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Rercojo un video donde un streamer de videojuegos realiza una denuncia pública, documentada, acerca de la inclusión de pornografía y servicios sexuales de pago para menores, en plataformas de videojuegos infantiles dependientes de Facebook, Amazon (Twitch) y Google (Youtube). Una práctica generalizada a la que diariamente tienen acceso nuestros pequeños. Por mi parte sobran las palabras por lo evidente de la situación, y aunque no tenía pensado volver a participar en el foro hasta pasada la cuaresma, me hago eco de esta denuncia para evidenciar el grado de podedumbre al que están llevando las redes sociales a nuestra sociedad, y porque si hay alguna batalla que merezca la pena seguir actualmente, en mi opinión, sin duda es la de poner freno a la abyecta destrucción social que están promoviendo estos gigantes de la comunicación, que han visto potenciada exponencialmente su influencia merced a las reclusiones sociales a las que nos hemos visto todos obligados por la pandemia.

Es muy posible que a este chaval acaben cerrándole la cuenta por denunciar lo que está denunciando, o que incluso le pase algo peor, pero eso no le está impidiendo exponerse y seguir con su campaña de denuncia pública. El video que ha publicado hoy es si cabe más fuerte que los anteriores y demuestra que no se trata en absoluto de casos aislados sino de una práctica generalizada, que en manos de un fiscal competente presumo daría para cerrar esas plataformas indefinidamente y multas millonarias. Yo mismo he dado un vistazo hoy en la plataforma Twitch, dependiente de Amazon y dedicada a emitir streaming de videojuegos a un público mayormente infantil, y la segunda recomendación que me aparecía en pantalla, nada más entrar y sin tener yo una cuenta previa allí, era la de una chica en lencería provocativa, emitiendo un directo en el que invitaba a que le donaran dinero a través de la plataforma, a cambio de escribirse en diferentes partes de su cuerpo, más íntimos cuanto mayor fuese la suma, el nombre de sus donantes. Prostitución pura y dura sin censura en ámbito y horario mayormente infantil. Y como esa he podido encontrar unas cuantas más, de las que omito poner capturas de pantalla por lo censurable de sus actos y por no hacerles publicidad, aunque el asunto me ha parecido tremendo. Sabía que estábamos mal, pero no me imaginaba hasta qué punto. Ya no es que plataformas como Amazon estén reventando buena parte de la economía y el tejido laboral dadas sus prácticas comerciales, sino que también están reventando la cabecita de nuestros pequeños. Literalmente.

El autor del video anterior, comenzó su actividad denunciante con este video, que recomiendo visualizar, ya que aborda conceptos interesantes para comprender el fenómeno:

Yo ni siquiera he pinchado en los vídeos del repelús que me produce solo el tema, solo espero que su denuncia tenga eco.