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Vanu Gómez

JM de Prada, antes molabas más...

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Aprovechando la operación Salvini, Prada inicia una serie de artículos dedicados a la inmigración. Algunos de sus argumentos pueden ser válidos, pero veo algo que no me gusta en las formas, en el trasfondo y en el contexto. Es posible que no coincidáis en ese juicio mío. Evito señalar nada en concreto para no influir.

El primer artículo:

Cita

Inmigración y cuestión religiosa

Santo Tomás estableció las obligaciones de la hospitalidad, pero también sus límites

Juan Manuel de Prada

  Juan Manuel de Prada

Actualizado:17/08/2019 12:24h

Francisco afirmó recientemente que «el mundo se olvidó de llorar», para evitarse la molestia de brindar una respuesta ponderada y concienzuda al problema espinoso de la inmigración. Pero lo cierto es que la gente llora cada vez con más facilidad; llora con tanta profusión y desparpajo que el llanto se ha convertido en una burda artimaña a la que constantemente recurren los demagogos. Más atinado sería decir, por ejemplo, que «el mundo se olvidó de razonar»; y, refiriéndonos al declinante mundo católico, podríamos añadir que se olvidó de leer a Santo Tomás de Aquino (pero leer a Santo Tomás y razonar van de la mano). Si lo volviese a leer, al menos sus jerarquías dejarían de darnos la tabarra con pamplinas emotivistas que mezclan el deber que tienen los gobernantes de asegurar el bien común de las naciones que gobiernan con las exigencias que la misericordia nos impone hacia quien nos demanda auxilio. Pero el auxilio que nos demanda quien sufre no debe confundirse con su acogida incondicionada, como hacen quienes sólo se acuerdan de llorar, dejando que la razón sestee.

Una correcta doctrina católica empezaría por repetir las palabras de Pío XII en la constitución apostólica Exsul Familia: «Todos los hombres tienen derecho a un espacio vital familiar en su lugar de origen; en caso de que aquél se frustre, tienen derecho a emigrar y ser acogidos en cualquiera otra nación que tenga espacios libres». Donde se establece claramente que el derecho a emigrar es subsidiario; esto es, un derecho que suple o sustituye el derecho principal a tener un espacio vital familiar en el lugar de origen, cuando éste último no se pueda asegurar. Las razones por las que, en muchos casos, ese derecho principal no se puede cumplir son diversas; y en cada caso deben ser discernidas. No tiene mucho sentido, por ejemplo, acoger sin tasa personas de naciones cuyos gobernantes corruptos o malvados las obligan a abandonar su lugar de origen, infligiéndoles hambrunas o persecución, si al mismo tiempo no se trata de impedir el comportamiento malvado o corrupto de estos gobernantes. Mucho menos sentido tiene todavía acoger sin tasa personas de naciones que han sido arrasadas por la rapacidad económica y los apetitos bélicos de la plutocracia que, a la vez que esquilma países y provoca flujos migratorios de mano de obra barata, fomenta el multiculturalismo. Cualquier Estado que no sea una mera colonia tiene que denunciar y combatir con todos los medios a su alcance los designios de esta plutocracia globalista; pues servir de recipiente a los flujos migratorios que provoca sin denunciar ni combatir su estrategia es tanto como actuar de mamporrero de quienes niegan a los hombres el derecho a un espacio vital familiar en su lugar de origen.

Una vez sentada la premisa de que el derecho a emigrar es subsidiario, convendría leer con atención a Santo Tomás de Aquino, que en la Suma Teológica (Prima Secundae, cuestión 105, artículo 3) nos brinda soluciones clarividentes al problema de la inmigración, estableciendo nítidamente las obligaciones de la hospitalidad, pero también sus límites. Empieza Santo Tomás recordando algo tan elemental como que «las relaciones con los extranjeros pueden ser de paz o de guerra». Y es que, en efecto, las intenciones de los inmigrantes pueden ser pacíficas u hostiles; y es legítimo que la nación que los recibe las investigue, y también que rechace, como medida de legítima defensa, a aquellos inmigrantes que considera hostiles, entendiendo como tales no solamente a quienes tengan como propósito perpetrar crímenes o violencias, sino en general a quienes alberguen intenciones contrarias al bien común de la nación que los recibe. (Continuará)

https://www.abc.es/opinion/abci-inmigracion-y-cuestion-religiosa-201908162333_noticia.html

