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Hispanorromano

Catálogo de xenofilias

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Creo que sería bueno elaborar un listado de las xenofilias que circulan en España al objeto de catalogarlas y estudiarlas, quizá por separado en hilos específicos. Estas xenofilias pueden ser ligeramente inocuas o pueden dar lugar a la constitución de una especie de quinta columna que trabaje, consciente o inconscientemente, para los intereses de una nación extranjera. Esas naciones extranjeras conocen la utilidad de esos sentimientos y por ello dedican recursos para promoverlos y para capitalizarlos en su provecho.

FRANCOFILIA

Es quizá la más antigua de todas las xenofilias. Desde la Ilustración y la Revolución Francesa, gran  parte de la opinión española gira en torno al país vecino. Tiene gran incidencia en los partidos liberales, especialmente en los de cuño más radical, que hacen gala de republicanismo, laicismo, anticlericalismo, etc. El posmodernismo ha influido mucho en la extrema izquierda. Pero, a mi juicio, Francia ha tenido también gran influencia sobre la extrema derecha. En algunos sectores del tradicionalismo se advierte una importante influencia de los legitimistas franceses y de otros sectores contrarrevolucionarios menos santos. De Francia viene la Revolución, pero también la reacción contra esa revolución, con lo que hasta cierto punto es normal esa influencia. Durante la Segunda República, los tradicionalistas no carlistas se agruparon en Acción Española, que era un calco, hasta en el nombre, de la Acción Francesa. En el ámbito religioso, quizá se ha prestado demasiada atención a la espiritualidad católica que venía de Francia y a fenómenos como el de la FSSPX, mientras que se desdeñaron fenómenos más genuinamente españoles como la Hermandad Sacerdotal Española, también tradicionalista pero que no cuestionaba tanto la autoridad papal.

Otras dos influencias, éstas claramente perniciosas, se extienden desde Francia a la extrema derecha española: por un lado, la derecha que juega con el gnosticismo y el ocultismo, cuyo exponente más conocido sería Guénon; por otro, la famosa Nueva Derecha y algunos precedentes como Gobineau, aunque yo diría que estos últimos en realidad constituyen el Partido Alemán en Francia.

ANGLOFILIA

La distingo de la americanofilia aunque con frecuencia se dan juntas. La anglofilia afecta también al liberalismo español, pero más bien a los sectores conservadores, a diferencia de la francofilia, que afectaba a los sectores más progresistas. De siempre ha habido en España un sector conservador que simpatiza con la flema y con el clasismo típicamente británicos. También hay anglofilia en la extrema derecha: unos, por racismo, admiran el tratamiento que los británicos dieron a los habitantes de sus colonias, lo mismo que admiran fenómenos británicos como el de las tribus urbanas, especialmente el de los cabezas rapadas y los ultras futboleros. Otros, desde un punto de vista católico, le prestan una excesiva atención a Chesterton y al Movimiento de Oxford. De repente, parece que dentro del pensamiento católico no existan más que Chesterton, Belloc, Evelyn Waugh, C. S. Lewis y el Cardenal Newman. Algunos llegan a cabrearse si la Iglesia no beatifica a Chesterton y lo tienen todo el día en los labios. Soy un apasionado lector de Chesterton, y de hecho tengo previsto traer al foro algunos de sus artículos menos conocidos, pero me parece un poco desmedido ese culto a Chesterton y a los intelectuales ingleses que se da en el catolicismo español. Sobra decir que hay una anglofilia transversal que se manifiesta en el uso constante del inglés y en su defensa como lengua vehicular en la escuela.

AMERICANOFILIA

Se puede dar en conjunción con la anterior filia o por separado. Inicialmente era la izquierda la que sentía mayor admiración por los Estados Unidos, la más importante república moderna y también fuente de toda clase de movimientos utópicos que a veces se plasmaban en comunas, con una libertad de costumbres sin igual. No en vano, Estados Unidos se constituyó inicialmente con toda suerte de herejes que no tenían hueco en Europa. Aunque ha decaído esta admiración por Yanquilandia, por su enfrentamiento con Rusia, la izquierda sigue importando buena parte de su ideario de los Estados Unidos.

