hace 17 horas, Gerión dijo:Comentarios sobre el cine histórico de doña Elvira Roca Barea:
Elvira Roca tras la polémica con Blas de Lezo: "El cine histórico ha sido particularmente maltratado en España"
La escritora e investigadora Elvira Roca Barea se ha referido este lunes a la polémica surgida después de que Vox propusiera hacer una película sobre almirante vasco Bias de Lezo, conocido por su defensa de Cartagena de Indias en 1741 de una de la mayores flotas navales desplegada en la historia por Gran Bretaña.
Roca Barea opina que el cine histórico "interesa bastante" a cualquier público y ha apuntado que este género "ha sido siempre uno de los pilares de las producciones cinematográficas" en cualquier país, aunque cree que en España "ha sido particularmente maltratado".
Para la autora del ensayo 'lmperiofobia y leyenda negra' (Siruela, 2016), se debería hacer una película sobre Bias de Lezo "como cualquier tema histórico que sea interesante". "El cine histórico ha estado muy de capa caída en la producción nacional, y hay mucho y grande a lo que poder agarrarse", ha defendido Elvira Roca.
Extracto de la noticia publicada en: https://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-elvira-roca-polemica-blas-lezo-cine-historico-sido-particularmente-maltratado-espana-20190204184805.html
Alguna película vi sobre nuestra GC producida en los años 40 o 50. Casi diría que su tónica es la de reconciliar a los españoles apuntando a los "malos", que no podían ser sino los comisarios políticos. No negaban su humanidad a los "rojos" como décadas después el cine "democrático" hizo con todos los "fascistas". Podría explicarse como la magnanimidad reconciliadora del triunfador frente a la animosidad vengativa y ladina del derrotado que pretende ganar con la propaganda la guerra que perdieron en los campos de batalla. Podría explicarse también desde los fundamentos espirituales de unos y de otros... Ahí lo dejo.
A su comentario añadiría que no es tanto el maltrato al cine histórico, sino el maltrato a la población que ha ejercido y ejerce ese mismo cine histórico, que ni siquiera parece tratar de abordar hechos acaecidos, sino emplearla como un arma de propaganda que de sustancia ideológica y sentimental a su eterna lucha contra el fascismo...
Es "un cine de autor" que viene a sustituir la falta de medios con "el relato", o ese psicologismo que ya no se conforma en quedarse en los hechos en sí, sino en escarbar en las intenciones profundas (y por ello sospechosas siempre) de sus protagonistas.
Hacer un cine histórico de verdad tendría que abordar dos temas espinosos en nuestra historia:
-Justificar en sus causas respectivas a los contendientes. Imposible. Sería reconocer que todos tenían razones fundadas para hacer lo que hicieron. Ello rompería el monólogo del bueno contra el malo y abriría la posibilidad de que muchos "neutrales" aceptasen moralmente que "sí" había razones para oponerse contra los liberales y la democracia... comunista.
-La tozudez de una España que parece transcender a los propios españoles. Es como si un espíritu burlón que en otros casos es la suma de muchos espíritus, fuera ajeno o estuviera al margen de los espíritus contingentes que le confieren su primera y más básica sustancia. Podríamos entrever que existe "algo" que escapa a interpretaciones igualitarias de la historia de los diferentes países. ¿Se imagina a los españoles "entendiendo" la razón de tantos poetas que cantaron loas a España y que con tanta frecuencia se los tacha de simples locos enamorados?.
En este punto no estoy de acuerdo con doña Elvira. Creo que hay una infrahistoria que escapa de su definición generalista de imperofobia y que se resume en la reacción simple a poderes de alcance global. El catolicismo implícito en todas nuestras guerra internas y externas puede que sea la explicación y que no se trate tanto, subliminalmente hablando, de la lucha contra el fascismo sino contra el catolicismo...
En resumen, el maltrato de nuestro cine a la historia es que lo tienen que producir agentes contrarios a enfrentarse a la realidad católica de nuestro país y eso son palabras mayores. Por tanto, prefieren el recurso menos valiente y más ladino de atacar a alguna de sus expresiones evitando referencias explícitas que delaten sus verdaderas intenciones.