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Español

sociedad Sobre el desprecio de la religión y la deriva de nuestra sociedad

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A diario asistimos a noticias que nos llevan a pensar, al menos a mí me lo parece, que vivimos un tiempo donde existe una pinza política entre derechas e izquierdas, para controlar y apartar de la esfera pública del pensamiento y la razón, la fe religiosa tradicional que fundamenta el ser español, es decir, el catolicismo.

Lo que antaño fue un empeño prioritario en las izquierdas, que en algún momento llegó a precipitar nuestra nación en una guerra civil, hoy parece que se extiende también a las derechas que, si bien no estarían tratando de eliminar la religión directamente del espacio público, como siempre han tratado de hacer sus antagonistas políticos, parecen sin embargo tener cierta obsesión en controlar y modificar la fe religiosa, de forma que ésta se adapte a los intereses políticos que les son propios, o mejor dicho, que han adoptado como propios. Desde la deriva liberal que tomaron los conservadores moderados hace años, hasta la neopagana que está tomando la ultraderecha actual, pasando por la más que evidente rebelión católica que se extiende en nuestros días con objeto de quebrantar la comunión apostólica con el Papa y provocar el cisma, todo indica a que las derechas españolas, en su mayoría, se han vencido hacia los postulados que defienden que, la religión católica tradicional y bien entendida, debe ser relegada del espacio público en favor de intereses políticos que le son ajenos, tal cual actúa la izquierda.

Quisiera plantear esta cuestión a ver que os parece y si consideráis que se trata de una mala percepción mía o por el contrario, de un error de estrategia política; de un plan premeditado para quebrantar y controlar la fe verdadera en el alma de los españoles con objeto de controlar así su voluntad; o simplemente de una pérdida de la fe y el sentido común. ¿Qué os parece y cómo se puede actuar ante esta realidad?

Cito a continuación una entrevista publicada en los Blogs del diario La Razón, al sacerdote conquense Roberto Esteban Duque, quién en su último libro hace un análisis del pensamiento de A. Tocqueville y J. Habermas respecto a la importancia que ocupa la religión en la esfera pública. Pienso que puede ser un buen punto de partida para abordar el tema.
 

Cita

La Religión en el espacio público - Entrevista

«El verdadero peligro está en la corrupción ideológica, en la mala enseñanza, en someter la doctrina y la moral a la aceptación acrítica de comportamientos espurios que se quieren dominantes y esperan ser asimilados en el interior de la Iglesia”.»

¿Es legítimo separar la religión de “lo público”, como si su locus específico se encontrase en las prácticas de culto, más allá del cual no existiría “religión”? ¿O se deberá reconocer, trascendiendo cualquier subordinación a la disciplina del Estado, que ningún aspecto de la vida escapa del factor religioso por ser algo constitutivo de la naturaleza humana? A estas preguntas responde el último ensayo de Roberto Esteban Duque, La religión en la esfera pública. El pensamiento de Alexis de Tocqueville y Jürgen Habermas, publicado por Ediciones de la Universidad de Navarra, EUNSA.

- Usted mantiene el carácter público de la religión. ¿Deberíamos entender con esto que la fe tiene su proyección natural en la vida?

De lo contrario no merece la pena sobrevivir. ¿Para qué quiero una fe que no me enseña a vivir?

- Para sobreponerte

Eso sería un acto intimista, sólo privado, pero la religión no sólo constituye una fuerza motivadora, sino absolutamente regeneradora en una sociedad colonizada por criterios instrumentales y tecnificadores. Lo que uno hace con su dinero, con su cuerpo o con un vecino, se encuentra en el ámbito religioso. Nada escapa a la ordenación al fin último del hombre a Dios. Lo cual no niega la libertad humana, sino que la comprende inserta en un orden originario ontológico superior, en el reconocimiento del Deus semper maior. Benedicto XVI denunció el proceder de una religión ausente de la vida pública, donde los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos -su fe- para ser ciudadanos activos.

- Entiendo por sus palabras la amenaza de un proyecto secularizador que privatiza la religión

Siempre existió ese propósito.

- ¿Dónde se encontraría ahora?

En la idea de que Dios sea sólo un bien para el hombre creyente y no un bien común.

- ¿Y en el laicismo, quizá?

También en el laicismo. No es admisible la voluntad política y la imposición ideológica del laicismo como categoría cultural referencial, marginando el hecho religioso, la identidad de un pueblo o las raíces de un continente. El laicismo es el diseño del Estado como absolutamente ajeno al fenómeno religioso. Su centro de gravedad sería más una no contaminación -marcada con atisbos de fundamentalismo, si no de abierta beligerancia- que la indiferencia o la auténtica neutralidad. Esta tajante separación, que reenvía toda convicción religiosa al ámbito íntimo de la conciencia individual, puede acabar resultando, más que neutra, neutralizadora de su posible proyección sobre el ámbito público. Nada, sin embargo, más opuesto a la laicidad que enclaustrar determinados problemas civiles, al considerar que la preocupación por ellos derivaría inevitablemente de una indebida injerencia de lo sagrado en lo público.

- ¿Advierte semejante imposición en nuestra sociedad?

La realidad es que el debate supuestamente libre de la plaza pública está desproporcionadamente influenciado por el Estado. Lo que se considera noticia viene determinado cada vez más por los manipuladores medios de comunicación. El mismo discurso asténico de la Iglesia es desactivado por el mismo Estado moderno. Los ejemplos de este proceso son innumerables: la intervención del Estado en asuntos de la familia, de la propiedad y de las herencias; la concepción de las leyes como algo “hecho” o legislado por el Estado en lugar de ser algo “revelado” desde su fuente divina a través de la elaboración de las costumbres y de la tradición... Hay un derecho a configurar el mundo de acuerdo a la propia fe y la propia cultura. Es asombroso que una cultura católica deba organizarse de forma laica, arrinconando una religión cuya exclusión a la esfera privada es tanto como hacer incomprensible la propia Ilustración.

- Háblenos ahora de la tesis fundamental de su nuevo libro

Intento mostrar la pérdida de la doctrina de la participación en Dios, proveniente de un largo proceso de secularización, la importancia de la religión en la vida pública, recobrando así un factor determinante capaz no sólo de fundar y ordenar la vida personal, sino de constituir un verdadero correctivo en los excesos de la democracia y de enriquecer la vida cultural y la misma sociedad. Pero el esfuerzo mayor consiste en exponer el influjo benéfico de la religión para la libertad democrática, así como la importancia de las creencias religiosas como factor de cohesión social y convivencia político-democrática.

- ¿En qué consiste esa doctrina de la participación?

