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¿Son los partidos de derechas, los más religiosos?

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Os paso un artículo de opinión del polémico sacerdote y periodista Antonio Aradillas, que publica RD, donde trata de reflexionar acerca de la visión que popularmente se tiene de los partidos políticos en España, donde habitualmente se atribuye a la derecha una conexión cristiana y a la izquierda lo contrario. Vaya por delante que en muchos aspectos no estoy de acuedo con lo que se dice en el artículo, pues no tengo por logros sociales muchas de las conquistas que se atribuyen a los partidos de izquierda, pero si que me gustaría utilizarlo como trampolín para reflexionar acerca de por qué asumimos que votar a la derecha es lo propio de un cristiano, hoy por hoy en España y estando como están las cosas. Y de cómo la izquierda ha ido poco a poco conquistando el espacio político que, en propiedad sería el natural de la Iglesia y de aquellos movimientos políticos que verdaderamente le son afectos, hasta desplazar su mensaje a un segundo plano, con la connivencia me atrevo a decir, de la propia derecha española sumisa al bipartidismo constitucional,  que con este juego ha ido logrando reorientar año a año, la moral conservadora y cristiana española, hacia una suerte de 'social-liberalismo' que poco o nada tiene que ver con sus raíces cristianas. No digo ya las nuevas propuestas de extrema derecha que nos llegan desde europa llenas de paganismo, racismo, ocultismo, etc, y que tanto parecen querer abrazar determinadas derechas nacionales autoproclamadas legítimas ¿Pero qué narices está ocurriendo? ¿Existe verdaderamente en España, una opción cristiana, con fuerza y con posibilidades dentro del terreno de juego político? ¿Son, hoy por hoy, izquierda y derecha españolas, manos de una misma voluntad descristianizadora, que nos ha dejado sin vías de escape?

Cita

¿Son los partidos de derechas los más "religiosos"?

Me refiero a los partidos políticos -que no a los deportivos, por ahora-, a los que la fuerza motriz de la rutina fonética aplica la enunciación gramatical de adjetivos tales como "católicos, apostólicos y romanos". El prefijo "a" indica negación, o privación, dejándome aquí y ahora de zarandajas eclesiasticoides. El tema se justifica sobradamente, por sí solo, dado que los procedimientos democráticos parecen recabar permanentes tiempos y ritmos "pre" o "post" electorales, con el consiguiente cortejo y contrapartidas de pactos.

Se alardea en exceso de que "política" e "Iglesia" se desmatrimonializan de por sí. Pero el hecho cierto es que también la Iglesia católica es, y hace, política, de modo proporcionalmente similar a como el poder político se inocula de alguna manera en el organigrama -idea y acción-, religiosos.

No es, por tanto, verdad que la Iglesia no sea política. Lo fue, lo es y además, preferentemente en una dirección determinada y esta no es la considerada y temida como de izquierdas. Lo que ocurre es que, cuando se registra algún "desvío" que se juzgue "excesivo" en esta sacrosanta dirección, es entonces cuando se anatematizan ciertos "izquierdismos", por leves que sean.

La Iglesia -también la católica- es, y hace política, y además, su inclinación es clara y acentuadamente de derechas. La pregunta, al dictado de la lógica y de la teología, surge automáticamente entre fieles, infieles, clérigos, superclérigos y laicos: ¿En qué proporción es Iglesia la Iglesia y quienes la integran? ¿Es Iglesia de verdad -institución, comunidad, asamblea y Reino de Dios-, cuando se define, se muestra y se comporta con los signos, idearios, colores compromisos y programas que acapararon para sí los partidos políticos, con las siglas y banderas correspondientes?

De sobras se sabe que los simbolismos cromáticos elegidos por los susodichos partidos, carecen de importancia. Dicen poco. Muy poco. A veces, hasta se contradicen. El carácter convencional de los colores fue y es cambiante en las religiones y culturas, ya desde antiguo. La interpretación psicológica del azul-celeste, del rojo, del violeta, del verde, del púrpura, del blanco, del negro... fue y es infinita, mentirosa e interesada. La pirámide clásica compuesta de 23 colores, se prestó y se presta a diversidad de interpretaciones, con inclusión del púrpura de los mantos imperiales y las suntuosas vestiduras de los ricos. El color no dejó de ser siempre propio de los ricos, que no de los pobres, aunque el ocre, -el de la tierra-, sea el más universal y evangélico.

A las personas responsables y adultas no le será dado fiarse de los colores políticos, religiosos o simplemente sociales. Tampoco de los eslóganes. Ni de los discursos y encuestas. Son otras tantas golfas y burdas mentiras.

Así las cosas, y con los partidos y partidarios políticos siempre en efervescencia, en cristiano se hace imprescindible reflexionar acerca de la dirección que pudiera y debiera imprimírsele al sistema dual del voto, cuya expresión certera, o aproximada, no debiera ser otra que la que precisa y necesita el pueblo, al que por encima de todo se intenta servir, tanto por parte de la política como de la Iglesia.

