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El cisma americano que amenaza a la Iglesia Católica

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hace 2 horas, Vanu Gómez dijo:

Abrí los ojos respecto a este falso tradicionalismo cuando en cierto foro comprobé la tolerancia hacia gente que le niega valor a los sacramentos post CVII. Cada vez estoy más convencido que esa grieta es la que están utilizando los enemigos de la Iglesia Católica para abrir toda la brecha que puedan. En todo esto se percibe la acción de gente muy poco de fiar sobre otra gente que probablemente solo tenga buena intención pero mucho despiste. Las proporciones entre ambos grupos no tengo elementos para su estimación.

Ese cuestionamiento sobre la validez de los sacramentos es algo propio de algunos sedevacantistas y cismáticos, y se trata de una completa barbaridad sin lógica ni sentido. De ser cierta una cosa así, en el mundo apenas quedarían ya católicos pues, todos los nacidos y bautizados después del CVII, en realidad no lo estarían, como tampoco serían válidas las ordenaciones sacerdotales hechas con posterioridad, ni las unciones de los enfermos y fallecidos, o las familias fundadas en Santo Matrimonio, por no hablar de que ya no quedaría nadie en el mundo en gracia de Dios pues, tampoco sería válida la Sagrada Comunión que a diario administra la Iglesia, ni lo que es peor de todo, la fuerza del Espíritu recibida en el sacramento de la Confirmación. En realidad ya no quedaría Iglesia y viviríamos en una humanidad animal.

Lo que ese tipo de planteamientos refleja es la desafección y falta de fe de esas personas que, habiendo perdido la gracia al separarse de la Iglesia, tratan de que su estado y condición la sufran como ellos, los miles de católicos que permanecen fieles en la fe. Es la visión propia de hombres sin Dios que se han erigido ellos mismos en dioses y jueces de los demás. Solo podemos rezar por ellos.

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hace 4 horas, Español dijo:

Ese cuestionamiento sobre la validez de los sacramentos es algo propio de algunos sedevacantistas y cismáticos, y se trata de una completa barbaridad sin lógica ni sentido. De ser cierta una cosa así, en el mundo apenas quedarían ya católicos pues, todos los nacidos y bautizados después del CVII, en realidad no lo estarían, como tampoco serían válidas las ordenaciones sacerdotales hechas con posterioridad, ni las unciones de los enfermos y fallecidos, o las familias fundadas en Santo Matrimonio, por no hablar de que ya no quedaría nadie en el mundo en gracia de Dios pues, tampoco sería válida la Sagrada Comunión que a diario administra la Iglesia, ni lo que es peor de todo, la fuerza del Espíritu recibida en el sacramento de la Confirmación. En realidad ya no quedaría Iglesia y viviríamos en una humanidad animal.

Lo que ese tipo de planteamientos refleja es la desafección y falta de fe de esas personas que, habiendo perdido la gracia al separarse de la Iglesia, tratan de que su estado y condición la sufran como ellos, los miles de católicos que permanecen fieles en la fe. Es la visión propia de hombres sin Dios que se han erigido ellos mismos en dioses y jueces de los demás. Solo podemos rezar por ellos.

bueno, tampoco quería entrar en detalles, algunos sacramentos los reconocen... otros no, luego también depende de qué corriente o "secta" hablamos... en fin, un desastre a lo que arrastraría esta gente.

 

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hace 8 horas, Español dijo:

Ese cuestionamiento sobre la validez de los sacramentos es algo propio de algunos sedevacantistas y cismáticos, y se trata de una completa barbaridad sin lógica ni sentido. De ser cierta una cosa así, en el mundo apenas quedarían ya católicos pues, todos los nacidos y bautizados después del CVII, en realidad no lo estarían, como tampoco serían válidas las ordenaciones sacerdotales hechas con posterioridad, ni las unciones de los enfermos y fallecidos, o las familias fundadas en Santo Matrimonio, por no hablar de que ya no quedaría nadie en el mundo en gracia de Dios pues, tampoco sería válida la Sagrada Comunión que a diario administra la Iglesia, ni lo que es peor de todo, la fuerza del Espíritu recibida en el sacramento de la Confirmación. En realidad ya no quedaría Iglesia y viviríamos en una humanidad animal.

Lo que ese tipo de planteamientos refleja es la desafección y falta de fe de esas personas que, habiendo perdido la gracia al separarse de la Iglesia, tratan de que su estado y condición la sufran como ellos, los miles de católicos que permanecen fieles en la fe. Es la visión propia de hombres sin Dios que se han erigido ellos mismos en dioses y jueces de los demás. Solo podemos rezar por ellos.

Se podría interpretar aquello del "humo de satanás" como la bruma que obtura la percepción de la relación entre causas y efectos. Al caso, como bien apuntas, el discernimiento sobre las consecuencias de determinadas afirmaciones.

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hace 18 horas, Vanu Gómez dijo:

bueno, tampoco quería entrar en detalles, algunos sacramentos los reconocen... otros no, luego también depende de qué corriente o "secta" hablamos... en fin, un desastre a lo que arrastraría esta gente.

 

En buena lógica da un poco igual que solo reconozcan algunos o que no reconozcan nada. Todo está relacionado, desde el sacramento del Bautismo por el que entramos a la vida de la fe, hasta la Extrema Unción que nos prepara para la vida eterna. Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia que nos insertan en la vida de Dios y le hacen presente en nuestras vidas a través de la iniciación, el servicio y la sanación. Cuando se cuestiona uno solo de ellos se cuestiona en realidad todo el camino de salvación y la presencia de Dios vivo actuando en el mundo.

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hace 2 horas, Español dijo:

En buena lógica da un poco igual que solo reconozcan algunos o que no reconozcan nada. Todo está relacionado, desde el sacramento del Bautismo por el que entramos a la vida de la fe, hasta la Extrema Unción que nos prepara para la vida eterna. Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia que nos insertan en la vida de Dios y le hacen presente en nuestras vidas a través de la iniciación, el servicio y la sanación. Cuando se cuestiona uno solo de ellos se cuestiona en realidad todo el camino de salvación y la presencia de Dios vivo actuando en el mundo.

ellos en su astucia hacen esos contorsionismos para tratar de no caer en contradicciones en que no les interesa para su discurso, en fin, que solo era una matización, en su conjunto es como dices, un sinsentido.

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Infocatólica publica una reseña de una entrevista a Vittorio Messori en la que se queja de que hay demasiado pocos cardenales que se rebelen contra el Papa:

Messori: «Es desconcertante que solo dos o tres cardenales de 90 años hablen y protesten»

En fin, nada que se salga de la línea habitual de esa página de machacar por activa o por pasiva al Pontífice. Pero lo traigo porque alguien ha dejado un comentario bastante interesante que, sin embargo, es replicado airadamente por LFPB y otros comentaristas:

Cita
Antonio
Si señor Messori, en vez de existir protestantes, existirán criticantes.
Ud. se equivoca, tómele el pulso a los católicos. Hoy en día es lo más común criticar al Papa y a los Obispos. Somos un pandemónium en eso. Ud. es la más clara muestra. En mi país, precisamente Argentina, es muy grande la cantidad de personas que dicen cualquier cosa del Papa, pasando por los Tradicionalistas, y por quienes no lo son. El Papa es el muñeco del a Kermese a quien hay que tirarle zanahorias. Venga y apunte.
He leído a Vázquez de Mella. No recuerdo ningún exabrupto o crítica contra Papas u Obispos. Ni le pasaba por la cabeza. ¡ Y Vázquez era un personaje difícil de callar!. Pero estamos en otra época. El liberalismo es también parte de los tradicionalistas: Se creen libres y obligados a su SI SI; NO NO, NI NI, SO SO, y a l o que sea.
Hoy Quevedo no habría escrito su No he de callar.. Cada pollo cacarea su contento o descontento. Y estas páginas de infocatólica son una buena muestra de ese constante y continuo cacareo.
Pregúntese eso. Si al ya universal ejercicio de criticar al Papa de los laicos y no tan laicos, se sumaran los Obispos, así porque sí, adiós a un mínimo de orden. Más que Orden Sagrado sería un Orden Pisoteado, volveríamos a algo peor que a los Cismas de Occidente y la Epoca de Hierro de la Iglesia. Hoy los medios de comunicación haría implosión dentro de la comunidad, y sólo la permanencia del Espíritu Santo prometido mantendría el hilo conductor, que no puede

