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Rusia, la Roma bolchevique (El jardí de Klingsor)

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Pego aquí una traducción del catalán, hecha por mí, de un texto que me dio a conocer el amigo Hispanorromano. El artículo original en catalán puede encontrarse en el siguiente enlace del blog llamado "el jardí de Klingsor": https://jardideklingsor.wordpress.com/2019/06/29/russia-la-roma-bolxevic/.

El texto trata ciertos aspectos del carácter ruso, y de la relación entre el mismo y el carácter que podríamos llamar occidental o europeo. Me parece un artículo bastante meritorio y razonado, alejado de la mayoría de simplismos y lugares comunes que abundan en el debate político actual. Como tesis principal del mismo, si se me permite el resumen, se sostiene que existe una suerte de trasfondo esencial en el carácter ruso, que marca una diferencia esencial con el mundo occidental, que trasciende el intervalo bolchevique, esto es, ya estaba presente durante el zarismo y sigue estándolo actualmente. Así, por ejemplo, la Revolución Rusa no podría entenderse solamente como una calamidad aislada en la historia de Rusia, sino que ésta toma ciertos elementos del carácter nacional ruso que ya existían durante el zarismo. Sin ser la tesis novedosa en su totalidad, pues ya la hemos discutido algunos aspectos de la misma anteriormente en este foro*, sí lo son, hasta donde mi conocimiento alcanza, varios de los argumentos en los que se sostiene.

*véase, por ejemplo:

Las tesis son avaladas con una envidiable erudición de la que muchos carecemos, lo que, junto con la señalada indudable originalidad que inspira el texto, hacen que se trate de una lectura, a mi juicio, de enorme interés. Habiendo dicho esto, debo añadir también que no comparto necesariamente todos los puntos de vista que ahí se exponen. En particular, el autor parece sostener una especie de europeísmo en el que yo desde luego no creo y que, por tanto, sólo aceptaría muy a regañadientes como mal menor y no con convencimiento ideológico. Tampoco me sumo a las alabanzas deslizadas al Imperio austrohúngaro y al mundo germánico en general. En cualquier caso, estos aspectos no afectarían el núcleo de la tesis del autor.

Tras este preámbulo, he aquí el texto:

Cita

La Rusia de Vladimir Putin es una de las sorpresas geopolíticas del siglo XXI. Tan sorprendente como la eficaz política del Kremlin en Oriente Medio resulta el hecho de que el régimen del antiguo agente soviético se haya convertido en el faro de la derecha populista euroescéptica. Le Pen, Salvini, Orbán y otros nacionalistas revolucionarios vagamente conservadores se encuentran a gusto con la falta de claridad y la promiscuidad ideológica que emanan de la Rusia post-soviética y el tardocomunismo (pensemos en el idilio entre Honecker y Federico el Grande de Prusia). La influencia de personajes como Aleksandr Dugin en el desorden populista de la alt-right es innegable. Incluso conservadores de verdad, como Juan Manuel de Prada, se han referido al carácter del alma rusa, a raíz de la emisión de la serie Chernóbil, como una suerte de bastión de las esencias tradicionales contra fenómenos tan lamentables como la burocracia impersonal, la sociología experimental y el cientificismo. No obstante, la Rusia actual ni es conservadora ni puede servir de referente para Europa.

 

El antagonismo entre Rusia y Europa empezó cinco siglos antes de la Reforma protestante, al producirse el cisma de Oriente. Moscú no deja de ser la tercera Roma, la legítima sucesora, en términos religiosos y dinásticos, del Imperio bizantino, heredero, a la vez, de la Roma pagana y anticristiana. La aristocracia romano-oriental supuso un retorno a las formas y nociones del paganismo: el dominus et deus de Diocleciano, el primer “califa”, en palabras de Oswald Spengler. Las carnicerías del reformador de Roma recuerdan a la política religiosa del zar Nicolás I, que trató de borrar del Imperio ruso las minorías religiosas, y contrastan con la tolerancia de los emperadores occidentales, que, en tanto que simples fieles de la Iglesia, no impusieron nunca una teocracia a sus súbditos, a quienes tenían que proteger y respetar con indiferencia de la fe que profesaban. La tolerancia religiosa del Imperio austrohúngaro contrasta con el antisemitismo y los pogromos que promovía activamente el aparato estatal zarista.

