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Hispanorromano

Neutralidad sistemática en el exterior conduce a guerra civil en el interior

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Traslado al foro unos breves párrafos de la Obra Completa de Julio Ruiz de Alda que en su día subrayé para comentar en el foro. Habla Ruiz de Alda de que la neutralidad sistemática de España (y de cualquier otra nación) ante cualquier conflicto exterior conduce a su descomposición. Pues todas esas energías nacionales, que deberían volcarse en empresas exteriores para cumplir con nuestra misión universal, las volcamos en conflictos internos. De hecho, asegura Ruiz de Alda que esa neutralidad nominal hacia afuera equivale a guerra civil en el interior. Y estoy muy de acuerdo. Una patria no puede sobrevivir si adopta de manera sistemática una neutralidad absoluta e incondicional ante cualquier conflicto exterior, si excluye la posibilidad de combatir, si renuncia a su misión universal y se concentra en sus problemas internos.

Lo hemos hablado ya en anteriores ocasiones, por ejemplo, cuando discutíamos la posibilidad de la reunificación con Puerto Rico, empresa exterior que sin duda haría mucho bien a nuestra patria y nos alejaría de las querellas intestinas que nos están descomponiendo desde que perdimos las últimas provincias de ultramar. Ilustro ahora la idea con estas palabras de Julio Ruiz de Alda:

Cita

¿Es posible la neutralidad?

Hoy, unánimemente, todas las plumas, todas las declaraciones oficiales y particulares están conformes en contestar: España debe ser neutral. Alrededor de esta palabra, no digo de este hecho, se discute, se escribe y hasta se justifica nuestra política militar.

Pero, ahora bien: ¿es posible esta neutralidad? Estoy seguro de que no; pero, además, yo pregunto: ¿Es conveniente para España esta neutralidad absoluta e incondicional?

Estas preguntas plantean el dilema trascendental más medular de España:

¿España es, como dice Spengler, un pueblo viejo, acabado, que gastó su sangre joven y su energía vital creando América, como parece indicar la mediocridad de la vida colectiva de nuestros últimos tiempos, o, por el contrario, estamos en un momento regenerativo, joven, de acumulación de energías, y, por lo tanto, con posibilidades de emprender otra vez obras y hechos universales? O, dicho de otro modo: España, como colectividad, como unidad, corno destino y, por tanto, su Estado, ¿tiene misión universal que cumplir, o sólo tiene la misión de regular la vida interna de los españoles, dejando que gastemos nuestras energías en luchas internas?

Según la posición que adoptemos ante este problema tendremos contestada la pregunta anterior. Si nos colocamos en el concepto negativo de España no cabe duda de que la neutralidad ante Europa, ante el mundo, se impone. Ahora bien; neutralidad nominal hacia afuera, pero guerra civil en el interior, pues con este concepto de España, los catalanes, los vascos y mañana los gallegos y los valencianos, "o sea, los pueblos con la conciencia de sí mismos", tratan y tratarán de explicar la razón de su separatismo, por no conformarse a carecer de una vida superior colectiva, una misión que realizar en el mundo; y si este concepto de España perdurase, España se desmembrará después de luchas sangrientas e ineficaces. Pero si nos colocamos en la posición positiva no podemos hablar de neutralidad incondicional ante un próximo conflicto del que no sabemos quiénes van a ser los actores y qué fines va a tener. Entonces lo que hay que hacer es preparar a España para que cumpla con su misión, arrostrando para ello la posibilidad, la necesidad y la convicción de luchar y combatir. Y sólo con este concepto positivo de la Patria, España perdurará.

La neutralidad como fin es signo de impotencia y de descomposición.

Julio Ruiz de Alda, Obra Completa.

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¿Cuánto tiempo hace que no se habla de la Hispanidad ni de los objetivos de España como nación? Debemos poner los ojos en nuestros hermanos americanos, africanos y filipinos, y no tanto en la UE. Aún recuerdo las celebraciones de 1992 del 500 aniversario del descubrimiento de América y de ver durante muchos años reportajes de la Ruta Quetzal con Don Miguel de la Quadra-Salcedo.

