Con el tema de la guerra comercial de China contra Estados Unidos, estos días muy intensificada por el golpe de Google contra Huawei, habría que dejar planteada la perspectiva hispánica.
La cosa amaga con partir el espacio tecnológico mundial en dos bloques, al más puro estilo de la guerra fría, en lo que algunos llaman "ruptura geotecnológica" en la que prácticamente es seguro que caeríamos en el lado americano, igual que en la primera guerra fría.
Algunas ideas un poco a vuelapluma:
1. En principio estamos viendo repetirse los esquemas de siempre, cipayismo de uno y otro bando, americanófilos contra sinófilos. No hay que caer en ningún bloque, al menos en nuestro núcleo doctrinal.
2. Dicho lo anterior, desde el realismo hay que plantearse qué intereses y qué posición tiene la Hispanidad, que es que todas las naciones hispanas están forzosamente vinculadas a Estados Unidos excepto el eje bolivariano, cuyo modelo es evidentemente peor que el resto. Diría que nos conviene que los gigantes se apaleen entre sí, es decir, modelo "Primera Guerra Mundial". Hasta donde nos dejen, e intentando que no nos salpique mucho, claro. Este "apartarse del gorila y recoger las nueces" sería nuestro modesto objetivo.
3. No tenemos prácticamente poder, ni Europa tiene, se ve perfectamente por su silencio y porque va a remolque. En nuestro caso además, la quinta columna separatista supone un talón de Aquiles terrible en caso de que nos quisiéramos mover hacia algún sitio. Así que, me temo que el "laissez faire" es de las pocas cosas que nos quedan. Diría que países como México o Brasil sí podrían tener más iniciativa propia para mover a la Hispanidad, en el plano político (en el cultural ya sabemos que aún nos toca ser la chacha directora).
4. Sobre el propio desarrollo de la guerra. Si bien China tiene músculo suficiente para resistir a corto plazo, incluso puede que haga temblar a Estados Unidos o, entre esta y otras cosas, provoque un cambio en la geometría imperial norteamericana (hablo del conjunto de todos sus aliados), a medio y largo plazo (hablo más allá del 2050 o incluso el 2100, un año en el que EEUU tendría 600 millones de personas, y China, 1000) la cosa no es tan optimista para el Imperio Celeste, como ya estudiasteis en el hilo sobre su demografía, y se puede perfectamente dibujar un "techo" para el ascenso chino. En general el tema de China contra Occidente es una batalla cultural perdida para los chinos, simplemente porque la guerra no se está jugando ahora, se jugó en el siglo XVI y la ganó España para el Occidente, aunque luego nos la han usurpado los demás. Es decir, Occidente se hace global y China no. En todo caso, el ascenso de China puede que represente un fraccionamiento de ese espacio global occidental en varios subespacios, cosa que, por otra parte, puede convenir a la Hispanidad si se gestiona bien. Pero nuestro modelo no debería ser el de vender materia prima a los chinos (cosa que llevamos haciendo décadas, pero a los anglos), cosa en la que ya han caído Chile y Argentina con su cobre y su soja.
5. Lo que sí queda claro es que el modelo del "Estado Continental Industrial", descrito por algunos teóricos, es decir la Nación o Federación unificada, con extensión continental y poderío industrial, es lo único que parece tener peso en este mundo a día de hoy. Tanto EEUU como China responden a este canon. La Europa mosaico, en la práctica, no llega a funcionar, no sigue este canon y se hace inoperante. La Hispanidad con su unidad lingüística y cultural quizás sí podría desarrollarlo con la Iberoamérica del Pirineo y el Bravo a la Antártida. Lo nuestro además se complementaría con un ethos superestructural de tipo imperial hispanogrecorromano que permitiría que dicho Estado Continental Industrial no proyectara solamente sus tristes intereses económicos, sino también un modelo de civilización.