 

El surgimiento del bolchevismo, uno de los totalitarismos más violentos de la historia, lejos de una ruptura radical con los dos siglos previos de la historia de Rusia, fue su consecuencia directa. Pedro el Grande, y no Lenin, es el gran revolucionario ruso. Un país que sólo tenía salida al mar durante seis meses a través del puerto ártico de Arcángel, donde las ciudades eran desbarajustes de madera y los nobles, analfabetos consagrados a la caza y a la bebida, devino, en cuestión de décadas, en una de las grandes potencias militares y navales europeas. La aristocracia se civilizó y se afrancesó; no de forma drástica sino progresivamente, como evidencia el diario de viaje de Jacobo Francisco Fitz-James Stuart y Burgh, duque de Liria y Jérica y embajador español en Rusia de 1726 a 1730, en el cual encontramos perlas sobre Pedro II, nieto del Grande, como: “El Czar no puede ver la mar ni los navíos, y ama con pasión la caza; aquí [San Petersburgo] no hay, y en Moscou hay en abundancia; con que nadie duda que una vez ahí, difícilmente volverá acá”. La camarilla de los alemanes bálticos, descendientes de los caballeros teutones, garantizó, sin embargo, la permanencia de Rusia en Europa. Catalina la Grande, no lo olvidemos, era antes de nada princesa de Anhalt-Zerbst.

 

El idilio de un siglo entre Rusia y Occidente se rompió en 1812. Tolstói lo explica bien en el segundo epílogo de Guerra y Paz: “En 1789 se produce en París un movimiento insurreccional que crece y se extiende hasta plasmarse en la marcha de los pueblos de occidente hacia oriente. [...] En 1812, el movimiento llegó a su límite máximo, Moscú”. La reacción rusa se desató después de la revuelta decembrista, las revoluciones de 1848 y, sobre todo, la derrota en la Guerra de Crimea. El Imperio, que hasta entonces era un miembro activo de la comunidad europea, se desvió hacia Asia. El objetivo no era tan sólo configurar un nuevo espacio imperial, sino también proteger a la sociedad rusa de la influencia occidental; mejor dicho, de la Revolución Francesa. De todos modos, uno de los ideólogos del proyecto, Konstantín Leóntiev, era consciente de que el Imperio ruso llevaba dentro de sí el mal que lo abocaría al Anticristo: “La sociedad rusa, que ya es igualadora en sus costumbres, recorrerá con mayor rapidez que todas las otras sociedades el camino fatal de la confusión. Quién sabe si nosotros, igual que los judíos que dieron a luz inesperadamente al creador de una nueva doctrina, entregaremos súbitamente al mundo el «anticristo», que nacerá de las entrañas de nuestro sistema político, que en primer lugar rechazará toda diferencia de clases y en segundo lugar romperá con todos los principios religiosos”.

 

Los demonios de Dostoyevski, célebre anti-occidental, son un testimonio excepcional de cómo se iba incubando, en las entrañas de la autocracia religiosa moscovita, el demonio del bolchevismo. Los radicales y los nihilistas rusos de 1860 y 1870, claves en la articulación del Partido Social-Revolucionario —verdadero responsable de la Revolución de 1917—, manifestaban un trasfondo ortodoxo evidente. Isaiah Berlin lo expresó con claridad: “Sus raíces se hunden profundamente en la imaginación religiosa de la humanidad y, por lo tanto, no hay nada de sorprendente en que esta visión secular muestre grandes afinidades con la fe de los Viejos Creyentes rusos, para los cuales el Estado ruso y sus gobernantes, en particular Pedro el Grande, representaban el Imperio de Satanás sobre la tierra”. La Unión Soviética, al menos en sus inicios, sólo fue una evolución lógica del zarismo: se mantuvieron las políticas de rusificación, la Ojrana dio paso al KGB y la pirámide social no cambió de forma: el orden férreo de la clase autocrática bizantina y las llamativas cúpulas del Kremlin, que evocan las de Santa Sofía.