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En 19/8/2020 a las 9:10, Vanu Gómez dijo:

Habría que definir neutralidad

 

Yo la entiendo en el sentido clásico de la tibieza. A veces es difícil conocer con cierta seguridad el trasfondo de las cosas, cuando se trata de definirse frente a un conflicto externo. En otras ocasiones, determinados intereses, internos o externos y en gran medida espúreos, nos impiden tomar partido. Y muchas otras veces, quizás la mayoría, el temor a internarnos en algún camino desconocido, sea lo que nos haga quedarnos parados como conejos en la carretera, pero qué duda cabe que lo que se afirma en ese escrito está cargado de razón. Ocurre lo mismo a nivel personal, cuando alguien quiere ser amigo de todo el mundo y por esa razón no se implica en los problemas ajenos, que al final nadie le toma en serio. O en otra perspectiva algo más profunda, en lo que se refiere al pecado y nuestra tendencia a zambullirnos en placeres  y desidias, que la obsesión por darnos gusto, o como poco por andar más preocupados en no caer que en caminar, que al final nos vamos al suelo.

En términos generales me parece muy acertada esa reflexión y pienso que si España recuperase el proyecto de la Hispanidad, que no es sino su ser esencial, todo cambiaría para bien aunque al principio pudiera resultar inquietante para muchos. Estamos muy pendientes de nuestros ombligos y de caerle bien a todo el mundo pero eso no puede ser. Todo ese ditirambo de "la marca España" puede resultar muy efectivo en un contexto de mercado pero es que España es algo más que una mujer hermosa que se vende por dinero, y en nuestro entorno hay demasiados chulos. No sé si me explico.

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Al hilo de la pregunta de Vanu de qué se entiende por neutralidad, comento dos cosas.

Julio Ruiz de Alda no critica la neutralidad, que puede ser la única opción en algunos casos, sino la neutralidad por sistema, la neutralidad como fin, que es tanto como renunciar a hacer valer nuestra voz y nuestras posiciones en el mundo. En algunos casos lo mejor es optar la neutralidad, pero no es posible que la neutralidad sea lo óptimo en todos los casos.

Por "neutralidad sistemática" (a la que se refiere Ruiz de Alda) yo entendería lo siguiente:

  • Adoptar una postura de neutralidad o de no intervención ante todos los sucesos políticos y militares que ocurren en el mundo, como si poniéndonos siempre de perfil evitásemos "males mayores".
  • Renunciar a cualquier intervención de nuestro ejército en el exterior, a cualquier intervención política en el mismo sentido y a cualquier modificación del statu quo, incluso en temas que nos afectan directamente, como el de Gibraltar y el de Puerto Rico.

Por poner un ejemplo reciente: Trump quería "intercambiar Puerto Rico por Groenlandia" - Sputnik Mundo

Ante una información como ésa, un Gobierno español digno habría lanzado una campaña política para exigir la independencia de Puerto Rico y habría entrado en contacto con los partidarios de dicha independencia en aquel país hermano. Pero la neutralidad sistemática en la que estamos instalados nos impide defender una modificación del statu quo internacional incluso en los casos que nos afectan directamente. En otras palabras, hemos renunciado a hacer valer nuestras ideas e intereses en el exterior; hemos renunciado a la guerra, pero a cambio tenemos guerra civil y una descomposición continua de la nación.

Creo que ésta es la idea que expresa Julio Ruiz de Alda y que yo venía defendiendo en el foro. La neutralidad no es mala. Lo que es negativo es la neutralidad sistemática, la renuncia a desempeñar un papel en el mundo que nos conduce a enfrascarnos en una perpetua discordia interior.

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Me parece interesante lo que dices. De veras crees que la posición espannola debería ser tan agresiva entorno al tema Trump-Puerto Rico?

Desde luego que me encanta la idea, pero no crees que sería exponerse un poco innecesariamente?

En lo que estoy plenamente de acuerdo es en lo de ir apoyando a los movimientos hispanistas en Puerto Rico, bien sean directamente independentistas o reintegracionistas.

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En 31/8/2020 a las 19:07, Vanu Gómez dijo:

Me parece interesante lo que dices. De veras crees que la posición espannola debería ser tan agresiva entorno al tema Trump-Puerto Rico?

Desde luego que me encanta la idea, pero no crees que sería exponerse un poco innecesariamente?

En lo que estoy plenamente de acuerdo es en lo de ir apoyando a los movimientos hispanistas en Puerto Rico, bien sean directamente independentistas o reintegracionistas.

