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Mostrando el contenido mejor valorado el 21/04/21 en todas las áreas

  1. 10 puntos
    Se fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2 Hoy la Iglesia nos trae la Palabra evangélica, con el Salmo 30. La acción de estar agradecido, en paz. David no sólo tuvo una gran vida de abundancia más esa especial predilección de Dios por él. Sino que también paso momentos, tiempos, de gran sufrimiento. Pero la prueba siempre fue superada. Porque igual que pecó, grandemente, se arrepintió profundamente y se purificó de sus manchas. Por su amor a Dios, con su temor incluido. A tus manos Señor, encomiendo mi espíritu. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Salmo_30 ? Agustín vio que en el Salmo David escribió sobre la fundación de la casa como señalando la resurrección de Cristo y el fundamento de la casa de Dios, la iglesia.[9] Y lo hilvana con la lectura de Hechos (7,51–8,1a) https://misas.org/palabra Aunque no es San Esteban, se quedó el día para recordar cómo murió. Aprovecho para felicitar al Papa emérito, Benedicto XVI, que el 16 cumplió 94 años. Ya está más cerca de reunirse con Dios, y con nuestros familiares que durmieron ya. Y traigo una catequesis de las que hacía él, tan puesto en historia. Muy hermoso: http://www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/audiences/2007/documents/hf_ben-xvi_aud_20070110.html Dijo el santo padre: Conviene advertir que lo más importante es que, además de los servicios caritativos, san Esteban desempeña también una tarea de evangelización entre sus compatriotas, los así llamados "helenistas". En efecto, san Lucas insiste en que, "lleno de gracia y de poder" (Hch 6, 8), presenta en el nombre de Jesús una nueva interpretación de Moisés y de la misma Ley de Dios, relee el Antiguo Testamento a la luz del anuncio de la muerte y la resurrección de Jesús. Esta relectura del Antiguo Testamento, una relectura cristológica, provoca las reacciones de los judíos, que interpretan sus palabras como una blasfemia (cf. Hch 6, 11-14). Por este motivo es condenado a la lapidación. Y san Lucas nos transmite el último discurso del santo, una síntesis de su predicación. Del mismo modo que Jesús había explicado a los discípulos de Emaús que todo el Antiguo Testamento habla de él, de su cruz y de su resurrección, también san Esteban, siguiendo la enseñanza de Jesús, lee todo el Antiguo Testamento en clave cristológica. Demuestra que el misterio de la cruz se encuentra en el centro de la historia de la salvación narrada en el Antiguo Testamento; muestra que realmente Jesús, el crucificado y resucitado, es el punto de llegada de toda esta historia. Y demuestra, por tanto, también que el culto del templo ha concluido y que Jesús, el resucitado, es el nuevo y auténtico "templo". Precisamente este "no" al templo y a su culto provoca la condena de san Esteban, el cual, en ese momento, como nos dice san Lucas, mirando al cielo vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a su derecha. Y viendo en el cielo a Dios y a Jesús, san Esteban dijo: "Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios" (Hch 7, 56). Siguió su martirio, que de hecho se asemejó a la pasión de Jesús mismo, pues entregó al "Señor Jesús" su espíritu y oró para que el pecado de sus asesinos no les fuera tenido en cuenta (cf. Hch 7, 59-60). El lugar del martirio de san Esteban, en Jerusalén, se sitúa tradicionalmente fuera de la puerta de Damasco, al norte, donde ahora se encuentra precisamente la iglesia de San Esteban, junto a la conocida École Biblique de los dominicos. Tras el asesinato de san Esteban, primer mártir de Cristo, se desencadenó una persecución local contra los discípulos de Jesús (cf. Hch 8, 1), la primera de la historia de la Iglesia. Constituyó la ocasión concreta que impulsó al grupo de los cristianos judío-helenistas a huir de Jerusalén y a dispersarse. Expulsados de Jerusalén, se transformaron en misioneros itinerantes: "Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la buena nueva de la Palabra" (Hch 8, 4). La persecución y la consiguiente dispersión se convirtieron en misión. Así el Evangelio se propagó en Samaría, en Fenicia y en Siria, hasta llegar a la gran ciudad de Antioquía, donde, según san Lucas, fue anunciado por primera vez también a los paganos (cf. Hch 11, 19-20) y donde resonó por primera vez el nombre de "cristianos" (cf. Hch 11, 26). En particular, san Lucas especifica que los que lapidaron a Esteban "pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo" (Hch 7, 58), el mismo que de perseguidor se convertiría en apóstol insigne del Evangelio. Eso significa que el joven Saulo seguramente escuchó la predicación de san Esteban y conoció