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Vanu Gómez

No pasa ná por reconocer defectos de los españoles... sí, por ejemplo, somos tardos.

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Cuando no estamos en modo guerrillero on, la pereza y la desidia es algo que nos destruye.

El caso de la señora momificada en Madrid sin que ninguna autoridad se dignase en acudir al sitio es algo paradigmático. El caso catalán nos recuerda patéticamente el problema de fondo.

Otro defecto aparejado es el de la asunción de responsabilidades. Creéis que alguien se hará responsable de semejante negligencia, pasotismo, etc.

 

Mirando comentarios "antropológicos" de siglos atrás se encuentran las mismas características. Aquí el tópico creo que no se aleja de la realidad.

PD. no está mal hablar de vez en cuando de los defectos nacionales, tampoco estamos aquí para decir que nuestra Nación es lo más mejor... por más que nos posicionemos radicalmente contra la leyenda negra.

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Menudo temas que has abierto Vanu. Voy a aportar mi granito de arena.

Empezaré como corresponde a nuestra carácter chulesco: el mayor defecto que tenemos los españoles es el de la soberbia. Punto y... coma. Y luego todos los demás.

La soberbia podría explicar muchas cosas de nuestra historia como también muchas otras sobre nuestra realidad actual. En cierto modo somos como esos tipos cuyos ángeles despiertan a los diablos de otros que han contemplado atemorizados nuestros momentos de gloria y ahora se solazan con nuestro no saber ni qué somos ni dónde vamos.

Es propio del soberbio "cultural" dar rienda suelta a su vanidad cuando todo le va bien y sin embargo, también es propio del soberbio humillarse si con eso calla las voces que le fustigan cuando todo parece recordarle que no era tanto como esperaba. En los españoles la modestia no existe: se trata de esa falsa modestia dispuesta formalmente a los mayores servilismos si con ello gana que no se le recuerde tan soberbio como fue ahora que apenas tiene nada para alimentar su naturaleza soberbia.

A mi juicio se equivoca quien habla del mal español refiriéndose a la envidia. Ésta es una "virtud" que deriva casi inmediata de la soberbia. La envidia verdadera se duele de que otros tengan mas que uno. La envidia española se pregunta sobre la razón por la que el otro tenga más que uno... Parece lo mismo pero no es lo mismo. El envidioso "per se", odia otras felicidades. El envidioso español -el español al caso- odia no ser por lo menos mucho más feliz que los demás.

No. No somos angelicales. Somos demonios "católicos" que bien mirado como funciona el resto bien merecemos dosis iguales de humor y compasión.

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hace 53 minutos, BGA dijo:

Menudo temas que has abierto Vanu. Voy a aportar mi granito de arena.

Empezaré como corresponde a nuestra carácter chulesco: el mayor defecto que tenemos los españoles es el de la soberbia. Punto y... coma. Y luego todos los demás.

La soberbia podría explicar muchas cosas de nuestra historia como también muchas otras sobre nuestra realidad actual. En cierto modo somos como esos tipos cuyos ángeles despiertan a los diablos de otros que han contemplado atemorizados nuestros momentos de gloria y ahora se solazan con nuestro no saber ni qué somos ni dónde vamos.

Es propio del soberbio "cultural" dar rienda suelta a su vanidad cuando todo le va bien y sin embargo, también es propio del soberbio humillarse si con eso calla las voces que le fustigan cuando todo parece recordarle que no era tanto como esperaba. En los españoles la modestia no existe: se trata de esa falsa modestia dispuesta formalmente a los mayores servilismos si con ello gana que no se le recuerde tan soberbio como fue ahora que apenas tiene nada para alimentar su naturaleza soberbia.

A mi juicio se equivoca quien habla del mal español refiriéndose a la envidia. Ésta es una "virtud" que deriva casi inmediata de la soberbia. La envidia verdadera se duele de que otros tengan mas que uno. La envidia española se pregunta sobre la razón por la que el otro tenga más que uno... Parece lo mismo pero no es lo mismo. El envidioso "per se", odia otra felicidades. El envidioso español -el español al caso- odia no ser por lo menos mucho más feliz que los demás.

