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Mostrando el contenido mejor valorado el 20/08/19 en todas las áreas

  1. 300 puntos
    Creo que sería bueno elaborar un listado de las xenofilias que circulan en España al objeto de catalogarlas y estudiarlas, quizá por separado en hilos específicos. Estas xenofilias pueden ser ligeramente inocuas o pueden dar lugar a la constitución de una especie de quinta columna que trabaje, consciente o inconscientemente, para los intereses de una nación extranjera. Esas naciones extranjeras conocen la utilidad de esos sentimientos y por ello dedican recursos para promoverlos y para capitalizarlos en su provecho. FRANCOFILIA Es quizá la más antigua de todas las xenofilias. Desde la Ilustración y la Revolución Francesa, gran parte de la opinión española gira en torno al país vecino. Tiene gran incidencia en los partidos liberales, especialmente en los de cuño más radical, que hacen gala de republicanismo, laicismo, anticlericalismo, etc. El posmodernismo ha influido mucho en la extrema izquierda. Pero, a mi juicio, Francia ha tenido también gran influencia sobre la extrema derecha. En algunos sectores del tradicionalismo se advierte una importante influencia de los legitimistas franceses y de otros sectores contrarrevolucionarios menos santos. De Francia viene la Revolución, pero también la reacción contra esa revolución, con lo que hasta cierto punto es normal esa influencia. Durante la Segunda República, los tradicionalistas no carlistas se agruparon en Acción Española, que era un calco, hasta en el nombre, de la Acción Francesa. En el ámbito religioso, quizá se ha prestado demasiada atención a la espiritualidad católica que venía de Francia y a fenómenos como el de la FSSPX, mientras que se desdeñaron fenómenos más genuinamente españoles como la Hermandad Sacerdotal Española, también tradicionalista pero que no cuestionaba tanto la autoridad papal. Otras dos influencias, éstas claramente perniciosas, se extienden desde Francia a la extrema derecha española: por un lado, la derecha que juega con el gnosticismo y el ocultismo, cuyo exponente más conocido sería Guénon; por otro, la famosa Nueva Derecha y algunos precedentes como Gobineau, aunque yo diría que estos últimos en realidad constituyen el Partido Alemán en Francia. ANGLOFILIA La distingo de la americanofilia aunque con frecuencia se dan juntas. La anglofilia afecta también al liberalismo español, pero más bien a los sectores conservadores, a diferencia de la francofilia, que afectaba a los sectores más progresistas. De siempre ha habido en España un sector conservador que simpatiza con la flema y con el clasismo típicamente británicos. También hay anglofilia en la extrema derecha: unos, por racismo, admiran el tratamiento que los británicos dieron a los habitantes de sus colonias, lo mismo que admiran fenómenos británicos como el de las tribus urbanas, especialmente el de los cabezas rapadas y los ultras futboleros. Otros, desde un punto de vista católico, le prestan una excesiva atención a Chesterton y al Movimiento de Oxford. De repente, parece que dentro del pensamiento católico no existan más que Chesterton, Belloc, Evelyn Waugh, C. S. Lewis y el Cardenal Newman. Algunos llegan a cabrearse si la Iglesia no beatifica a Chesterton y lo tienen todo el día en los labios. Soy un apasionado lector de Chesterton, y de hecho tengo previsto traer al foro algunos de sus artículos menos conocidos, pero me parece un poco desmedido ese culto a Chesterton y a los intelectuales ingleses que se da en el catolicismo español. Sobra decir que hay una anglofilia transversal que se manifiesta en el uso constante del inglés y en su defensa como lengua vehicular en la escuela. AMERICANOFILIA Se puede dar en conjunción con la anterior filia o por separado. Inicialmente era la izquierda la que sentía mayor admiración por los Estados Unidos, la más importante república moderna y también fuente de toda clase de movimientos utópicos que a veces se plasmaban en comunas, con una libertad de costumbres sin igual. No en vano, Estados Unidos se constituyó inicialmente con toda suerte de herejes que no tenían hueco en Europa. Aunque ha decaído esta admiración por Yanquilandia, por su enfrentamiento con Rusia, la izquierda sigue importando buena parte de su ideario de los Estados Unidos. La derecha era radicalmente antiyanqui: veía en Estados Unidos el gran enemigo de Hispanoamérica y el que nos usurpó los últimos restos del Imperio, pero también veía en este país el gran coloso de la modernidad inhumana, junto a Rusia. A partir de 1953, y quizá desde unos años antes, la derecha va abandonando esta animadversión contra Estados Unidos. Influye el giro de Franco, pero también la inundación de películas americanas y el hecho de que este país se promocione como el gran bastión contra el comunismo. La americanofilia también alcanza a la extrema derecha: en Estados Unidos hay toda suerte de chiflados racistas en los que encuentran inspiración. Admiran a Reagan; admiran a los vaqueros que lo solucionan todo a tiros (Hollywood marca la pauta); admiran la Segunda Enmienda y el ideal libertario; admiran el Sur racista y esclavista; y admiran a la masonería sana del KKK. Lo mismo que en la extrema izquierda, esta americanofilia