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  1. No conocía la historia, así que comparto enlaces. Su misión: forjar una alianza España-Persia contra el turco. Sus andanzas nos dejan un viaje con mil peripecias, entre ellas el descubrimiento de Persépolis. https://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_de_Silva_y_Figueroa http://abcblogs.abc.es/espejo-de-navegantes/2018/08/02/la-increible-aventura-de-silva-y-figueroa-su-olvido-y-su-recondita-tumba-marina-en-el-oceano/ https://www.hoy.es/prov-badajoz/muestra-embajada-persia-20171020001104-ntvo.html Incluyo un PDF descargable: "Un caballero español en Isfahán. La embajada de Don García de Silvia y Figueroa al sha Abbás el Grande (1614-1624)", por Joaquín María Córdoba http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/download/464/465
  2. Para todos los que dicen que la Leyenda Negra ya está superada: https://twitter.com/latinosxRep/status/1031221644239556608
  3. Ayer pude leer en la prensa local que mi provincia va a ser objeto, el año que viene, de un especial protagonismo en la construcción de la nueva memoria histórica, que la izquierda patria esta erigiendo con objeto, a mi juicio, de estructurar todo un nuevo entendimiento de la historia que le exima de su responsabilidad en uno de los episodios más negros de España, y de paso en la edificación de la nueva alma española en la que andan empeñados. Como tengo "la suerte" de vivir precisamente en la pedanía donde esta noticia centra su foco de interés, no he podido resistirme a la tentación de enlazarla en este foro, a ver que opináis vosotros. Cada año se recibe por aquí la visita, casi como si de un peregrinaje se tratara, de gentes que, cargadas con banderas repubicanas, vienen a rememorar en el mes de abril, aquel día en el que el gobierno de la República salió huyendo del país. Siempre he pensado que lo de esta gente era ignorancia histórica pero si uno reflexiona un poco, se da cuenta de que no es simple ignoracia sino además estúpida, porque hay que ser muy lili para celebrar a quién ha salido huyendo de un conflicto, cargado con tus riquezas, y dejándote a ti en manos de tus enemigos. Otro día os contaré lo de las maletas cargadas de joyas en aquel vuelo y la historia de un vecino que de la noche a la mañana, pasó de pobre a rico después, segun cuenta la rumorología local, de haber encontrado una de aquellas maletas supuestamente olvidada por los tripulantes del avión, debido a las prisas para que no los atraparan. Hoy parece que todo aquello va a recibir una subvención y se va a recordar como un episodio heróico de nuestra historia. No se si echarme a reir, a llorar o directamente meterme a monje cartujo.
  4. Dicho español respecto de la Guerra de Marruecos. Niet, no invente cosas ni tergiverse, que éstos fueron quienes ganaron la guerra para el General Bajito y lo mismo está usté escocido. No señor, a cada uno lo suyo. Es un dicho de la Guerra Nuestra y hay otros parecidos: La primera paga para el uniforme y la segunda para el entierro. Alférez de complemento cadáver al momento, etc. Total que me temo que usté, mesié, opina como yo, que la creación de los alféreces provisionales fue el principal factor que inclinó la balanza hacia el lado rebelde. Y es que las armas hay que empuñarlas. Al principio de la guerra las dos causas estaban empatadas: libertad contra orden, o como se dice ahora: seguridad. Para los simplistas o los fundamentalistas: libertad absoluta contra orden estricto. La batalla entre lo viejo conocido y lo nuevo por proponer y desarrollar ya se había dado, y habían perdido, como siempre, los primeros, que salieron por patas y por Cartagena. La contienda era entonces entre dos formas de entender lo nuevo. Los recursos eran aproximadamente los mismos: dinero, industria, las fábricas de armas, mayor número de mentes brillantes, simpatía por parte de Europa, mayor cantidad de población, etc, contra organización, agricultura, un ejército veterano, unidad de mando, mejor armamento etc, ...y en Europa soplando vientos de guerra. Aquello era, como se dice ahora, un empate técnico. Se me puede hablar de desorganización, de luchas internas, que si la indisciplina, que si el apoyo extranjero, que si el armamento y un sin fin de razones más para explicar la inapelable victoria de los unos o el estrepitoso fracaso de los otros, cuando, como dije antes, ambos bandos estaban completamente empatados. Sin embargo, cuando veo que la contrapartida a los alféreces provisionales fueron en el bando leal los comisarios políticos me reafirmo más en mi opinión. ¿Que quién fue el creador de los alféreces provisionales?. El general Orgaz. ¿Que quién era el general Orgaz?. Pues ni puta idea oiga. Los generales, los