No. No somos angelicales. Somos demonios "católicos" que bien mirado como funciona el resto bien merece dosis iguales de humor y compasión.

uf, menudo jardín en que nos hemos metido... asín como el que no quiere la cosa...

yo trataría de buscar otra palabra diferentea a soberbia, que es el peor de los pecados y padre de los demás, además la soberbia es -creo- más bien el gran defecto de nuestros enemigos históricos de la que derivan teorías de superioridad racial, etc.

uf, reconozco que no soy capaz de salir del atolladero en el que os he metido... compañeros.

yo diría que a lo que te refieres tú es a la ambición -no en el sentido material- en la fijación en aspirar a lo máximo, para mí esa ha sido la pulsión que ha conducido a los españoles y de alguna manera lo sigue haciendo:

- por el lado positivo, a haber logrado las mayores hazañas civilizadoras de la Humanidad.

- por el lado negativo, el aspirar a lo máximo es garantía de frustración, de decepción pesimista... porque es imposible para los humanos el logro de lo máximo en   este  mundo

 

joé, menudo lío... :005:

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hace 2 minutos, Vanu Gómez dijo:

uf, menudo jardín en que nos hemos metido... asín como el que no quiere la cosa...

yo trataría de buscar otra palabra diferentea a soberbia, que es el peor de los pecados y padre de los demás, además la soberbia es -creo- más bien el gran defecto de nuestros enemigos históricos de la que derivan teorías de superioridad racial, etc.

uf, reconozco que no soy capaz de salir del atolladero en el que os he metido... compañeros.

yo diría que a lo que te refieres tú es a la ambición -no en el sentido material- en la fijación en aspirar a lo máximo, para mí esa ha sido la pulsión que a proporcionado:

- por el lado positivo, el haber logrado las mayores hazañas civilizadoras de la Humanidad.

- por el lado negativo, el aspirar a lo máximo es garantía de frustración, de decepción pesimista... porque es imposible para los humanos el logro de lo máximo en   este  mundo

 

joé, menudo lío... :005:

Has propuesto un tema muy interesante que tal vez liquide para muchos un conflicto entre leyendas negras y rosas. Entre la falsa humildad y la soberbia media apenas la circunstancia. Es bueno para nosotros reconocernos porque además de la soberbia como pecado tenemos otras virtudes de las que otros carecen.  Algunos anulan su corazón con la soberbia. El caso español es tan "raro" que hace llevadera tantas de sus virtudes en un transfondo potente de soberbia. 

Somos, por decirlo de alguna manera, "agustinianos": capaces luego soberbios y por capaces, capaces de reconocerlo. La verdadera humildad nace del conocimiento de Cristo. Sin Cristo y sin éxitos no desaparece la soberbia sino que sublima en una humildad fingida y desordenada.

En fin, que me lío. Esperemos a nuestros colegas y sus comentarios para ver lo que sucede.

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hace 2 horas, BGA dijo:

Has propuesto un tema muy interesante que tal vez liquide para muchos un conflicto entre leyendas negras y rosas. Entre la falsa humildad y la soberbia media apenas la circunstancia. Es bueno para nosotros reconocernos porque además de la soberbia como pecado tenemos otras virtudes de las que otros carecen.  Algunos anulan su corazón con la soberbia. El caso español es tan "raro" que hace llevadera tantas de sus virtudes en un transfondo potente de soberbia. 

Somos, por decirlo de alguna manera, "agustinianos": capaces luego soberbios y por capaces, capaces de reconocerlo. La verdadera humildad nace del conocimiento de Cristo. Sin Cristo y sin éxitos no desaparece la soberbia sino que sublima en una humildad fingida y desordenada.

En fin, que me lío. Esperemos a nuestros colegas y sus comentarios para ver lo que sucede.

