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Contenido popular

Mostrando el contenido mejor valorado el 15/09/20 en todas las áreas

  1. 35 puntos
    bueno, pues has expuesto la situación que tanto hablábamos, el uso de sacramentos y simbología cristiana como elemento identitario, un distintivo que te diferencia y reafirma no en el ámbito de fe sino en el ideológico… durante un tiempo -aquel en el que la izquierda estaba sometida por un régimen de signo contrario- la actitud de la izquierda era de espejo inverso, reactiva, una definición en negativa, si Franco estaba por la unidad de Espanna pues ellos a tirar para el lado contrario, si estaba contra lo otro pues ellos lo contrario... cuando se invirtieron las tornas y la izquierda fue adquiriendo supremacía social -todo eso que hoy llamamos progresismo- los hijos de la vieja derecha optaron por centrarse en el campo de la economía, la gestión, etc. y dejar de lado el combate ideológico, incluso asumiendo en buena parte postulados izquierdiles y hasta defendiéndolos, confiados en que su teórico mejor hacer en el manejo de los dineros les serviría como elemento diferenciador y atractivo. Pues nada de eso, no solo se demostraron tan tendentes a la corrupción como los otros sino que aún con números, al menos sobre el papel, mejores que los de la izquierda… no lograron conquistar socialmente la amplitud de la nación. ahora, un sector de la derecha se ha dado cuenta de que ceder el terreno ideológico fue un error pero el danno hecho ya es bastante grande, la derecha está descristianizada, la mayor parte de ella piensan y se comportan como progres en su forma de vida y resulta que el reclamo económico solo es atractivo para una parte de la población relativamente bien posicionada, con lo cual solo eso no les puede aportar superioridad electoral, con lo cual a la inferioridad moral a las que le somete el populismo izquierdil se suma la inferioridad en poder político. aparece en escena la neoderecha en Europa, primero, más el trumpismo que entusiasma al ala republicana de los USA y ese sector reactivo de la derecha, espoleado por una minoría de gente concienciada ideológicamente ve su oportunidad despliega velas para tratar de aprovechar los nuevos aires, además en un contexto en que el separatismo logró soliviantar los ánimos de muchos espannoles. y es en este contexto en el que yo entiendo una parte de ese apego de algunos por elementos -para ellos folclóricos e identitarios- como puedan ser esos bautizos, comuniones y bodas… no un mantenimiento residual de una fe, sino la reacción a la reacción… si los rojos odian la bandera y la Iglesia pues yo me reivindico y me planto, me pongo mi pulsera de Espanna y mando a mi cayetano o a mi jimena a hacer la Comunión, aunque yo tenga un concepto despectivo de mi nación -su gente-luego a mí lo que me molan son los Yuesey, donde el caye y la jime, en su colegio bilingüe ya mentalmente se hacen más gringos que espannoles… y por supuesto paso olímpicamente de las Ensennanzas de la Iglesia. como dice Javier, no es caritativo ser excesivamente duros con esta gente, pero sí que hay que ser conscientes de que todo este identitarismo es un espejismo, no estamos recuperando nada sino revistiendo el progrerío que ya se ha contagiado en todos los ámbitos, da igual de izquierda que de derecha (por llamarles algo, porque lo que hoy realmente hay son agrupaciones con nombre de partido que tratan de captar votantes por sectores socioeconómicos, nada más).
  2. 25 puntos
    Creo que no te equivocas. Has descrito la situación exactamente como es. Yo soy catequista de confirmación de jóvenes adolescentes, y esa es la realidad que nos encontramos cada año, yendo además a peor a medida que pasa el tiempo. Hemos pasado de tener grupos de 30 o cuarenta personas hace diez años, a tener dos o tres catecúmenos nada más. Y lo peor de todo es que la mayoría vienen ya confesando directamente que no creen en Dios, sino que quieren recibir el sacramento por una simple cuestión de tradición social u obligación familiar, con lo que el panorama es terrible. Pero lo verdaderamente alarmante es que, cuando hablas con ellos y te interesas sobre sus razonamientos para pensar así, la inmensa mayoría te exponen razones que entroncan directamente con planteamientos políticos de corte frentista, como los que Vanu ha comentado anteriormente, que entiendo provienen del entorno familiar. No se trata pues de una falta de fe inducida tanto por las consecuencias del modernismo, que también, como por una cuestión de ver en los demás, ya sea la Iglesia o el prójimo, un enemigo al que habría que quitar de en medio y que por supuesto no están dispuestos a tolerar y mucho menos a amar. Estamos construyendo una sociedad que no desea amar, y por ello sustituye el verdadero amor: a Dios, al prójimo, a la patria, a la familia, al bien común, etc, por sucedáneos de corte afectivo, romántico, sexual o ideológico que cada vez más nos alejan del verdadero amor, entendido como ágape, y nos acercan a un vacío moral y espiritual sin precedentes, pienso yo, en nuestra historia. De ahí que muy pocos estén interesados en conocer el Amor de Dios, o ni siquiera en acercarse a la Iglesia y tratar de ver o hacer visible en ella la encarnación de ese amor. Todos queremos ser amados, pero muy poquitos desean amar como ellos quieren ser amados.
  3. 15 puntos
    Vanu, Corremos el riesgo de perdernos en una narrativa dialéctica, lo cual no identifica correctamente las causas, sino los efectos. El enfrentamiento (aparición de frentes), es una consecuencia del enfriamiento de la caridad, que a su vez es consecuencia del pecado. Cuando la Virgen en Fátima nos advierte de que la guerra es consecuencia del pecado, se refiere precisamente a esto. Los errores del comunismo a los que se refiere son principalmente la utilización del enfrentamiento entre clases como herramienta de dominación (dialéctica hegeliana). La diversidad es un don de Dios en todos sus ámbitos: hombre - mujer, pobre - rico, compatriota - extranjero, etc. La clave para que un matrimonio funcione no es que no haya disputas, a veces es necesario que vuelen los platos (como dice el Papa Francisco), sino que los cónyuges sepan perdonarse mutuamente al final del día, que no acumulen rencor que se acabe enquistando. Así, la existencia de "identidades" culturales no forma parte de la comunión original del hombre en el paraíso, pero sí del hombre caído (desde Babel), igual que el vestido. El hombre caído es incapaz de una comunión universal con Dios y el prójimo, sino es restaurado en su verdad ontológica primordial. De esta manera, la confusión de lenguas es una herramienta de Dios, para entorpecer y humillar a los imperios que pretenden construir una homogeneidad mundial al margen suyo. Que uno sea del Barça y otro del Madrid no es malo per se, sino en la medida en que al enfriarse la caridad genera enfrentamiento. Resumiendo: no es negativo que haya Cayetanos y Jimenas, Jennys y Jonnys, Ias y Ots o Patxis y Nagores. Filias y fobias tenemos todos, lo importante es que sean encauzadas en una jerarquía de valores donde prime el respeto mutuo.
  4. 5 puntos
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