Saltar al contenido

Buscar en la comunidad

Mostrando resultados de las etiquetas 'psicología'.

  • Buscar por etiquetas

    Indique las etiquetas separadas por comas.
  • Buscar por autor

Tipo de contenido


Foros

  • Corazón Español
  • Foros generales
    • Debate de actualidad
    • La España pendiente
    • Memoria de las Españas
    • Café español
    • Información y soporte
  • 'Corazón Montañés', en el subforo 'Temas nuevos'
  • 'English-speaking community', en el subforo 'English-speaking forum'
  • 'Coração Brasileiro e Luso', en el subforo '· Fórum do Brasil e a Lusofonia'
  • 'Corazón Mexicano', en el subforo '· Foro de México'
  • 'Corazón Puertorriqueño', en el subforo 'Foro de Puerto Rico'
  • 'Corazón Argentino', en el subforo '· Foro de Argentina'
  • 'Fuero de las Alemanias.', en el subforo 'Foro Hispano-Alemán'
  • 'Corazón Católico', en el subforo 'Foro Católico'
  • 'Mundo Republiqueto', en el subforo 'Foro de la comunidad MR'
  • 'Corazón Peruano', en el subforo 'Foro del Perú'

Categorías

  • Tribuna de opinión
  • España
  • Europa
  • Hispanoamérica
  • Internacional
  • Historia y patrimonio
  • Política y economía
  • Religión e Iglesia
  • Geopolítica y estrategia
  • Pensamiento y filosofía
  • Ciencia y tecnología
  • Naturaleza y medioambiente
  • Artes y cultura
  • Información web

Categorías

  • Registros

Categorías

  • Hispanidad y mundo contemporáneo
    • Actualidad y mundo contemporáneo
    • El futuro de la Hispanidad
    • Memorias de la Hispanidad
  • Charla y entretenimiento
    • Arte y cultura
    • Ciencia y tecnología
    • Fe y religión
    • Educación y formación
    • Pensamiento y filosofía
    • Naturaleza y medio ambiente
    • Viajes y turismo
    • Música y cine
    • Deportes y espectáculos
    • Datos y curiosidades
  • 'Fuero de las Alemanias.', en el subforo 'Videos'
  • 'Corazón Católico', en el subforo 'Videos'

Encontrar resultados en...

Encontrar resultados que contengan...


Fecha creación

  • Inicio

    Fin


Última actualización

  • Inicio

    Fin


Filtrar por número de...