Las lindes entre conceptos como soberbia, orgullo, vanidad, arrogancia, autoestima son bastante nebulosas y es facilísimo patinar de una a otra sin darse cuenta.

Creo que lo que puede llevar a malentendidos con los españoles y esa supuesta soberbia es -diría yo que lo contrario- lo que nos comenta el propio don Ramiro de Maeztu acerca del Humanismo cristiano español.

Y es que el español solo se arrodillaría ante Dios, lo cual le permite no aceptar jamás la superioridad intrínseca de ningún hombre sobre otro, de nación sobre otra. Es decir, el español -hablamos del español "destilado"- rechaza por sistema las ideologías de "superioridad" o "soberbia".

Y cierra el círculo con la aparente contradicción de basar esa posición en el mundo en función de la adhesión a una Fe, que es la depositaria de esa superioridad, no el cuerpo de una nación, persona, etc. El español de los tiempos grandes lo que se sentía era defensor de un ideal superior, no superior en sí mismo como etnia, nación  o lo que queramos llamar. Según don Ramiro repugnaba a su mentalidad la idea de una nación, raza o lo que fuera que se postulase como superior por naturaleza.

Hoy día sigue siendo un latiguillo/puñal en la gente más humilde la frase de "y este quién se cree que es". El español no suele llevar bien tener a su lado a alguien del que percibe que se siente superior. En otras naciones más frías no lo veo tanto, no les importa tanto que el otro se sienta por encima como el ver signos de poderío o superioridad.

PD: le he dado un repasillo al texto porque tenía muchos fallos, por la excesiva rapidez en su elaboración, mis disculpas por el desorden...

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Vanu. El sentido que le doy a esa soberbia no es "religioso", es decir, no es finalista. Tiene un sentido entre hombres y de cara a los demás hombres. La conciencia de que nadie es más que nadie si no hace más que nadie, con su interpretación aveces poco clara o muy de aquella manera, está en nuestro ADN cultural.

He dicho en otras ocasiones que considero al español un pueblo noble y equilibrado en comparación de otros pueblos menos diversos como franceses, portugueses o italianos en nuestro entorno religioso y el resto de Europa Occidental en el suyo. Es famosa la frase de que en España hay cuarenta millones de seleccionadores, ministros, presidentes etc. Eso describe perfectamente una predisposición negativa por parte de los españoles a callar un poco y a confiar más en el poder civil. La figura del rey simbolizaría un poder emanado del Cielo y por tanto intocable para toda ambición política personalista. Esa confianza "natural" hacia el rey, con independencia de quién sea ese rey y que cualidades tenga -vivan las caenas- manifiesta que el español reconoce un techo de poder inalcanzable por parte de todos, incluidos los trepas democráticos. Nos cuesta asumir ningún liderazgo de manera natural si no es gracias a un mérito reconocido y reconocible en el que pesa tanto o más el carisma que sus éxitos materiales.

Entendemos mejor ese "por la gracia de Dios" que cualquier otro poder por la gracia de los hombres. Aquí se pone en marcha ese otro dicho de que no soy más que nadie, pero tampoco menos que nadie.

Sí. Soberbia "terrena" que en estados de reposo se manifiesta en la altivez y el orgullo y que en estados de agitación le cuesta encontrar un freno si no es posible apelar a instancias superiores de carácter divino o religioso.

Desposeyendo al término Soberbia de cualquier carácter religioso y viéndolo simplemente en el día a día participando sutilmente en nuestras mutuas relaciones, sigo pensando que es una característica muy propia de los españoles. En este aspecto no lo considero algo necesariamente malo o perverso ya que la forma en que se exprese según la circunstancia puede dar lugar a enormes manifestaciones de valor o de fingido sometimiento...