líderes, los organizadores, los conductores de hombres son importantes, sus decisiones afectan a la vida de mucha gente y sus aciertos o sus equivocaciones quedan plasmadas en los libros de historia para siempre (bueno, ahora con la cosa de la Ley de Memória histórica, pues no sé). Pero al fin y a la postre, quienes realizan las acciones, quienes sufren los resultados, quienes obran en consecuencia, son las personas, gente corriente, tipos grises como sus ideas donde nada hay absolutamente blanco ni negro sino que todo, absolutamente todo, es de un gris que depende de ángulo desde el que se le mire. Los exaltados, los fanáticos de toda clase y condición son solo unos pocos y en las guerras son los primeros en caer. El resto, la mayoría, los comunes, vamos al pairo, pero al final, somos quienes inclinamos la balanza hacia uno u otro lado. En aquella España de los años treinta, con un no sé cuántos por ciento de analfabetismo y un mucho más de superstición e ignorancia, agarrar a un chaval de dieciocho o veinte años, con el bachillerato mal apenas terminado y auparle a la altura de un oficial con mando sobre una treintena o un centenar de hombres, por encima de suboficiales de carrera, expertos pero ignorantes, fue una idea excelente, en mi pobre opinión, justo la que hizo desequilibrar la balanza. Si el más joven de la sección es a la vez el oficial al mando, por visceral biología va a ser arropado por los demás, mimado por la tropa, defendido por los suboficiales de carrera y amparado por los comandantes. Al joven solo le hace falta saber usar la brújula, enterarse de lo que pasa o comprender cualquier documento escrito que se le presente. No sé, basta con que tenga cabeza, los huevos los da la juventud. -Prepárate Pepe que te toca hacer de enlace. (Era tarea arriesgada porque cualquiera de los tuyos que estuviera en un pozo de tirador medio dormido o despistado te podía pegar un tiro a poco que pasaras por allí cerca y no hay cosa peor que el fuego amigo. Lo normal era que te mandaran acercar dando palmas para que tuvieras las manos ocupadas hasta que te reconocían. -Mande usté a otro mi capitán. Siempre me tiene que tocar a mí coño. (Entonces los varones solían tener el coño en la boca más a menudo que ahora. El caso es que en el frente, en primera línea, el soldado tiene más derecho al pataleo que en el cuartel o en tiempos de paz y aquella escuadra desde antes de que se incorporara Pepe tenía dos cabos porque uno que ascendieron no se quería hacer cargo de una escuadra propia ni separarse de la suya. -Mira Pepe, como mande a alguno de estos ceporros a transmitir órdenes o a recibir novedades vete tú a saber qué transmiten y qué información voy a recibir yo. Insisto, en aquel entonces no todo el mundo entendía el sistema métrico decimal, lo de los metros y los metros cuadrados, qué era éso de la cota 923 o dónde puñetas está el noroeste a las tres de la tarde. Puede que en la España urbana hubiera muchos que si, pero en la España rural no y entonces España era muy rural. ¿Quién sabría leer un mapa?, ¿quién podría dar una descripción de cualquier acontecimiento relevante que ocurriera en el frente?, ¿quién saltaría el primero de la trinchera?, ¿quién sería más inmune a halagos y corruptelas?, ¿quien estaría más libre de filias y fobias?, ¿quién con ardor guerrero tendría también dos dedos de frente?. ¿Un tipo entrado en años, casado o no, con hijos o no, cuya fuerza principal reside en la convicción que tiene en sus ideas políticas, que las defiende con entusiasmo en la polémica?. ¿Uno que sabe hablar?, ¿ése va a ser el primero en saltar el parapeto dando ejemplo a los demás?. Miau. ¿Alguien bien considerado en la agrupación política, con una cierta posición en el partido o en el sindicato alcanzada en luchas intestinas, va a arriesgarlo todo y que le peguen un tiro por estar en primera línea?. Narices. Claro que los habría, ¡y de los buenos!, pero ¿cuántos?, y de éstos, ¿cuánto duraron entre las balas?. No, lo normal era que el comisario político se colocara detrás de la primera línea con la pistola en la mano viendo si alguno mostraba cobardía o chaqueteaba frente al enemigo, siendo casi siempre el último en salir de la trinchera. La diferencia es evidente, con dieciocho o diecinueve años la vida la regalas, cuando tienes treinta no tanto y cuando tienes cincuenta esperas que dure un poquito más. Cuando ves al tío que manda ser el primero en cumplir su propia orden vas tú detrás sin querer, pero si se queda el último, si remolonea, si saca la pistola para evitar que nadie se acobarde ni le de por chaquetear... pues éso mismo. El fundador de los alféreces provisionales fue el general Orgaz. Será un tipo muy conocido por los historiadores, pero yo ni le había