Se unió

  • Inicio

    Fin


Grupo


Encontrado 2 resultados

  1. Tras haber mantenido un desesperante debate en el foro Burbuja con un par de filopaganos, que han empleado las tésis de Jung para sostener su ataque contra el cristianimo y sus teorías de una vuelta al paganismo como camino de edificación personal, he retomado un artículo que leí hace tiempo, acerca de la influencia de Jung en el cristianismo a través del psicoanálisis. He tratado de traducirlo y adaptarlo lo mejor que he podido, para que pueda consultarse en el caso de que alguien pueda estar interesado en la temática, o que esos argumentos vuelvan a surgir en el transcurso de algún debate. Cabe señalar que el artículo original procede de un autor evangelista, por lo que he procedido a eliminar el prólogo que hace referencia a la iglesia evangélica, y he dejado el desarrollo del tema que considero interesante. No obstante, a pie de artículo puede encontrarse el enlace a la fuente original. PSICOHEREJÍA Por Martin y Deidre Bobgan El legado de Carl Gustav Jung al cristianismo La gran mayoría de cristianos, probablemente nunca hayan oído hablar de Carl Gustav Jung, pero su influencia dentro del cristianismo es enorme a través de la psicología. El legado de C.G.Jung a la "psicología cristiana" es al mismo tiempo directo e indirecto. Algunos profesionales cristianos, influidos por las enseñanzas de Jung, han integrado aspectos de la teoría jungiana en su propia práctica de la psicoterapia, incorporando conceptos como los tipos de personalidad, el inconsciente personal, o el análisis de los sueños y los arquetipos en su tarea de comprender y aconsejar a sus pacientes. Otros cristianos han sido influenciados de manera indirecta, al someterse a terapias para el tratamiento de adicciones, basadas en los programas de los doce pasos, o al haber asumido el Indicador de Tipo Myers-Briggs, que está basado en los tipos de personalidad de Jung, y que incorpora sus teorías de introversión y extroversión. Jung y Freud El legado de Jung no ha sido positivo para el cristianismo. Desde el principio, la psicoterapia ha minado las doctrinas del cristianismo. Las actitudes de Sigmund Freud hacia el cristianismo eran evidentemente hostiles, porque creía que las doctrinas religiosas eran todas ilusorias, llegando a definir la religión como «la neurosis obsesiva universal de la humanidad».1 Su seguidor durante algún tiempo y colega Carl G. Jung, por otra parte, puede no ser tan evidente en su rechazo del cristianismo. Sin embargo, sus teorías rebajan de manera desdeñosa la doctrina cristiana, hasta situarla al mismo nivel que las decualquier otra religión. Aunque Jung no entendía la religión como una «neurosis obsesiva universal», sí que consideró a todas las religiones, incluyendo al cristianismo, como mitologías colectivas e irreales en esencia, que sin embargo ejercen un verdadero efecto sobre la personalidad humana. El doctor Szasz, describe la diferencia entre las teorías psicoanalíticas de Freud y Jung de la siguiente forma: «Así, en opinión de Jung las religiones son apoyos espirituales indispensables, mientras que en la de Freud son muletas ilusorias.»2 Mientras Freud argumentaba que las religiones son engañosas y por lo tanto esencialmente malas para la psique, Jung mantenía que todas las religiones son algo imaginario aunque bueno. Ambas posturas son anticristianas pues, la una niega el cristianismo, y la otra lo convierte en un mito. Tras haber leído La interpretación de los sueños de Freud, Jung contactó con él estableciéndose una amistad de mutua admiración, que duró cerca de ocho años. Aunque Jung ejerció durante cuatro años como presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional, la rotura entre Jung y Freud fue total. Jung divergía de Freud en varios puntos, en particular acerca de la teoría de Freud acerca del sexo. Además, Jung había ido desarrollando su propia teoría y metodología, conocida como psicología analítica. El inconsciente colectivo Jung enseñaba que la psique humana se compone de varios sistemas, que incluyen el inconsciente personal con sus complejos, y el inconsciente colectivo con sus arquetipos. La teoría de Jung de un inconsciente personal, es muy similar a la creación freudiana de una región que contiene las experiencias reprimidas, olvidadas o ignoradas. Sin embargo, Jung consideraba el inconsciente personal como un una capa más o menos superficial del inconsciente. Dentro del inconsciente personal, se encuentran lo que denominó "complejos con tonos de sentimientos". Dijo que "constituyen la faceta personal y privada de la vida psíquica".3 Se trata de los sentimientos y de las percepciones que se organizan alrededor de personas significativas o acontecimientos relevantes en la vida de la persona. Jung creía que había una capa más profunda y significativa del inconsciente, que denominó inconsciente colectivo y se identificaba como arquetipos innatos, inconscientes y generalmente universales. El inconsciente colectivo