no es incompatible con encendidas declaraciones verbales contra el imperialismo yanqui; en cuanto se despistan, empiezan a mascullar chulerías sacadas de la película de El Sargento de Hierro, te sueltan frases completas en inglés o se cuadran ante la bandera sudista. El subconsciente les delata. Es quizá la más fuerte de todas las filias. De alguna manera, la política española gira en torno a la política americana. También el imaginario popular. Y la hegemonía de la cultura anglosajona viene de EEUU más que de Inglaterra. GERMANOFILIA Para la izquierda, Alemania siempre fue el país prometido del progresismo. Es verdad que en Alemania se gobernaba a base de taconazos, pero de ahí también venían el ecologismo, el nudismo, el vegetarianismo, el neopaganismo, la admiración por la India y tantas otras cosas que hoy son seña de identidad de la izquierda más lunática. También viene de Alemania la rebelión contra la Iglesia romana y una filosofía que se utiliza como ariete contra el cristianismo. Marx y Nietzsche son los grandes heraldos de la modernidad sin Cristo. Esta admiración progresista por Alemania se nubla un poco con la Segunda Guerra Mundial, sobre todo después de la ruptura del pacto Molotov-Ribbentrop, pero a día de hoy sigue fuerte. Porque gran parte de los libros de cabecera de la izquierda se escribieron originalmente en alemán. La izquierda sería impensable sin Alemania. Hay también una germanofilia de derechas y otra de extrema derecha. La de la derecha se manifiesta en una admiración por la destreza técnica, la laboriosidad, la supuesta moralidad superior y la capacidad de progreso del pueblo alemán, frente a una supuesta incapacidad de los pueblos latinos. La admiración llega al punto de que basta anunciar un producto como alemán para que tenga éxito. La germanofilia de extrema derecha añade a lo anterior una admiración rendida por la raza aria, de la que los alemanes serían sus más genuinos representantes, por el militarismo prusiano, por el materialismo biológico, por el darwinismo social y por la eugenesia. Estos últimos tres aspectos también eran compartidos abiertamente por la extrema izquierda. Y en el fondo los siguen compartiendo, aunque más soterradamente porque ahora se asocian en el imaginario colectivo con el nazismo. La cultura pop está llena de guiños a Alemania y al nazismo. Muchos grupos de rock, desde los Rolling Stones a los Led Zeppelin, han usado símbolos nazis como provocación estudiada. Hay multitud de foros y asociaciones que están dedicados al estudio de la Segunda Guerra Mundial, con especial énfasis en Alemania. Teóricamente estudian toda la guerra, pero se centran obsesivamente en Alemania y se saben hasta el más pequeño detalle de los uniformes. Aunque este estudio se haga desde presupuestos izquierdistas o neutros, hay en esta corriente una secreta admiración hacia Alemania, hacia sus valores estéticos y hacia sus supuestas virtudes guerreras. Considero esta filia de las más preocupantes, sobre todo porque no se ha estudiado y ni siquiera se llega a reconocer su existencia. RUSOFILIA Inicialmente es la izquierda la que rinde culto a este país a raíz de la Revolución de 1917. Rusia se convierte en la patria de la izquierda, aunque sin abandonar del todo su admiración por Francia y por Alemania. Cerca de la Segunda Guerra Mundial y, en contraste con el comunismo soviético, cierta derecha manifiesta destellos de admiración por la antigua Rusia zarista. Pero estos destellos son relativamente raros y siempre hay una derecha que recuerda que los zares eran también bastante bárbaros. Caída la URSS y llegado al poder Putin, la izquierda sigue manteniendo la admiración por Rusia. Aunque Putin se presente a veces como un conservador y su régimen sea capitalista, la izquierda sigue viendo en Rusia un país que se contrapone al imperialismo yanqui y a todo lo que detestan. Sin que la izquierda haya abandonando esta antigua simpatía, desde la llegada al poder de Putin se produce un fenómeno inesperado: la extrema derecha se hace rusófila, tanto o más que la izquierda. El fenómeno es mucho más visible a partir de 2010. De repente, en la derecha se habla mucho de de los zares, de Dostoyevski, de Bizancio, de la Tercera Roma, de Eurasia, de los rusos blancos que apoyaron al bando nacional en la Guerra Civil (aunque la mitad se pasó al bando rojo), de las bondades de la iglesia ortodoxa, del hondo conservadurismo cristiano que viene del Este y que será la salvación de Occidente. No faltan quienes dentro de la derecha revisan su concepción historiográfica de la URSS y le adjudican un papel muy positivo. Lo esquizofrénico de este cambio indica hasta qué punto la rusofilia es una corriente irracional que ha arraigado con fuerza en la derecha. Al final quienes más se destacan en la rusofilia son los sectores más extremos del arco político, aunque no faltan rusófilos en los sectores intermedios. Considero esta filia bastante preocupante en la medida que no es reconocida ni abordada. FILIAS CULTURALES En este apartado no hablo de países concretos sino de culturas dispersas que tienen legiones de admiradores. Por un lado, existe un orientalismo que se puede manifestar en una admiración o querencia por la cultura musulmana, por la cultura judía o por las culturas