La Rusia de Putin es heredera de la Bizancio cismática y de las palabras de Lucas Notaras: “prefiero ver el turbante musulmán en la ciudad antes que la mitra latina”. Si bien los intereses del Kremlin han derivado lógicamente hacia Oriente Medio y Asia Central, Putin promueve activamente una Europa de taifas incapaz de hacerle frente. El camino de la Europa carolingia, cristiana y romano-germánica pasa necesariamente por el restablecimiento de nuestro orden imperial. Sólo así podremos desenmascarar a los Viduquindo y Bulcsú modernos y arrancarles las bolsas llenas de sólidos refulgentes que los agentes de Putin les han entregado. En caso contrario, quién sabe si los cosacos volverán a abrevar sus caballos en el Sena como en 1814.

https://jardideklingsor.wordpress.com/2019/06/29/russia-la-roma-bolxevic/

 


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Me sumo a tus reservas sobre el Imperio austrohúngaro y en general sobre el mundo germánico.

Tampoco creo que se deba dar por bueno eso de que Rusia es la heredera de Bizancio o, peor, la Tercera Roma. Eso no deja de ser un formulación propagandística de un monje beodo a la que se ha prestado demasiada atención en Occidente. Sintiéndolo mucho por los buenos rusos que sin duda hay, su relación con Roma sería la misma que la de los hunos. Pero también entiendo que hablar de la Tercera Roma tiene lógica dentro del plan del autor de mostrar que la concepción rusa del Estado tiene cierta vinculación con el paganismo romano y su cesaropapismo.

Al margen de estas pequeñas reservas, me parece un artículo excelente, de gran erudición y de gran perspicacia histórica, que no puedo más que aplaudir. También me parece un artículo valiente, pues se atreve a abordar cuestiones que en las últimas décadas han pasado a ser tabú dentro de la derecha.

Sería genial poder contar con la participación de Klingsor y conocer más en detalle sus opiniones. Parece una persona que se documenta de lo que habla y emite juicios independientes al margen de los diversos rebaños digitales. Hacen falta más personas así, aunque alguno de sus juicios por ejemplo, el que formula sobre el falangismo en otro de sus artículos me puedan parecer desacertados. Lo importante es que sea una persona independiente y con criterio.

Tu traducción es magnífica, elprotegido. Y debo darte las gracias por el esfuerzo de traducir este texto. Yo lo leí en catalán y, aunque lo comprendí en su esencia, algunas cosas se me escaparon, por lo que me ha venido de perlas tu traducción. Pero también es bueno que el público castellano conozca el texto. Has sido muy amable al traducirlo.

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Los roces del mundo hispánico con el rusobizantino son los que son, primero por el Cisma ortodoxo que es pura política, después en las aventuras de los almogávares en Oriente (si no recuerdo mal, creo que el Rey de España podría reclamar el trono del Imperio de Oriente si quisiera), luego por el control de Alaska, y finalmente por la usurpación de cierto sector patriótico de izquierdas que siempre fue sovietista.

Pero en lo que es a día de hoy, aparte del consabido control ruso de ciertos grupos identitarios proeurasiáticos, veo mucho más peligro en el progresismo de raíz occidental que en el eurasismo (PSOE 40% de intención de voto, más Cs, más PP... comparemos con los identitarios que ni en VOX suman mayoría). En filosofía, igual que en la guerra, hay que saber dónde está el enemigo.

No comparto esa conceptualización de Occidente como un todo unitario. Occidente como poco son cuatro bloques:

1. El Occidente real, la Roma de entonces, la Cristiandad del Medievo, la Hispanidad de ahora, está fragmentado y sometido,

2. La Horda anglosajona, heredera directa de las razzias que las tribus de anglos y sajones perpetraron sobre Britania, y que han continuado por el resto del Orbe, aunque hayan intentado maquillarla de imperio de vez en cuando (victorianos, usanos post SGM).

3. Los separatistas luteranogermánicos, que también se construyen contra Occidente desde la Reforma, continuados por el idealismo alemán, creo que siguen teniendo presa a la vertiente germanocatólica encarnada en su día en los otónidas y los austrohúngaros. 

4. Los revolucionarios franceses y todas sus influencias (Italia, etc.), nuevamente se construyen contra Occidente, desde su mismo núcleo que fue la hiperpoblada Francia.