---

 LF:
Dice usted que ha leído a Vázquez de Mella. Le supongo enterado de que durante el pontificado de León XIII, los carlistas españoles rezaban "por la conversión del Papa". Y León XIII no había publicado ningún documento heterodoxo, cosa que sí ha hecho Francisco. Su error fue solo pastoral (ralliament). Y si quiere, vemos lo que escribía el magnífico "cascarrabias" Leon Bloy sobre ese pontifice


Y ya puestos, vamos más atrás en la historia, a ver si es verdad eso de que no se criticaba públicamente a los papas. Por ejemplo, a Juan XXII...



En fin...

Evidentemente, miente LFPB y tiene razón el comentarista Antonio. Los carlistas de la época no estaban contentos con León XIII, pero a ninguno se le habría ocurrido criticar al Papa en los términos que utiliza habitualmente Infocatólica y su Redactor Jefe o Director en la sombra, que llega a calificar al Papa de "Judas Iscariote" y que le acusa abiertamente de ser un hereje. Una cosa así habría sido impensable en los católicos de aquella época, porque ellos no eran liberales, a diferencia de estos católicos de hoy en día que se presentan como tradicionales y en el fondo son unos liberales redomados.

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Por cierto, el razonable comentario de Antonio está cortado y, de todas formas, LFPB ya se ha encargado de bloquearle para que no pueda seguir defendiendo al Papa:

Cita
Luis Fernando
D. Antonio, si piensa que voy a dar paso a un comentario en el que habla de "las desvergüenzas de los criticantes de hoy" y "en el fondo a Uds. el orden les importa un rábano", es que no se ha enterado de qué va esto.

Hale, puede salir por donde ha entrado.

Así funciona siempre en Infocatólica. Si defiendes al Papa, vas fuera. Si lo atacas, eres premiado por la página del Padre Iraburu. Así se consigue manipular la opinión pública católica y crear un estado de opinión muy desfavorable al Papa.

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¡Tremendo! Aunque es algo que no me extraña pues yo mismo he sido objeto de censura varias veces en esa página. Lo extraño es que hayan dejado en principio opinar a ese tal Antonio, quizás buscando una demostración de fuerza.

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hace 1 hora, Español dijo:

¡Tremendo! Aunque es algo que no me extraña pues yo mismo he sido objeto de censura varias veces en esa página. Lo extraño es que hayan dejado en principio opinar a ese tal Antonio, quizás buscando una demostración de fuerza.

Algunos comentarios los dejan pasar para ejemplarizar. Por ejemplo, a Antonio le ha editado el mensaje el mismo LFPB para cortarlo y para añadir una respuesta, pero además otros comentaristas posteriores se han encargado de atacarlo y ridiculizarlo. Finaliza LFPB advirtiendo que expulsa al infractor y que esa clase de defensas del Papa no tienen cabida en la página. Así ejemplarizan a los pocos católicos candorosos que todavía crean que se puede defender al Papa en los comentarios de Infocatólica.

Yo dejé de comentar en esa página porque vi que me borraban todos los comentarios en los que de alguna manera defendía al Papa, aunque me dejaron pasar alguno para ejemplarizar y ridiculizar.

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hace 3 horas, Hispanorromano dijo:

Algunos comentarios los dejan pasar para ejemplarizar. Por ejemplo, a Antonio le ha editado el mensaje el mismo LFPB para cortarlo y para añadir una respuesta, pero además otros comentaristas posteriores se han encargado de atacarlo y ridiculizarlo. Finaliza LFPB advirtiendo que expulsa al infractor y que esa clase de defensas del Papa no tienen cabida en la página. Así ejemplarizan a los pocos católicos candorosos que todavía crean que se puede defender al Papa en los comentarios de Infocatólica.

Yo dejé de comentar en esa página porque vi que me borraban todos los comentarios en los que de alguna manera defendía al Papa, aunque me dejaron pasar alguno para ejemplarizar y ridiculizar.

Pues nada, sim problema, aquí podemos -increíble que hayamos llegado a decir esto- contradecir a los que intentan difamar al Papa, pretendiendo ser buenos católicos.

Se le está yendo a demasiada gente la pinza.

 

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Recojo a continuación una entrevista publicada por el digital argentino Pagina/12, donde el corresponsal francés en Roma para el diario La Croix, Nicolas Senèze, presenta un avance de su libro de investigación “Cómo América quiere cambiar de Papa”. Remarco lo que me parece más destacable del contenido.

 

Cita
Habla Nicolas Senèze, autor de 
Un complot en Estados Unidos para voltear al papa Francisco
Un círculo preciso que mueve los hilos y el dinero: los sectores ultraconservadores híper ricos de Estados Unidos. Y una víctima asediada: el Papa. 
Los ricos ultraconservadores de EE.UU. se unieron para dañar al Papa.
Los ricos ultraconservadores de EE.UU. se unieron para dañar al Papa. 
Imagen: AFP

 Desde París 

“Para mí es un honor que los norteamericanos me ataquen”, dijo el papa Francisco cuando el periodista francés Nicolas Senèze, corresponsal del diario católico La Croix en Roma, le entregó, en el avión que los llevaba a Mozambique, su investigación sobre el complot de los norteamericanos contra su papado: “Cómo América quiere cambiar de Papa” (Comment l’Amérique veut changer de pape, Bayard, 276 páginas). 

 

Los detalles de este complot, los nombres de los protagonistas y de los grupos a los que obedecen están ampliamente expuestos en estas páginas que detallan, desde el inicio, la mecánica de la hostilidad. El operativo tiene un nombre: The Red Hat Report: un lugar de origen: Estados Unidos. Un círculo preciso que mueve los hilos y el dinero: los sectores ultraconservadores híper ricos de Estados Unidos. Y una víctima asediada: el Papa Francisco. Las piezas de este juego de calumnias y poder encajan en los intercisos del rompecabezas que los adversarios del sumo pontífice han ido armando en los últimos años. El golpe empezó a fomentarse en Washington, en el año 2018. El grupo de ultraconservadores se reunió en la capital norteamericana para fijar dos metas: dañar lo más posible la figura de Francisco y adelantarse a su sucesión eligiendo entre los posibles cardenales el más idóneo a sus intereses conservadores. 

The Red Hat Report es el nombre del informe que encargaron a ex policías y miembros del FBI, abogados, gabinetes especializados, periodistas y universitarios para estudiar la vida y las ideas de cada cardenal con el fin de destruir su carrera o, al contrario, beneficiarla para cuando llegue el momento oportuno. Y mientras llega ese momento, el grupo puso manos a la obra con la meta de llevar a cabo lo que Senèze llama “un golpe de Estado” contra el Papa Francisco.

Una mañana de 2017, Roma amaneció cubierta con afiches contra el Papa. Fue el primer acto de la ofensiva: el segundo y, sin dudas, el más espectacular, intervino en agosto de 2018 cuando, por primera vez en la historia del Vaticano, un cardenal hizo pública una carta exigiendo la renuncia del Papa. Se trata de Monseñor Carlo Maria Vigamo, ex nuncio del Vaticano en Estados Unidos. El corresponsal de La Croix en el Vaticano detalla la odisea maligna de este grupo de poder en su empeño por sacar del medio a un Papa cuyas posiciones contra el liberalismo, la pena de muerte, a favor de los inmigrados y su inédita defensa del medio ambiente a través de la encíclica Laudato Si engloba una corriente contraria a la de estos empresarios. Los complotistas poco tienen de santos: son adeptos a la teología de la prosperidad, poseen empresas ligadas a los seguros y hasta la explotación del Amazonas. Francisco es un clavo bajo sus pies y una cruz sobre sus ambiciones. 

