Monseñor Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, ha realizado en Twitter unas declaraciones a mi juicio muy "políticamente incorrectas" y muy de celebrar, ya que hace bastante tiempo que los obispos españoles no decían algo así:
Una lectura superficial puede hacer creer que se trata de una afirmación trivial o hueca de las muchas que leemos en Twitter, pero analicemos bien la frase:
Lo que dice Argüello es que hay una serie de principios, como la vida, la dignidad, la verdad o la historia compartida de la nación, que están por encima de la democracia y que no pueden someterse a votación. Si esos principios no están bien asentados y protegidos, no hay democracia que valga.
Monseñor Luis Argüello está cuestionando grandes dogmas del mundo actual: que todo se puede someter a votación, que la mayoría siempre lleva razón, que importa más la cualidad democrática de las decisiones políticas que su encaminamiento al bien y a la verdad. De un plumazo, ha puesto en solfa todos los dogmas democráticos.
Algunos lo han entendido al revés:
Pero yo creo que el tema está bastante claro y el calumniado Monseñor Luis Argüello merece un aplauso por estas declaraciones tan "políticamente incorrectas" incluso para el estándar de Vox y de las nuevas derechas que presumen de romper tabúes. Pero más que por su incorrección política (cuestión esta de raíz relativista), Argüello merece el aplauso por decir la pura verdad y por recordar la doctrina tradicional de la Iglesia en sus aspectos más controvertidos para el mundo actual.