de Jung ha sido descrito como un «almacen de trazas de memorias latentes, heredadas del pasado atávico del hombre, un pasado que incluye no sólo la historia racial del hombre como especie separada, sino también sus antepasados prehumanos o animales».4 Por tanto, en la teoría de Jung se incluyen consecuentemente tanto la teoría de la evolución de Darwin como la antigua mitología. Jung mostró que este inconsciente colectivo es un almacén compartido por todas las personas, y por tanto es universal. Sin embargo, por cuanto es inconsciente, no todas las personas son capaces de acceder al mismo. Jung contemplaba el inconsciente colectivo como la estructura fundamental de la personalidad, sobre las que se edifican el inconsciente personal y el ego. Debido a que creía que los fundamentos de la personalidad son ancestrales y universales, estudió las religiones, la mitología, los rituales, los símbolos, los sueños y las visiones. «Todas las enseñanzas esotéricas tratan de aprehender los acontecimientos invisibles en la psique, y todas demandan una autoridad suprema para sí mismas. Lo que es cierto del folklore primitivo es cierto incluso en mayor grado de las religiones de influencia mundial. Contienen un conocimiento revelado que fue originalmente oculto, y exponen en gloriosas imágenes los secretos del alma».5 El concepto de cristianismo en Jung Debido a que Jung dejó lugar para la religión, muchos cristianos se sintieron cómodos con sus ideas. Por esto es importante considerar las actitudes de Jung hacia el cristianismo. El padre de Carl Jung fue un ministro protestante, y Jung llegó a experimentar aspectos de la fe cristiana durante su infancia. Acerca de su temprana experiencia con la Sagrada Comunión, que parece estructurar sus ideas posteriores acerca de que todas las religiones son sólo mitos, dejo escrito lo siguiente: «Lentamente llegué a comprender que esta comunión había sido una experiencia fatal para mí. Había resultado hueca; más aún, resultó ser una pérdida total. Sabía que nunca podría volver a participar en esta ceremonia. Bueno, esto no es religión en absoluto, pensé: Es la ausencia de Dios; la iglesia es un lugar al que no debería ir. Ahí no hay vida, sino muerte.»6 Debido a aquel significativo incidente, Jung pudo haber evolucionado en la negación de las religiones tal como hizo Freud; pero no lo hizo. En lugar de ello, evidenció que la religión era algo muy significativo para muchas personas y por tanto, las religiones podían ser útiles como mitos. Su decisión de considerar todas las religiones como mitos fue posteriormente influída por su perspectiva del psicoanálisis. Según Viktor von Weizsaecker, «C. G. Jung fue el primero en comprender que el psicoanálisis pertenecía a la esfera de la religión».7 Que las teorías de Jung constituyen una religión puede verse en su consideración de Dios como el inconsciente colectivo, y por ello presente en el inconsciente de cada persona. Para él, las religiones revelaban aspectos del inconsciente y podían así acceder a la psique de la persona. También empleó los sueños como vías de entrada a la psique para la propia comprensión y autoexploración. La religión era sólo un instrumento para acceder al yo, y si una persona quería emplear para ello símbolos cristianos, era válido. El espíritu guía de Jung Debido a que Jung transformó el psicoanálisis en un tipo de religión, es también considerado como un psicólogo transpersonal además de un teórico del psicoanálisis. Se implicó profundamente en el ocultismo, practicó la necromancia y tuvo contacto habitual con espíritus descarnados, a los que denominó arquetipos. Gran parte de su obra fue inspirada por estas entidades pues Jung tenía su propio espíritu familiar, al que llamaba Filemón. Al principio pensaba que Filemón era parte de su propia psique, pero más adelante descubrió que Filemón era algo más que una expresión de su propio ser interior: «Filemón y otras figuras de mis fantasías me dieron a saber el conocimiento crucial de que hay cosas en la psique que yo no produzco, sino que se producen a sí mismas y tienen su propia vida. Filemón representaba una fuerza que no era yo mismo. En mis fantasías tuve conversaciones con él, y él dijo cosas que yo no había pensado de manera consciente. Porque observé con claridad que era él quien hablaba, y no yo. ... Psicológicamente, Filemón representaba un conocimiento superior. Para mí era una figura misteriosa. En ocasiones me parecía muy real, como si fuera una personalidad viviente. Paseaba con él jardín arriba y abajo, y fue para mí lo que los indios llaman un guru».8 Todo esto nos permite comprender por qué Jung es tan popular entre los seguidores de la Nueva Era. La meta de Jung para el psicoanálisis, era que llegase a ser una religión integral. La influencia de Jung en la organización Alcohólicos Anónimos Jung también abrió el camino para el desarrollo de Alcohólicos Anónimos. El cofundador Bill Wilson, en una carta a Jung en 1961, le dice lo siguiente: «Esta carta