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  1. En el hilo sobre el carácter progresista de la eugenesia, cite parte de una entrevista al doctor Guillermo Rendueles Olmedo, psiquiatra y escritor situado en la izquierda, e incluso en la parte más radical de esta izquierda, en el que con una honradez digna de encomio reconocía que algunas acusaciones contra Vallejo Nájera era inciertas y que la culpa había que buscarla más bien en la intelectualidad progresista de la época, que abrazó con fervor la ideología eugenésica y eutanásica de exterminio. He descubierto varios textos de este médico y humanista de gran interés. Pero ahora que se acaba de legalizar la eutanasia, me parece muy importante rescatar un artículo que escribió en un periódico local de Asturias, La nueva España, en el año 2007. En ese artículo advertía de los peligros de la eutanasia y del frívolo debate que se había suscitado en los medios para promover su legalización, con un continuo goteo de artículos sensibleros que se apoyaban en casos extremos para manipular a la opinión pública. Ya en 2007 el doctor Rendueles nos avisaba de estos peligros que han terminado de materializarse hace pocos días. Y, con la honradez que la caracteriza, se mostraba avergonzado por compartir el izquierdismo con los principales promotores de esa aberración que es la eutanasia: Hacen falta más Guillermos Rendueles. Hacen falta más personas de izquierdas que se atrevan a cuestionar las ideas imperantes entre los suyos si son equivocadas. Hacen falta más personas de izquierdas que reconozcan las culpas de los suyos y que digan la verdad aunque les perjudique. Y hacen falta también personas que hagan lo propio en las derechas. Sorprende muy gratamente que una persona de izquierdas como Guillermo publicase este valiente escrito contra la eutanasia en 2007, cuando muchos de derechas no le prestábamos la debida atención al tema. Pero en verdad no lo creo tan sorprendente por varias razones. Es un error creer que las personas de izquierdas tienen un discurso monolítico, al dictado de algún señor maligno, o que la mayoría de ellos se mueven por perversas intenciones. El doctor Rendueles es muy crítico con el cientifismo —por ejemplo, cuestiona su propia especialidad, la psiquiatría— y tiene un perfil humanista muy destacado. Esos estudios humanísticos le han permitido entender que es de una deshonestidad brutal atribuir al doctor Vallejo Nájera y al franquismo lo que en verdad le pertenece a las izquierdas, aunque considere a esas izquierdas los suyos, probablemente por su afán de justicia social. El doctor Rendueles ha estudiado la historia reciente y sabe que los primeros defensores de la eutanasia no eran almas caritativas que querían favorecer a los débiles y a los enfermos sino, muy al contrario, personas despiadadas que querían exterminar a los débiles por ahorrar costes, por evitarse molestias y por el puro placer demoníaco de exterminar a los débiles, en aplicación de una moral naturalista y radicalmente anticristiana que bebe de Darwin, Galton y Nietzsche. También sabe que el camino al infierno a veces está pavimentado de buenas intenciones. El doctor Rendueles sabe todo eso porque siempre cultivó las humanidades y se ha preocupado de estudiar los antecedentes históricos de todas estas cuestiones que se suscitan hoy en día como si fueran novedosas. El doctor Rendueles ha comprendido que la idolatría de la ciencia y de la técnica, que forman parte de su propia profesión, son el más seguro camino hacia la deshumanización y el exterminio en proporciones industriales. Guillermo Rendueles no es un médico al uso, para desgracia de la medicina actual. Al margen de esta reflexión sobre temas adyacentes, los argumentos que aporta el doctor Rendueles en su artículo sobre la eutanasia son muy dignos de tener en cuenta. Es evidente que esta legislación va a afectar a los ancianos que, a pesar de estar en perfectas condiciones, se sienten una carga o les han hecho sentirse una carga; a todo tipo de personas que tomen tranquilizantes y otros fármacos de ese estilo (el 21% de españoles, según las últimas estadísticas); a todos los sospechosos de padecer alguna enfermedad mental, concepto tan flexible como una cama elástica; a todos los enfermos cuyo tratamiento resulte muy costoso para las arcas públicas o privadas; a todos los que no se adapten al ritmo frenético de la sociedad actual; a todos los que no «produzcan» o no sean considerados rentables por el poder de turno; a todos los que la sociedad actual considere «sobrantes». También es evidente que esta nueva ley supone el paso definitivo para que los médicos traten a sus pacientes como los ganaderos tratan a su ganado, como señala el doctor Rendueles; para terminar de animalizar al hombre y abrir una caja de Pandora que, salvo milagro, ya no podrá cerrarse. Quizá sea la muerte definitiva de Occidente, la consecuencia postrera de haber dejado de reproducirnos. A partir de ahora, los médicos tienen licencia para matar, como James Bond. O, mejor dicho, verán respaldada jurídicamente esa licencia que ya ejercían muchos de facto, con lo que serán intocables. A partir de ahora se rompe la confianza del paciente con el médico, ya muy tocada en los últimos tiempos. Si últimamente vienen sufriendo agresiones algunos médicos, a veces por motivos poco justificados, que se preparen para lo que van a experimentar a partir de ahora. Se rompe la confianza entre médico y paciente, se rompe la confianza en la política, se rompe la solidaridad entre generaciones y se rompe la sociedad. Si el cálculo de costes ya presidía la relación del establishment político y científico con los ciudadanos, a partir de ahora será el criterio exclusivo. Si te consideramos una «carga», te vas al hoyo, por las buenas (o sea, convenciéndote de que lo mejor es que tú mismo te quites de en medio) o por las malas.