El segundo artículo de la serie:

Cita

Inmigración y cuestión religiosa (II)

Santo Tomás observa que no todos los extranjeros deben ser tratados de igual manera

Juan Manuel de Prada

Juan Manuel de Prada

Actualizado:18/08/2019 23:41h

Naturalmente, esta condición que debe exigírsele a todo inmigrante (que no tenga ánimo de perjudicar a la nación que lo recibe) no debe ser excusa para actuaciones arbitrarias, que disfracen de legítima defensa lo que no es más que una aversión irracional hacia personas, por ejemplo, de distinta raza. Pero cuando los Estados se han convertido en colonias de poderes extranjeros y sus pobladores están invadidos por sórdidas ideologías e intereses turbios (o, todavía peor, por las ideologías e intereses de sus amos), resulta muy sencillo instalar estas aversiones irracionales, fundadas en el miedo y en la ausencia de discernimiento. De este modo, podemos llegar a atribuir intenciones pacíficas a nuestros enemigos más ensañados; o, por el contrario, intenciones hostiles a quienes nos han probado su amistad. Así ocurre, por ejemplo, en España, donde por mandato de la plutocracia globalista o de las naciones extranjeras que nos mangonean se consideran naciones amigas las que muestran sin rebozo las intenciones más hostiles (y les vendemos armas y fragatas, con las que luego estas naciones abastecen a los yihadistas o desatan guerras que provocan avalanchas migratorias incontenibles). Y, mientras tanto, otras naciones que combaten el yihadismo o protegen a los cristianos que viven en su territorio, son sancionadas y estigmatizadas como enemigas, también por mandato de quienes nos mangonean. Resulta, en verdad, sobrecogedor que Occidente haya declarado su hostilidad a aquellos países islámicos que podrían ser nuestros amigos, mientras brinda su amistad a naciones criminales que, a la vez que sirven a los intereses de la plutocracia globalista, financian el yihadismo y persiguen ensañadamente a los cristianos.

Una política inmigratoria seria tiene que negarse a seguir las consignas plutocráticas. Y, a continuación, debe discernir las intenciones de las naciones extranjeras, robusteciendo con intercambios comerciales y laborales su relación bilateral con aquéllas que hayan probado su intención amistosa; e imponiendo sanciones y medidas disuasorias contra aquellas otras que hayan demostrado intenciones hostiles (cuyos súbditos no deben ser en ningún caso admitidos, salvo cuando prueben fehacientemente su condición de refugiados, término que ahora se utiliza con una ligereza desquiciada). Una vez hecha esta distinción fundamental entre inmigración amistosa y hostil, Santo Tomás se refiere a tres posibles tipos de inmigrante pacífico: quien pasa por nuestra tierra en tránsito hacia otro lugar; quien viene a establecerse en ella como forastero; y quien quiere incorporarse por completo a la nación que lo recibe, «abrazando su religión» (más adelante nos referiremos a la complicación que el vacío religioso introduce en el problema inmigratorio). Para los dos primeros grupos, Santo Tomás considera que debe usarse la misericordia, siempre que asuman las obligaciones y responsabilidades que les corresponden; pero no se les debe permitir poseer la ciudadanía. Para quienes desean incorporarse plenamente a la nación que los recibe, Santo Tomás -aunque no fija taxativamente ningún criterio- se inclina por no admitirlos hasta la tercera generación, como propone Aristóteles, pues «no estando arraigados en el amor del bien común, podrían atentar contra el pueblo».

Vemos cómo Santo Tomás antepone siempre la noción de bien común, que exige un deseo no meramente instrumental de integrarse en la vida del país de acogida. Por último, Santo Tomás observa que no todos los extranjeros deben ser tratados de igual manera, sino que conviene examinar su grado de «afinidad» con la nación que los recibe. Lo que también aporta un criterio muy iluminador a la hora de determinar los límites a la hospitalidad debida a los extranjeros. (Continuará)

https://www.abc.es/opinion/abci-inmigracion-y-cuestion-religiosa-201908182341_noticia.html

 

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No sé lo que habrás visto tu, Hispanorromano pero, yo veo lo que me parece ya una norma habitual, cada vez más extendida. Culpabilizar al Santo Padre de los problemas migratorios y extender la idea de que la Iglesia anda desnortada. Como si no hubiera un Dios que la guiara.

