No toda innovación es progreso. Tesis sobre la tecnología
Por
Hispanorromano, en Debate de actualidad
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Por Vanu Gómez
Sí, me he hecho seguidor del Capitán Perú, a base de ir escuchando vídeos mientras trabajo, así como con media oreja puesta. Y voy sacándole cosas muy interesantes.
Ya le he visto varias veces tocar el asunto de Francisco Suárez, según él un pensador clave para la entender qué es esto de la hispanidad y que desgraciadamente sería el gran desconocido para los propios hispanistas. La victoria -momentánea, pongo yo- de Hegel sobre Suárez sería un reflejo del desconcierto que viven nuestras naciones.
El caso es que me enganchó ya en una agudísima crítica que le hizo a Vox y el estilo contraproducente de su discurso al tratar el asunto indigenista, el 12 de octubre, etc. Donde yo solo alcancé a descalificar esas formas y planteamientos, el Capitán Perú me dio la clave filosófica. Los de VOX demuestran en este tipo de discursos ser tan hegelianos como cualquiera de los progres a los que critican y se definen, simplemente, a la contra... mas hegelianamente.
Pongo un enlace a un punto concreto del vídeo en que este chaval se marca la "eruditez". Como soy flojo en filosofía me gustaría que alguno de vosotros, más sabios, tirase un poco de ese hilo que imagino esté ya tratado por nuestros pensadores. Me interesa bastante, si resulta que Francisco Suárez sería uno de esos grandes pensadores a destacar y hacer vencedor sobre Hegel, pues manos a la obra...
Aquí está el corte de marras (una maravilla ver cada vez más canales hispanistas de diferentes lares, floreciendo por doquier y lo que es más importante, interactuando entre ellos):
Fuente original: https://www.youtube.com/watch?v=ePDALoeKYFs -
Por Español
Recojo una entrevista que publicó recientemente El Mundo, realizada a Michel Desmurget, un neurocientífico francés autor de una "vasta obra científica y de divulgación que ha colaborado en reconocidos centros de investigación como el MIT o la Universidad de California", que recientemente ha publicado el libro "La fábrica de cretinos digitales", reconocido con el premio Femina de las letras francesas.
En su libro, Desmourget plantea los peligros que supone el uso de las nuevas tecnologías (smartphones, ordenadores, tabletas, etc) en las nuevas generaciones, y expone la necesidad urgente que tenemos de separar los intereses de la industria, de la realidad y necesidades de la educación.
"Con solo dos años de edad, el consumo medio se sitúa en torno a las tres horas. De los ocho a los doce, la media se acerca a las cinco horas. En la adolescencia, la cifra se dispara casi a siete horas, lo que supone más de dos mil cuatrocientas horas al año en pleno desarrollo intelectual. En contra de lo que la prensa y la industria han difundido hasta ahora, el uso de la tecnología, lejos de ayudar al desarrollo de los niños y estudiantes, produce graves complicaciones de toda índole: sobre el cuerpo (obesidad, problemas cardiovasculares, reducción de la esperanza de vida), sobre las emociones (agresividad, depresión, comportamientos de riesgo) y sobre el desarrollo intelectual (empobrecimiento del lenguaje, concentración, memoria…)."
Leí el libro no hace mucho y aunque no comparto el sesgo cientifista del autor, debo decir que en su obra presenta verdades de peso importantes, que atañen al buen futuro de las sociedades y se están convirtiendo ya en una nueva realidad humana, absolutamente distópica en muchos casos con respecto a la realidad humana que durante milenios hemos conocido, e igualmente distinta de lo que a menudo se nos vende como parabienes de la era digital. Me parece una obra que resulta interesante de leer como complemento de apoyo al discurso frente al transhumanismo, pues de alguna forma entiendo que toda esa tecnologización que denuncia el autor, no es sino parte de ese mismo proceso deshumanizador.
