Adolf Hitler explicó en su libelo carcelario de forma abierta la pulsión expansionista germana y argumentó que su única dirección posible, por falta de espacio en occidente, es hacia la despoblada Rusia. Hasta la fecha este empuje sólo ha dado lugar a conflictos y guerras pero solo es cuestión de tiempo el que le encuentren un encaje de forma pacífica. En realidad, las américas de los alemanes son las rusias, Asia. Las líneas del gurú ruso Duguin, para colmo, se alinean con ese imaginario. Mi impresión es que uno de los intereses rusos por desestabilizar Europa tendría como objetivo el atraer Alemania a su órbita. Una vez logrado eso, le habría comido torreno a los USanos en el continente, que quedaría prácticamente convertido en un patio trasero.
Mirad, os pongo un ejemplo puntual de lo que bien podría ser un día una realidad proyectada, teóricamente factible si las oligarquías rusas y alemanas llegasen a entenderse. Y ojo, que llevamos años de movimientos geoestratégicos en Austria y Alemania en esa dirección (Schöder sería la punta del iceberg, la línea del Nordstream una consecuencia de todo esto...).
Solo os resumo a grandes rasgos la historia de este tipo de personajes, cada vez más habituales en la Europa del Este. El tipo ha conseguido en Rusia:
* espacio.
* no restricciones a la producción.
* mayor pago por litro.
*subvenciones estatales (sobre corrupción rehusa hablar ante las cámaras).
A la parte rusa le interesa de él:
* iniciativa, buen saber hacer.
* paga bien y de forma regular a los locales, también hace obra social (le tienen como a una especie de "semidios", cualgan sus cuadros en las guarderías que levanta en los pueblos donde se asienta).
El tipo asesora, dicen, al gobierno putiniano en política agraria. Salió del sur alemán en los 90 de una ganadería con 14 hectáreas de terreno, ahí ha alcanzado 130.000 hectáreas de terreno, que le sostienen más de 20.000 cabezas de ganado. Es el caso más impactante pero hay más. En Rumanía ya os comenté cómo cada vez más alemanes están apropiándose de ingentes cantidades de terreno, apoyados en la degeneración del tejido político y productivo local.
Europa del Este y Asia pueden ser el plato perfecto para saciar ese ímpetu expansivo de un sector empresarial alemán con ambición desmedida.
No descartaría futuras alianzas, esta vez sin guerra entre ellos. La cuestión para nosotros, es a qué papel aún más reducido quedaría el papel de nuestro país en el escenario de semejante Europa.
Yo quiero Hispanidad, no solo por el Corazón y de las tripas sino también por la cabeza.