de inmenso agradecimiento ha estado pendiente durante mucho tiempo. (…) Aunque seguramente habrá oído acerca de nosotros, dudo que usted sea consciente de que una cierta conversación que tuvo una vez con uno de sus pacientes, un tal señor Roland H., en la década de los treinta, haya tenido un papel crucial en la constitución de nuestra agrupación.»9 Wilson prosigue la carta recordándole a Jung, lo que le había contado abiertamente a Roland H. de su situación desesperada, que estaba más allá de la ayuda que le pudiera ofrecer la medicina o la psiquiatría. Wilson escribió: «Esta declaración sincera y humilde de su parte, fue indudablemente la primera piedra fundamental sobre la que ha sido edificada nuestra agrupación.» Cuando Roland H. preguntó a Jung si había alguna esperanza para él, Jung le dijo que podría haberla, siempre que pudiera pasar por una experiencia espiritual o religiosa: en resumen, una conversión genuina. Wilson proseguía en su carta: «Usted le recomendó que se situase en una atmósfera religiosa y que tuviera esperanza.»10 Evidentemente para Jung, no había necesidad de doctrina ni contenido de fe, sino sólo una experiencia transformadora. Los cristianos se implican en la religión de Jung cuando integran sus conceptos acerca del hombre y la deidad, al asimilar sus teorías, terapias y conceptos. Es importante observar que Jung no podía referirse a la conversión al cristianismo, porque por lo que respecta a él, toda religión es simplemente un mito, una manera simbólica de interpretar la vida de la psique. Para Jung, la conversión significaba sencillamente una experiencia dramática que alterase profundamente la perspectiva de la persona acerca de la vida. Jung mismo había rechazado abiertamente el cristianismo y se había lanzado a la idolatría, reemplazando a Dios por una miríada de arquetipos mitológicos. La respuesta de Jung a la carta de Wilson, incluía la siguiente afirmación acerca de Roland H.: «Su deseo por el alcohol era el equivalente, a un nivel bajo, de la sed espiritual de nuestro ser por la plenitud; expresándolo en lenguaje medieval: la unión con Dios.»11 En su carta Jung menciona que, en latín se emplea la misma palabra para alcohol que para «la más elevada experiencia religiosa». También en inglés, lo mismo que en castellano, se hace referencia al alcohol como espíritu. Pero conociendo la teología de Jung y sus intimidades con su espíritu guía, se puede suponer que el espíritu al que se refiere no sea el Espíritu Santo, y que el dios al que se refiere no es el Dios de la Biblia. La blasfemia de Jung El neopaganismo de Jung y su deseo de reemplazar el cristianismo con su propio concepto de psicoanálisis, puede verse en una carta que le escribió a Freud: «Me imagino una tarea mucho más delicada e integradora para el psicoanálisis, que la alianza con una fraternidad ética. Creo que debemos darle tiempo para que se infiltre en personas de muchas procedencias, que avive entre los intelectuales un sentimiento hacia los símbolos y los mitos, para que muy gentilmente transforme a Cristo de vuelta al hechicero dios del vino, que era, y de esta manera absorber aquellas fuerzas extáticas instintivas en el cristianismo, para el propósito único de hacer del culto y del mito sagrado lo que habían sido antes: una fiesta borracha de gozo donde el hombre recuperaba el carácter y la santidad de un animal».12 De esta manera, la meta de Jung para el psicoanálisis, debía ser una religión global superior al cristianismo, reduciendo la verdad del cristianismo a un mito, y transformando a Cristo en un «hechicero dios del vino.» Fuente original: Pyschoheresy Awareness Newsletter, Volumen 4, número 4, Julio/Agosto 1996 El artículo original puede leerse en: http://www.pamweb.org/jungleg.html NOTAS BIBLIOGRÁFICAS: 1. Sigmund Freud. The Future of an Illusion, trans. and edited by James Strachey. New York: W.W. Norton and Company, Inc., 1961, p. 43. 2. Thomas Szasz. The Myth of Psychotherapy. Garden City: Doubleday/Anchor Press, 1978, p. 173. 3. C. G. Jung. The Archetypes and the Collective Unconscious, 2nd ed., trans. by R.F.C. Hull. Princeton: Princeton University Press, 1969, p. 4. 4. Calvin S. Hall and Gardner Lindzey. Theories of Personality. New York: John Wiley & Sons, Inc., 1957, p. 80. 5. Jung, The Archetypes and the Collective Unconscious, op. cit., p. 7. 6. C. G. Jung. Memories, Dreams, Reflections, ed. by Aniela Jaffe, trans. by Richard and Clara Winston. New York: Pantheon, 1963, p. 55. 7. Victor Von Weizsaecker, "Reminiscences of Freud and Jung." Freud and the Twentieth Century, B. Nelson, ed. New York: Meridian, 1957, p. 72. 8. Jung, Memories, Dreams, Reflections, op. cit., p. 183. 9. "Spiritus contra Spiritum: The Bill Wilson/C.G. Jung Letters: The roots of the Society of Alcoholics Anonymous." Parabola, Vol. XII, No. 2, May 1987, p. 68. 10. Ibid., p. 69. 11. Ibid., p. 71. 12. C. G. Jung quoted by Richard Noll. The Jung Cult. Princeton: Princeton University Press, 1994, p. 188.
  2. Español