Según Senèze, organizaciones caritativas como Los Caballeros de Colón (pesan 100 mil millones de dólares gracias a las compañías de seguro que administran), el banquero Frank Hanna, la red de medios Eternal World Television Network (EWTN), cuyo promotor y abogado, Timothy Busch, creó el Napa Institut con la intención de difundir “una visión conservadora y libre de la economía”, están entre los miembros más activos. Pero hay otros como Lagatus, o George Weigel y su ya fomoso think tank Ethics and Public Policy Center. En dialogo con Página/12,  Senèze desenvuelve la trama de un complot que, pese al poder de sus actores, no logró quebrar al Papa.

--Historia de novela, pero historia real: el Papa Francisco fue y es objeto de una de las campañas más densas que hayan existido contra un sumo pontífice.

---El Papa Francisco no sirve los intereses de este grupo de empresarios ultraconservadores y por ello decidieron, de alguna manera, licenciarlo. Actuaron igual que lo hubiese hecho el consejo de administración de una empresa cuando despide al director porque este no alcanzó los objetivos deseados. Esta gente cuenta con enormes recursos financieros pero, pese a ello, durante el mandato de Francisco no lograron influenciar su línea. Por ello se fueron acercando a las personas que, dentro de la Iglesia, estaban contra Francisco. Algunos, como Monseñor Vigamo, llegaron incluso hasta exigir públicamente su renuncia. Creo, de todas formas, que este grupo de ultraconservadores sobrevaluaron sus fuerzas. Monseñor Carlo Maria Vigamo, por ejemplo, sobrevaluó su influencia y no calculó la lealtad de las personas que, dentro del Vaticano, no estaban dispuestas a traicionar al Papa, incluso si muchas eran criticas con Francisco.

--El operativo The Red Hat Report tenía dos objetivos, uno ahora y otro más tarde.

--Efectivamente. Como no lograron derrocar al Papa, ahora preparan una nueva etapa. Francisco tiene 84 años y podemos pensar que estamos cerca del fin de su pontificado. Lo que están haciendo es preparar el próximo conclave. Para ello han invertido mucho dinero, han contratado a ex miembros del FBI para preparar dossiers sobre los cardenales que participarán en el cónclave para descartar aquellos que tienen la intención de continuar con las reformas que aplicó el Papa Francisco. El problema de esta geste es que, al menos por ahora, no cuenta con ningún candidato verosímil. No les será fácil. Sin embargo, lo que sí pueden hacer es dañar la credibilidad de los candidatos más reformistas y obtener de esa manera la elección de un candidato débil y manipulable para desmontar las reformas de Francisco. Cuentan para ello con un gran presupuesto. Creo profundamente que la mayoría de los católicos norteamericanos respaldan al Papa Francisco. Pero en Estados Unidos la cantidad no basta. A la cantidad hay que agregar el factor dólar.

--Estos grupos ya existían antes pero nunca habían actuado con tantas evidencias.

--Son empresarios con enormes medios a su disposición. Cada uno de ellos fue creando su grupo de reflexión dentro de la Iglesia, su escuela de teología, su universidad católica, su gabinete de abogados para defender la libertad religiosa. Es una nebulosa que funciona mediante una red de instituciones privadas y que ha llegado a dominar el catolicismo norteamericano. Son por ejemplo ellos quienes donaron mucho dinero a las diócesis norteamericanas que tuvieron que pagar enormes indemnizaciones luego de los casos de abuso sexual. Por eso pueden imponerles una dirección a las diócesis. Por ejemplo, Tim Busch está presente en todas las etapas de este montaje. Para proteger poderosos intereses económicos en el Amazonas, estos grupos pesan con toda su fuerza para desviar la atención y evitar así que se hable demasiado de ecología. Siempre tratan de distraer la atención en los debates fundamentales, por ejemplo, en los sínodos, e imponer sus puntos de vista, o sea, sus intereses.

--¿ Y cómo un grupo tan poderoso pudo dejar que Francisco fuese electo Papa ?

--No se dieron cuenta porque la elección de Francisco se llevó a cabo según otras necesidades: este Papa fue electo debido a la crisis en el seno de la curia y gracias a la voluntad de los obispos del mundo entero de sacar a la iglesia del debilitamiento creado por las malas combinaciones de la curia italiana. Bergoglio se impuso así para reformar la Iglesia. Pero su ideología choca con la visión que los católicos ultraconservadores de Estados Unidos tienen de la Iglesia. Hay, además, otro ingrediente propio al catolicismo norteamericano: un desprecio innato de los católicos blancos norteamericanos por los latinos. El sector WASC (White, Anglo-Saxon Catholic) menosprecia a los hispanos porque estos son pobres, no tuvieron éxito. Los WASC están muy influenciados por la teología de la prosperidad difundida por los evangelistas.

--¿Donald Trump juega en este patio?

--No creo que Trump tenga muchas convicciones propias. Es seguro que los escucha, pero quien tiene una cercanía con ellos es el vicepresidente, Mike Pence. Las confrontaciones son numerosas entre Washington y el Vaticano. El tema de la pena de muerte, la impugnación del Papa Francisco de un liberalismo fuera de control, etc, etc. El Papa, finalmente, ataca los fundamentos del poder económico de Estados Unidos.

 


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A continuación y con el objeto de aclarar y contextualizar el origen y los fundamentos de la corriente teológica de la prosperidad, que al parecer está contaminando la teología católica detrás de la "guerra contra el Santo Padre", recojo un extenso artículo publicado en 2018 por la revista de los jesuítas "La Civiltà Cattolica -Iberoamericana-", donde se detalla el sentido y procedencia de la misma, y de qué forma es contraria al sentido  tradicional. Entender todo esto, creo que resulta clave para entender también lo que está ocurriendo en el seno de la Iglesia con respecto al Papa, el desprecio de las élites católicas blancas por los latinos que se mencionan en la entrevista anterior, y en general un poco también la deriva política de muchos católicos actuales.

Cita

Teología de la prosperidad

El peligro de un «evangelio diferente»

«Teología de la prosperidad»: tal es el nombre más conocido y descriptivo de una corriente teológica neopentecostal evangélica. El núcleo de esta «teología» es la convicción de que Dios quiere que sus fieles tengan una vida próspera, es decir, que sean económicamente ricos, físicamente sanos e individualmente felices. Este tipo de cristianismo coloca el bienestar del creyente en el centro de la oración y transforma a su Creador en aquel que hace realidad sus pensamientos y deseos.

El peligro de esta forma de antropocentrismo religioso, que pone en el centro al hombre y su bienestar, es el de transformar a Dios en un poder a nuestro servicio, a la Iglesia en un supermercado de la fe, y la religión en un fenómeno utilitarista y eminentemente sensacionalista y pragmático.

Como veremos más adelante, esta imagen de prosperidad y bienestar hace referencia al denominado american dream, al «sueño estadounidense». No se identifica con él, sino con una interpretación reductiva suya. En sí, este «sueño» es la visión de una tierra y de una sociedad entendidas como un lugar de oportunidades abiertas. Históricamente fue la motivación que impulsó a lo largo de los siglos a muchos emigrantes económicos a dejar su propia tierra y a ir a los Estados Unidos para conseguir un lugar en el que su trabajo produjese resultados inalcanzables en su «viejo mundo».