He puesto el ejemplo de Trump por ser una información reciente, pero podía haber puesto cualquier otro ejemplo de una administración estadounidense anterior. Lo suyo sería aprovechar esos desprecios de los gobernantes estadounidenses hacia Puerto Rico para presionar en favor de su independencia. Pero nunca se hace. No me consta que ningún gobierno español haya defendido públicamente la independencia de Puerto Rico ni haya entrado en contacto con los compatriotas puertorriqueños que desearían una reunificación con España.

¿Y por qué no lo ha hecho ningún gobierno español? Porque, desde la derrota de 1898 y quizá desde mucho antes, se ha asumido la doctrina de que España debe aceptar sin rechistar el statu quo internacional y debe manifestarse neutral ante todos los conflictos para evitar problemas. Lo mismo nos pasa ahora al desaprovechar la estupenda oportunidad de la salida del Reino Unido de la UE para reivindicar la soberanía española de Gibraltar. Nos batimos en retirada, nos recluimos en la Península y tan solo aspiramos a quedarnos tal como estamos. Pero ésa es la mejor fórmula para perder lo poco que nos queda y para que los conflictos se trasladen al interior de España. Ese neutralismo (que no neutralidad) nos lleva a la disolución.

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sí, esa es la mejor fórmula para continuar el proceso desvertebrador, como demuestra la evolución de los movimientos separatistas regionales.

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    • Por Español
      Era el año 40 de nuestra era, cuando Jacobo de Zebedeo, tambien llamado Santiago el Mayor, uno de los discípulos dilectos y más cercanos a Cristo, junto a su hermano Juan y Pedro, recorría la Hispania Romana difundiendo el mensaje de su maestro, tras la Resurrección. Cuenta la tradición que en la noche del 2 de enero, el discípulo se encontraba acampado en la ribera del río Ebro, en las inmediaciones de la ciudad romana de Caesaraugusta, actual Zaragoza, acompañado de un pequeño grupo de seguidores y apenado por la poca repercusión que había tenido su predicación entre las gentes de aquella vieja Hispania romana.
      Según recogen las antiguas crónicas, documentadas en el "códice Moralia sive Expositio in Job", que se conserva en el archivo de la catedral de Zaragoza, y que fijaba en 1297 por escrito la tradición oral de la venida de la Virgen,
      "Santiago el Mayor, hermano de Juan, hijo del Zebedeo, por revelación del Espíritu Santo, recibió un mandato de Cristo para que viniese a España a predicar la palabra de Dios. Él se dirigió inmediatamente a la Virgen, le besó las manos y le pidió con piadosas lágrimas la licencia y bendición. La Virgen le dijo: “Ve, hijo; cumple el precepto de tu Maestro, y por el mismo te ruego que en una ciudad de España, donde convirtieres mayor número de hombres a la fe, edifiques una iglesia en memoria mía, como te mostraré que lo hagas”. Saliendo, pues, Santiago de Jerusalén, anduvo predicando por España, llegando finalmente a la España Menor, que se llama Aragón, en aquella región que se dice Celtiberia, donde está situada Zaragoza, a orillas del río Ebro.