En el pensamiento patrístico y medieval, el hombre sólo puede ser comprendido en la medida en que participa de Dios, teniendo un solo fin: el fin sobrenatural. No tiene dos vocaciones yuxtapuestas, sino una sola vocación. Es desacertado postular un orden “temporal” o político desgajado del orden espiritual, un orden “puramente natural” completo que dependería de la sola razón y del ejercicio de las virtudes morales “naturales” yuxtapuestas a un “orden espiritual” también completo gobernado por la gracia y las virtudes teologales. No hay más que un fin en la vida del hombre, un fin sobrenatural: inmanente, por cuanto radicado en su naturaleza, pero trascendente, sólo alcanzable por gracia. Esta finalización del hombre consiste en una participación por gracia en el ser mismo de Dios. Sin embargo, esta “doctrina de la participación” se resquebraja con la secularización. La necesaria distinción entre la naturaleza y lo sobrenatural se convertirá en una real separación de estos dos órdenes.

- Algo que afecta de lleno al cristiano

El cristiano corre el peligro de vivir sometido a categorías liberales, como es el caso de una libertad desgajada de la verdad. O bien desgajar la religión de las realidades humanas en lugar de vivificarlas desde el interior. La conclusión es clara: un hombre arrancado de su vocación sobrenatural en una sociedad que aprende a vivir como si Dios no existiera. Declarar la vida religiosa paralela a la vida real, sin concederle apenas influencia sobre ella, es una postura que somete al hombre religioso a un dualismo insostenible, que le lleva a declarar lo religioso superfluo para la vida real, superfluo para el hombre. La separación de la vida humana entre lo sagrado y lo profano testimonia la muerte de una cultura propiamente religiosa. La relación religiosa es vivida en la vida profana; se expresa también en ella, presta a la actividad profana del hombre un sentido último, relativiza las realidades mundanas, conduce a la aceptación gozosa de la vida como obra del designio personal amoroso de Dios. Es decir, acepta la vida humana en todas sus dimensiones (pública, profesional, ética) como mediaciones para su realización. Pero su condición de orden de lo último y definitivo en el hombre permite la acción de la vida religiosa sobre el orden de lo profano sin privar a éste de su especificidad y autonomía y sin imponerle criterios externos de acción.

- ¿Cuál es el lugar que la religión debe ocupar en la sociedad democrática?

Esta es la gran pregunta: el lugar de la religión en la sociedad democrática. Alexis de Tocqueville y Jürgen Habermas me han parecido, entro otros, dos autores que abordan sin complejos esta cuestión. Proponer la articulación de la religión en la democracia, el acuerdo entre religión y libertad, constituye una parte relevante del proyecto político de Tocqueville. Por su parte, según Habermas la pérdida de función y la tendencia a la individualización no implica que la religión pierda influencia y relevancia ni en el terreno político y cultural de la sociedad ni en el terreno personal. Considera el autor de Teoría de la acción comunicativa que las comunidades religiosas están ganando influencia en la esfera pública, asumiendo el rol de “comunidades de interpretación” en las sociedades seculares, es decir, contribuyen a formar la opinión de los ciudadanos sobre ciertas controversias, proporcionándoles argumentos para poder debatir en la esfera pública.

- ¿Usted también lo cree?

Con total seguridad. No sólo desde una vertiente antropológica, desde la conciencia de la propia finitud y el anhelo de un más allá de la realidad terrenal, sino también desde el punto de vista político existe una influencia beneficiosa de la religión para la libertad democrática, como factor espiritual de cohesión social y de convivencia político-democrática. Las sociedades democráticas necesitan basarse en la fe religiosa para que sobreviva la libertad.

- Señala usted que “la Iglesia está en serio peligro si no encuentra el tertium quid, la importancia de la selección cuidadosa de candidatos al sacerdocio”. ¿Qué debería hacer la Iglesia para que no se produjesen en su seno tantos escándalos como los de Pensilvania?

Disponer de formadores virtuosos. Quien desempeña un cargo debe exhibir un conjunto determinado de virtudes en coherencia con la representación de su ejercicio. De nada sirve ser “competente”, poseer una amplia formación doctrinal y moral, si el sacerdote no interioriza sus conocimientos, de tal modo que su sentir, razonar y actuar sean coherentes y compatibles entre sí, si no hace suyas determinadas virtudes que lo conviertan en alguien capaz de elegir y obrar de modo excelente. Sólo desde esta previa formación podrá lograrse una vida personal santa, a través del esfuerzo constante de la conversión y con la ayuda de la gracia. Aunque, como señalara la Pontificia Comisión para la Protección de menores, la “prioridad” está en una respuesta adecuada a los abusos sexuales, en la adopción de medidas eficaces con el fin de salvar la evangelización y la caridad, es necesaria, sin embargo, una tarea preventiva apremiante, puesto que la Iglesia tiene un problema grave de homosexualidad activa en el clero cuyo encubrimiento, además de producir inmenso dolor, facilita la implantación de la ideología y la corrupción en su seno.

- ¿Clericalismo quizá?

Hay una vinculación evidente, en la que el papa Francisco insiste, entre clericalismo y abuso sexual, pero es la homosexualidad activa y una desviación de la sexualidad lo que provoca mayor sufrimiento. Cuando hablo de homosexualidad activa quiero decir que el verdadero peligro está en la corrupción ideológica, en la mala enseñanza, en someter la doctrina y la moral a la aceptación acrítica de comportamientos espurios que se quieren dominantes y esperan ser asimilados en el interior de la Iglesia.

- Una última cuestión. Sostiene que el mejor modo de vivir es que todos vivamos como si Dios existiera

Es el modo más humano de vivir. Es necesaria una relación correlativa entre razón y fe, entre razón y religión. La religión no es una especie de "quantité négligeable", un asunto banal, como si no tuviera que decir nada importante a los hombres, sino que remite a la verdad del hombre y constituye un esencial correctivo ante una peligrosa arrogancia de la razón instrumental, capaz por sí sola de destruir al propio hombre.

Fuente: Los blogs de La Razón

 

 

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Totalmente de acuerdo con tu mensaje, El Español.

Sacar a la religión del espacio público ha sido una reivindicación tradicional de la izquierda, pero la derecha la ha ido asumiendo de buen grado. Quedan las procesiones y otros actos a los que se les da un carácter más bien folclórico. Pero la religión hace mucho tiempo que está fuera del espacio público. La derecha moderada hace tiempo que cree que la religión debe relegarse al ámbito privado. La ultraderecha pagana no es que quiera relegarla, sino que en algunos casos quiere erradicarla. Y en cuanto a la ultraderecha católica -o que presume de tal-, poco a poco entra por el aro, justamente tras la estela del "debate" que hay montado en torno al el islam, sobre la expresión de las creencias en la vestimenta (velo, etc.) o la crítica por mezclar religión y política. Además, ya es muy evidente que muchos de los que se reivindican católicos en política no sienten demasiado esta religión y más bien la utilizan la como una herramienta identitaria o ideológica con la que señalar a los "enemigos".

