Sí, estoy de acuerdo. Me refiero al enfoque que usó Dios respecto al hombre en ese momento. El hombre venía del paganismo, que consistía en la adoración de personificaciones de la naturaleza buscando buenas cosechas, fecundidad, victoria en la guerra, etcétera. En ese contexto la relación con la divinidad de los pueblos era parecida a una relación mercantil, el hombre ofrecía sacrificios a los dioses a cambio de su ayuda.
Dios se adapta a eso y lo que tenemos en esos libros son promesas materiales: A Abrahán, un anciano casado con Sara, otra anciana, ambos infértiles, preocupado porque no tenía hijos e iba a heredar un criado sus bienes. Dios le promete que tendrá una gran descendencia tan numerosa como los granos de tierra y las estrellas. A Isaac le bendice con riqueza, mucho ganado, esclavos, etcétera. además de la promesa que hizo a Abrahán. Así sucede con los patriarcas, a eso me refería. Un sacrificio es ofrecerle algo material a Dios a cambio de su favor, tiene sentido en ese contexto. Dios eliminó los sacrificios humanos pero mantuvo el resto hasta que Jesucristo con su sacrificio en la Cruz los eliminó también. Pero Jesucristo nos dice que lo que quiere es misericordia, la conversión, no sacrificios.
Si nos vamos a las 613 leyes judías, había un montón de leyes referentes a qué comer -había muchos animales impuros que no podían comerse y muchas condiciones ver Levítico 11 - qué hacer, rituales de purificación, un montón de cosas que desaparecieron con la nueva alianza formada dada por la sangre de Jesucristo, no desaparecieron solo los sacrificios, desapareció mucho más. Pero también se exigen otras cosas, ahora importa el corazón, y pensar el mal puede ser pecado mortal, ya no solo importa lo que haces. Esas leyes judías degeneraron hasta llegar a los fariseos que las desvirtuaron hasta el punto de negarse a ayudar a alguien en Sabbath porque para ellos eso violaba la ley.