oído mentar ni hasta hace poco conocía de su importancia. Unos tienen las ideas, otros las mejoran, otros las llevan a la práctica, y solo unos pocos se llevan la gloria y el reconocimiento. Sin embargo muchos más quedan en el camino como almas anónimas recordados solo por quienes les conocieron durante sus cortas vidas. Un día me iré como se fueron tantos de los que solo queda en el recuerdo el fracaso de una vida que fue entrega a unos ideales que murieron. Alguien me habló de amor, de patria de grandeza, de Dios, de sol, de imperio... y sembró ideales de justicia para un mundo por nacer de nuevo. Y envuelta en nubes, como sol de invierno, mi fe arraigó, mis ideales luego defendí con el ardor caliente, que en la lucha ponen los guerreros. ........ Han pasado los años y el sembrador de sueños renegó de su siembra, olvidó aquello, y embarcado ahora en otras naves dirige su rumbo hacia otros puertos. Pero al joven que entregó su vida, porque falsos profetas le mintieron, de ellos no le queda, tan siquiera, la oración que debemos a los muertos. El General Bajito fue el último y más brillante de los generales decimonónicos e incluyo ahí al Corso ése de las frasecitas célebres (Los hombres se miden de la cabeza al cielo y no de la cabeza al suelo (sic)) que también era bajito. Y pienso que no tomó Madrid (¡No pasarán! escribían los de las consignas) porque aunque la conquistara con más o menos esfuerzo y muchas bajas, de ninguna manera podría ocuparla pues no tenía gente suficiente, y destinó aquellos esfuerzos a la liberación de los sitiados en El Alcazar. ¿Golpe de propaganda?. Puede que sí, pero hasta que no se llamaron a filas a las quintas los ejércitos eran muy pequeñitos y el General Bajito tuvo el temple y el sentido común de no ir a por ese caramelo envenenado. En cambio El Corso de las frasecitas (Ésa maldita guerra me perdió (sic)) sí, que bien que lo intentó con Moscú para que veas tú que la avaricia acaba rompiendo el saco. El considerar al General Bajito poco menos que gelipoñas no sólo es un insulto a los que combatieron contra él que, por tanto, serían aún más gelipoñas, sino a la propia inteligencia de las generaciones actuales, que las están considerando aún más gelipoñas. Vivo, sagaz, mañoso, ladino, astuto y taimado puede que sí, pero gilipollas no, de ninguna manera caramba. Que no sigan por ahí los de babor, que la gente joven no es que vayan a dejar de tomarles en serio, sino que se les van a empezar a cachondear. Avisaos van. Pero como aquí se habla de la política del General Bajito (haga lo que yo señor ministro: no se meta en política (sic)) no tengo más que mencionar cómo gestionó la cosa cuando se presentó, ad portas, el Aníbal de la época. -No, no entres tú hermoso mío, que ya salgo yo a torearte. Ahí le tienen -¡torero!- en un quite por gaoneras que ha pasado a la historia. Y es que a un león, aunque don Adolfo tenía más de toro que de león, no se le puede ir con un triste palo. Al palo hay echarle por lo menos una muleta y a la faena arte y pelotas. También, todohayquedecirloamigomío, estaba informado por el Almirante Canaris, que odiaba profundamente a los nazis y era amigo personal del Genera Bajito (no sé por qué aún no tenemos una estatua o una placa a este hombre, ...bueno, ni al General Bajito), de las carencias de don Adolfo para tomar Gibraltar pues habían dejado de fabricar artillería de sitio, cosas de la blitzkrig y de la guerra con muchas prisas ésa, y de la nula intención de la Kliegsmarine de ayudarle a defender las Canarias de los ingleses si es que a España la envolvían en la vorágine de la segunda Guerra Mundial y en su bando en el de él quiero decir. Alemania lo que hacía, sólo, era jurarle fidelidad eterna. Ya ves tú. También dicen ustedes que alargó mucho su dictadura, que debería haberlo dejado mucho antes, pero en 1948 entraron los maquís (unos 5.000) y algunos de ésos alféreces provisionales de la quinta del 40, Mingote por poner un ejemplo, tuvieron que volver a movilizarlos. Y entre la guerra, el servicio militar que les tocó hacer después, ya que a la guerra habían ido antes de los 20 años, y la movilización por el maquis de después, se tiraron siete años pintados de verde, quiero decir de caqui, siendo civiles. De la creación de las Universidades Laborales y otras ideícas, no sé si suyas o de los sindicatos de gremio aquellos, ya hablaré otro día, pero éso fue posterior, cuando se quitó la hambre. la de las cornás. Y es que se quitaron antes las cartillas de racionamiento en Alemania (cosas de mister Marshall y del Konrad Adenagüer aquél) que en España, cuando los ingleses dejaron ¡por fín! pasar barcos con trigo argentino. Qué cabrones. ______ FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.