      Aquí predicó Santiago muchos días, logrando convertir para Cristo a ocho hombres. Con ellos se entretenía a diario acerca del reino de Dios, y por la noche se iba a una era cerca del río, donde se echaba en la paja. A los pocos días, estando el Apóstol con los fieles sobredichos, cansados de la oración hacia la media noche, y durmiendo ellos, oyó Santiago voces de ángeles que cantaban: “Ave Maria, gratia plena”. Él, arrodillándose en seguida, vio a la Virgen, madre de Cristo, entre dos coros de millares de ángeles, colocada sobre un pilar de mármol.
      El piísimo semblante de la bienaventurada Virgen María llamó a sí dulcísimamente al santo Apóstol, y le dijo: “He aquí, hijo mío, Santiago, el lugar designado y deputado para mi honor. Mira este pilar en que asiento. Sabe que mi Hijo, tu Maestro, lo ha enviado desde lo alto por mano de los ángeles. Alrededor de este sitio colocarás el altar de la capilla. En este lugar obrará la virtud del Altísimo prodigios y milagros admirables por mi intercesión y reverencia a favor de aquéllos que imploren mi auxilio en sus necesidades. Y el pilar estará en este lugar hasta el fin del mundo, y nunca faltarán en esta ciudad adoradores de Cristo”. Entonces el apóstol Santiago, lleno de alegría, dio innumerables gracias a Cristo y también a su madre. Luego aquel ejército de ángeles, tomando a la Señora de los cielos, la restituyó a Jerusalén y la colocó en su celda. Gozoso el bienaventurado Santiago con tal visión y consolación, empezó inmediatamente a edificar allí la iglesia, ayudándole los que había convertido a la fe."
      El Apóstol Santiago junto a los ocho testigos del prodigio, conocidos como los "varones apostólicos", se apresuraron entonces a edificar el templo que la Virgen les había pedido, siendo esto motivo de muchas conversiones. Pero antes que estuviese terminado, Santiago ordenó presbítero a uno de aquellos primeros discípulos hispanos para el servicio del templo, consagrándolo y dándole el título de "Santa María del Pilar", que llegaría a ser el primer templo mariano del mundo dedicado en honor a la Virgen Santísima, antes de regresar a Judea donde acabaría siendo martirizado por Herodes Agripa I, alrededor del año 44 de nuestra era.
      Finalizada su construcción, se ofició la primera eucaristía en Santa María del Pilar, un día 12 de octubre, motivo por el que en el siglo XVIII, el papa Inocencio XIII estableció este día en el calendario, como conmemorativo de la Virgen del Pilar para toda la cristiandad, si bien durante siglos fue celebrado en El Pilar. La Virgen del Pilar es invocada como refugio de pecadores, consoladora de los afligidos y madre de España.
      Tal día como un doce de octubre, pero del año 1492, el marinero llamado Rodrigo de Triana, que en aquel entonces servía como vigía de la carabela "La Pinta", dio el aviso más esperado durante semanas para la expedición liderada por Cristóbal Colón: ¡¡¡Tierra!!! anunció Rodrigo al divisar el islote Guanahaní, que posteriormente sería bautizado como San Salvador, convirtiéndose así en la primera tierra ganada para la cristiandad en el continente americano. La Madre de España, posiblemente quiso así patrocinar también la mayor gesta de sus hijos en la historia, dando paso a lo que con el concurso de la fe y de los siglos, llegaría a ser la Hispanidad. La mayor comunión de pueblos y naciones del mundo, hermanados por la fe, la lengua y la cultura.
      ¡Viva la Virgen del Pilar!
      ¡Viva España!
      ¡Viva la Hispanidad!
      ...hasta el fin del mundo.