Y la religión también está desapareciendo del ámbito privado. El primer paso es que desaparezca de lo público y quede relegada al ámbito privado. Pero al poco tiempo empieza a desaparecer también del ámbito privado. Así, por ejemplo, es posible que personas con varios divorcios a sus espaldas se presenten como católicos y sermoneen a la Iglesia sobre lo que debe hacer. O que sodomitas declarados fustiguen al papa por ser demasiado comprensivo con los homosexuales. O que políticos católicos tengan turbios negocios justamente con esos países que dicen que son los enemigos o con empresas sanitarias que operan al margen de la bioética católica. Parece que lo que uno haga en la vida privada no importa. Uno puede ser nominalmente católico sin que esto se refleje en su vida cotidiana. La religión queda reducida a una ideología que se esgrime contra el enemigo pero que no tiene que por qué reflejarse en la conducta privada. Al final, ni religión en el ámbito público ni religión en el ámbito privado.

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Español, me gustaría preguntarte una cosa que sólo guarda una ligera relación con el hilo.

¿Qué opinas de toda la polémica que hay formada sobre los cambios en el Instituto Juan Pablo II? Es uno de los temas que han cogido últimamente como talismán los contrarios al Papa Francisco. A mí me da que es una polémica artificial e interesada, pero quisiera consultar contigo.

Roberto Esteban Duque, el sacerdote cuyo libro mencionabas, se ha sumado a las críticas desde Infocatólica:

El nuevo instituto Juan Pablo II o cuando mantener el nombre degrada a su fundador - Roberto Esteban Duque

Según dice en su biografía, enseña en la Universidad Francisco de Vitoria, por lo que presumo que es de los Legionarios.

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Mi impresión personal es que se está sobredimensionando el tema por parte de algunos medios, con objeto de seguir haciendo leña contra las reformas que está promoviendo el Papa Francisco, que con todo lo polémicas que puedan parecer a veces, no olvidemos que objetivamente tienen su fundamento, y afectan en muchos casos a intereses concretos y personales, que a menudo quedan fuera de lo que deberían ser los intereses generales de la Iglesia.

Lo que yo veo es que el Papa, como buen jesuita, está tratando de acercar la realidad de la Iglesia a la realidad del mundo, de manera que pueda producirse un diálogo constructivo. Y esto es completamente diferente a querer adaptar el magisterio a los intereses del mundo, tal como algunos pregonan. Eso es evangelizar y no dar por sentado que ya estamos evangelizados. En definitiva de trata de poner a la Iglesia en salida, que tantas veces ha predicado este Papa. Es decir, se trata de observar la realidad presente y actuar en función a ella y no en función de un ideal de perfección que resulta imposible hoy en día para la mayoría. A ese ideal se ha de llegar, pero no desde otro ideal sino desde la realidad. Lamentablemente el mundo está podrido de materialismo de todo tipo y la espiritualidad es difícil de abrazar, si no se le ofrece un camino, desde la realidad de este mundo.

Por ejemplo, cuando se le acusa de minar el matrimonio por querer admitir a los divorciados vueltos a casar en la vida de la Iglesia, tenemos que pensar que, desgraciadamente en este mundo hay millones de matrimonios fracasados, que ahora tratan de reconstruir sus vidas con otras parejas, y algunos buscan en la Iglesia lo que antes no supieron encontrar en sus vidas. ¿Es eso lo querido por Dios para el matrimonio? Objetivamente no pero ¿debe la Iglesia por ello condenar a perpetuidad a toda esa gente? ¿Debe hacer oídos sordos al gravísimo problema de los matrimonios fracasados, y hacer como si no existieran todas esas nuevas parejas? Evidentemente esa tampoco fue nunca la voluntad de Dios.

Por eso el Papa ha propuesto, entre otras cosas de las que no se suele hablar, como prepararse mejor para el matrimonio y abundar en la pastoral familiar, integrar a esas personas en la vida pastoral y de comunidad. Pero cuando los detractores se refieren a ello solo hablan del bulo de la comunión, que además es falso pues, Francisco no dice que puedan comulgar, sino que propone integrarlos en la vida de la comunidad.

Rescato al respecto una pregunta que le hicieron hace algún tiempo donde lo explica bastante bien:

Cita

Pregunta: Santo Padre Ud. ha hablado mucho sobre la familia y el Año Santo de la Misericordia durante este viaje, pero algunos se preguntan, ¿cómo es posible que una Iglesia misericordiosa con más facilidad perdona a un asesino que un divorciado vuelto a casar?

Papa Francisco: Ah, ¡me gusta esta pregunta! Sobre familia, han hablado dos sínodos. El Papa habló todo el año durante las catequesis de los miércoles, y la pregunta es verdadera, me gusta la pregunta porque usted la ha hecho ‘plásticamente’ bien.

En el documento post-sinodal que saldrá antes de Pascua, se retoma todo lo que el Sínodo abordó en uno de los capítulos  habló sobre los conflictos o sobre las familias heridas y la pastoral de las familias heridas. Es una de las preocupaciones, como otra es la preparación al matrimonio. Imagínese: para ser cura, es necesario estudiar por 8 años y luego, si no lo logras, pides una dispensa y te vas.

Pero, para un sacramento que dura toda la vida, tres, cuatro clases…  La preparación al matrimonio es muy importante, muy muy importante, porque creo que es algo que en la Iglesia, al menos en la pastoral común, al menos en mi país en Sudamérica no ha contado tanto.

Por ejemplo, ahora no mucho, pero hace algunos años había en mi país la costumbre de los casamientos ‘de apuro’, casamientos hechos con prisa porque viene un niño, para taparlo socialmente y salvar el honor de la familia y ahí no eran libres. Y muchas veces estos matrimonios son nulos, y yo, como obispo, he prohibido hacer esto a los sacerdotes cuando existía esto… que nazca el niño, que permanezcan como novios y cuando sientan hacerlo para toda la vida que vayan adelante, pero existe una falta del matrimonio.

Otro capítulo muy interesante es la educación de los hijos. Las víctimas de los problemas familiares son los hijos, pero también los problemas de la familia que el marido y la mujer quieren, por ejemplo, las necesidades de un trabajo, cuando el padre no tiene tiempo para hablar con sus hijos, cuando la madre no tiene tiempo libre para hablar con sus hijos cuando yo confieso a una pareja que tiene hijos, un matrimonio les digo: ‘¿cuántos hijos tienen?’.

Algunos se asustan porque dicen: ‘el sacerdote me preguntará  por qué no tengo más…’ y yo digo ‘le haré una segunda pregunta: ‘¿Usted juega con sus hijos?’ Y la mayoría, casi todos, dicen que ¨Padre no tengo tiempo, trabajo todo el día¨, y los hijos son víctimas, es un problema social que hiere a las familias. Me gusta su pregunta.

Una tercera cosa interesante es que en el encuentro con las familias en Tuxtla Gutiérrez había en una pareja de casados en segunda unión integrados en la pastoral de la Iglesia y la palabra clave que usó el Sínodo y que yo retomaría es integrar en la vida de la Iglesia a las familias heridas, las familias vueltas a casar, pero no olvidar a los hijos en medio. Ellos son las primeras víctimas, sea para las heridas, sea para las condiciones de pobreza, de trabajo…

Pregunta: ¿Esto quiere decir que pueden recibir la comunión?