  2. La salud reproductiva es el eufemismo con el que últimamente la gente se refiere a lo que antes se denominaba neomalthusianismo, es decir, el conjunto de ideas y prácticas destinadas a limitar la descendencia y someterla a decisiones supuestamente racionales; lo que incluye el aborto, la esterilización, los métodos anticonceptivos (artificiales y naturales), la educación sexual, el empoderamiento de la mujer, la eugenesia, la promoción de la idea que no es bueno tener muchos hijos y de todo aquello que propicie la separación de la sexualidad humana y la reproducción. Este neomalthusianismo ahora se presenta como una idea liberadora y empoderante para el individuo, que hace con su cuerpo lo que quiere y se ve liberado de la carga de los hijos para vivir una vida llena de placeres. Pero esto es una pequeña farsa que hay que reconocer que ha vendido muy bien en el Occidente hedonista del capitalismo. Tiempo atrás, el neomalthusianismo no ponía tanto énfasis en la voluntariedad de estas prácticas y hablaba sin tapujos de esterilizaciones involuntarias; de aborto y métodos anticonceptivos también involuntarios y con fines principalmente eugenésicos; de la necesidad de eliminar a los tarados, a los pobres y a las personas poco productivas para que no molesten. Pero he aquí que China, con su brutalidad asiática que no entiende la sutileza de las componendas y subterfugios occidentales, nos ha revelado involuntariamente lo que en verdad son la "salud reproductiva" y "la igualdad sexual". La Embajada de China en Estados Unidos publicaba el pasado 7 de enero un tuit en el que explicaba que estaba "emancipando" a la minoría musulmana de China, que tiene recluida en campos de concentración, mediante programas de "salud reproductiva" e "igualdad sexual" para que las mujeres musulmanas no sean "fábricas de niños" y así se vaya reduciendo la población de estos "extremistas": Aquí los chinos hacen sus pinitos con la técnica occidental de presentar la opresión como una liberación que concede mayor autonomía al individuo, pero la verdad es que no dominan la técnica y no les sale muy bien. Pues además todo el mundo sabe que lo de la voluntariedad de estos programas chinos es una ilusión y que lo que vienen haciendo con los musulmanes uygures es una limpieza étnica en toda la regla. China nos ha venido a recordar a los occidentales lo que en verdad son estos programas de "salud reproductiva" y lo que hay en el fondo de la "igualdad sexual". Tienen un componente liberador en el sentido hedonista del término, desde luego, pero en el fondo están concebidos para librarse de la gente que consideran indeseable. ¿Y qué hacen los occidentales? Muchos se han escandalizado con ese tuit de la Embajada china, pero pocos han sacado las consecuencias oportunas en relación a la aplicación de estas políticas en nuestras sociedades. No se han planteado que quizá también aquí, en Occidente, lo de la emancipación es una farsa destinada a convencer al individuo de que haga por sí mismo, creyendo que es por su bien, lo que de otra forma le obligaría a hacer el Estado. El problema de esta farsa es que ya todo el mundo está convencido de ella en Occidente. La intención eugenésica y coercitiva estaba clara en los que empezaron a defender estas políticas a principios del siglo XX, pero ya pocos son conscientes de esa intención, que ha quedado en los libros de Historia, y la mayoría de los que las defienden a nivel político o personal lo hacen porque están convencidos de que son prácticas emancipadoras. Con lo que no es necesario aplicar ninguna coerción, como sí se hace en África, Asia e Hispanoamérica. Estamos ya todos convencidos de que esto es lo mejor. Y así, nos vamos suicidando poco a poco.
  3. La historia secreta de la píldora anticonceptiva Aceprensa, 20 de octubre de 1993 Es poco conocido que la píldora anticonceptiva se elaboró originalmente con fines eugenésicos y se experimentó sin apenas garantías en mujeres pobres portorriqueñas. Linda Grant cuenta esta historia en su obra Sexing the Millennium (Harper Collins), aparecida el mes pasado. The Independent (Londres, 19-IX-93) publicó un anticipo del libro. Traducimos algunos párrafos. En 1954, [el biólogo Gregory] Pincus tenía todo a punto para hacer ensayos clínicos en mujeres. Pero en Massachusetts, como en otros muchos Estados norteamericanos, la investigación sobre anticonceptivos era ilegal. (…) Para los norteamericanos, obsesionados con la higiene, los portorriqueños eran sucios, ignorantes y vagos, “víctimas de una cultura que no da importancia al tiempo”, en palabras de un observador. Eran tísicos, carecían de saneamientos, bebían agua contaminada y eran analfabetos en sus cuatro quintas partes. Pero, desde la ley Jones de 1917, eran ciudadanos norteamericanos. En 1928, Puerto Rico fue azotado por un huracán que causó graves perjuicios a la economía de la isla, eminentemente agraria, y agravó aún más la pobreza de la población. Un estudio del American Brookings Institute concluyó que el incremento demográfico era el principal obstáculo para el crecimiento económico. La perspectiva de una inmigración masiva de portorriqueños aterrorizaba a los norteamericanos. (…) La xenofobia hizo que Puerto Rico se convirtiera en el laboratorio norteamericano para experimentar el control de la natalidad. (…) Consiguieron la cooperación de las compañías azucareras y abrieron clínicas dentro de las mismas plantaciones. Las azucareras, que entonces estaban adoptando tecnología para ahorrar mano de obra reemplazándola por máquinas, eran defensoras entusiastas de la contracepción. En 1937 cayeron los últimos obstáculos legales al desarrollo del laboratorio demográfico, gracias a la aprobación de dos leyes. Por la Ley 116 se creó una Comisión de Eugenesia para estudiar las peticiones de esterilización forzosa por razones morales o médicas. La Ley 133 anuló el artículo del Código Penal que calificaba de delito difundir los métodos anticonceptivos y la información sobre los mismos. De esta forma, Puerto Rico tenía la legislación sobre contracepción más avanzada de Estados Unidos. (…) En 1956, la Dra. Edris Rice-Wray, directora médica de la Asociación para la Planificación Familiar de Puerto Rico, escribió a Clarence Gamble [dueño de Procter & Gamble, compañía que estaba financiando la experimentación de métodos anticonceptivos en Puerto Rico] para informarle de que Pincus había perfeccionado una píldora anticonceptiva, y propuso que se invitara a la Fundación Worcester [para la que trabajaba Pincus] a probarla con las míseras mujeres portorriqueñas. Sin duda, éstas estaban pidiendo a gritos algo que aliviase su pobreza. Pero, como muestra la correspondencia entre Pincus y los colaboradores suyos que hacían el trabajo de campo, no fue fácil encontrar los sujetos necesarios para los ensayos clínicos de la píldora. Primero intentaron reclutar estudiantes de Medicina, pero sin mucho éxito. El Dr. David Tyler, profesor de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, escribió a Pincus, que estaba en Massachusetts, el 8 de julio de 1955. En tono desesperado, amenazaba castigar a las estudiantes de Medicina que se mostraban remisas a colaborar en la investigación: “También he dicho a García que si cualquier estudiante de medicina se muestra irresponsable… lo utilizaré contra ella a la hora de darle el título”. A principios del año siguiente, Pincus recibió otra carta desalentadora, esta vez del director del Centro de Citología, que no había encontrado ninguna candidata para sus experimentos. “Primero, la idea de usar estudiantes de Enfermería del Hospital de San Juan fue un completo fracaso… Los resultados fueron prácticamente los mismos con mis pacientes particulares -decía-. En cuanto a las estudiantes de Medicina, la única que se ofreció voluntaria abandonó el estudio poco después… La única fuente de sujetos que quedaba eran las presas de las cárceles… Parece que hay ciertos recelos hacia el proyecto por parte de algunas presas, incluso entre las que se han ofrecido voluntarias, que están rompiendo la disciplina de la prisión”. La tarea de reclutar cobayas portorriqueñas recayó finalmente en la Dra. Edris Rice-Wray y en una misionera que trabajaba en uno de los hospitales protestantes del país, Adeline Pendleton Satterthwaite. Finalmente, la Dra. Rice-Wray eligió un local en un barrio de chabolas y reclutó a cien mujeres. Pero los resultados no fueron prometedores. El 11 de junio de 1956 escribió a Pincus: “Hemos tenido problemas con algunas pacientes que han dejado de tomar la pastilla. En unos pocos casos han tenido náuseas, vértigo, dolores de cabeza y vómitos. Estas pocas han rehusado continuar con el programa. Dos han sido esterilizadas. Un marido se ahorcó, desesperado por su pobreza”. Abandonaron treinta de las cien que iniciaron el experimento. Nueve meses después del comienzo de los ensayos, Edris Rice-Wray entregó su informe, en el que resumía los resultados obtenidos hasta el 31 de diciembre de 1956: habían tomado la píldora 221 mujeres; la tasa de abandono sobrepasaba el 50%; el 17% habían sufrido efectos secundarios negativos. Los síntomas más frecuentes eran vértigo, náuseas y dolores de cabeza. (…) Seis meses después, en junio de 1957, Searle, una compañía farmacéutica de Chicago (…), puso la píldora en el mercado con el nombre comercial de Enovid. (…) Desde que se puso a la venta Enovid y aparecieron los primeros artículos en la prensa, Pincus empezó a recibir cientos de cartas de todas las partes del mundo. Muchas de las cartas contaban historias conmovedoras de pobreza y hambre, de niños que morían y partos angustiosos, de matrimonios marchitados por la frustración sexual a consecuencia del terror a que llegaran más bocas que no podrían alimentar. Las cartas provenían de analfabetos y de personas instruidas. Le saludaban como a un dios; creían que la ciencia iba por fin a liberarles de las cadenas que habían forjado sus deseos. Sabían poco o nada de la amplitud de los ensayos clínicos de Puerto Rico. Querían la píldora con desesperación y rogaban a sus médicos, a menudo con éxito, que se la prescribiesen. (…) En abril de 1957, en uno de los barrios atestados de chabolas de Puerto Rico, sólo aceptaron hacer de cobayas 56 de un total de 175 mujeres a las que se había propuesto participar, e incluso las que lo hicieron tuvieron dificultades para seguir las instrucciones. Poco después, en virtud de un nuevo proyecto urbanístico, se derribaron las chabolas, y las mujeres se dispersaron antes de que se pudiese comprobar los efectos a largo plazo de la píldora. (…) En 1960, después de las pruebas peor llevadas y menos rigurosas que se hayan hecho nunca con un fármaco aprobado por la Food and Drug Administration [organismo norteamericano encargado del control de los medicamentos], se autorizó el uso de Enovid como anticonceptivo en Estados Unidos [hasta entonces estaba permitido sólo para el tratamiento de trastornos de la menstruación]. Dos años más tarde se aprobó en Gran Bretaña. Se había probado en millares de mujeres portorriqueñas, pero sólo 123 la habían tomado durante doce meses o más. El 65% de ellas se habían quejado de náuseas, trastornos estomacales, dolores de cabeza, vértigos u otros síntomas. En el 23,8% de los casos, los síntomas fueron tan graves, que las afectadas decidieron abandonar las pruebas. Entre las que habían tomado la píldora durante más de seis meses se habían observado notables cambios del cuello uterino. La Dra. Satterthwaite intentó conseguir para el archivo fotografías tomadas de esos cuellos uterinos “inflamados”, como ella les llamó, pero el equipo de Massachusetts no dio importancia a este síntoma. Murieron tres mujeres, y los fallecimientos se atribuyeron a accidentes cardiovasculares, pero no se les hizo la autopsia. (…) Durante los años 60, Puerto Rico siguió siendo el laboratorio de pruebas de todos los nuevos anticonceptivos que se experimentaban. Allí se probó Depo Provera. La Ortho Pharmaceutical Company (…) se vio envuelta en querellas presentadas por empleados de su fábrica de anticonceptivos orales, que sufrieron trastornos sexuales a causa de la inhalación de estrógeno mezclado con el polvo en suspensión. Nada de esto ha tenido grandes consecuencias en la natalidad de Puerto Rico, lo que ha supuesto una cruda decepción para los activistas del control demográfico. La ciencia no les salvó ni de la superpoblación ni de la hispanización de sus ciudades. En la actualidad, la esterilización es el método anticonceptivo más difundido en Puerto Rico.