  5. Las mentiras sobre la brutal persecución de brujas, ¿por qué España no participó de la barbarie europea? Los investigadores actuales estiman que, entre mediados del siglo XV y mediados del siglo XVIII, se produjeron de 40.000 a 60.000 condenas a la pena capital por este concepto. La mayor parte de los ejecutados tuvo lugar en Alemania y los países vecinos La leyenda negra achaca a la Inquisición española la muerte de miles de mujeres acusadas de brujería, entre otras cifras huérfanas de documentación. Los datos tumban la historia que los enemigos del Imperio español inventaron con el fin de desacreditar a la potencia hegemónica. Mientras que en Alemania se condenaron a muerte a 25.000 mujeres, se calculan únicamente 300 casos en España. El sur de Europa, en verdad, permaneció ajeno a uno de los episodios más oscuros en la historia del continente. Salvados los siglos más tenebrosos de la Edad Media, se desató a comienzos de la Edad Moderna una inesperada obsesión por la caza de brujas, porque, según sostiene el historiador Ricardo García Cárcel, se introdujo una nueva novedad en la sociedad: «La idea de que el demonio estaba en todas partes y que las brujas habían sido creadas por él». «A finales del siglo XVI el problema se agravó porque la intelectualidad europea y racionalista se obsesionó con el demonio y mezcló esta idea con la de las brujas» La fiebre cazadora empezó a finales del XV, respaldada, en 1484, por el Papa Inocencio VIII en la bula Summis desiderantes affectibus: «Muchas personas de ambos sexos se han abandonado a demonios, íncubos y súcubos, y por sus encantamientos, conjuros y otras abominaciones han matado a niños aún en el vientre de la madre, han destruido el ganado y las cosechas, atormentan a hombres y mujeres y les impiden concebir». Se abría la veda. La fiebre tornó en delirante conforme avanzaban los años. «A finales del siglo XVI el problema se agravó porque la intelectualidad europea y racionalista se obsesionó con el demonio y mezcló esta idea con la de las brujas», explica García Cárcel, autor de «La Inquisición», Madrid, Anaya, 1995. A consecuencia de este fenómeno se vivieron ochenta años de terror que afectaron, sobre todo, a la Europa central, Inglaterra y a los países más avanzados. El empeoramiento del clima, las malas cosechas y la peste azotaron el continente a finales de siglo, mientras que la persecución de brujas se intensificaba coincidiendo con las crisis económicas. La intensidad alemana Los investigadores actuales estiman que, entre mediados del siglo XV y mediados del siglo XVIII, se produjeron de 40.000 a 60.000 condenas a la pena capital por este concepto. La mayor parte de las ejecuciones tuvo lugar en Alemania y los países colindantes. No obstante, la fragmentación política del Sacro Imperio Romano Germánico favorecía que cada ciudad se enfrentaba al problema por su cuenta. La tensión religiosa entre católicos, luteranos, calvinistas y demás herejías elevó la brutalidad de la persecución. La intensidad en Alemania de esta persecución se explica por el fulminante éxito de Lutero, respaldado por importantes príncipes germanos, que justificó las matanzas en que la Biblia exige, en Éxodo 22,18, que «No permitirás la vida de los hechiceros». Los reformadores usaron esta persecución para incrementar su autoridad, aún precaria, y adquirir más control sobre la población local. «Hay niños de tres y cuatro años, hasta 300, de los que se dice que han tenido tratos con el Diablo. He visto cómo ejecutaban a chicos de siete años, estudiantes prometedores de 10, 12, 14 y 15 años. También había nobles», escribió un cronista sobre los procesos que se llevaron a cabo en Würzburg en 1629. Las procesos masivos y el intercambio de acusaciones entre vecinos eran el pan de cada día en algunos territorios alemanes. Pero, ¿realmente existían las brujas, es decir, mujeres que practicaban rituales satánicos? El mismo testimonio que se asombraba por la muerte de esos niños sostenía que no había duda de que «el Diablo en persona, con 8.000 de sus seguidores, mantuvo una reunión y celebró misa