Del análisis de la realidad, de los programas, idearios y praxis evangélica, será preciso concluir, entre otras cosas, que los partidos de derechas no siempre, ni mucho menos, son los más "religiosos" y ajustados a los principios predicados y vividos por los primeros cristianos. En frecuentes ocasiones, a veces hasta sistemáticamente, los católicos son los menos "cristianos", mientras que muchos creen, y demuestran, que los partidos, y los partidarios, de izquierdas, están más próximos a las enseñanzas y prácticas adoctrinadas por el evangelio.

Aducir que una cosa son los idearios y otras las realidades, obliga a pensar que tal diagnóstico habrá de ser compartido por unos y otros. En áreas de tan singular importancia como la defensa de los derechos de la mujer en igualdad con el hombre, corrección y castigo de la corrupción, igualdad en los medios de cultura y de sanidad, pensiones, desvinculación ortodoxa y civilizada de la Iglesia-institución del Estado, respeto a otras creencias... los partidos de izquierdas están consiguiendo metas sinceramente más evangélicas, que los de derechas, como otros tantos signos -sacramentos- de religiosidad y de fe.

Fijar y definir la Iglesia como institución, o lugar de culto, y a sus representantes como sus ministros exclusivos, privilegiados y "privilegiables", ni es de derechas ni de izquierdas. Lo demandan la teología, el sentido común, el sentir del papa Francisco y el santo evangelio.

¿Quién, o quienes, son -serán- merecedores del voto "cristiano" en España, después de saber lo que sabemos y lo que imaginamos?. ¿Lo será el "PP"? ¿Lo será "Podemos"? ¿Volverán a convencer también en esta ocasión los colores, los eslóganes prefabricados, los gestos, o serán los comportamientos los que determinen la dirección de los votos? ¿Qué partidos y partidarios reflejarían con mayor nitidez y veracidad lo referido y vivido en los evangelios, única y "dogmática" expresión de la Iglesia?

¿Imaginamos a un obispo votando a "Podemos"? ¿Imaginamos a otro votando al "PP", aun cuando los dos hubieran alcanzado los más altos grados universitarios eclesiásticos, y en la asignatura del conocimiento de la realidad de la vida?

 

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Yo señalaría varias cosas:

- Los partidos de derecha actuales -se les llama de derecha porque no son de extrema izquierda, no porque tengan unas ideas determinadas que pudiéramos considerar de derechas- efectivamente no son cristianos como no sea para hacer invocaciones a la Religión que se quedan en lo retórico. Hasta ahí de acuerdo con el sacerdote.

- Cuando existía la derecha, éstas muchas veces descuidaba y olvidaba la máxima religiosa de proteger al pueblo de los eventuales abusos de los poderosos. O de priorizar el poder de los gobernantes sobre el poder del dinero. Su alineamiento con el liberalismo económico -por mucho que se conjugara con la defensa de la Religión en el orden social- era, en muchos casos, una confrontación con las enseñanzas de la Iglesia y de la Biblia.

Es decir, podríamos que concluír, sin género de dudas, que la asimilación de la derecha con lo cristiano ha estado siempre lejos de ser perfecta.

- En lo que dejo de estar de acuerdo, es en que las causas izquierdistas tengan un origen evangélico, como bien señala el Español en su introducción.

Y es que ni el feminismo, ni la igualdad mal entendida ni la separación masónica entre Iglesia y el Estado son principios evangélicos. Siendo cierto que en las izquierdas puede haber coincidencias con el cristianismo en el asunto castigo de la corrupción (que, por cierto, ellos sólo pedirán para políticos que no sean de su cuerda) o, sin duda, en el de las pensiones, no es menos cierto que la izquierda es, en otras palabras, el marxismo: Un culto materialista cuya furia anticristiana ha sido siempre meridiana y clara. El marxismo está completamente en frente del orden cristiano: es su negación, es la revuelta del pensamiento materialista frente a la civilización occidental.

Otra cosa es que en las izquierdas haya gente decente o, más importante, gente que haya desembocado en la izquierda por una suerte de determinismo social como la clase o por haber sido sometida a engaños. Pero lo que corresponde a la Iglesia es arrancar a estas personas de las fauces de la hiena marxista, dejando siempre claro que la doctrina de la izquierda es rechazable en su fundamento.

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Desde mi punto de vista, la izquierda, burda y simplemente 'ha robado' el espacio social del evangelio, prostituyéndolo después con ideales que en nada tienen que ver con el catolicismo, ni siquiera con el cristianismo ampliamente entendido. Y la derecha, pues si alguna vez hubo una derecha verdaderamente creyente y religiosa, en el sentido de cumplir con el mandato del amor, pues simple y llanamente, ha olvidado sus orígenes y con ello toda la espiritualidad que alguna vez fundamentó su ideal.

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Me parece muy interesante el debate que has planteado, El Español. Me adhiero a todo lo que dice elprotegido.

