Las referencias del mundo nazi y el propio Hitler a los lobos son abundantes. Por lo que se, todo comienza con la novela Der Wehrwolf que en 1910 publica el escritor alemán Herman Lons. Unas décadas despues el régimen nazi retoma el texto como paradigma romántico de la resistencia nacionalista alemana y lo eleva mediante propaganda a texto de referencia.
Así y entre otros, desde la protección del lobo como animal totémico de ese romanticismo nacionalista, pasando por la nomenclatura de diversos búnkeres y enclaves del dictador en toda Europa, como la famosa "guarida del Lobo" donde intentaron acabar con su vida; así como el plan de guerra de guerrillas que, con el mismo nombre de esa novela, tenían proyectado para una vez acabada la guerra; la denominación de "Niños lobos" que se le daba a los niños alemanes que quedaban huerfanos en el curso de la guerra; la de "Lobos sucios" que se le daba a los nazis no arios, como los españoles cuando el comercio del wolframio; o la propia denominación de Hitler como Herr Wolf entre sus amigos más cercanos, todo indica que la figura del lobo estaba intimamente ligada al imaginario nazi, como animal defensor de ese ideal romántico del III Reich que ellos mismos habían proyectado.
Es justo señalar que, el ecologismo nazi no estaba basado tanto en ese sentido misántropo que configura buena parte del ecologismo ideológico actual, sino en un sentido más de tipo romántico y racial. Para ellos, la dureza y belleza del paisaje nórdico con sus montañas, bosques, ríos, así como los seres y mitos que los poblaban, habían dado forma con los siglos a la propia raza germánica y había que protegerlos no por el valor que tuviesen en si mismos sino por lo que representaban para ésta. El mismo bosque y el lobo que era defendibles en Alemania podían sin embargo ser arrasados en Rusia o en Polonia porque lo que se buscaba era la hegemonía de la propia raza sobre las demás.
En definitivas cuentas, se trataba de gente que tenía una conciencia de raza predadora de otras razas y en Europa el lobo es quizás el animal que mejor representa esa figura. De todos modos, lo destacable no es que asumiesen la conciencia del lobo sino que hubieran perdido su propia conciencia humana.
Lo de la misantropía animalista actual tiene que ver más con la transformación que con el tiempo hace el progresismo cultural de los viejos esquemas conservacionistas, tratando de hurtar al hombre su espíritu dominador a fin de someterlo, que de la propia herencia alemana o conservadora, de quienes toman el ideal ecológico pero modifican su finalidad.