ante todos (los condenados) administrando a sus oyentes cortezas y mondaduras de nabos en lugar de la Sagrada Hostia». Si bien la mayoría de los testimonios eran producto de la psicosis colectiva, García Cárcel no tiene duda de que existían estas prácticas en distintos rincones de Europa. «La Iglesia persiguió a las brujas porque creían que hacían una competencia terrible al propio cristianismo. Eran mujeres que afirmaban que también podían intermediar con el otro mundo», señala el historiador valenciano. España, ¿una isla para las brujas? En el amasijo que conforma la leyenda negra contra España aparece destacada la imagen de la Inquisición persiguiendo a judíos, brujas, musulmanes y protestantes a través de los métodos más brutales. Sin embargo, al igual que la persecución de protestantes, la incidencia de casos de brujería en España fue mínima. De todos los procesos entre 1540 y 1700, solo el 8% fueron por causa de la brujería. En total, se condenó a la hoguera por brujería a 59 mujeres en España. En Portugal fueron quemadas cuatro, y en Italia, 36. Quema de una bruja septuagenaria en Schoonhoven, Holanda, en 1597 Esto fue así porque la brujería se vislumbraba, a ojos de los inquisidores españoles, un mal menor, en el que incurrían mujeres de baja extracción y ningún tipo de influencia social o religiosa. «En España este fenómeno nunca alcanzó niveles de fanatización del norte. La Inquisición moderna no alteró los procedimientos y la mecánica con respecto a las brujas», recuerda García Cárcel. El danés Henningsen habla en este sentido de un auténtico «escepticismo inquisitorial», donde los especialistas en leyes achacaban el fenómeno de la brujería a la ignorancia y a las alucinaciones. Desde el principio, hubo eclesiásticos que descartaron la validez de los testimonios de las brujas, como el obispo de Ávila, Alfonso de Madrigal, que en 1436 afirmó que los aquelarres eran fantasías producto de drogas, o el dominico castellano y obispo de Cuenca, Lope de Barrientos, quien se preguntó «qué cosa es esto que dicen, que hay mujeres, que se llaman brujas, las cuales creen e dicen que de noche andan con Diana, deesa de los paganos, cabalgando en bestias, y andando y pasando por muchas tierras y logares, e que pueden... dañar a las criaturas», a lo que él mismo se respondía en ese texto: que nadie ha de tener «tan gran vanidad que crea acaescer estas cosas corporalmente, salvo en sueños o por operación de la fantasía». En la Corona española la jurisdicción ordinaria y la religiosa (los obispos) contaban entre sus funciones habituales la represión de la superstición El pragmatismo y la calma se impuso cuando, en 1526, el creciente problema de la brujería en Europa, al calor de las reformas protestantes, obligó a la teología española a reunirse en Granada. Henningsen se asombra de las disposiciones tomadas allí, frente a la situación de locura colectiva que se vivían en otros rincones. Estas disposiciones incluyeron el siguiente procedimiento: -Cualquier bruja que voluntariamente confiese, y muestre señales de arrepentimiento, será reconciliada (con la Iglesia). -En tales casos, si no median otros delitos, no habrá multa ni confiscación de bienes y solo habrá penas salutarias para su alma. -Nadie será arrestado basándose en las confesiones de otras brujas. La actuación del tribunal se encaminó durante los siglos XVI y XVII a la reinserción de las acusadas de brujería en el seno de la Iglesia, más que a la pena de muerte. Como ejemplo de condena benigna, una mujer llamada Isabel García, que en 1629 confesó ante el tribunal de Valladolid habérsele aparecido Satanás, con quien pactó la recuperación de su amante, fue únicamente castigada a abjurar de levi y a cuatro años de destierro. Así y todo, hay que tener presente que en la Corona española la jurisdicción ordinaria y la religiosa (los obispos) contaban entre sus funciones habituales la represión de la superstición, con lo cual la mayoría de casos pasaron por sus manos y no por la Inquisición, cuyo registro era más minucioso. Parece que es evidente, con todo, que en España no