La UE puede entenderse de tres formas:

1. De forma que son los luteranos y los revolucionarios quienes la manejan. Esta forma de entendimiento sólo puede llevar a la necesaria destrucción de la UE puesto que está manejada por la pura maldad, y sólo es un poder diluyente de España y por tanto, de los últimos rescoldos de los disminuidísimos depositarios políticos de la Verdad. Es la postura en general de la Escuela de Oviedo.

2. De forma que no hay nadie que la maneja realmente, sino que es un endeble e incoherente constructo con múltiples influencias. Aquí la cosa es salvable por pobre. Es la postura de Elvira Roca cuando habla de la UE como "Frankenstein que hay que conservar".

3. Ver en la UE un "algo católico" es la postura de gran parte del jesuitismo en general y de tipos como PPCC, en general de la masonería. La figura del mago Klingsor aparece una y otra vez en el esoterismo de tipo gnóstico y tiene un tufillo más que característico. Para muchos esto no es más que la típica estratagema masónica de confundir y manejar al interlocutor (en este caso, subsumir el mundo católico en el Mega-mundo masónico). El progresismo católico está mucho más cerca de esta postura que el hispanocatolicismo clásico, que ve en Europa todo lo contrario a la Cristiandad. Desde Elías de Tejada con su Europa de las Cinco Rupturas, hasta Gustavo Bueno en su España contra Europa. Geopolíticamente, se ha comentado que la Hispanidad como heredera del Reino de Asturias se enfrenta a los carolingios, la futura gran Europa, desde tiempos de la batalla de Roncesvalles. Miguel Ayuso y los carlistas ya decían que la Hispanidad está constituida como ese "resto" de la Cristiandad, derrotado en batalla, mientras que Francia se construye como su negación.

Esta última postura tiene el pequeño inconveniente de que si lo carolingio es lo católico, entonces lo hispánico sólo puede resolverse y constituirse a través de su secesión de lo católico, entendiendo que lo católico ha dejado de ser católico para entrar en comunión con Lucifer a través del control de las logias, por lo que el deber sería restituir la Iglesia a través del Imperio hispánico, teniendo la intervención de Carlos en Roma echando a los franceses como antecedente inmediato. Entiendo que el hispanocatolicismo está enfrentado al eurocatolicismo (o franco-nocatolicismo) en este aspecto.

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Sobre la supuesta concordia entre cismáticos orientales y católicos con la que tanto se insiste en ciertos sectores, es de interés el hilo abierto por Hispanorromano en el foro donde se muestra una realidad que, como viene siendo habitual, suele ser demoledora frente a constructos varios:

 

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En 6/8/2019 a las 11:24, Gerión dijo:

Los roces del mundo hispánico con el rusobizantino son los que son, primero por el Cisma ortodoxo que es pura política, después en las aventuras de los almogávares en Oriente (si no recuerdo mal, creo que el Rey de España podría reclamar el trono del Imperio de Oriente si quisiera), luego por el control de Alaska, y finalmente por la usurpación de cierto sector patriótico de izquierdas que siempre fue sovietista.

Pero en lo que es a día de hoy, aparte del consabido control ruso de ciertos grupos identitarios proeurasiáticos, veo mucho más peligro en el progresismo de raíz occidental que en el eurasismo (PSOE 40% de intención de voto, más Cs, más PP... comparemos con los identitarios que ni en VOX suman mayoría). En filosofía, igual que en la guerra, hay que saber dónde está el enemigo.

No se niegan los otros enemigos. Se pueden abrir hilos sobre el problema inglés, el problema yanqui, el problema francés y el problema alemán. El hilo que tú abriste sobre la filosofía alemana está funcionando como una especie de argumentario contra la nación alemana y lo mismo se puede hacer con las restantes naciones. Yo aportaré gustosamente en esos hilos, como vengo haciéndolo en el hilo sobre la filosofía alemana.

No creo que sea un problema menor el de Rusia. Históricamente no tuvimos mucho contacto con ellos pero con la globalización cambian las cosas. La influencia de Rusia no se circunscribe a los identitarios sino que también abarca a la extrema izquierda (IU y Podemos) y a sectores en teoría moderados (senadores del PP en nómina de Rusia, sectores del PSOE que querían nombrar a Pedro Baños). Yo diría que la influencia de Rusia es transversal aunque se haga sentir más en los extremos.