    No somos iguales

    Acabo de leer un artículo que publica esta semana La Razón sobre la ideología de género, escrito por un psicólogo que trabaja en el campo de la inteligencia emocional, y no he podido resistirme a compartirlo aquí porque me parece de lo mejor que he leído al respecto en prensa últimamente. Aquí os lo dejo a ver que os parece a vosotros. Los errores de la ideología de género La condición fundamental para desarrollar la individualidad es darnos cuenta de que somos desiguales. Antonio Galindo - 13 de febrero de 2019 Educar en la diversidad es el lema de programas educativos que no saben interpretar lo que significa ser diferentes. Con una metodología homogénea y un sistema de evaluación para todos igual, los exámenes, es imposible enseñar a nuestros jóvenes, cuyo equilibrio personal depende de que se conozcan por dentro de verdad y expresen lo mejor de sí mismos a través de sus talentos y aptitudes. Por supuesto que todos los seres humanos somos iguales en cuanto a derechos pero no igualables a nivel de cómo aprendemos. Tampoco nuestra manera de ser es igual a la de otra persona. Ni nuestras preferencias ni el propio biorritmo. Así pues, la igualación que se aplica a nivel educativo la notamos por la falta de adaptación de la metodología y la evaluación a la diversidad de seres humanos. Bajo el pretexto de un mismo uniforme para todos, suele ser que los programas educativos desconsideran las diferencias individuales. No somos igualables sino genuinos. Es más, la condición fundamental para desarrollar la individualidad es darnos cuenta de que somos desiguales. Sin un enfoque que considere que un individuo es desigual a otro individuo no es posible alimentar el alma ni se desarrolla el ser humano. Desigualdad quiere decir que dos personas tienen mentes y estilos de aprendizaje diferentes, por lo tanto, desiguales. De tal manera que, si la enseñanza no se adapta a cada persona de manera desigual, se descuida el noble principio de acompañar a ser el individuo que somos. En las familias con varios hijos los progenitores, aunque crean que educan en la aparente igualdad, tarde o temprano se dan cuenta de que, para llegar a un mismo fin, no sirve la misma manera de relacionarse con un hijo que con otro. Cada uno es diferente y nuevamente el reto de la diversidad pone a prueba la conciencia dormida de los padres y su capacidad para vislumbrar el alma del hijo. Cuando un padre supone que un hijo ha de ser como tiene que ser y no lo ve como es, entonces la confrontación es la moneda de intercambio entre ellos, pues el alma del chico o la chica clama por ser como es: diferente y desigual. Un modelo educativo que intentó prosperar en los años 80 para impulsar las diferencias individuales fue la teoría del norteamericano Howard Gardner, el autor de las inteligencias múltiples. Para este profesor de la Universidad de Harvard no existe un único tipo de inteligencia ni una única manera de abordar los problemas sino que los seres humanos tenemos enfoques diferentes en base a nuestro propio estilo de inteligencia, llegando a definir hasta 12 tipos (lógico matemática, analítico verbal, musical, creativa, espiritual, corporal, musical...) Con este modelo se abría un mundo enorme de posibilidades educativas que preservaba el principio de la desigualdad, dando cabida a una manera genuina de apoyar en la diversidad. Cuarenta años después del surgimiento de este enfoque, salvo muy específicas experiencias educativas y algún profesor innovador, la teoría ha caído en el baúl de los recuerdos. A nivel social casi nadie sabe que somos diferentes porque tenemos inteligencias diferentes. Poca publicidad se ha hecho de este aspecto que alimenta el respeto por las diferencias individuales. ¿Por qué no ha penetrado en la sociedad un modelo basado en este genuino elemento que hace diferente al ser humano