  4. Propongo un pequeño juego: ¿Quién crees que escribió estas palabras? ¿Que orientación política crees que tiene? Más adelante soluciono la incógnita y añado alguna información más. En la URSS estas ideas eugenistas y socialdarwinistas se descartaron parcialmente con Stalin, por una cuestión de estrategia, pero antes de eso estuvieron en vigor. De hecho, en otros textos que traeré más adelante se verá que los eugenistas ponían como ejemplo de algunas de estas políticas a Rusia, sobre todo en lo relativo al aborto y la liberación sexual. Por lo que tiene razón elprotegido en que no se debería descartar a priori el origen comunista o socialista del texto. Por el espíritu exterminador que demuestra, el texto lo podría firmar perfectamente un ideólogo nazi o algún científico alemán. Lo que pasa es que en ese caso tendría que ser una traducción del alemán, porque a España nunca llegaron ese tipo de aberraciones. Formulo dos matizaciones al respecto: 1) Los nazis no sólo esterilizaban a los discapacitados. Eso fue en una primera fase. Cuando empezó la guerra, activaron de forma secreta el programa de eutanasia Aktion-T4, que básicamente hacía lo que dice ese texto. Es la única vez que se ha llevado a la práctica algo así (eutanasia involuntaria contra discapacitados y tarados). Finalmente, ante las reiteradas protestas del obispo de Münster, Clemens von Galen, parece que detuvieron el programa de eutanasia, pero sólo temporalmente y en tanto no cambiase el signo de la guerra. 2) Estas ideas eugenistas sólo estaban más o menos generalizadas en el mundo protestante (Alemania, Holanda, países escandinavos, Suiza, Reino Unido y EEUU). En los países católicos y latinos nunca se adoptaron estas políticas y sólo las defendía la extrema izquierda (anarquistas, comunistas, socialistas, liberales radicales), pues la Iglesia católica siempre se opuso con tenacidad a estas ideas criminales. Es un mérito que el mundo tendrá que reconocer a la Iglesia. Nos queda la opción de que fueran anarquistas, grandes defensores de la eugenesia, del darwinismo, del determinismo biológico, del neomalthusianismo, y de la revolución sexual; aunque hay que reconocer que en esto seguían a buena parte del estamento médico y científico de la época. En particular, señalaba elprotegido que el texto podría provenir del anarquismo catalán, siempre más abierto que el resto a las corrientes innovadoras de Europa. Y, efectivamente, es así. El texto procede de la revista feminista y anarquista Mujeres libres, editada en Barcelona, que habitualmente exhiben con orgullo los nostálgicos de la Segunda República. La referencia completa es: Nuevas conquistas para Asistencia Social, Mujeres libres, Barcelona, n.º 10, julio de 1937, p. 10. [Ver documento en hemeroteca de Barcelona] https://postimg.cc/YhYxH1hd El artículo, con ese título tan siniestro de Nuevas conquistas para Asistencia Social, no va firmado por nadie, por lo que hay que interpretar que lo firma o respalda el comité editorial de la revista, formado por las anarcofeministas Amparo Poch y Lucía Sánchez. En concreto, parece que el texto sería obra de la citada Amparo Poch, médico de profesión que ya había manifestado antes ideas exterminadoras de este tipo en relación con el aborto. Aunque no he podido acceder a la revista original (Orto. Revista de Documentación Social. Año II. 1932; 20:58-9), en una tesis doctoral sobre Amparo Poch se citan fragmentos de otro artículo suyo, titulado La cuestión del derecho a la vida, en el que manifiesta ideas similares: He visto que, en algún libro anarquista que glorifica a esta feminista, la intentan disculpar por estas crueles palabras argumentando que era "lo normal en la época" tanto en la izquierda como en la derecha. ¡Mentira! ¡Nadie en la derecha española formuló ningún pensamiento remotamente similar a ése! ¡Nadie en la derecha defendió la eutanasia o la esterilización de los discapacitados! ¡Al contrario, criticaron esas ideas por criminales! La realidad es que este icono anarcofeminista proponía ni más ni menos que lo que llevó a cabo secretamente Adolf Hitler con el programa Aktion-T4. Lo que a hurtadillas llevaba a cabo Hitler con la oposición radical de la Iglesia católica, Amparo Poch lo proponía a la luz del día con el aplauso de sus compañeros anarquistas y republicanos. Y sin embargo, esta médico anarquista que quería asesinar discapacitados en nombre de la raza tiene dedicadas en España calles, placas y centros de salud: Si algún anarquista de buena fe nos lee, simplemente le pìdo que reflexione sobre estas cuestiones y vea que ni ellos eran tan buenos ni la Iglesia era tan mala como ellos decían. Una ideología, como la anarquista, que ha defendido una idea tan monstruosa y que a día de hoy no ha abjurado de ella, tiene un mal muy profundo en su interior. Ténganlo muy en cuenta cuando se saque a relucir en el parlamento la legalización de la eutanasia. ¡La eutanasia era esto, amigos! Editado hoy a las 00:21:13 por Hispanorromano. Motivo: (ver el historial de edición) Aviso: Solo el equipo de moderadores puede ver este mensaje