      Esta publicación ha sido promocionada como contenido independiente
    • Por Corazón Español
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      El Apóstol Santiago junto a los ocho testigos del prodigio, conocidos como los "varones apostólicos", se apresuraron entonces a edificar el templo que la Virgen les había pedido, siendo esto motivo de muchas conversiones. Pero antes que estuviese terminado, Santiago ordenó presbítero a uno de aquellos primeros discípulos hispanos para el servicio del templo, consagrándolo y dándole el título de "Santa María del Pilar", que llegaría a ser el primer templo mariano del mundo dedicado en honor a la Virgen Santísima, antes de regresar a Judea donde acabaría siendo martirizado por Herodes Agripa I, alrededor del año 44 de nuestra era.
      Finalizada su construcción, se ofició la primera eucaristía en Santa María del Pilar, un día 12 de octubre, motivo por el que en el siglo XVIII, el papa Inocencio XIII estableció este día en el calendario, como conmemorativo de la Virgen del Pilar para toda la cristiandad, si bien durante siglos fue celebrado en El Pilar. La Virgen del Pilar es invocada como refugio de pecadores, consoladora de los afligidos y madre de España.
      Tal día como un doce de octubre, pero del año 1492, el marinero llamado Rodrigo de Triana, que en aquel entonces servía como vigía de la carabela "La Pinta", dio el aviso más esperado durante semanas para la expedición liderada por Cristóbal Colón: ¡¡¡Tierra!!! anunció Rodrigo al divisar el islote Guanahaní, que posteriormente sería bautizado como San Salvador, convirtiéndose así en la primera tierra ganada para la cristiandad en el continente americano. La Madre de España, posiblemente quiso así patrocinar también la mayor gesta de sus hijos en la historia, dando paso a lo que con el concurso de la fe y de los siglos, llegaría a ser la Hispanidad. La mayor comunión de pueblos y naciones del mundo, hermanados por la fe, la lengua y la cultura.
      ¡Viva la Virgen del Pilar!
      ¡Viva España!
      ¡Viva la Hispanidad!
      ...hasta el fin del mundo.
    • Por Hispanorromano
      Quizá hayáis leído en los últimos días un artículo de El Confidencial con este titular sensacionalista e irrespetuoso:
      El último chute de José Antonio: morfina, cognac y los yonkis de la Guerra Civil
      El artículo se hace eco de un libro recién publicado sobre el uso de drogas en la Guerra Civil. Aunque el tema es interesante, no es ninguna novedad. Es bien sabido que en las guerras del siglo XX los combatientes hicieron un uso frecuente de fármacos psicotrópicos, ya fuesen relajantes, como la morfina y otros derivados del opio, o estimulantes, como la cafeína y la anfetamina. No creo que eso les reste valor a los combatientes, aunque desde luego es una práctica peligrosa que puede generar una toxicomanía al finalizar el conflicto.
      Ahora bien, aquí se trata de otra cosa. Se trata de acusar de «cobarde» a José Antonio por haber recibido una inyección (supuestamente de morfina, aunque en otro lugar se habla de cafeína, que tiene justamente el efecto contrario) para afrontar sus últimas horas de vida. En definitiva, se trata de derribar el «mito» de José Antonio, de ensuciar su recuerdo, de desactivar sus ideas.
      Esta acusación de la inyección es un bulo, evidentemente, pues los muy variados testimonios directos que existen sobre la muerte de José Antonio no avalan esa idea. Lo que tampoco quiere decir que debamos mitificar la figura de este político y creerla ajena a los sentimientos y vacilaciones propias de todo hombre. ¿Pero de dónde sale ese bulo? ¿Quizá salió de la propaganda republicana en su día? ¿O se lo habrán inventado el periodista o el autor del libro al calor de la peculiar «memoria histórica» que impulsan el PSOE y Podemos? Aunque titule de forma sensacionalista, el periodista de El Confidencial no se ha sacado de la manga el asunto: el bulo existió en su día, y su creador o propagador fue nada menos que el general Franco. Ramón Serrano Suñer recuerda el hecho, con indignación, en sus memorias:
      A Franco, el culto a José Antonio, la aureola de su inteligencia y de su valor, lo mortificaban. Recuerdo que un día, en la mesa, me dijo muy nervioso: «Lo ves, siempre a vueltas con la figura de ‘ese muchacho’ (se refería a José Antonio) como cosa extraordinaria y Fuset* acaba de suministrarme una información del Secretario del Juez o Magistrado que le instruyó el proceso en Alicante, que dice que para llevarle al lugar de ejecución hubo que ponerle una inyección porque no podía ir por su pie». Y lo decía con aire de desquite bien visible. Yo con amargura —pues me dolía profundamente que la persona a la que estaba sirviendo con afecto y lealtad pudiera recoger aquella despreciable referencia— y con energía negué que eso pudiera ser verdad: «es mentira inventada por algún miserable, eso es imposible». Otra persona que estaba en la mesa, por entonces especialmente afectuosa conmigo y agradecida a mi entrega incondicional, destempladamente, me dijo: «¿Y tú qué sabes si no estabas allí?» «Pues porque lo conozco bien y tengo certeza moral, porque eso es un infundio canallesco», contesté.