Sobre este tema poco puedo aportar, pues ando en cierta confusión. Inicialmente era de la tesis falangista de mantener cierta equidistancia entre derechas e izquierdas. Más tarde pensé que no era correcta la equidistancia total, y que tampoco sería descabellado considerarnos de derechas haciendo las matizaciones oportunas. Ahora vuelvo un poco a la tesis inicial, pero sin convencerme tampoco demasiado.

Leía el otro día los libros "El socorro de los pobres" y "La comunicación de bienes", del humanista católico Luis Vives. Ambos libros están impregnados de un fortísimo espíritu católico; pero pensé que si cogiésemos algunos párrafos y los aislásemos del contexto, podrían parecer de izquierda o incluso de extrema izquierda. Esto me ha sucedido con varios autores prerrevolucionarios. En ellos hay cosas que, desde la perspectiva actual, podrían considerarse de derechas o de izquierdas. Pero, al formar parte de un todo, son simplemente la visión global del mundo que tenía un católico. Los modernos toman cosas de unos y de otros, pero las aíslan del contexto y las privan de la savia católica que las nutría inicialmente. Y así tenemos que, mientras derechas han estado tradicionalmente muy preocupadas por el sexto mandamiento, en cambio han prestado muy poca atención al séptimo. Con la izquierda ocurría al revés.

De todas formas, la derecha en la actualidad me produce el mismo rechazo que la izquierda. Incluso aquella que se proclama católica incurre en unos comportamientos que a mi juicio se diferencian poco de las izquierdas. Ya ni siquiera son válidas las anteriores categorías. Ahora los de derechas son tan inmorales o más que la izquierda en lo que respecta al sexto mandamiento. En los últimos días he llegado a ver como "tradicionalistas católicos" se desgañitaban pidiendo "libertad para La Manada", mientras exigían --probablemente "rabo en mano"-- que se publique el vídeo de la supuesta violación. Estoy seguro de que si estos mismos hechos hubiesen protagonizados por negros o marroquíes los considerarían una violación y pedirían la máxima pena. Unos y otros se comportan como fans de un equipo de fútbol. Lo importante es estar con tu equipo tenga o no razón.  Pero al final los dos equipos están imbuidos de la misma filosofía.

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hace 37 minutos, Hispanorromano dijo:

Sobre este tema poco puedo aportar, pues ando en cierta confusión. Inicialmente era de la tesis falangista de mantener cierta equidistancia entre derechas e izquierdas. Más tarde pensé que no era correcta la equidistancia total, y que tampoco sería descabellado considerarnos de derechas haciendo las matizaciones oportunas. Ahora vuelvo un poco a la tesis inicial, pero sin convencerme tampoco demasiado.

Supongo, por los temas y las cosas que tratamos, que pertenecemos a ese grupo de personas que se mueven en el mundo de los ideales, la metapolítica que dirían otros, y que por tanto nos situamos mentalmente más allá de la politiquería que actualmente se da en la sociedad. Por eso nos cuesta definirnos de derechas o de izquierdas, porque en realidad estamos más allá de dicha definición, que no deja de ser el instrumento con el que se mantiene dividido y productivo el cortijo social.

Yo también me he planteado esa cuestión muchas veces, más de las que hubiera deseado porque, créeme, me ha llegado a dar verdaderos quebraderos de cabeza por muchos motivos que no vienen al caso. Finalmente, o mejor dicho, actualmente, he llegado a la conclusión de que yo no soy de izquierdas ni de derechas porque considero que ambas posturas, como decía en la exposición del tema, pertenecen a una misma voluntad descritianizadora, o más explicitamente: son sendos clavos en la cruz de los cristianos.

Yo soy cristiano, o al menos trato de serlo cada día con todas mis imperfecciones, caídas e ignorancias, que por cierto no son pocas, y por tanto el ideal que trato de alcanzar está más allá de la izquierda o la derecha. Es un ideal que anhela un mundo diferente donde izquierda y derecha sean ambas manos de un mismo corazón que late por y para amar y servir a los demás. Por ello no tengo reparos en acoger cualquier planteamiento o tesis que signifique eso mismo, venga de la izquierda radical, del centro liberal o de la derecha más ultramontana. Porque yo no soy eso, soy el que soy; son ellos, cuando ofrecen algo bueno, los que vienen a mi.

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La verdad es que yo también dudo. En rigor no me puedo considerar de derechas o izquierdas, pero pienso que desde el punto de vista práctico puede ser muy útil intentar tomar la bandera de la derecha. Decir que en España no hay derecha y reivindicar la etiqueta puede ser muy pedagógico para la gente menos metida en política. El error cometido con esta aproximación es puramente terminológico, no de fundamentos.

Una derecha decida defensora del orden y a la vez con un profundo sentido social. Ésa ha sido quizá siempre la idea.

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      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





        • Excelente 25 puntos positivos y de mejora)
      • 32 respuestas
    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
        • Extraordinario (100 puntos positivos y de mejora)
    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
        • Me gusta (5 positivos y 3 puntos de mejora)
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
        • Correcto (3 positivos y 1 punto de mejora)
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