  5. Propongo un pequeño juego: ¿Quién crees que escribió estas palabras? ¿Que orientación política crees que tiene? Más adelante solucionaré la incógnita y añadiré alguna información más. Enigma solucionado: ver referencia bibliográfica más arriba e información adicional en el siguiente mensaje. Esta publicación ha sido promocionada como contenido independiente
  6. elprotegido

    Gobineau: progre y padre de los identitarios

    Arthur de Gobineau, quien inventó el racismo moderno y es el padre intelectual de los identitarios (lo sepan o no), basa su famosa obra "Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas" sobre una tesis principal: El auge y la decadencia de las civilizaciones se explica solamente por la composición racial de la nación y, en particular, de su élite. Mientras ésta se mantenga blanca, afirma Gobineau, y sólo entonces, la nación sobrevivirá. El declive de las civilizaciones se explicaría, por tanto, solamente por la "bastardización" racial de la élite blanca. Éste podría ser un resumen bastante tosco y rápido de lo esencial de la obra de este pensador. A partir de ahí, Gobineau se dedica a recorrer todas las civilizaciones humanas una por una y tratando de ligar la caída de cada una de ellas con su tesis central. Tras exponer esta tesis, Gobineau, que no es estúpido, afirma explícitamente su consecuencia directa, que contradice lo que había enseñado siempre la recta filosofía cristiana: La irreligión, la impiedad, las malas costumbres, etc, no son la causa del declive de las civilizaciones. En todo caso, una simple consecuencia de haber mezclado la raza. La tesis de Gobineau, que sienta las bases de todo el pensamiento racista posterior (sin ir más lejos, Hitler la sostiene en el Mein Kampf), se revela, pues, de naturaleza tremendamente subversiva y progresista: Observar las buenas costumbres -como siempre ha enseñado la Iglesia- tiene una importancia a lo sumo secundaria, pues lo que cuenta de verdad es mantener la pureza de la raza. No necesito demostrar que semejante tesis habría sido calificada de delirante e inconcebible por cualquier filósofo escolástico. Todo lo anterior es plenamente asumido por los identitarios actuales -como he dicho, herederos directos de Gobineau- aunque en la mayoría de los casos no han leído a Gobineau. Por ejemplo, considero "progre" todo lo que no sea denigrar a los negros, pero no me hables de la castidad, de la que me burlo en cualquier ocasión. Occidente puede ser todo lo degenerado que quiera si se mantiene blanco. Por concluír, a título de curiosidad, sólo veo dos ideas de Gobineau no asumidas por el identitarismo actual: En primer lugar, Gobineau pone a las razas negra y amarilla al mismo nivel (el del betún) por lo que respecta a sus capacidades. La raza amarilla es retratada con la misma crueldad que la raza negra. Eso contrasta fuertemente con el identitarismo actual, que considera a la raza amarilla como igualmente capacitada que la blanca y a la negra como muy inferior. El motivo se debe probablemente a cuestiones de índole "geopolítica" que interfieren en el asunto. En segundo lugar, Gobineau es un erudito amante de cierto rigor. Y, más importante, es hombre de su tiempo. Por lo tanto, en su obra no vemos aparecer en ningún momento al George Soros o al judío de turno tratando por todos los medios de bastardear a la raza blanca. Nada de "Plan Kalergi": Todos los fenómenos de mestizaje son descritos por Gobineau como procesos espontáneos y en gran parte inevitables, no como llevados a cabo por la acción premeditada de una minoría de poderosos. Esta segunda apreciación enlaza con el hilo sobre las conspiraciones, pues se confirma una vez más que el pensamiento de tipo conspiracionista es de origen recentísimo y que antes nadie pensaba en estos términos.