La derecha era radicalmente antiyanqui: veía en Estados Unidos el gran enemigo de Hispanoamérica y el que nos usurpó los últimos restos del Imperio, pero también veía en este país el gran coloso de la modernidad inhumana, junto a Rusia. A partir de 1953, y quizá desde unos años antes, la derecha va abandonando esta animadversión contra Estados Unidos. Influye el giro de Franco, pero también la inundación de películas americanas y el hecho de que este país se promocione como el gran bastión contra el comunismo. La americanofilia también alcanza a la extrema derecha: en Estados Unidos hay toda suerte de chiflados racistas en los que encuentran inspiración. Admiran a Reagan; admiran a los vaqueros que lo solucionan todo a tiros (Hollywood marca la pauta); admiran la Segunda Enmienda y el ideal libertario; admiran el Sur racista y esclavista; y admiran a la masonería sana del KKK. Lo mismo que en la extrema izquierda, esta americanofilia no es incompatible con encendidas declaraciones verbales contra el imperialismo yanqui; en cuanto se despistan, empiezan a mascullar chulerías sacadas de la película de El Sargento de Hierro, te sueltan frases completas en inglés o se cuadran ante la bandera sudista. El subconsciente les delata.

Es quizá la más fuerte de todas las filias. De alguna manera, la política española gira en torno a la política americana. También el imaginario popular. Y la hegemonía de la cultura anglosajona viene de EEUU más que de Inglaterra.

GERMANOFILIA

Para la izquierda, Alemania siempre fue el país prometido del progresismo. Es verdad que en Alemania se gobernaba a base de taconazos, pero de ahí también venían el ecologismo, el nudismo, el vegetarianismo, el neopaganismo, la admiración por la India y tantas otras cosas que hoy son seña de identidad de la izquierda más lunática. También viene de Alemania la rebelión contra la Iglesia romana y una filosofía que se utiliza como ariete contra el cristianismo. Marx y Nietzsche son los grandes heraldos de la modernidad sin Cristo. Esta admiración progresista por Alemania se nubla un poco con la Segunda Guerra Mundial, sobre todo después de la ruptura del pacto Molotov-Ribbentrop, pero a día de hoy sigue fuerte. Porque gran parte de los libros de cabecera de la izquierda se escribieron originalmente en alemán. La izquierda sería impensable sin Alemania.

Hay también una germanofilia de derechas y otra de extrema derecha. La de la derecha se manifiesta en una admiración por la destreza técnica, la laboriosidad, la supuesta moralidad superior y la capacidad de progreso del pueblo alemán, frente a una supuesta incapacidad de los pueblos latinos. La admiración llega al punto de que basta anunciar un producto como alemán para que tenga éxito. La germanofilia de extrema derecha añade a lo anterior una admiración rendida por la raza aria, de la que los alemanes serían sus más genuinos representantes, por el militarismo prusiano, por el materialismo biológico, por el darwinismo social y por la eugenesia. Estos últimos tres aspectos también eran compartidos abiertamente por la extrema izquierda. Y en el fondo los siguen compartiendo, aunque más soterradamente porque ahora se asocian en el imaginario colectivo con el nazismo.

La cultura pop está llena de guiños a Alemania y al nazismo. Muchos grupos de rock, desde los Rolling Stones a los Led Zeppelin, han usado símbolos nazis como provocación estudiada. Hay multitud de foros y asociaciones que están dedicados al estudio de la Segunda Guerra Mundial, con especial énfasis en Alemania. Teóricamente estudian toda la guerra, pero se centran obsesivamente en Alemania y se saben hasta el más pequeño detalle de los uniformes. Aunque este estudio se haga desde presupuestos izquierdistas o neutros, hay en esta corriente una secreta admiración hacia Alemania, hacia sus valores estéticos y hacia sus supuestas virtudes guerreras.