Y es un error identificar a los occidentalistas como progres y a los rusófilos como antiprogres. Hay de todo en todas partes. Rusia también promueve el progresismo y no hay más que visitar RT o Sputnik para darse cuenta de ello: promocionan el aborto y la homosexualidad cuando les conviene; promocionan a un tiempo el inmigracionismo y el antiinmigracionismo para crear conflictos en las naciones occidentales.

Aunque la influencia de Rusia se redujese a la extrema derecha, seguiría siendo un problema muy grave, ya que precisamente están desnaturalizando a esa extrema derecha y están haciendo que defienda cosas que van contra sus propios intereses nacionales. Como es el caso de los supuestos patriotas españoles que simpatizan con el terrorista antiespañol de El Paso o que se refieren al hispanismo como hispanchismo y a España como Hezpaña. Si han logrado subvertir el patriotismo español de tal manera, tenemos un problema muy serio con Rusia.

Pero también están subvirtiendo el catolicismo, hasta el punto de que algunos sectores católicos prefieren a la iglesia ortodoxa o dicen que hay que hacer más caso a Putin que al Papa. Y aquí entramos en otro problema: puede que España no haya tenido grandes choques con Rusia a lo largo de su historia, pero Rusia y su particular vertiente de la "ortodoxia" están mortalmente enfrentadas, desde su fundación, a todo lo que significa Occidente, lo que incluye en lugar destacado el catolicismo, contra el cual no han dudado en aliarse con los protestantes. Y por cierto, mucho cuidado con la pinza ruso-germánica, que ya la han liado varias veces.

En todo caso, como te decía, podemos abrir hilos para tratar específicamente el problema inglés, alemán o francés, y el de sus respectivas quintas columnas en España. Yo mismo he pensado en abrirlos en algún momento, aunque al final no tomase la iniciativa.

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Yo estoy de acuerdo con ambos, Gerión e Hispano. Por un lado, la influencia rusa cualitativamente es menor a la de otras potencias, por el otro la progresión de esta más los sectores donde está incidiendo y subvirtiendo es muy preocupante.

Como sabéis yo tengo desde hace bastante tiempo simpatía por el tradicionalismo político español y estoy viendo con amargura cómo se están dejando camelar y empapar por ese foco. No los hacía tan flojos como estoy viendo y, la verdad, es algo que me tiene preocupado.

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hace 2 horas, Vanu Gómez dijo:

la influencia rusa cualitativamente es menor a la de otras potencias

Eso es cierto pero, cuidado. Que comparativamente otras potencias tengan una mayor influencia, no significa que la de Rusia sea menor o en cierto modo esté focalizada solo en un sector político. Como bien ha mencionado Hispanorromano, su influencia es transversal y se hace sentir en muchos sectores. Los de Putin tienen una clara aspiración expansionista y por ello les conviene una Europa debilitada y una Hispanidad favorable a sus intereses en la región, con lo que España queda en el centro de una pinza de intereses que en modo alguno nos conviene. Con que cuidado con Rusia porque no sería la primera vez que nos pone el ojo encima y acabamos de mala manera debido a su interés expansionista y su influencia.

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hace 3 minutos, Español dijo:

Eso es cierto pero, cuidado. Que comparativamente otras potencias tengan una mayor influencia, no significa que la de Rusia sea menor o en cierto modo esté focalizada solo en un sector político. Como bien ha mencionado Hispanorromano, su influencia es transversal y se hace sentir en muchos sectores. Los de Putin tienen una clara aspiración expansionista y por ello les conviene una Europa debilitada y una Hispanidad favorable a sus intereses en la región, con lo que España queda en el centro de una pinza de intereses que en modo alguno nos conviene. Con que cuidado con Rusia porque no sería la primera vez que nos pone el ojo encima y acabamos de mala manera debido a su interés expansionista y su influencia.

Sinceramente no me preocupa en exceso las intenciones que pueda tener Rusia, lo que sí me preocupa es la traición canallesca que se percibe entre gente que se dice patriota, Eso sí que lo veo preocupante y el verdadero problema porque quien hace eso por rublos también lo hará en cualquier otra moneda.

El problema gordo son los traidores... más que el comprador de turno al que se han vendido.