  7. Arthur de Gobineau, quien inventó el racismo moderno y es el padre intelectual de los identitarios (lo sepan o no), basa su famosa obra "Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas" sobre una tesis principal: El auge y la decadencia de las civilizaciones se explica solamente por la composición racial de la nación y, en particular, de su élite. Mientras ésta se mantenga blanca, afirma Gobineau, y sólo entonces, la nación sobrevivirá. El declive de las civilizaciones se explicaría, por tanto, solamente por la "bastardización" racial de la élite blanca. Éste podría ser un resumen bastante tosco y rápido de lo esencial de la obra de este pensador. A partir de ahí, Gobineau se dedica a recorrer todas las civilizaciones humanas una por una y tratando de ligar la caída de cada una de ellas con su tesis central. Tras exponer esta tesis, Gobineau, que no es estúpido, afirma explícitamente su consecuencia directa, que contradice lo que había enseñado siempre la recta filosofía cristiana: La irreligión, la impiedad, las malas costumbres, etc, no son la causa del declive de las civilizaciones. En todo caso, una simple consecuencia de haber mezclado la raza. La tesis de Gobineau, que sienta las bases de todo el pensamiento racista posterior (sin ir más lejos, Hitler la sostiene en el Mein Kampf), se revela, pues, de naturaleza tremendamente subversiva y progresista: Observar las buenas costumbres -como siempre ha enseñado la Iglesia- tiene una importancia a lo sumo secundaria, pues lo que cuenta de verdad es mantener la pureza de la raza. No necesito demostrar que semejante tesis habría sido calificada de delirante e inconcebible por cualquier filósofo escolástico. Todo lo anterior es plenamente asumido por los identitarios actuales -como he dicho, herederos directos de Gobineau- aunque en la mayoría de los casos no han leído a Gobineau. Por ejemplo, considero "progre" todo lo que no sea denigrar a los negros, pero no me hables de la castidad, de la que me burlo en cualquier ocasión. Occidente puede ser todo lo degenerado que quiera si se mantiene blanco. Por concluír, a título de curiosidad, sólo veo dos ideas de Gobineau no asumidas por el identitarismo actual: En primer lugar, Gobineau pone a las razas negra y amarilla al mismo nivel (el del betún) por lo que respecta a sus capacidades. La raza amarilla es retratada con la misma crueldad que la raza negra. Eso contrasta fuertemente con el identitarismo actual, que considera a la raza amarilla como igualmente capacitada que la blanca y a la negra como muy inferior. El motivo se debe probablemente a cuestiones de índole "geopolítica" que interfieren en el asunto. En segundo lugar, Gobineau es un erudito amante de cierto rigor. Y, más importante, es hombre de su tiempo. Por lo tanto, en su obra no vemos aparecer en ningún momento al George Soros o al judío de turno tratando por todos los medios de bastardear a la raza blanca. Nada de "Plan Kalergi": Todos los fenómenos de mestizaje son descritos por Gobineau como procesos espontáneos y en gran parte inevitables, no como llevados a cabo por la acción premeditada de una minoría de poderosos. Esta segunda apreciación enlaza con el hilo sobre las conspiraciones, pues se confirma una vez más que el pensamiento de tipo conspiracionista es de origen recentísimo y que antes nadie pensaba en estos términos. Esta publicación ha sido promocionada como contenido independiente
  8. Hispanorromano

    Eugenesia y racismo: cosas de progres

    El otro día terminé el libro Política de la familia, de Ferdinando Loffredo, un intelectual fascista que en la posguerra trabajó desde la Acción Católica. El libro es muy recomendable para toda persona que esté interesada en reactivar la natalidad española, pues aborda todas las cuestiones esenciales, desde la Religión hasta el feminismo. Siempre que leo algún libro anoto referencias que luego investigo en internet, pues generalmente me dan pistas útiles sobre multitud de temas. En esta ocasión la investigación me ha llevado por algunos derroteros que creo interesante compartir con vosotros antes de que se pierdan en mi memoria. Tenemos la idea de que la eugenesia es una cosa más bien de derechas. Un profesor de demografía recoge así la historia de la eugenesia en España [introduzco algunas notas en rojo]: El último párrafo no dice la verdad y si lo cito es por no mutilar el escrito. Este profesor de demografía es progresista y, como tiene mala conciencia por la responsabilidad del progresismo en la eugenesia y en los subsiguientes genocidios, se ve obligado a añadir este párrafo final según el cual el franquismo habría continuado con la eugenesia. Primero, se confunde al hablar de César Vallejo Nájera. El tan mentado doctor se llama Antonio, no César, y a poco que uno lea su obra "Eugenesia de la Hispanidad" se da cuenta de que lo que propone en realidad es una antieugenesia. Esto era muy común en la época: se utilizaba el nombre de eugenesia para cosas que, según la perspectiva actual, no son eugenesia. La Iglesia, por ejemplo, decía que la mejor eugenesia era la moral católica. Pero bueno, este tema se puede tratar aparte si alguien tiene dudas. El caso es que tenemos varias realidades comprobadas: Las ideas eugenésicas son introducidas en España por sectores progresistas. Las defienden muy especialmente anarquistas, republicanos y socialistas. Las derechas se oponen radicalmente. Los únicos periodos en los que las que el eugenismo es reprimido son la Dictadura de Primo de Rivera y la de Franco, es decir los dos únicos periodos en que la sociedad y la política giran hacia la derecha. La democracia -y esto no lo cuenta el profesor de demografía- rehabilita la eugenesia con el aborto eugenésico y la esterilización de deficientes. Queda claro que el eugenismo es una idea progresista y no hay ningún estudioso académico serio que discuta el hecho, aunque algunos lo intenten minimizar, como nuestro profesor de demografía, inventando una falsísima eugenesia franquista. En el caso del racismo, el origen progresista e ilustrado también está claro para muchos estudiosos de prestigio, pero pesa mucho la idea de que el racismo sería una cosa de derechas por las asociación que todos hacemos con el régimen nacionalsocialista. Por ello, es algo más difícil encontrar estudios académicos en español que expongan esta raigambre progresista del racismo. Y sobre todo al público general le choca mucho la idea de que el racismo pueda ser algo de izquierdas. Veamos si puede aportar alguna luz esta reseña de un libro sobre el hispanomericanismo durante la Restauración: Tres conclusiones que se pueden extraer de aquí: El "Día de la Raza" lo instituyó el liberalismo de la Restauración y lo mantuvo sin problemas la Segunda República. Es Franco el que lo cambia al "Día de la Hispanidad" con el aplauso de la Falange y de las derechas, que veían ese término mucho más adecuado. Los derechoides que se aferran a la primera denominación quedan retratados en su ignorancia. Quienes empiezan con los discursos raciales son los progresistas, entre ellos los krausistas, pues parten de la misma concepción naturalista y biologicista del hombre que da lugar a la eugenesia. El progresismo está en el origen de todas estas ideologías que reducen al hombre a la animalidad. Los conservadores y los reaccionarios de la época se oponen a esa interpretación racial. Los reaccionarios, como Menéndez Pelayo, exaltan la latinidad española frente a la raza germana, que asocian -con razón- al progresismo y a la barbarie. Habría mucho que hablar sobre estos temas. Y se podrían poner muchos más ejemplos. Pero de momento expongo estos breves apuntes para explicar la raigambre progresista de algunas ideas que hoy han asumido las derechas.