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hace 3 minutos, Español dijo:

No sé lo que habrás visto tu, Hispanorromano pero, yo veo lo que me parece ya una norma habitual, cada vez más extendida. Culpabilizar al Santo Padre de los problemas migratorios y extender la idea de que la Iglesia anda desnortada. Como si no hubiera un Dios que la guiara.

Pues sí, una cosa es admitir que haya trapos sucios -como en toda organización- y otra andar por ahí dándole pábulo a la idea de que la Iglesia sea toda  ella un trapo sucio. 

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hace 7 minutos, Español dijo:

Habéis cambiado el título del hilo?

sí, ha sido una travesura mía... lo puedo reponer si queréis

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No veo mal el cambio de título. Lo cierto es que Prada antes tenía opiniones bastante distintas sobre estos temas y no se expresaba como si estuviese en un mitin. Quizá sea buena idea rescatar esos artículos antiguos. Desde luego yo me quedo con el Prada antiguo, menos apegado a la actualidad política y geopolítica, más chestertoniano que revertiano.

hace 5 horas, Español dijo:

No sé lo que habrás visto tu, Hispanorromano pero, yo veo lo que me parece ya una norma habitual, cada vez más extendida. Culpabilizar al Santo Padre de los problemas migratorios y extender la idea de que la Iglesia anda desnortada. Como si no hubiera un Dios que la guiara.

Sí, el primer párrafo es una escasamente soterrada diatriba contra el Papa. Y también, cuando cita a Pío XII, pretende contraponerlo a Francisco, cuando este último ha dicho cosas similares.

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hace 1 hora, Vanu Gómez dijo:

sí, ha sido una travesura mía... lo puedo reponer si queréis

No pasa nada. Déjalo porque lo habrán vuelto a indexar con el nuevo nombre. El problema es que cada título da forma a la URL del tema y cuando se cambia, se pierde la posición que tuviese en Google. Por eso es bueno definirlo desde el principio.

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hace 1 minuto, Corazón Español dijo:

No pasa nada. Déjalo porque lo habrán vuelto a indexar con el nuevo nombre. El problema es que cada título da forma a la URL del tema y cuando se cambia, se pierde la posición que tuviese en Google. Por eso es bueno definirlo desde el principio.

entiendo, trataré de no volverlo a repetir... al menos no tan a la ligera como esta vez.

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El problema es que mezcla razonamientos propios -basados en citas de Santo Tomás y Pío XII- que son correctos con otros juicios que son más discutibles o no están muy relacionados con el tema, como el tema de política exterior de pintar a Arabia Saud como el mal e Irán como el bien, etc. Tema desde luego interesante para tratar en otro hilo, en el que mi opinión es bastante contraria a la de JM de Prada.

Por lo demás, la Iglesia adapta la manera de transmitir su mensaje en función del entorno, como es lógico y natural. La diferencia entre Francisco I y Pío XII está esencialmente en el estilo (yo también prefiero el de Pío XII), no en el fondo, por lo que no veo motivo de alarma.

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Las naciones no se construyen y destruyen con un mapa mundi y una pizarra en la pared. 

Creo que mientras tengamos la mentalidad top-down de "ingenieros sociales"  o de "mariscal de campo" poca visión práctica podremos tener sobre como cambiar el mundo que nos rodea (renovar la faz de la tierra). 

Las naciones, sin llegar a ser sagradas ni divinas (solamente hay una nación consagrada, un pueblo santo), si que ocupan un lugar particular en el designio divino, ya que para ellas hay preparado un juicio propio.

Es por ello, que el que quiera interceder en favor de alguna de ellas, primero sea Santo, y segundo entréguese por completo a la oración de petición. 

 

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Cuidado con interpretar el juicio de las naciones como un juicio de estas como tal, al modo que hacen algunas iglesias protestantes. Este no puede entenderse como otro juicio distinto del juicio final. Cuando los textos sagrados se habla del juicio de las naciones, se refiere a lo que ocurrirá después de la resurrección de los muertos, cuando tenga lugar el Juicio Final y todos los seres humanos seamos juzgados.
 

Cita

 

EL JUICIO  FINAL (Mt. 25, 31-46)

«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria.

Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí.”

 Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y acudimos a tí?”

Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.

Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;  era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.”

Entonces dirán también éstos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”

Y él entonces les responderá: “En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.