La «teología de la prosperidad» parte de esta visión, pero la traduce mecánicamente en términos religiosos como si la opulencia y el bienestar fuesen el verdadero signo de la predilección divina a «conquistar» mágicamente con la fe. Esta «teología» fue difundida en todo el mundo durante décadas —gracias a gigantescas campañas mediáticas— por movimientos y ministros evangélicos, especialmente los neocarismáticos.

El objetivo de nuestra reflexión es ilustrar y valorar este fenómeno, que quiere ser también una tentativa de justificación teológica del neoliberalismo económico. Al final verificaremos cómo el papa Francisco ha intervenido varias veces para indicar los peligros de esta teología que, como se ha dicho, «oscurece el evangelio de Cristo».[1]

La difusión en el mundo

El «evangelio de la prosperidad» (prosperity gospel) ha ido difundiéndose no solamente en los Estados Unidos, donde nació, sino también en África, especialmente en Nigeria, Kenia, Uganda y Sudáfrica. En Kampala hay un gran estado cubierto, la Miracle Center Cathedral, cuya construcción costó siete millones de dólares. Es la obra del pastor Robert Kayanja, que desarrolló también un vasto movimiento muy presente en los medios de comunicación de masas.

Pero el «evangelio de la prosperidad» ha tenido también un notable impacto en Asia, sobre todo en India y Corea del Sur. En este último país hubo en los años ochenta un fuerte movimiento autóctono vinculado a esta corriente teológica, promovido por el pastor Paul Yonggi Cho. Este predicó una «teología de la cuarta dimensión», según la cual los creyentes, mediante el desarrollo de visiones y sueños, iban a poder llegar a controlar la realidad, obteniendo casi todo tipo de prosperidad inmanente.[2]

Se observa también un arraigo en la República Popular China gracias a las «Iglesias de Wenzhou». Wenzhou es un gran puerto oriental en la provincia de Zhejiang, en cuya zona han ido apareciendo grandes cruces rojas en cada vez más edificios. Tales cruces suelen indicar la presencia de una «Iglesia de Wenzhou», una comunidad creada por varios empresarios locales y vinculada al movimiento de la «teología de la prosperidad».[3]

En América Latina la difusión y la propagación de esta teología se dio de manera exponencial, y ello desde 1980, aunque también pueden encontrarse raíces de este proceso entre los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado. Este fenómeno religioso se traduce desde el punto de vista mediático en el uso de la televisión por parte de figuras muy carismáticas de algunos pastores, que lanzan un mensaje simple y directo montado en torno a un espectáculo de música y de testimonios y a una lectura fundamentalista y pragmática de la Biblia.

Si consideramos América Central, Guatemala y Costa Rica se han convertido probablemente en los dos bastiones principales de esta corriente religiosa. En Guatemala ha sido determinante la presencia del líder carismático Carlos Enrique Luna Arango, llamado «Cash Luna». Costa Rica es la sede del canal evangélico de televisión satelital TBN-Enlace.

En América del Sur la difusión más significativa se dio en Colombia, Chile y Argentina, pero no cabe duda de que Brasil merece una consideración especial, porque posee una dinámica propia y un movimiento pentecostal autóctono como la «Iglesia Universal del Reino de Dios». Este grupo, denominado también «Deja de sufrir», tiene ramificaciones en toda América Latina, pero ha conservado un idioma intermedio entre el español y el portugués, que determina un tipo de comunicación peculiar y minuciosamente estudiado. Basta analizar el anuncio de la «Iglesia Universal» brasileña para encontrar en ella un fuerte mensaje de prosperidad y bienestar ligado a la frecuentación personal de sus templos con el fin de recibir múltiples beneficios.

Este «evangelio» es objeto de anuncio propagandístico a través de una presencia masiva en los grandes medios de comunicación y está apoyado por su fuerte incidencia en la vida política.

Los orígenes del movimiento y el «sueño estadounidense»

Si buscamos los orígenes de estas corrientes teológicas las encontramos en los Estados Unidos, donde la mayoría de los investigadores de la fenomenología religiosa estadounidense las hacen remontarse al pastor neoyorkino Essek William Kenyon (1867-1948). Kenyon sostenía que a través del poder de la fe pueden modificarse las realidades materiales concretas. Pero la conclusión directa de esta convicción es que la fe puede llevar a la riqueza, a la salud y al bienestar, mientras que la falta de fe lleva a la pobreza, a la enfermedad y a la desdicha.

En realidad, los orígenes de la «teología de la prosperidad» son complejos, pero aquí presentamos las raíces más significativas, remitiendo, para una profundización, a libros y ensayos especializados. Por ejemplo, la teóloga Kate Ward escribió sobre la influencia de Adam Smith, en especial de su «teoría de los sentimientos morales».[4] La autora muestra en este sentido cómo para Smith la compasión no tiene que ver con los pobres, sino con la admiración hacia aquellos que han tenido una historia exitosa.

Estas doctrinas se han asociado con el positive thinking, el «pensamiento positivo», y se han alimentado también en una medida importante de él. El positive thinking es expresión del denominado american way of life («modo de vida estadounidense»). En tal sentido, se relacionan con la «posición excepcional» que Alexis de Tocqueville, en su célebre obra La democracia en América (1831), atribuyó a los estadounidenses. Según este autor, en virtud de dicha excepcionalidad «se ha de creer que ningún pueblo democrático llegará a encontrarse nunca en una posición semejante». Tocqueville llega a afirmar que ese modo de vida plasma también la religión de los estadounidenses.

A veces son las mismas autoridades estadounidenses las que certifican esta conexión.[5] En su reciente discurso sobre el estado de la Unión, pronunciado el 30 de enero de 2018, el presidente Donald Trump afirmó, para describir la identidad del país: «Juntos estamos redescubriendo “la manera estadounidense de vivir”», y prosiguió: «En los Estados Unidos sabemos que la fe y la familia, no el Gobierno y la burocracia, son el centro de la vida estadounidense. El lema es: “En Dios confiamos” (In God we trust). Y celebramos nuestras convicciones, a nuestra policía, a nuestros militares y veteranos como héroes que merecen nuestro total y constante apoyo». Así pues, en unas pocas frases aparecen ya Dios, el ejército y el sueño estadounidense.[6]

Las «megaiglesias» del «evangelio diferente»

Un impulso fundamental a estas ideas de «prosperidad evangélica» se dio con el denominado «movimiento de la fe», que tuvo como principal mentor al pastor y autoproclamado «profeta» Kenneth Hagin (1917-2003). Una de las características de Hagin eran visiones recurrentes que lo llevaban a dar una interpretación singular de algunos textos muy conocidos de la Biblia. Tal es el caso, por ejemplo, de Mc 11,23-24: «En verdad os digo que si uno dice a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis». Estos dos versículos son para Hagin pilares de la «teología de la prosperidad».

Según afirma, la fe milagrosa, para traducirse en obras, debe ser sin incertidumbres, especialmente en las cosas imposibles: debe declarar específicamente el milagro y creer que se lo obtendrá de la manera imaginada. Hagin enfatizó también otro aspecto: que el milagro deseado se considere como ya sucedido. Es decir, se debe desplazar su realización del futuro al pasado.

Tanto Kenyon como Hagin comprendieron que la comunicación de masas era un instrumento fundamental para la rápida difusión de sus enseñanzas. El primero se sirvió de su show personal «Kenyon’s Church of the Air» [«La Iglesia del aire de Kenyon»], y el segundo, del programa «Faith Seminar of the Air» [«El seminario de fe del aire»].