  9. El otro día terminé el libro Política de la familia, de Ferdinando Loffredo, un intelectual fascista que en la posguerra trabajó desde la Acción Católica. El libro es muy recomendable para toda persona que esté interesada en reactivar la natalidad española, pues aborda todas las cuestiones esenciales, desde la Religión hasta el feminismo. Siempre que leo algún libro anoto referencias que luego investigo en internet, pues generalmente me dan pistas útiles sobre multitud de temas. En esta ocasión la investigación me ha llevado por algunos derroteros que creo interesante compartir con vosotros antes de que se pierdan en mi memoria. Tenemos la idea de que la eugenesia es una cosa más bien de derechas. Un profesor de demografía recoge así la historia de la eugenesia en España [introduzco algunas notas en rojo]: El último párrafo no dice la verdad y si lo cito es por no mutilar el escrito. Este profesor de demografía es progresista y, como tiene mala conciencia por la responsabilidad del progresismo en la eugenesia y en los subsiguientes genocidios, se ve obligado a añadir este párrafo final según el cual el franquismo habría continuado con la eugenesia. Primero, se confunde al hablar de César Vallejo Nájera. El tan mentado doctor se llama Antonio, no César, y a poco que uno lea su obra "Eugenesia de la Hispanidad" se da cuenta de que lo que propone en realidad es una antieugenesia. Esto era muy común en la época: se utilizaba el nombre de eugenesia para cosas que, según la perspectiva actual, no son eugenesia. La Iglesia, por ejemplo, decía que la mejor eugenesia era la moral católica. Pero bueno, este tema se puede tratar aparte si alguien tiene dudas. El caso es que tenemos varias realidades comprobadas: Las ideas eugenésicas son introducidas en España por sectores progresistas. Las defienden muy especialmente anarquistas, republicanos y socialistas. Las derechas se oponen radicalmente. Los únicos periodos en los que las que el eugenismo es reprimido son la Dictadura de Primo de Rivera y la de Franco, es decir los dos únicos periodos en que la sociedad y la política giran hacia la derecha. La democracia -y esto no lo cuenta el profesor de demografía- rehabilita la eugenesia con el aborto eugenésico y la esterilización de deficientes. Queda claro que el eugenismo es una idea progresista y no hay ningún estudioso académico serio que discuta el hecho, aunque algunos lo intenten minimizar, como nuestro profesor de demografía, inventando una falsísima eugenesia franquista. En el caso del racismo, el origen progresista e ilustrado también está claro para muchos estudiosos de prestigio, pero pesa mucho la idea de que el racismo sería una cosa de derechas por las asociación que todos hacemos con el régimen nacionalsocialista. Por ello, es algo más difícil encontrar estudios académicos en español que expongan esta raigambre progresista del racismo. Y sobre todo al público general le choca mucho la idea de que el racismo pueda ser algo de izquierdas. Veamos si puede aportar alguna luz esta reseña de un libro sobre el hispanomericanismo durante la Restauración: Tres conclusiones que se pueden extraer de aquí: El "Día de la Raza" lo instituyó el liberalismo de la Restauración y lo mantuvo sin problemas la Segunda República. Es Franco el que lo cambia al "Día de la Hispanidad" con el aplauso de la Falange y de las derechas, que veían ese término mucho más adecuado. Los derechoides que se aferran a la primera denominación quedan retratados en su ignorancia. Quienes empiezan con los discursos raciales son los progresistas, entre ellos los krausistas, pues parten de la misma concepción naturalista y biologicista del hombre que da lugar a la eugenesia. El progresismo está en el origen de todas estas ideologías que reducen al hombre a la animalidad. Los conservadores y los reaccionarios de la época se oponen a esa interpretación racial. Los reaccionarios, como Menéndez Pelayo, exaltan la latinidad española frente a la raza germana, que asocian -con razón- al progresismo y a la barbarie. Habría mucho que hablar sobre estos temas. Y se podrían poner muchos más ejemplos. Pero de momento expongo estos breves apuntes para explicar la raigambre progresista de algunas ideas que hoy han asumido las derechas. Esta publicación ha sido promocionada como artículo
  10. Ahora que se habla de legalizar la eutanasia, rescato un artículo de Juan Aparicio, político y periodista muy importante en la Falange, jonsista de primera de hora que acuñó el yugo y la flechas. Destaco en negrita algunas frases y enlazo algunos nombres propios que pueden suscitar las dudas del lector. Remarco algunas ideas del texto que me parecen interesantes y hago un pequeño desarrollo: ‒ La eugenesia y la eutanasia son aberraciones racionalistas. La ilustración y la guillotina suelen funcionar juntas. ‒ La eugenesia se propone acabar con las proles «defectuosas» pero al final acaba también con las proles sanas. Es un poco lo que está ocurriendo en nuestra época. ‒ Lo mejor es enemigo de lo bueno. En el fondo de la eugenesia, la eutanasia y el malthusianismo late una obsesión por la perfección, por la calidad, que acaba provocando la muerte cuando no se alcanza el listón. Dentro del ámbito contrarrevolucionario se ha convertido en un lugar común decir que preferimos la calidad a la cantidad. Como norma general puede ser correcta, pero no es aplicable a todos los casos y lo cristiano es buscar un equilibrio entre calidad y cantidad. Antes de preocuparse por la calidad, hay que preocuparse por la cantidad, pues es condición necesaria de la existencia. Esto es muy aplicable a las políticas de población y al drama que estamos viviendo con la ausencia de reemplazos generacionales desde hace varias décadas. La eugenesia es una obsesión por la calidad de la estirpe que, paradójicamente, acaba produciendo la muerte de la estirpe. Esto suele ocurrir cuando se le concede a la calidad un valor absoluto frente a la cantidad, o cuando se desprecia por completo lo material en nombre de lo espiritual. El cristianismo quiere que lo espiritual tenga amplia primacía sobre lo material, pero no desprecia las cuestiones materiales; antes bien, procura resolverlas para que podamos dedicarnos a lo espiritual. El desprecio absoluto por la materia y por la cantidad es típicamente gnóstico. En el fondo, el antinatalismo es una reformulación de aquella vieja idea gnóstica de que el mundo material fue creado por el Demonio, con lo que sería mejor no traer descendientes al mundo. Es sabido que los gnósticos evitaban tener descendencia y practicaban métodos anticonceptivos, en especial aquellos que hoy se denominan eufemísticamente «planificación familiar natural» en ciertos ambientes católicos. Hemos metido el enemigo en casa. ‒ La eutanasia es una extensión del mismo razonamiento que concede un valor absoluto a la calidad: si una vida no cumple determinados requisitos de calidad, es indigna de ser vivida, con lo que conviene acelerar la muerte.