Considero esta filia de las más preocupantes, sobre todo porque no se ha estudiado y ni siquiera se llega a reconocer su existencia.

RUSOFILIA

Inicialmente es la izquierda la que rinde culto a este país a raíz de la Revolución de 1917. Rusia se convierte en la patria de la izquierda, aunque sin abandonar del todo su admiración por Francia y por Alemania. Cerca de la Segunda Guerra Mundial y, en contraste con el comunismo soviético, cierta derecha manifiesta destellos de admiración por la antigua Rusia zarista. Pero estos destellos son relativamente raros y siempre hay una derecha que recuerda que los zares eran también bastante bárbaros. Caída la URSS y llegado al poder Putin, la izquierda sigue manteniendo la admiración por Rusia. Aunque Putin se presente a veces como un conservador y su régimen sea capitalista, la izquierda sigue viendo en Rusia un país que se contrapone al imperialismo yanqui y a todo lo que detestan.

Sin que la izquierda haya abandonando esta antigua simpatía, desde la llegada al poder de Putin se produce un fenómeno inesperado: la extrema derecha se hace rusófila, tanto o más que la izquierda. El fenómeno es mucho más visible a partir de 2010. De repente, en la derecha se habla mucho de de los zares, de Dostoyevski, de Bizancio, de la Tercera Roma, de Eurasia, de los rusos blancos que apoyaron al bando nacional en la Guerra Civil (aunque la mitad se pasó al bando rojo), de las bondades de la iglesia ortodoxa, del hondo conservadurismo cristiano que viene del Este y que será la salvación de Occidente. No faltan quienes dentro de la derecha revisan su concepción historiográfica de la URSS y le adjudican un papel muy positivo. Lo esquizofrénico de este cambio indica hasta qué punto la rusofilia es una corriente irracional que ha arraigado con fuerza en la derecha.

Al final quienes más se destacan en la rusofilia son los sectores más extremos del arco político, aunque no faltan rusófilos en los sectores intermedios. Considero esta filia bastante preocupante en la medida que no es reconocida ni abordada.

FILIAS CULTURALES

En este apartado no hablo de países concretos sino de culturas dispersas que tienen legiones de admiradores. Por un lado, existe un orientalismo que se puede manifestar en una admiración o querencia por la cultura musulmana, por la cultura judía o por las culturas y religiones del Oriente Lejano, con especial hincapié en el hinduismo y el budismo. Considero mucho más grave este último tipo de orientalismo, pues gran parte del pensamiento débil del actual Occidente se inspira en él y nadie lo combate.

Por otro lado, se da una eslavofilia de corte conservador que se manifiesta en admiración por los países eslavos que, como Polonia, se resisten a los embates de la modernidad (supuestamente). Cursa generalmente con rusofilia asociada, aunque lo más habitual es que, en caso de conflicto entre la eslavofilia y la rusofilia, se opte por esta última. Para una parte de la derecha los eslavos serían como los nuevos arios.

Y finalmente un nordicismo, que conjuga muy bien con la germanofilia y que se manifiesta en una admiración por todos los países del norte de Europa, por sus progresos técnicos y morales, y por sus virtudes raciales, en contraposición con el supuesto atraso de los países del sur, latinos o mediterráneos.

FILIAS PINTORESCAS O MENORES

Derechistas de corte libertario, al estilo Anxo Quintana, que ven en Suiza el país ideal. Jóvenes adictos a internet que están obsesionado con la cultura japonesa. Fanáticos desmelenados de Hungría a causa de Víktor Orbán. Cierta admiración por el Imperio austrohúngaro que, en lo que tenga de compatible con el Imperio español, no me parece mal. Admiración por Irán o por China derivada de la rusofilia geopolítica. Admiración por Israel como vanguardia antimusulmana y, como contrapunto en la izquierda, cierta obsesión por la causa palestina. Periódicamente surgen corrientes de admiración hacia países a los que se presenta como modélicos en algún aspecto (Islandia, etc.)