y religiones del Oriente Lejano, con especial hincapié en el hinduismo y el budismo. Considero mucho más grave este último tipo de orientalismo, pues gran parte del pensamiento débil del actual Occidente se inspira en él y nadie lo combate. Por otro lado, se da una eslavofilia de corte conservador que se manifiesta en admiración por los países eslavos que, como Polonia, se resisten a los embates de la modernidad (supuestamente). Cursa generalmente con rusofilia asociada, aunque lo más habitual es que, en caso de conflicto entre la eslavofilia y la rusofilia, se opte por esta última. Para una parte de la derecha los eslavos serían como los nuevos arios. Y finalmente un nordicismo, que conjuga muy bien con la germanofilia y que se manifiesta en una admiración por todos los países del norte de Europa, por sus progresos técnicos y morales, y por sus virtudes raciales, en contraposición con el supuesto atraso de los países del sur, latinos o mediterráneos. FILIAS PINTORESCAS O MENORES Derechistas de corte libertario, al estilo Anxo Quintana, que ven en Suiza el país ideal. Jóvenes adictos a internet que están obsesionado con la cultura japonesa. Fanáticos desmelenados de Hungría a causa de Víktor Orbán. Cierta admiración por el Imperio austrohúngaro que, en lo que tenga de compatible con el Imperio español, no me parece mal. Admiración por Irán o por China derivada de la rusofilia geopolítica. Admiración por Israel como vanguardia antimusulmana y, como contrapunto en la izquierda, cierta obsesión por la causa palestina. Periódicamente surgen corrientes de admiración hacia países a los que se presenta como modélicos en algún aspecto (Islandia, etc.) CARÁCTER NO EXCLUSIVO DE LAS FILIAS Se da el caso de personas que cultivan una única filia. Pero lo más habitual es que se den varias filias en el mismo sujeto. Un caso corriente podría ser el de un militante ultraderechista que lleva imaginería del Tercer Reich al tiempo que ondea una bandera rusa y porta una pancarta con algún lema en inglés. Un caso más concreto sería el de César Vidal: ha hecho de su vida una defensa de Alemania y de la aberración protestante; pero lo mismo se fotografía con el sombrero de cowboy y la bandera sudista que con el típico gorro ruso, como muestra de su admiración por estas dos naciones y de su profundo desprecio por España. Los que antecede es un resumen de las xenofilias que vengo captando en las últimas décadas. Puede que la enumeración no sea exhaustiva y puede que las descripciones de las filias no sean las más adecuadas. He dedicado tiempo a meditar sobre el tema, pero quizá no el suficiente, y por otra parte no he encontrado libros que aborden esta cuestión de forma monográfica, con lo que voy un poco a tientas. Por ello, no dudéis en rectificar los puntos que consideréis desacertados o en añadir los que falten. Abramos el debate. Una vez que delimitemos las filias, se pueden estudiar concienzudamente por separado, en hilos monográficos. Esta publicación ha sido promocionada como contenido independiente
  2. 120 puntos
    Sí, lo de Vox con Salvini es muy preocupante. Primero de todo, no deberían aplaudir a un tipo que apoya a los separatistas en España, por mucho que se empeñen en decir lo contrario algunos mentecatos. Pero si este argumento no hace mella (y parece que no la hace en los últimos tiempos) y si les preocupa tanto la inmigración, no deberían tampoco aplaudir a un tipo que lo único que quiere es mandarnos los barcos a España. Es sencillamente ridículo que, ante mensajes como éste, en los que Salvini se jacta de mandarnos el barco a España, la única respuesta de Abascal sea hacerle la pelota y envidiar su "dignidad": En definitiva, Abascal esta aplaudiendo al político que nos manda el barco a España. Y ya es la segunda vez. Está aplaudiendo a un demagogo que lo único que quiere es mandarnos a España los barcos que le llegan por cercanía con Libia (en gran parte por sus malas decisiones), mientras que a nosotros no nos quieren ayudar con los que nos llegan por el Estrecho. Pero además a Salvini le da igual todo. Algunos países ya acordaron que repartirían a los inmigrantes de este barco, una de las peticiones de Salvini. Pero ahora no lo quiere dejar desembarcar. Quiere mandarlo a España. Quiere incendiar los ánimos en España, como hizo con el Aquarius. Y quiere dinamitar Europa a toda costa. Por un puñado de rublos y quizá también de dólares. No me gusta hablar de este tema, porque al hablar de los barcos se corre el peligro de deshumanizar a los pasajeros, que en su mayoría son pobres personas, muchas de ellas cristianas. Pero en mi opinión la primera decisión que tomó Pedro Sánchez de no aceptar el barco fue la correcta. España no puede hacerse cargo de los barcos que salgan de las costas libias, lo mismo que los demás no se hacen cargo de los que salen de las costas marroquíes. Y no entiendo por qué desde Vox y desde la derecha mediática no se ha apoyado esta decisión e incluso, desde esta última, se ha jugado a demonizar a Sánchez por racista. Parece que en el fondo estén interesados en que el Open Arms desembarque en España porque les sirve para agitar el avispero. No quieren solucionar el problema; quieren exacerbarlo. Se sabe desde hace tiempo que están llegando embarcaciones a