A mí no me parece menos grave quienes están vendidos ya a la anglada, o a los carolingios, etc, etc. Al contrario.

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Históricamente ha sido menor la influencia rusa, pero ahora mismo no creo que sea cualitativamente menor. Queda claro que la principal influencia es la cultura anglosajona que emana sobre todo de EEUU. Los españoles adoptamos la lengua, las costumbres y el modo vida de Yanquilandia.

Pero dicho esto, no conozco a mucha gente que se informe en la cadena estatal de Francia o siquiera en la BBC. En cambio conozco a mucha gente que sólo se informa en RT, Sputnik y derivados.

No conozco a mucha gente que diga que la solución es ponerse al servicio de Francia o de Inglaterra. En cambio, conozco a mucha gente que sostiene que la solución pasa por ponerse al servicio de Rusia y a algunos que, en el colmo del delirio, llegan a pedirle a Putin que invada España o que nos tire una bomba nuclear.

Son sólo dos ejemplos. Por otra parte, hay que tener en cuenta que Rusia últimamente trabaja en colaboración con EEUU en algunos temas, por lo que esas dos potencias tienen montado un doble frente para debilitar a Europa y a España.

Podemos abrir hilos sobre el Partido de Francia, el Partido de Inglaterra o el partido de Alemania, para analizar las influencias de esos países sobre España y a través de qué quintacolumnistas las ejercen.

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hace 16 minutos, Vanu Gómez dijo:

Sinceramente no me preocupa en exceso las intenciones que pueda tener Rusia, lo que sí me preocupa es la traición canallesca que se percibe entre gente que se dice patriota, Eso sí que lo veo preocupante y el verdadero problema porque quien hace eso por rublos también lo hará en cualquier otra moneda.

Sí, es verdad que lo peor es la traición. Rusia busca sus intereses; lo peor son los españoles que se dejan seducir o que se venden. Como bien dices, quien se vende por rublos se terminará vendiendo en cualquier otra moneda. De hecho, muchos de los que cobran en rublos cobraban antes en otras monedas. Y muchos de los que se han vuelto fanáticos rusófilos tienen una rendida admiración por el mundo anglosajón y germánico que procuran compatibilizar con sus nuevos fervores.

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El quid de la cuestión, es que si lo que tiene que ser la reacción a la hegemonía progresista/izquierdista/comunista resulta ser ponerse al servicio de una potencia extranjera (y no cualquiera, sino precisamente una la que más hizo y hace para divulgar el progresismo en occidente como maniobra de subversión) salimos de la sartén para caer directamente en el cazo.

Es importante que esa reacción necesaria al actual estado de cosas nazca de la verdad y la pureza de ideales, no del nihilismo destructivo, de la disidencia por la disidencia y del simple odio. Por eso, aún sabiendo que nada puede ser perfecto, hay que intentar contribuír al buen encauzamiento de esa reacción, y que ésta transcurra como un río caudaloso pero dentro de sus márgenes y no como una riada que arrase hasta los cimientos. En cambio, desde la perspectiva de quien es adversario de España o de Europa, la riada es lo que interesa.

Los que, aún con buenas intenciones, pretenden apoyarse en ciertas potencias extranjeras para derribar el orden actual, esperando tomar el poder entre el caos consiguiente, están en realidad jugando con fuego y no pasarán de tontos útiles, como hemos visto tantas veces en la historia.

 

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Yo diría que la influencia más perniciosa en España es la de Alemania, a través del orteguianismo del PSOE, seguida de la de Francia por su descaradísimo control de Ciudadanos, también históricamente porque el Estado español se ha construido siguiendo el modelo francés. De todas formas al profederalismo actual lo veo más alemanoide que otra cosa, mientras que la cultura luciferina progre es francesa, o franconorteamericana (el progresismo inoculado por la posmodernidad en las Costas usanas).

Hubo un apestoso arranque proanglo por parte del PP de los "liberales" tipo aguirristas, seguido malamente del seguidismo neocon de VOX, razón por la que ha pinchado, pero creo que la anglofilia en nuestro país está contenida y no llegará a más. No se puede decir lo mismo, sin embargo, de países como Chile, Brasil, Portugal o México. Sólo por esto último se puede plantear una alianza con los carolingios, para contener lo anglo fuera de América, pero en lo que es la Península, las cosas son distintas. Por lo que dicha alianza con los carolingios jamás puede considerarse como "estructural" sino un mal trago que tenemos que aceptar por una determinada situación geopolítica.