CARÁCTER NO EXCLUSIVO DE LAS FILIAS

Se da el caso de personas que cultivan una única filia. Pero lo más habitual es que se den varias filias en el mismo sujeto. Un caso corriente podría ser el de un militante ultraderechista que lleva imaginería del Tercer Reich al tiempo que ondea una bandera rusa y porta una pancarta con algún lema en inglés. Un caso más concreto sería el de César Vidal: ha hecho de su vida una defensa de Alemania y de la aberración protestante; pero lo mismo se fotografía con el sombrero de cowboy y la bandera sudista que con el típico gorro ruso, como muestra de su admiración por estas dos naciones y de su profundo desprecio por España.

Los que antecede es un resumen de las xenofilias que vengo captando en las últimas décadas. Puede que la enumeración no sea exhaustiva y puede que las descripciones de las filias no sean las más adecuadas. He dedicado tiempo a meditar sobre el tema, pero quizá no el suficiente, y por otra parte no he encontrado libros que aborden esta cuestión de forma monográfica, con lo que voy un poco a tientas. Por ello, no dudéis en rectificar los puntos que consideréis desacertados o en añadir los que falten. Abramos el debate. Una vez que delimitemos las filias, se pueden estudiar concienzudamente por separado, en hilos monográficos.


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Artículo muy interesante. Yo opino que es interesante conocer a fondo las naciones vecinas y copiar de ellas lo que tienen de bueno, así como estrechar lazos afectivos y culturales. 

Dejando de lado hispano-américa, deberíamos fijarnos en particular en el área europea de clara raíz católica: Francia, Italia, Portugal y Austria, creo que deberían ser todas "filias" nuestras. Deberíamos amar y admirar con prioridad a estas nuestras naciones vecinas, y en particular entender el italiano y el francés y preocuparnos por lo que en ellas acontece.

Solo después deberíamos fijarnos en el mundo anglo-germánico que ya es muy distinto al nuestro. 

Del mundo ortodoxo - oriental y del asiático, creo que tenemos muy poco o nada que aprender. 

 

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¿Cuál creéis que es la más potente actualmente?

A mí me da la impresión que que la anglofilia está muy fuerte aunque la evolución más dinámica la está teniendo la rusofilia, aunque ésta bastante más limitada en su espectro social.

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hace 10 horas, javier dijo:

Artículo muy interesante. Yo opino que es interesante conocer a fondo las naciones vecinas y copiar de ellas lo que tienen de bueno, así como estrechar lazos afectivos y culturales. 

Dejando de lado hispano-américa, deberíamos fijarnos en particular en el área europea de clara raíz católica: Francia, Italia, Portugal y Austria, creo que deberían ser todas "filias" nuestras. Deberíamos amar y admirar con prioridad a estas nuestras naciones vecinas, y en particular entender el italiano y el francés y preocuparnos por lo que en ellas acontece.

Solo después deberíamos fijarnos en el mundo anglo-germánico que ya es muy distinto al nuestro. 

Del mundo ortodoxo - oriental y del asiático, creo que tenemos muy poco o nada que aprender.

De acuerdo en que la "filia" hacia Portugal, Italia, Francia y Austria debe verse con ojos distintos por los rasgos religiosos y culturales que compartimos con ellos.

Y de acuerdo también en que no hay nada malo en fijarnos en lo que otras naciones tengan de bueno.

Quizá debí hablar de "manías" más que de "filias".

Muchas gracias por tu comentario.

hace 3 horas, Vanu Gómez dijo:

¿Cuál creéis que es la más potente actualmente?

A mí me da la impresión que que la anglofilia está muy fuerte aunque la evolución más dinámica la está teniendo la rusofilia, aunque ésta bastante más limitada en su espectro social.

En mi opinión, la más potente es la americanofilia, acompañada de anglofilia en muchos casos. Es la más potente por la inundación cultural que sufrimos desde esos países a través de la radio, el cine, la televisión e internet. Es casi un problema estructural: opera en la mayoría de nosotros aunque no seamos conscientes. Yo puedo ciscarme en la cultura yanqui, pero a la hora de la verdad me atrae más una canción pop yanqui que una ranchera mexicana. Por fortuna me voy dando cuenta del mecanismo.