Italia pese a la propaganda oficial. Salvini tampoco ha expulsado a nadie pese a sus proclamas racistas. Pero con toda la propaganda que hay en las redes sociales una gran parte de Europa lo ve como un salvador. Ya no es sólo cosa del peloteo rastrero de Abascal en Twitter. En la calle, muchas personas que votaban a PP/Cs sostienen que Salvini es el único político que merece la pena y lo ven casi como un mesías que nos librará de la marea "marrón" de "delincuentes", "violadores", "terroristas" y "parásitos". Tantos años de propaganda han tenido su efecto. Entonces la solución pasa por ponerse a las órdenes de Salvini y de su jefe directo, Putin. Ellos son la solución de Europa y fuera de eso no interesa ninguna otra cosa. Además de esta manipulación geopolítica, que yo creo que no tiene solución en tanto no se tome conciencia del problema, se ha conseguido generar un fenómeno de histeria colectiva que llega a cotas inhumanas. En la Red y en la calle mucha gente dice, de forma implícita o explícita, que hay que hundir como sea el barco con sus ocupantes dentro. Es decir, quieren matar a las personas que viajan en el barco como quien mata a una plaga de insectos ("parásitos"). Algunos, en su cinismo, llegan a decir que hay que "torpedear el buque negrero" para evitar el "tráfico de esclavos": Ya se ve a donde conduce toda esta retórica que se ha instalado en la derecha sobre los "negreros" y los "esclavos": para evitar la "esclavitud" hay que matar a los "esclavos". Lo mismo que la izquierda evita la pobreza matando a los pobres, la derecha de cuño moscovita acabará con los buques negreros matando a los negros. Señal de que en realidad no los consideran esclavos; si de verdad los considerasen esclavos, lejos de preocuparse, estarían muy complacidos. Pero el llamarlos "esclavos" y referirse a los que los ayuden como "negreros" les resulta muy útil para demonizarlos y al mismo tiempo alejar las sospechas de racismo. ¡Si yo sólo quiero acabar con la esclavitud, hombre! No sé en dónde acabará todo esto, pero en principio le veo muy difícil solución. España y Europa están a punto de caramelo. Y nadie está haciendo nada para evitar la amenaza geopolítica ni para darle una solución definitiva a estos movimientos masivos de población que instrumentalizan potencias antieuropeas. La UE también nos ha dejado tirados con las marrullerías de Salvini, así que por mi parte también se pueden ir a la mierda.
  3. 110 puntos
    Creo que sería bueno elaborar un listado de las xenofilias que circulan en España al objeto de catalogarlas y estudiarlas, quizá por separado en hilos específicos. Estas xenofilias pueden ser ligeramente inocuas o pueden dar lugar a la constitución de una especie de quinta columna que trabaje, consciente o inconscientemente, para los intereses de una nación extranjera. Esas naciones extranjeras conocen la utilidad de esos sentimientos y por ello dedican recursos para promoverlos y para capitalizarlos en su provecho. FRANCOFILIA Es quizá la más antigua de todas las xenofilias. Desde la Ilustración y la Revolución Francesa, gran parte de la opinión española gira en torno al país vecino. Tiene gran incidencia en los partidos liberales, especialmente en los de cuño más radical, que hacen gala de republicanismo, laicismo, anticlericalismo, etc. El posmodernismo ha influido mucho en la extrema izquierda. Pero, a mi juicio, Francia ha tenido también gran influencia sobre la extrema derecha. En algunos sectores del tradicionalismo se advierte una importante influencia de los legitimistas franceses y de otros sectores contrarrevolucionarios menos santos. De Francia viene la Revolución, pero también la reacción contra esa revolución, con lo que hasta cierto punto es normal esa influencia. Durante la Segunda República, los tradicionalistas no carlistas se agruparon en Acción Española, que era un calco, hasta en el nombre, de la Acción Francesa. En el ámbito religioso, quizá se ha prestado demasiada atención a la espiritualidad católica que venía de Francia y a fenómenos como el de la FSSPX, mientras que se desdeñaron fenómenos más genuinamente españoles como la Hermandad Sacerdotal Española, también tradicionalista pero que no cuestionaba tanto la autoridad papal. Otras dos influencias, éstas claramente perniciosas, se extienden desde Francia a la extrema derecha española: por un lado, la derecha que juega con el gnosticismo y el ocultismo, cuyo exponente más conocido sería Guénon; por otro, la famosa Nueva Derecha y algunos precedentes como Gobineau, aunque yo diría que estos últimos en realidad constituyen el Partido Alemán en Francia. ANGLOFILIA La distingo de la americanofilia aunque con frecuencia se dan juntas. La anglofilia afecta también al liberalismo español, pero más bien a los sectores conservadores, a diferencia de la francofilia, que afectaba a los sectores más progresistas. De siempre ha habido en España un sector conservador que simpatiza con la flema y con el clasismo típicamente británicos. También hay anglofilia en la extrema derecha: unos, por racismo, admiran el tratamiento que los británicos dieron a los habitantes de sus colonias, lo mismo que admiran fenómenos británicos como el de las tribus urbanas, especialmente el de los cabezas rapadas y los ultras futboleros. Otros, desde