Papa Francisco: Esto es algo último, integrar en la iglesia no significa conceder la comunión porque yo conozco a católicos casados en segundas nupcias que van a la iglesia tres o cuatro veces al año, y ‘yo quiero hacer la comunión’, como si fuera un título honorífico. Un trabajo de integración... Todas las puertas están abiertas, pero no se puede decir que estas personas puedan comulgar.

Esto sería una herida, también para los matrimonios, porque esto no los haría proceder por ese camino de integración. Y estos dos eran felices y usaron una expresión muy linda: nosotros no hacemos la comunión eucarística, pero sí estamos en comunión cuando visitamos a hospitales y en esto, y en esto.  Su integración es esa. Si hay algo más, ya lo dirá el Señor. Es un camino.

En cuanto a lo del Instituto Juan Pablo II, entiendo que lo que se busca es adaptar la enseñanza que presta la institución, a la nueva dinámica de pastoral que propone el Papa, abierta a la realidad del mundo. Pero de nuevo se está haciendo sangre con el tema, y se están extendiendo bulos como el de la famosa carta de 150 estudiantes cuestionando los cambios, cuando en realidad solo hubo una carta de los delegados de curso preguntando cuales iban a ser los cambios, cosa lógica en cualquier institución de enseñanza que acometa cambios en su programa. Además de que también es falso que se les obligue a estudiar en el nuevo programa, pues el Insituto ofrece ahora los dos programas formativos en su oferta. Es decir, de bulo en bulo hasta que el Papa caiga o deje de molestar.

Dejo una nota de prensa que publicó el Instituto ante las noticias aparecidas en los medios pues para poder opinar sobre el tema es bueno acudir a las fuentes originales. Está en Italiano pero se entiende fácil:

Cita

Comunicato Stampa – Pontificio Istituto Teologico Giovanni Paolo II per le Scienze del Matrimonio e Famiglia

COMUNICATO STAMPA

A seguito di alcune voci e commenti relative all’approvazione degli Statuti e del nuovo Ordinamento degli Studi del Pontificio Istituto Teologico Giovanni Paolo II, si precisa quanto segue:

  • L’approvazione del doppio titolo di studi (Licenza e Dottorato in Teologia del matrimonio e della famiglia e in Scienze del matrimonio e della famiglia) assicura un guadagno alla specificità della ricerca teologica che viene al contempo esplicitata e connessa con il resto delle scienze che studiano il matrimonio e la famiglia. Inoltre tale duplice percorso risponde con maggior cura agli standard previsti dal processo di Bologna.
  • All’interno di questo rafforzamento dell’assetto teologico, la riflessione morale trova nuova e più specifica collocazione, che si declina nel duplice insegnamento di Morale del matrimonio e della famiglia e di Etica teologica della vita. Viene meno invece l’insegnamento di Morale Fondamentale, già previsto nel piano di studi teologici del primo ciclo, senza il quale non si può accedere alla licenza in Teologia (art. 3 degli Statuti).
  • In questo senso il progetto accademico del nuovo Istituto, approvato dalla Congregazione per l’Educazione Cattolica, si configura come un allargamento della riflessione sulla famiglia e non come una sostituzione di temi e argomenti. Tale allargamento, mostrando ancor di più la centralità della famiglia nella chiesa e nella società, conferma e rilancia con vigore nuovo l’intuizione originaria e ancora feconda di san Giovanni Paolo II.
  • A questo proposito sono destituite di ogni fondamento le voci che vedono la soppressione della Cattedra Karol Wojtyla e l’allontanamento del suo direttore, l’ottantacinquenne prof. Grygiel.
  • Altrettanto destituita di fondamento è la notizia di una lettera di 150 studenti che si lamentano delle novità. A oggi, alle autorità accademiche risulta giunta una sola lettera da parte dei rappresentanti degli studenti del corso di licenza e di master in cui chiedono spiegazioni circa le novità in atto. A differenza di quanto divulgato, tutti gli studenti sono stati prontamente informati delle novità e rassicurati, a norma dell’art. 89 dello statuto, circa la validità triennale dei vecchi programmi di studio. A tutti sarà data la possibilità di scegliere tra vecchi e nuovi ordinamenti e il tempo per redigere eventuali nuovi piani di studi.
  • Gli Statuti approvati regolano con precisione i ruoli delle diverse autorità accademiche, a partire dal Gran Cancelliere cui sono affidati precise incombenze, secondo quanto indicato da Veritatis Gaudium. Risulta dunque falsa la notizia relativa a un accentramento di potere nelle mani di quest’ultimo. Ad esempio, a differenza di quanto accadeva in passato, la nomina dei nuovi docenti stabili dovrà avvenire mediante un concorso pubblico (cfr art. 24).
  • La cessazione del vecchio istituto e l’attivazione del nuovo ha comportato, a norma dell’art. 90 degli Statuti, la nomina ex novo di tutti i docenti (in via eccezionale e solo per questo primo passaggio a cura del Gran Cancelliere e del Preside, in quanto non ancora operante il consiglio di Istituto) e, nei prossimi mesi, delle cariche accademiche. In tale occasione si è dovuto prendere atto dell’impossibilità del prof. Noriega a occupare il ruolo di docente stabile in quanto superiore Generale di un ordine religioso, (ai sensi del can. 152 CJC, dell’art. 29 della Veritatis Gaudium, recepiti dall’articolo 31 degli Statuti). Non è stato inserito tra i docenti stabili del nuovo istituto il prof. Melina poiché non è più presente la cattedra di teologia morale fondamentale da lui occupata fino a oggi. Naturalmente, per entrambi saranno assicurati tutti i diritti acquisiti.
  • In base a un criterio di coerenza ed economia, grazie anche ad alcune sinergie con la Pontificia Università Lateranense, sono stati ridotti inoltre il numero dei corsi complementari e dei seminari. Questo ha determinato il mancato rinnovo, per quest’anno, di alcune collaborazioni con docenti incaricati. A tutti loro è stata comunicata l’ipotesi di riprendere la collaborazione per gli anni futuri, grazie a una programmazione ciclica di alcuni insegnamenti complementari.
  • È assolutamente falsa la notizia relativa al licenziamento di alcun dipendente amministrativo dell’Istituto. Tutti continuano il loro servizio, particolarmente gravoso in questo tempo di cambiamento. A loro va la gratitudine per tutto il lavoro svolto in queste settimane.

 

Le precisazioni qui riportate nascono a fronte di una comunicazione distorta, faziosa, talvolta in mala fede, che spesso non ha mai neanche cercato una verifica delle notizie alla fonte. Si ringraziano tutti quei giornalisti che, anche con legittime posizioni critiche verso alcune scelte, hanno voluto raccontare con onestà i cambiamenti in atto. L’ufficio stampa è sempre disponibile per chiarimenti e informazioni.