La germanofilia y la rusofilia me preocupan porque no se ha tomado conciencia de ellas y no se han estudiado. Están ahí operando sin que nadie las reconozca. Y en el caso de la rusofilia tiene una maquinaría potentísima que opera sobre todo a través de internet y que está haciendo estragos en las derechas.

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hace 9 minutos, Vanu Gómez dijo:

ah, bueno, yo es que incluyo en lo anglo- tanto a su vertiente americana como en la europea.

Si, se podían haber metido en la misma categoría. Decidí mantenerlas por separado porque presentan rasgos distintos en algunos casos y a veces no coinciden en el mismo individuo. Por ejemplo, en el caso de Vox, son muy americanófilos pero son bastante reivindicativos con los ingleses por lo de Gibraltar. Luego hay chestertonianos anglófilos que no ven con buenos ojos a Estados Unidos, entre ellos el propio Chesterton. Los anglófilos puros suelen tener un aire más distinguido, casi aristocrático, mientras que los americanófilos suelen ser chabacanos y primarios.

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Amar y reconocer a las naciones vecinas, más que una opción es una obligación para cualquier católico, pero cuidado porque, una cosa es amar al prójimo y otra bien distinta tomar como bueno todo aquello que venga de él, por el simple hecho de compartir una raíz cultural común.

Amar a alguien significa procurar su bien de forma eficaz, y para esta misión siempre es necesario conocerlo. En este sentido y referido a otras naciones, amar a franceses o italianos como se ha propuesto, implica reconocerlos como semejantes, conocer su historia y trabajar por preservar todo lo bueno que puedan tener, pero también significa señalar y corregir todos aquellos errores que puedan haber cometido, y defender nuestra propia cultura de las posibles influencias que dichos errores puedan tener sobre lo que nos es propio e identifica como bueno.

Solo desde esa sana perspectiva se pueda amar eficazmente a otros, sean personas o naciones.

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Incluimos la Sinofilia en la que caen algunos como Alfredo Jalife y otros que quieren entregar Hispanoamérica a China, incluido alguno que le ha dado por el budismo. Atentos a sus pantallas a ver cuánto tardan en salir los Xin Ping Gonzáles igual que aparecieron los Wilson Jonathan.

Y la Islamofilia, en la que cae gran parte de la izquierda europea y global.

Se podría añadir la Indofilia de todos aquellos que se van a buscar espiritualidad al Ganges mientras apoyan el acoso a la Iglesia.

La Afrofilia se practica desde la sobrevaloración de lo santero, el vudú y el candombé en sitios como Cuba y Brasil.

 

Las más peligrosas son la francofilia española y quizá argentina, la anglofilia portuguesa, y la americanofilia mexicana, brasileña y filipina.

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hace 18 minutos, Gerión dijo:

Incluimos la Sinofilia en la que caen algunos como Alfredo Jalife y otros que quieren entregar Hispanoamérica a China, incluido alguno que le ha dado por el budismo.

Y la Islamofilia, en la que cae gran parte de la izquierda europea y global.

Se podría añadir la Indofilia de todos aquellos que se van a buscar espiritualidad al Ganges mientras apoyan el acoso a la Iglesia.

La Afrofilia se practica desde la sobrevaloración de lo santero, el vudú y el candombé en sitios como Cuba y Brasil.

 

Las más peligrosas son la francofilia española y quizá argentina, la anglofilia portuguesa, y la americanofilia mexicana, brasileña y filipina.

La atracción hacia China la mencioné como una filia menor derivada de un posicionamiento geopolítico favorable a Rusia. Pero tienes en razón en que con el auge de China quizá tiene la suficiente entidad propia, no necesariamente vinculada a Rusia, para dedicarlo un apartado propio.

La islamofilia y la indofilia las consideré dos vertientes del orientalismo. La indofilia también fascina a la derecha anglogermánica. De ahí viene todo el rollo ese de la raza aria, etc.