sus contenidos principales. Y probablemente san Pablo se encontraba entre quienes, siguiendo y escuchando este discurso, "tenían los corazones consumidos de rabia y rechinaban sus dientes contra él" (Hch 7,54). Así podemos ver las maravillas de la Providencia divina: Saulo, adversario empedernido de la visión de Esteban, después del encuentro con Cristo resucitado en el camino de Damasco, retoma la interpretación cristológica del Antiguo Testamento hecha por el protomártir, la profundiza y la completa, y de este modo se convierte en el "Apóstol de los gentiles". Enseña que la Ley se cumple en la cruz de Cristo. Y la fe en Cristo, la comunión con el amor de Cristo, es el verdadero cumplimiento de toda la Ley. Este es el contenido de la predicación de san Pablo. Así demuestra que el Dios de Abraham se convierte en el Dios de todos. Y todos los creyentes en Cristo Jesús, como hijos de Abraham, se hacen partícipes de las promesas. En la misión de san Pablo se realiza la visión de san Esteban. La historia de san Esteban nos da varias lecciones. Por ejemplo, nos enseña que el compromiso social de la caridad no se debe separar nunca del anuncio valiente de la fe. Era uno de los siete que se encargaban sobre todo de la caridad. Pero la caridad no se podía separar del anuncio. De este modo, con la caridad, anuncia a Cristo crucificado, hasta el punto de aceptar incluso el martirio. San Esteban sobre todo nos habla de Cristo, de Cristo crucificado y resucitado como centro de la historia y de nuestra vida. Podemos comprender que la cruz ocupa siempre un lugar central en la vida de la Iglesia y también en nuestra vida personal. En la historia de la Iglesia no faltará nunca la pasión, la persecución. Y precisamente la persecución se convierte, según la famosa frase de Tertuliano, en fuente de misión para los nuevos cristianos. Cito sus palabras: "Nosotros nos multiplicamos cada vez que somos segados por vosotros: la sangre de los cristianos es una semilla" (Apologético 50, 13: "Plures efficimur quoties metimur a vobis: semen est sanguis christianorum"). Pero también en nuestra vida la cruz, que no faltará nunca, se convierte en bendición. Y aceptando la cruz, sabiendo que se convierte en bendición y es bendición, aprendemos la alegría del cristiano incluso en los momentos de dificultad. El valor del testimonio es insustituible, pues el Evangelio lleva a él y de él se alimenta la Iglesia. Que san Esteban nos enseñe a aprender estas lecciones; que nos enseñe a amar la cruz, puesto que es el camino por el que Cristo se hace siempre presente entre nosotros. —————————— Yo creo que ese día fue muy importante pues marcaría lo que iba a ser el devenir de la comunidad Cristiana, hasta otras etapas posteriores pasados varios siglos. La imitación del Señor como base inmaculada para construir la casa de Dios, la Iglesia. Purificación incluso en personas ya de vida santa. La sangre de los mártires de la fe. Cuantas veces verían aquellos y aquellas, mujeres y hombres, la gloria de Dios en situ, mientras otros semejantes como bestias sin raciocinio y mucho odio sólo veían carne comida, asesinada, desangrada. Derramando la sangre de personas tan puras, tremendo lastre se llevaron. Veían el Cielo, la otra vida, la Verdad cumplida como promesa a la derecha del Padre, sintieron en carne propia la Trinidad, por estar llenos de Espíritu Santo. Mucho sufrimiento, si, pero nada fue en vano, y todos y cada uno de ellos hizo que contase. Para quien fueron hechos. Martirizados en paz, la del Señor. Un saludo, y dediquemos nuestros sufrimientos a Dios, para que cuenten. Hasta pronto.
  2. 1 punto
    Miguel Ayuso tiene una idea parecida a la de Javier de Miguel con respecto a la revolución americana: Añade Pedro Soulinake: Y apostilla Iñaki Lizasoain: Aborda el tema en coordenadas parecidas John Rao, del que traje en su día al foro un artículo precisamente sobre este tema: El americanismo como religión civil - Debate de actualidad - Corazón Español Pero, ya digo, me parece que Javier de Miguel expresa todo esto con mayor acierto, con matices propios y enteramente originales que hacen que su artículo sea ideal para dar a conocer el tema a la derecha española, tan desnortada en los últimos tiempos. Ilustro este desnortamiento con un tuit que vi ayer de unos de los autores que anda promoviendo un conservadurismo antilibertario (iniciativa que en principio me pareció loable y por ello le dediqué un hilo): Si este es el tipo de conservadurismo que promueven en España, conmigo que no cuenten. Me gustaría subir el artículo de Javier de Miguel a portada, pero como se ha registrado igual prefiere hacerlo él y darle el matiz que crea conveniente.
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