un punto de vista católico, le prestan una excesiva atención a Chesterton y al Movimiento de Oxford. De repente, parece que dentro del pensamiento católico no existan más que Chesterton, Belloc, Evelyn Waugh, C. S. Lewis y el Cardenal Newman. Algunos llegan a cabrearse si la Iglesia no beatifica a Chesterton y lo tienen todo el día en los labios. Soy un apasionado lector de Chesterton, y de hecho tengo previsto traer al foro algunos de sus artículos menos conocidos, pero me parece un poco desmedido ese culto a Chesterton y a los intelectuales ingleses que se da en el catolicismo español. Sobra decir que hay una anglofilia transversal que se manifiesta en el uso constante del inglés y en su defensa como lengua vehicular en la escuela. AMERICANOFILIA Se puede dar en conjunción con la anterior filia o por separado. Inicialmente era la izquierda la que sentía mayor admiración por los Estados Unidos, la más importante república moderna y también fuente de toda clase de movimientos utópicos que a veces se plasmaban en comunas, con una libertad de costumbres sin igual. No en vano, Estados Unidos se constituyó inicialmente con toda suerte de herejes que no tenían hueco en Europa. Aunque ha decaído esta admiración por Yanquilandia, por su enfrentamiento con Rusia, la izquierda sigue importando buena parte de su ideario de los Estados Unidos. La derecha era radicalmente antiyanqui: veía en Estados Unidos el gran enemigo de Hispanoamérica y el que nos usurpó los últimos restos del Imperio, pero también veía en este país el gran coloso de la modernidad inhumana, junto a Rusia. A partir de 1953, y quizá desde unos años antes, la derecha va abandonando esta animadversión contra Estados Unidos. Influye el giro de Franco, pero también la inundación de películas americanas y el hecho de que este país se promocione como el gran bastión contra el comunismo. La americanofilia también alcanza a la extrema derecha: en Estados Unidos hay toda suerte de chiflados racistas en los que encuentran inspiración. Admiran a Reagan; admiran a los vaqueros que lo solucionan todo a tiros (Hollywood marca la pauta); admiran la Segunda Enmienda y el ideal libertario; admiran el Sur racista y esclavista; y admiran a la masonería sana del KKK. Lo mismo que en la extrema izquierda, esta americanofilia no es incompatible con encendidas declaraciones verbales contra el imperialismo yanqui; en cuanto se despistan, empiezan a mascullar chulerías sacadas de la película de El Sargento de Hierro, te sueltan frases completas en inglés o se cuadran ante la bandera sudista. El subconsciente les delata. Es quizá la más fuerte de todas las filias. De alguna manera, la política española gira en torno a la política americana. También el imaginario popular. Y la hegemonía de la cultura anglosajona viene de EEUU más que de Inglaterra. GERMANOFILIA Para la izquierda, Alemania siempre fue el país prometido del progresismo. Es verdad que en Alemania se gobernaba a base de taconazos, pero de ahí también venían el ecologismo, el nudismo, el vegetarianismo, el neopaganismo, la admiración por la India y tantas otras cosas que hoy son seña de identidad de la izquierda más lunática. También viene de Alemania la rebelión contra la Iglesia romana y una filosofía que se utiliza como ariete contra el cristianismo. Marx y Nietzsche son los grandes heraldos de la modernidad sin Cristo. Esta admiración progresista por Alemania se nubla un poco con la Segunda Guerra Mundial, sobre todo después de la ruptura del pacto Molotov-Ribbentrop, pero a día de hoy sigue fuerte. Porque gran parte de los libros de cabecera de la izquierda se escribieron originalmente en alemán. La izquierda sería impensable sin Alemania. Hay también una germanofilia de derechas y otra de extrema derecha. La de la derecha se manifiesta en una admiración por la destreza técnica, la laboriosidad, la supuesta moralidad superior y la capacidad de progreso del pueblo alemán, frente a una supuesta incapacidad de los pueblos latinos. La admiración llega al punto de que basta anunciar un producto como alemán para que tenga éxito. La germanofilia de extrema derecha añade a lo anterior una admiración rendida por la raza aria, de la que los alemanes serían sus más genuinos representantes, por el militarismo prusiano, por el materialismo biológico, por el darwinismo social y por la eugenesia. Estos últimos tres aspectos también eran compartidos abiertamente por la extrema izquierda. Y en el fondo los siguen compartiendo, aunque más soterradamente porque ahora se asocian en el imaginario colectivo con el nazismo. La cultura pop está llena de guiños a Alemania y al nazismo. Muchos grupos de rock, desde los Rolling Stones a los Led Zeppelin, han usado símbolos nazis como provocación estudiada. Hay multitud de foros y asociaciones que están dedicados al estudio de la Segunda Guerra Mundial, con especial énfasis en Alemania. Teóricamente estudian toda la guerra, pero se centran obsesivamente en Alemania y se saben hasta el más pequeño detalle de los uniformes. Aunque este estudio se haga desde presupuestos izquierdistas o neutros, hay en esta corriente una secreta admiración hacia Alemania, hacia sus valores estéticos y hacia sus supuestas virtudes guerreras. Considero esta filia de las