Hay algunos predicadores que pueden citarse como continuadores de las teologías de Kenyon y Hagin y de su estrategia de comunicación. El primero de ellos es Kenneth Copeland —que fue «ungido» por el mismo Hagin como sucesor suyo—‍, con su programa televisivo «Believer’s Voice of Victory» [«La voz de victoria del creyente»], que ha difundido en gran parte del mundo estas doctrinas. Del mismo modo, Norman Vincent Peale (1889-1993), pastor de la Marble Collegiate Church de Nueva York, alcanzó popularidad con sus libros con títulos elocuentes en su significado: El poder del pensamiento positivo; Cambia tus pensamientos y cambiará todo; Guía para una vida apacible. Peale fue un predicador exitoso, y llegó a mezclar marketing y predicación.

En los Estados Unidos millones de personas frecuentan asiduamente «megaiglesias» que difunden estas teologías de la prosperidad. Los predicadores, profetas y apóstoles enrolados en esta rama extrema del neopentecostalismo han ocupado espacios cada vez más importantes en los medios de comunicación de masas, han publicado una enorme cantidad de libros que se han convertido rápidamente en superventas y han pronunciado conferencias que muy a menudo llegan a millones de personas a través de todos los medios disponibles de Internet y de las redes sociales.

Nombres como Oral Roberts, Pat Robertson, Benny Hinn, Robert Tilton, Joel Osteen, Joyce Meyer y otros han acrecentado su popularidad y riqueza profundizando, enfatizando y extremando este evangelio. Joyce Meyer afirma que su programa televisivo «Enjoying everyday life» [«Gozar de la vida de cada día»] llega a dos terceras partes del mundo a través de la radio y la televisión y ha sido traducido a 38 idiomas.[7]

Lo que resulta absolutamente claro es que el poder económico, mediático y político de estos grupos —a los que hemos definido genéricamente como «evangélicos del sueño estadounidense»— los hace mucho más visibles que el resto de las Iglesias evangélicas, también que las de la línea pentecostal clásica. Además, su crecimiento es exponencial y directamente proporcional a los beneficios económicos, físicos y espirituales que prometen a sus seguidores: bendiciones todas que están muy lejos de las enseñanzas de una vida de conversión propia de los movimientos evangélicos tradicionales.

Si bien surgieron y pasaron después por diversas denominaciones, estos movimientos han recibido no pocas críticas también de los grupos de aquellas Iglesias carismáticas que han mantenido su religiosidad evangélica basada en los milagros, las profecías y los signos. Muchos sectores evangélicos tanto tradicionales como más recientes (bautistas, metodistas, presbiterianos…) han criticado duramente esos movimientos, llegando a denominar lo que proclaman como «un evangelio diferente».[8]

El bienestar económico y la salud

Como ya hemos anticipado, los pilares del «evangelio de la prosperidad» son sustancialmente dos: el bienestar económico y la salud. Esta acentuación es fruto de una exégesis literal de algunos textos bíblicos utilizados dentro de una hermenéutica reduccionista. Al Espíritu Santo se lo reduce a un poder al servicio del bienestar individual. Jesucristo ha abandonado su papel de Señor para transformarse en un deudor de cada una de sus palabras. El Padre ha sido reducido «a una especie de botones cósmico [cosmic bellhop] que se ocupa de las necesidades y de los deseos de sus criaturas».[9]

En los predicadores de este evangelio, la «palabra de fe» que pronuncian pasa a ocupar el lugar que tradicionalmente ocupa en el movimiento evangélico por la Biblia como norma de fe y de conducta, llegando a elevársela a la potencia y al efecto de la palabra apostólica del «ungido». Hablar en nombre de Dios de manera directa, concreta y específica da a la «palabra positiva» un sentido creativo considerado capaz de hacer que las cosas sucedan si los que asisten no la obstaculizan con su falta de fe.

Al mismo tiempo, enseñan que, tratándose de una «confesión de fe», los seguidores, con sus palabras, son responsables de lo que les sucede, trátese de la bendición o de la maldición económica, física, generacional o espiritual. Un refrán que muchos pastores repiten reza: «Hay un milagro en tu boca» («There is a miracle in your mouth»). El proceso milagroso es el siguiente: visualizar detalladamente lo que se quiere, declararlo expresamente con la boca, reclamárselo a Dios con fe y autoridad y considerarlo ya recibido. Por último, el «reclamar» las promesas de Dios extraídas de los textos bíblicos o de la palabra profética del pastor coloca al creyente en una posición dominante respecto de un Dios prisionero de su misma palabra tal como esa palabra es percibida y creída por el fiel.

El tema de la salud ocupa un papel preponderante en la «teología de la prosperidad». En estas doctrinas es la propia mente la que debe concentrarse en las supuestas leyes bíblicas que después producen la potencia deseada a través de la lengua. Se presupone, por ejemplo, que un enfermo, sin recurrir al médico, puede curarse con solo concentrarse y pronunciar en presente o en pasado frases bíblicas u oraciones inspiradas en la Escritura. Una de las frases utilizadas de manera instrumental es: «Por las llagas de Cristo ya estoy sanado». A su juicio, estas palabras causan de manera inmediata el «desbloqueo» de la bendición divina, que en ese mismo momento operará la curación.

Evidentemente, sucesos luctuosos o desastres, también naturales, o tragedias, como las de los migrantes u otras similares, no ofrecen narrativas convincentes que sirvan para mantener a los fieles vinculados al «evangelio de la prosperidad». Este ese el motivo por el cual, en estos casos, se nota una falta total de empatía y de solidaridad por parte de los adherentes. No hay compasión por las personas que no son prósperas, porque, claramente, ellas no han seguido las «reglas» y, por tanto, viven en el fracaso y, consiguientemente, no son amadas por Dios.

Un Dios de «alianzas» y de «semillas»

Una de las características de estos movimientos es el énfasis que ponen en la «alianza» sellada por Dios con su pueblo, sus testamentos de la Biblia. Y principalmente se ha tratado de alianzas con sus patriarcas. Es así como el texto de la alianza con Abrahán ocupa un lugar central, en el sentido de la prosperidad que promete. La lógica de este concepto del «Dios de las alianzas» es que, del mismo modo como los cristianos son hijos espirituales de Abrahán, son también herederos de los derechos materiales, de las bendiciones financieras y de las ocupaciones territoriales terrenas. Más que de una alianza bíblica parecería que se trata de un «contrato».

Kenneth Copeland escribió en su libro The Laws of Prosperity [Las leyes de la prosperidad] que, habiendo Dios establecido la alianza y estando entre los legados de esa alianza la prosperidad, el creyente debe tomar consciencia de que, hoy, la prosperidad le pertenece por derecho.[10]

En estas teologías la pertenencia filial de los cristianos en cuanto hijos de Dios se reinterpreta como la de los «hijos del rey»: una filiación que da a quienes la reconocen y proclaman derechos y privilegios monárquicos, principalmente materiales. Harold Hill, en su libro How to be a Winnner [Cómo ser un ganador], escribió: «Los hijos del rey tienen derecho a recibir un tratamiento especial porque gozan de una relación especial viva, de primera mano, con su Padre celestial, que ha hecho todas las cosas y sigue siendo su Señor».[11]

Otro concepto central de esta teología, íntimamente relacionado con el anterior, es el principio de «siembra» o de «semilla». El texto clásico de referencia es Gál 6,7: «No os engañéis: de Dios nadie se burla. Lo que uno siembre, eso cosechará». Pero también Mc 10,29-30: «Jesús dijo: “En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y, en la edad futura, la vida eterna»

La prosperidad material, física y espiritual halla uno de sus textos preferidos en el vers. 2 de la Tercera Carta de Juan: «Querido, te deseo que la prosperidad personal de que ya gozas se extienda a todos tus asuntos, y que tengas buena salud».[12] En el Antiguo Testamento, el texto de referencia es Dt 28,1-14.