alcanzó la represión de Europa Central. Alonso de Salazar y Frías denuncia antes Otra muestra de que el fenómeno de la brujería contaba con sus propias características en España es que, cuando la Inquisición moderna llevaba funcionando más de un siglo, surgieron aquí inquisidores racionalistas como Pérez Gil o Alonso de Salazar y Frías, que criticó el proceso de las brujas de Zugarramurdi. Este proceso es tal vez el caso más famoso de la historia de la brujería en España y finalizó con un auto en noviembre de 1610 donde dieciocho personas fueron reconciliadas, seis fueron quemadas vivas y cinco en efigie (a través de un muñeco del tamaño de un ser humano que los representaba). «Alonso de Salazar y Frías empezó a desconfiar por primera vez de lo que las brujas decían sobre sí mismas. Empezó a considerar que todo aquello se había producido por una neurosis colectiva que había que erradicar», apunta García Cárcel. Alonso de Salazar y Frías, que creía que los fenómenos de brujería eran historias inverosímiles y ridículas, presentó al Consejo de la Suprema Inquisición, el 24 de marzo de 1612, un informe crítico con el proceso de Zugarramurdi. Como destacó Julio Caro Baroja, el español «se adelantó de modo considerable a los que difundieron en Europa ideas concebidas en el mismo sentido», como el famoso jesuita alemán Friedrich Spee, que cargó contra la persecución de las brujas en el corazón del continente. Un resultado concreto del informe del inquisidor fue que se intentó reparar a las víctimas del auto de fe ordenando que sus sambenitos no quedaran expuestos en ninguna iglesia. Una consideración impensable en cualquier otro lugar de Europa. Nunca más se juzgaría a nadie en territorio español por solo el delito de brujería, mientras en el resto de Europa continuó la persecución hasta finales del siglo XVIII. «No hubo brujos ni embrujados hasta que se empezó a hablar de ellos», aseguró Alonso de Salazar, entre sus conclusiones. Un criterio en contra de la superstición y la ignorancia que prevaleció a partir de esas fechas. Nunca más se juzgaría a nadie en territorio español por solo el delito de brujería, mientras en el resto de Europa continuó la persecución. Una niña ejecutada en el cantón protestante de Glarus, en 1783, fue la última víctima de esta histeria prolongada durante siglos. http://www.abc.es/historia/abci-mentiras-sobre-brutal-persecucion-brujas-espana-no-participo-barbarie-europea-201806130327_noticia.html
  6. Os dejo una conferencia del catedrático Luis Suárez Fernández sobre la historia del catolicismo en España, donde se centra en dilucidar qué elementos han enriquecido mutuamente, tanto a la Iglesia católica como a la propia España. Si no habéis tenido oportunidad de verla anteriormente, os la recomiendo, está impartida con un lenguaje sencillo y abundante en detalles y datos de valor que permiten enriquecer nuestro conocimiento patrio.
  7. En previsión de la más que posible nueva andanada de medidas para desmemoriar España, que el progresismo español suele acometer para llevar a los españoles hacia sus reductos, especialmente desde la legislatura del Presidente Zapatero, y que ahora vuelve a amenazar de la mano de un gobierno socialista, al frente de un Presidente ateo que ya ha dado las primeras señas de su filiación antireligiosa emulando simbólicamente a Azaña cuando dijo que España habia dejado de ser católica, en este caso eliminando la Biblia y el crucifijo en su toma de poseión del cargo, propongo ir abriendo temas o publicando contenidos que permitan desmitificar los tópicos mediante los que se manipula el conocimiento de nuestra historia y el entendimiento de nuestro presente. Y como me ha llamado la atención el mencionado rechazo a jurar el cargo frente a los símbolos religiosos que representan a la mayoría de los españoles, quiero abrir este apartado recuperando un capítulo de la serie «Mitos al descubierto» emitido por la televisión pública de Madrid hace unos años con motivo del 75 aniversario de la guerra civil, en este caso haciendo referencia a la persecución religiosa en la II República.