Città del Vaticano, 29 luglio 2019

 

Ufficio Stampa

Pontificio Istituto Teologico Giovanni Paolo II per le Scienze del Matrimonio e della Famiglia

www.istitutogp2.it – [email protected]

Si os fijáis, condenan las informaciones “distorsionadas y facciosas, a veces de mala fe, que a menudo ni siquiera ha intentado verificar en su origen”.

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Español, me queda mucho más claro el asunto con tus explicaciones. Mi impresión inicial es que estaban sacando de quicio el tema, por ejemplo, manipulando con lo de la "comunión de los divorciados vueltos a casar", mientras por otro lado hacen la vista gorda con las anulaciones de matrimonios al por mayor o con la planificación familiar a la que se contentan con cambiarle el nombre. Pero como es un terreno delicado el de la moral familiar, y como estoy bastante soliviantado con estos antifrancisquistas, prefería consultar con una persona que sepa del asunto antes de adoptar una posición definitiva.

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Bueno, yo tampoco soy ningún experto vaya. Solo digo lo que pienso en función de lo que he leído y lo que se comenta dentro.

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    • Por Latino I
      Fuente: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2022/03/11/iglesia-abusos-tiempos-guerra/00031647024072652295398.htm
      Leo con bastante frecuencia artículos como el que enlazo, ya que me parecen muy representativos del tipo de crítica a la Iglesia que se hace actualmente desde muchos ámbitos de la sociedad. En particular, lo que me parece más representativo en el artículo es el juicio que al autor merece el tema de la culpa en los cristianos, una emoción "negativa", según él. Junto con esta culpa, también tenemos que mencionar el "miedo" como elemento esencial de la fe cristiana, al menos de la fe que el autor atribuye a los dogmas promulgados por las jerarquías eclesiásticas. El autor parece dar por sentado que , en primer lugar, el sentimiento de culpa es esencialmente negativo para los humanos y, segundo, que este "sentimiento" se traduce en una "emoción negativa" que experimentamos los cristianos. Me pregunto si estas dos opiniones no serán más que prejuicios, ya que ni la culpa tiene por qué ser algo negativo (como se suele sostener hoy de forma, a mi juicio, acrítica), ni tampoco los cristianos que creemos en la gracia vivimos atemorizados y esclavizados por dichas culpas. 
      Creo que el artículo es lo suficientemente representativo de muchas críticas a las que hoy se ve sometida la Iglesia, por lo que me parece que puede ser un buen punto de partida para comentar este tipo de prejuicios que abundan hoy en nuestras sociedades occidentales, como el tema de la culpa y el miedo que acabo de mencionar. ¿Qué pensáis vosotros de lo expuesto en el artículo? Subrayo algunas partes que pueden ser jugosas para comentar:
       