E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»

 

El juicio final, universal, general o de las naciones, no será un juicio sobre las naciones como tal ni se basará en que las personas hayamos pertenecido a tal o cual nación, sino que se nos reunirá a todos y ahí se nos juzgará personalmente en base a nuestras obras respecto a Dios y a los demás.

Lo que los textos enseñan es que, Dios, cuando vuelva en su Gloria, reunirá a TODAS las naciones del mundo para separar entre estas a las ovejas de los cabritos, es decir, no a aquellas naciones más o menos católicas sino a aquellas personas de entre las naciones, cuyas obras fueron buenas a los ojos de Dios, de aquellas otras cuyas obras fueron malas, independientemente de a qué nación hayan pertenecido. Este juicio es una verdad de fe contenida en la Sagrada Escritura y definida por la Iglesia de manera explícita.

Otra cosa es que podamos presuponer que, en función de la fe de las naciones, el juicio de Dios pueda ser más o menos severo con las personas pues, no se podrán entender igual las vidas de aquellos que hayan nacido y vivido en naciones donde la palabra de Dios haya sido poco difundida o conocida, que las de aquellos cuyo conocimiento de la voluntad divina haya sido de común conocimiento durante siglos o milenios. Sobre esta presunción podemos entender que, posiblemente el juicio de Dios, comparativamente hablando, sea mucho más severo, por ejemplo, con un español del S.XX que con azteca de la época de H. Cortés.

Para entender con mayor profundidad el significado de este juicio de las naciones que parece entre otros textos en el Evangelio de Mateo, quizás sea oportuno atender lo qué nos dice la Lectio Divina al respecto:

Cita

Reflexión

El Evangelio de Mateo presenta a Jesús como el nuevo Moisés. Como Moisés, Jesús promulgó la Ley de Dios. Como la antigua Ley, así la nueva ley dada por Jesús tiene cinco libros o discursos. El Sermón del Monte (Mt 5,1 a 7,27), el primer discurso, se abre con las ocho bienaventuranzas. El Sermón de la Vigilancia (Mt 24,1 a 25,46), el quinto y último se cierra con la descripción del Juicio Final. Las bienaventuranzas describen la puerta de entrada para el Reino de Dios, enumerando ocho categorías de personas: los pobres de espíritu, los mansos, los afligidos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de corazón limpio, los promotores da paz y los perseguidos por causa de la justicia (Mt 5,3-10). La parábola del Juicio Final cuenta lo que debemos hacer para poder tomar posesión del Reino: acoger a los hambrientos, a los sedientos, a los extranjeros, a los desnudos, a los enfermos y presos (Mt 25,35-36). Tanto en el comienzo como al final de la Nueva Ley, están los excluidos y los marginados. 

Mateo 25,31-33: Abertura del Juicio Final. El Hijo del Hombre reúne a su alrededor a las naciones del mundo. Separa a las personas como el pastor separa a las ovejas de los cabritos. El pastor sabe discernir. El no se equivoca: las ovejas a la derecha, los cabritos a la izquierda. El sabe discernir a los buenos y a los malos. Jesús no juzga, ni condena (cf. Jn 3,17; 12,47). Él apenas separa. Es la persona misma la que juzga o se condena por la manera como se porta en relación con los pequeños y los excluidos. 

Mateo 25,34-36: La sentencia para los que están a la derecha del Juez. Los que están a su derecha son llamados “¡Benditos de mi Padre!”, esto es, reciben la bendición que Dios prometió a Abrahán y a su descendencia (Gen 12,3). Ellos son convidados a tomar posesión del Reino, preparado para ellos desde la fundación del mundo. El motivo de la sentencia es éste: "Tuve hambre y sed, era extranjero, estaba desnudo, enfermo y preso, y ustedes me acogieron y ayudaron”. Esta frase nos hace saber quiénes son las ovejas. Son las personas que acogieron al Juez cuando éste estaba hambriento, sediento, extranjero, desnudo, enfermo y peso. Y por el modo de hablar "mi Padre" e "Hijo del Hombre", sabemos que el Juez es Jesús mismo. ¡El se identifica con los pequeños!