Los pasajes son interpretados de manera totalmente funcionalista. Por ejemplo, en el libro God’s Will is Prosperity [La voluntad de Dios es la prosperidad], la predicadora Gloria Copeland escribió, en referencia a donaciones para los ministerios como el suyo: «Das un dólar por amor al evangelio, y ya te tocan 100; das 10 dólares, y a cambio recibirás 1000 de regalo; das 1000 dólares, y a cambio recibes 100 000. Si donas un avión, recibirás cien veces el valor de ese avión. Regala un automóvil y obtendrás tantos automóviles que ya no tendrás necesidad de ellos durante toda la vida. Dicho brevemente, ¡Marcos 10,30 es un buen negocio!».[13]

En definitiva, el principio espiritual de la siembra y la cosecha, a la luz de una interpretación evangélica completamente extrapolada de su contexto, es que dar es ante todo un hecho economicista que se mide en términos de retorno de la inversión. Se olvida, por tanto, lo que se lee inmediatamente después de Gál 6,7: «El que siembra para la carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna» (vers. 8).

El pragmatismo y la soberbia del éxito

El «evangelio» descrito se asimila fácilmente en las sociedades actuales, en las que la legitimidad de lo sobrenatural exige alguna verificación experimental. El pragmatismo del éxito exige propuestas simples de fe. La urgencia de una vida próspera y sin sufrimientos se adecúa a una religiosidad a medida del cliente, y el kairós del Dios de la historia se adecúa al krónos frenético de la vida actual. En definitiva, aquí se habla de un dios concebido a imagen y semejanza de la gente y de su realidad, y no según el modelo bíblico. En algunas sociedades en las que se ha establecido una coincidencia entre la meritocracia y el nivel socioeconómico sin tener en cuenta las enormes diferencias de oportunidades, este «evangelio», con su acento en la fe como «mérito» para ascender en la escala social, resulta injusto y radicalmente antievangélico.

En general, el hecho de que haya riqueza o beneficios materiales cae, una vez más, bajo la exclusiva responsabilidad del creyente, y, en consecuencia, bajo ella cae también su pobreza o falta de bienes. La victoria material coloca al creyente en una posición de soberbia a causa de la potencia de su «fe». Por el contrario, la pobreza lo carga con una culpa doblemente insoportable: por una parte, considera que su fe no alcanza a mover las manos providentes de Dios; y, por la otra, su situación de miseria es una imposición divina, un castigo inexorable aceptado con sumisión.

¿Una teología del «sueño estadounidense?»

Esta teología es claramente funcional a los conceptos filosófico-político-económicos de un modelo de corte neoliberal. Una de las conclusiones de algunos exponentes de esta teología es de naturaleza geopolítica y económica, ligada a los países de origen de la «teología de la prosperidad». Ella conduce a la conclusión de que los Estados Unidos han crecido bajo la bendición del Dios providente del movimiento evangélico. En cambio, según esta teología, los habitantes del territorio que va del Río Grande hacia el Sur están hundidos en la pobreza justamente porque la Iglesia tiene una visión diferente, opuesta, que «exalta» la pobreza. También es posible verificar el nexo entre estas posiciones y las tentaciones integristas y fundamentalistas con connotaciones políticas.[14]

Verdaderamente, uno de los graves problemas que trae consigo la «teología de la prosperidad» es su perverso efecto en la gente pobre. En efecto, no solamente exacerba el individualismo y anula el sentimiento de solidaridad, sino que impulsa a las personas a tener una actitud milagrera, para la cual la prosperidad solo puede procurarse por la fe, y no por el compromiso social y político. Por tanto, el peligro consiste en que los pobres que se sienten fascinados por este pseudoevangelio queden atados en un vacío sociopolítico que permite a otras fuerzas plasmar fácilmente su mundo, haciéndolos así inofensivos e indefensos. El «evangelio de la prosperidad» no es nunca un factor de cambio real, cambio que, por el contrario, es fundamental en la visión propia de la Doctrina Social de la Iglesia.

Si Max Weber hablaba de la relación entre protestantismo y capitalismo en el contexto de la austeridad evangélica, los teólogos de la prosperidad propagan la idea de que la riqueza está en relación proporcional con la fe personal. Carente de sentido social y enmarcada dentro de una experiencia de beneficio personal, esta concepción hace de forma consciente o inconsciente una relectura extremada de las teologías calvinistas de la predestinación. De algún modo, la soteriología se ancla en lo temporal y lo terreno y se vacía de la visión escatológica tradicional. Por eso, también en el ámbito protestante, los numerosos fieles que se atienen a la teología tradicional ven con desconfianza y, más aún, con fuertes críticas el avance de estas teologías, a las que no pocos asocian la «Nueva Era» y expresiones del misticismo mágico.

 «La salvación no es una teología de la prosperidad»

Ya desde el comienzo de su pontificado Francisco ha tenido presente el «evangelio diferente» de la teología de la prosperidad», y, para criticarlo, ha aplicado la clásica Doctrina Social de la Iglesia. Varias veces lo ha recordado para poner en evidencia sus peligros. La primera vez fue en Brasil, el 28 de julio de 2013. Dirigiéndose a los obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano, señaló con el dedo el «funcionalismo» eclesial, que constituye «una suerte de “teología de la prosperidad” en lo organizativo de la pastoral». Esta termina entusiasmándose por la eficacia, el éxito, el resultado constatable y las estadísticas favorables. La Iglesia tiende así a asumir «modalidades empresariales» que son aberrantes y alejan del misterio de la fe.

Hablando de nuevo a obispos, pero esta vez en Corea, en agosto de 2014, Francisco citó a Pablo (1 Cor 11,17) y a Santiago (2,17), que reprochan a las Iglesias que viven de manera tal que los pobres no se sienten en ellas en su propia casa. «Esta es una tentación de la prosperidad», comentó. Y prosiguió: «Estén atentos, porque su Iglesia es una Iglesia en prosperidad, es una gran Iglesia misionera, es una Iglesia grande. Que el diablo no siembre esta cizaña, esta tentación de quitar a los pobres de la estructura profética de la Iglesia, y les convierta en una Iglesia acomodada para acomodados, una Iglesia del bienestar… no digo hasta llegar a la “teología de la prosperidad”, no, sino de la mediocridad».

Las referencias a la «teología de la prosperidad» pueden reconocerse también en las homilías de Francisco en Santa Marta. El 5 de febrero de 2015 el papa dijo con claridad que «la salvación no es una teología de la prosperidad», sino que «es un don, el mismo don que Jesús había recibido para darlo». Y el poder del evangelio es el de «expulsar los espíritus impuros para liberar, para curar». En efecto, Jesús «no da el poder de maniobrar o de hacer grandes empresas». El mismo pensamiento repitió Francisco, siempre en Santa Marta, el 19 de mayo de 2016. Algunos, dijo, creen «en la llamada “teología de la prosperidad”, es decir, Dios te hace ver que eres justo y te da muchas riquezas». Pero «es una equivocación». Por eso, también el salmista dice: «No apegues el corazón a las riquezas». Para hacerse comprender mejor, el papa recordó el episodio evangélico del «joven rico al que Jesús amó, porque era justo»: él «era bueno, pero estaba apegado a las riquezas, y esas riquezas, al final, se convirtieron para él en cadenas que le quitaron la libertad de seguir a Jesús».

La visión de la fe propuesta por la «teología de la prosperidad» está en clara contradicción con la concepción de una humanidad marcada por el pecado y con la expectativa de una salvación escatológica, ligada a Jesucristo como Salvador y no al éxito de las propias obras. Por tanto, encarna una forma peculiar de pelagianismo, en contra de la cual Francisco ha advertido a menudo. En efecto, en la exhortación apostólica Gaudete et exsultate escribió que hay cristianos empeñados en seguir el camino «de la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor». Esta se manifiesta en muchas actitudes aparentemente diferentes entre sí, entre ellas «el embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial» (n. 57).