      Ramón Serrano Suñer, Entre el silencio y la propaganda, la historia como fue. Memorias. Barcelona, Editorial Planeta, 1977, pp. 170-171.
      *Nota mía: Lorenzo Martínez Fuset era teniente coronel jurídico militar y fue el artífice de la represión legal en los primeros años del franquismo. Según testimonio del tradicionalista Eugenio Vegas Latapie en el segundo tomo de sus memorias, Fuset era masón reconocido antes y después de la Guerra. Creo fidedigno este testimonio porque Eugenio Vegas no es de los que lanzan la acusación de masón alegremente y sin pruebas, a diferencia de lo que es costumbre en cierto antimasonismo irracional que aquí hemos criticado. De hecho, creo que solamente se refiere como masones a Fuset y a una persona más en su libro. Es decir, no reparte alegremente la acusación de «masón» a todo el que le cae mal.
      Ya que se ha publicado ese artículo en El Confidencial y ha tenido cierta repercusión en las redes sociales, he creído interesante citar el origen de esta acusación. Que también nos puede revelar algunos aspectos de la historia reciente de España y del guerracivilismo crónico que padecemos.
    • Por Hispanorromano
      El Concilio Vaticano II visto por un falangista: «La crisis está en nosotros»
      Indagando en una hemeroteca digital, encontré algunos números de la revista SP, quizá la única publicación de nervio falangista durante el franquismo. Creada y dirigida por Rodrigo Royo, falangista formado en el Frente de Juventudes y más tarde voluntario en la División Azul. Rodrigo no formó parte de la Falange fundacional, pero asume en buena medida su espíritu. Se destaca por su antimericanismo y desde el principio presiente que el Régimen de Franco se está disolviendo por su propia voluntad para dar paso a un régimen de tipo occidental. En SP mantiene una actitud crítica con el franquismo y con esa deriva liberal, lo que lleva al cierre, por asfixia, de esa publicación.
      El artículo que me llamó la atención es de Tomás Salvador, también falangista y divisionario, posteriormente vocal de la Hermandad Nacional de la División Azul. Fue un escritor de cierto éxito y pionero de la novela de ciencia-ficción en España, otro de los olvidados injustamente. El artículo habla sobre el Concilio Vaticano II. Después de hacer un repaso por las vicisitudes de la Iglesia, Tomás Salvador reconoce que la Cristiandad está en una profunda crisis de la que no escapa la Iglesia, pero afirma que la culpa de esta crisis no es de la Iglesia sino nuestra, de los cristianos, por habernos alejado de Dios para entregarnos a los vicios y a las comodidades modernas. ¡Menuda diferencia con las jeremiadas integristas que nunca reconocen ninguna culpa propia! Tomás Salvador reconoce la crisis, pero lejos de echar balones fuera, asume la parte que le toca, aunque quizá sea de los que menos culpa tengan. Pero ésa es la actitud normal en un cristiano, la de analizar los males con honradez, sin soberbia y sin buscar chivos expiatorios, asumiendo la parte de culpa que cada uno tiene. «La crisis está en nosotros» se titula el artículo de Tomás Salvador, y es la pura verdad. Culpar a la Iglesia de la crisis y de los males que afligen a nuestras sociedades, como se ha puesto de moda en algunos sectores católicos tan «puros» como los cátaros, no sólo es una necedad sino que demuestra que esas personas están cada vez más alejadas de la Iglesia de Cristo y con su actitud, entre blasfema y destructiva, tienen una importante responsabilidad en la crisis.
      Como escritor que cultiva la literatura prospectiva, Tomás Salvador está habituado a barruntar lo que nos puede deparar el futuro y por ello en su artículo, escrito en 1962, anticipa varios de los males que hoy nos golpean con toda su fuerza: el consumismo alienante; la sustitución de la cultura por el entretenimiento; la hipersexualización; la diversión como único horizonte vital; la desaparición de los mediadores, que conduce a un retorno de los brujos y los charlatanes; la proliferación de sucedáneos religiosos, drogas incluidas; el dominio de la propaganda; la aglomeración en urbes-colmena donde no hay lugar para el espíritu, sofocado por las comodidades y por la creciente tecnificación de todos los aspectos de la vida. 
      El artículo es también muy interesante desde esa perspectiva de anticipación. Y si Tomás Salvador puede anticipar esos males no es porque tuviese una bola de cristal sino porque era un fino observador y aquellos males ya estaban de alguna manera presentes en aquella sociedad que algunos creen tan tradicional. Lo que encaja perfectamente con el análisis que hace de la crisis de la Iglesia, tan distinto de los que solemos escuchar y a mi juicio mucho más acertado. Por esa razón traigo este artículo al foro.
      ————————————————
       
