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historia Aktion-T4 anarquista: Lo que en verdad la izquierda entendía por 'eutanasia'
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Hispanorromano, in Current debate
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A raíz de una interesante pregunta que lanzaba un compañero al hilo de otro tema, me puse a investigar en las hemerotecas los diferentes discursos y noticias políticas durante los años de la II Republica y la posterior Guerra Civil, para ver si encontraba acusaciones provenientes de las derechas o del bando sublevado contra Roma, similares a las que hoy se esgrimen desde sectores similares contra el actual papado.
Si bien apenas he abundado en la investigación, recojo a continuación un interesante artículo publicado en un diario valenciano, acerca de una cuestión que podría emparentarse con el tema, como es la mediación de paz que insistentemente se propuso desde Roma para acabar con el conflicto civil, y que contrariamente al pensamiento de muchos, fue rechazado en España, tanto por republicanos como sorprendentemente también por los alzados, pese a que gran parte de su justificación social la encontraban en el concepto de cruzada que le habían dado a la guerra.
Como vemos, el orgullo y la inquina que se derivan de la ideología, puede que sean un mal endémico en nuestra patria, que deberíamos esforzarnos por no cultivar, no sea que por no hacerlo, tengamos que revivir momentos y situaciones como los ocurridos desde el 36 al 39 del pasado siglo. Porque al final, detrás de ese orgullo y de esa inquina, lo que se esconde es la miseria y el sufrimiento de nuestra propia gente, de las personas y familias que, al margen de quienes en uno u otro momento ostenten el gobierno o la fuerza de un país, componen realmente la patria y dan sentido único a nuestras vidas.
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By Hispanorromano
En el hilo sobre el carácter progresista de la eugenesia, cite parte de una entrevista al doctor Guillermo Rendueles Olmedo, psiquiatra y escritor situado en la izquierda, e incluso en la parte más radical de esta izquierda, en el que con una honradez digna de encomio reconocía que algunas acusaciones contra Vallejo Nájera era inciertas y que la culpa había que buscarla más bien en la intelectualidad progresista de la época, que abrazó con fervor la ideología eugenésica y eutanásica de exterminio.
He descubierto varios textos de este médico y humanista de gran interés. Pero ahora que se acaba de legalizar la eutanasia, me parece muy importante rescatar un artículo que escribió en un periódico local de Asturias, La nueva España, en el año 2007. En ese artículo advertía de los peligros de la eutanasia y del frívolo debate que se había suscitado en los medios para promover su legalización, con un continuo goteo de artículos sensibleros que se apoyaban en casos extremos para manipular a la opinión pública. Ya en 2007 el doctor Rendueles nos avisaba de estos peligros que han terminado de materializarse hace pocos días. Y, con la honradez que la caracteriza, se mostraba avergonzado por compartir el izquierdismo con los principales promotores de esa aberración que es la eutanasia:
Hacen falta más Guillermos Rendueles. Hacen falta más personas de izquierdas que se atrevan a cuestionar las ideas imperantes entre los suyos si son equivocadas. Hacen falta más personas de izquierdas que reconozcan las culpas de los suyos y que digan la verdad aunque les perjudique. Y hacen falta también personas que hagan lo propio en las derechas.
Sorprende muy gratamente que una persona de izquierdas como Guillermo publicase este valiente escrito contra la eutanasia en 2007, cuando muchos de derechas no le prestábamos la debida atención al tema. Pero en verdad no lo creo tan sorprendente por varias razones. Es un error creer que las personas de izquierdas tienen un discurso monolítico, al dictado de algún señor maligno, o que la mayoría de ellos se mueven por perversas intenciones. El doctor Rendueles es muy crítico con el cientifismo —por ejemplo, cuestiona su propia especialidad, la psiquiatría— y tiene un perfil humanista muy destacado. Esos estudios humanísticos le han permitido entender que es de una deshonestidad brutal atribuir al doctor Vallejo Nájera y al franquismo lo que en verdad le pertenece a las izquierdas, aunque considere a esas izquierdas los suyos, probablemente por su afán de justicia social.
El doctor Rendueles ha estudiado la historia reciente y sabe que los primeros defensores de la eutanasia no eran almas caritativas que querían favorecer a los débiles y a los enfermos sino, muy al contrario, personas despiadadas que querían exterminar a los débiles por ahorrar costes, por evitarse molestias y por el puro placer demoníaco de exterminar a los débiles, en aplicación de una moral naturalista y radicalmente anticristiana que bebe de Darwin, Galton y Nietzsche. También sabe que el camino al infierno a veces está pavimentado de buenas intenciones. El doctor Rendueles sabe todo eso porque siempre cultivó las humanidades y se ha preocupado de estudiar los antecedentes históricos de todas estas cuestiones que se suscitan hoy en día como si fueran novedosas. El doctor Rendueles ha comprendido que la idolatría de la ciencia y de la técnica, que forman parte de su propia profesión, son el más seguro camino hacia la deshumanización y el exterminio en proporciones industriales. Guillermo Rendueles no es un médico al uso, para desgracia de la medicina actual.