       
      Fuente original: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2022/03/11/iglesia-abusos-tiempos-guerra/00031647024072652295398.htm
    • Por Gmartos
      Abro este hilo para conocer las medidas que tomaban los gobiernos católicos a la hora de tratar con estas realidades sociales. Y también saber cuáles deberíamos tomar en caso de lograr un gobierno tradicionalista, o al menos un gobierno católico o de inspiración católica. Tengo entendido que en el franquismo la prostitución no era legal, pero sí se toleraba, dada la imposibilidad práctica de combatirla, desconozco las medidas tomadas por gobiernos previos.  @Hispanorromano  
    • Por Español
      Básicamente, la inflación económica es el fenómeno que describe el aumento desordenado de precios, de los bienes y servicios que se comercian en los mercados, por un periodo de tiempo prolongado. Cuando esto ocurre, el presupuesto de las familias y empresas deja de cubrir las mismas necesidades que antes, especialmente entre quienes disponen de menor capacidad económica.
      Aunque existen diferentes causas que pueden ocasionar inflación, las más comunes son dos. Por un lado, el exceso de demanda de bienes y servicios, por lo general motivado a su vez por un exceso de dinero circulante, que hace que la gente gaste más de lo necesario. Y, por otro lado, la escasez de determinadas materias primas necesarias para la producción o distribución. En cualquiera de los casos, esto ocasiona una falta de capacidad productiva o distributiva suficiente para cubrir la demanda, cosa que lleva a un aumento de los precios. Cuantas más personas requieran de un producto, más aumenta su valor, y cuanto más difícil sea de producir o distribuir, igualmente más aumenta su valor, lo que significa que el valor que tiene el dinero del que se dispone, disminuye conforme aumenta la inflación.
      La forma en cómo los estados controlan estos acontecimientos, suele ser a través de los índices nacionales de precios y los bancos centrales, midiendo, por una parte, el precio y la demanda de los bienes y servicios, y regulando por otra la cantidad de dinero del que dispone la sociedad, a fin de encontrar el equilibrio. Cuando el estado detecta un fenómeno inflacionario, generalmente opta por emprender una política monetaria restrictiva, que suele darse en forma de subida de los tipos de interés, aumento de los coeficientes de caja de los bancos, y venta de deuda pública, de manera que con todo ello se reduzca la cantidad de dinero circulante y de esta forma se frene el consumo y disminuyan los precios.
      Hasta aquí estamos hablando de los conceptos más o menos básicos del funcionamiento de las economías actuales, pero ¿qué ocurre cuando en lugar de hablar de dinero, hablamos de personas? ¿Qué ocurre cuando la propia persona humana es tomada como dinero con el que comerciar?
      En el nuevo paradigma social en el que vivimos, en este siglo XXI, dominado por la omnipresencia de las comunicaciones digitales y las redes sociales, las personas nos hemos convertido poco a poco en mercancía para las corporaciones detrás de dichas redes, como también para los usuarios de las propias redes. Cada cuenta de usuario es un valor, y a su vez, una mercancía.
      Hoy pueden encontrarse miles de páginas web donde se venden seguidores, likes, etc, con objeto de alimentar las cuentas de usuario de las empresas y particulares que se promocionan en redes. Si uno tiene, por ejemplo, una pequeña empresa de viajes, por unos pocos euros puede comprarse mil, dos mil o diez mil seguidores orgánicos en Twitter, Instagram o Facebook, por citar las más conocidas, que le asegurarán miles de likes o comentarios, lo que a su vez atraerá la atención de una mayor cantidad de público, potencialmente interesado este sí, en adquirir los viajes que ofrezca dicha empresa.
      Otro ejemplo frecuente es el de los comunicadores sociales. Para una institución pública, un agente social, un político, un periodista o un medio informativo, cuanto mayor sea el número de seguidores que tenga, mayor es la importancia y alcance de sus comunicaciones, y por tanto, más repercusión social alcanza. De ahí que incluso en estos casos, sea frecuente el uso de bots o cuentas falsas, programadas para interactuar con las publicaciones del emisor, pues a mayor número de seguidores, mayor es también el interés que despierta el comunicador y el efecto marea que genera en la sociedad.
      En el ámbito de las redes sociales en sí mismas, ocurre algo similar. Cuanto mayor sea el número de usuarios e interacciones que se producen en una red, mayor es la cantidad de información que puede extraerse de dicha actividad, por parte de los gestores y propietarios de la red, que luego es utilizada para realizar estudios sociales, de mercado, etc. Una información que luego es vendida a empresas e instituciones interesadas en disponer de esa información, o es usada por la propia red para implementar estrategias de mercado y en definitiva lograr un mayor dominio sobre la voluntad de sus usuarios. De igual manera, cuanto mayor es la presencia y actividad de una red en una determinada región geográfica, mayor es también el valor en bolsa de la empresa titular de la red.
      En definitiva, no resulta difícil entender que siendo así las cosas, las personas nos hayamos convertido, en el nuevo mundo digital, en vulgar moneda y mercancía con la que comerciar. "He comprado diez mil seguidores" ó "esta red vale mil millones de seguidores frente a la otra que solo vale quinientos". Y aquí es donde el tema enlaza con lo que comentábamos antes acerca de la inflación, pues si a mayor cantidad de dinero en los mercados, mayor es el riesgo de inflación, igualmente, a mayor cantidad de personas en las redes, menor será el valor de su dignidad y relaciones.  
      Hace décadas, para un pequeño comerciante de provincias, disponer de una pequeña cartera de clientes podía asegurarle mantener su actividad, empresa y puestos de trabajo. Una hoja parroquial podía mantenerse con unas pocas decenas de suscriptores; un diario local, sobrevivir con unos pocos cientos o miles de lectores, y una publicación oficial, no necesitaba apenas publicidad, pues sus usuarios estaban restringidos a los pocos profesionales o funcionarios locales interesados en su contenido. Hoy, todo eso no vale casi nada. Frente a la marea global de las comunicaciones y el comercio, todas esas actividades han pasado a ser despreciables, casi por la mayoría de sus antiguos usuarios. Muchas de esas empresas han tenido que cerrar y despedir a sus trabajadores, o en el mejor de los casos hipotecarse o vender su labor e identidad a grandes franquicias, con la consecuente pérdida de empleo, emprendimiento y riqueza humana que eso supone. Y lo que se mantiene, lo hace mayormente gracias a ayudas y subvenciones, que a la postre castigan al contribuyente y obligan al interesado a sumarse a los dictados del fenómeno globalizador. Por otra parte, el valor de los bienes y servicios que estos profesionales y empresas producían y ofrecían, ha disminuido considerablemente, disminuyendo así su propio valor profesional.  
      En mi caso por ejemplo, en los años noventa, en casa podíamos pasar el mes holgadamente con lo que recibía de realizar un reportaje gráfico para alguna publicación. Actualmente, hay veces que tienes que regalar las imágenes, solo para evitar que prescindan de ti en el futuro, pues no falta material gratuito y abundante en las redes, aunque sea de peor calidad. Y cuando lo pagan, no tienes ni para pasar la semana,  a pesar de que la calidad y el esfuerzo se hayan multiplicado exponencialmente con respecto al de aquellos años, por la aparición de las nuevas tecnologías.
      Pero esa devaluación ocurre de manera similar en el ámbito de las redes. Cuando Internet comenzó a ser popular, una pequeña web o foro con algunos cientos de seguidores, tenía un valor determinado capaz de trasladar a la sociedad una serie de inquietudes, valores o ideas, y aunque en algunos casos fuesen cuestionables, también eran rebatibles. Se competía en calidad más que en cantidad. Sin embargo, hoy todo eso resulta despreciable frente a la mil millonaria multitud que abunda en las grandes redes sociales y se mueve por ellas como cardúmenes. Un pequeño foro como este, por ejemplo, hoy apenas tiene repercusión ni importancia social y si la tuviera, en términos cuantitativos resulta despreciable, resultando de esta manera despreciable también, el trabajo o el empeño en el quehacer que sus promotores hayan puesto para llevarlo adelante, por más nobles que sean los fines.
      Lo que cuenta ahora, en definitiva, es la cantidad, pero como esta es inflacionaria, a medida que pasa el tiempo y las redes se hacen cada vez más grandes e influyentes, el valor de las personas en las redes, y de las pequeñas cosas valiosas que hace la gente, dentro o fuera de las redes, disminuye o se hace más y más efímero e insignificante.
      Esta dinámica tiene a su vez su repercusión en la vida real, pues no obstante, la realidad virtual no deja de ser un espejo donde nos miramos o reflejamos lo que llevamos en nuestro interior. Esto puede observarse muy bien en la política, por ejemplo, donde cada vez parece importar menos el desprecio por la dignidad de las personas y la mentira generalizada de la que hacen gala los políticos. ¿Para qué ser honesto si a fin de cuentas todo es efímero y desechable? ¿Para qué mirar por el bien común si revaluar lo mío va primero?
      Pero, qué decir de las empresas, ahí tenemos a muchas especulando con el valor de las cosas, sin importarles siquiera si las gentes van a poder acceder a ellas, aunque sean esenciales. O qué mencionar igualmente del trato que reciben muchos trabajadores, donde a pesar de las innumerables leyes laborales existentes, su valor como personas está cada vez más devaluado, asemejándose así a piezas o máquinas sustituibles. Por no hablar del que reciben los consumidores, sobre los que se opera como el pescador de altura opera con las redes de arrastre en el fondo del océano, sin importar mucho su condición y situación humana, pues lo importante es arrastrarlos a la cubierta del beneficio inversor.
      La globalización tiene estas cosas, que no solo afecta a la economía y las relaciones entre naciones, sino que también diluye en ese inmenso mercado el propio valor de las personas. Ante todo esto, el liberalismo propone esa suerte de individualismo, donde el que más tiene es el que más vale y, por tanto, la persona nunca deja de ser un valor de cambio subordinado al mercado, pero el socialismo intenta resolver el problema sancionando leyes e imponiendo obligaciones, que acaban devaluando aún más a las personas como individuos.
      Por eso, la pregunta que finalmente me hago es la siguiente: Al igual que ocurre en economía, además de elevar la calidad de nuestros actos ¿no sería también una solución eficiente, el empezar a tomar políticas restrictivas, en lo que respecta a nuestras relaciones políticas, sociales y por supuesto virtuales, de manera que comenzase a revaluarse y apreciarse nuestro valor como personas? ¿Qué otra solución le veis a este fenómeno?
    • Por Español
      Abro este hilo dedicado a un canal de YouTube, que quisiera compartir con todos pues me parece que recoge una de las mejores colecciones documentales en abierto, sobre cultura y tradiciones olvidadas o casi desaparecidas en España.
      El canal lo dirige el conocido fotógrafo y realizador documental Eugenio Monesma Moliner, el cual le ha dado su nombre. Don Eugenio es director de la productora Pyrene PV, en el Alto Aragón, y es miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis, en Zaragoza. Durante más de cuarenta años, ha realizado diversos trabajos y producciones para la televisión, y en su canal de YouTube lleva recopilando desde hace poco menos de un año, muchos de sus documentales, que son una delicia y un verdadero tesoro nacional a mi juicio. Actualmente posee la que quizás sea una de las mejores colecciones documentales de España sobre cultura tradicional: costumbres, oficios, tradiciones, fiestas, gastronomía...
      Si os gusta el tema, os sugiero y recomiendo encarecidamente que le deis un vistazo a su canal, pues en él se encuentran auténticas perlas de nuestra cultura popular, que posiblemente en muchos caso ya, reflejen el último vestigio vivo de la vieja y tradicional España.
      Como comentario último, destacar lo mucho que me ha llamado la atención, los innumerables comentarios de agradecimiento procedentes de América, que reciben sus videos, de personas que ven reflejados en estos videos el origen a su vez de muchas de sus costumbres en aquel continente. La raíz de sus ancestros. Sin pretenderlo, puede que este hombre con su trabajo, esté haciendo más por unir puentes entre la península y el continente, que muchos de los supuestos nuevos hispanistas que suelen utilizar otras vías más políticas, divisivas y agresivas.
      Dejo como presentación un ejemplo de lo que se puede encontrar en su canal, junto al enlace al mismo.
      Canal: Eugenio Monesma
       
