Lo más impresionante de todo es lo rápido que sucede este abandono del comercio de proximidad por el auge de las compras online. Con unos pequeños cambios tecnológicos se consiguen unos cambios radicales en los hábitos de compra de la gente... lo que conlleva, en cuestión de apenas unos meses o a lo sumo años, la aniquilación salvaje de un patrimonio, no solo material sino también inmaterial, para el que han sido necesarias generaciones enteras de personas y familias dedicadas a construirlo.
Es abrumador... a mí algo que últimamente me ha impactado -tras el golpe mediático con la colaboración de muchos médicos de ir sustituyendo la leche por bebidas vegetales sucedáneas- es que también se ve venir la sustitución de la carne por sucedáneos cuya producción, lógicamente, quedará en manos de grandes corporaciones mientras SE ACABE DEMONIZANDO, QUIÉN SABE SI PROHIBIENDO -con el apoyo inestimable de la ideología animalista y supongo que de un bien untado gremio médico o nutricionista- de cualquier alimento de origen animal, salvo quizás para una élite bien adinerada que o se lo produzcan ellos mismos o paguen un buen pastizal a gente especializada en cumplir las imposibles normas que le impidan la cría de animales a la mayoría de familias ganaderas.
Que no se, igual me estoy emparanoiando... pero es que después de lo acontecido en Europa con las bebidas de soja o el combustible diesel... ya me puedo creer cualquier cosa.
¿Acabaremos casi todos comiendo hamburguesas sin carne expendidas a muy bajo coste por Amazón?