Al margen de esta reflexión sobre temas adyacentes, los argumentos que aporta el doctor Rendueles en su artículo sobre la eutanasia son muy dignos de tener en cuenta. Es evidente que esta legislación va a afectar a los ancianos que, a pesar de estar en perfectas condiciones, se sienten una carga o les han hecho sentirse una carga; a todo tipo de personas que tomen tranquilizantes y otros fármacos de ese estilo (el 21% de españoles, según las últimas estadísticas); a todos los sospechosos de padecer alguna enfermedad mental, concepto tan flexible como una cama elástica; a todos los enfermos cuyo tratamiento resulte muy costoso para las arcas públicas o privadas; a todos los que no se adapten al ritmo frenético de la sociedad actual; a todos los que no «produzcan» o no sean considerados rentables por el poder de turno; a todos los que la sociedad actual considere «sobrantes».
También es evidente que esta nueva ley supone el paso definitivo para que los médicos traten a sus pacientes como los ganaderos tratan a su ganado, como señala el doctor Rendueles; para terminar de animalizar al hombre y abrir una caja de Pandora que, salvo milagro, ya no podrá cerrarse. Quizá sea la muerte definitiva de Occidente, la consecuencia postrera de haber dejado de reproducirnos. A partir de ahora, los médicos tienen licencia para matar, como James Bond. O, mejor dicho, verán respaldada jurídicamente esa licencia que ya ejercían muchos de facto, con lo que serán intocables. A partir de ahora se rompe la confianza del paciente con el médico, ya muy tocada en los últimos tiempos. Si últimamente vienen sufriendo agresiones algunos médicos, a veces por motivos poco justificados, que se preparen para lo que van a experimentar a partir de ahora.
Se rompe la confianza entre médico y paciente, se rompe la confianza en la política, se rompe la solidaridad entre generaciones y se rompe la sociedad. Si el cálculo de costes ya presidía la relación del establishment político y científico con los ciudadanos, a partir de ahora será el criterio exclusivo. Si te consideramos una «carga», te vas al hoyo, por las buenas (o sea, convenciéndote de que lo mejor es que tú mismo te quites de en medio) o por las malas.
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By Hispanorromano
No sé si nos sigue leyendo el forero @José María Carrera. Me ha parecido sensacional el artículo que ha escrito en la Revista Hispánica sobre nuestro emperador Teodosio, figura inmensa que no entiendo por qué se minusvalora en España y en general cuando se habla del Imperio Romano y su cristianización. Se habla a todas horas de Constantino, pero lo único que hizo éste fue legalizar el cristianismo, dejar de perseguirlo. El que realmente cristianizó el imperio fue Teodosio y era hispano para más señas. Debería ser considerado una gloria del catolicismo y de la Hispanidad pues, como bien dice José María, la preparó, la hizo posible. Cuando era pequeño mi casa tenía un portero, venido de un pueblo de León, que se llamaba como este emperador. Un tipo rural de gran reciedumbre y honradez, que yo creo es la más perfecta esencia de España y que desgraciadamente se ha perdido. Los niños del barrio se mofaban de su nombre, como si fuera algo "paleto"; le ponían motes despectivos y le hostigaban (así éramos los niños entonces). Y a mí me parecían unos gilipollas estos niños que se reían de alguien por llamarse como este enorme emperador romano e hispano, desconocedores de nuestra historia. Hay que reivindicar más a Teodosio. Y le agradezco a José María Carrera que lo haya hecho en este precioso artículo:
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By Hispanorromano
La salud reproductiva es el eufemismo con el que últimamente la gente se refiere a lo que antes se denominaba neomalthusianismo, es decir, el conjunto de ideas y prácticas destinadas a limitar la descendencia y someterla a decisiones supuestamente racionales; lo que incluye el aborto, la esterilización, los métodos anticonceptivos (artificiales y naturales), la educación sexual, el empoderamiento de la mujer, la eugenesia, la promoción de la idea que no es bueno tener muchos hijos y de todo aquello que propicie la separación de la sexualidad humana y la reproducción.
Este neomalthusianismo ahora se presenta como una idea liberadora y empoderante para el individuo, que hace con su cuerpo lo que quiere y se ve liberado de la carga de los hijos para vivir una vida llena de placeres. Pero esto es una pequeña farsa que hay que reconocer que ha vendido muy bien en el Occidente hedonista del capitalismo. Tiempo atrás, el neomalthusianismo no ponía tanto énfasis en la voluntariedad de estas prácticas y hablaba sin tapujos de esterilizaciones involuntarias; de aborto y métodos anticonceptivos también involuntarios y con fines principalmente eugenésicos; de la necesidad de eliminar a los tarados, a los pobres y a las personas poco productivas para que no molesten.
