Destacamos
- La política ha matado a Dios y a la Patria
- Artabán, el cuarto rey mago.
- «España y el racismo». Un artículo de Giménez Caballero en la revista «Antieuropa»
- La verdad del "Plan Kalergi"
- Thatcher y el capitalismo utópico
- Jarauta: El fraile carlista que luchó contra los Estados Unidos.
- Trump y la orfandad de la derecha
- La era del capitalismo de la vigilancia
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By Hispanorromano
Me ha parecido interesante esta reseña sobre las redes sociales y el comportamiento de las nuevas masas digitales, que se apoya en el clásico La psicología de las masas de Gustave Le Bon:
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By Hispanorromano
Inserto una entrevista a una profesora estadounidense que, por desgracia, probablemente haya pasado desapercibida en foros y redes sociales. Su libro se va a traducir próximamente al español. Trata de lo que ella llama "el capitalismo de la vigilancia", o sea, del modelo actual de internet, que salvo pequeños rincones como este foro, se basa en extraer datos de los ciudadanos para que se enriquezca un sector muy reducido de la población mientras que la mayoría se empobrece. Pero también tiene aplicaciones políticas: el mismo sistema de vigilancia, acompañado de estímulos y recompensas, puede usarse -y se está usando- para moldear el pensamiento de la sociedad y para producir cambios en su comportamiento. He subrayado las partes que me parecen más acertadas.
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By Hispanorromano
No me suele gustar lo que escribe Juan Soto Ivars, pero en este caso creo que acierta de pleno y merece compartirse en el foro su artículo, que no sólo habla de los viejos y de los desprecios que sufren.
También habla de los eufemismos y de cómo sirven para detectar a grupos discriminados (en el momento que aparece un eufemismo es porque la sociedad siente repulsión ante lo que designa la palabra); de la idolatría de la juventud por razones consumistas; de cómo el desprecio por los viejos tiene mucho de desprecio por los pobres y de huida de la muerte; de cómo esta necesidad de estar siempre joven, para mantenerse dentro del "mercado", impone un yugo terrible sobre la sociedad.
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By Hispanorromano
Creo que merece la pena rescatar y comentar este texto que dejó un lector anónimo de un blog tradicionalista católico:
Creo que tiene razón en varias cuestiones.
Aunque rechacemos algunos aspectos de la modernidad, todos somos modernos en cierta medida. Los que presumen de estar al margen de la modernidad con frecuencia son tan modernos como los otros y en algunos casos puede que sean más modernos.
El contraste entre esa pureza antimoderna que invocan algunos y la realidad ofrece numerosos ejemplos desternillantes: curas sin sotana que sacuden al Papa Francisco por moderno, mujeres tradicionalistas con minifalda que sin embargo consideran el velo un complemento chic, impugnadores de la misa moderna que terminan por no ir a ninguna misa y prefieren dedicar el domingo a las habituales sesiones de onanismo en internet, fieros guerreros contra el mundo moderno que lucen tatuajes y argollas y que se dedican profesionalmente al porno, acérrimos críticos del Concilio Vaticano II que hacen gala de su homosexualidad en internet, personas que claman contra el aborto sólo si el que lo practica no es de su tribu ideológica, lefebvristas fanáticos que consideran sagradas e intocables las peores innovaciones en materia familiar de Pablo VI, tradicionalistas antimasónicos que se entregan al gnosticismo con escasa vergüenza, furibundos antiliberales que creen que la religión y la sexualidad son un asunto privado, sedicentes reaccionarios que sacralizan la libertad de expresión y que no reconocen más autoridad que sus propias apetencias, que por lo general cambian al son de las modas en internet.
Los ejemplos son inagotables. Pero lo importante es que se atisba en muchos antimodernos un perfecto acople con el siglo (además, en sus manifestaciones más perversas) y un espíritu subversivo muy similar al de los anarquistas. La invocación a lo tradicional no pasa de ser un grito romántico o una elección estética sin ninguna concreción en la vida real. Al final es una especie de juego de rol, una forma de jugar a las tribus en el ámbito urbano de las muchas que ofrece el capitalismo sin Dios.
Así que cuidado con los que se presentan como "antimodernos" y con los que sólo muestran apego a las formas externas de la tradición, aunque por lo general también adulteran y convierten en un esperpento esas formas externas. Ni en ese aspecto externo son capaces de ser tradicionales. Pero en particular muchísimo cuidado con los que utilizan expresiones contradictorias como "revuelta contra el mundo moderno", que están sacadas de Giulio Evola, un gnóstico demoníaco que decía que el cristianismo destruyó el "mundo tradicional", es decir, la pederastia y otras costumbres precristianas que le resultaban gratas a dicho "pensador". El peor espíritu subversivo adora vestirse con ropajes tradicionales, quizá porque así camufla mejor sus intenciones.
Pero no quiero terminar mi escrito con una diatriba contra otras personas, lo que sería quizá un tanto moderno. Reconozco que yo también he incorporado algunos aspectos poco tradicionales a mi vida que intento moderar: excesiva dependencia de internet, poca vida familiar, tendencia a opinar de demasiadas cosas, cierto desprecio por la autoridad junto con una tendencia a glorificar a los rebeldes, ausencia de práctica religiosa durante algunas temporadas, ideologización de cuestiones políticas, sociales y religiosas en las que no debería entrar la ideología. Entre muchas.
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By Hispanorromano
Hace tiempo que quería abrir un hilo sobre este tema. Hay muchos autotitulados «patriotas» que se revuelven contra la propia patria. Y hay una derecha vendepatrias, que se vende a países extranjeros o que pone los intereses económicos por delante de la propia patria. Siempre ha existido ese tipo de derecha, aunque la cosa parece ir en aumento. Naturalmente, no se trata de blanquear a la izquierda, que en su mayor parte es antipatriótica y que no le tiene mucho cariño a la idea de España, por desgracia. Simplemente se trata de mostrar que en la derecha también cuecen habas y de ver si se le puede poner remedio.
No lo planteo como gran hilo para teorizar sobre el tema, pues tampoco lo acabo de tener claro, sino más bien para recoger ejemplos de esa derecha a la que la patria le importa tres cominos, pese a que apele con frecuencia a ella.
Algunos de estos ejemplos versarán sobre personas y grupos que presumen de «patriotas» y que se ubican ideológicamente en la extrema derecha. Pero no necesariamente. Por ejemplo, este fragmento que traigo hoy es de Antonio Burgos, un columnista de derecha moderada muy apreciado por el público conservador, tanto el que sigue votando al PP como el que se ha pasado a Vox.
El artículo de Antonio Burgos es una crítica a la sumisión que muestra Pedro Sánchez hacia Torra. La crítica, por tanto, es merecida y se puede decir que lleva razón en ese punto. El problema es que lo aliña con una serie de consideraciones sobre Estados Unidos que producen vergüenza ajena, a mi modesto entender:
Iré recogiendo ejemplos de este tipo. Podéis aportar los ejemplos que queráis y también podéis discutir los ejemplos que pongo si consideráis que no son acertados. (Puede que en ocasiones se me vaya la mano.) Ya digo que lo concibo como un hilo ligero, en el que se puedan aportar y discutir ejemplos, pero está abierto a todas vuestras reflexiones.
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