De hecho, una de sus manifestaciones más claras está en la forma en que hemos interiorizado la Leyenda Negra y la enorme desafección que ha provocado en tantos españoles que desean disociar la imagen que tienen de si mismos de la que vende esta Leyenda de codiciosos, crueles, despóticos, ignorantes... La autoestima del español lleva fatal la crítica interna y externa pero le encanta criticarlo todo como desmarcándose de toda posibilidad en la que vea salpicada su autoestima por los "vicios españoles". Al final, lo que en otros terrenos es una ventaja, como el valor cuando ya no hay nada que perder salvo el honor propio o de la patria, se vuelve en nuestra contra cuando asumimos relatos en lo que por españoles quedamos fatalmente retratados y en vez de combatir esas malas famas o hacerlo desde la distancia "intelectual", nos quitamos de en medio para ser nosotros mismos los acusadores desencantados que con tanta facilidad acabamos siendo siniestros odiadores.

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hace 1 hora, BGA dijo:

Vanu. El sentido que le doy a esa soberbia no es "religioso", es decir, no es finalista. Tiene un sentido entre hombres y de cara a los demás hombres. La conciencia de que nadie es más que nadie si no hace más que nadie, con su interpretación aveces poco clara o muy de aquella manera, está en nuestro ADN cultural.

He dicho en otras ocasiones que considero al español un pueblo noble y equilibrado en comparación de otros pueblos menos diversos como franceses, portugueses o italianos en nuestro entorno religioso y el resto de Europa Occidental en el suyo. Es famosa la frase de que en España hay cuarenta millones de seleccionadores, ministros, presidentes etc. Eso describe perfectamente una predisposición negativa por parte de los españoles a callar un poco y a confiar más en el poder civil. La figura del rey simbolizaría un poder emanado del Cielo y por tanto intocable para toda ambición política personalista. Esa confianza "natural" hacia el rey, con independencia de quién sea ese rey y que cualidades tenga -vivan las caenas- manifiesta que el español reconoce un techo de poder inalcanzable por parte de todos, incluidos los trepas democráticos. Nos cuesta asumir ningún liderazgo de manera natural si no es gracias a un mérito reconocido y reconocible en el que pesa tanto o más el carisma que sus éxitos materiales.

Entendemos mejor ese "por la gracia de Dios" que cualquier otro poder por la gracia de los hombres. Aquí se pone en marcha ese otro dicho de que no soy más que nadie, pero tampoco menos que nadie.

Sí. Soberbia "terrena" que en estados de reposo se manifiesta en la altivez y el orgullo y que en estados de agitación le cuesta encontrar un freno si no es posible apelar a instancias superiores de carácter divino o religioso.

Desposeyendo al término Soberbia de cualquier carácter religioso y viéndolo simplemente en el día a día participando sutilmente en nuestras mutuas relaciones, sigo pensando que es una característica muy propia de los españoles. En este aspecto no lo considero algo necesariamente malo o perverso ya que la forma en que se exprese según la circunstancia puede dar lugar a enormes manifestaciones de valor o de fingido sometimiento...

De hecho, una de sus manifestaciones más claras está en la forma en que hemos interiorizado la Leyenda Negra y la enorme desafección que ha provocado en tantos españoles que desean disociar la imagen que tienen de si mismos de la que vende esta Leyenda de codiciosos, crueles, despóticos, ignorantes... La autoestima del español lleva fatal la crítica interna y externa pero le encanta criticarlo todo como desmarcándose de toda posibilidad en la que vea salpicada su autoestima por los "vicios españoles". Al final, lo que en otros terrenos es una ventaja, como el valor cuando ya no hay nada que perder salvo el honor propio o de la patria, se vuelve en nuestra contra cuando asumimos relatos en lo que por españoles quedamos fatalmente retratados y en vez de combatir esas malas famas o hacerlo desde la distancia "intelectual", nos quitamos de en medio para ser nosotros mismos los acusadores desencantados que con tanta facilidad acabamos siendo siniestros odiadores.

Entiendo  lo que quieres decir, BGA, y lo comparto.