Tienes razón en que la afrofilia es peligrosa en Cuba y en Brasil.

La francofilia ha sido históricamente peligrosa en España, y lo sigue siendo, incluso en las derechas. Pero yo diría que en la actualidad ha sido superada por la americanofilia y la anglofilia. De alguna manera vamos al son que marca EEUU.

¿Dónde dejamos la germanofilia? A mi juicio su peligrosidad deriva de su no reconocimiento y de su carácter un tanto subterráneo. De los anglófilos y de los francófilos en España se ha hablado largo y tendido; de la germanofilia no.

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hace 11 minutos, Hispanorromano dijo:

La atracción hacia China la mencioné como una filia menor derivada de un posicionamiento geopolítico favorable a Rusia. Pero tienes en razón en que con el auge de China quizá tiene la suficiente entidad propia, no necesariamente vinculada a Rusia, para dedicarlo un apartado propio.

La islamofilia y la indofilia las consideré dos vertientes del orientalismo. La indofilia también fascina a la derecha anglogermánica. De ahí viene todo el rollo ese de la raza aria, etc.

Tienes razón en que la afrofilia es peligrosa en Cuba y en Brasil.

La francofilia ha sido históricamente peligrosa en España, y lo sigue siendo, incluso en las derechas. Pero yo diría que en la actualidad ha sido superada por la americanofilia y la anglofilia. De alguna manera vamos al son que marca EEUU.

¿Dónde dejamos la germanofilia? A mi juicio su peligrosidad deriva de su no reconocimiento y de su carácter un tanto subterráneo. De los anglófilos y de los francófilos en España se ha hablado largo y tendido; de la germanofilia no.

La germanofilia fue durante mucho tiempo el pecado precisamente de los tradicionalistas (frente a la anglofrancofilia de los liberales) por el "problemilla original" de constitución imperial hispánica a través de la Casa de Austria. En la Primera Guerra Mundial se vio, creo que Vázquez de Mella apostaba por los Imperios Centrales. Aún coleaba en tiempos de la Segunda con nuestra España posicionándose cercana al Eje. Hoy tenemos germanofilia sobre todo en el progresismo rojiecologista bicicletero que señalaste, pero también en el nazismo tractopujolista que ya apesta de puro viejo.

A pesar de todo lo que he despotricado contra Alemania, diría que de todas formas su momento ya pasó, sobre todo porque fue destruida por el resto de bloques. En este siglo a menos que se conviertan en Turquía 2.0, demográficamente se van para abajo y sus energías de pensamiento están más que agotadas. En el proyecto europeo sirven de vacas lecheras y no parecen buenos líderes, se ha visto con la Puigdemontada, aunque por tamaño aún les correspondería el puesto.

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Por añadir algo al hilo, ha de decirse que cada una de las filias corresponde con una religión diferenciada, con una cosmovisión, objetivos, arquitectura e instituciones diferenciadas de la religión católica:

Francofilia-> Religión iluminista (diosa Razón)

Anglofilia->Religión anglicana

Germanofilia-->Religión luterana

Americanofilia->Religión calvinista puritana y "American Civil Religion" (ACR)

Rusofilia-> Religión cristiana ortodoxa, en tiempos religión materialista (Diamat)

Islamofilia->Religión islámica

Sinofilia->Religiones tradicionales chinas, budismo, y religión imperial china (culto al Imperio celeste)

Indofilia->Religión hindú

Afrofilia->Religiones animistas africanas

Nordicismo->Religión pagana nórdica

Judeofilia->Religión judía

Indigenismo->Religiones precolombinas

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hace 2 minutos, Gerión dijo:

La germanofilia fue durante mucho tiempo el pecado precisamente de los tradicionalistas (frente a la anglofrancofilia de los liberales) por el "problemilla original" de constitución imperial hispánica a través de la Casa de Austria. En la Primera Guerra Mundial se vio, creo que Vázquez de Mella apostaba por los Imperios Centrales. Aún coleaba en tiempos de la Segunda con nuestra España posicionándose cercana al Eje.