más preocupantes, sobre todo porque no se ha estudiado y ni siquiera se llega a reconocer su existencia. RUSOFILIA Inicialmente es la izquierda la que rinde culto a este país a raíz de la Revolución de 1917. Rusia se convierte en la patria de la izquierda, aunque sin abandonar del todo su admiración por Francia y por Alemania. Cerca de la Segunda Guerra Mundial y, en contraste con el comunismo soviético, cierta derecha manifiesta destellos de admiración por la antigua Rusia zarista. Pero estos destellos son relativamente raros y siempre hay una derecha que recuerda que los zares eran también bastante bárbaros. Caída la URSS y llegado al poder Putin, la izquierda sigue manteniendo la admiración por Rusia. Aunque Putin se presente a veces como un conservador y su régimen sea capitalista, la izquierda sigue viendo en Rusia un país que se contrapone al imperialismo yanqui y a todo lo que detestan. Sin que la izquierda haya abandonando esta antigua simpatía, desde la llegada al poder de Putin se produce un fenómeno inesperado: la extrema derecha se hace rusófila, tanto o más que la izquierda. El fenómeno es mucho más visible a partir de 2010. De repente, en la derecha se habla mucho de de los zares, de Dostoyevski, de Bizancio, de la Tercera Roma, de Eurasia, de los rusos blancos que apoyaron al bando nacional en la Guerra Civil (aunque la mitad se pasó al bando rojo), de las bondades de la iglesia ortodoxa, del hondo conservadurismo cristiano que viene del Este y que será la salvación de Occidente. No faltan quienes dentro de la derecha revisan su concepción historiográfica de la URSS y le adjudican un papel muy positivo. Lo esquizofrénico de este cambio indica hasta qué punto la rusofilia es una corriente irracional que ha arraigado con fuerza en la derecha. Al final quienes más se destacan en la rusofilia son los sectores más extremos del arco político, aunque no faltan rusófilos en los sectores intermedios. Considero esta filia bastante preocupante en la medida que no es reconocida ni abordada. FILIAS CULTURALES En este apartado no hablo de países concretos sino de culturas dispersas que tienen legiones de admiradores. Por un lado, existe un orientalismo que se puede manifestar en una admiración o querencia por la cultura musulmana, por la cultura judía o por las culturas y religiones del Oriente Lejano, con especial hincapié en el hinduismo y el budismo. Considero mucho más grave este último tipo de orientalismo, pues gran parte del pensamiento débil del actual Occidente se inspira en él y nadie lo combate. Por otro lado, se da una eslavofilia de corte conservador que se manifiesta en admiración por los países eslavos que, como Polonia, se resisten a los embates de la modernidad (supuestamente). Cursa generalmente con rusofilia asociada, aunque lo más habitual es que, en caso de conflicto entre la eslavofilia y la rusofilia, se opte por esta última. Para una parte de la derecha los eslavos serían como los nuevos arios. Y finalmente un nordicismo, que conjuga muy bien con la germanofilia y que se manifiesta en una admiración por todos los países del norte de Europa, por sus progresos técnicos y morales, y por sus virtudes raciales, en contraposición con el supuesto atraso de los países del sur, latinos o mediterráneos. FILIAS PINTORESCAS O MENORES Derechistas de corte libertario, al estilo Anxo Quintana, que ven en Suiza el país ideal. Jóvenes adictos a internet que están obsesionado con la cultura japonesa. Fanáticos desmelenados de Hungría a causa de Víktor Orbán. Cierta admiración por el Imperio austrohúngaro que, en lo que tenga de compatible con el Imperio español, no me parece mal. Admiración por Irán o por China derivada de la rusofilia geopolítica. Admiración por Israel como vanguardia antimusulmana y, como contrapunto en la izquierda, cierta obsesión por la causa palestina. Periódicamente surgen corrientes de admiración hacia países a los que se presenta como modélicos en algún aspecto (Islandia, etc.) CARÁCTER NO EXCLUSIVO DE LAS FILIAS Se da el caso de personas que cultivan una única filia. Pero lo más habitual es que se den varias filias en el mismo sujeto. Un caso corriente podría ser el de un militante ultraderechista que lleva imaginería del Tercer Reich al tiempo que ondea una bandera rusa y porta una pancarta con algún lema en inglés. Un caso más concreto sería el de César Vidal: ha hecho de su vida una defensa de Alemania y de la aberración protestante; pero lo mismo se fotografía con el sombrero de cowboy y la bandera sudista que con el típico gorro ruso, como muestra de su admiración por estas dos naciones y de su profundo desprecio por España. Los que antecede es un resumen de las xenofilias que vengo captando en las últimas décadas. Puede que la enumeración no sea exhaustiva y puede que las descripciones de las filias no sean las más adecuadas. He dedicado tiempo a meditar sobre el tema, pero quizá no el suficiente, y por otra parte no he encontrado libros que aborden esta cuestión de forma monográfica, con lo que voy un poco a tientas. Por ello, no dudéis en rectificar los puntos que consideréis desacertados o en añadir los que falten. Abramos el debate. Una vez que delimitemos las filias, se pueden estudiar concienzudamente por separado, en hilos monográficos.