En este punto aprovecho para recomendarle a los lectores silentes, esos que no nos consideráis dignos de vuestra participación pero aún así nos leéis, el que dirijáis vuestras miradas sobre la gran obra de don R. de Maeztu en que trata estos asuntos. Creo que es algo fundamental para entender de qué va esto de la hispanidad, del humanismo cristiano español que impregna, lo queramos o no, todo nuestro ser y circunstancia, aunque aún hoy ni siquiera seamos conscientes ni sepamos por qué:

https://guardiadelahispanidad.files.wordpress.com/2009/09/defensa-de-la-hispanidad.pdf

por poner dos extractos:

Cita

 

"Ni españoles ni hispanoamericanos nos creemos superiores a los demás pueblos, ni nos lo creíamos jamás,

ni siquiera cuando teníamos la certidumbre de estar librando "las batallas de Dios", porque una cosa es creer en la

excelencia de nuestra causa y otra distinta envanecerse de la propia excelencia. Nunca pensamos que Dios hubiera

venido al mundo para nosotros solos, sino que peleamos precisamente por la creencia, vieja como la Iglesia, pero

olvidada, desconocida o negada por las sectas, de que Dios quiso que todos los hombres fuesen salvos. Y aunque

también los españoles y todos los pueblos hispánicos supimos enorgullecernos de ser campeones y defensores del

Catolicismo, no por ello nos imaginamos nunca que éramos, "por decirlo así", como escribe Menéndez y Pelayo en

su estudio sobre Calderón: "el pueblo elegido por Dios, llamado por El para ser brazo y espada suya, como lo fue

el pueblo de los judíos", sino que preferimos pensar que éramos nosotros los que, de propia iniciativa, habíamos

elegido la defensa de la causa de Dios. En el primer caso, de habernos sentido ser pueblo elegido, habría reinado

entre los pueblos hispánicos la misma rivalidad y solidaridad que entre los anglosajones: rivalidad, por mostrar que

era cada uno de nosotros el más elegido entre los elegidos, y solidaridad, frente al tumulto de los demás pueblos no

favorecidos. Pero lo que nosotros sentimos no fue la superioridad de seres escogidos, sino la de la causa que

habíamos abrazado, y era lógico que al desengañarnos o resfriarnos o fatigarnos de la común empresa, cada uno de

nuestros pueblos se fuera por su lado."

 

 

 

Cita

 

Un pueblo que libraba, como la España de los siglos XVI y XVII, tan general batalla contra la infidelidad y la herejía,

necesitaba asegurarse la sincera adhesión de sus agentes. Era natural, de otra parte, que los españoles se

envanecieran de su obra imperial y universal. De esta vanidad y de la desconfianza respecto de la buena fe de los

conversos surgió el lamentable por ser injusto, en muchos casos, pero sobre todo, porque contradecía el propósito

misionero de nuestra historia, ya que no parece muy congruente que un pueblo se consagre a convertir infieles,

empujado por un convencimiento previo de igualdad potencial de hombres y razas, si luego a de colocar a los

conversos en situación de inferioridad respecto de los "cristianos viejos ".

 

 

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Me hartaría a decir cosas "malas" de los españoles y sin embargo en cada una encontraría motivos serios y concretos para amar a este pueblo tan aveces distraído. Soy español y a mucha honra, tanta que tengo que medir el alcance de mi orgullo para evitar que tal circunstancia de ser español no elegida por mí se convierta a ojos de otros en una vanidad que por mi mismo no merezco.

Y sin embargo, debo confesaros una cosa. Por alguna extraña razón mi periplo vital lo he asociado siempre, en sus formas, sus pasiones, sus valores y sus vicios, a los que siempre me pareció que eran los de esa España inmemorial. Nunca diré -como otros- que me congratulo de mis errores ni que haga lo mismo respecto a los de mi patria. Bien está partir de lo real para alcanzar el Cielo y mal está por complacencia impostora rebozarse en los barros personales porque otros lo hagan como si ello fuera una virtud de identidad.