A pesar de todo lo que he despotricado contra Alemania, diría que de todas formas su momento ya pasó, sobre todo porque fue destruida por el resto de bloques. En este siglo a menos que se conviertan en Turquía 2.0, demográficamente se van para abajo y sus energías de pensamiento están más que agotadas. En el proyecto europeo sirven de vacas lecheras y no parecen buenos líderes, se ha visto con la Puigdemontada, aunque por tamaño aún les correspondería el puesto.

No creo que el apoyo a Alemania de algunos sectores tradicionalistas y falangistas en las dos guerras mundiales estuviese determinado por una germanofilia de fondo. Creo que era posición coyuntural. No había un afecto real hacia Alemania ni una sintonía ideológica, aunque sí podía haber cierta simpatía por la Austria católica.

El caso es que los alemanes mandan en la Europa actual. O sea, que algún peso sí que tienen aunque hayan renunciado teóricamente a campañas militares en el extranjero. De todas forma, el peligro de germanofilia, más que por la posibilidad de una invasión militar, viene dado por el potencial antihispánico que conlleva, como vimos en el caso de Villacañas (izquierda) y César Vidal (derecha), o como vemos en los burbujistas germanófilos que se refieren despectivamente a los españoles.

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Ocurre también que muchos de todos estos xenofílicos no aguantarían ni dos días en cualquiera de esas sociedades admiradas. Por ejemplo, la autocrítica constante es impensable en muchas sociedades asiáticas y germánicas que jamás fueron imperiales, por lo que andar cagándose en el político de turno se ve con malos ojos. El "dulce inadaptado" es en cierta forma algo muy español o al menos así quiero verlo a veces. Ni que decir tienen otros temas esquizofrénicos como el del progresismo y su islamofilia.

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Creo que para "reconciliarse" ni si quiera un poco con la injerencia cultural extranjera y nuestras propias filias y fobias (a veces creo que hay mucha más francofobia y germanofobia que francofilia y germanofilia), es necesario reconocer un "fair play" en la competencia por la hegemonía cultural.  

Con la adecuada escala de valores es sano y no induce al complejo de inferioridad.

Sobre todo, en mi opinión, para distinguirlo de las malas artes que utilizan (eso creo al menos) agencias de inteligencia extranjeras para sembrar discordias en otras naciones, dividirlas y establecer un nuevo status quo controlado (operaciones de cambio de régimen). Esto, que se ha venido en llamar guerra informativa (information warfare), se basa en la mentira y la manipulación para generar odios y es algo muy diabólico. 

¿Que opináis de lo que está aconteciendo ahora mismo en Hong Kong?

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hace 20 minutos, javier dijo:

Creo que para "reconciliarse" ni si quiera un poco con la injerencia cultural extranjera y nuestras propias filias y fobias (a veces creo que hay mucha más francofobia y germanofobia que francofilia y germanofilia), es necesario reconocer un "fair play" en la competencia por la hegemonía cultural.   

Con la adecuada escala de valores es sano y no induce al complejo de inferioridad.

Sobre todo, en mi opinión, para distinguirlo de las malas artes que utilizan (eso creo al menos) agencias de inteligencia extranjeras para sembrar discordias en otras naciones, dividirlas y establecer un nuevo status quo controlado (operaciones de cambio de régimen). Esto, que se ha venido en llamar guerra informativa (information warfare), se basa en la mentira y la manipulación para generar odios y es algo muy diabólico. 

Disculpáme Javier pero, no entiendo a qué te refieres con la expresión remarcada en negritas. Yo la traduzco con "juego limpio", y por ello no la entiendo en el contexto del mensaje.

No creo que a día de hoy, exista juego limpio alguno en la geoestrategia de las naciones por la hegemonía cultural en el mundo, dada la estructura de pecado en la que se asientan.

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      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





        • Excelente 25 puntos positivos y de mejora)
      • 32 respuestas
    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
        • Extraordinario (100 puntos positivos y de mejora)
    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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