    • Por Español
      Supongo que a estas alturas todos conocéis ya lo que está ocurriendo en la isla de La palma, con el estallido de un nuevo volcán que está arrasando la parte oeste de la isla.
      Personalmente y por motivos que no vienen al caso, llevo siguiendo de cerca este evento desde hace varios días, cuando comenzaron a producirse los primeros terremotos que acabaron dando paso al volcán. Y hay una constante que he venido observando desde el comienzo, que me gustaría comentar con vosotros, para ver si es una mala apreciación mía o realmente está ocurriendo lo que percibo.
      Se trata de la percepción de una gran indiferencia hacia el aspecto humano de esta tragedia, que comenzó entre la comunidad científica, al comienzo alegremente emocionada por la posibilidad de ser testigos de una erupción, y que ahora se ha trasladado al conjunto de la sociedad, que viene siguiendo las noticias, retransmisiones e imágenes en directo de la erupción con gran jolgorio, como si la pérdida de tantos bienes y el sufrimiento de centenares de familias, no tuviera la menor importancia. La emoción del espectáculo y la asepsia científica, parece que priman sobre todo.
      !ALUCINANTE! ¡ESPECTACULAR! ¡MARAVILLOSO...! Son algunos de los calificativos que más abundan por las redes. Incluso alguna ministra se ha llegado a pronunciar de manera semejante. Comparativamente, pocos comentarios en cambio se ven, apiadándose por la gente que está sufriendo la tragedia. En los chats de los canales de Youtube que están retransmitiendo en directo la erupción, mediante la señal que ofrece la televisión canaria, parece que se reúna cualquier cosa menos un grupo de personas siendo testigos de una tragedia.
      De otro lado: !Wow!, ¡genial", "volcan de tipo tal", "erupción de clase cual", "metros por segundo", "bomba de lava", "piroclastos..." La comunidad científica se me antoja en muchos momentos, más un grupo de elefantes que acaba de descubrir un abrevadero, que una comunidad de hombres sabios ocupada en prevenir tragedias y salvar vidas.
      Cierto es que las imágenes y el evento en sí pueden resultar espectaculares e interesantes dada su dimensión natural, pero pienso que es mucho más importante cuidar la dimensión humana, ya que si esta llegase algún día a perderse, lo del volcán iba a ser un juego de niños comparado con la tragedia que nosotros mismos podríamos causar.
      Y luego está la soberbia de quién cree tener dominio sobre todo. En la reunión técnica que mantuvieron las autoridades y científicos el sábado por la tarde con los vecinos de la zona, se les decía que no se preocupasen, pues tendrían tiempo suficiente para evacuar, ya que ellos "lo tenían todo controlado". El mismo domingo, una hora antes de estallar, les aseguraban que estuvieran tranquilos pues de momento no iba a pasar nada, en un exceso de engreimiento científico que minutos después se derrumbó cuando el volcán estalló. A muy pocos he oído pedir disculpas o reconocer que se equivocaron en sus cálculos. Al contrario, por todas partes oigo decir que gracias a la ciencia no ha habido desgracias personales, cuando hasta ayer noche, bien entrada la madrugada, aún había bomberos, guardias civiles y vecinos poniendo en riesgo sus vidas para evacuar a gente que no había tenido tiempo de ponerse a salvo, y todavía hoy ha habido brigadas poniendo a salvo a los animales domésticos y ganado de las casas afectadas, que poco después han sido engullidas por la lava.
      Toda esa gente sí que ha evitado desgracias y no tanto la comunidad científica, demasiado ocupada en presumir de conocimientos ante las cámaras o imprimir su nombre al pie de algún artículo científico con el que pasar a la posteridad. Pero con todo se equivocaron en sus cálculos, en cuanto al lugar, dimensión y momento de la erupción, y al final acertaron lo mismo que cualquier lugareño sin formación, que la semana anterior ya advertían, sin tener formación científica, que iba a haber una erupción inminente dados los terremotos que sentían y lo que habían aprendido de sus ancestros por otras erupciones del pasado. Demasiada soberbia y relumbrón científico para tan poco resultado práctico. Un poco más de humildad no vendría mal y haría más digna la profesión científica.
      Todo esto por no mencionar los arribistas políticos que lo mismo les vale un volcán que un inmigrante o una violación, para cargar sus anzuelos envenenados y pescar votos. O aún peor, los chalados de turno que no pierden tiempo en utilizar cualquier evento catastrófico para sembrar sus teorías disparatadas, y que por desgracia encuentran todas las puertas abiertas y acaban así sembrando el miedo y la ignorancia entre la gente. Hay miles de americanos que viven en las costas atlánticas, aterrados pensando que este volcán puede producir un mega tsunami que les arrase, por una estúpida teoría que algunos medios se han prestado en reproducir, haciéndose eco de una patraña diseñada por un científico británico financiado por un grupo de aseguradoras y patrocinado por la BBC, que hace algunos años lanzó esa teoría, vaya usted a saber con qué propósito. En esos chats que antes mencionaba de YouTube, hay casi más brasileños que españoles, siguiendo los acontecimientos muy preocupados por la posibilidad de esa supuesta catástrofe.
      No sé, no pretendo con este hilo denunciar a nadie ni hacer tampoco ninguna crítica contra ningún colectivo en concreto. Sé que en todas partes hay gente para todo, y que cada cual hace lo que puede, quiere y sabe, unos bien y otros no tan bien. Además, resulta evidente que la magnitud de esta tragedia supera cualquier medida humana, pero me parece que el tratamiento que se le está dando a esta tragedia, tanto en los medios y redes sociales por parte de una inmensa mayoría, como por la propia comunidad científica (o quizás habría que hablar de sus divulgadores) tiene una excesiva componente cientifista e inhumana, que dice mucho de la sociedad infantil, nihilista, caprichosa, indiferente, descreída y egoísta en la que vivimos. El morbo siempre ha existido y estos sucesos suelen producirlo, pero en este caso pienso que ya no es tanto cosa del morbo, sino de pura indiferencia humana ante la tragedia y sufrimiento del prójimo, cosa que me parece muy preocupante y ha dado pie a compartiros esta reflexión.
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    • https://www.mundorepubliqueto.com/2020/05/01/no-todo-lo-que-brilla-es-oro/

      Una vez más, por aprecio a estos amigos dejo solo el enlace para enviar las visitas a la fuente.