      A LA LUZ DEL CONCILIO VATICANO
      LA CRISIS ESTA EN NOSOTROS
      Por TOMÁS SALVADOR
       
      A cuatrocientos años de Trento, dos mil quinientos príncipes de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana están reunidos en Concilio. El II Vaticano hace el número veinte de los celebrados por la Iglesia. Veinte en dos mil años de historia, el último hace sesenta y dos años. Los Concilios son algo muy raro en el ritual de nuestra Iglesia. Un tanto curioso me he entretenido en hacer un balance comparativo. Los ocho primeros se celebraron dentro del primer milenio y todos ellos en Oriente: Meca, Constantinopla, Efeso y Caledonia. El siglo que ha presenciado más fue el XIII, igualando la cifra del anterior. Malos tiempos corrían para la unidad de las Iglesias cristianas. Dividida la cristiandad en dos imperios, Oriente y Occidente, la pugna entre los dos por la primacía jerárquica duró varios siglos. Bizancio representa el cesaropapismo, el tópico que ha quedado de «discusiones bizantinas», neofisistas, iconoclastas, nestorianos, focenses, herexiarcas y, finalmente, la bula de excomunión que los legados de Roma depositan sobre el altar mayor de Santa Sofía. El cisma de Oriente costó a la Iglesia cien millones de fieles y, aunque Constantinopla dejó de ser cristiana en 1452, la desunión continúa.
      En Occidente, la Iglesia continúa su marcha ascendente. La Edad Media representa el triunfo de las comunidades religiosas: el Cluny, el Cister, la Cartuja, las Órdenes mendicantes, grandes vasallos que hacen un gran Señor, el Papado romano. Pero en ello estaba también el peligro. El subjetivismo de Occam, los nominalistas, nuestro Raimundo Lulio, convierten las universidades y los grandes monasterios en brillantes centros de cultura, de discusiones. La Teología se eleva a Arte Magna, pero se olvida la misión, el proselitismo. El pueblo tiene que contentarse con las prédicas de frailes no siempre a la altura de las circunstancias. Cuando el Renacimiento eleva el nuevo Humanismo a la categoría de una religión artística, se hace evidente la necesidad de una Reforma. La piden los espíritus más puros.
      Pero son Huss, Zwinglio, Lutero y Calvino los que, en vez de reformar, destruyen. Cuando el fraile agustino Martín Lutero fija en la iglesia universitaria de Wittenberg los noventa y cinco puntos de su tesis, el 31 de octubre de 1517, la desunión de los príncipes cristianos, la ambición y el resentimiento la convierten pronto en una autentica revolución moral social y económica. Los príncipes alemanes, deseando la secularización de los bienes religiosos, Enrique VIII aprovechándola para sus fines políticos, Francia y España, indecisos en cuanto a su pugna particular, hacen que prospere el gran cisma de Occidente. Por su parte, Oriente ve llegar otro cisma. La Iglesia Ortodoxa rusa, en 1590, no acepta la primacía del patriarca de Constantinopla y eleva al de Moscú a la categoría de tercera Roma.
      No es posible resumir aquí dos mil años de Historia. Bástenos conocer estas dos fechas: 1054, cisma de Oriente y 1517, cisma de Occidente. La gran familia cristiana dividida. De ellas, la única que ha conservado la unidad ha sido la Iglesia Romana. La nación de la reforma protestante está dividida en no menos de trescientas sectas, aunque sólo media docena de ellas: luteranos, calvinistas, anglicanos, presbiterianos, baptistas y cuáqueros sean importantes. Los orientales, entre maronitas,  grecortodoxos, armeniortodoxos y rusortodoxos, continúan en la misma línea.
      En resumen, cálculos aproximados vienen a decirnos que existen actualmente en el mundo 500 millones de católicos: 250 millones en Europa, 90 en América del Norte y Central, 110 millones en América del Sur, 30 en Asia, 15 en África y el resto en Oceanía. Ese total de millones representa la sexta parte de la población total de la Tierra. Si a ellos unimos 225 millones de protestantes y 130 de cismáticos griegos, tenemos un total de 855 millones de cristianos, enorme cifra para las estadísticas, pero escasa para nuestro sentir íntimo. Doblamos el número de musulmanes, de hinduistas, de confucionistas y triplicamos el de otras confesiones; pero aún así no conviene olvidar que tras dos mil años de expansión religiosa, únicamente la cuarta parte de la población humana es cristiana. Y cristiana dividida, que es lo más triste.