La «teología de la prosperidad expresa también otra gran herejía de nuestro tiempo, a saber, el «gnosticismo»: en efecto, afirma que con los poderes de la mente es posible plasmar la realidad. Esto es particularmente evidente, por ejemplo, en el trabajo y en la gran influencia de Mary Baker Eddy (1821-1910) en la Iglesia y en el movimiento de la Ciencia Cristiana. Como escribe Francisco en Gaudete et exsultate, el gnosticismo quiere por su propia naturaleza domesticar el misterio de Dios y de su gracia. «Usa la religión en beneficio propio, al servicio de sus elucubraciones psicológicas y mentales. Dios nos supera infinitamente, siempre es una sorpresa y no somos nosotros los que decidimos en qué circunstancia histórica encontrarlo, ya que no depende de nosotros determinar el tiempo y el lugar del encuentro». Una fe utilizada para manipular mentalmente, psíquicamente la realidad «pretende dominar la trascendencia de Dios». (n. 41).

 

[1] Cf. D. W. Jones – R. Woodbridge, Health, Wealth & Happiness: Has the Prosperity Gospel Overshadowed the Gospel of Christ?, Grand Rapids, Kregel, 2010.

[2] Cho fue condenado por apropiación ilícita de alrededor de 15 millones de euros de las cajas de la Iglesia, utilizados para intentar recuperar las pérdidas bursátiles de su familia.

[3] Cf. K. Attanasi – A. Yong, Constructing China’s Jerusalem: Christians, Power, and Place in Contemporary Wenzhou, Stanford, Stanford University Press, 2011. Cf. también T. Meynard – M. Chambon, «Vie per l’aggiornamento della Chiesa cattolica cinese», en Civ. Catt. 2018 I 271-280; P. Wu, «Reasons Why Prosperity Theology Floods in China», en http://chinachristiandaily.com/news/category/2016-11-03/reasons-why-prosperity-theology-floods-in-china_3103.

[4] K. Ward, «“Mere Poverty Excites Little Compassion”: Adam Smith, Moral Judgment and the Poor», en The Heythrop Journal, marzo de 2015, accesible en https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/heyj.12260. Cf. Íd, «Porters to Heaven Wealth, the Poor, and Moral Agency in Augustine», en Journal of Religious Ethics, abril de 2014, accessible en https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jore.12054. En este último artículo la autora afirma también que las raíces de lo que hoy llamamos «evangelio de la prosperidad» son antiguas y que este ya era conocido en tiempos de Agustín, que se oponía a esa visión.

[5] Cf. Lexington, «Why Evangelicals love Donald Trump. The secret lies in the prosperity Gospel», en The Economist, 18 de mayo de 2017; Delano R. Franklin – Andrew J. Park, «Experts Discuss Role of “Prosperity Gospel” in Trump’s Success», en The Harvard Crimson, 24 de octubre de 2017; P. Feuerherd, «Does the “Prosperity Gospel” Explain Trump?», en Jstor Daily, 1 de mayo de 2017.

[6] El 18 de febrero de 2018, en el habitual National Prayer Breakfast, Trump, asociando su país a los sueños estadounidenses de libertad, heroísmo y valentía, definió los Estados Unidos como «a light unto all nations» («una luz para todas las naciones»). «Mientras abramos los ojos a la gracia de Dios —y abramos nuestros corazones al amor de Dios—, los Estados Unidos serán por siempre la tierra de los hombres libres, la casa de los valientes y una luz para todas las naciones». Esta cita está tomada de una profecía bíblica sobre el papel restaurador y mesiánico de Israel, el pueblo elegido y la nación grande y próspera que habían soñado los patriarcas: «Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra» (Is 49,6).

[7] Recordemos también que la ceremonia de inauguración del mandato presidencial de Donald Trump incluía oraciones de predicadores del «evangelio de la prosperidad» como Paula White, una de las personas que operan como sus consejeros espirituales. En octubre de 2015 White organizó en la Torre Trump un encuentro de telepredicadores vinculados a la «teología de la prosperidad» en la que se oró por el actual presidente con imposición de las manos sobre él. El vídeo puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=EQ18exdhR6I.

[8] Cf. D. R. McConnell, A Different Gospel: Biblical and Historical Insights Into the Word of Faith Movement, Peabody, Hendrickson, 1988.

[9] J. Goff, «The Faith that Claims», en Christianity Today, n. 34, febrero de 1990, 21.

[10] Cf. K. Copeland, The Laws of Prosperity, Tulsa, Harrison House, 1974.

[11] H. Hill, How to be a Winner, Alachua, Bridge Logos, 1976.

[12] Cf. R. Tilton, God’s Miracle Plan for Man, Tulsa, Robert Tilton Ministries, 1987.

[13] G. Copeland, God’s Will is Prosperity, Tulsa, Harrison House, 1978.

[14] Cf. A. Spadaro – M. Figueroa, Fundamentalismo evangélico e integrismo católico. Un ecumenismo sorprendente, en La Civiltà Cattolica Iberoamericana I (2017) n. 7, 7-15.

 

 

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Muy buenas la entrevista y el artículo que trae el Español. Y los párrafos en negrita están muy bien señalados. Aunque no los hayamos escrito nosotros, pienso que sería bueno pasar a portada esos dos mensajes, quizá unificados en una sola entrada.  Posibles títulos: el complot americano contra el Papa Francisco de la teología de la prosperidad; la teología de la prosperidad contra el Papa Francisco.

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Por mi parte no hay problema, creo que es necesario identificar las fuentes de la contaminación que fluye por las redes contra la unidad de la Iglesia. Sobre todo porque están afectando al tradicionalismo, ya no solo en lo religioso sino también en lo político e ideológico.

Me gusta el segundo título que has propuesto.

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Abundando un poco en el tema de la teología de la prosperidad, recojo un artículo en clave política que publicaba la Revista de Estudios de Política Exterior, acerca del crecimiento y la influencia que está teniendo en Latinoamérica esta corriente de pensamiento religioso, que encuentra en Brasil su núcleo más duro de irradiación.

Cita

La teología de la prosperidad: el triunfo latino de Lutero

LUIS ESTEBAN G. MANRIQUE

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Misa evangélica en Rio de Janeiro, Brasil, el 18 de octubre de 2018. GETTY

“Desde el punto de vista de mi fe, soy el hombre más rico del mundo”.

Edir Macedo.

 

En Río de Janeiro, el estado del que Jair Bolsonaro ha sido diputado federal desde 1990, en 2016 el apoyo de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), la mayor iglesia evangélica de Brasil, fue clave para la elección como alcalde de la cidade maravilhosa de Marcelo Crivella, pastor y sobrino del fundador de la IURD, Edir Macedo, al que Forbes atribuye una fortuna de 1.100 millones de dólares.

El templo Universal en São Paulo, una réplica del de Salomón según las descripciones bíblicas, costó 320 millones de dólares. En Brazillonaires (2016) Alex Cuadros, excorresponsal de Bloomberg en Brasilia, anota que en 2006, la última vez que hizo públicas sus cuentas, la IURD registró donaciones privadas por valor de 750 millones de dólares. Hoy, la IURD es un imperio con más de nueve millones de seguidores en todo el mundo. Su Rede Record es la segunda cadena de televisión del país. Así, no extraña que sus críticos comenten con humor negro que si “Cristo es el camino, Macedo es el encargado de cobrar el peaje”. No exageran.

Los evangélicos brasileños han creado sus propias compañías constructoras para edificar sus iglesias y cuentan con una feria de negocios: ExpoCristo. La Assembleia de Deus incluso ofrece dos tipos de tarjetas de crédito a sus fieles: la misionera y la dorada. Y crecen con más fuerza donde hay más pobres.