Comparado con todo esto, el rusismo de ciertos sectores de frikis y de tradicionalistas se me antoja una curiosidad. Es tan relevante como la germanofilia de los neonazis, numéricamente no son, ni serán nada, o el sovietismo ya muy diluido de algunos de la Escuela de Oviedo.

Dicho esto, coincido en que es necesario un conjunto de hilos:

-El problema francés,

-El problema anglosajón,

-El problema alemán, que ya creamos,

Con esto se configura el "triángulo de Westfalia" que comentaba Elvira Roca. Comenté alguna vez que a este "triángulo occidental" , se puede añadir el "triángulo oriental" (judaísmo, Islam, gnosticismo ruso-iranio), y eso por no incluir a China, India y alguna que otra esfera. Todos son proyectos opuestos al católico.

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Es interesante reincidir en lo que has comentado de VOX con su USanofilia neocón en la que hay que identificar unade sus principales trabas a la popularización de este partido en España.

Han tratado de utilizar cuestiones cañís para tratar de camuflar ese escollo (defensa de la tauromaquia, etc.) pero eso no es suficiente. Se lo ponen muy a huevo a quienes queiran agitar el fantasma de la privatización de sanidad, pensiones, etc.

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Ahí le has dado Vanu. Una de las propuestas para la sanidad que promueve Vox es "la posibilidad de descuelgue del sistema sanitario público para aquellos ciudadanos que opten por la sanidad privada".

Esto quiere decir que, aquellos que quieran salirse del sistema público sanitario y optar por la sanidad privada, podrán hacerlo dejando así de contribuir, deduciéndose luego en el IRPF el coste de la privada. Como es lógico, si esto saliese adelante, la mayor parte de quienes se acogiesen a esa medida serían las rentas más altas con capacidad de pagar la sanidad privada, hurtándose así un pellizco muy importante a la caja pública que con el tiempo se vería reflejado en la disminución de prestaciones.

Ese es sin duda el primer paso necesario para desmantelar la sanidad pública universal, y llevarla hacia un modelo básico de cobertura que cubra solo la asistencia primaria y hospitalaria, es decir, algo parecido al modelo norteamericano donde la sanidad pública es casi como de la beneficencia. 

Y en cuanto a las pensiones, van por el mismo camino con su propuesta de implantar un modelo mixto en el que la mitad de las cotizaciones sean de gestión privada. Hay que tener mucho cuidado con ese discurso cañí del que hablas porque, como bien has sugerido, puede que en el fondo todo eso no sea más que populismo con el que ocultar el verdadero propósito de la formación. Yo cada día estoy más arrepentido de haberles votado, y convencido de que ese partido en realidad no es otra cosa que una mascarada ultraliberal, que puede estar corrompiendo los últimos restos de patriotismo tradicional que queden en España. Si no, no se explica que al frente de su programa económico, el más importante para cualquier partido pues de la economía depende cualquier desarrollo programático, figure un ultraliberal convencido como el tal Rubén Manso, quién dice que debería privatizarse por completo la sanidad y la educación, pues, "No es función del Estado proveer ningún bien ni ningún servicio, salvo si me apuran tres o cuatro. Justicia criminal, seguridad interior y seguridad exterior".

 

Con la soberanía económica delegada a la UE y con un Estado que solo proveyese "Justicia criminal, seguridad interior y seguridad exterior", España se convertiría de facto en una corporación privada si no en una colonia. Mucho cuidado con Vox porque las semejanzas entre su discurso y el del Partido republicano norteamericano que hoy lidera Donald Trump, puede que vayan mucho más allá de las retóricas populistas sobre inmigración e identidad que hasta ahora les han identificado. Si con Podemos se nos metió en España el troyano comunistoide del Bolivarismo, y con Cs el de los liberales franceses, puede que con Vox se nos haya metido otro troyano, en este caso de factura estadounidense. Y es que mucho mentar la patria pero en realidad todos juegan la baza de intereses extranjeros.

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      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





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    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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