      Algunas veces se ha planteado la pregunta, vistas las anteriores cifras, ¿ha fracasado el cristianismo? No. Hemos fracasado nosotros, los cristianos. Otro día hablaremos de ello. Hoy, con la tristeza del que ve escasos sus saberes, hablemos de la emoción que este Concilio suscita en nosotros. Su Santidad ha hablado con una claridad meridiana: estarnos en crisis, la crisis está en nosotros, los cristianos. La sociedad moderna está abocada a la más importante revolución social de toda la Historia y en ella los cristianos no debemos perder el papel preponderante que siempre hemos tenido en los avatares históricos. O nos unimos o deberemos conformarnos con un papel secundario como fuerza moral.
      ¿Cuáles son los peligros? Juan XXIII los anuncia: el progreso, la técnica, el poder acumulado en pocas manos, el egoísmo, la comodidad, el ateísmo. Hagamos un breve resumen: Los poderes centrales —gobiernos— se están fortaleciendo. En consecuencia, cada vez se tiende más a una minoría ejerciéndose y relevándose en los cargos públicos. El pueblo eleva su nivel de vida, pero se aparta de las creaciones sociales. Vamos de cara a una nueva Edad Media, pero sin vigor espiritual. Vamos al «renacimiento de los brujos» y esto es así porque vamos prescindiendo de la «mediedad», o sea, del equilibrio, del colchón amortiguador entre las altas y las bajas esferas.
      Tendremos cada vez más comodidades, pero menos espíritu; más códigos o reglamentos para el castigo «a posteriori», pero menos códigos morales para la conducta «a priori». La minoría gobernará a base de diversiones. El pueblo será sobornado, desvirtuado, encenagado en diversiones: la percepción sublimal, la propaganda elevada a categoría de arte; la televisión, los espectáculos, el sexo, el turismo, serán las brújulas del mañana. Una industria colosal, que necesitará colocar sus productos, sumergirá al mundo en una marea de objetos que la propaganda nos hará creer imprescindibles. Nos convertiremos en esclavos de las neveras, automóviles, televisores, viajes a «forfait» y aparatos musicales. Un mundo de compra-lo-todo, disco-maníacos, tele-locos, analfabetos de chistes y libros de dibujos, de ciudades monstruosas que albergarán colmenas de seres defraudados en su espíritu y que buscarán los sucedáneos de las diversiones artificiales, drogas incluidas, se avecina.
      Esta no es ninguna exageración. Está llegando, lo tenemos encima. Hay ciertamente, un renacimiento de la fe. Las iglesias se llenan de hombres y mujeres jóvenes. Pero también se llenan los estadios, los cines, las salas de baile, los estudios de radio. Y encima, la técnica, los sabios elaborando armas mortales que son acaparadas por los estados, amenazando al contrario..., hasta que el otro las posee a su vez y entonces todo queda pendiente de un cerebro megalomaníaco. Esta es la crisis, como ha visto muy bien Su Santidad: la deshumanización del individuo, la pérdida de sus valores morales. Por eso los que nos llamarnos cristianos debemos estar unidos. La desunión es un escándalo, hermosa palabra que la Iglesia utiliza con frecuencia como sinónimo de dolor, de vergüenza, de pecado.
      Sí, la Iglesia está firme. Lo que está en crisis es la sociedad, nosotros, los cristianos que vamos siendo sobornados por la propaganda, por la industria que nos incita a comprar de todo, por la comodidad, por los instintos sexuales hábilmente explotados por unos cuantos canallas. Estos son los peligros y para luchar contra ellos es necesaria la unidad de los hermanos cristianos. Nuestra ferviente oración para que el Espíritu Santo ilumine a los príncipes de la Iglesia en su búsqueda de una fórmula noble y justa, ecuménica, en una palabra.
      SP, n.º 199, 1 de diciembre de 1962, pp. 67-68.
    • Por Hispanorromano
      Rescato un artículo de Ernesto Giménez Caballero en el que se refiere a Puerto Rico como «Hija predilecta de España». Dice que los españoles no tendríamos palabras suficientes para agradecerle a los puertorriqueños su constancia y valor. Y repite por todo el artículo, con aire esperanzador, que «Puerto Rico sabe esperar». Creo que lleva razón en todo.
      Sería interesante encontrar  las palabras que le atribuye a Fray Iñigo Abbad y Lasierra y otras menciones que pueda haber a Puerto Rico como «Hija predilecta».
      Iré trayendo artículos sobre estos temas.
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    • https://www.mundorepubliqueto.com/2020/05/01/no-todo-lo-que-brilla-es-oro/

      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





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    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
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    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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