 

La marea protestante

En el país con más católicos del mundo, los evangélicos representaban el 1% de la población en 1960 y el 15% en 2000. Hoy son el 27%, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), con unos 42 millones de fieles. No es extraño. Sus iglesias predican un “evangelio de la prosperidad” que asegura, como hizo Calvino en Ginebra, que la riqueza material es una señal manifiesta del favor divino.

Macedo mismo atribuye todos los males de Brasil –desde la corrupción a la pobreza– a la “nefasta influencia del catolicismo”, y la riqueza de los países protestantes desarrollados a que su religión no está adulterada por “las retrógradas patrañas papistas”.

Cuando Macedo visita a sus fieles en el exterior, desde Angola a EEUU, viaja en un avión privado y con pasaporte diplomático, que antes el gobierno concedía solo a los cardenales católicos.

La lógica de la teología de la prosperidad es cautivante para su público: una buena vida material no es una dádiva del Estado sino la bendición divina al esfuerzo personal. Es decir, Dios da, pero para recibir sus favores es necesario formar parte de la iglesia correcta, pagar y rezar. Y el método funciona: cuando los pastores dicen “deja de beber cachaça y encontrarás trabajo”, la gente termina trabajando más y mejor, con lo que aprecia un impacto positivo de la fe en su vida y tiene más dinero para donar a la iglesia. Un círculo virtuoso. Y un negocio perfecto.

 

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Fuente: Pew Research Center

 

Batalla cuerpo a cuerpo

El trabajo social de los evangélicos se libra cuerpo a cuerpo, sector por sector, como lo haría una empresa comercial. Pero no hay una Iglesia evangélica sino muchas. El único punto en común es el carisma de los pastores.

Hay una iglesia para los torcedores (hinchas de fútbol), otra para los gays (la Iglesia Cristiana Contemporánea) y hasta una de heavy metal (Crash Church). Siempre se acaba encontrando una al gusto de cada quien.

Los “universales” tienen hasta una milicia –los Gladiadores del Altar– cuyo lema es “Hacer que el infierno tiemble”. Envueltos en una estética militar, sus miembros marchan uniformados y lanzando consignas a viva voz.

En Río, Crivella ha recortado los fondos para el carnaval, la marcha del orgullo gay y cultos afrobrasileños como el Umbanda y el Candomblé. Mientras en EEUU el 3,6 de los evangélicos se consideran pentecostales, en Brasil el 70% se autodenomina así.

Y como en EEUU, donde el 80% de los pentecostales simpatiza con Donald Trump, también su estrategia es doble: social y política. Por ello promueven las carreras judicial, militar o policial entre sus fieles. La filiación partidaria es secundaria. La importante es la religiosa. En Río, de las 100 representaciones religiosas que están presentes en las cárceles, 92 son evangélicas.

 

Un redil mediático

Como el Estado no puede llegar a ciertos lugares y los evangélicos sí, les deja el campo libre. Así se entiende que Crivella y Bolsonaro fueran los candidatos más votados en la favela más famosa de Río, la Rocinha.

En los años dorados del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), Guido Mantega, ministro de Hacienda de Lula da Silva, dijo en una ocasión que “ahora todos los brasileños pueden ser ciudadanos porque tienen tarjeta de crédito”. Ni unos ni otros se han librado de los escándalos de corrupción. Eduardo Cunha, expresidente evangélico de la cámara baja del Congreso federal, está cumpliendo una pena de 15 años en prisión por recibir sobornos.

En el Congreso saliente, el bloque evangélico, que reúne diputados de todos los partidos, tenía 198 escaños de un total de 513. Desde enero de 2019 tendrá 30 más. Y en el Senado pasará de tres a ocho. Es lógico. Sus electores siguen los consejos de sus pastores a la hora de votar. El “bloque de la Biblia” está en contra del aborto, la despenalización de las drogas, el matrimonio gay y la “ideología de género” en las aulas.

Bolsonaro entendió muy bien cómo hablar con ellos. Aunque de familia católica de origen véneto, en 2013 se casó por tercera vez en una ceremonia oficiada por el pastor Silas Malafaia de la Assembleia de Deus. Dos años después fue bautizado en el río Jordán por otro pastor de la misma iglesia. Michelle, su esposa, pertenece a la Iglesia Bautista Actitud, donde es intérprete de señas para sordos. En los templos pentecostales los pastores suelen atribuir todos los males sociales a intervenciones demoniacas.

Según escribe en su blog Metapolítica Ernesto Araújo, el próximo ministro de Exteriores, “la fe en Cristo significa hoy luchar contra el globalismo”. El 12 de octubre anotó que “la táctica de la izquierda consiste esencialmente en secuestrar causas legítimas y conceptos nobles para pervertirlos”. Ese mensaje fue amplificado por la Rede Record, que ha creado un verdadero redil mediático para su rebaño.

 

La reacción católica

La izquierda interpretó ese desafío de forma muy básica, viéndola como una adaptación del neoliberalismo. Un reciente libro de la Fundación Konrad Adenauer, Políticos evangélicos o evangélicos políticos, sostiene que en América Central las iglesias evangélicas fueron “sembradas” por EEUU para superar a las “organizaciones de masas” de los partidos comunistas o de inclinación castrista.

Pero el origen es lo de menos. Lo importante es que las iglesias evangélicas funcionan con una fuerte lógica de solidaridad y de ascenso y movilidad social. Cuando se pregunta a la gente por qué asiste a los templos, los argumentos teológicos no aparecen. Casi siempre dicen que van a cantar, a conocer gente, hacer de amigos, dejar a sus hijos…

Si alguien pierde su trabajo, la red se activa para ayudarlo a encontrar uno. Si le hace falta comida, le dan arroz o fideos, una red de asistencia social paralela con gran impacto cultural y político.

 

La reacción vaticana

Lo que empezó como religión se tornó en un movimiento político anti-Estado, justo la dirección contraria a la que tomó el pontificado de Francisco. Cuando el Papa sostuvo que la búsqueda del beneficio creaba una “economía que mata”, Ricardo Hausmann, economista venezolano y director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, le contestó que es la falta de capitalismo lo que América Latina origina la miseria de quienes tanto le preocupan.

El bienestar de los pobres, a fin de cuentas, requiere la creación de riqueza. En un editorial, El País de Montevideo se preguntó: “¿En qué planeta vive el Papa para pensar que el problema de América Latina, hundida en muchos países por el ‘socialismo del siglo XXI’, es el liberalismo económico?”.

El problema es que el Vaticano poco puede hacer al respecto. Muchos evangélicos ni siquiera saben quién es el Papa o lo que representa.

Para no perder terreno, los católicos mismos terminan imitando a los protestantes, con misas cada vez más pentecostales y carismáticas. Así, la izquierda católica, muy ligada al PT y a la “teología de la liberación” defendida por clérigos brasileños como Helder Cámara y Leonardo Boff, fue quedando cada vez más fuera de juego, desbordada por un fenómeno que no entendió. La pastoral católica conservadora tampoco ha podido detener esa hemorragia de feligreses, que lleva ya dos generaciones, sobre todo en los barrios populares del extrarradio de las grandes ciudades.

Las parroquias católicas suelen estar en los centros urbanos y en los barrios de clase media. En Brasil o Colombia en las favelas y los barrios emergentes no hay centro y los únicos lugares de sociabilidad son los templos evangélicos. En Argentina, solo en la provincia de Buenos Aires hay 4.500 congregaciones evangélicas. En La Plata y sus alrededores hay 140 templos, 30 comedores, tres colegios y dos granjas de rehabilitación y hasta una cárcel para religiosos.

Los tiempos han cambiado con la reforma protestante latina. La posición de la Iglesia católica –expresada a través de la Conferencia Episcopal– influye en la legislación, cuando raramente se pide su opinión. Su voz se escucha, pero los obispos no votan en los parlamentos. Los pastores evangélicos sí.

 

 

 

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      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





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    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
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    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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