tatuajes para que enseñen a los vecinos, y a sus lejanos familiares del polo opuesto de la Tierra, algunas de las artes que definen a la tribu más numerosa del país y la que vive más aislada, allá por el este de la isla norte de Nueva Zelanda.

Valverde, con 1.100 habitantes, a 12 kilómetros de Segovia, saludará a partir del próximo sábado en maorí, nariz con nariz, frente con frente, como hacen los nativos, para respirar el mismo aliento en un rito que se sucede de generación en generación. Hablan en maorí y en inglés y han ahorrado más de dos años para juntar los 2.000 euros con los que 'descruzar' el océano que surcara el comerciante y ballenero segoviano, porque reencontrarse con la campiña que vio nacer a Manuel José y respirar su mismo aire bien valen 36 horas de vuelo por los cielos de medio mundo.

Apuesto y pelirrojo

¿Pero quién es ese misterioso caballero castellano, tan pródigo en descendientes, que arrojó tanta niebla sobre sus orígenes hasta sembrar en su mirada la melancolía? La casualidad primero y luego la investigación, situaron sus raíces en Valverde del Majano. La tradición oral, una de las señas de identidad de la tribu, permitió que una mujer centenaria, la tía Suey, fallecida el pasado año, recordara lo que siempre había escuchado de sus antecesores: que el progenitor de los paniora era un español castellano procedente de un lugar llamado 'valle verde', nombre con el que bautizaron algunas de sus fincas.

El hallazgo fue relatado hace seis años en el documental 'Debajo de tus pies', emitido por Canal Sur y elaborado por Álvaro Toepke y Ángel Serrano. Una partida bautismal localizada por la historiadora María Teresa Llorente revela que Manuel de Frutos Huerta (los maoríes le añadirían el nombre de su padre, Jesús, como apellido) nació el 31 de enero de 1811 y que fue bautizado al día siguiente, el 1 de febrero, tal vez porque en aquella época morían muchos niños al nacer y recibían pronto el sacramento para evitar aquel limbo ya borrado por el Vaticano.

Hijo de un comerciante de lana en apuros por la crisis de la época, a los 20 años Manuel José decidió lanzarse a la aventura. Se embarcó con familiares para Perú, pero unos años después, hacia 1835, llegó solo en un ballenero a las costas neozelandesas.

Dicen que era alto y apuesto, un guapo pelirrojo de ojos verdes que se enamoró de la isla y de sus mujeres y despertó los celos de los indígenas. Cuenta esa tradición oral que algunos de los nativos le conminaron a que reca-lara en otros litorales. Tres veces emprendió el viaje, pero las tres volvió, en uno de ellos con ponis árabes, hasta impregnar de sangre española los frondosos parajes de Nueva Zelanda, sus montañas, llanuras y glaciares, declarados Patrimonio de la Humanidad. La última vez que regresó, en un barco llamado 'Elisabeth', se quedó para siempre en los puertos de Awanui Araroa y fue admitido en la pacífica tribu de los ngati porou. No es de extrañar que los nativos le envidiaran. Tuvo cinco mujeres, nueve hijos, 42 nietos... hasta los 16.000 actuales descendientes, más los tres centenares desperdigados por España, una decena de ellos en Valverde. Uno de sus lejanos vástagos en tierras castellanas, Santiago Ayuso, sobrino tataranieto de Manuel José, defiende la honorabilidad de su antepasado. «No fue polígamo porque se casó con todas ellas, que iban muriendo por enfermedades, suponemos. Entre esas mujeres dos eran sobrinas del jefe de la tribu, quizá ese hecho provocó envidias y rencillas».

Así se lo relataron los maoríes en diciembre de 2010 cuando Valverde se hermanó con Gisborne -la ciudad más cercana a los valles donde habitan los paniora- y una delegación de valverdanos, con el alcalde, Rafael Casado, a la cabeza, pasaron unos días en sus casas. Una navidad inolvidable donde las campanadas sonaron a golpe de cuchara y cacerola y los españoles compartieron con ellos las doce uvas para recibir el año nuevo, justo doce horas antes que en España. «No teníamos ninguna Obregón ni Igartiburu que nos las diera, así que lo hicimos como pudimos, aunque lo mejor fue el amanecer. Ellos celebran la llegada del año de otra forma, y muy especial. Van a la playa para ver cómo amanece el primer día del año. El espectáculo es asombroso, muy emotivo», evoca Ayuso.

Flamenco y toros

Manuel José llegó a ganarse la confianza de los aborígenes y a integrarse plenamente en su vida cotidiana mientras se dedicaba al intercambio de productos y viandas con los marineros que arribaban a las costas neozelandesas. Logró prestigio y fortuna en esas tierras vírgenes, aunque luego, tras la guerra, los ingleses arrebataran a sus vástagos las propiedades legadas, un contencioso aún pendiente y que el actual Gobierno se ha comprometido a resolver.

La herencia de Manuel José, sin embargo, fue mucho más vasta. Contagió su pasión por los caballos, la guitarra, el flamenco o los toros, tópicos para nosotros, pero mitos para los paniora que les hacen ver y sentir a España como un país exótico, atractivo y a la vez lejano.

Ese entusiasmo que cultivan los 'josés', como se llaman entre ellos para justificar su pertenencia a la tribu, lo manifiestan en reuniones y celebraciones. Especialmente, en la concentración de tres días que celebran cada diez años en el pueblo de Tikitiki en honor a su progenitor, a la que llegan panioras de los cuatro puntos cardinales del planeta. Una gran fiesta en la que los sombreros cordobeses compiten con lo mexicanos y los ponchos peruanos con los vestidos de faralaes. Claveles rojos en el pelo y carromatos adornados con carteles de toros. La música flamenca y los pasodobles se hacen hueco en el desgarrador sonido de su ancestral danza de guerra, la haka, famosa ya en todos los continentes gracias al equipo de rugby nacional, All Blacks, que la representa al inicio de cada partido.

Las aventuras marineras de Manuel José se desconocen. Atravesó varias veces los mares del Sur. Quién sabe si otros aventureros que fueron sus coetáneos -Robert Louis Stevenson ('La isla del tesoro'), Herman Melville ('Moby Dick') o Joseph Conrad ('Lord Jim')- coincidieron con él en algún barco y bebieron de sus historias para plasmarlas en sus obras.

 

Fuente: https://www.hoy.es/v/20120729/sociedad/maories-segovia-20120729.html

 

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      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





        • Excelente 25 puntos positivos y de mejora)
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    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
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    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
        • Me gusta (5 positivos y 3 puntos de mejora)
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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