  4. 25 puntos
    El problema es que mezcla razonamientos propios -basados en citas de Santo Tomás y Pío XII- que son correctos con otros juicios que son más discutibles o no están muy relacionados con el tema, como el tema de política exterior de pintar a Arabia Saud como el mal e Irán como el bien, etc. Tema desde luego interesante para tratar en otro hilo, en el que mi opinión es bastante contraria a la de JM de Prada. Por lo demás, la Iglesia adapta la manera de transmitir su mensaje en función del entorno, como es lógico y natural. La diferencia entre Francisco I y Pío XII está esencialmente en el estilo (yo también prefiero el de Pío XII), no en el fondo, por lo que no veo motivo de alarma.
  5. 18 puntos
    Artículo muy interesante. Yo opino que es interesante conocer a fondo las naciones vecinas y copiar de ellas lo que tienen de bueno, así como estrechar lazos afectivos y culturales. Dejando de lado hispano-américa, deberíamos fijarnos en particular en el área europea de clara raíz católica: Francia, Italia, Portugal y Austria, creo que deberían ser todas "filias" nuestras. Deberíamos amar y admirar con prioridad a estas nuestras naciones vecinas, y en particular entender el italiano y el francés y preocuparnos por lo que en ellas acontece. Solo después deberíamos fijarnos en el mundo anglo-germánico que ya es muy distinto al nuestro. Del mundo ortodoxo - oriental y del asiático, creo que tenemos muy poco o nada que aprender.
  6. 18 puntos
    Al final va a resultar que en la nueva geopolítica multipolar (USA-Rusia-China), la UE va a ser el campo de batalla. Poco a poco convertiran la Europa continental post-Brexit en el nuevo "Eje" del mal.
  7. 15 puntos
    ¿Cuál creéis que es la más potente actualmente? A mí me da la impresión que que la anglofilia está muy fuerte aunque la evolución más dinámica la está teniendo la rusofilia, aunque ésta bastante más limitada en su espectro social.
  8. 15 puntos
    El tal Salvini está haciendo su campaña electoral a costa nuestra, y de paso enmerdando a la Iglesia un poco más. Voy siguiendo un poco de soslayo el tema del Open Arms, del que el italiano ha llegado a hacer chanzas diciendo que envíen a los inmigrantes a Ibiza y Formentera para que se diviertan, y si de una parte este tipo está dando una imagen internacional de tolerancia cero con el barco español, de otro lado y sin que se note mucho, sigue recogiendo pateras en Lampedusa, como si una cosa ni estuviera relacionada con la otra. ¿En qué quedamos, están los puertos italianos cerrados a los inmigrantes, o solo a los que recogen los barcos españoles? ¿Por qué hace salvini esa alusión al cristianismo? ¿Por qué Abascal le hace el juego a un tipo como este, que nos está enseñado el culo en dos palabras? Me da la impresión de que aquí hay algo más que un simple tema de política migratoria. En este artículo de Europa Press que publica El Confidencial, hacen un resumen de la situación. Atención al último párrafo:
  9. 14 puntos
    Yo soy partidario de animar mucho a Vox, puesto que para mí ha sido un revulsivo de la derecha en este país después de la era Rajoy. Entregarse a la política hoy es una empresa muy arriesgada que requiere de mucho heroísmo. En particular, estoy agradecido al matrimonio de Rocío Monasterio e Iván Espinosa. Abascal y Ortega-Smith tienen más trayectoria y lo veo más como que les ha llegado el momento de gloria después de muchos años tanteando.