por su estilo de inteligencia? Curiosamente y con más éxito debido a la gran repercusión educativa y social además del apoyo político, otro enfoque que, a un determinado nivel, intenta abordar la diversidad y las diferencias individuales es la ideología de género. Sin basarse en los estilos cognitivos ni de inteligencia, la ideología de género propone un modelo de diversidad asociada a la autopercepción sexual. Según este enfoque, se es diferente, no por cómo somos sino por cómo nos sentimos sexualmente independientemente de la propia naturaleza y del rol social. Tanto tipo de inteligencia como sentimiento sexual son ámbitos a través de los cuales se pretende un propósito aparentemente común, afirmar la propia identidad; uno sin impacto político alguno, otro con todo el apoyo de organizaciones y colectivos que aspiran a conseguir así el respeto por la propia diversidad. Pero ambos aspectos son limitados y no representan ni de lejos la esencia de lo que significa ser individuos. Es como tener hambre y creer que basta el aire para alimentarse. Más allá de la inteligencia y del género es cuando somos genuinamente diferentes Hay un lugar interior, incontrolable, que no es mente, no es inteligencia, tampoco es género ni hace referencia al ámbito sexual ni al rol social. Hablo del alma y de la conciencia. El alma no es ideología, no se piensa ni se decide. Su cualidad es Ser. Está por encima de las ideas aunque las abarca a todas así como abarca la inteligencia pero no se identifica con ella. Pues es en los valores y los principios donde navega. Los valores permanecen mientras que los pensamientos van y vienen. Una teoría sobre la inteligencia prospera hoy y perece mañana; como la ideología, que hoy es una moda de un color y mañana se cambia por otra. Un ser humano no es un objeto que cambia de esencia porque se maquille con la apariencia. Buscar ser diferentes a través de atributos externos como la inteligencia o la sexualidad sólo es si acaso una fase en el movimiento de afirmación personal, un momento, un intento de identificarnos y reconocernos. Pero el desarrollo del individuo es mucho más amplio y va más allá de estos aspectos coyunturales que están quietos y son pura forma. Donde los programas educativos se acaban empieza de verdad la realidad. Porque sucede que el alma vuela, se mueve, se hace grande a cada instante. En realidad nace y se expande cada día pero, nosotros, ajenos al sentir genuino de lo que nos hace reales, nos conformamos con creer que nos hacemos diferentes por la apariencia de ser inteligente de este modo o afirmándonos a través de un género. Compramos la oferta educativa de turno o nos dejamos seducir por la fascinación política imperante. Pero esto no es suficiente, no. SER un individuo no es cuestión de voluntad humana sino de descubrimiento permanente. SER no sólo involucra la pretensión de construirse socialmente, no es un ejercicio mental sino que sucede a través de la experiencia consciente. Ni la inteligencia ni la sexualidad pueden definirnos. No pueden decirnos lo que somos por mucho que los programas educativos insistan en ello pues son puras anécdotas, meros apoyos en los que basarnos para caminar. No son el fin del desarrollo del individuo sino una parada. Ante la inmensidad de lo que significa Ser un individuo la educación organizada y la sociedad hacen propuestas de corto alcance, chatas y materialistas, que embelesan pero no convencen, pues su propósito último no es la expansión del alma ni el desarrollo del criterio propio sino la socialización y la adaptación del ser humano a lo políticamente correcto. El individuo no cabe en una caja. Su guía es por encima de todo el entusiasmo. Se entrega al mundo cuando descubre y hace consciente sus cualidades que le son dadas. Entonces las acepta, respeta y venera, haciendo de la vida una inspiración permanente.
×