  11. Hispanorromano

    La Liga para la Reforma Sexual

    4 de marzo de 1932 ------------------------------------------- UNA REUNIÓN LA LIGA PARA REFORMA SEXUAL Ayer tarde, en la sala de juntas de la Academia Nacional de Medicina, secelebró la reunión de la sección española de la Liga mundial para la reforma sexual. Presidió el acto el profesor Recaséns, y actuó como secretario la señorita Hildegart Rodríguez, que pronunció unas frases de saludo a todos, recordando los tiempos heroicos de la propaganda sexual. Comentó con frases de elogio el curso de eugenesia, estúpidamente suspendido por la Dictadura, en cuyo tiempo hubo de limitarse la propaganda sexual al libro y al folleto. Ahora, venturosamente, se inicia con la República, con cuya Constitución hay ya mucho hecho en pro de nuestros ideales, una nueva y venturosa era. A continuación se pusieron a discusión las bases aprobadas en el II Congreso Internacional celebrado en Copenhague en 1928, como fines de esta Liga: Primero. Igualdad política, económica y sexual de hombres y mujeres. Es aprobada, con el voto en contra del profesor Nóvoa Santos. Segundo. Separar el matrimonio (y especialmente el divorcio) de la tiranía de la Iglesia y del Estado. Saldaña se opone a que quede redactado así, pues sería un error de táctica, este artículo, peligroso para España, aunque no lo sea en otros países que llevan ya muchos años dedicados a esta propaganda. El Estado no tiraniza, interviene y reglamenta las relaciones sociales de tipo sexual; este postulado, sometido a nuestra aprobación, parece preconizar el amor libre. Marañón y Recaséns creen también en el peligro de que quede así redactado, y tras una bien orientada intervención de Sanchís Banús, se acuerda su redacción en otra forma. Tercero. Control en la concepción, con el fin de que la procreación sea un acto deliberado y con pleno sentido de la responsabilidad. Cuarto. Mejora progresiva de la raza mediante la aplicación práctica de las doctrinas eugénicas. Quinto. Protección para la madre soltera y el hijo ilegítimo. Quedan aprobados sin discusión. Sexto. Actitud racional ante las personas sexualmente anormales, y especialmente hacia los homosexuales. La señorita Hildegart aclara que lo que pretende este artículo no es legitimar esto, sino quitar la crueldad de estas leyes ante estos casos. Marahón dice que debe suprimirse este artículo, por repetirse en el octavo y el noveno. Saldaña hace atinadas consideraciones en contra, pues dice que social y jurídicamente todo homosexual es un corruptor. Es desechado el artículo. Séptimo. Prevención de la prostitución y de las enfermedades venéreas. La señorita Hildegart cree que el abolicionismo es una aspiración mediata, pero no que hay que abolir absolutamente la prostitución. Queda aprobado el artículo. Octavo. Juzgar las actitudes anormales del impulso sexual como fenómenos más o menos patológicos, y no como hasta aquí, como crímenes, vicios o pecados. Marañón interviene, y, según su criterio, se debe de redactar: "Juzgar las actitudes anormales del impulso sexual con un criterio biológico." Y queda así aprobado. Noveno. Juzgar simplemente como actos criminales los que infrinjan los derechos sexuales de otra persona. Los actos sexuales entre adultos responsables y realizados con mutuo consentimiento, serán estimados como actos de la vida privada de esos adultos. Queda aprobado, tras una interesante discusión en la que intervienen los señores Saldaña, Haro, Marañón, Pereira y Recaséns. Y, por último, es aprobado el artículo número 10, relativo a que la enseñanza sexual sea sistemática, y a petición del maestro Sr. Noguera, obligatoria. Terminada la discusión y aprobación del articulado, se ocuparon los reunidos de la marcha de esta Asociación y de loa actos a realizar. A la reunión asistieron los doctores Marañón, Sanchís Banús, Recaséns, Sánchez Covisa, Vital Aza, Sáinz de Aja, Juarros, Macáu, Persira, Nóvoa Santos, Pittaluga, y los señores Huerta, Noguera, Tomeliano, Bugallo y Saldaña. Luz, Madrid, 4 de marzo de 1932, p. 12. https://postimg.org/image/5wdkowy0b/
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