Pero he aquí que China, con su brutalidad asiática que no entiende la sutileza de las componendas y subterfugios occidentales, nos ha revelado involuntariamente lo que en verdad son la "salud reproductiva" y "la igualdad sexual". La Embajada de China en Estados Unidos publicaba el pasado 7 de enero un tuit en el que explicaba que estaba "emancipando" a la minoría musulmana de China, que tiene recluida en campos de concentración, mediante programas de "salud reproductiva" e "igualdad sexual" para que las mujeres musulmanas no sean "fábricas de niños" y así se vaya reduciendo la población de estos "extremistas":
Aquí los chinos hacen sus pinitos con la técnica occidental de presentar la opresión como una liberación que concede mayor autonomía al individuo, pero la verdad es que no dominan la técnica y no les sale muy bien. Pues además todo el mundo sabe que lo de la voluntariedad de estos programas chinos es una ilusión y que lo que vienen haciendo con los musulmanes uygures es una limpieza étnica en toda la regla.
China nos ha venido a recordar a los occidentales lo que en verdad son estos programas de "salud reproductiva" y lo que hay en el fondo de la "igualdad sexual". Tienen un componente liberador en el sentido hedonista del término, desde luego, pero en el fondo están concebidos para librarse de la gente que consideran indeseable. ¿Y qué hacen los occidentales? Muchos se han escandalizado con ese tuit de la Embajada china, pero pocos han sacado las consecuencias oportunas en relación a la aplicación de estas políticas en nuestras sociedades. No se han planteado que quizá también aquí, en Occidente, lo de la emancipación es una farsa destinada a convencer al individuo de que haga por sí mismo, creyendo que es por su bien, lo que de otra forma le obligaría a hacer el Estado. El problema de esta farsa es que ya todo el mundo está convencido de ella en Occidente. La intención eugenésica y coercitiva estaba clara en los que empezaron a defender estas políticas a principios del siglo XX, pero ya pocos son conscientes de esa intención, que ha quedado en los libros de Historia, y la mayoría de los que las defienden a nivel político o personal lo hacen porque están convencidos de que son prácticas emancipadoras. Con lo que no es necesario aplicar ninguna coerción, como sí se hace en África, Asia e Hispanoamérica. Estamos ya todos convencidos de que esto es lo mejor. Y así, nos vamos suicidando poco a poco.
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By Hispanorromano
Han resultado impactantes las imágenes de la quema de una iglesia en Chile, que recuerdan mucho a lo que sucedió en nuestra última Guerra Civil o a lo que sucedía durante la Restauración, en episodios como el de La Semana Trágica. Es terrible ver que el corazón de algunas personas alberga tanto odio.
No sé a qué corriente ideológica se adscriben los incendiarios. Es seguro que son de izquierdas y es probable que sean en su mayoría anarquistas.
Quisiera comentar una imagen que me ha llamado poderosamente la atención. Una pintada de los incendiarios dice: "MUERTE AL NAZARENO".
¿De dónde viene esta frase? Para mí es evidente que viene de Nietzsche. En sus vómitos literarios, Nietzsche se refería despectivamente a Nuestro Señor Jesucristo como "el Nazareno". Esa referencia despectiva es constante en toda su obra. Y por otra parte, Nietzsche festeja la "muerte de Dios", que no es otro que "el Nazareno".
A juzgar por esa esa pintada, me parece claro que la principal inspiración de esos incendiarios es Nietzsche, además de la que tengan de Bakunin y otros pensadores anticristianos de la corriente anarquista.
Los comunistas y socialistas también consideran enemiga a la Iglesia y son capaces de grandes violencias. Pero tienen por enemiga a la Iglesia en tanto que le consideran punto de apoyo de la burguesía. Es decir, su odio a la Iglesia es parte de su "odio de clase". En los nietzscheanos, en los anarquistas y en los librepensadores republicanos hay, sin embargo, un odio propio e inextinguible que va más allá del "odio de clase", pues considera al sacerdote y al católico un "enemigo biológico" que hay que exterminar por el bien de la "vida", la "humanidad" y la "ciencia".
Y con esto de Nietzsche tenemos un problema añadido. Si los autores de la pintada blasfema se han inspirado en Nietzsche, muchos de los que, desde el ámbito derechista, han paseado con indignación la imagen de esos incendios en Twitter están también muy influidos por Nietzsche y lo citan constantemente, hasta el punto de que se podría considerar su filósofo de cabecera. Si utilizan esa imagen de los incendios en sus propagandas es por los réditos políticos que les pueda proporcionar más que por una indignación real ante la profanación de un templo cristiano. Así que los católicos estamos cercados por los dos lados del espectro ideológico.
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