      Solo comento la foto que ponen de un congreso internacional identitari que hubo un México. Ahí se plasma el cáncer que han supuesto y parece que aún sigue suponiendo aquella enfermedad llamada CEDADE. En dicha foto veo al ex-cabecilla de CEDADE, Pedro Varela -uno de esos nazis que se dicen católicos- junto a Salvador Borrego -que si bien no era nazi, de hecho es un mestizo que además se declara hispanista y favorable a la mezcla racial propiciada por la Monarquía Católica,  sí que simpatizó con ellos por una cuestión que quizá un día podamos comentar- uno de los "revisionistas" más importante en lengua española, así como el también mexicano Alberto Villasana, un escritor, analista, publicista, "vaticanista" con gran predicamento entre los católicos mexicanos, abonado totalmente a la errática acusación contra el papa Francisco... posando junto a tipos como David Duke, ex-dirigente del Ku Kux Klan, algo que lo dice todo.

      Si mis rudimentarias habilidades en fisonomía no me fallan, en el grupo hay otro español, supongo que también procedente del mundillo neonazi de CEDADE.

      Imaginemos la corrupción de la idea de Hispanidad que supone semejante injerto, semejante híbrido contra natura.

      Nuestra querido México tiene la más potente dosis de veneno contra la hispanidad, inyectado en sus venas precisamente por ser un país clave en ella. Es el que otrora fuera más próspero,  el más poblado, también fue y en buena parte sigue siendo muy católico, esta en la línea de choque con el mundo anglo y... los enemigos de nuestra Hispanidad no pueden permitir una reconciliación de ese país consigo mismo ni con la misma España, puente clave en la necesaria Reconquista o reconstrucción. Si por un lado está infectado por el identitarismo amerindio -el indigenismo- por el otro la reacción está siendo narcotizada por un identitarismo falsohispanista, falsotradicionalista o como queramos verlo, en el cual CEDADE juega, como vemos, un factor relevante.

      Sin más, dejo ahí otra vez más mi sincera felicitación al autor de ese escrito. Enhorabuena por su clarividencia y fineza, desde luego hace falta tener personalidad para ser capaz de sustraerse a esa falsa polarización con que se está tratando de aniquilar el hispanismo.

       





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    • La libertad sexual conduce al colapso de la cultura en tres generaciones (J. D. Unwin)
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    • Traigo de la hemeroteca un curioso artículo de José Fraga Iribarne publicado en la revista Alférez el 30 de abril de 1947. Temas que aborda: la desastrosa natalidad en Francia; la ya muy tocada natalidad española, especialmente en Cataluña y País Vasco; las causas espirituales de este problema, etc.

      Si rebuscáis en las hemerotecas, hay muchos artículos de parecido tenor, incluso mucho más explícitos y en fechas muy anteriores (finales del s. XIX - principios del s. XX). He traído este porque es breve y no hay que hacer el trabajo de escanear y reconocer los caracteres, que siempre da errores y resulta bastante trabajoso, pues ese trabajo ya lo ha hecho la Fundación Gustavo Bueno.

      Señalo algunos hechos que llaman la atención:

      1) En 1947 la natalidad de Francia ya estaba por los suelos. Ni Plan Kalergi, ni Mayo del 68, ni conspiraciones varias.

      2) Pero España, en 1947 y en pleno auge del catolicismo de posguerra, tampoco estaba muy bien. En particular, estaban francamente mal regiones ricas como el País Vasco y Cataluña. ¿Será casualidad que estas regiones sean hoy en día las que más inmigración reciben?

      3) El autor denuncia que ya en aquel entonces los españoles estaban entregados a una visión hedonística de la existencia, que habían perdido la vocación de servicio y que se habían olvidado de los fines trascendentes. No es, por tanto, una cosa que venga del Régimen del 78 o de la llegada al poder de Zapatero. Las raíces son mucho más profundas.

      4) Señala que el origen de este problema es ético y religioso: se ha perdido la idea de que el matrimonio tiene por fin criar hijos para el Cielo. Pero también se ha perdido la idea del límite: las personas cada vez tienen más necesidades y, a pesar de que las van cubriendo, nunca están satisfechas con su nivel de vida.

      Este artículo antiguo ilumina muchas cuestiones del presente. Y nos ayuda a encontrarle solución a estos problemas que hoy nos golpean todavía con mayor fuerza. Creo que puede ser de gran provecho rescatar estos artículos.
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    • En torno a la posibilidad de que se estén usando las redes sociales artificialmente para encrespar los ánimos, recojo algunas informaciones que no sé sin son importantes o son pequeñas trastadas.

      Recientemente en Madrid se convocó una contramanifestación que acabó con todos los asistentes filiados por la policía. Militantes o simpatizantes de ADÑ denuncian que la convocó inicialmente una asociación fantasma que no había pedido permiso y cuyo fin último podría ser provocar:

      Cabe preguntarles por qué acudieron a una convocatoria fantasma que no tenía permiso. ¿Os dais cuenta de lo fácil que es crear incidentes con un par de mensajes en las redes sociales?

      Un periodista denuncia que se ha puesto en marcha una campaña titulada "Tsunami Español" que pretende implicar a militares españoles y que tiene toda la pinta de ser un bulo de los separatistas o de alguna entidad interesada en fomentar la discordia:

      El militar rojo que tiene columna en RT es uno de los que difunde la intoxicación:

      Si pincháis en el trending topic veréis que mucha gente de derechas ha caído en el engaño.

      Como decía, desconozco la importancia que puedan tener estas intoxicaciones. Pero sí me parece claro que con las redes sociales sale muy barato intoxicar y hasta promover enfrentamientos físicos con unos cuantos mensajes bien dirigidos. En EEUU ya se puso en práctica lo de citar a dos grupos contrarios en el mismo punto para que se produjesen enfrentamientos, que finalmente ocurrieron.
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    • Una teoría sobre las conspiraciones
      ¿A qué se debe el pensamiento conspiracionista que tiene últimamente tanto auge en internet? Este artículo baraja dos causas: la necesidad de tener el control y el afán de distinguirse de la masa.
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