Mateo 25,37-40: Una demanda de esclarecimiento y la respuesta del Juez: Los que acogen a los excluidos son llamados “justos”. Esto significa que la justicia del Reino no se alcanza observando normas y prescripciones, pero sí acogiendo a los necesitados. Pero lo curioso es que los justos no saben cuándo fue que acogieron a Jesús necesitado. Jesús responde: "¡Toda vez que lo hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis!" ¿Quiénes son estos "hermanos míos más pequeños"? En otros pasajes del Evangelio de Mateo, las expresiones "hermanos míos" y "pequeñuelos" indican a los discípulos (Mt 10,42; 12,48-50; 18,6.10.14; 28,10). Indican también a los miembros más abandonados de la comunidad, a los despreciados que no tienen a dónde ir y que no son bien recibidos (Mt 10,40). Jesús se identifica con ellos. Pero no es sólo esto. En el contexto tan amplio de esta parábola final, la expresión "mis hermanos más pequeños" se alarga e incluye a todos aquellos que en la sociedad no tienen lugar. Indica a todos los pobres. Y los "justos" y los "benditos de mi Padre" son todas las personas de todas las naciones que acogen al otro en total gratuidad, independientemente del hecho de ser cristiano o no. 

Mateo 25,41-43: La sentencia para los que están a su izquierda. Los que están del otro lado del Juicio son llamados “malditos” y están destinados al fuego eterno, preparado por el diablo y los suyos. Jesús usa el lenguaje simbólico común de aquel tiempo para decir que estas personas no van a entrar en el Reino. Y aquí también el motivo es uno sólo: no acogieron a Jesús hambriento, sediento, extranjero, desnudo, enfermo y preso. No es Jesús que nos impide entrar en el Reino, sino nuestra práctica de no acoger al otro, la ceguera que nos impide ver a Jesús en los pequeños.

Mateo 25,44-46: Un pedido de aclaración y la respuesta del Juez. El pedido de esclarecimiento muestra que se trata de gente que se porta bien, personas que tienen la conciencia en paz. Están seguras de haber practicado siempre lo que Dios les pedía. Por eso se extrañan cuando el Juez dice que no lo acogieron. El Juez responde: “¡Todas las veces que no hicieron esto a unos de estos pequeños, conmigo dejasteis de hacerlo!” ¡La omisión! ¡No hicieron más! Apenas dejaron de practicar el bien a los pequeños y acoger a los excluidos. Y sigue la sentencia final: estos van para el fuego eterno, y los justos van para la vida eterna. ¡Así termina el quinto libro de la Nueva Ley!

Para la reflexión personal

¿Qué es lo que más te ha llamado la atención en la parábola del Juicio Final?
Párate y piensa: si el Juicio final fuera hoy, ¿tú estarías del lado de las ovejas o de los cabritos?

 

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Propaganda que está difundiendo el Instituto Lepanto con las palabras de Prada:

ECV7bYPWsAUmOzJ.jpg

Prada ha escrito un artículo meritorio sobre la pornoadicción, aunque abunda en argumentos anteriores:

Pornoadictos. Juan Manuel de Prada

Si Prada escribe cosas acertadas y de verdad políticamente incorrectas, no tengo problema en reconocer su mérito.

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Desde luego esa frase del Instituto Lepanto, tal cual así presentada, más allá del populismo que destila, resulta de lo más desafortunada porque en definitiva viene a decir que la caridad y la misericordia no existen, y que solo el utilitarismo de las cosas y las personas mueve la voluntad humana.

Por esa misma regla podría decirse que "Quienes se oponen a recibir a todos los inmigrantes, no lo hacen nunca por prudencia, sino siempre por utilitarismo".

Digo yo que en ambas posturas habrá de todo, quienes abran sus brazos por puro amor y quienes lo hagan en cambio por simple beneficio o utilitarismo, y de igual forma, quienes los cierren por santo temor o prudencia y quienes lo hagan por miedo irracional o vulgar utilitarismo político.

Lo lamentable es llevar las cosas a una situación de extremos donde el sano discernimiento cada día esté más olvidado, pues eso nos impide reconocer el verdadero problema y encontrar las soluciones adecuadas. Eso sí es utilitarismo.

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      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





        • Excelente 25 puntos positivos y de mejora)
      • 32 respuestas
    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
        • Extraordinario (100 puntos positivos y de mejora)
    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
        • Me gusta (5 positivos y 3 puntos de mejora)
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
        • Un aplauso (10 positivos y 5 puntos de mejora)
    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
        • Correcto (3 positivos y 1 punto de mejora)
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