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Por Hispanorromano
Recojo una noticia que me ha parecido muy interesante. Ya hace tiempo que Google integra textos e imágenes que toma de otras webs (sin ninguna retribución a cambio) en su propia página de resultados, con el fin de que no salgas salgas de su buscador y no pinches en ningún enlace que te saque de ahí. Es la táctica de crear cotos cerrados, de fragmentar internet en aplicaciones privadas para que no te salgas del correspondiente redil, que tan buen resultado les ha dado a las redes sociales. En realidad es una «balcanización» de internet que ya lleva en marcha unas décadas, solo que es vez de por razones políticas se hace por intereses comerciales.
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Por Español
Recojo a continuación un artículo publicado en El Confidencial, donde se hace una reseña de un libro de Victor Lapuente que me ha parecido interesante, aunque con algunas reservas que a continuación trataré de explicar.
Me parece bastante interesantes los planteamientos que hace Lapuente, sin embargo observo en ellos una contaminación filosófica que trataré de explicar, porque la observo cada vez más presente en muchas de las ideas y planteamientos que se vienen dando últimamente en torno a aquellos que pretenden un retorno a las raíces culturales de nuestra sociedad.
No coincido con el autor cuando cita a Todorov proclamando que «Dios y la patria, (...) son las dos ideas más progresistas de la historia de la humanidad, las lanzas más certeras que hemos diseñado para atacar el problema de nuestros problemas colectivos». No lo hago porque esa afirmación, de alguna forma coincide con el pensamiento «ateo-católico» sobre el que tanto hemos hablado en otras ocasiones, que entiende a Dios desde su propia negación, y se evidencia cuando insinúa que «Nosotros hemos diseñado a Dios y la Patria». Niega a Dios directamente al afirmar que es un diseño humano, y lo hace también indirectamente al señalar la patria como tal, pues la patria (de padre) no es sino la tierra donde uno ha nacido, esto es, la tierra que el Padre le ha dado.
Así pues, si Dios y Patria son en este mundo, el ser y el haber supremos para el creyente, pues le dotan de identidad, en cambio para estos nuevos ilustrados, siguen siendo meros diseños humanos que deben protegerse, no tanto por su esencia sino por lo virtuoso y útil de los mismos. Por tanto, al ser el hombre el autor del diseño, es al propio hombre y a sus obras, lo que se deifica. Una conclusión que, además de ser contraria a la fe que se pretende defender, no es sino otra forma de relativismo subjetivista, al llevar implícita la idea de que el hombre pueda perfeccionar su propio diseño según progresen las circunstancias y punto de vista del diseñador. En realidad, cuando se dice que Dios y la Patria son «las lanzas más certeras que hemos diseñado», se está diciendo implícitamente que, no obstante ello, podría haber mejores diseños, de ahí que algunos se atrevan incluso a proponer la reconstrucción de Dios, o que otros divaguen sobre la manera que se debe progresar o conservar la patria, más allá de las fronteras límites de lo moralmente aceptable en la cosmovisión católica.
Tampoco coincido, parcialmente, en que Dios y la Patria sean las dos ideas más progresistas de la humanidad. Primero porque un creyente no puede concebir a Dios como una idea. Cualquiera de nosotros puede pensar que, antes de existir como tal, seamos ideas en la mente de Dios o de nuestros padres, y de ahí concluir que el hombre sea una idea antes de todo. Sin embargo, los creyentes creemos que Dios es eterno, esto es, si nada ni nadie le antecede; si es la causa primera de todas las cosas, nadie puede haberlo ideado; de nada puede haber surgido; nadie lo puede haber creado, a no ser que se conciba a Dios al modo que lo hizo Spinoza, esto es, como causa inmanente de todas las cosas. Una concepción monista y panteísta que está en la base filosófica del inmanentismo racionalista que impregna estas corrientes, «Deus sive natura», e igualmente presente en el modernismo individualista que señala y acusa el autor.
