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Por Español
Recojo una entrevista que publicó recientemente El Mundo, realizada a Michel Desmurget, un neurocientífico francés autor de una "vasta obra científica y de divulgación que ha colaborado en reconocidos centros de investigación como el MIT o la Universidad de California", que recientemente ha publicado el libro "La fábrica de cretinos digitales", reconocido con el premio Femina de las letras francesas.
En su libro, Desmourget plantea los peligros que supone el uso de las nuevas tecnologías (smartphones, ordenadores, tabletas, etc) en las nuevas generaciones, y expone la necesidad urgente que tenemos de separar los intereses de la industria, de la realidad y necesidades de la educación.
"Con solo dos años de edad, el consumo medio se sitúa en torno a las tres horas. De los ocho a los doce, la media se acerca a las cinco horas. En la adolescencia, la cifra se dispara casi a siete horas, lo que supone más de dos mil cuatrocientas horas al año en pleno desarrollo intelectual. En contra de lo que la prensa y la industria han difundido hasta ahora, el uso de la tecnología, lejos de ayudar al desarrollo de los niños y estudiantes, produce graves complicaciones de toda índole: sobre el cuerpo (obesidad, problemas cardiovasculares, reducción de la esperanza de vida), sobre las emociones (agresividad, depresión, comportamientos de riesgo) y sobre el desarrollo intelectual (empobrecimiento del lenguaje, concentración, memoria…)."
Leí el libro no hace mucho y aunque no comparto el sesgo cientifista del autor, debo decir que en su obra presenta verdades de peso importantes, que atañen al buen futuro de las sociedades y se están convirtiendo ya en una nueva realidad humana, absolutamente distópica en muchos casos con respecto a la realidad humana que durante milenios hemos conocido, e igualmente distinta de lo que a menudo se nos vende como parabienes de la era digital. Me parece una obra que resulta interesante de leer como complemento de apoyo al discurso frente al transhumanismo, pues de alguna forma entiendo que toda esa tecnologización que denuncia el autor, no es sino parte de ese mismo proceso deshumanizador.
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Por Hispanorromano
Comparto con vosotros un fragmento de un libro que me ha parecido interesante. Trata de la desinformación y de las enormes posibilidades que ofrece internet a la hora de desinformar y manipular. El texto es un poquillo largo para lo que se estila en internet, pero se lee con relativa rapidez y de todas formas he señalado en negrita las ideas que encuentro más significativas.
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Por Hispanorromano
Recojo una noticia que me ha parecido muy interesante. Ya hace tiempo que Google integra textos e imágenes que toma de otras webs (sin ninguna retribución a cambio) en su propia página de resultados, con el fin de que no salgas salgas de su buscador y no pinches en ningún enlace que te saque de ahí. Es la táctica de crear cotos cerrados, de fragmentar internet en aplicaciones privadas para que no te salgas del correspondiente redil, que tan buen resultado les ha dado a las redes sociales. En realidad es una «balcanización» de internet que ya lleva en marcha unas décadas, solo que es vez de por razones políticas se hace por intereses comerciales.
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Por Español
Hay una dinámica en Twitch que convierte las emisiones de esa plataforma en algo sustancialmente adictivo, sobre todo entre los más jóvenes, y es lo que en la jerga de la plataforma llaman "raids", que es la forma en cómo se pasan los espectadores de un canal a otro.
Cuando un streamer termina de emitir, por lo general no corta la emisión permitiendo que cada cual vuelva a sus cosas, sino que puede volcar a todos sus espectadores al canal de otra persona, haciendo de esta manera que la emisión sea continua durante las 24 horas del día.
Teniendo en cuenta que la mayoría de canales de Twitch, se dedican a la emisión de partidas online de juegos digitales, por lo general frecuentados por gente bastante joven, y que la propia plataforma tiene además juegos interactivos en los que juegan los streamers con sus espectadores a través del chat, la dinámica de volcar espectadores de un canal a otro, puede ser determinante entre los más pequeños para acabar enganchados.
No es como Youtube en la que un algoritmo decide qué videos se van a ir reproduciendo una vez acabado el que el espectador haya puesto primero. En este caso son los propios streamers quienes deciden qué van a ver a continuación sus espectadores, de ahí que, por la lógica afinidad de gustos que suele haber entre emisores y receptores, estos últimos se encuentren inmersos en un bucle constante de emisiones relacionadas con sus propios gustos. Por ejemplo, si un chaval se mete en un canal donde están emitiendo una partida de Fortnite, lo lógico es que cuando el emisor acabe de emitir, vuelque al espectador en otro canal donde estén emitiendo otras partidas del mismo juego o similares, y así sucesivamente, consiguiendo de esta forma que el espectador siga interesado y no se despegue de la pantalla. Una persona adulta y formada puede tener capacidad de decidir qué ver o cuándo parar, pero una cabecita joven y sin criterio, va dando tumbos de un lado a otro como un pececillo al que arrastra la corriente.
Es algo semejante a como ocurre con los canales temáticos de tv para niños, donde están 24 horas programando dibujos animados o películas infantiles, y si un adulto no supervisa la actividad del niño, puede acabar enganchado a la tv. Aunque en este caso es peor porque detrás de los canales, no hay un equipo técnico supervisando, supuestamente, la calidad de los contenidos, sino que queda al albur de otros chavales jóvenes, por lo general tan inmaduros como sus espectadores. O aun peor, al albur de gente sin escrúpulos que buscan por lo general monetizar sus emisiones con las donaciones de sus oyentes.
El otro día me pasaron un interesante meme que os comparto por su relación con este tema:
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