  10. 11 puntos
    Las naciones no se construyen y destruyen con un mapa mundi y una pizarra en la pared. Creo que mientras tengamos la mentalidad top-down de "ingenieros sociales" o de "mariscal de campo" poca visión práctica podremos tener sobre como cambiar el mundo que nos rodea (renovar la faz de la tierra). Las naciones, sin llegar a ser sagradas ni divinas (solamente hay una nación consagrada, un pueblo santo), si que ocupan un lugar particular en el designio divino, ya que para ellas hay preparado un juicio propio. Es por ello, que el que quiera interceder en favor de alguna de ellas, primero sea Santo, y segundo entréguese por completo a la oración de petición.
  11. 10 puntos
    La bola que le está dando a Abascal a Salvini es una de las grandes decepciones que me estoy llevando con VOX.
  12. 10 puntos
    Hay gente pagada seguro. Algunos acumulan decenas de miles de mensajes y publican incansablemente desde que amanece hasta que se pone el sol. Tan intensa participación es incompatible con un actividad laboral, salvo que la actividad laboral consista precisamente en publicar mensajes. La influencia de 4Chan en BBJ es muy clara: en temática, en vocabulario y en memes. Ahora mismo, salvo excepciones notables, prácticamente no se habla de nada en BBJ que no proceda de 4Chan y de la ponzoñosa Alt-Right yanqui, aunque en ocasiones el origen remoto hay que rastrearlo más bien en Oriente.
  13. 5 puntos
    entiendo, trataré de no volverlo a repetir... al menos no tan a la ligera como esta vez.
  14. 5 puntos
    No pasa nada. Déjalo porque lo habrán vuelto a indexar con el nuevo nombre. El problema es que cada título da forma a la URL del tema y cuando se cambia, se pierde la posición que tuviese en Google. Por eso es bueno definirlo desde el principio.
  15. 5 puntos
    No veo mal el cambio de título. Lo cierto es que Prada antes tenía opiniones bastante distintas sobre estos temas y no se expresaba como si estuviese en un mitin. Quizá sea buena idea rescatar esos artículos antiguos. Desde luego yo me quedo con el Prada antiguo, menos apegado a la actualidad política y geopolítica, más chestertoniano que revertiano. Sí, el primer párrafo es una escasamente soterrada diatriba contra el Papa. Y también, cuando cita a Pío XII, pretende contraponerlo a Francisco, cuando este último ha dicho cosas similares.
  16. 5 puntos
    Pues sí, una cosa es admitir que haya trapos sucios -como en toda organización- y otra andar por ahí dándole pábulo a la idea de que la Iglesia sea toda ella un trapo sucio.
  17. 5 puntos
    No sé lo que habrás visto tu, Hispanorromano pero, yo veo lo que me parece ya una norma habitual, cada vez más extendida. Culpabilizar al Santo Padre de los problemas migratorios y extender la idea de que la Iglesia anda desnortada. Como si no hubiera un Dios que la guiara.
  18. 5 puntos
    Sí, está claro que se retroalimentan. Los mismos personajes que pululan en un sitio, reproducen luego en el otro lo que ven. Vete tú a saber, incluso si no habrá gente pagada haciendo esa labor.
  19. 5 puntos
    se ve que están directamente conectadas, se nota incluso en el patrón de escritura de algunos de los foreros más venenosos.
  20. 5 puntos
    El caso es hacer todos los malabares posibles para que la noticia concuerde con el relato identitario, y si no se inventa ya que, la verdad poco importa en cualquier caso.
  21. 5 puntos
    Nuevamente 4Chan y BBJ como correa de transmisión de lo más miserable y abyecto de la condición humana.
  22. 5 puntos
    Estoy de acuerdo. Ese cambio supondría concentrar, aún más, los recursos públicos en los grandes núcleos urbanos que son en definitiva quienes quitan y dan escaños. Al final y con el tiempo, una política así acabaría constituyendo grandes megalópolis rodeadas de extensísimas áreas deshabitadas. La financiación de las regiones debe hacerse como indica este señor, en base al coste de los servicios, aunque añadiría que también en base a las necesidades de las mismas. No cuesta lo mismo la sanidad en una zona rural que en una gran urbe, pero es que además, para que exista verdadera igualdad y como tampoco se dan las mismas necesidades en unas zonas que en otras, en la elaboración de los presupuestos deberían primar aquellas cuyas necesidades básicas para el desarrollo no estén cubiertas como en otras: infraestructuras, sanidad, etc. Existen numerosas zonas rurales donde, simplemente la comunicación y el acceso es decimonónico, y sanear eso es esencial para su desarrollo y para que finalmente, los serviciós que se prestan en esos lugares, no sean tan costosos.
  23. 1 punto
  24. 0 puntos
    Este título mola más…que los último artículos de J.M. De Prada
  25. 0 puntos
    sí, ha sido una travesura mía... lo puedo reponer si queréis
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