Y en segundo lugar tampoco coincido con el autor porque, si Dios es el Alfa y la Omega, es decir, la causa primera origen de todo y hacia lo que todo transita, la patria se puede entender como el camino material del hombre en dicha transición, que al precederle y trascenderle en su realidad material, no puede ser una mera idea progresista, sino más bien un camino de progreso que es a su vez una realidad conservadora de su propio ser y haber. En cualquier caso, no coincido sobre todo en que Dios o la Patria sean ideas del hombre, sino realidades que le preceden y trascienden, y por tanto le dotan de una identidad y le permiten conservar y progresar su propio ser individual y colectivo.
Luego hay otro concepto que esgrime el autor, con el que tampoco estoy plenamente de acuerdo, como es la idea de apelar a la responsabilidad como motivo último por el que defendernos del individualismo disgregador. La responsabilidad es importante pero desde una cosmovisión católica, que es la que entiendo trata de recuperar el autor en su obra, el motivo y causa de nuestra sociedad es el amor de Dios. Una sociedad que causalmente existe por un acto de amor, tanto en la Creación como en la obra de la Redención.
No es por responsabilidad que Dios decidiera crear al hombre primero, ni enviar a su hijo después para redimirlo de su tropiezo. Ni es por responsabilidad que aquellos primeros cristianos decidieran propagar un mensaje que cambiaría el mundo y a muchos les costó la vida. No es por responsabilidad que millones de hombres y mujeres hayan dado su vida desde entonces por Dios, por la patria, por la familia, por las generaciones venideras, por un mundo mejor. Todo ello se ha hecho originalmente, y en gran medida después, por puro amor. Sin esperar nada a cambio.
Existe ciertamente una responsabilidad respecto de lo común, pero si dicha responsabilidad se antepone a la causa original, puede definitivamente convertirse en un motivo disgregador, en la medida que la responsabilidad de cada uno se vaya diluyendo en la responsabilidad común, a menudo contaminada por intereses y egoísmo. Cosa que entiendo es lo que ocurre actualmente y hace que los hombres se olviden de la propia causa que los creó. Es por amor que existimos y por amor deberíamos, aquí sí, responsabilizarnos de salvaguardar el bien común y la unidad, frente al individualismo y la dispersión.
Finalmente, el autor considera que es la derecha la que ha matado a Dios y la izquierda la que ha hecho lo propio con la Patria, pero al contrario que a él, a mi me parece que es al revés. La Izquierda ha venido matando a Dios desde Nietszche como poco, y todas las doctrinas políticas que han venido después, originadas en esa filosofía, han tratado de eliminar a Dios y poner al hombre en su lugar. En cuanto a la derecha liberal, considero que a quién ha matado es a la Patria, al dejar de entenderla como un bien común y pasar a concebirla como una realidad mediante la que enriquecerse, generando así el 'homo economicus' que señala Lapuente en su libro.
Hay algunas otras cosas que podrían igualmente comentarse, pero no me quiero extender más por no hacer muy larga esta entrada. En cualquier caso, coincido en la idea que subyace en el fondo del planteamiento del autor, la política ha matado a Dios y a la patria, por lo que toca iniciar un proceso de recuperación si queremos que mañana nuestros descendientes tengan un lugar digno en el que habitar. A vosotros ¿qué os parece?
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Por RobertoRC
¡Hola!
Siguiendo con la temática de éste foro, hoy os presento uno de los poquitos canales de Youtube abiertamente pro-hispanos, llamado Fortunata y Jacinta, y llevado por Paloma Pájaro, artista salmantina, historiadora y filósofa, desde donde las coordenadas del materialismo filosófico de Gustavo Bueno aborda cuestiones sobre el origen de la leyenda negra y la hispanofobia, desmonta argumentos de separatistas, de AMLO, el mito del retraso científico en España etc. Lleva cerca de 100 forjas. Espero que os guste.
P.D. Soy de ciencias, no de humanidades, desde mi humilde punto de vista todos sus argumentos suenan sólidos, pero es posible que me equivoque, no sé.
https://www.youtube.com/channel/UCyXHCFqljyxn8U50Cgoax6w/featured
Roberto
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