Cuanto más viejo, más quiero a España y me sobran las razones, no porque tenga muchas -que alguna tengo- sino porque precisamente me sobran pues hay mucho del corazón, torpe aveces y asediado por un pensamiento de alineación, pero aquella mente que escucha su corazón, sabe más que la mente que lo ignora como si fuera mensajero de sensiblería y vaguedades...

Afinando un poco más, nuestra soberbia hispana obedece al profundo desequilibrio entre una razón charlatana y un corazón obligado a permanecer mudo por las malas influencias de los que con corazón helado hablan por esa boca con lengua de serpiente.

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Más que soberbios yo diría que los españoles somos en realidad un pueblo orgulloso, aunque en apariencia pueda parecer que nos despreciamos en exceso a nosotros mismos, ya sea por que despreciamos a nuestra patria ya por que a veces lo hacemos con quienes la vituperan desde dentro.

Pero el orgullo tiene dos caras, la que llega a convertirse en soberbia a través del engreimiento, y esto provoca finalmente el resto de pecados, y aquella otra que, lejos de ser pecado, no es otra cosa que el sentimiento profundo de pertenencia a un ser superior. Un estado religioso para unos y filosófico para otros, que en definitiva mueve al alma hacia un fin mayor.

Quizás por ello muchos en su orgullo desprecien a España, por que ven en ella un reflejo irreal de lo que en el fondo ellos sienten que debiera ser algo glorioso que los represente verdaderamente, y que en el caso de otros se transforma en un sentimiento de orgullo patriótico que a veces puede llegar a ser bastante desconsiderado con quienes desprecian esa realidad decadente o materialista, que en definitiva es lo que lleva a unos y a otros encastillarse en sus dominios.

Es también un poco el orgullo de D. Alonso Quijano, que todo lo ve con los nobles ojos del espíritu de la caballería y desde ahí emprende su particular lucha por ennoblecer la realidad. Pero también es el orgullo de Sancho Panza quien, desde su parca condición, se sabe sin embargo poseedor de una sabiduría que le hace ver a su Señor un tanto loco, aunque ello no le impida guardarlo y protegerlo porque esa misma sabiduría le lleva a entender que su vida depende de la de su señor.

En definitiva se trata de un orgullo natural que sin duda es reflejo de la fe religiosa que ha dado forma a España, y que se basa en el hecho de saberse parte de una voluntad divina o superior de servicio al bien común, aunque para muchos la divinidad quede tan lejos como las estrellas. Lo español se trata en el fondo de una vocación de servicio que lleva aparejada una identidad que genera orgullo de ser.

Los españoles nos sentimos orgullosos en definitiva de ser hijos de nuestra madre, llámese la madre de cada uno, la madre patria o la Santísima Madre de Dios. Y hemos heredado de esa concepción maternal el orgullo propio de lo femenino que nos lleva a ser sabedores de pertenecer a una "raza elegida", entiéndase esto en un sentido filosófico o espiritual, capaz de asumir la condición de creadora de una nueva realidad y a la vez defensora, a menudo sin complejos y por encima de los demás, de aquellos hechos y derechos que fundamentalmente consideramos buenos, nobles o justos, aunque a veces por obcecación o ignorancia defendamos todo lo contrario.

El peligro es cuando ese "orgullo de raza" se nos sube a la cabeza y deviene en otro tipo de cosas peligrosas, pero en general sentirse orgulloso de la raza, por la madre o la patria, material o espiritual, no es algo malo en si mismo pues también es un mandamiento de Dios el amarnos a nosotros mismos, tal como amamos al prójimo o a Dios.

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    • https://www.mundorepubliqueto.com/2020/05/01/no-todo-lo-que-brilla-es-oro/

      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





        • Excelente 25 puntos positivos y de mejora)
      • 32 respuestas
    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
        • Extraordinario (100 puntos positivos y de mejora)
    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
        • Me gusta (5 positivos y 3 puntos de mejora)
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
        • Correcto (3 positivos y 1 punto de mejora)
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
      • 105 respuestas
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