  8. Recientemente y como consecuencia del debate político, generado a raíz del proceso independentista catalán, se ha abierto un debate en la sociedad, acerca de los fundamentos que condicionan la unidad de España. Resulta curioso observar como en el argumentario independentista, existen claras referencias históricas como fuentes fundamentales del origen de Cataluña como Nación. Sin embargo, observo como en el bando, llamémosle unionista, la mayor parte del discurso nacional, se retrotrae a la Constitución de 1978 como fundamento de lo que somos. Como si no hubiera un ayer, o ese ayer fuera tan horrendo que fuese mejor no mencionarlo. En algunos sectores sociales, más cercanos a corrientes de pensamiento izquierdista, se oye hablar de la importancia histórica de la constitución de 1812, como fecha de inicio de lo que hoy podemos considerar España. Y en sectores más tradicionalistas, se alcanzan a escuchar voces que citan las cortes de Castilla y Aragón, reunidas bajo el mandato de los reyes católicos, como origen de nuestra historia. En cualquier caso, aunque siempre fuera de la opinión pública promovida por los grandes medios de comunicación, podemos encontrar un sin fin de respuestas a esta pregunta, sin embargo en general, no parece haber un consenso nacional sobre nuestro origen. Es como si España fuese una persona anciana afectada de Alzheimer, que ha perdido su memoria como consecuencia de su enfermedad. Y eso puede ser letal. Por ello y porque considero que es importante recuperar una idea más o menos clara de nuestro pasado, me gustaría lanzar esta pregunta, para tratar de encontrar las mejores respuestas, que con concreción y fundamento nos ayuden a entender mejor, desde cuándo y por qué España puede ser entendida como una Nación que alcanza hasta nuestros días y en consecuencia, qué motivos históricos de interés común tendríamos hoy todos los españoles para defender nuestra unidad, frente a aquellos que tratan de desestructurarla o convertirla ahora en una federación compuesta por no se sabe muy bien qué clase de entidades político territoriales. Sin duda no es lo mismo defenestrar un hecho puntual, como puede ser el estado de una nación moderna surgida al albur de las corrientes de pensamiento del S.XX, que poner en tela de juicio la unidad y razón de ser, de una de las naciones más antiguas de Europa que, a juicio de quien esto escribe, ha fundamentado la civilización occidental. Gracias de antemano por vuestras respuestas y un saludo a todos.
  9. Escribía D. Ramiro de Maeztu en la presentación de la revista 'Acción Española', publicada entre 1931 y 1937 que: «La obra de España, lejos de ser ruinas y polvo, es una fábrica a medio hacer, como la Sagrada Familia, de Barcelona, o la Almudena, de Madrid; o si se quiere, una flecha caída a mitad del camino, que espera el brazo que la recoja y lance al blanco, o una sinfonía interrumpida, que está pidiendo los músicos que sepan continuarla». Hoy nos encontramos sin embargo, ante una realidad, ya lejana a aquellas letras, donde el espíritu que alguna vez fundamentó el ideal hispánico, ha sucumbido bajo siglos de conflictos y reyertas en pos de conservar medias verdades, que solo alcanzan a responder medias preguntas en el corazón trascendente de los hombres, o bajo ídolos que a diario nos subyugan y arrastran en masa por la corriente de los intereses de un mundo enloquecido por las deudas y los beneficios. La mentira está de moda, es más, ni siquiera la verdad absoluta es hoy ya considerada como tal, y todo orbita alrededor de nuestros sentidos y deseos subjetivos. ¿Qué queda de aquella noble empresa? Qué de aquel noble ideal que el mismo Maeztu describía como «La misión histórica de los pueblos hispánicos consiste en señalar a todos los hombres de la tierra que si quieren pueden salvarse y que su salvación no depende sino de su fe y de su voluntad». ¿Es posible hoy en día recuperar esa misión? ¿Sigue estando vigente y de alguna forma es posible sembrar las semillas, que mañana den origen a un nuevo tiempo español, católico, universal… ? A veces he pensado en el espíritu español, como en uno semejante al de aquel buen ladron crucificado en el Calvario junto a Cristo, y ello me lleva a pensar que la muerte de nuestra raza es inevitable, pero también que su futuro está unido a la suerte de aquel crucificado junto al Señor, una vez traspasado el umbral de la muerte. El otro ladrón estaría representado por lo que conocemos por mundo protestante anglosajón.
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